Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24. Los celos son juego de cuatro.

Extrañaba escribir este tipo de capítulos. La tensión y el drama son como mi especialidad.

Les dejo un chiste como los viejos tiempos:

— Buenos días. Busco trabajo.

— ¿Le interesa de jardinero?

— ¿Dejar dinero? ¡Si lo que busco es trabajo!


Disfruten !

Después de una sólida hora convenciendo a Marine de que nos metamos al lago, la morena termina cediendo. Le explico que es ahora o nunca. El atardecer está a la vuelta de la esquina y tengo ganas de meterme. El único problema es que todos parecen querer beber y beber.

A mi lado, Zack y Miller ya se han puesto un poco achispados con los tragos que están preparando. Jason y Josie, están sentados en un sofá bajo el porche. Él tiene su brazo por encima de sus hombros y Josie se ríe a carcajadas con cada cosa que le dice, porque como el resto, está bebiendo desde que terminamos de almorzar. Excepto Marine y yo. Solo bebí una cerveza hace unas horas, para matar el rato.

—Pareces una jodida niña con esto del lago, Meyer —bufa Marine dejando sus gafas de sol a un lado y empezando a quitarse su short.

Sonrío triunfante y hago lo mismo que ella. No sé si es una de mis manías o qué, pero siento que todos me están mirando mientras termino en solo mi bikini blanca.

—Pero si vamos a hacer esto, vamos a hacerlo bien —empieza Marine. Echa su cabello hacia atrás. Parece como si acabara de salir del estilista—. Una carrerita hasta el lago.

Miro el muelle. Está a unos cuantos metros de distancia.

—Hecho —digo.

Antes de que pudiera empezar a contar, Marine me toma por sorpresa y se echa a correr. Chillo que no es justo, pero de todas maneras, empiezo a correr tras ella.

Por suerte, el lago es profundo. Si no, está hubiese sido una historia completamente diferente. Salto en el borde y caigo. El agua está fría, pero no tanto. Hoy fue un día caluroso. Cuando vuelvo a la superficie, Marine ya me espera con una sonrisa burlona. Sus pestañas largas se pegan contra sus mejillas.

—Eso, fue trampa.

—Querida, ¿qué no es trampa en esta vida? —suspira y niega con la cabeza.

Le salpico agua y ella me lo devuelve. No nos alejamos mucho del muelle, pero si lo suficiente para ver a Miller quitarse la camiseta y empezar a correr hacia nosotras. El rubio tiene todo sus músculos marcados y bien contorneados, y actúa sabiéndolo. Salta y cae cerca de nosotras, salpicando mucha agua.

—Se veía divertido —dice luego de salir por debajo—. No me meto a este lago hace años, pero lo más divertido es tirarse por la cuerda que está en el árbol.

Miller señala a un árbol alto, cerca de la orilla del lago a unos metros de la casa. Apenas distingo una soga sucia enrollada en una de las ramas. Luce como si fuera a desintegrarse en breve.

—Esto sin dudas te despierta luego de beber tanto.

Zack no se demora en unirse a nosotros, porque me he dado cuenta de que no puede pasar mucho tiempo lejos de Marine. Es... tierno y confuso.

Jason y Josie siguen en su propio mundo bajo el porche. Observo con detenimiento mientras él pone una mano sobre su pierna. Sus labios están muy cerca de los de ella.

—Deja de mirarlos así —me recrimina Marine cuando logra librarse de Zack. Solo yo la oigo. Espero—. Se nota a kilómetros que estas celosa.

—No estoy celosa —suelto inmediatamente.

—Claro —se ríe.

Miller y Zack se acercan a nosotras con las intenciones de molestar. Ambos están borrachos y me sorprende que no se estén ahogando. Apenas llegan, Marine deja la conversación sobre Jason atrás, para mi alivio. Porque todo es mejor que admitir eso que no quiero.

Así pasamos casi una hora en el lago. Marine, quien al principio estaba reacia con la idea de meterse, ahora parece que es la que más lo disfruta de los tres. Zack hace lo que sea que Marine diga y Miller encontró como nuevo pasatiempo, molestarme y salpicarme agua en el rostro cada vez que tiene la chance. Por supuesto, esta es una guerra de a dos.

