Desconocido

Estoy en mi oficina viendo desde el rascacielos la ciudad de Moscú, sus luces, la gente que vive su vida con tranquilidad, algunos con ciertos problemas y otros disfrutando de ella

—Señor —escucho a alguien llamarme, volteo mi silla para verlo —mataron a todos los que teníamos infiltrados en la central de soldados —este deja una carpeta con ciertas fotos —esto fue lo que pudimos saber gracias a la prensa —puedo detallar familiares llorando, gente reclamando fuera de la central de soldados, “imagino el dolor de cabeza que en estos momentos deben estar teniendo”

—Quien fue?

—No sabemos señor —yo lo miro levantando una ceja —durante 5 horas no pudimos ingresar a las cámaras del lugar, el sistema al parecer se apago o se cayó porque…—no dejo que termine ya que le lanzo un vaso haciendo que se quiebre en su cara, este retrocede con dolor, rodeo el escritorio y lo agarro del cuello cortandole el paso del aire

—Estas queriendo decir que no saben quien mato a mis hombres? —este intenta quitarse pero yo aprieto más el agarre —y vienes bien tranquilo a decírmelo

—Señor…—su voz suena apagada ya que le cuesta ingresar aire a su cuerpo, escucho unos golpes y mi vista va hacia la puerta

—Si quieres vuelvo cuando termines tu pequeña contienda —es un hombre de camiseta negra y pantalones de mezclilla, su aspecto te da a entender que entrena bastante y hasta puede llegar a helarte la sangre si lo tienes cerca

Suelto al inútil que tose desesperado —Tienes 2 horas para darme un nombre o imagen, sino será mejor que te pegues un tiro —este no espera nada que sale corriendo a realizar mi orden

—Desde cuando tan violento? —dice el hombre entrando a mi oficina, camina hasta el pequeño bar que hay del lado derecho sirviendo dos vasos de whisky

—Que tal la libertad? —respondo volviendo a mi asiento, este deja un vaso en frente mío para después tomar asiento al frente

—Bastante bien, quien sea que contrataste supo hacer bien su trabajo —yo tomo el vaso detallando su contenido

—Lo se, no por nada su precio es alto —digo

—Y ahora que piensas hacer? Señor de la Rosa —yo sonrío por como me llama

—Tengo que devolverle el favor al querido Coronel —este sonríe sabiendo que es lo que tengo en mente

Alondra

Un zumbido me está molestando desde hace un tiempo, tanteando el mueble que tengo al lado encuentro el maldito aparato y lo apago volviendo a querer dormir pero no pasa ni dos segundos que vuelve a vibrar, de mala gana abro los ojos dándome cuenta que son las 8 de la mañana “solo dormí dos putas horas"

—Espero que sea importante Tyler —contesto molesta frotándome los ojos

—Se puede saber porque volviste toda la central en la masacre de Texas?! —alejo el teléfono por su voz fuerte

—Pregúntale a tus putos soldados, que para eso están ahí —cuelgo y apago el aparato para que ya no vuelva a querer joderme, me vuelvo a acostar en la oscuridad de mi cuarto, cuando ya estoy entrando en un sueño profundo la puerta de mi cuarto se abre de golpe y me jalan de la pierna haciendo que caiga de bruces al suelo —PERO QUE MIERDA TE PASA?! —me levanto encarando al viejo imbécil de Tyler

—Vístete y ven a la sala

—Tu no me das órdenes —siseo a lo que este me agarra de la piernas colocándome en su hombro —bájame Tyler sino quieres que te rebane el puto cuello! —no me escucha y el maldito me tiene bien sujetas mis piernas que veo como nos guía hasta la sala, al dejarme ahí volteo viendo a Sasha y Lexy también aunque ellas están digamos que más presentables que yo, ya que estoy acostumbrada a dormir en ropa interior —bien, di de una vez que quieras para que podamos volver va dormir —digo volviéndolo a ver, tiene el ceño fruncido y su cara dicta que no está de buen humor

