Ethan Ross.

Esto es una locura, una completa locura. El público frente a nosotros grita con emoción, hay una cantidad más que considerable fuera del auditorio en el que nos encontramos, una fila que amenaza con ser interminable se forma desde la entrada del establecimiento hasta la mesa en donde deberíamos de tomar asiento.

—Joder, me duele la mano de solo ver eso —pronuncia Stephen mientras sacude una de sus manos como si de verdad tuviera un dolor en ellas.

—¿Qué acaso no pudieron programarse en dos fechas? —inquiere Jake —es demasiada gente.

—Aunque hubiesen sido tres fechas, la misma cantidad de gente hubiese venido —pronuncia Alex mientras se acomoda la chaqueta que trae puesta. Colton llega momentos después, mirando por algunos instantes al público frente a nosotros, y luego se gira, mirándonos con una sonrisa.

—¿Están listos para su primera firma de autógrafos? —inquiere dando un par de palmadas —Recuerden que las fotografías son una por persona —informa —no se excedan demasiado saludando a las fans, menos de un minuto por cada una, de lo contrario no acabaremos nunca.

—¿No es poco tiempo? —inquiere Alex.

—Solo un intercambio breve de palabras mientras firman, la fotografía y listo —repite Daniel apareciendo frente a nosotros. —habrá personal de seguridad garantizando que sea movimiento rápido.

Los cuatro asentimos, en cuanto aparecemos frente al público, un grito ensordecedor se deja oír. El personal de seguridad hace su trabajo, manteniendo el orden en la fila y consiguiendo que las personas que aguardan afuera, se queden ahí.

Hay lonas gigantes colgando de los costados, con imágenes promocionales nuestras y un proyector emite uno de nuestros conciertos en la pared blanca detrás de la mesa en la que debemos de tomar asiento.

Una vez que todos estamos en nuestros lugares, las fans comienzan a pasar. Es increíble ver el cariño que alguien puede tener hacia ti sin siquiera conocerte, aunque bueno, creo que las fans son expertas en buscar cada parte de nuestra vida en internet, y en conseguir la información necesaria así que, desconocidos para ellas no somos.

Apenas llevábamos unos meses como banda, y era increíble ver la cantidad de impacto que habíamos causado en el público.

Todo trascurre tal y como Colton lo había explicado, en algún punto una chica se lanza sobre Stephen, fue aterrador ver a mi amigo en el suelo con una chica encima que no dejaba de repetir lo mucho que lo amaba y que esperaba algún día casarse con él.

La expresión horrorizada de Jake, y las carcajadas de Alexander fueron inolvidables, tendría que buscar el video en YouTube para conseguir molestar a Steph después de eso.

El tiempo en el auditorio parecía no acabarse, y para cuando el final de la firma llega, me siento agotado.

Steph camina con una mueca en el rostro mientras imparte un masaje en su hombro izquierdo.

—No sé cómo es que esa chica salió ilesa, y yo quedé con un dolor de hombro terrible —se queja mientras toma asiento en el sillón de la pequeña habitación en la que nos encontrábamos.

Antes de siquiera poder decir algo, Margot Pierce, la madre de Jake, ingresa.

—¡Mis muchachos! —la señora Pierce parecía habernos adoptado a todos como hijos, el cariño con el que se comunicaba con todos era increíble, nos hacía sentir parte de una misma familia.

—Margot —pronuncia Steph con una mueca —¿Viste que casi me asesinan hoy?

Nuestras risas se detienen al ver la mirada reprobatoria de Margot sobre nosotros.

—Claro que lo vi, Colton debería de adoptar mejores medidas de seguridad para ustedes —asegura acercándose a mi amigo —creo que tengo una medicina en casa para el dolor, tan pronto como lleguemos te la daré —sentencia.

Margot Price había adoptado el papel de madre del grupo, se preocupaba por nosotros, nos invitaba constantemente a cenar y para un chico, al cual su madre ignoraba por completo, eso se sentía bien.

—Alex, cielo ¿estás comiendo bien? —cuestiona colocándose frente a Alexander —Estás más delgado jovencito. —reprende. Él luce confundido, me causa gracia la expresión confusa que mantiene mientras observa su cuerpo y luego mira a la mujer frente a él. —¿A caso has estado enfermo?

—Te aseguro mamá, que come más que bien —sentencia Jake con una sonrisa —¿O no Alex?

—Jake tiene razón, Margot —responde con una sonrisa inocente —me alimento bien, debe de ser la ropa.

Ella no luce convencida y a eso le sigue un intenso interrogatorio del cual mi amigo solo se salva porque Daniel ingresa para informarnos que debemos estar listos para salir, así que Margot se despide y tras decirnos lo feliz que está por nosotros, se marcha de la habitación.

Colton ingresa minutos después informando que el auto que nos llevará de regreso a casa se encuentra esperando por nosotros afuera. Apenas y tenemos tiempo de tomar nuestras cosas antes de salir del auditorio, los reporteros esperan por nuestra salida y solo es gracias a los guardias de seguridad, que conseguimos llegar hasta el auto.

Una vez ahí, los chicos se enfrascan en una conversación de la cual no muestro interés, tomo el celular y lo enciendo, el malestar en mi cuerpo regresa tan pronto como leo el mensaje en la pantalla.

Lo apago, tomando una inhalación mientras apoyo mi cabeza contra la ventana.

—Hey, amigo ¿todo en orden? —Jake se coloca a mi costado, observándome con curiosidad.

—Todo en orden —respondo en un intento de sonrisa.

—¿Estás seguro? —inquiere. No respondo —Ethan ¿qué ocurre?

Los chicos guardan silencio en cuanto escuchan a Jake pronunciar aquello.

—¿Pasa algo? —Alex cuestiona, luce genuinamente interesado, y por un momento considero la posibilidad de abrirme con ellos.

Sabía que estábamos logrando grandes cosas, la banda estaba triunfando, el mundo comenzaba a saber de nosotros, pero había algo que no me permitía sentirme plenamente feliz.

—Mis padres llamaron —pronuncio luego de haber permanecido demasiado tiempo en silencio. —Creí que su llamada era una felicitación, sobre...ya saben...el éxito de la banda, pero...—un suspiro brota de mi cuerpo. —Solo llamaron para decir que el camino que había decidido seguir iba a acabar conmigo.

Los chicos se mantienen en silencio por largos segundos que me parecen eternos.

—Escucha, Ethan —Alex es el primero en hablar —muchas personas no van a entender tus sueños, les parecerán una locura, creerán que terminaras de una manera trágica, pero eso es porque no tienen la misma pasión que tú. No ven la vida de la manera en la que tú lo haces. Tú, amigo, haces magia con las baquetas, tienes talento, tienes un potencial extraordinario, y el mundo lo está conociendo.

—Alex tiene razón, Ethan, eres sensacional y todo esto que estamos consiguiendo, es apenas el comienzo —Jake coloca una mano sobre mi espalda —habrá momentos malos, amigo, pero estamos aquí. Somos amigos, no olvides eso.

Sonrío de manera genuina a los chicos.

—Gracias, en verdad —murmuro.

—No nos agradezcas —asegura Stephen —no somos una simple banda, somos amigos haciendo esto y si uno está mal, todos lo estaremos —me recuerda con una sonrisa —nos tienes para apoyarte, cuando sientas que todo va mal, solo habla con nosotros. Las penas son más ligeras si se comparten.

Sonrío una vez más, esto era sensacional, somos sensacionales. No podía imaginar estar cumpliendo esto con otras personas, los chicos son extraordinarios, y no me queda ni una sola duda al respecto.

(...)

Cuando llego a casa, Collins me espera con varias botellas de cerveza sobre la mesa.

—¿Qué celebramos? —inquiero mientras dejo la mochila sobre el bonito sillón que habíamos conseguido semanas atrás.

—No hemos tenido oportunidad para celebrar que nos hemos mudado —asegura abriendo una de las botellas para entregármela.

Estar en una banda dejaba una ganancia inmensa, más de la que siquiera pude haber imaginado, y eso nos había permitido abandonar el pequeño departamento que Collins y yo ocupábamos y mudarnos a este.

A un lujoso y espacioso departamento en una zona elegante de la ciudad. Aún recuerdo las negativas de mi mejor amigo al darle la noticia, su incansable insistencia en aportar algo, pero fue en vano ya que no estaríamos rentando, lo había comprado.

—Es cierto —pronuncio con una sonrisa tomando la botella —¿la mudanza ha traído todas las cosas?

—Así es, dejé el resto de las cajas en tu habitación —informa. Se apoya contra la barra de la cocina, mientras siento su mirada seguirme hasta que llego al cuarto. Tal y como lo ha dicho, varias cajas se encuentran distribuidas por todo el espacio, tenía trabajo que hacer, desempacar me llevaría un par de horas así que agradecía que Colton nos hubiese dejado libre por el resto del día.

—Tus padres llamaron ¿no es cierto? —odiaba que Collins me conociera tan bien.

—Si —respondo sin mirarlo mientras le doy un trago a la botella, el líquido amargo quema en mi boca, pese a eso, vuelto a tomar otro poco.

—Y supongo que no fue una llamada de felicitaciones —ingresa a la habitación, aun sosteniendo la botella en una de sus manos.

Suspiro, tomando la valentía para girarme hacia mi amigo. Él se encuentra sentado en el borde del sillón, mirándome con algo parecido a preocupación.

—Ethan, no les sigas dando ese poder sobre ti —pronuncia con una leve sonrisa —amigo, estás triunfando, el mundo se está dando cuenta de tu talento. Míranos, estamos en este bonito departamento gracias a ti. Tengo un jodido escritorio tan grande que mis maquetas caben sin problema, y te lo debo a ti. Mamá ni en sueños hubiese conseguido algo como eso, Ethan, eres estupendo, que tus padres no consigan darse cuenta de eso, no tiene por qué arrebatarte la felicidad.

—Hubiese deseado que no llamaran —mascullo —solo lo hicieron para decir que seguramente terminaría como muchos artistas, en el mundo de las drogas y el alcohol, papá dijo que siempre supo que terminaría de ese modo, dice que es cuestión de tiempo.

—Que les den mierda —pronuncia con molestia —nada de eso es verdad. Están tan jodidos porque no quisiste seguir bajo su poder, porque saben que no hay forma de controlarte ahora que eres libre. Están aterrados porque su único hijo está persiguiendo sus sueños.

Sonrío, me dejo caer a un costado de su cuerpo. Tomo el celular, buscando el mensaje en mi bandeja de entrada.

—Kendra terminó conmigo —mascullo enseñándole el corto y directo mensaje en donde mi novia, ahora ex, decía que no estaba preparada para enfrentar lo que sea que significaba estar conmigo.

—Ay, joder —Collins me regresa el celular, con una mueca dibujada en el rostro —amigo, lo siento, de verdad.

—¿No es irónico? —inquiero con pesar—que esté consiguiendo lo que siempre desee pero que ahora mi vida este como la mierda.

Siento la mano de Collins posarse en mi espalda, dando un par de suaves palmaditas.

—Tienes que creer en ti mismo, Ethan —pronuncia —estoy contigo, lo estuve desde que nos salimos de casa para independizarnos y lo estaré en este loco viaje que comienzas de la fama, cuando te canses de tanto glamor, aquí estaré.

Una carcajada abandona mi cuerpo mientras cruzo uno de mis brazos por sus hombros.

—Gracias, Collins —pronuncio al fin. —De verdad.

—Bueno, no se agradece por dar apoyo a un mejor amigo —me recuerda con una sonrisa, se incorpora, mirando las cajas de nuestro alrededor antes de centrar su atención de nuevo frente a mí —¿Necesitas ayuda para desempacar?

—Oh, si —aseguro dejando la botella a un lado para poder comenzar a abrir las cajas.

Comenzaríamos de nuevo, dejaría atrás todo esto y empezaría a vivir, el sueño por el que siempre me esforcé.

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