43. Salud por los nuevos comienzos.
—¿Ya está borracha? —inquiero llevando una mirada divertida a Aggie. Está saltando, con un vaso de contenido... dudoso en la mano. Mueve sus caderas al ritmo de una canción de Lizzo.
—Sí. Por lo menos no está llorando —responde Marine en un suspiro y luego voltea a verme—. ¿Cómo te fue con tu ex?
—Bien —contesto alzandome de hombros—. Fue... Normal.
Fue sentir un cuchillo en el corazón.
Okey. Demasiado dramático.
—Ese "bien" no sonó muy convincente —declara con una mueca. Me toma de la mano y tironea de mi hasta llevarme al mini bar de la habitación en la que estamos—. Vamos a beber.
No me niego en lo absoluto. Dejo que Marine me prepare lo que sea que Aggie ya está tomando. Sube el volumen de la música y me uno rápidamente a los saltitos mientras cantamos todas juntas. Es... Extrañamente aliviador. Ese tipo de cosas que no sabías que necesitas hasta que están pasando.
Cuando Aggie pone "Toxic" de Britney Spears, Marine y yo intercambiamos miradas cómplices y continuamos cantando.
Casi una hora después, siento la cabeza un poco más liviana. Es definitivamente el tipo de borrachera ligera que necesitaba. Caemos rendidas sobre el sofá y Aggie cambia su playlist por un álbum de Harry Styles. Y no estamos hablando de Kiwi, estamos hablando de Falling.
—Voy a pedirle un tiempo a Nick —declara de repente.
Por poco me ahogo con mi bebida. Toso para recomponerme y me siento, girando mi cuerpo hacia ella.
—¿De verdad?
Aggie suspira con pesadez.
—Sí. Lo vengo pensando hace tiempo y lo que pasó hoy fue... Revelador. Necesitamos un tiempo.
Marine asiente comprensiva y abraza a Aggie. Esta vez no llora. Sino que se queda mirando al suelo.
Minutos después, Marine habla, diciendo que no vamos a dejar decaer esta noche. Nos hace ir hacia la cocina y como podemos, nos preparamos algo para comer. Entre risas y más música, consigo olvidarme que vi a Liam. Y Aggie que va a pedirle un tiempo a Nick.
Para cuando estamos listas para ir a dormir, ya está ameneciendo. Nos quedamos afuera viendo el sol levantarse mientras nos abrazamos en silencio. Cada una sumergida en su propio mundo, en el que están sucediendo cosas totalmente diferentes.
La gracia de tener amigas.
***
Lo malo de la noche de chicas es que solo dormimos tres horas. Prometí buscar a Fury por la mañana y Aggie me tiene que llevar. Además, vamos al mismo lugar.
Primero paramos por un Starbucks a desayunar y ahora tenemos que enfrentar la realidad. Yo tengo que volver a encontrarme con Liam y ella tiene que ver a Nick.
Eso nos lleva a ahora.
—Deberíamos bajar —murmuro. Seguimos en el estacionamiento subterráneo del edificio.
—Solo... Cinco minutos más —me dice Aggie. Ni siquiera voltea a mirarme, sino que mantiene su mirada al frente. Esperando un milagro o algo que nos haga salir del estacionamiento.
Miro la hora en mi celular. 11:05 de la mañana. Observo que tengo mensajes sin leer de Reese y los amigos de Reese... A quienes debería empezar a llamar mis amigos. Me agregaron hace unos minutos a un grupo de mensajes que se llama "Las Vegas", y le siguen un montón de emojis. Aún no quiero saber de qué se trata así que decido ignorarlos por ahora.
—Eso me dijiste hace cinco minutos —le recuerdo. Vuelvo a chequear mi rostro frente al espejo. No estoy para ninguna pasarela, pero por lo menos conseguí ponerme un poco de máscara de pestañas antes de irme—. No tienes por qué hablar con Nick ahora.
Ahora sí, Aggie voltea a verme y se ríe.
—Nick me conoce mejor que nadie. Va a darse cuenta de que hay algo mal apenas nos veamos.
—No me interesa. No voy a quedarme aquí abajo toda la vida. Hace calor.
No espero una respuesta. Abro la puerta del auto y salgo. Como esperaba, Aggie me sigue entre gruñidos y quejas.
Cuando estamos frente a la puerta de los Hamilton, Aggie toca y esperamos. Tan solo segundos después, Tyler nos abre. Luce como si se acabara de despertar y sostiene un cuenco de cereales.
—Buenos días —saluda y se hace a un costado para dejarnos entrar—. ¿Quieren desayunar?
—No, ya desayunamos —contesto por mi y por Aggie ya que está más callada de lo normal. De reojo noto como sus dedos empiezan a juguetear con el colgante en su cuello—. ¿Nick está aquí?
—Nop, se fue con Liam a correr —explica mientras empieza a caminar de nuevo a la cocina—. No soy de ese estilo.
En otras palabras, sé que no hay chance de que los tres vayan juntos a un lugar por elección. No cuando la relación de Nick y Tyler está complicada.
Aggie suelta su colgante y sus hombros se relajan notablemente. Puedo decir lo mismo de mi. No tengo que ver a Liam. Simplemente agarrar a Fury e irme. Escaneo la sala de estar con la mirada. No hay señales de Fury. Seguro está arriba. De haberme simplemente olido ya hubiera estado encima de mi.
—¿Y Fury? —le pregunto a Tyler cuando ya estamos en la cocina.
—Ah, se fue con Liam y Nick a correr. No hay problema con eso, ¿verdad?
Tiene que ser chiste.
Toso un poco para ocultar mi sorpresa.
—Eh, no, no hay problema —contesto recordando todas las veces que Key y yo salimos a correr con él. Sin Reese, por supuesto. Esa es una competencia para la cual no estamos listos.
Me pregunto a qué parque lo habrán llevado o si estarán en la playa.
—Pasamos la noche con el cuando Olive se durmió —me cuenta Tyler—. Me dieron ganas de tener uno.
Sonrío un poco.
—Entonces... ¿Ayudó?
—Sí. Olive estaba por las nubes cuando llegó —dice. Deja los cereales terminados a un costado y alza una taza de café humeante. Paseo mi mirada por la cocina. Mis ojos van a parar rápidamente al refrigerador. Me acerco para poder ver mejor los dibujos. Hay varios con colores y otros simplemente en blanco y negro. Hay un globo terráqueo, una palmera y un ramo de rosas.
—Los hizo Olive —me dice Tyler colocándose detrás de mi—. Liam los colgó. Probablemente Olive esté un poco grande para que cuelguen sus dibujos en el refrigerador... Pero es la manera que tiene Liam para tratar de recuperar los años que le robaron.
Asiento y parpadeo con fuerzas en un intento para ahuyentar las lágrimas.
—Tiene talento —murmuro observando la delicadeza de los colores y los trazos—. ¿Han pensado en algún instituto de arte?
—Por ahora tiene que ponerse al día con la escuela y los años que perdió. Es más, ahora está en clases arriba con su tutora —me explica—. Luego... Quizás Liam podría ponerse a buscar algunas escuelas.
—¿Cómo está Malcolm? —le pregunto. Volteo y me doy con que Aggie se fue de la cocina, ¿quién sabe hace cuanto?
—Espero que bien —suspira pesadamente.
Me siento sobre uno de los taburetes. Tyler me ofrece una taza de café que sí acepto porque siento que estoy a punto de dormirme. Solo conseguimos charlar cinco minutos más cuando escucho a Liam, Nick y las inconfundibles patitas de Fury sobre la madera.
Mi espalda se pone rígida y el nudo de nervios que tengo desde que me desperté se hace más fuerte. Tyler intenta darme una mirada comprensiva y tranquilizadora que no ayuda mucho.
Las voces se vuelven más y más reconocibles, hasta que entran a la cocina. Primero veo a Liam. Cruzamos miradas instantáneamente. Solo puedo pensar en: mierda, debería haberle dicho a Nick o a Tyler que traigan a Fury a mi casa. Porque la vista de Liam sudoroso y sonriente está golpeandome justo en el estómago.
Solo me distraigo cuando Fury me encuentra y salta encima de mi.
—Quinnie, tu perro es el mejor perro del mundo —habla Nick animadamente para aligerar la tensión. Abre el refrigerador, saca dos botellas de agua y le lanza una a Liam que atrapa en el aire.
Me río con un poco de nervios.
—Lo sé —respondo acariciándole las orejas—. ¿Listo para ir a casa?
No espero una jodida respuesta. Espero que Fury se haya divertido pero se acabó.
—Tengo que irme —anuncio bajandome del taburete sin mirar a nadie en específico.
—Te daré sus cosas —me dice Nick. Se va de la cocina. Unos cuantos minutos después de puro silencio en el que Tyler bebe café y Liam juega con la tapa de su botella de agua, Nick vuelve con la correa y el gato morado.
Recibo las cosas cuando se acerca.
—Ehm... —murmuro y paseo mi mirada por los tres. ¿Por qué se me quedan viendo? ¿Por qué Nick y Tyler no hacen algo si claramente están viendo que prefiero enterrar mi cabeza en un pozo?
Tyler y Liam intercambian miradas. Por poco olvidaba esa conexión telepática que tienen.
—Te acompaño afuera —dice Liam finalmente y le entrega su botella vacía a Nick.
—No hace falta —respondo. Lo último que necesito es hablar con Liam. Actuar como si todo estuviera bien. Paso. Fingir eso solamente consigue destruirme más y más. Así que de nuevo, paso—. Adiós, chicos.
No espero nada más. Salgo de la cocina, pasando por al lado de Liam. Fury camina a mi lado. Atravieso la sala y cuando estoy por abrir la puerta, Liam la cierra colocando una mano encima.
—Dije que no hacía falta —digo volteando a mirarlo. Retrocedo dos pasos porque literalmente estamos a centímetros de distancia—. Sé abrir puertas.
—Pensé que no —responde a lo que pongo mis ojos en blanco. Resoplo.
—¿Qué quieres Liam? De verdad estoy intentando alejarme como me pediste, pero lo estás volviendo difícil —espeto empezando a perder la paciencia. Y puede que la falta de sueño y todo el café que bebí tengan algo que ver.
Me mira por unos segundos, de seguro preguntandose por qué estoy reaccionando así. Aunque sabe la respuesta, lo mismo parece sorprendido.
—Quinn, estoy intentando llevarme bien contigo.
Aprieto mis labios con fuerzas y pienso mis palabras bien.
—No podemos ser amigos, Liam. Prefiero odiarte antes que esta situación —confieso e intento reprimir las lágrimas y el familiar cosquilleo en mi nariz—. Estoy intentando superarte y mover con mi vida, tal como me dijiste que haga. Por fin estoy acomodando mi vida. Liam yo... —mi voz se quiebra.
Detesto esto. Detesto que me vuelva la persona insegura y dependiente que tanto estoy intentando dejar atrás. Miro hacia otro lado.
No espero que diga nada más. Abro la puerta y salgo rápidamente con Fury pisandome los talones.
Liam no me sigue y eso me alivia.
***
Tan solo una semana después, es mi primer día trabajando en el refugio. Hace tiempo que no estoy tan nerviosa como hoy. Solo que este tipo de nervios son distintos. Son... Nervios de no caerle bien a las dueñas, no saber hacer nada y terminar en una crisis a mitad del día porque me doy cuenta de que no sirvo para absolutamente nada.
Sin presiones, eh.
Respiro hondo y paso mis manos por mis jeans.
—Eso es todo lo que tienes que hacer —me explica Ashley, una de las chicas que trabaja aquí hace tiempo. Tiene veintitrés y estudia en la universidad en Texas pero pasa los veranos trabajando aquí en Miami, donde vive su familia—. El resto lo aprenderás sobre la marcha, pero como es tu primer día, no quiero abrumarte.
Asiento. Creo que dije dos palabras desde que llegué y una de ellas fue "hola".
—Estaré contigo durante este tiempo porque es tu primer día, pero generalmente tengo otras tareas —me explica. Y puedo ver por su rostro que no le encanta la idea de limpiar las jaulas. Supongo que es lo que me toca por ser nueva.
Este es el sector de los perros, todos están en el patio y a mi me toca limpiar las jaulas. Diversión asegurada. Ashley me muestra lo que hay que hacer en la primera jaula. Después me dice que lo haga yo.
—Escuche que Jason Heyward fue el que te recomendó —comenta Ashley cuando estoy pasando un trapo por el piso. Elevo la cabeza para mirarla. En vez de estar limpiando la próxima jaula como deduje que haría está mirándome fijamente mientras trabajo.
—Sí —contesto sin ganas de hacer más conversación sobre Jason.
—¿Están saliendo o algo? —inquiere. Su acento me tiene un poco confundida. Tiene sus rasgos de Florida pero también ese acento de Texas que no se confunde en ningún lado. Acento o no, es una chismosa.
—No, somos amigos —le explico.
Alzo los recipientes de comida y agua vacíos y los apilo en el carrito a mis espaldas como me dijo. Hay que lavarlos. ¿Por qué los lunes son días de limpiar las jaulas?
—¿Crees que podrías darle mi número? Ya no sale con Abby y aparentemente contigo tampoco. Hablamos unas cuantas veces pero no creo que se acuerde de mi... No cuando ahora tiene un pie dentro de la fama y eso —se ríe.
No debería molestarme... Excepto que por alguna razón, me fastidia que me pregunte. Jason es... perfecto. Conocí a Ashley hace veinte minutos pero sé que no se lo merece. ¿Estoy siendo territorial sobre un chico que ni siquiera es mío? Sí.
—Le hablaré sobre ti —miento. Los años me enseñaron a no hacer enemigas en lugares donde no me convienen, y ahora Ashley es algo así como mi jefa.
—Gracias, Kim.
Me voy a asegurar de decirle a Jason que Ashley tiene una sífilis. Quizás también le agregue pulgas.
—Es Quinn, Ashlynn —le digo volteando a mirarla.
—Como sea. Estaré al frente. Termina con todas —ordena. Gira sobre sus talones y se va por el pasillo.
Suspiro aliviada de que se haya ido y continuo limpiando espacio tras espacio. Algunas jaulas están más sucias que otras y... Algunos perros dejaron sorpresitas debajo de los almohadones en lo que duermen.
Casi una hora después, termino y me duelen los brazos. Debería empezar a ir al gimnasio con Reese o no voy a durar una semana.
Voy al frente, donde Ashley está hablando con dos personas que acaban de llegar. Decido no interrumpir y voy directo hacia el patio. Es lugar enorme donde ahora hay como veinte perros de distintos tamaños y formas jugando. Algunos están simplemente echados en el césped disfrutando el sol. Los más pequeños corren de esquina a esquina. Sonrío al verlos.
Hay dos voluntarios más cuidándolos. Los saludo con una mano y me acerco a charlar porque lucen más amigables que Ashley. Puedo hablar con ellos un rato hasta que Ashley vuelve, diciendo que si podemos llevar al frente perros pequeños porque parece que la pareja que llegó hace un tiempo vive en un departamento y están buscando que no sean tan grandes.
Entre los cuatro, logramos reunir a los posibles perros y los hacemos entrar al refugio. La mujer que espera adentro se le iluminan los ojos cuando los ve entrar e inmediatamente se pone de cuclillas para recibirlos. El hombre que la acompaña sonríe, pero mira a la chica, no a los perros.
Ashley se acerca a mi.
—Mira y aprende —me dice en voz baja. Asiento.
Diez minutos después y con un poco de persuasión por uno de los voluntarios, la pareja se lleva a dos. Ashley los lleva al frente para llenar el papeleo.
Por lo menos puedo usar mis tácticas de manipulación para una buena causa.
***
Dos semanas después.
—Ya llegamos, rubiecita —anuncia Mark cuando detiene su Jeep en frente de mi casa.
—¡Nos vemos mañana! —exclamo colgando mi mochila en mi espalda y bajando del auto. Reese y Preston me saludan con la mano. Les tiro un beso y saco mis llaves para abrir la puerta.
Hoy fue otra mañana de surf y ya puedo decir que estoy mejorando. Por lo menos puedo pararme sobre la tabla sin caerme a los dos segundos. Entro a casa con una sonrisa. Tengo dos horas para almorzar antes de que mi turno en el refugio empiece. Es mi rutina de casi todos los días.
—¡Lily, ya estoy en casa! —exclamo y voy directo a la cocina, dejándome llevar por el olor a comida recién hecha.
Voltea a mirarme con una sonrisa.
—Tienes visitas —me dice con una mirada cómplice—. Preparé todo para que almuercen afuera.
—¿Qué visitas? —le pregunto frunciendo el ceño—. ¿Key?
—No. Tu hermano, Nate —responde.
—¿Nate está aquí? —inquiero sorprendida. Asiente con la cabeza y es todo lo que necesito para voltear y dirigirme al patio. Atravieso toda la casa hasta lograr salir.
Frunzo el ceño cuando llego a la mesa. No solo está Nate, sino que también mamá y Zack. Es suficientemente raro que Nate esté en Miami, pero ¿que esté compartiendo un lugar con Zack?
—Hola —digo y abrazo a mi hermano por la espalda. Lo escucho reír y voltea para recibirme en sus brazos. No lo veo desde la semana que pasamos en San Francisco.
—Quinn, ¿no te has duchado? —inquiere mamá cuando Nate y yo rompemos el abrazo.
Zack se ríe.
Bajo mi mirada al vestido que tengo puesto sobre mi traje de baño. Tengo el cabello atado porque sigue un poco mojado.
—Tengo solo dos horas. Voy a ducharme luego —le digo y me siento en la mesa a su lado—. ¿Qué haces aquí?
—Vine a visitar. Hannah está en con su familia y... Mamá quiere involucrarse en los detalles de la boda —me explica.
Mamá bufa como si Nate estuviera exagerando. Me río. Por supuesto que va a querer meterse hasta en el último detalle.
La última explicación que me falta es que hace Zack en la misma mesa. Pensé que los gemelos y él no se caían bien.
—Nate y yo estamos bien —me explica al notar que estoy buscando respuestas—. Rick es el problema.
—Mi hermanito es complicado —suspira Nate, recalcando que es tres minutos mayor—. Hay que darle más tiempo.
Zack se alza de hombros.
—Todo el tiempo que quiera. Tampoco me hago pis de la emoción.
—¡Zachary! —exclama mamá y lo mira acusadoramente.
—Lo siento, Natalie pero es la verdad.
Sorpresivamente, almorzamos en tranquilidad. Zack cuenta todo lo que a escuche sobre el viaje a Cabo con Marine, dejando de lado las partes +18 que tuve que escuchar gracias a Marine. Le dije que no me cuente porque es... raro hablar de eso si se trata de Zack pero eso no la detuvo. Solo voy a resumir diciendo que tuvieron poco tiempo para hacer de turistas.
Mamá empieza a bombardear con preguntas a Nate. Preguntas que Nate no sabe cómo responder.
—Mamá, si quieres hablar de centros de mesas y pasteles mejor habla con Hannah. Yo solo quiero casarme con ella —dice finalmente.
Una hora después, ayudamos a levantar la mesa y llevar todo a la cocina donde como siempre, Lily nos dice que "no hace falta que hagan eso". Natalie sube directo a su habitación y Zack se despide de nosotros para ir a buscar a Marine.
Eso me deja con Nate.
Los dos vamos hasta la sala de estar y nos tiramos en los sofás.
—La semana que viene empiezas la universidad —anuncia, yendo directo al grano—. Recuerdo cuando yo empecé. Solo, en una ciudad desconocida. Me estaba muriendo de los nervios. ¿Estás nerviosa?
—Muy nerviosa... aunque también estoy emocionada —respondo—. Siento que van a ser unos buenos años.
Va a ser un ambiente nuevo, con nuevas personas —excepto por Key—, seguiré en casa cerca de Zack, Marine y mamá. El cambio me vendrá bien.
—Los mejores —me aclara Nate—. Y es normal que estes nerviosa. Me preocuparia que no lo estés.
Suspiro frustrada.
—¿Y si me va mal?
Nate me mira por unos segundos y cuando pienso que va a reírse de mi, estira una sonrisa comprensiva.
—Pensaba lo mismo que tú cuando empecé —dice alzandose de hombros. Apoya sus codos en sus rodillas y se inclina un poco más a mi dirección—. Asusta y un montón, pero la clave está en no tomarse todo tan en serio.
Entrecierro mis ojos.
—Ese es el peor consejo que escuché en mi vida, Nate —resoplo.
Suelta una carcajada y niega con la cabeza.
—Suena mal, pero es el mejor consejo que puedo darte. Tienes que aprender a disfrutar cada momento porque la vida se te escapa de las manos pensando en el futuro —me dice, ya sin reírse y cargado de seriedad. Trago saliva y me preparo para escuchar lo que sea que tenga que decir—. No estoy diciendo que no tienes que preocuparte por el futuro, pero quizás... No tomarlo tan en serio, ¿quién sabe lo que puede pasar? Y... La universidad no es tan difícil si aprendes a organizarte.
—Pff, fácil para ti decirlo. Mister Perfección. Mister "Mejor promedio". Mister—
Nate casi pone sus ojos en blanco.
—Hablo en serio —repone interrumpiendome.
Sonrio de un poco.
—Y yo escucho en serio —le aseguro—. Lo siento si pareció que no. Son los nervios hablando.
—Vas a estar bien, Quinn —dice y palmea mi pierna—. Has pasado por tanto que la universidad te parecerá un juego de niños.
—Wow, gracias Nate —suelto sarcástica—. Las charlas motivacionales se te dan muy bien.
—Lo sé, ¿verdad? —se ríe. Saca del bolsillo de sus jeans su celular—. Hannah me pidió que te muestre esto —dice mientras busca algo. Cuando se detiene, da vuelta su celular y me lo enseña—. Es el vestido de las damas de honor.
—Rosa —declaro al verlo. Es de seda, se ajusta al cuerpo en las partes correctas y es simple. Como tienen que ser los vestidos de damas de honor para no opacar a la novia.
—Así es. Vas a verte adorable —se burla Nate.
Pongo mis ojos en blanco y lo empujo, causando que se ría.
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.
nota:
4 capítulos más y se termina🥺🥺❤️
quiero contarles como va a ser la dinámica. después del capítulo 44, voy a subir los últimos 3 capítulos como maratón;)
estén preparadas❤️
ahora a lo nuestro,
¿también les encanta la "nueva Quinn"? ajajajajsa honestamente extraño un poco a la Quinn que se manda estupideces;)
no se olviden de seguirme en instagram para ver vivos, adelantos y contenido extra❤️
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