18. ¿Qué te parece una tregua?
Por decisión de ambos, acordamos que sería mejor si Liam está en un hotel diferente al nuestro. No creo que a mis hermanos le haga mucha gracia tenerlo cerca. También es por mi y para aliviar la poca estabilidad emocional que me queda. Sin embargo, quedamos para ir juntos a la boda porque él es mi invitación extra. Su vuelo llega justo una hora antes de la hora pautada en la invitación. Así que estoy en el lobby del hotel, esperando a que él venga. Mis hermanos y Hannah se adelatantaron, les dije que estaría bien porque Liam me pasaría a buscar, pero siendo honesta sigo un poco inquieta. La última vez que me prometió que vendría (cuando se trata de una situación como esta), no terminó viniendo. Aunque lo entendí en ese momento, ya que Tyler se había metido en una brutal pelea y terminó en el hospital, quién sabe que demonios podría pasar esta vez.
Y contando mejor, no sería la primera vez que me dejaría plantada en el lobby de un hotel.
Podría pasar por la puerta en cualquier momento. Mi estomago se retorcija de los nervios y tengo que obligarme a no arrancarme el esmalte de uñas que me puse esta mañana. Me siento un poco ridícula admitiéndolo, pero pasé una cantidad de tiempo absurda arreglándome para la boda. La razón principal, es Liam. La parte más superficial de mi me dice que cuando me vea en este vestido negro, con este maquillaje y el cabello tan perfecto, pensará "¿cómo pude haberle terminado?". Tonto de mi parte, pero la esperanza es lo último que suelo perder.
Cuando finalmente entra, olvido como respirar. Luce apurado, mira a todos lados intentando encontrarme entre la gente. No le cuesta más de cinco segundos identificarme. Nos miramos por un tiempo. Me quedo sin el jodido aliento cuando lo veo vestido de traje. El negro siempre le sentó espectacular, y sabe lucirlo como si fuese un modelo de Armani. Comienzo a caminar hacia él. Los nervios solo aumentaron.
Una vez que estamos a un metro de distancia, me detengo.
—Hola —hablo sin saber por donde empezar. Esperaba que él diga algo primero.
—Hola —carraspea. Sus ojos me recorren de arriba hacia abajo. Va a sonar estúpidamente cursi, pero nunca nadie me miró como Liam lo hace—. ¿Vamos?
La situación parece un chiste. No nos vemos hace semanas, no nos hablamos hace semanas, nuestra relación está acabada, sin embargo actuamos como si nada de eso hubiese pasado. Como si yo no me estuviese rompiendo por dentro y él no hubiese viajado al otro lado del país para acompañarme a una boda porque sola no puedo.
Asiento. Me extiende su mano y cuando la tomo, mi corazón da cien piruetas. Me recuerdo que tengo que respirar y no aparentar estar tan desesperada.
Afuera del hotel, Liam me lleva hasta un Audi gris. Se sube al asiento del conductor y yo al lado de él. Le paso la dirección del lugar en donde será la boda. Es un lugar a las afueras de la ciudad, por lo que tenemos un viaje de una hora asegurado, dependiendo del trafico que siempre es un desastre en esta ciudad.
Arranca el auto y nos alejamos del hotel. Cinco minutos de viaje y ni siquiera hemos puesto música. Hemos pasado a actuar como dos desconocidos en tan poco tiempo que me duele. Resolplo cuando ya no puedo aguantar más la respiración.
—Esto es raro —murmuro luego de unos minutos.
—Sí, lo es —responde—. ¿Quieres poner música? El cable está conectado.
—Está bien.
Saco mi celular de mi bolso y lo conecto al estéreo. Abro la primera playlist que veo y la reproduzco. Leo los mensajes de Rick diciéndome que ya han llegado y que nos esperan, que no me demore para no llegar tarde a la ceremonia.
Liam carraspea a mi lado.
—Una indirecta bastante fuerte, ¿no lo crees?
—¿Eh? —balbuceo dejando de prestarle atención a mi celular. Miro el estero y leo que "Just Give Me A Reason" de Pink está sonando. Entonces recuerdo que estoy reproduciendo la lista de canciones tristes para ponerme aun más triste mientras pienso en Liam.
—"No estamos rotos, solo doblados, y podemos aprender a amar de nuevo" —repite.
Inmediatamente cambio la canción.
—Lo siento, no lo hice apropósito —digo—. Es solo una canción.
Liam asiente y continua conduciendo en silencio.
Es así como pasamos una hora. En la que elijo meticulosamente cada canción para que no sienta que estoy intentando decirle algo. Llega un momento en el que me canso de evitar canciones que hablen de amor y pongo canciones electrónicas sin letra. Ninguno de los dos dice absolutamente nada, salvo para decirnos indicaciones sobre como llegar. Comienzo a replantearme si fue buena idea invitarlo.
—Es aquí —indica Liam reduciendo la velocidad. El camino es de tierra, por lo que el auto se mueve un poco a medida que avanzamos. Hemos llegado justo a tiempo. La invitación decía a las seis de la tarde, y apenas han pasado dos minutos de eso. Me asombra la puntualidad. Pensé que el tráfico nos detendría más tiempo.
El lugar luce como una casa enorme, solo que es un salón. Por lo que Hannah me contó días antes del «incidente» porque ahora apenas me habla, este lugar es famoso por ser caro. No me sorprende, ambas familias están forradas de dinero. Ahora, me gustaría ver las reacciones de las familias que estuvieron para la boda de sus padres igualmente. Seth y Jess eran hermanastros.
Estacionamos junto al resto de los autos. Cuando salgo, noto que corre una brisa agradable. Casi es un alivio. No traje abrigo, porque pensé que no lo iba a necesitar, pero creo que me equivoque.
En silencio, como ahora es nuestro habito, caminamos hacia la entrada. Vemos a mucha gente vestida de etiqueta, con copas de champaña en la mano, esperando a la ceremonia. Hay meseros yendo y viniendo con bandejas cargadas de bebidas y aperitivos.
Subimos unas escaleras de cemento hacia la zona donde se realizará la ceremonia. Ahora entiendo porque este lugar es tan costoso. El césped luce fresco y se extiende tanto que pierdo la vista en donde termina. Hay arbustos y flores meticulosamente acomodadas. Las sillas son de cristal, la pasarela color blanco. Todo luce precioso. El tipo de precioso que me gustaría tener el día que me case.
Vuelvo mi atención a Liam, quien me estuvo mirando mientras yo observaba con una admiración gigante mis alrededores.
—Es una pena —dice en un resoplido. Se acerca a mi con sus manos en sus bolsillos.
—¿Qué cosa?
—Que todo luzca tan perfecto, que estén por casarse a pesar de que Seth puso los cuernos en la relación.
Miro a los costados horrorizada. No hay nadie que pueda haberlo escuchado.
—Sí, es una pena —concluyo.
—No tienes que decirle Jess si no quieres —habla luego de un rato—. Deberías. Pero quien debería hacerlo es él. Pedir perdón y eso.
—No es que no quiera hacerlo para protegerme a mi. Sino para no arruinar la relación.
—Ya está arruinada —dice alzándose de hombros—. Realmente no pierdes nada.
Una de las organizadoras vestida en un traje negro se nos acerca y nos pide tomemos asiento ya que la ceremonia estaría empezando en poco tiempo. Camino junto a Liam hasta donde se encuentra todo el mundo. Diviso a Hannah, en su vestido gris acompañada por Nate.
—Tu hermano no va a asesinarme, ¿verdad? —inquiere Liam a mi lado mientras nos acercamos.
—Definitivamente no le caes bien.
Nate me ve y sonríe. La sonrisa se desvanece cuando nota quien me acompaña. Liam saluda a Hannah. Se conocieron cuando Liam estuvo en San Francisco, se llevaban bien en ese momento y creo que todavía lo hacen. El apretón de manos con mi hermano es tenso e incómodo, pero antes de que puedan hablarse, Hannah carraspea y recomienda que nos sentemos porque la mayoría ya lo esta.
Siento a Liam a mi lado, separandolo de Nate lo más posible que puedo.
Rick no está con nosotros porque es uno de los padrinos de Seth, junto con su hermano mayor y un primo que no conozco.
—Así que esto va a seguir de todas formas, ¿no? —murmura Liam demasiado cerca de mi oído solo para que yo lo escuche.
No respondo. En cambio, carraspeo y me revuelvo incomoda en mi asiento. Intento ignorar a Liam, no porque se lo merezca, sino porque no puedo mirarlo a los ojos sin sentir su presión encima. ¿Qué quiere? ¿Qué decida hacer una de las mías, me pare cuando Jess esté por decir su "sí" y gritar que Seth es un infiel? En sus jodidos sueños.
Cinco minutos más tarde, la ceremonia empieza. Casi se me para la respiración cuando veo a Seth ocupar su lugar en el altar. Se ve atractivo, con su traje negro completamente nuevo e impecable, su cabello bien peinado. No puedo creer que este es el chico que bromeo conmigo el primer día que lo conocí, que me ayudó a escaparme de mi hermano y mi madre cuando tuvo la chance. Dios. Se siente como si hubiese sido otra vida.
Bajo la mirada para que no tener que verlo si es que hacemos contacto visual. Liam lo nota. Con mis ojos en mi regazo, noto como la mano de Liam se estira hasta alcanzar la mía. Al principio me sorprende, luego puedo entrelazar mis dedos con los de él. Se siente aliviador, logra calmarme un poco.
—Seth me vio.
—¿Y? —inquiero aguantando una risa por la manera en que lo dijo.
—Definitivamente no me esperaba. Y está celoso. Es genial verlo así.
—¿Por qué?
—Primero, porque te besó. De tan solo pensarlo, juro que me pone celoso. Nunca estuve tan celoso en mi vida —dice. Nuestras manos aún están entrelazadas. Su pulgar comienza a trazar círculos sobre la mía.
—¿De verdad? Eres muy bueno ocultándolo.
—Oculté mi depresión por años, ¿crees que no puedo ocultar celos? —suspira. Eso sonó triste. Aprieto su mano—. Y la segunda, es porque casi mata de una paliza a Tyler. Nunca olvidaré eso.
Asiento al recordarlo.
—Nunca pregunté que es lo que realmente sucedió. ¿Por qué se pelearon? —inquiero en voz baja. Todo el mundo trata de mantenerse lo más callado posible, en espera a la entrada de la novia.
—Típica pelea de bar. Seth estaba con tu hermano y unos cuantos más. Tyler fue al bar solo porque en ese momento estaba en malos términos conmigo. ¿Recuerdas la pelea en el campus cuando intentó hacerme elegir entre él o tú? Y antes de eso, eso que hiciste con su hermana. Se emborrachó. Vio a Rick, empezó a provocarlo por toda esta mierda con Alison. Seth fue el primero en lanzar el golpe. Pero mi Tyler sabe pelear mejor. Aunque fue una pelea bastante justa.
Vuelvo a asentir. De todas maneras, lo imaginaba y Liam acaba de confirmarmelo.
La marcha nupcial comienza a sonar. Es una banda, a un costado del altar. Todos se levantan de sus lugares, por lo que yo también. Siento que es momento de soltar la mano de Liam, pero antes de que siquiera pueda intentarlo, es la estrecha con mas fuerza.
Me cuesta ver a Jess, pero cuando pasa cerca de nosotros, mi mandíbula casi roza el piso. El vestido es... Impresionante. No voy a mentir y negar que Aggie Monroe y yo no hemos pasado mucho tiempo viendo vestidos de novia en Pinterest. El vestido que tiene puesto Jess, iría a mi tablero en un pestañeo. Nunca había visto algo tan... Lindo y delicado. Seguramente es de una diseñadora famosa y costosa. Es color champaña, pero no se aleja tanto del blanco tradicional. Es brilloso, como si cada pieza de brillo hubiese sido cautelosamente puesta a mano. Arriba es de encaje, y se funde perfectamente con los brillos. Se ajusta en su cintura y cae como una seda abajo. No es pomposo, pero la cantidad perfecta de volumen.
—Dios, parece que acabas de ver al jodido Harry Styles —murmura Liam.
—Es solo que ese vestido es precioso.
Liam no responde nada. Pero sé que ahora le está prestando atención al vestido.
Jess sonríe como si fuese la mujer más afortunada del mundo. Me alegra que se sienta así, solo que realmente no lo es. La ceremonia empieza. Yo no puedo relajarme en ningún momento. Siento que todo está mal, que esto no debería estar pasando. Jess pronuncia su "sí, quiero". Se inclina a besar a Seth, cierran el pacto y todos rompen a aplausos. ¿Qué demonios? Verdaderamente funcionó.
—¿Liam? —inquiero casi en un murmuro. Logra oirme a pesar de todo el ruido de celebración.
—¿Qué?
—Creo que debo decirle. A Jess.
Se voltea a verme con sus cejas alzadas.
—¿Ahora? ¿Quieres decirle ahora que ya están casados? —me pregunta incrédulo.
—Sí. Le diré. Solo que más tarde. No quiero arruinarle el día.
Liam asiente. Tira de mi mano y ambos seguimos a la multitud que entra para la cena. Ahora se viene lo peor. Los discursos cursis, el vals y probablemente algún vídeo con fotografías.
Compartimos mesa con algunos amigos de Seth, Hannah y Nate. Durante la cena, Liam y yo logramos hablar como dos personas civilizadas, que se conocen hace rato. No hablamos del pasado, puesto a que siempre involucra algo que nos hace sentir algo incómodos. Sino de temas triviales. Desde que conocí a Liam me di cuenta de que puedo pasar horas hablando con él y el tema de conversación nunca se agotará. Es raro encontrar a alguien así, con quien me sienta tan cómoda charlando.
El vals sucede. Luego de un par de brindis y vídeos, como lo predije. Todos rodean la preciosa pista de baile para ver a la hermosa pareja en su primer baile. Seth le sonríe y ambos bailan como si hubiesen tomado clases. Aunque ahora que lo pienso bien, probablemente tomaron clases.
—Esto es aburrido —recalca Liam—. Iré a buscarnos una copa de algo.
Asiento. Liam se aleja, perdiéndose en la multitud. De verdad es un montón de gente, me pregunto de donde demonios conocen a tantas personas.
Me quedo en mi lugar, observando a la pareja. Hasta que alguien me choca por detrás. Volteo esperando ver a Liam.
—Uh, lo siento —dice alguien que definitivamente no es Liam—. Iba viendo mi celular. No te vi.
Lo miro bien. Ojos azules, cabello castaño, piel bronceada. Es... Lindo. Probablemente mayor que yo, por su aspecto.
—Soy Tanner —dice sonriendo.
—Ehm, soy Quinn.
—¿Vienes por la novia o por el novio?
—Por el novio —contesto—. ¿Tú?
—Por ninguno de los dos. Mi amiga diseñó el vestido de la chica... No recuerdo su nombre. Creo que es Jessica. Le dio dos invitaciones, entonces aquí estoy —me cuenta. Se alza de hombros. Luce tan aún más aburrido que yo.
—¿Tu amiga diseñó el vestido? —inquiero. Si esto real, creo que encontré oro.
—Sí, generalmente no los hace. Pero conoce a la madre de Jess y fue como un favor.
—Ehm, va a sonar raro, pero ¿puedo conocerla?
—No veo por qué no —responde alzándose de hombros—. La perdí cuando todos se levantaron a ver el vals. Pero supongo que...
Alguien carraspea a mi espalda. No me demora ni dos segundos adivinar que es Liam. Se abre paso entre los dos y me entrega una copa de champaña.
—Veo que hiciste un amigo —resalta volteando a ver a Tanner—. Hola, soy Liam. Su ex novio.
Dice que es mi ex novio con un orgullo que me sorprende.
—Tanner. Acabamos de conocernos —responde. Tiene el ceño fruncido. Sí. A mi también me confunde la situación entre Liam y yo—. Estaba diciéndole a Quinn que conozco a la diseñadora del vestido.
—Está aquí —le explico a Liam—. No te molestaría presentármela, ¿verdad?
—No, claro que no. ¿Estás interesada en diseñar?
—Uhm, más bien en comprar diseños —contesto alzándome de hombros.
Tanner se ríe y asiente. Liam le da un trago largo a su bebida.
—Vengan, seguro está en la mesa.
Es así como sin quejas sigo a Tanner. Liam viene conmigo. Luce como un perro enojado. Los celos van a matarlo si sigue así. Nos movemos entre las mesas. Casi todos están uniéndose en la pista para bailar. No me di cuenta en qué momento la música cambió.
Nos detenemos en frente de una mesa cerca al ventanal enorme con vista al patio. Hay mucha gente cerca, por lo que realmente no sé a quien esperarme.
—Julie —Tanner aclara su garganta cuando nos detenemos justo detrás de una chica. Es un poco más alta de que yo, aunque también está usando tacones. Tiene puesto un vestido color azul.
La chica se voltea. Me quedo sorprendida aunque intento ocultar mi expresión. No esperaba a alguien tan... Joven. Debe tener veinte. Quizás un poco más. Tampoco esperaba a alguien tan atractiva. Luce como si tuviese que ser modelo. Sus ojos azules son increíbles y resaltan aun más por el color de su vestido.
—Ella es Quinn. Choqué con ella hace unos minutos y en la conversación salio que tú eres la diseñadora del vestido de la novia. Le encantó y quería conocerte —me introduce Tanner con las manos en sus bolsillos—. Quinn, ella es Juliette Williams. La diseñadora.
—Oh —dice ella sorprendida y sonríe—. Un gusto conocerte.
—El gusto es mio —respondo inmediatamente—. Tanner me dijo que normalmente no diseñas vestidos así, pero deberías. Es precioso.
Ella se ríe nerviosa.
—No eres la primera que me lo dice. Tal vez debería volver a pensarlo.
—Te lo dije —interrumpe Tanner. Le sonríe burlón. Me pregunto si serán pareja. Él dijo que son amigos, pero siempre puede haber algo más.
—Es solo que con mi marca ya es demasiado trabajo. Tendría que arreglar muchas cosas si quiero sacar una linea de novias.
¿Su marca?
—Ehm, perdón si suena mal pero, ¿cuantos años tienes?
Liam carraspea a mi lado. Creo que sonó mal.
—Veintidós —contesta ella—. Sí... un poco joven pero no tuve que construirlo sola. La marca solía ser de mi madre, y cuando falleció pasó a ser mía.
Asiento sorprendida.
—Bueno, lo llevas bastante bien.
—Si, supongo —se alza de hombros. Tanner interviene. Tose y niega con la cabeza repetidas veces.
—¿Supones? —inquiere indignado. Con su dedo pincha sus costillas haciendo que se ría—. Lo llevas de maravillas, Williams.
Ella se ríe. Me recuerda a Liam y a mi cuando no somos perro y gato peleando.
—¿Están saliendo? —inquiero de repente. Solo quiero sacarme la intriga de encima. Julie deja de reírse.
Liam empieza a reírse. Pero de mi. Pregunta demasiado brusca.
—No están saliendo —dice Liam a mi lado.
—¿Y tú como lo sabes? —me giro de pronto amargada a tomarme mi tiempo para mirarlo mal.
—Simplemente lo sé —responde queriendo guardarse la verdadera respuesta.
Tanner resopla. Dios. Siento una tensión inmensa entre Liam y él.
—Juls, me olvidé de presentarte a Liam. El ex novio de Quinn.
Liam le sonríe como él sabe hacerlo.
—¿Ex novio? —ahora pregunta Juliette. ¿Ahora quién tiene intriga? —. ¿Qué haces con tu ex novio aquí?
Quiero hablar pero las palabras no me salen. ¿Qué palabras? Debería preguntarme. Realmente no tengo idea de por donde empezar a describir esto. No voy a contarle sobre Seth y Jess. ¿Y entonces cómo demonios lo explico?
—Es una muy larga historia —resume Liam por mi—. Demasiada larga.
—Suena interesante —se ríe. Si. No sabes cuánto—. Pero no, no es mi novio.
—Mi mejor amigo, por otro lado —empieza Tanner—. Él sí es su novio. Debe andar por... —se voltea buscando a alguien. Entrecierra sus ojos hasta que parece verlo—. ¡Eh, Hunter!
Este Hunter voltea y hace caso a la seña de Tanner para que se acerque.
Mier-da.
Lo conozco. ¡Ese es modelo! Tiene un montón de seguidores en Instagram y de vez en cuando lo veo su gigantografía en alguna calle o tienda. Es Hunter Thompson. Claro. Tiene sentido que este con Juliette, de seguro se han conocido en algún Semana de la moda o en un evento para famosos.
—Hunter, ven. Hemos hecho amigos nuevos. Ella es Quinn y él su ex novio, Liam —nos introduce Tanner con su mano encima del hombro de su amigo.
Ahora que lo veo en persona, lo entiendo todo. Es tan atractivo que podría quedarme mirándolo por horas. Si llega a tener hijos con Juliette, serán la perfección estética en persona.
—Hola —saluda Hunter extendiendo su mano. Lo saludo, al igual que Liam—. Gracias por salvarme, Tanner. Esa señora comenzaba a ponerse pesada —pasa su mirada a nosotros—. Así que, ¿ex novios?
—Son amigos ahora —explica Juliette.
—No somos amigos —respondemos Liam y yo al unísono. Le doy una mirada. ¿Es enserio? Ahora parecemos unos niños.
Hunter se ríe.
— ¿Quieren ir afuera a tomar algo? —nos pregunta Juliette—. Realmente no conocemos a nadie aquí.
—Eh, claro —respondo. No le pregunto a Liam si quiere. Claro que quiere. Necesito hablar sobre Juliette y su trabajo como diseñadora. Debe ser impresionante. No tengo planes de casarme en ningún futuro cercano, pero si llega a suceder, quiero que ella diseñe mi vestido.
Tiro a Liam de la mano. Dejo mi copa de champagne sobre una mesa vacía. Liam se deshizo de la suya hace rato. Cuando estamos en el patio, noto que corre una brisa fresca, pero nada de qué preocuparme. Portland tuvo veranos mas frescos que esto.
Afuera no hay muchas personas, puesto a que el auge se lleva acabo dentro. Diviso a lo lejos a Felicity Jones, la hermana mayor de Seth. Está charlando con un grupo de chicas. No la conozco personalmente, sino por fotos gracias a Seth. Es la dueña de una discoteca famosa en Miami.
Acepto por parte de un mesero un mojito. Liam se niega, porque tiene que conducir luego. El resto también elije bebidas.
—¿Cómo conocen a los novios? —nos pregunta Hunter.
—Mi hermano es uno de los padrinos —explico—. Y yo... Conozco a Seth. Es un amigo. Liam es mi invito-
La conversación fluye. Los tres son super divertidos y buena onda. Como la diferencia de edad entre nosotros y ellos no es abismal, nos encontramos congeniando bastante bien. Hasta que diez minutos más tarde, llaman a Juliette porque Jess quiere sacarse una foto con ella.
—¿Hace cuanto están juntos? —le pregunta Liam a Hunter. No dijo mucho durante la conversación, por lo que me sorprende que ahora quiera saber y justo eso.
—De novios hace seis años —responde—. Pero realmente, desde siempre. Crecimos juntos.
—¿No están planeando ninguna boda? —interrumpo. Tanner alza sus cejas. Creo que debería empezar a filtrar lo que pienso.
—Dios, no —responde él—. Apenas tenemos veintidós. No tengo nada en contra de tu amigo Seth, pero personalmente nunca me casaría a esta edad. Tenemos tanto por delante. ¿Para qué ponerle más títulos?
Asiento.
—Tienes razón. Los títulos están sobre-valorados —concuerdo. Liam me mira por unos segundos pero no dice nada.
—Tanner, ¿quieres ir a la fuente de chocolate? Luce genial —dice Hunter señalando algo adentro—. Nos vemos por ahí. Mucho gusto conocerlos.
Dicho eso, Hunter empuja a Tanner y ambos se van. Me dejan sola con Liam. No que no esté acostumbrada.
—Bueno, fue divertido mientras duró —resoplo.
—¿Nuestra relación?
Cierro mis ojos con fuerzas.
—Dios, no das más de imbécil.
Liam se ríe.
—Lo siento, era imposible no decirlo —contesta.
—Me refiero a que fue bueno conocerlos. No soportaría estar con mis hermanos ahora.
—Sí, fue bueno. Aunque la mejor parte fue ese Tanner, ¿no? —inquiere. Ahí están los celos de vuelta.
—La mejor parte de todas —sonrío.
Liam se tensa.
—Te miraba todo el tiempo —me dice sonando molesto—. Y no se guardó ni una oportunidad de mirarme mal y decir que soy tu ex novio.
—¿Quizás fue por que parecía que querías matarlo y es verdad, eres mi ex novio?
—No lo entenderías. Estoy seguro de que si no hubiese estado, ya hubiera intentando algo contigo.
—¿Y cual es tu problema con eso?
Liam me mira como si de repente fuese tonta.
—Si una chica me mirara así, ¿no estarías celosa?
—Tanner no me estaba mirando así.
—Eso es lo que tú piensas.
Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que hemos llamado la atención de varios con nuestra pequeña pelea.
—Mejor vamos a un lugar donde estemos solos —digo volviendo mi atención a él —. No siento ganas de causar una escena.
Liam aprieta sus labios en una línea. Y me sigue. Lo noto en sus ojos, está empezando a enfadarse conmigo así como yo con él. No soy una desentendida. Sé perfectamente cuando un chico tiene otras intenciones conmigo. Lo noto cuando apenas se acercan. Tanner no entra en este grupo. No estaba intentando nada conmigo.
A pesar de la cara que porta continúa siguiéndome. Rodeamos el patio hasta encontrar un pasillo al aire libre donde no hay absolutamente nadie. Estamos lejos de la fiesta, las voces y la música casi ni se escuchan. Es el lugar perfecto para gritarle.
—¿Podemos dejar de pretender? ¿Cual es tu problema y por qué quieres desquitarte inventando problemas con el primer chico que ves? —mascullo de brazos cruzados. Mi espalda casi roza la pared de piedra, pero Liam conserva su distancia de mi.
—No lo diré —expresa alzándose de hombros e intentando olvidar lo qué pasó adentro—. No lo diré porque no me corresponde, no soy tu novio.
—¿Quieres informarle a tu rostro eso? —respondo frustrada y bajo mis brazos.
Me mira a los ojos desafiante.
—Está bien. Estoy celoso. No soporto que ese Tanner te haya estado mirando de esa manera, ni que te hayas besado con Seth. No lo soporto. Pero no lo digo, porque tú no eres mi novia.
—Sin embargo, somos algo —declaro. Me lleno el pecho de aire para tratar tranquilizarme—. Siempre fuimos algo. Y ese es el jodido problema, Liam. Verdaderamente estoy intentando seguir adelante pero lo haces muy difícil.
—Quinn, no terminé contigo porque no te quiera. Nunca dejé de quererte, ni siquiera un instante. Te amo y eso es algo imposible de cambiar. Terminé contigo porque sabía que si tú seguías intentando salvarme, y yo seguía con todos mis problemas, la que iba a acabar peor eres tú.
Resoplo.
—Estoy bastante mal, tu plan no es tan perfecto como creíste.
Da un paso hacia adelante y niega con la cabeza.
—Entiendo que estés dolida, no tienes la menor idea de lo que siento yo. Pero es mejor esto que luego dañarte para siempre. Te quiero demasiado como para dejar que eso pase.
Me quedo sin palabras. No sé que responderle, ni como reaccionar.
—Liam —murmuro.
—¿Sí?
Estoy perfectamente sobria. Con la cabeza tan clara que no me cabe duda alguna. Solo basta con verlo a los ojos para darme cuenta de lo que realmente quiero.
—¿Puedo besarte?
Mi pregunta lo toma por sorpresa. Alza sus cejas y me devuelve una mirada insegura. Ambos sabemos que no es ni de cerca, la idea más brillante.
—Sí, por favor —responde como si fuese un alivio, una gota de agua en medio del desierto.
No hesito ni un segundo. Tomo un paso hacia adelante, enrollo mis brazos sobre sus hombros y lo beso. Llevo mis labios a los suyos, y se siente como si pudiera respirar de nuevo. Liam pasa sus manos por mi cintura, atrayéndome hacia él. Mi cuerpo queda pegado completamente al suyo. Es imposible olvidarme lo bien que se siente tenerlo entre mis brazos.
Sus labios son feroces. No hemos tenido ningún contacto físico hace casi un mes. Estábamos acostumbrados a siempre estar encima del otro, entonces un mes se siente como una eternidad.
Desliza sus manos suavemente. Pasa por mis caderas y termina en mi trasero. Liam siempre fue un chico que necesita tener sus manos sobre mi todo el tiempo, por lo que dejo que haga lo que quiera. Camina haciéndome retroceder hasta que mi espalda choca contra la pared de piedra. Sus manos se quedan en mi cadera. Profundizó el beso aún más. Nuestras bocas se entienden a la perfección.
No tengo idea cuanto tiempo estamos así, pierdo absolutamente toda noción del tiempo. Cuando se separa de mi, pega su frente a la mía. Nuestras respiraciones agitadas, parece como si acabara de correr una maratón. Inevitablemente mi cuerpo está encendido, Liam ha aprovechado y me ha tocado por todos lados.
—Extrañé esto —murmuro.
—No sabes cuanto —responde él. En vez de besarme los labios, esta vez se dirige a mi cuello. Mi punto débil, el cual Liam conoce muy bien. En estos años, además de aprender a estar con el otro y a casi leernos el pensamiento, él aprendió donde besar para hacerme temblar, cuál es mi punto débil y que es lo que mas me gusta. Puedo decir lo mismo sobre él.
Cierro mis ojos y echo la cabeza hacia atrás.
—Alto, alto —murmuro—. Podrían encontrarnos. No es la ubicación mas inteligente.
Liam se detiene ante mi pedido. Me mira a los ojos. Sus labios están ligeramente hinchados y un poco rojizos gracias a mi labial.
—¿Te parece irnos? —me pregunta.
Me quedo en silencio unos momentos. Quiero decirle que sí, solo que... Es la boda de Seth, ¿como podría irme? Aunque por otro lado... Liam y yo ya tenemos historias sobre abandonar bodas que apenas empiezan.
Asiento con la cabeza. Eso le basta a Liam. Para salir tenemos que volver a pasar por el patio. Me toma de la mano.
—Espera —digo. Tiro de su brazo para que me enfrente. Paso mi pulgar por su labio, quitándole el rojizo de mi labial—. Listo.
—Gracias. Aunque debo lucir bastante bien con ese color.
Me río y continuamos caminando. Vemos que ya hay muchas personas afuera. Esta empezando a anochecer. La música sigue alta y yo sigo sin entender de donde salen tantas personas. De seguro hay unas trescientas.
Estamos por bajar las escaleras hacia el estacionamiento cuando algo tira de mi vestido. Por un momento pienso que se atascó en con algo punzante. Así que me llevo una gran sorpresa cuando volteo y veo que lo que me retiene, es un niño. Es pequeño, debe rondar los tres o cuatro años. Tiene el cabello castaño oscuro desordenado y unos brillantes ojos verdes. Esta vestido en un adorable traje miniatura color negro con un moño rojo.
Liam también se dio cuenta de la presencia del niño, porque se detiene.
—¿Has visto a mi mami? —pregunta luciendo confundido, triste y sobretodo: perdido.
Lo que me faltaba. Escaneo mi alrededor en busca de alguna mujer que pueda parecer a su madre pero no encuentro a nadie que esté buscando a un niño.
Liam es quien toma la iniciativa. Se agacha a su altura.
—Hola, mi nombre es Liam. Te ayudaré a encontrar a tu mami. ¿Cuántos años tienes?
El niño lo observa perplejo por un tiempo, hasta que parece entrar en razón.
—Tres y medio —responde y le enseña sus dedos con tres alzados.
—¿Cómo te llamas? —pregunta esta vez.
—Tyler —contesta. Sus ojos se mantienen bien abiertos y en alerta.
—¿Sabes cual es tu apellido, Tyler?
—McQueen.
Nota:
Por si no lo notaron, este capitulo es inusualmente largo. Es como dos juntos. Así que voten por el esfuerzo.
No se ni por donde empezar. ?que les pareció Liam y Quinn? ¿JULIE TANNER Y HUNTER? mis favoritos de La Tregua Perfecta!
Espero que les haya gustado mucho! Es uno de mis caps favoritos.
Dato curioso: en un punto de la novela Can a encontrar una palabra así: pelea.
No es un error, es por contarles que primero escribí desde ahí hacia abajo y luego escribi el principio. No se bien por qué.
Gracias por esperar!
Siganme en Instagram porque estoy respondiendo sus preguntas! Así se sacan todas las dudas no sé
Nos vemos!!!!
Las quiero,
Cande!
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