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17. Siempre volveré por ti.

Hola! Disculpen la demora :) pasaron cosas. Pero este capítulo está dedicado a mi hermanita porque el 9/1 fue su cumpleaños y me pidió que este sea su regalo. (El capítulo, no lo qué pasa dentro del capítulo les prometo)

Disfruten!

—¿¡Puedes explicarnos qué demonios está sucediendo?! —vocifera Nate a mi espaldas mientras nos abrimos paso para salir. Afuera, el calor es menos pero por lo menos corre una brisa que logra aliviarme un poco.

Hannah y mi hermano se ponen a mi frente. Lucen verdaderamente preocupados, y no los culpo.

—¿Estás bien? ¿Alguien te ha hecho algo? —inquiere Hannah. Sus ojos recorren frenéticamente cada centímetro de mi rostro en busca de algún indicio.

Niego sin saber por donde empezar. Quiero soltarle todo a Hannah ya y echarme a llorar como una nenita. No puedo creer lo que acaba de pasar, y ni siquiera es solo eso. Es que de verdad me gustó, y Seth tiene novia. Ni siquiera eso, va a casarse dentro de unos días. Después de todo este tiempo, ¿por qué sigo cometiendo los mismos errores de mierda?

—Estoy bien —titubeo—. Solo necesito volver al hotel.

Nate asiente y en un instante, esta cerca de la calle buscando parar un taxi.

—Es Seth, ¿verdad? —me pregunta Hannah casi en un murmuro cuando estamos solas.

La nariz comienza a picarme y siento como mis ojos están a punto de volverse agua.  No puedo siquiera responderle. Simplemente asiento. Se hace hacia atrás estando sorprendida. No me dice nada, no hay nada que yo pueda decirle tampoco. No espero que simpatice con mi situación, ni que le parezca que este bien. Porque absolutamente nada de eso estuvo «bien».

Minutos después, Nate consigue parar un taxi. Cuando los tres estamos adentro y comienza a andar, mi hermano decide que es momento de cortar con todo esto.

—¿Me puedes decir qué está pasando?

Me quedo en blanco por unos segundos. No puedo decirle la verdad, no cuando esa verdad podría arruinarlo todo. No quiero que Nate piense que soy una jodida zorra por besarme con un chico que está a punto de casarse con el supuesto amor de su vida y por no olvidar que es el mejor amigo de mi hermano mayor.

—No me siento bien. Creo que ha sido algo que bebí.

Nate pone una mueca cuando se inclina a mirarme. Creo que no se ha tragado la historia. Deja de insistir. Hannah, por otro lado, se mantiene callada. Es cuando recuerdo que hace un tiempo, Nate la engañó con Scarlett. No debe encontrar esto ni siquiera un poco gracioso.

Por suerte no he olvidado mi teléfono en la mesa, y de lo poco que pude pensar con claridad además del alarmante "tienes que correr de aquí", fue alzar el móvil antes. Mis dedos tiemblan, apenas leo la pantalla de bloqueo. Además de los mensajes de Natalie preguntándome cómo estamos, mi estomago se revuelve cuando veo que tengo un mensaje de la persona que menos esperaba, Tyler Aiken. No soy capaz de abrirlo aun, no quiero lidiar con eso ahora. Luce como un mensaje largo.

Resoplo y me quito el cabello de la cara. Fijo la vista en la calle y en la vida nocturna de la ciudad para no concentrarme en los hechos, que luego, estoy segura de que me caerán como efecto domino.

***

Cuando llegamos al hotel, voy directo a mi habitación. Hannah me sigue, aun en silencio. Le dice algo a Nate que no soy capaz de oír en el elevador, pero cuando estamos en nuestro piso, Nate se separa yéndose para su habitación.

Apenas estoy adentro, me quito los tacones y los arrojo a una esquina. Procedo con los pendientes. Hannah continua sin decirme ni una palabra, lo cual me pone nerviosa.

—Si vas a gritarme, hazlo ahora. No quiero aplazar esto más —mascullo volteando a enfrentarla. Niega con la cabeza y deja su bolso sobre la cama.

—¿Por qué te gritaría?

—No lo sé, tú dime. Has estado callada todo el tiempo.

—Es solo... Estoy intentando procesarlo.

—Pensé que estabas súper de acuerdo respecto a Seth y a mi —bufo recordando nuestro primer día aquí y como se llenó la boca de palabras sobre él y yo estando juntos.

—También pensé que sería imposible. No hablaba de ustedes en un futuro, Quinn.

Esta vez ella me tiene callada a mi.

—¿Qué se supone que debo hacer ahora? —pregunto sintiéndome la mayor mierda del mundo. Estoy perdida, lo cual es irónico. A estas alturas debería ser una experta, debería tener hasta un manual de instrucciones sobre que hacer cuando me meto con chicos que tienen novias.

Hannah toma una profunda respiración.

—¿Lo quieres? —interroga con toda la seriedad corriendo por sus venas. Su pregunta me toma por sorpresa.

Ladeo mi cabeza.

—Lo quiero, pero como un amigo. Nunca lo he visto de otra manera.

Esta vez no miento. Es la verdad, sin tapujos ni doble significado. Seth es el chico al que acudiría si tengo un problema, si quiero divertirme un rato, el chico que me cuida si tiene que hacerlo y me hace sentir bien y me acepta sin importar qué tan mala sea. No es el chico que hace que mi corazón salte, ni el que me causa cosquilleos cada vez que me sonríe. Tal vez en otra vida, él y yo seríamos la pareja perfecta, porque congeniamos demasiados bien como para no intentarlo. No en esta.

—¿Y por qué lo besaste?

—¡Él me besó a mi! Y yo estaba borracha y él tan... ¿Le has visto el rostro? No sé. No lo estaba pensando bien. Nunca pienso en las consecuencias. No hasta que es demasiado tarde.

—¿Estás diciendo que te arrepientes? —se cruza de brazos.

—Sí, Dios, sí. ¿Crees que... Le dirá a Jess?

Ladea su cabeza insegura. Honestamente, yo tampoco lo sé. Me gusta decir que conozco a Seth Jones pero cuando se trata de esto, de romance y de parejas, no tengo la menor idea. Es totalmente impredecible.

—No lo sé —contesta finalmente estando tan perdida como yo—. Tiene qué. Si no lo hace, Quinn, tú tendrás que hacerlo.

—¿Estás demente? —bufo y niego repetidas veces con la cabeza—. No voy a meterme. Voy a sonar como una verdadera perra, pero ya conozco este camino. No voy a meterme.

—Quinn, no lo entiendes. Esto escapa de ti. Estamos hablando de una relación. ¡Están por casarse!

—¿Y a mi qué? Seth eligió jugar sus cartas. No es mi culpa que su relación esté tan mal. Si es inteligente, le dirá.  No voy a meterme, punto final.

Abre su boca indignada y estoy lista para oír un jodido sermón. Solo que nunca llega. Cierra la boca y niega con la cabeza estando decepcionada de mi.

—Iré con Nate.

Es lo último que dice antes de voltear e irse de la habitación como un tornado. Cuando estoy sola, suelto un suspiro exasperado y me tiro sobre mi cama. A pesar de los efectos del alcohol, mi cabeza está clara como el agua sobre lo que pasó. El beso se repite una y otra vez. El cosquilleo cuando sus manos de deslizaron por mis piernas, el sabor a menta y a vodka que tenia nuestro beso, incluso la forma en la que me aferró como si nunca me quisiese dejar ir. Antes de que la lágrimas empiecen a brotar descontroladamente, me levanto de un salto y me dirijo directo al minibar. Necesito distraerme, necesito que el recuerdo no esté tan jodidamente fresco.

Lo primero que encuentro es una botella versión pequeña de Jack Daniels. Por poco lloro de la ironía, es nuestra bebida. La bebida de Liam y yo. La destapó y le doy un buen trago. Al principio, el ardor pasa por mi garganta hasta mi pecho. Pongo una mueca pero no me acobardo y le doy otro trago.

Liam y yo nos pusimos ridículamente borrachos en un bar el día que ambos tendríamos que haber estado en la boda de Natalie y Matthew. Dios, Liam. Hemos terminado hace tan poco, ¿y yo ya dejé que Seth me besara? Sonará estúpido, pero borró mi ultimo beso con él.

Sí Liam besa a alguien en este tiempo y yo me enterase, probablemente me volvería loca.

Ahora sí, las lágrimas son inevitables. Caen como una jodida cascada y cuando intento secar mis ojos con el dorso de mi mano porque mi vista se ha nublado, encuentro restos del maquillaje que me puse para esta noche.

Logro quitarme el vestido y tirarlo encima de la cama de Hannah. A tropezones y llantos, encuentro mi pijama y una vez estando en el, me siento un poco mejor. Afortunadamente el Jack Daniels hace efecto y a mitad de botella, mi cabeza se siente mas liviana y mi corazón duele menos. Un amortiguador increíble. De repente, dejo de llorar. Me tiro a mi cama de espaldas y cierro mis ojos. Respiro hondo y dejo que la paz y el silencio logre calmarme.

Sin embargo, cinco minutos después, como si fuese un jodido chiste, la sonrisa de Liam aparece en mis pensamientos y yo estoy llorando una vez mas. Al demonios mi beso con Seth, eso puedo olvidarlo. Es olvidable. Lo que no es, es la forma en la que Liam, mi ex novio, me hace sentir. Ahora entiendo todo. Entre sollozos y tragos de Jack Daniels. El beso con Seth fue... fue de esos besos calientes que pasan en el momento. Fue bueno. Pero, ¿besar a Liam? Se siente como si estuviese en otro mundo. Nada se compara a estar con Liam. Y eso me asusta. ¿Y si lo nuestro no está destinado a ser? ¿Y si nunca encuentro a alguien que me haga sentir como él lo hace?

Amo tanto a este chico que mi corazón duele. Lo amo tanto que me olvido de las barreras del orgullo, los celos y los resentimientos. Lo amo y si no estoy con él, no quiero estar con nadie mas.

Mi manos palmean la cama hasta encontrar mi teléfono. Apenas tiene batería cuando lo desbloqueo y busco su número. Pensé en borrarlo, solo momentáneamente para que algo como esto no sucediera pero no soy lo suficientemente fuerte.

No hay muchas chances de que conteste, sin embargo, espero paciente. Un nudo de hace en mi estomago por la anticipación y los nervios. Estoy a punto de colgar resignada cuando escucho su voz y mi corazón da un vuelco.

—¿Quinn? —inquiere.

Se siente como un alivio oír su voz.

—Liam —murmuro sintiéndome como una estúpida. No estoy pensando con claridad, no soy capaz de detener las lágrimas y él me escucha—. Perdón, sé que no debería llamarte ahora... o nunca. Pero... —mi voz se quiebra.

—¿Qué sucedió? —su voz cargada de preocupación hace que mi corazón se llene un poquito con esperanzas—. ¿Dónde estás? Iré a buscarte.

—Estoy bien —murmuro porque sé que mentirle es la única manera de tranquilizarlo—. Solo que... hice algo horrible, y necesito hablar con alguien que lo entienda.

Empiezo a contarle todo. Desde los supuestos celos exagerados de Jess hasta lo que sucedió en la discoteca. Cuento mi beso con Seth sintiéndome completamente sucia.

—No sé que hacer —sollozo—. Hannah me dijo que si él no le cuenta, tendré que hacerlo yo. Pero no puedo. No puedo vivir con mas culpas sabiendo todas las personas a las que le hice mal.

Liam se queda en silencio un rato. Puedo oír su respiración y decido ser paciente y darle su tiempo para asimilar todo esto.

—Estarás bien —me dice finalmente.

No exactamente la respuesta que buscaba.

—¿No estas enojado conmigo por besarme a Seth? —inquiero en un hilo de voz fino. Sin ninguna intención de provocar su enojo.

—Siendo honesto, no estoy enojado. Estoy ardiendo en celos, sí. Tengo ganas de darle la paliza de su vida por haber podido besarte. Pero no tengo ningún derecho de estar enojado —dice. ¿Cómo no puedo amarlo si me dice eso?

—Sé que no corresponde pero... Lo siento —digo finalmente—. No debí besarlo.

—No, no debiste. No porque todavía estás conmigo, sería enfermo reclamarte eso. Pero porque está por casarse en unos días —lo oigo resoplar—. No tienes que echarte toda la culpa Quinn, para un beso hacen falta dos personas. Tal vez hasta le hiciste un favor. No tendría que casarse si no está completamente seguro, a veces la costumbre nubla el juicio.

Mi corazón se estruja cuando lo oigo decir eso. Pienso en nuestra relación, y me doy cuenta de que tiene razón. La costumbre sí nubla lo que está bien y mal.

—Quiero volver —digo después de unos segundos de silencio—. No quiero ir a la boda. No puedo ir. No al menos sola. No quiero colapsar y arruinarlo todo.

Lo oigo suspirar. Me lo imagino en su cama, con las luces apagadas sin camiseta e intentando pelear el sueño para hablar conmigo.

—¿Quieres que vaya?

Mi respiración se entrecorta. Tengo que sentarme para no ahogarme en un trago de Jack Daniels.

—Perdona, ¿qué has dicho? —le pregunto estando segura de que es mi cabeza inventando gracias a que lo extraño desesperadamente.

—Nada, es tonto. Olvídalo.

Entonces no estaba inventando nada.

—Sí —respondo cuando he ordenado mis pensamientos—. Sí quiero. Te extraño.

—No sé si es la mejor idea, pero también te extraño.

—¿Entonces...?

—Podríamos hablarlo. ¿Cuando es la boda?

—Sábado.

—Ahí estaré.

***

Al día siguiente, puedo jurar que nunca he tenido una resaca tan grande. Aunque siendo sincera, siempre pienso lo mismo después de cada resaca.

El estomago se me revuelve y tengo que salir corriendo al baño. Ni siquiera alcanzó a ver si Hannah ha regresado a la habitación, porque me tiro de rodillas al frente del váter. Un rato después, cuando me recompongo, me levanto y observo mi aspecto en el espejo. Dios, que desastre.

Mi maquillaje está completamente corrido, mi cabello desordenado y aún con restos de alcohol en él. Mi cuerpo emana un aroma asqueroso. Enciendo la ducha, una vez que estoy debajo del chorro de agua cierro mis ojos. Necesito beber agua y una aspirina para el dolor de cabeza.

Cuando salgo, oliendo mucho mejor, me cepillo los dientes y con crema me quito los restos de maquillaje. Sintiéndome una persona nueva, salgo del baño. Efectivamente, Hannah no ha vuelto a la habitación porque su cama sigue intacta.

Mi celular murió, así que tengo que dejar que se cargue un rato para descubrir que ya son las dos de la tarde. ¿Y nadie se acercó a chequear si seguía viva? Levanto la botella vacía de Jack Daniels y me cambio de ropa. Hoy es viernes, mañana es la boda. Y mañana Liam vendrá a Los Ángeles. Cuando recuerdo todo, hasta nuestra conversación de anoche, cierro mis ojos con fuerza. ¿Qué tan estúpida tengo que ser? Para decir que lo extraño abiertamente, para decirle que sí puede venir. No es promesa de nada que después de esto estaremos juntos de nuevo. Se supone que lo detesto por haberme terminado el día de mi cumpleaños, con una explicación tan vacía como esa.

Vendrá a Los Ángeles y estará conmigo en la boda. Eso significa que se alejará de Malcolm y Olive, lo cual me hace sentir culpable. Sin embargo fue su decisión. Y siendo sincera, me siento más relajada estando junto a él.

Me siento sobre mi cama y bebo una botella de agua. Reviso mis mensajes. Casi me ahogo cuando veo que tengo el mensaje de Tyler sin abrir.

Tyler Aiken: Hola, Quinn. Esto te parecerá raro, ya no hablamos pero lo sentía necesario. Ya estamos de vuelta en Inglaterra, todo marcha bien. Nick y Aggie están volviendo a intentar salir, entonces tomé un poco de distancia entre ambos. Estoy saliendo con mis amigos de clase y Margot, una chica que se está volviendo muy cercana. Todo marcha bien. Me di cuenta de que todo marcha bien porque ya hice mi "paz" contigo, que era lo que me estaba tirando hacia atrás para vivir. No guardo sentimientos contra ti, ni tampoco sigo enamorado. A todo esto, seguro te preguntarás por qué te envío este mensaje. Sé que últimamente la estas pasando mal, que hace tiempo que estás intentando sentirte bien. No quiero que suene extraño, pero me gustaría que sepas que a pesar de todo, aún me importas.

Necesito un cierre contigo, y creo que este es. Espero que tú encuentres la manera de sentirte mejor, porque has pasado por mucho. No eres una persona mala, ojalá algún día te saques ese pensamiento de la cabeza. Eres buena, solo que cometes muchos errores. Confío en que de ellos estas aprendiendo. Si algún día él y tú vuelven a estar juntos, me alegraré mucho por ustedes. Le haces muy bien, nunca lo veo tan feliz y completo que cuando esta contigo o habla sobre ti.

Espero que algún día podamos volver a ser amigos. No espero que me respondas este mensaje. Ni yo sabría cómo responder esto, solo no quería que se muera en mis notas.


Releo el mensaje cinco veces más. Mi lado mas hormonal me dice que tengo que empezar a llorar y eso hago. Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas y por la pantalla.

No me esperaba este mensaje. Ni hoy, ni nunca. Siempre pensé que Tyler es una de esas personas a las que arruiné con mis estupideces y que nunca me perdonaría. Le hice demasiado mal cuando él solo estaba enamorado de mi. Me odio por eso, por el momento en el que decidí hacer eso, cuando le dije esas palabras que destrozaron su corazón. Luego me alejé, sin siquiera pedir perdón porque dentro de mi, sabía que era imposible. No me merezco a un chico como Tyler Aiken en mi vida. Sin embargo, ahí está de nuevo, demostrándome que es un chico con un corazón excepcional. Y que yo también puedo mejorar. Puedo sentirme mejor, puedo empezar a andar por el camino correcto. El camino que siempre debí haber tomado para hacer mi vida mucho más fácil.

Me olvido siquiera de que tengo hambre. Simplemente me acuesto sobre la cama, con la mirada perdida en el techo y mis pensamientos perdidos mucho más lejos.




Horas más tarde, Rick toca la puerta. Lo sé porque murmura un "Quinnie ábreme por favor. Traigo comida". Me resigno con que trae comida. Me levanto de la cama sintiéndome un poco mareada y abro la puerta.

—Luces mal —declara.

En sus manos trae una bolsa de McDonald's. El olor casi me hace soñar con papas fritas. Recibo la comida y murmuro un agradecimiento. Dejo la puerta abierta para que entre y vuelvo a mi cama.

—¿Te han contado?

Rick resopla y asiente.

—Es mi mejor amigo Quinn, ¿en qué estabas pensando?

—No estaba pensando —respondo sin siquiera mirarlo. Me trajo mi hamburguesa favorita. En otra situación, lo abrazaría—. Me arrepiento, ¿si?

—Jess tiene que saber.

Ahora sí, subo la mirada para enfrentarlo. Esta parado al borde de mi cama, con sus brazos cruzados y su semblante me indica que no esta bromeando.

—No, por favor. Quiero ahorrarme el drama.

Rick niega con la cabeza.

—Imagina si es Hannah. Imagina que Nate y ella están por casarse, y Hannah decide engañarlo días antes de la boda. Tú lo sabes. ¿Le dirías a Nate?

—Claro que sí —contesto con el ceño fruncido—. Eso es diferente, Nate es mi hermano. Yo no le debo nada a Jess.

—Entonces hazlo por Seth. La relación que tiene con Jess es jodida. Dejó de ser un cuento de hadas hace tiempo, ahora es tóxica y consume a Seth de una manera que le hace bien. Ayúdalo a salir.

—Tampoco voy a jugar de héroe. Si es que Seth esta cometiendo un error al casarse, creo que ya lo sabe. Lo sabe muy bien y lo ignora.

Le doy un mordisco a mi hamburguesa. Nunca nada sabio mejor antes.

Mi hermano no responde nada. Me observa como si fuese un caso perdido. Y es que creo que ante sus ojos, a pesar de las promesas, un poco lo soy.

—Liam vendrá para la boda —confieso para sacar la bandita ya y duela menos.

Tose y alza sus cejas.

—¿Liam tu ex novio que te terminó en tu cumpleaños?

—Cuanto tacto tienes, Rick. Pero sí, ese.

—¿Acaso van a volver?

—No lo sé. Solo te aviso. Vendrá y me acompañará a la boda.

Dejo de mirarlo para darle a entender que la conversión ha terminado. Rick simplemente asiente, creo que ya sabe que no hay manera de pelearme para que piense lo contrario.

Se echa en la cama de Hannah y enciende la televisión. Pone un programa entretenido, y ninguno de los dos dice nada. Aunque me agrada su compañía.


Nota:

Dos semanas sin actualizar parecen una eternidad, ¿no?

Les dije que Tyler iba a aparecer, apareció. Ahora, les cuento quien aparece en el próximo capítulo para que lo vayan sintiendo: Juliette de La Tregua Perfecta. Para quienes no la conocen porque no han leído la novela, les recomiendo que vayan a leerla. Esta terminada en mi perfil y lista para que se enamoren de la historia de Juliette y Hunter.

Ahora, a lo nuestro.

¿Qué opinan de Liam? Quiero saberrrr

Gracias por la paciencia!!!

Son lo mas!

Lov, cande.

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