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Unico


Seokjin.

Estaba muerto, para ellos estaba muerto, tenia una gran herida en el pecho, asi como había corrido hacia el bosque oscuro, donde hasta el mas fuerte podría perecer, por como me vieron cuando entre aquí, es lógico que no vinieran a buscarme de todos modos no duraría mucho, contra lo que sea que exista en este lugar.

Puedo morir tranquilamente sabiendo que el reino se quedara en buenas manos, no lograron su cometido y mi hermano mayor reinara con tranquilidad, aun asi querían mi cabeza como venganza al arruinar sus planes. Miraba el vapor de mi aliento mientras la temperatura bajaba, una pequeña llovizna hacia que mi cuerpo se enfriara cada vez mas. Cerre los ojos sujetando mi herida.

—¿Humano? —abrí de golpe los ojos y la gruesa voz que escuche no parecía provenir de nadie, pero las ramas crujir de entre los arboles me indicaba donde estaba el dueño —No. Tu sangre huele a algo mas, ¿un elfo?

Logre mirar la punta de una cola de serpiente, asi como escuchar el serpenteo que se acercaba. Se fueron al limbo mis planes de una muerte tranquila.

—Nunca había visto uno tan de cercas.

Salió de entre los árboles, pero solo su torso, su tamaño es algo impresionante, seguí hasta donde estaba la cintura notando la falta de piernas que eran reemplazadas por la cola de una serpiente, abrí los ojos que era lo que acababa de ver, lo que restaba de su cuerpo se acerco mostrándome a la creatura que era fácil decir que media mas de los dos metros y medio, su cola se enrosco en mi cuerpo alzándome, sacándome un grito agudo, sus dedos poseían escamas como su abdomen, su mirada claramente la de un reptil que me analizaba con atención.

—Morirás pronto.

—Ya lo se.

—¿No te importa?

—No, lo supe apenas entre aquí.

—Eres una creatura interesante, además de hermosa —moví mi cabello y acerco su rostro al mío — ¿eres hembra? ¿o macho?

—Eso da igual.

—Tienes razón, igual ya te elegí como mi pareja.

Perdí la conciencia en ese momento.

Me removí un poco, sintiendo cierta calidez en el cuerpo, asi como un hambre intensa. Un aroma a hierbas aromáticas me lleno las fosas nasales, me sentía tranquilo y bastante relajado, hasta que recordé mi herida. Me senté de golpe, el corazón me latía a mil por hora, escuche el sonido del fuego, asi como una silueta al fondo.

—Al fin despertaste —por fin mi vista se adapto a la luz, mirando solo una espalda morena ancha, musculosa y llena de marcas —pense que en verdad morirías.

Mire entonces donde debería tener la herida, pero esta habia cicatrizado casi en totalidad, estaba vivo y envuelto en pieles que mitigaban el frio que habia tenido hace poco.

—¿Dónde estoy? —se giro y su rostro era el de la serpiente, me tense de inmediato su apariencia era totalmente diferente podía ver sus piernas que solo eran cubiertas con una tela fina.

—En mi guarida —mira alrededor —con algunas modificaciones, eres una creatura que necesita calor, por lo que tuve que conseguir la manera de conseguir calentar aquí —me puso un plato de lo que parecía una sopa en el regazo —come, debes de estar hambriento dormiste como una semana completa, entre la fiebre y tu herida debes de estar débil —di un bocado porque mi estomago me lo exigía, el sabor era delicioso, tenia verduras y grandes trozos de carne —disculpa si no sabe del todo bien, no acostumbro a cocinar, todos mis alimentos son crudos.

—¿Me cuidaste todo el tiempo?

—Si —me miro a los ojos —dije que serias mi pareja, debo de cuidarte, ¿Cómo darás a luz a mis hijos si no lo hago?

—Creo que te equivocaste, no quiero dar a luz a tus hijos y no puedo hacerlo además, soy un varón, eso es imposible, busca a una hembra de tu especie.

—Ya no hay mas, de hecho, soy el último Naga que existe, he vivido por cientos de años sin pareja alguna, me había dado por vencido en encontrar quien me ayudara a preservar a los de mi especie, pero saboree tu sangre, tu podrás incubarlos.

¿Un Naga? Había escuchado de ellos en leyendas, pero nadie los había visto, es una creatura confundida, y poderosa, debo escapar, pero en esta condición aun no puedo huir aun.

—Antes de que pienses cualquier cosa, ya no podrás escapar, ya te marque como mi pareja, trate con mujeres humanas, pero morían, su baja resistencia no podían dar a luz a mis crías —toco mi rostro con un dedo —No me molesta aparearme contigo.

Empuje su mano —A mi si, entiende yo no puedo hacerlo —volvió a acercarse, pero algo en su mirada me hipnotizada.

—¿Por qué? —su mano se fue a mi abdomen —Si reaccionas bien al estimulo —se metió en mi pantalón —lo comprobé mientras estabas inconsciente —tomo mi miembro en su puño —tu erección es muy palpable apenas te toco.

Empezó a mover la mano y una imagen de él succionando mi miembro viene a mi mente, recuerdo verlo entre mis piernas, recuerdo correrme en su boca lo que no ayuda a mis gemidos mientras sigue tocando la punta de mi miembro con su dedo.

—¿Vez? Desde que descubrí qué te estimulas al igual que yo, no he dejado de tocarte, incluso mientras dormías.

Sentí mas calor, algo en el aroma del Naga me hacía sentirme débil, pero no de una forma negativa, mi cadera se movía mas contra su mano. Un siseo se escuchó de su garganta.

—Dime tu nombre.

—Seokjin —apretó la punta sacándome un gemido.

—Soy Namjoon —su boca estaba cerca de la mía —estoy tan ansioso de hacer esto contigo despierto —volví alejarme, pero ahora note algo extraño, el sonido húmedo me alerto —tranquilo, te dije que tengo que prepararte, no es mas que eso.

Mi interior se sentía caliente, entre mis piernas corría un líquido que humedecía la cama, intente mirar pero Namjoon me apretó contra él, sin dejar de masturbarme, era como una masa en sus manos, dejando que me moviera a su antojo.

—Estoy en verdad sorprendido —me di cuenta por como me desvestía, que la ropa estaba adecuada para un acceso más rápido —mientras te curaba, tu cuerpo me atrajo, tu piel es tan suave muy diferente de lo que hubiera tocado antes —su aliento estaba en mi cuello, después algo áspero delineo mi clavícula, hasta mi barbilla —pensé en todo el tiempo que he vivido en la oscuridad, de lo que me perdí por hacerlo, de creaturas como tu.

—No existen muchos como yo —un brillo extraño relució en sus ojos —por lo menos no por ahora.

—¿Estas triste?

—No lo se, ya había aceptado mi muerte, mi hermano estará a cargo de los elfos, pero los que nos traicionaron aun están por ahí, no me quedaban energías para pensarlo.

—No debes de estar triste Seokjin —me alzo para ponerme encima de él —si algo tenemos los Nagas es nuestra eterna lealtad a una pareja, ahora eres mi pareja, tus enemigos son mis enemigos, tus tristezas son las mías, por lo juro que te compensare todo lo que te hicieron.

Tomo mi rostro y me beso, ahora sabia que lo áspero que sentía en mi cuello y piel, era su lengua, que se enredaba con la mia, en un beso algo sucio, un beso tan intenso, me sentía embriagado por sus palabras, por su presencia, una parte de mi estaba agradecido por salvarme la vida, la otra aterrador por lo que desea de mi, una mezcla de emociones que no pensé tener algún día, mi especie se casa con los de su mismo estatus, yo me casaría con una princesa que fue asesinada frente de mi.

Pero que no amaba como tal.

Su mano libre acaricaba lo largo de mi cuello, para que su boca atendiera mis hombros y la nuca, algo debajo de mi se movió, una textura extraña que fue endureciéndose poco a poco hasta que la firmeza se instalo entre mis nalgas.

—Te...tengo miedo.

—Shh, no dolerá, te he dilatado lo suficiente para que mi miembro reproductivo entre, mi saliva esta dentro de ti, el nido esta listo Seokjin, solo debemos poner la semilla.

Mire mis piernas que estaban abiertas a los costados de sus muslos, tenia una musculatura envidiable, entendía porque me dominaba tan fácil, su piel era algo fría y dura, pero lo que se acomodaba en mi anillo era caliente y resbaladizo. Me alzo un poco mire que un miembro salía de entre mis piernas pero al mismo tiempo otra cosa mas se alineaba entrando lento. Los latidos de mi corazón eran descontrolados, no entendía nada de lo que estaba pasando.

—Sotenlo lindo, frotalo con el tuyo.

De nuevo hice lo que me pidió, entre los dos miembros tenia que usar ambas manos para masturbarlos, el suyo era casi el doble de grueso, además de que la cabeza era sobresaliente a la mia con un la punta como una extraña flecha.

Pero de nuevo algo entro en mi, haciéndome retorcerme contra su pecho, sus manos pasaron debajo de mis muslos ahora para alzarme y moverme, el placer me llenaba sin sentido alguno, podía ver su miembro junto al mio, al mismo tiempo que algo mas me estimulaba en el interior.

—No...no se que pasa.

—Te preparo un poco mas.

—¿Preparar?

Estaba ansiando la liberación mientras me embestía desde abajo, sus dedos se aferraron mas a mis muslos cuando note que dentro estaba otro miembro, uno que se unia desde la base al que masturbaba con mi ereccion. Jadee ante la sorpresa.

—Nam...Nam...Mmmh.

—Si, lo estas haciendo muy bien.

Cuando senti que me correria, saco el miembro dentro de mi, para colocarlo ahora a la par de los que masturbaba, este era un poco mas delgado, su consistencia era resbaladiza asi como la punta mas como una flecha delgada, aun asi estaba duro.

—Creo que pocas especies poseemos los miembros de esta manera, este es para poder prepararte lubrica a la pareja, los estimula y en tu caso deja lo necesario para la incubación, el otro es mi órgano reproductivo que ordeñaran con tu precioso anillo al correrte.

—Espera no entrara, no entrara.

Lo dije pero logro entrar, la piel se estiro pero no dolía, era como si el calor se instalara en mi próstata y por inercia me moviera solo, me tumbo hacia enfrente con sus rodillas apoyada en la cama, sus manos en mis caderas, el no se movía ahora, era yo quien se mecia cada vez mas rápido deseando que siguiera golpeando tanto y tan fuerte que no me importaba romperme, podía sentir como mis mejillas se calentaban en el rubor de la excitación, mi rostro se puso contra la cama, me deje de moverme por el cansancio.

—Soy un desconsiderado, todavía debes estar débil, permite arreglarlo.

Separo mis piernas se aferro a mi cintura ahora chocando sus caderas fuertemente contra las mias, no reconocia mi propia voz entre los gemidos que llenaban aquel lugar, me giro ahora tomando su otro miembro contra el mio y masturbándonos mientras seguía penetrándome.

—Si, eres hermoso, tan hermoso Seokjin, destruiré a todos aquellos que te dañaron, lo hare con tal de que pueda tenerte mas asi.

Lo sentí enorme sobre de mi, tanto que casi podría jurar que tomo el tamaño de la creatura del bosque, jale su cabello al sentir como el orgasmo que golpeaba hasta la nuca, sacando tanto semen que no podía pensar que fuera posible, dentro de mi el se vacío, lo ordeñe tal como lo dijo, para que se quedara en esa posición mientras me besaba, no puedo resistirme, me siento como adormecido entre sus brazos, deseando con fervor que pasara el orgasmo previo para pedirle otro...

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