𝕃𝕒 𝕔𝕒𝕓𝕒𝕟̃𝕒
Esa fue una de las peores noches, Joel y Tommy estaban devastados por la pérdida de Sarah, la pequeña apenas tenía doce años. Ellos estaban sentados en el pórtico, no habían comido nada en todo el día así que decidí preparar la cena.
No tardé tanto, preparé pasta con pollo, una vez servida la mesa escuché un maullido. Mochi estaba en el pórtico.
- Disculpen... -ambos giraron hacia mi,- yo preparé la cena, no sé si quieran pero, no han comido nada en todo el día... -mi felina se restregó un poco más antes de entrar a dormir sobre el sofá.
- Gracias... -Tommy dejó la frase al aire.
- No sabemos tu nombre... -completó su hermano.
- ¡Oh claro! -recordé que en todo este tiempo juntos jamás lo dije.- Soy Tn, Tn Rivera.
Los tres nos sentamos a la mesa, pareció que les gustó pues comieron todo muy rápido, hace mucho que no hacía platillos que me enseñó mi madre, solía mantenerme a base de pizza y sodas.
- ¿A qué te dedicabas, Tn? -preguntó Tommy bebiendo agua.
- Trabajaba en una tienda de armas, el dueño era un amigo de mi madre. -levante nuestros platos y serví tres tazas con café.
- ¿cuantos años tienes? -preguntó Joel, mantenía la mirada baja.
- Cumplí diecinueve años hace unos meses, -respondí mientras bebía, mi madre había muerto pocos días después de mi cumpleaños.- solo estoy yo...
- Es mejor así... -habló Joel, noté que lo decía dolido.- ¿pero no tienes... padre?
- No lo sé, -dejé mi taza sobre la mesa.- a los dieciséis me dijo que lo diera por muerto, posiblemente ya esté muerto o siga vivo, me da igual.
No hablamos más y cada uno fue a su habitación, Mochi dormía en la cama mientras yo iba a tomar una ducha, no sabíamos cuanto duraría la luz y el agua, había que aprovechar.
Sequé mi cabello y me dispuse a dormir, aunque en realidad no podía.
A la mañana siguiente desperté temprano para ver cuantas cosas teníamos, debía llevar un control para saber cuándo saldríamos por más cosas.
- ¿Qué haces aquí abajo? -preguntó Tommy a mis espaldas,- es demasiado temprano...
Su aspecto era gracioso, su cabello estaba revuelto y sus ojos luchaban por abrirse.
- Veo cuantas cosas tenemos, -dejé la libreta sobre las latas de sopa.- en algún momento tendremos que salir a buscar más, pero no sé si esperar que esta locura pase o ir ahora.
- Esperemos unas semanas, -me acerqué a él y subimos a la cocina.- te acompañaremos cuando tú digas.
Agradecí ese apoyo de su parte, pasamos un día tranquilo pero no imaginé lo que pasaría esa noche.
Eran las tres de la mañana cuando mi puerta se abrió, Joel estaba ahí, en camiseta y bóxers.
Mi respiración se aceleró un poco, me restregué los ojos para asegurarme que era él, se acercó a la cama y se sentó frente a mi.
- ¿Joel, necesitas algo...? -me cubrí con las cobijas, pues dormía con camiseta y ropa interior.
- Su madre nos abandonó cuando era una bebé, me quedé solo, con dieciocho años y una hija... -su voz se quebró por un segundo, pero olía un poco a alcohol.- aún así fue lo más hermoso que tuve, y ahora que la perdí... ya no tengo nada.
- Tienes a Tommy, yo me preocupo por ambos, -él se acercó lentamente a mi y me dio un beso, no soy expertx pero no es bueno hacer estas cosas cuando estas ebrio- Jo-Joel...
- Perdóname... -tomó mi rostro en sus fuertes manos,- no, no debí hacer eso... -su aroma era maravilloso, olía tan bien...- te dejaré dormir.
Después de eso intenté dormir, pero sentía esas mariposas que mamá tanto mencionaba, es imposible, apenas lo conozco.
•••
Dos años después.
Joel y Tommy se habían ido la mañana anterior, salían cada semana para buscar provisiones, cada vez volvían con armas y comida, nunca lo cuestionaba.
Preparaba estofado de verduras para la cena, cuando escuché las trampas a lo lejos, era una cuerda escondida en el suelo que al tocarla dejaba caer latas que eran la alarma.
Salí con mi revólver en mano para ver qué pasaba, un joven de unos veinte años se acercaba, tenía una herida en el abdomen.
- ¡Ayúdame! Por favor, -cayo al suelo de rodillas,- no puedo seguir, me matará...
- ¡Tn! -Joel corría hacia mi, pero al ver al joven se enfadó.- ¿Que haces afuera?
Antes de hablar el chico intentó dispararle, antes que pudiera hacerlo acabe con su vida.
- ¿Por qué quería dispararte? -pregunté mientras veía como su sangre se derramaba.- ¿Donde está Tommy?
- Entremos y te lo contaré... -respondió entre dientes. Al cruzar la puerta la cerró de un azote.
Dejé mi arma sobre la mesa y bebí un poco de agua, ¿que tal si habían mordido a Tommy? ¿Que quería ese chico?
- Joel... -hablé con un pequeño temblor en la voz, él se sentó en la sala, me puse enfrente para posar mis manos sobre sus hombros.- por favor, háblame.
- Se fue, Tn. -respondió cansado, tomó mis manos y las acarició.
- ¿M-Murió...? -no podía ser cierto.
- Creo que lo dije mal... -se aclaró la garganta y me sentó sobre sus piernas.- se fue, no volverá pero está vivo, se unirá a las luciérnagas.
Durante estos dos años los tres habíamos mejorado, Tommy se hizo mi amigo y Joel y yo éramos algo así como una pareja, nunca habíamos definido eso que éramos, pero nos teníamos el uno al otro.
Apoyó su cabeza sobre mi pecho mientras abrazaba mi cintura, pude sentir como dejaba caer unas lágrimas, no solo había perdido a Sarah, también a su hermano ahora.
- No me dejes... -dejé un beso sobre su cabeza, amaba a Joel Miller,- no quiero perder a nadie más... -separé su rostro de mi pecho para limpiar su rostro.
- Jamás vas a perderme, -sonreí mientras él besaba mis manos,- podré enfadarme contigo en algún momento pero no me alejaré de ti, lo prometo. -uní nuestros labios en un beso suave.
Fuimos al comedor para cenar, era extraño, ahora que solo somos nosotros dos; extrañaré a Tommy, pero el debía estar muy seguro para haberse ido, preferí no preguntar nada sobre aquel muchacho, Joel se tomaría su tiempo para decírmelo.
Lavé los platos mientras Joel dejaba los platos secos en su lugar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro