Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

40. El egoísmo va a extinguirnos (parte 1)

este capítulo está dividido en dos:)

la canción la pensé yo (me siento un poco orgullosa de eso JAJSJSJS)



Narra Quinn.

—¿Quieres hablar? —suelto. La resignación pesandome sobre los hombros—. Está bien, hablemos. Lejos.

Jason voltea a mirarme. Lo noto en sus ojos y en su aliento. Está borracho. No lo veo en este estado hace años, no desde Portland cuando dejaba que sus adicciones dicten su vida. En Miami siempre lo vi controlado. Cuando pasamos esa semana en la casa del lago, nunca bebió más de la cuenta.

Para mi suerte asiente, sin darme más pelea. Antes de poder tomarlo del brazo para llevármelo, miro a Liam. Intento decirle que realmente no quiero irme, que no estoy dejándolo. Estoy evitando una catástrofe. No soy ninguna tonta. Sé lo importante que esta noche para Liam y no voy a arruinarla.

Sin embargo, los ojos de Liam no me reciben tan comprensivos como esperaba. Está decepcionado, y quizás, hasta traicionado.

A veces tenemos que hacer cosas que no queremos hacer, pero que tenemos. Él más que nadie debería entenderlo.

Sujeto a Jason de la mano y volteo, sintiéndome mal conmigo misma por dejarlo así después de haber bailado. Arrastro a Jason fuera de la pista, obviando las miradas curiosas que me da todo el mundo. Baila con uno, se va con otro. Seguro estoy dando mucho de qué hablar.

Elevo la cabeza, buscando a Zack o a Marine entre la multitud. No tengo tiempo de encargarme de Jason. No ahora. ¿Lo hubiese hecho si fuéramos más que amigos? Probablemente sí. ¿Esta escena de celos innecesaria por amistad?

Las palabras que me dijo en el estadio hace semanas dan vueltas por mi cabeza: "Si tú quieres estaba pensando en... Empezar como amigos". Esto no es ser amigos. Esto es una escena de celos que no tiene derecho a causar y me enoja.

—¿Vamos a detenernos en algún punto? Comienzo a marearme, Queens —comenta Jason.

Me detengo. No tiene sentido seguir dando vueltas para mostrarme con todo el mundo como si fuera una exhibición de circo.

Dejé mi bolso con Marine. Ella tiene mi celular. Perfecto. Ahora no tengo otra opción que lidiar con Jason.

—¿Qué tienes para decirme, Jason? —inquiero al mismo tiempo que me cruzo de brazos y arqueo una ceja. Es patéticamente obvio que no tiene nada de qué hablar. Aun así, quiero ver qué hace a continuación.

Pasa una mano por su cabello, desordenandolo aún más.

—Me cansé de ser solo amigos —suelta sin cuidado.

—Estás borracho —sentencio con cara de pocos amigos. Intenta enderezarse.

—No tanto —es su mejor defensa y me tiene poniendo los ojos en blanco—, no estoy mintiendo, Queens. Pensé que lo mejor sería ser amigos pero... Te extraño.

—¿Y te diste cuenta de esto cuando me viste bailando con Liam?

Sacude su cabeza rápidamente para negarlo.

—No. Me di cuenta hace tiempo. Estaba esperando a que vuelvas de San Francisco para decírtelo. Verte aquí me tomó por sorpresa.

Justo cuando pensaba que las cosas no podían complicarse más, Jason decide poner la cereza encima del postre. Genial. Simplemente, espectacular.

Mantengo mi mirada en sus ojos por unos segundos, intentando descifrar si esto es en serio o no. Y en el caso que lo sea, ¿qué quiero contestarle? La confusión está invadiendo mi cabeza.

Me muerdo el labio.

—No estás pensando bien. Te arrepentirás de esto mañana.

—¿Por qué?

Trago saliva.

—Porque te darás cuenta de que no es realmente lo que quieres. Estás dejando que la bebida y los celos hablen. Esas dos cosas nunca son una buena combinación.

Y lo sé de primera mano, cuando lo viví contigo y Josie.

—Queens —murmura esta vez sin el tono borracho que tanto aborrezco. Sus ojos siguen achispados, indicándome que sigue igual de intoxicado pero ahora parece estar aparentando sobriedad mucho mejor. Da un paso hacia adelante. Lo tengo a centímetros. Jason es tan alto que tengo que echar mi cabeza un poco hacia atrás para encontrar sus ojos—. Te quiero, ¿sí? Me gustas. Mucho. No pensé que sería... tanto. Tengo todos estos sentimientos que me están confundiendo. Te dije que sería mejor ser amigos porque sabía que te... te haría daño estar conmigo sin haber solucionado problemas antiguos. Estaba intentando ser la mejor persona pero ahora necesito ser un poco egoísta. Suena terrible, pero te quiero y no estar contigo sabiendo que puedo me está matando.

Mi respiración se entrecorta.

Estaba rogando que Jason verdaderamente no tenga nada que decirme.

Mi mente se blanquea por unos segundos antes de que un torbellino de pensamientos arremeta. Esto era todo lo que quería que me diga hace unas semanas. Sin embargo, ¿es lo que quiero ahora?

Las eternas conversaciones con Key y Reese aparecen en mi cabeza como si supiera que por una jodida vez en mi vida, tengo que escucharlos.

Y por primera vez en años, tengo que hacer algo que me aterra, que me inquieta y siempre trato de evitar como si fuese la misma peste porque siento que no lo merezco. Y es quererme a mi misma.

—No creo que sea buena idea —finalmente consigo decir.

Jason parpadea con sorpresa. Imagino que no está acostumbrado a ser rechazado. Tiene su punto. ¿Quién sería lo suficientemente tonta para rechazarlo? Empecemos por su rostro con facciones simétricas y perfectas, sus brillantes ojos que parecen dos esmeraldas, su cuerpo de literalmente, deportista, con músculos por donde quieras mirar. Ni siquiera sé cómo empezar con su personalidad. Jason tiene esto que es... Tiene algo especial. Un poco enigmático, que genera curiosidad pero sin ser un código indescifrable. Tiene esta personalidad que se balancea entre lo arrogante y lo dulce. Te empuja a reaccionar, me impulsa a ser mejor sin olvidarse de cuidarme y ser la cantidad de dulce que quiero y necesito.

—¿No crees que sea buena idea? —inquiere ahora luciendo inseguro.

—Necesito estar sola, Jason. Tú mismo lo dijiste. Tengo que encontrarme a mi misma, solucionar mis problemas y crecer un poco más —digo con el nudo de nervios cada vez ajustándose más en mi estómago. Necesito entender finalmente que hay cosas más importantes en la vida.

Parpadea por unos instantes. Me mira lo suficiente para asegurarse de que lo que sale de mi boca es real y es en serio. Espero su respuesta expectante. ¿Se enojará conmigo? De seguro piensa que todo este tiempo estuve jugando con él. ¿O tal vez va a entenderme?

Entrelazo mis dedos con nerviosismo.

—¿Eso es lo que realmente quieres? —me pregunta finalmente. Sus ojos gritan la decepción, pero trata de ocultarlo.

—Sí —murmuro en respuesta.

—Queens, si es por Liam... Voy a entenderlo. No hace falta que me ocultes la verdad.

Tomo una profunda respiración y digo las palabras que me duelen.

—No es por Liam. Es por mi misma —contesto.

Y es la verdad.

No quiero volver con Liam. No puedo volver con Liam.

Eso no significa que quiera estar con Jason.








***











Una relación se siente diferente cuando ambos estamos en la misma página.

Liam y yo nunca estuvimos en la misma página. O eso es lo que pienso yo. Siempre hubo algo que no nos hacía funcionar, que no nos permitía funcionar. Luchar contra la corriente es agotador, y es inútil. La corriente nunca va a detenerse y no uno, sino los dos nos terminaremos ahogando.

Pero estar en la misma página se siente como un respiro. Por más que sea la página equivocada.

—Quiero esto —murmuro. Lo quiero, pero por todas las razones equivocadas—. Aunque sea solo por esta noche. Ambos lo necesitamos.

Liam parpadea, sin poder creer las palabras que acaban de salir de mi boca. Yo tampoco puedo creerlas. Sin embargo, necesito sentirme bien aunque sea por unos segundos. Y necesito hacerlo sentir bien a él después todo lo que pasó esta noche.

Mi cuerpo entero tiembla en anticipación cuando una mano acuna mi rostro. Mueve mi cabeza lo suficiente para acercarme a él. Nuestros labios apenas tienen tiempo de rozarse cuando su boca está sobre la mía y yo me olvidé hasta de mi nombre.

Por poco olvidaba lo bien que se sentía esto.

Me es inevitable derretirme en sus brazos. El efecto que tiene Liam sobre mi me aterra y hace olvidar cualquier tipo de inhibición. Me sostiene por la cintura, sus brazos me envuelven y me hacen sentir segura. Su lengua encuentra la mía y cuando pienso que no se puede poner mejor, me aplasta aun más a su cuerpo. Un gemido se me escapa y es rápidamente sofocado en Liam.

Un trueno hace que mi cuerpo tiemble del susto, pero no me inmuto. Liam me besa con aún más fuerzas, como si tuviera miedo de que ese trueno sea capaz de separarnos. Acto seguido, mi cuerpo entero se moja por las gotas pesadas de lluvia. Me golpean la espalda descubierta, se escurren por mi cabello y me mojan hasta los pies.

Mis manos encuentran su cabello, jugando con los mechones mojados. A Liam siempre le gustó que haga esto. El beso solo se profundiza más y más, dejándome sin aliento y con el corazón palpitando con tanta fuerza que me asusta.

—Estamos en medio de una tormenta —murmura Liam, con nuestras frentes y labios chocando.

—No me digas.

Voy a tachar de mi lista besar bajo la lluvia.

Vuelvo a besarlo, sin poder tener suficiente. Esta vez, Liam me levanta por las piernas y yo las encierro sobre su cuerpo.

Sin decirme nada, comienza a caminar hasta que estamos en la parte de la azotea que tiene techo. Se detiene cuando mi espalda choca contra la pared fría y yo gimo en sorpresa. Eso hace que Liam esboce una pequeña sonrisa, antes de que se torne maliciosa y sus labios encuentran los míos nuevamente.

Mi mente se blanquea cuando Liam me presiona más contra la pared al mismo tiempo que sus labios encuentran mi mandíbula y desciende sus besos hasta llegar a mi cuello. Echo mi cabeza hacia atrás para darle mejor acceso. 

Lo hago casi por instinto cuando muevo mis caderas sobre su cuerpo, una y otra vez intentando buscar más fricción. Y también, para volverlo loco un poco más.

—Gatita...—masculla en advertencia cuando sus dientes muerden ligeramente mi cuello.

Su tono me lo dice todo. "No empieces algo que no vas a terminar". Y si solo tenemos esta noche, pienso terminar. Múltiples veces.

Muevo mis caderas contra su pelvis. Otra vez.

Sonrio de costado cuando deshago el agarre de mis piernas sobre su cuerpo y vuelvo a tocar el suelo. Aprovecho que está usando una corbata para obligarlo a girar, ahora es su espalda la que choca contra la pared mientras él eleva una ceja curioso.

—Una noche —sentencio cuando me animo a mirarlo directo a los ojos—. Solo una noche.

Una parte de mi tiene miedo de que me diga que no, que es mala idea y todo eso. Ser rechazada de nuevo va a terminar de romper el poco ego que me queda cuando se trata de Liam. Sin embargo, la otra parte confía en que si bien Liam quiere jugar a ser el héroe, también tiene diecinueve años y a juzgar por cómo le aprietan sus pantalones, no pensando muy racionalmente.

—Una noche —repite Liam para cerrar el pacto. Con eso me basta.

Trazo una línea de besos que viajan desde sus labios y descienden por su cuello, encontrando los sectores que sé que hacen que su cabeza sea un nudo de emociones. Tiro de los bordes del saco de vestir negro que tiene puesto hoy. Liam me ayuda a quitárselo. Su camisa blanca está empapada y a pesar de que la única luz que tenemos son las infinitas luces de la ciudad a mis espaldas, puedo notar como se transparenta.

Deshago un poco el nudo de su corbata, sin quitársela porque me gusta como se ve en ella. Liam sabe eso, porque tampoco intenta sacarla. Mis dedos encuentran los primeros botones de su camisa. Desabotono los primeros, y luego subo la mirada a sus ojos. No sé cómo es posible, pero lucen más oscuros y por poco brillan con deseo.

Con toda la fuerza que tengo, abro la camisa haciendo que los botones se desprendan y varios salgan volando. Sé que este es un traje Tom Ford, que probablemente está a 6000 dólares pero a ninguno de los dos parece importarle ese detalle ahora mismo.

Mis manos recorren su cuerpo y siento perfectamente como se tensa bajo mi toque. Imagino que ya debe tener una idea de a dónde se dirige todo esto cuando lentamente caigo de rodillas al suelo. El vestido me pesa y es incómodo porque está empapado, pero intento empujar esos pensamientos al fondo de mi cabeza.

Liam baja la mirada y encuentra la mía momentáneamente antes de que yo vuelva a concentrarme en lo mio. Estuve en esta situación con Liam muchas veces antes. ¿Por qué de repente me siento tan nerviosa?

¿Tal vez porque sé que esta será definitivamente la última vez?

Deshago su cinturón tomándome mi tiempo. Bajo su pantalón y sus boxers Calvin Klein hasta la mitad de sus muslos.

Dios.

De verdad estoy por hacer esto.

Liam parece leer la indecisión en mis movimientos. Justo lo tengo en todo su "resplandor" a centímetros de mi rostro.

—Quinn... Mierda —masculla. Su voz me hace saber lo caliente y afectado que está por todo esto—, no... No tienes que hacerlo si no quieres.

¿Y dejarlo aquí con bolas azules?

Dios, Quinn. De verdad me voy a ganar el título a la más estúpida.

—Sí quiero —respondo inmediatamente. Ese es el problema. Quiero y mucho.

Subo la mirada. Liam arquea una ceja en mi dirección. Es desafiante y está diciendo "entonces pruébalo".

Y Liam siempre supo cuánto me gustan los retos.

Primero lo tomo con mi mano, ganandome un gruñido de su parte. Es increíble como con un simple toque lo tengo a mi merced. Es... Digno de ver. Y no me privo de esa vista. Mientras dejo que mi mano trabaje exactamente como sé que a Liam le gusta, observo como echa la cabeza hacia atrás y como su pecho sube y baja en respiraciones irregulares.

—No... no te detengas —masculla entre gruñidos.

—No planeo hacerlo —respondo antes de dejar que mi boca y mis labios hagan el trabajo. Liam jadea antes de que sus manos viajen a mi cabeza y una de ellas cierre su puño en mi cabello para quitarlo de mi rostro. No intenta guiar mis movimientos porque sabe que voy a llevarlo exactamente a donde necesita. La experiencia hace al maestro y con Liam tuve mucho tiempo para... adquirirla.

—Quinn... —advierte minutos después, su voz apenas capaz de decir una palabra. Aprieto ligeramente su muslo con mi mano libre. Es la señal para decirle que no pienso alejarme. Unos trucos más por parte de mi lengua y es todo lo que Liam necesita para temblar en un orgasmo. Me toma por sorpresa a pesar de la advertencia e intento no ahogarme.

Liam mantiene su espalda recargada contra la pared mientras intenta recuperarse. Paso una mano por mis labios al mismo tiempo que vuelvo a incorporarme porque mis rodillas empezaban a incomodarme.

Si Liam de por sí es atractivo, un Liam post-orgasmo roba suspiros.

Cuando es él quien me hace voltear y me tiene acorralada contra la pared, mi corazón casi salta por mi boca. A pesar de que está listo para un segundo asalto y quizás muchos más, puedo ver la indecisión en sus ojos. Y probablemente, si mi mente no estuviese tan nublada por Liam, también lo miraría así. Incluso sería capaz de irme.

—Quiero dejar algo en claro —aclaro mi garganta. Mi rostro a centímetros del suyo, y estoy lista para aclararle lo que iba a hacer antes de que Jason nos interrumpiera—. Es solo esta noche. Y se terminó.

La mandíbula de Liam se tensiona. Mis nervios empiezan a crecer más y más en mi estómago. Tal vez ni siquiera quiere una noche, solo que cada uno se vaya por su lado ahora mismo.

—Está bien. ¿Eso es lo que quieres?

—Sí, eso es lo que quiero —murmuro en respuesta antes de que Liam vuelva a inclinarse para tomar sus labios en los mios.







nota:

voten y sigan leyendo;)❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro