Capitulo II
Mientras caminábamos hasta mi hogar, nos detuvimos cerca de un callejón. no sentimos raramente atraídos a esa figura extraña que revisaba el contenedor de basura, nos mantuvimos lejos de éste para evitar problemas, pero aunque estábamos allí, al otro lado de la senda, sus sentidos nos interceptaron, sus ojos, tan fríos como el hielo glacial, nos observaron, espantando a mis amigos.
En cambio, yo seguí adelante.
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