☁︎ 3. Ser amigos ☁︎
Al día siguiente Jin había ido al hospital, se dirigió hasta su consultorio y buscó como loco dentro de los cajones por un par de papeles que le pudieran ser de ayuda.
De pronto la puerta se abrió de golpe dejando ver a un hombre mayor de bata y lentes.
—Doctor Kim, que bueno que volvió a trabajar.
—No vengo a trabajar, solo venía por algo que necesito —encontró lo que buscaba. —Ajá, aquí está —rápidamente tomó una fotografía del documento con su celular y se levantó. —Espero pueda encontrar un reemplazo rápido.
Y sin escuchar todos los gritos de parte del director del hospital salió lo más rápido que pudo, estaba más que seguro que con eso se ganaría un grandísimo reclamo de parte de su padre pero poco le importaba, tenía otros planes en mente y no iba a dejar que nadie se los estropeara.
Al salir del hospital, revisó la fotografía y en ella estaba la dirección de su expaciente a la que necesitaba encontrar de una u otra forma.
Condujo por un buen rato pues el GPS le había enviado diferentes rutas alternas sin que él se lo pidiera, casualmente ese día la aplicación de mapas le estaba fallando muchísimo.
Luego de un par de horas dio con un edificio en el que había departamentos y justo era la dirección que estaba en el expediente.
Aparcó lo más cerca que pudo y sin más se adentro en el edificio con una bolsa entre sus manos.
—Buenas tardes —se acercó al portero. —Disculpe, ¿sabe si Park Dan Ah vive en este lugar?
—Ah sí, la señorita Park vive en el piso 7 pero por el momento no se encuentra.
—¿Sabe a qué hora puedo encontrarla?
—No debe de tardar, en un día normal suele llegar de su trabajo a las 6:30, aunque a veces su jefe la hace trabajar de más y puede llegar hasta las 11:00 p.m.
—Ya veo... ¿Puedo esperarla aquí? —el hombre asintió con una sonrisa y le acercó una silla para que tomara asiento mientras esperaba.
Pasó una hora, dos horas y Dan Ah por fin iba llegando a su hogar, entró por la puerta principal del edificio con bolsas del supermercado en sus manos, había pasado a hacer la despensa.
Se detuvo cuando miró a su ex doctor sentado en el recibidor, parecía estar dormido pues sus ojos estaban cerrados y su boca entre abierta.
—¿Doctor Kim? —le tocó levemente el hombro. —¿Doctor Kim? —repitió.
—Habrá consulta hasta mañana... —dijo en un tono muy bajo. A Dan le causó mucha gracia.
—¿Qué está haciendo aquí? —rió. —Doctor Kim, despierte.
—¿Qué? —sus ojos se abrieron con lentitud, miró a Dan Ah parada frente a él con una sonrisa en sus labios cosa que hizo que se le formará un nudo en la garganta. —Señorita Park.
—¿Espera a alguien? ¿Vino a ver a alguien del edificio?
—No, bueno sí... vine a verla a usted —se enderezó y se puso de pie mientras se estiraba. —Tengo que hablarle de algo sumamente importante.
—¿De qué se trata?
—¿Podría ser en privado? —hizo una seña muy discreta para indicarle que no quería que el portero escuchara su conversación a pesar de haberse portado muy amable con él.
—Ah, claro. Sigame.
Los dos subieron hasta el séptimo piso por el elevador, recorrieron un largo pasillo hasta llegar al fondo y al estar frente a la última puerta, Dan Ah abrió y dejó pasar a Kim.
Ambos quitaron sus zapatos en la entrada y avanzaron hasta la sala de estar.
Jin no pudo evitar mirar en todas direcciones, el hogar de la chica era muy acogedor, le recordaba a su infancia, recordaba sentarse en el suelo junto a su madre y ver sus series animadas favoritas mientras ambos comían palomitas.
Dan Ah tenía muchas plantas, pero extrañamente no tenía ni una sola fotografía para decorar el área.
—¿Quiere un poco de café? ¿Agua? ¿O jugo de naranja? —ella preguntó sacándolo de sus pensamientos.
—Agua está bien.
Luego de un par de minutos ella volvió con dos vasos de agua, le acercó uno dejándolo sobre la mesita de centro y ella se sentó frente a él mientras daba un sorbo de agua.
—¿Y bien? ¿De qué quería hablar?
—Le traje esto —le dio la bolsa que había llevado con él, dentro estaba el cuaderno que Dan Ah había dejado en la tienda de convivencia.
—Mi cuaderno, creí que lo había perdido.
—Lo dejó en la tienda donde nos encontramos ayer.
—Muchas gracias, tengo cosas muy importantes escritas aquí.
—Lo sé. —al escuchar eso Dan lo miró confundida. —Yo sin querer le di una hojeada. Vi su lista de deseos.
—Debe pensar que es tonto e infantil hacer algo como eso —se avergonzó.
—Para nada, creo que es algo muy valiente de su parte querer cumplir todo lo que no ha logrado antes de que llegue el día de... —se detuvo.
—El día de mi muerte —Dan suspiró. —Relamente quiero hacer la mayoría de cosas que hay aquí pero con el trabajo y los amigos inexistentes que tengo es un poco difícil.
—Renuncia a tu trabajo —soltó sin más y comenzó a hablarle de manera informal. —Si lo haces yo te ayudaré a cumplir todo, absolutamente todo lo de tu lista.
—¿Está loco? —rió nerviosa. —¿Por qué haría algo como eso? Además usted debe estar muy ocupado, no puedo quitarle su valioso tiempo con mis tonterías.
—Te dije que renuncié, estoy libre hasta nuevo aviso —sonrió. —Dan Ah, quiero ayudarte, quiero aportar un pequeño granito de arena en tu vida.
—No quiero que me tenga lastima. Me voy a morir y si esto lo hace debido a eso, no quiero que lo haga. Así que si ya terminó, le pido que se retire.
—No te tengo lastima —respondió con firmeza. —Pero si no aceptas ahora solo será tiempo perdido, voy a seguir insistiendo pero cuanto más tardes en aceptar más deseos de esa lista no serán cumplidos.
Jin se levantó del sofá y se encaminó a la puerta pero justo antes de abrir escuchó la voz de la chica.
—¡Espere! —ella avanzó hasta él. —¿Me promete que esto realmente no lo hace por lástima?
—Te lo prometo —estiró su mano con el meñique levantado para cerrar su promesa. Y claramente, Seokjin no lo hacía porque sintiera lastima por Dan, él ni siquiera sabía porqué lo estaba haciendo, nunca había tenido ese contacto con sus pacientes pero ahora que había renunciado quería hacer algo diferente. Ambos entrelazaron sus meñiques. —Entonces empecemos con el deseo de hacer amigos. Hola, me presento, soy Kim Seokjin y quiero ser tu amigo. Puedes decirme Seokjin, Jin o algún apodo que te guste.
—Hola, yo soy Park Dan Ah y puedes llamarme como más te guste.
—Muy bien Dan, es hora de hacer todos tus sueños y deseos realidad —volvió a avanzar a la sala y se sentó cómodamente como si tuviera confianza con ella desde hace muchos años. —Tienes que renunciar a tu trabajo, necesitamos tener mucho tiempo disponible.
—No puedo renunciar —se sentó a su lado. —Trabajo en una editorial; uno de mis deseos es publicar mis libros y creo que fuera de la empresa sería más complicado.
—Ya entiendo —pensó por un momento. —¿Y si pides una licencia para faltar?
—No quiero decirles que estoy enferma, ni mucho menos que me voy a morir en tres meses, no me gusta que la gente se compadezca de mí —Dan Ah suspiró. —Pero puedo salir con la excusa de ir a visitar a los escritores, cuando hago las visitas puedo tardar el tiempo que yo quiera y el jefe no se da cuenta.
—Perfecto, podemos aprovechar esos momentos, usaremos tus días libres también y si quieres podemos hacerlo en la noche.
—¿Realmente estás dispuesto a ayudarme con todo? —Jin asintió. —Entonces comencemos con las cosas fáciles, mañana no tengo que ir a trabajar así que podemos ir al parque de diversiones —se emocionó.
—Me parece un buen inicio —Seokjin sonrió y seguido se levantó. —Selecciona las cosas que quieres hacer primero y me lo dices mañana.
Estaba a punto de marcharse pero giró sobre sus talones para regresar.
—Casi lo olvido... —sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y se lo acercó a Dan Ah. —Ya somos amigos así que tenemos que intercambiar números.
—Cierto —ella sonrió dulcemente mientras registraba su numero. —Esto es extraño, los únicos números que tengo en mi móvil son de mis compañeros.
—¿De verdad no tienes ni un solo amigo además de mí? —ella negó con la cabeza.
—En la secundaria tuve una amiga pero cuando nos graduados perdimos el contacto y desde entonces me centré en mis estudios, luego el trabajo, mis historias, había tantas cosas en mi mente que no pensé en socializar o salir más por eso tengo deseos tan simples en mi lista —rió.
—Oye, no son simples. Creo que es increíble que tengas el valor de hacer todo lo que no haz hecho hasta hoy, te admiro —notó un leve sonrojó en las mejillas de la chica. —No te preocupes por nada, me haré cargo de todo. Ahora descansa que mañana será un día bastante largo.
Jin salió del departamento dejando a Dan Ah con una emoción que jamás había sentido en su vida, la emoción y la alegría de salir por primera vez al mundo para explorar y tener aventuras con su primer amigo.
Esa noche le costaría muchísimo dormir, estaba ansiosa porque el día apareciera nuevamente.
No se que tan larga vaya a ser esta historia pero vamos avanzando rapido sjsjs
Les esta gustando? 👀✨️
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