Trato de no mirar hacia el porche, pero de vez en cuando, inevitablemente mis ojos están buscando a Jason y a Josie. Por lo que veo, todavía no la ha besado. ¿Qué espera? Se nota que la chica está muerta por él. No hubiese venido hasta aquí si no lo estuviera. Lo mira con esos ojitos obsesionados que me causan un poco de repulsión.

—Es mejor que salgamos —digo volteando a ver a los tres que siguen jugando como si fuesen cachorritos—. Ya casi es de noche.

Para mi sorpresa, nadie protesta. Ni siquiera Marine. Usamos la escalera de hierro que está a un costado del pequeño muelle y subimos, siendo Zack el último en salir. Miller está arriba y me estira una mano para ayudarme a salir. La tomo, porque no quiero hacer el ridículo y caerme de espaldas.

Mientras caminamos hacia el porche, mis ojos vuelan en busca de Jason. No está en el sofá. Solo está Josie, y de cierta manera, eso me pone más tranquila. No han subido a su habitación por más "privacidad". Las luces del patio se encienden. Son cálidas y de verdad le dan un ambiente intímo al patio. Me encantan.

Pronto, Jason sale de la casa con una pila de toallas.

—Por eso, eres mi mejor amigo —exclama Zack antes de robar la primera y pasarle a Marine.

Me acerco, tomando la última. Evito hacer contacto visual.

—Gracias —murmuro sintiendome incómoda.

Me enrollo con la toalla para cubrir mi cuerpo. Odio cuando las miradas dejan de ser solo "miradas" y escanean mi cuerpo entero en busca de algo. No hice meses de terapia para que todo se derrumbe ahora, así que respiro hondo y empujo todos los recuerdos del año anterior sobre mi problema con la comida y la imagen de mi cuerpo, al fondo de mi cabeza.

Zack y Marine se sientan el uno de los sofás. Me uno a ellos. Miller se desploma a mi lado. ¿Josie quería privacidad? No la va a tener.

—Bueno, ahora sí tienes que empezar a beber conmigo —dice Miller. Dejó la toalla atrás y se puso una sudadera negra.

—¿No has bebido lo suficiente? —inquiero.

Se ríe y echa su cabeza hacia atrás, negando.

—Quinnie, aún no sabes lo que la universidad hará contigo —responde. Miller tiene una sonrisa agradable, y a pesar de que antes nunca encontraba divertido estar con él, ahora se siente diferente. Como si pudiera ser un buen amigo, después de todo.

—Me muero por saber —murmuro sarcástica.

—¿Irás a Miami U? —me pregunta a lo que asiento—. Escuché que todos ahí son unos niñitos ricos de papá.

—No es tan así —dice Jason sumandose a la conversación. Ni siquiera sabía que estaba pendiente. Pensé que era una charla privada, ya que Zack y Marine empezaron a hacer shots de tequila a nuestro lado, totalmente desentendidos de lo nuestro.

Lo miro haciendole saber que se ha colado en la conversación. Sin embargo, continúa hablando.

—No más que en Reeds, al menos —dice. Miller suelta un bufido.

—¿Qué planeas hacer ahora que te graduaste? —le pregunto a Miller.

—Tengo una pasantía de un mes en una firma de abogados. La hice el año pasado, y la pasé bien. En septiembre empiezo la escuela de derecho —me explica.

Alzo mis cejas con sorpresa.

—¿En dónde?

—UC Hastings, San Francisco —responde—. Mi papá vive allí, me ofreció ir entonces lo acepté.

Asiento. De repente, lo veo en mi cabeza vestido de traje con el cabello impecable y un maletín negro, yendo a una firma prestigiosa de abogados. El sueño de mis padres para mi.

—Pero ahora no quiero hablar sobre seguir estudiando —suspira frustrado—. Quiero beber, y tú vas a beber conmigo.

Lo miro con los ojos entrecerrados. Supongo que podría dar mi brazo a torcer y beber. Tal vez eso me distraiga un poco. Mi cabeza es un torbellino hace semanas. Un poco de diversión nunca mato a nadie, ¿verdad?

—Está bien —termino asintiendo con una pequeña sonrisa.

Miller festeja y se inclina a la mesa en frente de nosotros donde Marine y Zack dejaron una botella casi llena de tequila y dos vasos de chupitos.

—¿Tequila, enserio? —cuestiona Jason.

Le dirijo una rápida mirada y lo ignoro monumentalmente. No tiene derecho a decir nada. No cuando tiene a Josie casi enrollada en su cuerpo.

Ella ríe.

—Jason, no seas aburrido —le dice.

Sí, Jason. No seas aburrido.

Con más ganas que antes, observo como Milller llena hasta el tope los chupitos. Hay un salero y unas cuantas rodajas de limón sin usar. Siento los ojos de Jason siguiendo cada movimiento que hago. Miller pone un poco de sal encima de mi mano. Respiro hondo, pero sin exagerar. Hace mucho que no bebo un chupito de tequila, hasta me olvidé del sabor.

Choco vasitos con Miller en modo de brindis antes de lamer el dorso de mi mano. Primero va la sal, después alzo el chupito y dejo que el liquido arda mientras baja por mi garganta. Ahora te recuerdo, tequila. Inmediatamente agarro una rodaja de limón y la llevo a mis labios, absorbiendo todo lo amargo.

—Mira, ni una cara ha puesto —silba Josie, aún entre los brazos de Jason.

—Quinn, primero tienes que cenar algo si vas a beber así. Para no terminar como esa vez, ¿te acuerdas? —empieza Jason. Detesto su tono de voz en este momento. Es duro e indiferente. Definitivamente no el chico con el que estuve en el jacuzzi ayer.

Así que ahora soy Quinn y no Queens.

—Fantástica idea, Heyward —exclama Miller dejando su chupito sobre la mesa. Se levanta y tira de mi mano. Aún sigo enrollada en una toalla, pero consigo que no se caiga. No me molesto en mirar atrás, pero sé que Jason me está viendo.

Miller me lleva hasta dentro de la casa, y cuando estamos en la cocina, se echa a reír como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo.

—¿Qué te sucede? —le pregunto con el ceño fruncido.

—¿Es que no lo ves? —inquiere alzando sus cejas con diversión. Me da una última mirada antes de voltear y dirigirse al refirgerador.

—¿Ver qué? —interrogo con cierto miedo, porque creo que ya sé lo que va a decir después.

Miller se toma su tiempo. Saca de los estantes del refrigerador todo lo necesario para armar sandwiches. Cuando deja todo encima de la mesada, gira para enfrentarme.

—Jason está celoso —dice simplemente.

Siento un nudo formarse en mi estómago. Carraspeo.

—No está celoso. Solo está... Siendo sobreproctor.

Miller niega con la cabeza.

—Nena, lo conozco más que tú. Jason tiene muchas facetas, pero no tiene ni una mierda de sobreprotector. ¿De celoso? Bueno, esa es otra historia...

Luce extremadamente divertido con esto. Entrecierro mis ojos.

—No lo está. Tiene a Josie pegada como si fuesen siameses —protesto. Echo una rápida mirada a la entrada de la cocina, por si acaso a alguien se le ocurra espiar nuestra conversación.

—Entonces tú también estas celosa —declara y silba. Empieza a hacer los sandwiches—. Seré borracho, pero no tonto. Me doy cuenta de cosas. Lo miraste toda la tarde.

Mierda. ¿Tan obvio fue? ¿Jason se habrá dado cuenta también? Las miradas eran... inevitables. Y más aún, ¿Zack lo sabrá? Me advirtió que no me acerque. No quiero que si las cosas lleguen a escalar, esto arruine la amistad que tiene con Jason.

—Creo... Creo que estás inventando cosas —murmuro finalmente, aterrada de afrontar la verdad que baila en frente mis narices con tan poco disimulo—. Jason invitó a Josie aquí.

—Mi amigo es inteligente, Quinnie —responde en un resoplido—. Sabe exactamente de que sogas tirar para ponerte celosa y que te intereses. No puedes negarme que está funcionando.

Ahora me toca a mi resoplar.

—Si me quiere, que no juegue conmigo. Y más importante, que no juegue con Josie —digo. Me quedo en silencio luego, admirando las palabras que repentinamente salieron de mi boca.

—Jason te quiere... Mucho. Nunca lo vi desear alguien de esta manera. Y luego está Zack... Que por más que esté con Marine todo el tiempo, sabe lo que está pasando. ¿o no te dijo que te mantengas alejada de Jason? Josie es una tapadera, y Jason no va a jugar con ella porque no es esa clase de chico —dice todo esto con una tranquilidad tan grande que me resulta un poco perturbador—. ¿Prefieres tu sandwich con mayonesa o sin?

—¿Cómo sabes todo esto?

—Porque ambos son mis amigos. Los amigos hablan. Tú tienes amigos con quien hablar, ¿verdad? —alza la mirada.

—Imbécil —mascullo porque me cuesta admitir que puede que Miller tenga razón en esto—. Sin mayonesa.

—Ahora, voy a terminar de preparar estos sandwiches y tú irás arriba a cambiarte porque empieza a hacer frío y sigues mojada. Luego, nos vamos a emborrachar. No vas a dejar que Jason gane tan rápido. No cuando trajo a Josie solamente para molestarte.

Suena tan decidido que en segundos me encuentro asintiendo.

Tomo una profunda respiración.

—Jason quiere jugar. Está bien, puedo jugar. Sé jugar —hablo más que nada para mi. Es momento de salir del caparazón en el que me metí todo este tiempo desde el accidente con Emma y Olive.

—Esa es mi nena.

—Miller, no me digas nena.

—Cómo digas —responde riendo. Me río con él.

***

Luego de comer dos sandwiches cada uno, volvemos al patio. Por suerte, en la cocina, no hablamos sobre Jason. Sino sobre nuestras vidas. Nunca me interesé por saber sobre la vida de Miller hasta ahora. Es divertido hablar con él porque es cómodo.

Me cambié la bikini por ropa interior y unos shorts. Encima, me puse una sudadera que sigue teniendo encima el perfume de Key. Es suya, y como no vamos a vernos en veinte días, la traje para recordarlo.

Mi cabello sigue afectado por el agua, pero no es un desastre como esperaba.

Nos fuimos solo quince minutos, pero en ese tiempo, afuera se encendió una especie de fiesta. La música es alta, y hay más bebidas sobre la mesa. Josie se ríe a carcajadas mientras bebe desde su vaso color rojo. No dejó de estar cerca de Jason. Marine se ríe de algo que Zack le dijo. Ambos están borrachos a esta altura. Veo que la resistencia de Marine para mantenerse lejos del alcohol no es muy alta. Sigo sin entender la situación de ellos dos. ¿Son amigos, están por salir, se gustarán? Es claro que a Zack le está empezando a gustar. Pero Marine es algo impredecible en ese tema.

—¿Lista, Queens? —me pregunta Miller llegando por detrás. Sostiene una botella de tequila—. ¿O solo Jason puede decirte Queens?

—Vete a la mierda, Miller —contesto riendo.

Está vez nos sentamos sobre las escaleras del porche. Miller trae todo lo necesario para hacer chupitos. A nuestras espaldas, sigo escuchando la voz de Josie y algunas risas de Marine.

Volvemos a chocar chupitos antes de lamer la sal y beberlo.

—¡Al fin, volveron! —exclama una Marine muy achispada a nuestras espaldas. Giro para verlos venir. Se une a nosotros en los escalones del porche. Zack la sigue como perro faldero.

—Tenía que alimentar a Quinn antes de que bebamos —le explica Miller rellenando nuestros vasos de shots.

—Con cuidado —me advierte Zack mientras observa como me pasa mi chupito.

—Ajá —murmuro antes de llevarlo a mis labios.

—Lo digo enserio, Quinn —dice. No puedo tomarlo enserio cuando su aliento huele a cerveza y a tequila.

—Yo la cuido, Zacky. No te preocupes —Miller le guiña un ojo, sabiendo perfectamente que eso solo logra enfurecerlo más

—Por eso me preocupo, imbécil —suelta. Miro a Zack.

El tiempo pasa volando. Mi querido hermanstro logra dejar atrás sus advertencias y con un par de chupitos más por parte de Miller, logra olvidarse del tema. Marine canta todas las canciones que aparentemente, Josie está controlando. Para mi sorpresa, la morena canta bien. Esperaba oír a una gallina siendo degollada, pero en cambio, me encuentro con una voz melodiosa y suave. Por supuesto que está tan borracha que no se percata de ello.

Poco a poco, cada chiste tonto comienza a hacerme reír de más. Entre los cuatro, —ya que Josie y Jason no se dignaron en acercarse— mantenemos una buena conversación. A pesar de que estoy tentada en girar para verlos todo el tiempo, no lo hago. Ahora entiendo porque Miller decidio que nos sentemos en las escaleras, para que no los pueda ver y Jason empiece a pensar que perdí interés. Es como si sus planes tuviesen mini planes. Bravo.