—Por que lo hicieron? —pregunta —llevo tres días de mierda todo por su maldita masacre

—Deberías agradecernos —dice Sasha cruzando sus piernas —ahora ya no tienes a nadie de infiltrado, por que el enojo? —Tyler suspira frotándose los ojos

—Esos a quienes mataron eran considerados soldados, hijos o hijas, novios o novias, hermanos o hermanas—dice y yo solo bostezo por el sueño que tengo —cada familiar ha venido con quejas ya que sus seres queridos han sido brutalmente asesinados

—Pues mala suerte para ellos al querer jugar al doble agente —dice Lexy —nosotras solo cumplimos un trabajo, nada más

—Trabajo que me pone una maldita soga al cuello —dice Tyler —bajo que juicio fueron y los mataron?

—Cada uno estaba con la sociedad de la Rosa —digo y este me ve como si no me creyera, voy hacia una mesa donde tengo la computadora, la agarro, abro la carpeta donde tengo todo lo relacionado a ese trabajo, desprendo la pantalla del teclado y se lo paso —ahí esta sino me crees —espeto —cada hombre o mujer que llegamos a matar tenía el tatuaje, y ahí hay varios chats e imágenes donde los puedes ver relacionándose con tu amado enemigo —noto como los ojos de Tyler analizan todo lo que hay —algo más Ministro? —me cruzó de brazos, este eleva su mirada y baja la tablet, da dos pasos hasta quedar sólo unos centímetros alejado

—Ustedes lo hicieron porque tenían otro objetivo en mente —dice —ya que junto a toda su masacre un preso escapo o mejor dicho —ve hacia atrás a las chicas —lo liberaron —se queda en silencio —fue por eso que aceptaste? Para liberar a ese preso? —yo no le respondo

—No se de que hablas, yo solo limpie tu linda central, si se escapo un preso es que realmente tus soldados son unos inútiles —este me agarra de la nuca, noto por el rabillo del ojo que Sasha y Lexy sacan sus armas apuntándole directamente a la cabeza

—Te lo pidió el? Eh?El señor de la Rosa te pidió que lo liberaras?! —pregunta con cólera

—Te repito que no se de que me hablas —su agarre se intensifica

—Sabes que detesto que me mientan Alondra

—Pues entonces deja de quejarte, porque todos esos que mate te mentían —los ojos de Tyler están rabiosos, ya que odia dar la razón, al ver como casi 40 soldados fueron asesinados por traición es darles a conocer a todos que le estaban viendo la cara de imbécil, al final me suelta pero sigue tenso —tranquilo, a todos nos llegan a ver la cara en esta vida, claro que a ti te costó barato —este me mira mal y yo solo sonrío, Sasha y Lexy bajan sus armas —empieza a entrenarlos Tyler, porque por esa pequeña masacre, Landel Kingston querrá vengarse —alguien abre la puerta y veo al muñequito, su mirada se queda en mi o más bien en mi apariencia

—Coronel! —lo llama Tyler y este se espabila

—Los generales solicitan su presencia en la central señor —su postura cambia a una firme y ya no me mira o más bien evita hacerlo, “que débil muñequito”

—No quiero otra masacre Alondra, si vuelves a hacerlo...

—Que? —lo corto —me pondrás un castigo como antes —me rio cuando lo digo —recuerda que yo ya no estoy de tu mismo lado Tyler, solo eres un cliente mas —este me mira y después a las chicas

—Si vuelves a hacer algo así, realmente olvidaré de quien eres hija y te trataré como otro maldito criminal, encerrándote o matandote —espeta antes de salir junto con el muñequito

—Vaya manera de iniciar el día —dice Sasha

—Lo se, tendré dolor de cabeza por la maldita brusquedad del viejo —no digo nada y solo vuelvo a mi cuarto, al estar ahí abro el cajón donde tengo una foto, “es lo único que nunca me anime a borrar", paso el dedo por ella, y recuerdo como fue ese día, el primer gran cambio que tuve y que realmente fue uno que esperaba con ansias

—Es realmente necesario una foto? —digo un poco cansada

—No siempre te gradúas de la escuela, Alondra

—No exageres —le digo dándole un pequeño golpe en el brazo —alégrate cuando complete una misión y regrese viva

—Se que completaras todas tus misiones —dice despeinándome —después de todo eres mi hija —yo lo veo y mi pecho se hincha de un poco de orgullo aunque intento que el no lo vea, ya que es vergonzoso

—A ver ustedes dos, posen de una buena vez —dice Tyler con la cámara en las manos, mi padre y yo nos ponemos de lado, pero este me sorprende alzándome en un solo brazo, suelto un grito por el movimiento junto con una risa

—Ahora si, sonríe pequeña víbora

—Estúpido vejestorio —le respondo y ambos sonreímos cuando sentimos el flash

“ya no se puede volver atrás Tyler", pienso volviendo al presente “desde ese día, debiste dejar de verme como su hija, porque esa Alondra murió junto a su padre", Sasha entra y yo vuelvo a guardar la foto

—Recordando? —pregunta y yo niego

—Solo…poniendo las cosas claras —digo al mirarla, ella asiente y me pasa la tablet

—Naomi ya tiene nuestro encargo, iremos con Lexy a recogerlo, vienes?

—Dame 15 para estar lista —esta asiente y sale de mi cuarto, “bueno, hora de trabajar", me encamino al baño preparándome para el día que empezó bastante dramático

Las tres nos dirigimos al estacionamiento, Lexy me muestra su teléfono y sonrío con lo que me muestra —será divertido —digo y esta asiente igual, cada una activa un pequeño dispositivo que tenemos a la altura de la nuca, nuestra apariencia cambia totalmente dejando una imagen de otra persona, me veo en el espejo de la moto antes de subirme a ella arreglandome

—Una carrera? —propone Lexy, con Sasha nos vemos y ambas asentimos, sin más nos colocamos los cascos y las tres salimos disparadas del estacionamiento, manejamos entre los autos como si fuéramos dueñas de las calles, hay bocinazos y gente que maldice al pasar tan rápido por su lado aunque los ignoro.

Sasha esta en mi derecha y Lexy a mi izquierda, acelero para seguir a la cabeza pero de forma rápida Sasha cambia los papeles quedando ella al frente de nosotras y empieza a tomar mucha más ventaja, “siempre amando la velocidad rubia”. Nos toma como 30min llegar al lugar donde tenemos que recoger nuestro encargo, el lugar parece una pequeña China dentro de Moscú, la gente que hay nos mira con desconfianza aunque también nos escanea para ver que traemos de valor, “la vida resulta una mierda muchas veces", parqueamos las motos, el guardia de la puerta evita que pasemos hasta que Lexy muestra su teléfono y este se aparta tan rápido como nos impidió el paso

—Si les pasa algo a las motos, tu cabeza rodará —le amenaza Sasha antes de entrar

—Que delicada —le digo y esta se encoge de hombros, el lugar es un tienda de antigüedades o bueno eso quiere parecer ver, el encargado de ahí nos ve y abre el mostrador dándonos paso a un pasadizo que se vislumbra en la puerta, bajamos las escaleras bajo las luces azules de neón, al abrir la puerta el aspecto y atmósfera cambia, ahora solo se puede apreciar dinero, riqueza, humo y…

—EL GANADOR DE LA PARTIDA SEÑORES! —se escucha a un hombre gritar mientras alza la mano de otro que está cubierto de sudor, sangre, pero lleno de euforia

—Vaya hasta que llegan —dice una mujer en un vestido rojo con un dragón bordado en este, su cabello negro está a la altura de su mandíbula —y esa apariencia?

—Teníamos unos visitantes afuera —digo y las tres desactivamos el dispositivo volviendo a nuestra apariencia —esta aquí? —ella asiente y apunta hacia un hombre de aspecto elegante, tatuajes, no tan musculoso pero se nota que tiene lo suyo, al juzgar por como el licor abunda en su mesa y las atenciones de las meseras, se sabe que tiene dinero hasta para su otra vida

—Aun no a escogido a nadie  —dice Naomi —los peleadores esperan ser escogidos al igual que las mujeres

—Imagino que ya saben quien es —Naomi asiente

—Imposible que no se sepa que el señor de la Rosa está aquí —ella lleva una especie de boquilla larga con la que fuma —te acercaras? Es un raro suceso que tu vengas y el este presente —yo niego

—Solo vengo por lo que te pedí

—Aburrida— dice y las tres soltamos una pequeña risa, hace una señal para que la sigamos, aquí abajo es muy espacioso, se libran luchas en donde apuestan para doblar su dinero, algunos buscan guardaespaldas que no teman matar pero muchas veces buscan un sicario, alguien necesitado de dinero para querer mancharse las manos

Landel es del pequeño grupo que busca gente para hacer trabajos, al ser aquí peleadores ya no necesita entrenarlos para matar solo en el arte de camuflarse en cualquier entorno, "es así como llega a meter a su gente hasta debajo de las piedras"

—Aquí tienes —me entrega el maletín —te durará más este que el que llevan puesto —yo asiento

—Gracias —tomo el maletín y se lo paso a Lexy, al ver detrás de esta noto que el señor de la Rosa está mirando en nuestra dirección o mejor dicho “a mi", Lexy se da cuenta al igual que Sasha

—Quieres adelantar algunos pasos? —me pregunta Sasha, cierro los ojos y volteo hacia Naomi

—Te enviare tu pago más tarde —le digo —a la misma cuenta? —esta asiente, las tres nos encaminamos para salir pero un hombre robusto, con bigote negro y cabello del mismo color rapado a los lados se coloca en nuestro camino

—Buenas señoritas, mi amigo de allá quisiera hablar con ustedes —dice —es un poco tímido así que me pidió venir por el —yo sonrío doblando un poco mi cabeza detallándolo

—Alguna de ustedes tiene interés en ir? —pregunto y miro hacia mis lados

—Yo no —responde Sasha

—Yo tampoco —le sigue Lexy

—Lo siento grandote, pero no hay ánimos hoy —palmeo su pecho y camino a un lado para seguir mi camino pero este sujeta mi muñeca con fuerza

—Nunca dije que esto era una propuesta —dice bajo, las personas a nuestro alrededor empiezan a mirarnos

—Sueltame antes de que te quiebre la muñeca —este se ríe fuerte

—Tu —sigue riendo —apenas y podrías hacerme…—no termina de hablar que Sasha ya le barrio los pies desestabilizándolo, noto que se repone rápido pero yo le dobló la muñeca haciendo que se retuerza de dolor, quiere golpearme pero Lexy le mete el cañón de la pistola en la boca

—Debiste soltarla grandote —yo me fijo en el tan temida señor de la Rosa que está tranquilo viendo todo, sentado con un vaso de licor en una mano, sin dejar de verlo quiebro la muñeca de su subordinado, con mi pie en su pecho lo empujo hacia atrás alejándolo de nosotras, bajo la vista y noto que el grandote está enfurecido pero no se mueve debido a que tiene a dos apuntándole

La gente a nuestro alrededor se aleja, todos mirando atentos al pequeño disturbio que se armo

—No desaproveches tu libertad —susurro y este abre sus ojos con sorpresa, me giro para dirigirme a la salida con Sasha y Lexy detrás

—Y así tenemos la atención de la segunda pieza —dice Sasha y yo sonrío sabiendo que no faltará mucho para que el lindo señor de la Rosa saque conclusiones, más con lo que le acabo de decir, “es momento de ver el juego desde el lado del villano"