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❀ 4. Parque de diversiones ❀

La mañana llego muy rápido, a pesar de que Dan pensó que no podría dormir debido a la emoción, esa noche fue todo lo contrario ya que se quedó profundamente dormida en el momento en que tocó la cama.

Se despertó temprano para darse una ducha, maquillarse y vestirse. Al estar lista fue a la cocina, tomó una manzana y comenzó a ingerirla, cuando la terminó escuchó el timbre y sin dudar se dirigió a abrir la puerta.

Se sorprendió bastante al ver que su nuevo amigo iba acompañado de alguien más a quien ella no conocía. Un chico alto y muy guapo, cabello negro y largo, piercings en el labio y ceja. Tenía uno de sus brazos tatuados y su cuerpo se veía bastante musculoso.

—Buenos días —Saludó Jin.

—Buenos días —Dan les ofreció una reverencia.

—Perdón por no avisarte antes pero creí que sería buena idea invitar a mi mejor amigo —Tomó al chico de los hombros.

—Sin problema, entre más mejor —Dan sonrió amablemente pero se sentía muy nerviosa, no quería cometer un error o hacerlos sentir incómodos.

—Mucho gusto, me llamo Jeon Jungkook —Jungkook sonrió de una manera encantadora, Dan creía que se veía adorable.

—El gusto es mío, yo soy Park Dan Ah.

—Deberíamos irnos ya, debemos aprovechar todo el tiempo posible —Jin miró la hora en su teléfono.

Sin demorarse tanto, Dan Ah tomó su cartera junto a su teléfono y los guardo en los bolsillos de su chaqueta.
Salió con los chicos y cerró muy bien la puerta antes de irse.

Al salir del edificio se percató que Kim había llegado en un auto y vio que Jungkook tenía toda la intención de subir al frente.

—Vas atrás Jeon —Jin le aviso antes de que el más joven tomara lugar. —Sé un caballero y deja que Dan se siente al frente.

—No me molesta ir atrás —Dan respondió.

—Pues si ella no quiere... —Jungkook abrió la puerta del copiloto.

—Jungkook... —Jin lo miró de una manera amenazante.

—Digo que si ella no quiere, tendré que insistirle porque soy un caballero —rió nerviosamente y se giró hacia Dan para susurrarle. —Sube adelante o me matará.

Ella no tuvo otra opción más que subir en el asiento copiloto con Jin a su lado y Jungkook detrás de ellos.
El camino fue demasiado rápido ya que era muy temprano como para que hubiera tráfico.

Al llegar al parque de diversiones, Dan compró tres boletos con su propio dinero a pesar de que Kim le insistió en que el podía pagar.

Subieron a varias atracciones, reían y se divertían juntos.
Al llegar a la montaña rusa Jin se detuvo.

—Vayan ustedes, este es demasiado para mí —rió.

—Oh hyung, no seas miedoso —Jungkook lo jalneó de la mano.

—Si quieres que vomite ahí arriba entonces vamos.

—Que asco —lo soltó inmediatamente. —Vamos Dan Ah, hay que dejar a este anciano aquí —la tomó de la mano y sin darle tiempo a decir una sola palabra se la llevó a la fila.

Jin podía observarlos desde un banco en la sombra, para Jungkook era bastante sencillo socializar con las personas y se notaba a simple vista que Park Dan Ah le había caído muy bien. Pues mientras estaban en la fila ambos conversaban muy cómodamente, ella reía de una forma encantadora a lo que Kook le decía.

Alcanzó a ver como los dos se subían en el carrito delantero, el empleado les puso la barra de seguridad y seguido se miraron entre sí con un poco de nerviosismo por la sensación extrema que iban a vivir.

—Se ven lindos juntos —Jin habló consigo mismo. —Y uno de los deseos de Dan es tener novio... ¿Qué tan idiota es Jungkook como para salir con ella? —pensó por un segundo las relaciones que su mejor amigo había tenido. —No... es demasiado idiota para una chica tan linda e inocente como Dan Ah.

Luego de quince minutos Jungkook y Dan Ah volvieron al lugar donde estaba Jin, estaban riendo a más no poder pues Kook había comprado la fotografía que toma el juego en una de las bajadas más intentas. En la foto estaban ambos con unas caras extrañas que daban risa.

—Creo que la enmarcaré —dijo Jungkook viendo la imagen. —Y te daré una copia.

—Eso me gustaría —Dan Ah no podía estar más feliz, ese día había sido el mejor de todos hasta ese momento sin duda alguna.

—En fin, ¿tienen hambre? Vayamos a comer algo —Jin los interrumpió.

Se dirigieron al área de comida, entraron en un restaurante de hamburguesas y al tener su comida se sentaron para disfrutarla.

—Entonces... —habló Jungkook después de darle un morisco a su hamburguesa. —¿Cómo es que mi hyung conoce a una chica tan adorable como tú?

—Bueno... —La castaña alargó. Ella no quería decirle que lo conocía porque era su doctor, de ahí preguntaría acerca de su estado de salud y lo último que deseaba es que eso se esparciera.

—Uno de mis pacientes trabaja con ella —Jin tomó la palabra al notar que Dan Ah pensaba qué decirle. —Dan lo acompañó y de ahí la conocí.

—Ah, ¿de verdad? ¿En qué trabajas?

—En la editorial Moon.

—¿Eres escritora?

—Me gusta escribir pero en realidad estoy en el área de redacción y corrección —agachó la mirada, le gustaba su trabajo pero ella soñaba con ser una escritora reconocida.

—Eso es asombroso, debes de tener una ortografía muy limpia, es algo impresionante —Jin notó como Dan Ah se sonrojó ante el alago de Jungkook.

Después de unos minutos los tres terminaron su comida, al salir del restaurante el teléfono de Jungkook comenzó a sonar.

—Maldición —chasqueó la lengua y contestó. —¿Qué quieres Hye Sun? ¿ya olvidaste lo que te dije? No te quiero ver... tampoco te quiero escuchar... pero... aahhhg esta bien, te veo ahí —colgó.

—¿No habías terminado con ella? —preguntó Jin.

—Sí, lo hice. Pero dijo que tiene algo muy importante que decirme —suspiró.

—No caigas otra vez en sus manipulaciones.

—No lo haré, ya estoy cansado de eso —sonrió y se dirigió a Dan. —Lamento no estar con ustedes por el resto del día pero me la pase increíble espero que se repita.

—Claro que se repetirá —Dan sonrió. —Gracias por acompañarnos.

—Los veo luego —sin más se despidió y se marchó.

—Y bien, ¿qué quieres hacer ahora? —Jin se puso frente a ella.

—La verdad me gustaría descansar un poco —se sentó en un banco que estaba cerca —Comienza a dolerme la cabeza.

—¿Tomaste tu medicamento? —se preocupó.

—Sí, lo estoy tomando tal cual lo recetaste.

—Entonces quizá solo estás cansada —él se sentó a su lado lo más cerca que pudo. Con su mano alcanzó la cabeza de Dan y la guió para que pudiera ponerla sobre su hombro. —Trata de descansar un poco, tampoco puedes exigirte demasiado.

Con confianza Dan cerró sus ojos mientras apoyaba la cabeza sobre el hombro de Jin, respiró profundamente y mientras los minutos pasaban su dolor de cabeza se iba dispersando.

Luego de un rato, se sintió mejor y siguieron con su visita en el parque. Dejaron las atracciones de lado y se centraron en los juegos donde había premios para ganar.

—¿Te gusta alguno de esos? —Jin preguntó señalando los peluches que había en uno de los puestos de tiro al blanco.

—Mmh —miró todos los peluches. —Me gusta ese —apuntó a uno de los más grandes, el cual era una alpaca blanca con una bufanda roja.

—Muy bien, lo conseguiré para ti —pagó un boleto y tomó una de las pistolas de juguete. —No es por presumir pero tengo una puntería increíble.

Y no mentía, tenía solo diez balas y para ganar el peluche que Dan quería debía derribar solo cinco objetivos pero su puntería era tan perfecta que terminó por derribar los diez exactos.

El señor que se encontraba en el puesto, les entregó el peluche y eso hizo a la chica más feliz de lo que ya estaba.

—Es muy bonita, gracias —abrazó la alpaca.

—No me agradezcas, este pequeño será mi sustituto para cuando no esté contigo. Así que piensa en mi cuando lo veas.

—Que directo eres —Dan se burló. —Ahora entiendo porque eres doctor.

—¿Por ser directo?

—Todos los doctores dicen las cosas directamente sin rodeos, es parte de ellos.

—Supongo que sí pero ser doctor no era mi deseo y la verdad es que he sido así toda mi vida, no creo que tenga algo que ver.

—Entonces, ¿a qué deseabas dedicarte?

—¿Cómo? —Jin se detuvo en seco pensando una respuesta.

Cuando era niño el soñaba con ser astronauta, chef, corredor de carreras, cantante, actor; creía que podría ser todo lo que él quisiera sin problema alguno pero toda esa libertad para soñar y desear se terminó cuando murió su madre. Desde ese día su padre se convirtió en un dolor en el trasero, obligándolo a hacer cosas que él no quería, convivir con gente de su posición social que le parecía tan falsa, estudiar en una escuela donde nunca tuvo un solo amigo, salir con chicas que solo su padre creía que eran adecuadas por la familia de la que provenían. Pero sobre todo estudiar una carrera profesional la cual nunca llamó ni un poco su atención. Los primeros años fueron duros pues no hizo conexión con ninguno de sus compañeros; tuvo suerte de haber conocido a un becado el cual se volvió su mejor amigo, su mayor confidente y su hombro para llorar y desahogarse.

Al entrar a la universidad no tuvo el derecho de elegir, siguió las órdenes de su progenitor sin quejarse, tal cual lo había estado haciendo toda su vida. Sin embargo, estaba cansado.

Seokjin al igual que Dan, era una persona muy solitaria pero él tenía a Jungkook y ¿Dan Ah? Bueno, Dan Ah ahora lo tenía a él.

—¿Quieres un algodón de azúcar? —cambió totalmente el tema. —Ven, vamos a comprar uno —sin esperar respuesta la tomó de la mano y la jaló hasta el vendedor.

—¿Eso que tiene que ver con lo que te pregunté?

Jin ignoró su pregunta, no sabía cómo explicarle que él no tenía sueños ni aspiraciones, cómo iba a contarle que por culpa de su padre nunca vivió la vida como le hubiera gustado y sobre todo cómo podría decirle que lo único que quería era morir.

La verdad me da penita Jin, su vida tampoco ha sido fácil 😔🥺

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