Tiempo después, estoy lo suficiente afectada por el tequila ara que Marine me arrastre a bailar con ella. Me cuesta solo dos segundos identificar la canción es "Toxic" de Britney Spears. Ahora entiendo porque Marine se levantó y me arrastró a bailarla. Esta canción debe ser como su himno.

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

Con los pies no tan puestos sobre el suelo, me dejo llevar por el ritmo de la canción. Me olvido de donde estoy, pero es un tanto imposible olvidarme de que los ojos de Jason están puestos sobre mi. Siento que su mirada me quema.

Muevo mis caderas al ritmo de la canción. Marine me toma de las manos y se ríe mientras bailamos. Canta el escribillo, como si su ex estuviese parado en frente de ella mirándola. Pero no es su ex, es Zack quien la mira ahora con ojos oscuros y embobados.

Cuando Marine me hace girar, choco miradas con Jason. Desde el porche me mira como si estuviese bailando para él. Muevo mis caderas más a propósito. Me había olvidado lo divertido que era esto.

La canción termina y empieza otra de Travis Scott. Pierdo el interés en seguir bailando y vuelvo a sentarme al lado de Miller.

—Eso fue... —empieza. Mira hacia atrás para ver a Jason—. Inteligente. Y sexy. Muy sexy. Si Jason no hace algo pronto, voy a tener que hacerlo yo.

Suelto una carcajada.

Me sirvo otro chupito más. Ya perdí la cuenta de cuantos llevo. Hice varios sin limón y sal, así fue fácil perderme.

Quince minutos más tarde, Zack tiene a Marine demasiado cerca. Sus labios se pegan cerca de su oído, haciendo que las mejillas de Marine se enciendan. ¿Qué demonios le estará diciendo? Solo ellos saben. Miller y yo los observamos con diversión y hacemos unas cuantas bromas.

Finalmente, Zack se decide y se levanta de su escalón y tira a Marine con él. Ni siquiera se molesta en mirarnos antes de que los dos nos dejen para entrar a la casa.

Mi manbíbula por poco toca el piso mientras los miro con ojos grandes desaparecer dentro.

—Al fin —suspira Miller—. Ahora puedo llevar mi plan adelante. Pensé que tu hermanito no se iría nunca.

—¿Qué plan? —pregunto. Al parecer me incluyó en planes de los cuales todavía no estoy al tanto.

Noto que Miller acorta la distancia que había entre los dos. Mi pierna choca con la suya. Lo miro a los ojos, intentando descifrar todo esto. De fondo, hay una canción de Major Lazer.

—No quiero que te asustes, pero voy a besarte —dice muy cerca de mi oído. No puedo verlo, porque tengo vista al lago, sin embargo sé que Miller está mirando a Jason—. Antes que preguntes por qué, ya sabes la razón. Es el último empujoncito que necesita Jason. No va a poder quedarse sentado.

Mi estomago se retuerce con nervios, pero el tequila ayuda a calmar mis nervios.

Miller acuna la palma de su mano sobre un costado de mi rostro.

—No te preocupes, besarme es lo mejor que podría pasarte en la vida —bromea y logra aligerar mis nervios. Es solo Miller. Y es un jodido diablo que sabe lo que hace. Pasa su pulgar por mi labio inferior. Cierro mis ojos. Solo me imagino a Jason y lo que estará pensando ahora al vernos. Es impredecible.

Cuando menos lo espero, acorta la distancia. Sus labios encuentran los míos. Le respondo el beso inmediatamente. El beso sabe a limón y a tequila. Estoy por poner mis manos sobre su pecho, dejandome llevar cuando alguien carraspea por encima de la música. Miller se aleja de mi con una sonrisa triunfante plantada en su rostro.

—Ya es suficiente —declara. Subo la mirada encontrando a Jason parado en frente de nuestras narices. Tiene sus brazos cruzados.

Miller me mira como diciendo "es todo tuyo ahora, nena".

—¿Perdón? —inquiero jugando a la desentendida.

—Que es suficiente —espeta con enojo—. Sé lo que están intentando hacer y es suficiente.

Estiro una sonrisa burlona. Definitivamente Josie era una tapadera y este chico sigue estando tan interesado por mi como antes. Solo que ahora, lo que yo siento es diferente.

—¿Y qué estoy intentando hacer, Jason?

Sostiene la mirada en mis ojos por un tiempo. Está ardiendo de celos. Dios. No pensaba que esto iba a ser posible. ¿Es extraño que ahora lo encuentre mucho más atractivo?

—No juegues conmigo, Queens —empieza.

Miller se levanta del escalón.

—Siento que estoy sobrando aquí —anuncia sonando muy divertido con la situación. Me da una última mirada y me guiña un ojo antes de irse.

Me levanto, intentando no tambalear. Noto que Josie no está sobre el sillón.

—¿Y tú noviecita? —le pregunto. Me cruzo de brazos tal como él. Jason es mucho más alto que yo, su cuerpo de juagador de fútbol es grande pero por alguna razón, no me hace sentir intimidada.

—¿Y ese tono? —dispara desafiante—. No me digas que estás celosa.

—Jason, fuiste tú el que literalmente interrumpio mi beso. ¿Y la que está celosa soy yo?

—Conozco a Miller. Estaba buscando mi reacción —responde.

—Y la tuvo —agrego intentando lucir indeferente—. Los celos se notan a metros de distancia, no intentes negarlo.

Da un paso hacia adelante. Apenas unos centímetros nos separan pero no nos tocamos. Es como si estuviesemos esperando a que el otro dé el brazo a torcer.

—No voy a mentirte —dice mirandome fijamente—. Me puse celoso. Muy. Primero, verlos tontear en el lago, después verte riendote de cada cosa que decía... Era imposible.

Mi sentido de autocontrol es pobre. Bajo la vista a sus labios. Me urgen las ganas de besarlo, de saber finalmente qué es lo que se siente. Sin embargo, espero. El alcohol intenta nublarme el juicio. Sigue habiendo un poco de duda en mi. ¿Qué significaría si Jason y yo nos besamos ahora? ¿Qué es solo simple diversión? ¿Qué tal vez estamos empezando algo que no sabremos como detener?

Muchas preguntas flotan en mi cabeza. Se despejan en un instante cuando Jason da otro paso hacia mi. Sus manos vuelan a mi cintura, mi cuerpo entero tiembla. Pega su frente con mi cabeza. Me esfuerzo y me pongo de puntitas en un intento de igualar la diferencia de altura.

—Es muy difícil mantenerme alejado de ti, ¿sabes? —inquiere. Nuestros labios se rozan y siento que ya he perdido cualquier tipo de guerra que empezamos hoy. Vuelve a ser el chico del jacuzzi y me encanta.

Soy yo la que termina cediendo y junto mis labios con los suyos. Sé que estoy completamente perdida al instante que me responde el beso. Tiene los labios más suaves que probé y sabe usarlos con confianza. Pienso que será lento, pero estoy equivocada. Me atrae más a su cuerpo y profundiza el beso con fiereza. Es desesperado, es hambriento, como si ambos lo hubiesemos estado esperando hacer esto por una eternidad. Sus dedos se hunden posesivamente sobre mis caderas mientras que una de mis manos hace su camino hacia su nuca. Coloco la otra sobre su pecho, pudiendo sentir los latidos de su corazón acelerados. Lo beso con más fuerza. Jason deja escapar un gruñido que solo me enciende más. Me aferro a todos los detalles de este beso, pensando que ahora es imposible que este sea el primero y el último.

Cuando rompemos el beso, intento normalizar mi respiración. Los ojos de Jason tiene un brillo que nunca vi antes. Ahora, a pesar de la poca luz, noto que tienen un poco de color miel cerca de su iris, justo antes del verde. Es fascinante.

No me suelta, y yo tampoco lo hago, mientras mi cabeza intenta procesar todo lo que acaba de pasar.





Nota:

no les voy a mentir, es uno de mis capítulos favoritos. estuve esperando un libro y medio para escribirlo y ahora estoy feliz de que puedan finalmente leerlo.

quiero saber que opinan sobre Jason!!!

Él es un aproximado a lo que yo me imagino a Jason. Solo que con ojos verdes. Son libres de imaginarselo como quieran, de todas formas.

Me divertí mucho escribiendo este capítulo. Espero que ustedes también leyendolo!!!

feliz cuarentena!

love,

cande.

pd, si me siguen en mis redes sociales no viene mal.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro