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25. Nuevas costumbres pueden crecer





Siento la respiración agitada de Jason. Mis manos aún siguen en su pecho, como si eso fuera lo único que me mantiene estable. Siento su corazón latir tan fuerte como el mío lo está haciendo ahora.

Ese fue el beso.

Mi cabeza solo revolotea sobre un pensamiento: De eso me estuve perdiendo.

Sus manos siguen en mi cintura, y las baja hacia mis caderas. Se inclina a mí. Pienso que va a besar de nuevo, pero se dirige a mi oído, para que lo oiga claro y porque parece que le encanta jugar con la poca inestabilidad mental que me queda.

—Acompáñame a mi habitación —pide en una voz ronca que me hace saber cuán afectado lo tiene este beso.

Mierda, ni siquiera sé que digo. Yo estoy igual que él. Quizás peor.

Mis piernas por poco tiemblan. Quiero decirle que sí, que me lleve a donde quiera, pero una persona en particular revolotea en mi cabeza. Dos, en realidad, pero a ese intento empujarlo al fondo de mi mente.

—No —musito luego de reunir toda la fuerza.

—¿No? —inquiere y se aleja lo suficiente para que sus ojos verdes intenten analizarme.

—¿Dónde está Josie? —es lo que le doy en respuesta.

Jason palidece, como si acabara de recordar que invitó a otra persona a pasar el fin de semana en la cabaña.

—Le puedo explicar —empieza Jason—. Ella siempre supo que no había nada en serio, que venía porque somos amigos.

Alzo mis cejas. A veces los chicos pueden ser tan incrédulos que me sorprende.

—Jason, esa chica no vino hasta el medio del jodido bosque porque quiere ser tu amiga. Ni estuvo pegada a ti toda la tarde porque quiere "ser tu amiga". Y lo sabes perfectamente. No soy tonta —respondo casi en un resoplido.

Me costó decir estas palabras. Porque ahora mismo, con mi corazón al borde de un precipicio, mi piel que ahora mismo tiene demasiado calor y mis ojos puestos en Jason, lo último que quiero hacer es echarlo hacia atrás. No quiero rechazarlo. Pero es lo que tengo que hacer. Por primera vez en toda esta ecuación, quiero hacer las cosas bien. No sé si es Jason quien me esta inconscientemente empujando a ser mejor persona o el hecho de que ya pasé por demasiada mierda como para seguir tragando más. La segunda opción me parece que tiene más sentido.

No me gustaría ser Josie ahora. Porque antes, mi trabajo era hacer sentir mal a chicas como ella. Ya no quiero que ser así.

Jason me mira por unos instantes y asiente.

—Y cuando pienso que te he terminado de descifrar, sales con más sorpresas —dice luciendo asombrado, solo que de una buena manera. Casi como si supiera que soy su opción correcta y está orgulloso de ello. Me gusta esa mirada.

—¿Qué puedo decirte? Estoy llena de sorpresas —bromeo con una pequeña sonrisa.

—Me muero por descubrir todas —murmura antes de inclinarse su cabeza hacia abajo. Deja un beso en mi frente. Tengo que recordar mantener mi compostura, pero es casi imposible. Hace mucho que no siento mis manos temblar por un simple beso en mi cabeza. No desde Liam. Me corrijo, no desde que Liam y yo estábamos en nuestro mejor momento. Si es que hubo uno alguna vez.

—Tienes que ir a hablar con Josie —le recuerdo casi en un murmuro.

Jason asiente y deja caer sus manos a los costados de su cuerpo.

—A eso voy. ¿Te irás a dormir? —me pregunta.

—Primero voy a ducharme y luego llamar a Miller para que me ayude a limpiar este desastre. Y luego sí, iré a dormir.

—No hace falta que limpies, lo dejamos para mañana —me dice y echa una mirada a su alrededor. La música sigue sonando y hay botellas y vasos esparcidos por la mesa. No es mucho, pero no podemos dejarlo así—. Es mejor que vayas a dormir, ya es tarde y luces cansada. Toma agua antes, o te vas a levantar con una resaca importante.

—Sí... Eso haré —murmuro.

Supongo que no va a lastimar nadie limpiar mañana.

Jason da unos cuantos pasos hacia atrás y cuando está por entrar a la casa, voltea para mirarme.

—¿Queens? —inquiere. Vuelco mi atención en él a medida que esboza una sonrisa—. No le pongas seguro a tu puerta.

Antes de que pueda responderle, Jason desaparece dentro de la cabaña.

Trago saliva en un intento por recomponerme. Este chico me va a volver loca, no lo dudo.

***

Cuando logro pensar un poco mas claro, apago la música y entro a la casa. Miller está tirado en el sofá de la sala de estar.

—Bueno, bueno —canturrea al verme entrar. Bloquea su celular—. Lo que arrastro Jason.

—Cállate —digo en respuesta sintiendo mis mejillas calentarse por la vergüenza.

—¿Que me calle? Pff. Nunca. Ahora me tienes que agradecer. Sin mi, esta situación se hubiese extendido unos cuantos meses mas. Soy el jodido cupido, Quinnie.

Me muerdo la lengua. Tiene un punto.

Echo una mirada a las escaleras. No hay nadie en el pasillo. Debo suponer que Zack y Marine están haciendo solo Dios sabe qué.

—No puedes decirle a Zack —le digo luego de asegurarme que no haya nadie cerca.

—Un amor prohibido —Miller chasquea su lengua luciendo extremadamente divertido con la situación—. Me gusta. Más adrenalina.

—No es un amor prohibido —refuto al instante—. Hablaré con Zack. Solo que no ahora. Fue solo un beso, no hay que armar un escándalo.

—Tú y yo sabemos que no fue solo un beso. El beso fue... la cereza del postre, luego de meses y meses de atracción no correspondida.

Entrecierro mis ojos.

—¿Abogacía? ¿Estás seguro? Creo que podrías ser medium del amor —bromeo.

—Sí, sí... Sigue intentando ocultar lo que sientes con humor. Te va a salir muy bien todo, Quinnie.

Este chico es... exasperante. Y detesto que tenga la razón.

—Buenas noches, Miller.

Sin decir una palabra más, subo las escaleras y me encierro en el baño. Me ducho rápido, pero me aseguro de lavar bien mi cabello porque no creo que el agua del lago le esté haciendo un favor. Cepillo mis dientes, y para cuando salgo, me siento como una persona nueva. Mi cabeza ya no da tantas vueltas como antes.

Vuelvo a mi habitación. Me pongo uno de los dos pijamas que traje. Es un short que es de lo más cómodo que existe y una remera de tirantes blanca. Me seco el cabello, me pongo crema y doy un par de vueltas. Trato de mantenerme ocupada, porque mi mente flota sobre el beso y sobre lo que debe estar pasando ahora mismo en la habitación de Josie.

Casi tiro mi botella de agua al suelo cuando pienso en que tal vez, Josie lo ha convencido para que se quede con ella. Quizás ahora mismo están besándose a unas cuantas paredes de distancia.

No.

Jason no haría eso.

No es que lo conozca demasiado. El Jason que conocí cuando tenía 16, definitivamente haría eso. Quiero creer que de verdad cambio. No me haría algo así.

Termino la botella de agua, sintiéndome mucho mejor.

Solo me queda confiar en él. Fácil pensarlo, no hacerlo. Mis problemas de confianza son una mierda.

Media hora mas tarde, me meto entre las sábanas. Me estuve distrayendo mientras leía los mensajes de Key. Entre fotos y audios contándome lo bien que la está pasando con Max estos días, logra ponerme un poco más feliz.

Me resigno y apago las luces.

¿Jason vendrá? ¿O Josie decidió que mejor se queda con él? Me siento un poco estúpida sabiendo que dejé la puerta sin seguro como me dijo. Ahora que los efectos del alcohol se están yendo, no puedo evitar preguntarme si esto que estoy haciendo vale la pena o no.

Finalmente, siento que pasa una eternidad hasta que cierro mis ojos y me dejo sucumbir por el sueño.


A la mañana siguiente, me despierto porque alguien salta encima de mi cama. Abro los ojos asustada y rápidamente me siento.

Mi corazón deja de latir tan desesperadamente cuando veo que es Marine quien ahora ocupa un lugar a mi lado.

Mi decepción crece un poco más. Pensé que Jason se metería en la cama conmigo a mitad de la noche y me despertaría con él a mi lado. Quiero suspirar de la exasperación. ¿Por qué de repente quiero tenerlo cerca? Por el beso que te sacudió entera ayer. Claro, sí. Eso.

—¿Qué pasa? —le pregunto a Marine.

Aún esta en un pijama de seda rosa que se ajusta en las partes correctas de su cuerpo. Esos shorts hacen que sus piernas se vean mas largas de lo que ya son. Ni hablar por su cabello. ¿Se supone que así de perfecta se levanta todos los días?

—Creo... que me gusta Zack —musita con vergüenza.

—No me digas —respondo en un tono sarcástico que logra que me dispare una mirada asesina—. Ni se te ocurra mirarme así. Ayer estaban... Estaban encima del otro todo el tiempo.

—Pero no sucedió nada —es rápida en explicarme.

—¿Nada? Marine, te fuiste con él a mitad de la noche.

—A eso voy —responde exasperada por mi actitud—. No paso nada. Subimos, pero le dije a Zack que no era buena idea y... solo...—se calla.

—¿Solo qué? —presiono al notar que las palabras luchan por salir de su boca.

—Solo dormimos —finaliza—. Y fue comprensivo conmigo todo el tiempo... Pensé que se enojaría, porque ayer estuve dándole todas las señales equivocadas pero... no lo se enfadó. Me hizo reír y todo... y estuvimos hablando hasta que nos quedamos dormidos.

Mier-da.

—Marine —aclaro mi garganta—. No confundas que te traten bien con amor. Entiendo que Scott te hizo pasar por un infierno, y tengo miedo de que ahora te guste Zack por todas las razones incorrectas. Porque es el chico que te trata bien.

—¡No es así! —exclama y entierra sus manos en su rostro. Nunca la he visto perder los nervios como ahora—. Creo que de verdad me gusta. A la mierda Scott. No voy a dejar que afecte mi vida ahora que he logrado salir de ese círculo vicioso.

Más fácil dicho que hecho. Me muerdo el labio.

—Está bien. ¿Cuál es el problema de que te guste Zack, entonces?

—Confiar —contesta en un hilo de voz que apenas soy capaz de oír—. No quiero que vuelvan a lastimarme.

Amén.

Quiero decirle que estoy metida en el mismo bote, pero realmente no sería de ayuda.

—No puedes privarte de vivir por miedo a salir lastimada —hablo fuerte y claro. Es lo mejor que puedo decirle—. Confiar es una mierda, pero es la mierda de todos. Es momento que te pongas tus pantalones de niña grande.

Marine se ríe.

—Y si sirve de consuelo, Zack es un buen chico.

—¿No fue el quien te rompió el corazón?

Buenos tiempos. Sí...

—Fue hace mucho. Odié a Zack con todo mi ser durante mucho tiempo, hasta que él me demostró que verdaderamente cambió. Es... es otro chico ahora. Me alegra que lo hayas encontrado así y no como cuando yo lo hice —le digo.

Si alguien me hubiese dicho hace dos años que estaría defendiendo a Zack para que pueda estar con otra chica... Dios, morirme de risa hubiese quedado corto.

Marine asiente. No me responde nada, pero sé que está pensando sobre lo que acabo de decirle.

—Y si de algo sirve, a Zack también le gustas. Lo conozco. Sé como actúa cuando una chica de verdad le interesa... Por razones obvias. Y por ti, Marine, ese chico se cae de cabeza. En serio.

Logro que sonría y una risita se escape de sus labios.

He puesto a Zack en el camino correcto. Llega a cagarla y soy capaz de hacer que se trague su propia pierna.

—Ahora, vamos a desayunar. No me has despertado tan temprano por nada.

—Está bien. Estoy con ganas de hacer panqueques.

—Iugh, no por favor —suplico.

—¿No te gustan? —inquiere como si estuviera dolida—. Dios, no sabes lo que haces.

Marine tironea de mi brazo para sacarme de la cama, sin quiera darme la chance de cambiarme. Acomodo mi pijama como puedo, pero sigo sin un sostén puesto y mi cabello debe lucir como si fuese  el cuadrilátero de peleas para pájaros.

No obstante, la chica que se parece a una modelo de Victoria's Secret, me arrastra por la casa sin tregua hasta terminar en la cocina, donde todos ya están despiertos. Y por todos, me refiero a Jason.

Es como si su presencia quemara. La siento mucho más pesada que la del resto.

¿La sorpresa? Josie sigue aquí. Viste unos shorts y top deportivo. Nada más. Espero que se haya vestido así para correr... lejos de aquí y cargando su valija.

Cruzo miradas con Jason.

Es un imbécil. Solo tiene encima un chándal, porque parece que el concepto de usar camisetas le es muy ajeno. Intento no mirar, pero me toma un esfuerzo descomunal. Jason está tallado por todas partes y lo peor es que lo sabe. Y sabe usarlo a su ventaja.

—Buenos días —me dice Zack estando sorprendido—. No esperaba a que te despiertes hasta después de almorzar.

—Tuve una ayudita —contesto refiriéndome a Marine y quito mis ojos de Jason antes de que todo se torne tan obvio.

—Después de desayunar vamos a caminar, el bosque es gigante y siempre viene bien un poco de ejercicio —empieza Zack como si todo estuviese bien. Técnicamente, para ellos, todo está bien. Me señala una caja de cereales sobre la mesada. El resto desayuna panqueques.

—Uhm, no gracias —murmuro en respuesta. Me bajo un poco el short del pijama ya que estoy mostrando absolutamente todo. Marine ni siquiera me dio tiempo de mirarme en el espejo—. No tengo ganas.

—Esa es mi chica —festeja Miller desde la mesa mientras se atraganta con su plato de panqueques—. Podemos quedarnos y ver una película, ¿qué te parece?

—Primero, Miller, no es tu chica —Zack interrumpe mi respuesta y se toma su tiempo para mirarlo mal—. Segundo, sobre mi cadáver te dejo en la casa solo con Quinn.

—¿De verdad? —inquiere Josie sumándose a la conversación. Me toma por sorpresa su intervención. Ella es la que sobra en esta ecuación, la que debería irse. Sin embargo, parece tener ganas de prender fuego todo antes de hacerlo—. El beso de ayer me hizo pensar que estaban en algo serio.

La cocina entera se sumerge en silencio. Puedo jurar que oiría a la perfección si se cae una migaja de pan.

Josie sabe perfectamente el tipo de bomba que acaba de tirar y juega a la desentendida. Acaba de declararme la guerra sabiendo que va a perder. Por favor, soy yo.

Zack pierde los colores del rostro.

—¿Qué beso? —interroga. Sus ojos se pasan de Miller a mi como si fuésemos un partido de tenis.

Abro mi boca para empezar a negarlo absolutamente todo pero Miller me gana la respuesta.

—Un beso tonto —explica él alzándose de hombros—. Estábamos borrachos y nos dimos un beso. No entiendo la gravedad de la situación.

—Miller, Quinn es mi... —empieza Zack y se queda callado. Me mira por unos segundos. ¿Soy su qué? ¿Su amiga, su ex novia, su hermanastra, su hermana? —. Es Quinn.

—Fue un beso nada más —agrega el rubio, dejando atrás el hecho de que fue un beso para provocar a Jason. Prefiero que Zack se entere de mi beso con Jason y no con Miller—. No es como si nos fuésemos a casar mañana, ¿Verdad, Quinnie?

Asiento.

Zack nos mira a los dos y termina por asentir. Bien por él. Porque si seguía haciendo un berrinche, juro que iba a golpearlo. No es nadie para decirme a quien puedo besar a quien no.

Ahora me pregunto si Josie sabe sobre Jason y yo. Porque si llega a soltar esa bomba, Zack es capaz de matarme en esa explosión. Y matar a su mejor amigo también.

—Como sea, no vas a quedarte sola ni con Miller —sentencia Zack.

Me río mientras echo leche a mis cereales. Es casi tierno que piense que tiene poder sobre mi.

—Yo puedo quedarme —suelta Jason.

Elevo la vista. Me está mirando a mi.

No entiendo realmente mi enojo. Creo que es una mezcla de todo. Estoy enojada porque Josie no está de camino a su casa, porque Jason nunca llegó anoche, porque nos besamos y me gustó. Mucho.

—¿Qué? —es ahora el turno de Josie de protestar—. Pero si fue tu idea.

—Sí, pero tengo que cuidar mi pierna. La última lesión aún no se cura y no sería inteligente ir caminando por el bosque. Los Dolphins me tienen paciencia, pero no tanta.

Miller aclara su garganta.

—Este café es bueno. Me está dando energías. Es mágico, ¿no creen? —empieza y se termina su taza de un solo tirón—. Tengo ganas de esa caminata. ¿Qué dicen, equipo?

Llevo la cuchara a mi boca. Esto se está poniendo interesante.

—Odio que den tantas vueltas —suspira Marine cansada. Durante todo este tiempo estuvo comiendo sus panqueques en silencio—. Está declarado. Todos vamos a recorrer el bosque, Jason y Quinn se quedan.

Espero a que Zack diga algo. Me muero por ver la segunda función del show.

Casi tiro mi cuchara al suelo cuando asiente con la cabeza resignado. Entrecierro los ojos. Tiene que decirme algo. Tiene que hacer un escándalo mas grande que hizo sobre Miller.

No lo hace.

Entonces la realidad me golpea en la cara como una oleada de frío y me deja congelada en mi lugar. Esto es peor de lo que esperaba. Zack confía en Jason y en mi.

***

Después de desayunar, Zack, Marine, Miller y Josie recogen las cosas que creen que necesitarán y se van de la cabaña. El silencio se apodera de cada centímetro del lugar apenas cierran la puerta.

Creo que puedo oír a Jason respirar en la otra punta de la cocina.

No me atrevo a mirarlo. No lo hago cuando intento salir de la cocina. Intento fallido, ya que en tres largos pasos, Jason logra tomarme de la mano y hacer que gire hasta que golpeo contra su cuerpo.

—¿Por qué te escapas tan rápido de mi?

Respiro profundo. Tenerlo tan cerca vuelve borroso todas las líneas que pensé que había puesto.

—No estaba escapando —sentencio—. Estaba por ir a vestirme.

—¿Por qué? —inquiere. Desliza un dedo por el dobladillo elástico de mis shorts y siento que olvidé como respirar—. Me gusta tu pijama. Además, no es como si fuésemos a hacer algo más que estar en casa.

—Jason —murmuro casi sin aire—. ¿Has hablado con Josie?

—Sí. Ha sido... Intenso. Aparentemente, tiene sentimientos por mi.

—¿Ah sí? No me digas —suelto sin poder evitarlo.

—¿Me vas a dejar terminar? —alza una ceja. Sus manos se deslizan por mi cuerpo hasta colocarse en mi cintura. Sus dedos hacen contacto con mi piel descubierta. Trago saliva y asiento.

—Aclaré todo con ella. Le dije que puede quedarse, pero como amigos. Que estaba interesado en alguien más. Me dijo que va a quedarse hasta mañana.

¿Hasta mañana? Tiene que ser chiste. Un gran chiste. Al principio pensé que Josie era una de esas chicas inofensivas. Estaba equivocada como nunca antes. Hoy a la mañana, con esa actitud y con lo que dijo, me demostró sus verdaderos colores. Lo que se encuentra debajo de ese rostro angelical que no daña a una mosca.

Conozco a chicas como Josie. Dios, fui una de ellas.

—Puedo aguantarla hasta mañana —es mi respuesta. Tengo hasta mañana para asegurarme de que mantenga su boca cerrada y fijarme qué haré con ella.

—Queens, los celos van a matarte —bromea.

—No son celos —respondo.

—Seguro.

Quiero preguntarle por qué demonios me dijo que deje la puerta sin seguro cuando me besa. Me olvido de cualquier clase de interrogatorio al instante. Sus labios se mueven hambrientos sobre los míos. Desliza sus manos y aprieta mi trasero, logrando que un suspiro se ahogue en el beso.

Me pega contra la primera pared que encuentra y mueve su cuerpo sobre el mío haciendo que mis piernas se vuelvan de gelatina.

—Me volví adicto a tus labios —susurra rompiendo el beso apenas.

—¿Cuánto tiempo tenemos hasta que vuelvan? —pregunto. Mis manos viajan hasta su torso descubierto y las deslizo por su abdomen.

Una sonrisa se plasma en su rostro. Pega su frente contra la mia.

—Por más que quiera llevarte a la primera habitación que encuentre arriba, también quiero ir lento con esto.

Mi corazón da un vuelco.

—¿"Con esto"? —pregunto sintiendo los nervios escalar por mi cuerpo—. ¿Qué es esto, Jason?

Resopla ligero.

—Esto es... Lo que tú quieras que sea.

—Sin presiones, ¿eh?

Jason ríe, y todas las vibraciones de su risa las siento en mi cuerpo.

—Es lo que nosotros queramos que sea. Queens, me gustas hace un montón y eso lo sabes. Intenté enterrar mis sentimientos, pero es inútil. Quiero estar contigo. Dios sabe que no me puedo alejar ahora que sé como se sienten tus labios con los míos —habla claro. Sus ojos se detienen en los míos—. Pero también sé que acabas de salir de una relación. Así que lento. Sin presiones.

Como respuesta, me inclino a besarlo.

Me podría empezar a acostumbrar a Jason. Siempre y cuando el innombrable no vuelva a hacerme las cosas difíciles. Tengo que aprender a sacarlo de mi sistema, de una buena vez por todas.


nota:

no voy a mentir, me gusta la parejita. me gusta la amistad de Quinn y Marine. y definitivamente amo a Miller.

estaba pensando en hacer un reto... qué les parece? como en los viejos tiempos... díganme si les gustaría:) si hay mucha gente abordo, lo hacemos y les dejo el reto en los comentarios de esta sección.

actualizacion: estan de acuerdo con el reto, entonces... 800 votos y 1000 comentarios y subo capítulo el 31/03😼❤️

espero que estén teniendo un lindo tiempo en casa. recuerden que es la primera vez que podes salvar el mundo siendo vaga. mejor trato, imposible.

si se aburren, me pueden seguir en instagram:)

love,

cande.

pd: yo que ustedes, empiezo a leer "la conquista" porque Quinn va a aparecer dentro de poco... solo que será una Quinn de 22 años.

PD2: STREAM CALM.

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