CAPITULO FINAL
Klaus
Le humo y los estruendos nos envuelven, los hombres de Landel nos atacan, pero respondemos de la forma más sangrienta, aquí no necesitamos testigos ni rehenes, todos ellos solo son un obstáculo para rescatar a Alondra y eliminar al hijo de puta de Kingston.
—Ve por ese lado, yo iré por aquí para cubrir mayor terreno —ordena Sasha y ambos nos separamos sin decirnos más. Al ser una antigua central, el lugar es grande y lleno de pasillos, la estructura al ser de piedra ha durado bastante, mas se puede sentir el frio del exterior, llego a un pasillo con varias puertas a los lados, al intentar abrir una está trabada intento patearla una, dos, tres veces, en la cuarta la puerta cede y lo que encuentro adentro me hiela la sangre.
"Eres un hijo de puta Landel Kingston", los seis niños no se mueven, ni siquiera me registran, cuando me acerco a uno de ellos ni se mueve cuando estoy en su delante, al tomar su barbilla veo sus ojos y la mirada que encuentro es una perdida, en blanco, al ir hacia la niña del al lado, aparte de la mirada encuentro golpes repartidos en su rostro y sangre seca en su labio, los músculos se me tensan —juro que te mandare al infierno, Landel —siento una presencia atrás de mí y reacciono rápido que arrincono a la persona en la pared con la mano en el cuello.
—Que rudo, muñequito —al estar el lugar poco iluminado tengo que enfocar mi vista, pero es la voz la que me hace aflojar el agarre mas no me alejo, sino que mis manos van hacia el contorno del rostro de la mujer.
—Alondra —ella sonríe y afirma dándome un asentimiento, con fuerza junto nuestros labios. No soy delicado ni ella tampoco, demostramos las ganas que tenemos del otro, todo el mundo se silencia y solo existe su toque, su sabor. Cuando nos separamos estamos agitados, al ver hacia abajo es que me doy cuenta como va vestida —que mierda llevas puesto? —ella baja la vista y suelta un resoplido.
—No había muchas opciones, era esto o una bata donde mostraba el culo —gruño ya que también noto que esta descalza y sus pies tiene heridas, al volver a levantar la vista puedo ver que tiene sucia varias partes del cuerpo —estoy bien.
—Tengo mis dudas —ella me aleja y mira hacia un lado.
—No tenemos tiempo, hay que movernos —ella quita el audífono de mi oído y se lo coloca ella —Lexy, me escuchas? —veo como se comunica dando ordenes cortas y respondiendo con monosílabos —mándale mi ubicación y que me traiga mi ropa —me lo vuelve a colocar —Lexy te guiará por donde podrás sacarlos, Handel te estará esperando ahí con una de las camionetas. Los llevaras lejos antes de que esto se convierta en una lluvia de balas.
—No me voy a alejar de ti.
—No es sugerencia Klaus, estos niños te necesitan y mas cuando el efecto de lo que se que le metieron pase —cierro mis manos en puños porque me encuentro entre la espada y la pared. No quiero dejarla, pero también mi lado militar sale, queriendo sacar a estos niños y ponerlos a salvo. Alondra me acaricia la mejilla —eres el bueno aquí, no te desvíes de tu papel —tomo su mano dejando un beso en su palma.
—No lo mates sin mi —ella sabe a quien me refiero y asiente. Tomo a dos niños que vi primero, Alondra me ayuda y cuando ve que estoy listo me da un último asentimiento —guíame Lexy.
Alondra
Veo a Klaus salir con los primeros niños, lamo mis labios recordando lo de hace unos segundos, lo bien que sabia y me sentí de verlo. Un calor me recorrió el cuerpo al ver que estaba bien y mas saber que intervino en todo este caos. Mis pensamientos se cortan cuando veo a Omer entrar con una mochila y todo equipado.
Deja caer la mochila para venir a abrazarme —despacio que no estoy del todo ilesa —bromeo un poco y este se aleja viéndome detenidamente.
—Hijo de puta...—tomo su barbilla para que me mire, sus ojos bicolores muestran frialdad y ganas inmensa de sangre.
—Ya todo empieza —le digo —ella viene? —Omer asiente —excelente, porque el hermanito esta listo para darle la bienvenida.
—En donde esta?
—Mas que seguro teniendo una linda charla con Sasha —digo con sorna —estoy segura que tienen mucho de qué hablar —este niega y ve a los otros niños —como pude tener la sangre para esto?
—No lo sé, pero a simple vista puedo decirte con seguridad que han sido expuestos a la droga de sumisión, mas de eso sabrá cuando la droga pierda su efecto en su sistema.
—Y tampoco eso es seguro —frunzo el ceño viéndolo —no sabemos hace cuanto están aquí y a mayor exposición mayores son las secuelas —tomo una respiración profunda tratando de calmarme.
—Dame la mochila —este va hacia donde la dejo y me la lanza. Al abrirla veo ropa y todo lo que se necesita para este escenario final. Veo a Omer y de forma inmediata se voltea.
Mi ropa negra junto con el cinturón con mis armas me devuelve algo de seguridad. Mis vendas están envueltas en sangre, pero no tengo tanto tiempo para cambiarlas ni ver el resto de mis heridas lo dejo para después. Me coloco el audífono poniéndolo en línea, al hacerlo la primera voz sale.
—Hasta que te unes, Fantasma —sonrío al escuchar la voz femenina.
—Tan desesperada por verme —escucho su bufido como respuesta.
—Imagino que ya le disté el primer vistazo?
—Tu que crees? —respondo —quedo tan blanco al igual que Marcus.
—Imbécil. En dos minutos entramos con los Petrova y Deniz. Así que muévete al punto —corta la comunicación a lo que veo a Omer ya listo —a moverse —otros hombres de Omer entran para llevarse a los niños mientras que nosotros salimos al final y principio de esta guerra.
Landel
La patada de la rubia me voltea el rostro haciendo que escupa sangre —ay te lastime mucho? —ironiza y yo solo la veo con rabia.
—Habla de una puta vez, donde esta?
—Quien? —ataca de nuevo, pero yo esquivo, aun así, ella sigue arrinconándome.
—Deja de encubrirla! —grito blandiendo mi cuchillo para alejarla de mi — donde esta Nadia?! —ella solo se lanza hacia mí, donde no le importa que termine con un corte en su brazo, pero me da de lleno con su pie en el estómago metiéndome en el elevador que hay y cierra la puerta.
—Pronto la veras —sonríe fatigada —siguiente parada, el purgatorio —sin entenderla el elevador comienza a subir hasta el último piso, "esa es la azotea" pienso. Este elevador solo funciona con códigos, y como yo no he configurado nada imagino que su otra amiga ha interferido en mi sistema. Me levanto mientras que mi pecho sube y baja, el cuerpo no me duele, pero siento que la piel se me romperá de lo tenso que estoy, "todo este tiempo cerca, siempre supo todo mientras que yo..."
Las puertas dobles se abren dándome la bienvenida el frio, humo y el bullicio de toda la confrontación que se esta desarrollando abajo. Despacio me acerco a la orilla donde puedo ver parte de mis hombres peleando con furor, pero sin frutos ya que terminan muertos, desangrados o con el cuello roto. Reconozco a varios de los hombres como miembros de la Bratva y otros son hombres que no identifico pero que de igual forma está en contra mía.
—No te despierta la memoria todo este escenario —la voz femenina me despierta escalofríos por mi espalda, no giro ya que sus pasos se oyen muy bien por el concreto del suelo —frio, llamas, sangre y destrucción —dice a la par de que se acerca —lo mismos factores se desarrollaban esa noche —la percibo a un lado mío —noche donde decidiste traicionarnos, dejando entrar a nuestro mayor enemigo —despacio giro el cuello para encontrarme con el perfil de la mujer que he buscado años —noche donde sentenciaste a muerte a mis padres —ella igual gira chocando su mirada gris con la mía.
—Nadia —murmuro y ella sonríe.
—Hola, Landel —se coloca frente a mí, mientras que mis ojos la escanean. Estatura media, con curvas en los lugares correctos, su cabello largo castaño bailando en una cola alta. Vestida completamente de negro, tengo en frente a la ultima con sangre Kingston, la rosa de la sociedad de asesinos —tan sorprendido que quedaste sin habla?
—Cualquiera se queda sin habla si alguien a quien se consideraba muerto se le presenta después de años.
—Un efecto que he estado practicando —dice tranquila —después de todo, ser un fantasma se volvió mi forma de vida después de tu traición —aprieto mis manos a los lados.
—Jamás fue mi intención que tu salieras lastimada —explico y su sonrisa desaparece —todo lo que hice fue por ti.
—Por mí? —repite —no me eches tus estupideces Landel, lo hiciste por tu maldita ambición.
—Eso no es verdad —recalco —lo hice para que no te obligaran a un casamiento que no querrías.
—Y como sabes que no lo querría? —su pregunta me descoloca —nunca te importe de verdad, Landel —su ceño se frunce y puedo ver el odio en sus ojos, como también el dolor de años contenido —lo único que te importaba era la posición y el poder que te quitaron al nombrarme la próxima cabeza.
—ESO NO ES VERDAD! —grito soltando el cuchillo y aprisionándola en mis brazos. Volverla a sentir, así como cuando era una niña sonriente y sin maldad en ella —no quería que otro te tuviera, que me quitaran mi luz —aprisiono mas.
—Pues fuiste el encargado de apagar esa luz —la apuñalada la siento en mi costado y con fuerza la separo de mi viendo una daga con una empuñadura negra con forma de rosa —la reconoces? Era de mi madre —la saco gruñendo en el proceso —esa mujer que te cuidó y te vio como su propio hijo.
—Yo no quería que murieran, solo no quería que te casaras con otro —digo con rabia —ELLOS TAMBIEN ERAN IMPORTANTES PARA MI! —grito —POR ESO ME DOLIO COMO TODO SE DESARROLLO! —ella me mira sin inmutarse de mis palabras —me apartaron de ti como si fuera una lepra, te usaron como moneda de cambio, tu, que eras su sangre.
—Y en vez de volverte fuerte e ir de frente contra ellos, decidiste actuar por detrás y traicionar a todos, erradicando todo lo que conocía, colocándome en el peor escenario para una niña de 6 años Landel.
—Tu deberías haber venido conmigo —intento explicar —ellos solo iban a meterse en la bodega para las armas, ese fue el trato. Tu por las armas, nada más.
—Y fuiste un imbécil al creer que la triada solo se conformaría con las armas una vez dentro.
—Había un acuerdo con sangre de por medio.
—Tu sangre no valía porque no eres un Kingston —eso me enfurece —y tus acciones solo lo demostraron. Las de antes y las de ahora —se escucha una explosión —sabes si quiera donde estas parado? —frunzo el ceño sin entender —aquí fue donde renuncie a mi nombre y vida antigua. Aquí fue donde renací Landel, donde ocupé una nueva piel y me metí dentro del campo enemigo sin sospecha —abro los ojos por lo que dice —aquí nació Alondra Vélez, la militar reconocida y brillante que después se convirtió en una criminal, sabes por qué? —ella saca una foto, en ella se ve un hombre en traje militar pero que no reconozco —porque mataste a su padre —abro los ojos con lo que dice —dos veces me dejaste huérfana, Landel —ella lanza la foto quedando está a mis pies.
Al alzarla su rostro me trae el recuerdo de una noche de niebla blanca, militares muertos el corte fino en el cuello de uno —era el —susurro al levantar la vista.
—Estaba dispuesta a dejar todo atrás —suelta —estaba dudando en si realmente valía la pena cazarte y darte muerte, después de todo mis padres estaban muertos y ya no podían regresar —ella levanta su mano mostrando la señal de un arma —pero tenías que volver a golpearme, quitándome a otra persona importante para mí —mi mandíbula se aprieta.
—Era un sirviente en ese momento, al igual que tu tenía que seguir órdenes.
—Y crees que eso me importa? —su voz esta cargada de odio —solo tenias que mantenerte de tu lado del mundo, bajo suelo como la rata que eres —cuando intento lanzar el cuchillo mi cuerpo de detiene y veo abajo, la herida del cuchillo se ha vuelto negra a su alrededor —pero tenias que aparecer y volver a joderme la vida.
—Que me hiciste? —pregunto tocando la herida y esta arde de solo rozarla. Ella baja el brazo y la expresión que me muestra me recuerda a Beltrán, "tan sádica y fría que hiela hasta el ser más fuerte".
—El fuerte de nosotros jamás fueron las armas nucleares. Eso era un rumor que beneficio en demasía a la sociedad —la pierna derecha me flaquea y caigo. El ojo del mismo lado está perdiendo visión —nuestro fuerte siempre fueron los venenos Landel —ella se acerca hasta que queda muy cerca mío —venenos que solo se activan con la sangre principal —toma mi barbilla para que la mire —mi sangre Landel —el recuerdo de la daga me da la respuesta.
—Así es como me mataras? Envenenado? —ella sonríe y niega.
—Después de todo lo que hice para que caigas en mi madriguera —presiona mis mejillas clavándome las uñas —crees que te daré una muerte tan fácil y aburrida?
Klaus
El ultimo grupo con los niños sale. Handel los acomoda para que todos estén cómodos en la mayor medida de lo posible —el edifico está convirtiéndose en un horno, hay que salir rápido de aquí —dice Handel cerrando la puerta de la camioneta.
—Alondra no ha salido aun —cuando intento ir una gota se sangre cae del cielo y mi mirada se levanta viendo el escenario mas impensable posible. Landel tiene del cuello a Alondra, forcejeando hasta que se lo saca de encima dándole con la cabeza en la nariz, por el humo es difícil ver si la sangre es de ella o del imbécil —ALONDRA! —grito, pero ella no escucha, sin pensar me encamino adentro, pero desde la puerta me detiene Sasha.
—Que quieres morir calcinado?! Toda la planta baja ya está envuelta en llamas!
—Alondra esta arriba con Landel! —ella levanta la mirada y puede verla. Con prisa intenta conectar con su audífono, el mío quedo regado por ahí cuando uno de los hombres de Landel se interpuso en mi camino.
—Salta de ahí si no quieres ser carbón! —la mirada de Sasha sigue arriba —carajo Alondra, salta que aquí vamos a atraparte —veo como ella dirige su mirada hacia nosotros y la mirada que muestra es una que no me gusta —toma —la veo —quiere hablarte —me coloco el audífono.
—Dime que me dirás que me prepare para atraparte.
—Quisiera, pero no —dice —y antes de que empieces a refutar escúchame —no dejo de mirarla —este final era lo planeado desde siempre, tu y yo no era algo que podría desarrollarse.
—No afirmes algo que no sabes —refuto.
—Lo digo porque lo se —contradice —te lo dije antes; no debes salirte de tu papel. El bueno nunca se queda con la mala, así no funciona las cosas.
—Baja Alondra, o juro que subiré así tenga que trepar las malditas paredes —ella suelta una pequeña risa.
—Nos volveremos a ver muñequito, cuando menos lo esperes —se saca el audífono y lo bota justo antes de que se escuche otra explosión que envuelve el piso de debajo de donde esta. La lluvia de cristales y las llamas furiosas no tardan en aparecer. Como puedo me levanto, pero ya no puedo ver nada.
—ALONDRA! —siento brazos impidiendo mi andar, pero yo sigo forcejeando —ALONDRA! —no es hasta que alguien me golpea el cuello que caigo inconsciente con las ultimas palabras de la mujer que amo rondando mi cabeza.
Días después.
Estoy en un escenario, frente a mí, militares de varios rangos y centrales se juntaron hoy para el recibimiento de medallas que nos ofrece la central por acabar con el ultimo de la sangre Kingston o bueno con el que tendríamos algún conflicto.
Jamás se demostró que Nadia Kingston seguía viva o que hubiera participado en algo, así que atribuimos toda información de su existencia somo suposiciones sin fundamentos. Sasha y Lexy desaparecieron a la mañana siguiente de todo lo que paso en la antigua central. Los niños que rescatamos están en tratamiento, algunos con buenos resultados, pero otros no tanto.
Las familias estaban felices cuando vieron a su familiar perdido. No he sabido nada de Alondra desde esa ultima conversación, con Handel hemos intentado encontrarlas, pero los esfuerzos son en vano, el Ministro tampoco sabe cómo encontrarla, lo único que nos dijo fue;
"Si ella quiere ser encontrada, la encontraras"
Abandone su búsqueda aferrándome a sus ultimas palabras. El Ministro me coloca la medalla en el traje junto con una medalla la cual cuelga en mi cuello —bien hecho Coronel —muestro la pose firme a modo de saludo y respeto y el continua con los demás.
El cuerpo de Landel fue encontrado a los dos días, crucificado, con el cuerpo destrozado y desnudo en el patio de la central, con la nota de;
EN VENGANZA A LOS NIÑOS Y PADRES PERDIDOS POR SU MANO
En primera no entendí, pero el Ministro agarro la nota colocándola en su frente y mostrando por primera vez dolor ante los demás.
Después del acto me encamino hacia el cementerio, el clima está fresco, tranquilo y agradable. Al caminar entre las tumbas encuentro por la que vine y dejo el ramo de flores —espero que sean de su agrado estas flores, General Vélez —digo viendo la lapida del hombre que rescato y puso bajo su yugo a la mujer por la que aun espero —a pesar de que no comparto muchas decisiones con usted vengo a mostrar mi respeto por la maravillosa hija que crio —suelto una risa —algo violenta pero muy habilidosa y muy justa —respiro profundo antes de continuar —gracias por salvarla y darle la oportunidad de vivir —inclino la cabeza sintiendo el viento soplar a mi alrededor. Al girar creo ver a una sombra, pero después me doy cuenta que el cuidador del cementerio quien me saluda con un leve asentimiento.
Dando una ultima vista a la tumba del General, me encamino a seguir mi papel del bueno. Para el publico en general soy parte de los héroes, de quienes los defienden ante cualquier mal, pero a puertas cerradas soy capaz de matar a los buenos y unirse a los malos con tal de hacer prevalecer el orden ya establecido, porque como me enseño cierta hacker de mierda, nada es tan blanco y negro como lo ven. Y que los buenos pueden ser los verdaderos monstruos de la historia.
Se que algunas ya sospechaban o tenían esta teoría sobre la identidad de Nadia, pero otras creo que no se lo esperaban. Como dije falta el epílogo donde habrá una última reunión con revelaciones 😏.
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