Cap 29
Landel
Arraso con todo lo que hay en mi oficina, mi teléfono no ha dejado de sonar y vibrar en mi bolsillo, pero me importa una puta mierda. "Se supone que no iban a tener alternativa, que todos verían lo que ellas habían pasado".
—Señor?
—Lárgate —demando, pero noto que no se mueve —que no me oyes? VETE! —mi puerta se sigue abriendo mostrándome que hay alguien detrás, alguien que hace mucho no veía o mejor dicho no se dejaba ver.
—Qué haces aquí, Omer?
—Pues como no contestas —le dispara en la cabeza al guardia, causando que la sangre le salpique —vine a hacerte una visita —el arma en mi espalda se siente pesada, este camina directamente hacia el sofá que hay, sentándose como si su «visita» no tuviera intensiones asesinas.
—Volveré a hacer la pregunta. Que haces aquí? —este sonríe y me hace recuerdo a su padre, "mirada fría y calculador con una sonrisa siniestra".
—Solo estoy de visita —repite — ya que no falta mucho para que vengan por tu cabeza.
—Serian estúpidos si le creen a una militar —me defiendo —creo que mi palabra tiene mas peso que una desconocida, no?
—Si esa desconocida es apoyada por alguien de confianza, pues tu palabra se pone en duda —bufo como respuesta.
—Quien podría apoyarla? —este saca su teléfono y me lo tiende. Con precaución me acerco y lo agarro.
—Eso está llegando a cada cabeza de la mafia en estos momentos —en la pantalla se muestra una especie de carta, una que me cierra la garganta por cada palabra y me transporta años atrás.
—De donde sacaron esto?
—Ese documento se filtró al mismo tiempo en que los militares mostraron como hacías trafico de blancas —dice —y cada palabra esta apoyada por la única sobreviviente de sangre Kingston.
—No puede ser...—susurro —ella no pudo hacer esto porque...
—Porque esta con los militares —completa Omer haciendo que lo vea. Este suelta una risa antes de levantarse y acercarse a mi —como crees que esa mujer supo como golpearte cada vez? —lanza la pregunta haciéndome pensar —como siempre salió victoriosa, aun cuando se enfrentó a dos mafias? —todos los acontecimientos anteriores empiezan a encajar de una forma que hace hervir aun mas mi sangre —provocaste su ira y sin darte cuenta estuviste bailando en su mano desde que volviste —agarra el teléfono para darme la espalda y dirigirse a la puerta.
—Como es que tu sabes todo esto? —pregunto haciendo que este se detenga. Gira su rostro mostrándome esa expresión que me da la respuesta antes de que hable.
—Porque ella me buscó y yo la ayude —mi cuerpo se mueve solo y saco el arma de mi espalda disparando en su dirección. Este esquiva y de igual forma dispara obligándome a moverme. Me oculto en el escritorio empezando a calmarme, "mi hermana...mi rosa no pudo hacerme eso" —te recomiendo correr, porque su movimiento aun no ha terminado —saco la cabeza por arriba del escritorio volteado viendo como se apresura a salir cerrando consigo la puerta, "a que se refería?", mi pregunta queda a medias cuando por la ventilación empieza a salir una especie de humo blanco, mientras que un olor extraño me inunda las fosas nasales, "este olor...", mi cerebro se activa reconociéndolo.
—Mierda —voy hacia la puerta, pero esta bloqueada así que voy lo más rápido que puedo a la ventana, sin importarme que este en un puto segundo piso. Cuando caigo al césped es cuando ocurre la primera explosión mandando ráfagas de vidrios rotos y astillas de todo tipo. En secuencia cada habitación empieza a explotar así que me apresuro a correr lejos de todo.
Al estar algo lejos y con el frio penetrándome la piel, las palabras de Omer se repiten en mi cabeza. Con todo lo que pasó no se como, pero aun mi teléfono sigue vivo, vibrando lo saco de mi bolsillo y es un numero desconocido, "solo hay dos opciones" pienso. Con decisión acepto la llamada mas no contesto, espero paciente a que el otro lado diga algo.
—Me alegro que aun sigas con vida...Landel —"esa voz".
—Nadia —la llamo y una especie de risa se escucha del otro lado.
—Al menos aun reconoces la voz de quien fue tu familia alguna vez.
—Tu eres mi familia —la corrijo.
—A la familia no se la traiciona, Landel —contesta mordaz —y tu lo hiciste hace varios años, cuando condenaste a quienes te acogieron a morir.
—Esa nunca fue mi intención —digo —yo no quería que murieran, lo único que quería...
—Querías tener el control de todo, incluso de mi —me corta, trago duro porque puedo percibir que ya no queda nada de la dulce Nadia de mis recuerdos —ahora vez que mis padres tomaron la decisión correcta al dejarte fuera de todo.
—Qué quieres decir?
—Que jamás tuviste forma para ser el próximo líder. Con simples movidas destruí todo lo que habías adquirido y ni siquiera tuve que mostrar mi rostro.
—Tú lo único que hiciste, fue joder todo Nadia —arremeto —yo al menos intente reconstruir la sociedad de nuestros padres.
—Mis padres —me corrige —tu no llevas nuestra sangre. Solo eres un recogido —sus palabras son como una cachetada —lo que hice fue proteger a la sociedad de ti. Con un líder así de traicionero, solo iba a terminar en desgracia.
—Y que puedes saber tú? Siempre mimada, alejada de todo, no sabes nada de lo que significa estar en el mundo criminal.
—No saques conclusiones que no sabes. Pero no te preocupes, que pronto sabrás lo que esta mimada puede hacer —la llamada termina mientras lo que había determinado como mi casa se quema.
—Si así quieres que sea, espero que estes preparada Nadia, ya que ahora no tengo nada que perder —digo soltando el teléfono al suelo para romperlo con mi pie —hare caer uno a uno a los que te ayudaron, empezando por ese fantasma —me doy la vuelta saliendo de mi propiedad con la mente enfocada en matar a todos quienes me jodieron.
Alondra
La vista desde el departamento del Coronel es algo que disfrutas a pesar de que solo veas edificio alrededor. Después de toda esa conferencia de prensa, decidimos dejar reposar todo lo que habíamos revelado, era todo muy pesado para asimilar rápido.
—En que piensas? —pregunta Klaus apoyando su barbilla en mi cabeza.
—En que ahora es donde todo se complica o se simplifica.
—Que quieres decir? —me doy la vuelta viéndolo. Su barba cuidada, ojos que se aclaran con la luz, cuerpo musculoso marcado con ciertas cicatrices. El Coronel es realmente un espécimen hecho para conquistar al sexo femenino, combinado con la inteligencia, se podría decir que es un paquete completo.
—Que ahora viene la elección de bandos —con el dorso de mi mano acaricio su mejilla —cada persona ahí abajo decidirá si creen en la institución o se ponen en contra —sus brazos me rodean la cintura apegándome hacia él.
—Y tu que eliges? —su pregunta me descoloca un poco. Su mirada me muestra su inquietud y deseo de que lo elija, que me ponga como hoy, completamente de su lado, "elegirte seria retroceder muñequito y la vida jamás da en reversa". Cuando estoy acercando nuestros labios la puerta de su apartamento estalla poniéndonos en alerta.
Klaus me cubre con su cuerpo, pero yo busco cualquier mierda que pueda usar como un arma. Cientos de hombres nos invaden empezando a atacarnos. Golpes recibidos y acertados, a pesar que nos superan en números le damos batalla —ALONDRA! —Klaus me grita lanzándome un arma, la agarro comenzado los disparos. Varios caen bajo mis balas, al igual que yo sacan armas así que uso los cuerpos de los que cayeron como escudo. Intento acercarme hacia Klaus, pero se interponen impidiendo que avance.
—Lánzalo ahora! —escucho que uno grita y es cuando uno de ellos bota algo hacia arriba y dispara a el provocando el esparcimiento de una especie de pólvora, cada hombre se coloca una mascara "mierda eso no es bueno", me tapo la nariz, pero es imposible defenderte y evitar aspirar lo que mierda hayan lanzado.
El cuerpo comienza a pesarme, mientras que la cabeza me palpita al grado que cuesta mantener los ojos abiertos —que puta lanzaron? —uno de ellos me da una patada en el rostro provocando que mi boca sangre, al levantar la vista veo como inmovilizan a Klaus, quien se retuerce para zafarse. Al intentar levantarme me toman del cabello arrastrándome hacia el sofá. Solo llevo la camisa de Klaus que por suerte y me queda hasta las rodillas. El desgraciado me tumba en el sofá, cuando se escuchan los pasos de alguien, cada hombre que nos ataco le abre paso hasta que se posiciona en mi delante, entre el agarre y el dolor ya persistente en mi cuerpo, apenas y me quedan energías.
Hace una señal al de atrás y este me suelta, mi respiración es pesada, la vista esta empezando a ser borrosa "mierda cuerpo, ahora no es momento de fallar", el individuo me toma de las mejillas acercándome lo máximo que puede hacia su rostro, lo que me deja ver sus ojos y es cuando me doy cuenta de quien es.
—Realmente...eres un pésimo perdedor —me suelta para después darme una cachetada que me aturde más aún. Veo como tiene un cuchillo en el cinturón, con la energía que me queda, me abalanzo hacia este pero mis movimientos no son rápidos y este los ve deteniéndome. Me hace girar poyando mi espalda a su pecho. Con dificultad me mueve hasta quedar al frente de Klaus quien es levantado para que me mire.
—Que hermosa despedida —la hoja del cuchillo atraviesa mi costado de forma lenta.
—NOOOO! —el grito de Klaus se escucha lejos, ya que lo único que esta canalizando mi cuerpo es como mi piel es atravesada.
—Jamás debieron joderme, ni tu ni ella —la hoja sigue profundizando que puedo sentir como mi boca se llena de sangre. Klaus se agita viéndome, todo en el grita rabia y enojo, mi mente empieza a disociar ya que dejo de verlo y es otra figura la que aparece en mi delante, una que me llena de nostalgia, pero a la vez de tristeza infinita —la hare salir y tu serás la clave —es lo ultimo que escucho antes de dejarme abrazar por la oscuridad.
Ya entramos en la recta final de la historia, de aquí para adelante empiezan las revelaciones y los cambios, unos que pueden reescribir las reglas de esta guerra.
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