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Cap 28

Klaus

Mi caminar es rápido y furioso, soldado que me ve soldado que se aparta hasta que llego a la oficina del Ministro quien cuelga de forma estruendosa el teléfono de su escritorio. Levantan su mirada y sabe bien de mi sentir.

—Algo que decir? Coronel.

—Es cierto? —cierro despacio su puerta y camino hacia el escritorio. Su mirada dura no cambia.

—Sea preciso, Coronel, que quiere saber exactamente si es verdad o no? —no me contengo y golpeo un manotazo en el escritorio a razón de calmar la rabia que me está consumiendo por dentro.

—Dejo que un montón de soldados abusaran de niños? —pregunto —porque eso era ese maldito entrenamiento. Abuso, depravación y degradación hacia seres que eran indefensos y solo fueron arrastrados por gente con poder.

—Si piensa eso es porque es igual de idiota que los demás —este se levanta imponiendo su altura —esos niños ya habían probado el sabor del abuso. Si, eran menores cuando fueron reclutados, pero no eran idiotas, como todos los están haciendo ver y le aseguro que si esas tres chicas lo escuchan hablar así de ellas, lo primero que va a recibir es una golpiza —abre un cajón dejando caer en frente de nosotros tres carpetas —Sasha Paravel; hija menor del marino Konstantine Paravel, quien la desprecio desde el momento de su nacimiento y quien al enterarse del programa no dudo un segundo en colocar a su hija en él. Lexy Flemming; quinta hija de una drogadicta la cual su única prioridad era tener su dosis diaria, sin importar que tuviera que hacer o dar —frunzo el ceño cuando escucho como explica la vida de las compañeras de Alondra. Al agarrar la de Lexy veo un record criminal de delitos menores, el único de alto rango fue...

—Hackeo — digo y el Ministro asiente.

—Ella fue la única a la que no nos ofrecieron, sino que ella misma llamo nuestra atención. Al meterse en el sistema de la policía local y eliminar el expediente de su hermano, quien había sido detenido por allanamiento de morada y robo —hace una pausa —y la última, Alondra Vélez, o mejor dicho...numero 30 —levanto la mirada sin entender. Este me extiende la carpeta y yo la abro sin más. Veo una versión pequeña de ella, ojos llenos de rabia, sucia y con extrema delgadez —rescatada de la trata, la única que al vernos en ves de llorar nos atacó, cortando los tendones de uno de nuestros soldados.

"Hasta de niña fue una fiera" —por qué me está explicando esto? —él toma una respiración profunda antes de hablar.

—Porque estos niños a pesar de los jóvenes que eran, tenían un entendimiento mejor que un adulto. Jamás le ocultamos lo que les iba a pasar. Fuimos francos desde el inicio. A pesar de que eran niños no eran estúpidos, cada uno tenia una vida de mierda, pero ellos decidieron pasar un infierno elegido para ser alguien de poder que seguir siendo un número más.

—Por qué la eligió? —pregunto. Se que entiende mi pregunta ya que algo en su mirada se suaviza.

—Alondra era una niña que aun con todas las de perder siguió luchando. Y eso no es algo que encuentres fácilmente en las personas, menos en un niño al que le arrebataron la venda de inocencia que tienen. Fue un renacimiento para ella, dejo a la niña que fue marcada como ganado a ser la dueña de su vida —una especie de sonrisa aparece en su cara —transformándose después en la mas respetada Comandante de un escuadrón que todos temían y envidiaban.

—Pero aun así ese escuadrón se deshizo. Me dijo que hay algunos de sus compañeros abajo.

—No hay nadie del escuadrón abajo, Coronel —frunzo el ceño —cada miembro de ese escuadrón murió. Lo que hay abajo son únicamente criminales, sin nombre, sin pasado, ni futuro —es cuando caigo en cuenta, "ellos ya no son reconocidos como soldados".

—Las únicas que siguen en pie...—el vuelve a sentarse apoyando su cabeza en dos de sus dedos.

—Son las que sobrevivieron a la desintegración, ósea ellas tres —el asiente.

—Es malo hablar de los demás cuando no están presentes —volteo encontrándome a una Alondra tranquila, ella ve hacia el escritorio y después al Ministro —pensé que ya no existían esos expedientes.

—Por eliminaría sus inicios? —ella blanquea los ojos. Detrás de ella entran las otras dos que de igual forman se muestran tranquilas. Por inercia me acerco tomando su mentón, queriendo que esos ojos de gata estén clavados en mí.

—Estas bien? —ella sonríe y sin importarle que estemos con publico me jala hacia ella para besarme con pasión.

—Eres tierno preocupándote —susurra en mis labios y yo solo la apego más a mí.

—Paren ustedes, que es de mala educación comer en frente de pobres —se queja Lexy lo que la hace sonreír.

Ambos tomamos distancia y el semblante de Alondra cambia a uno mas serio —ya tienes listo el juego de palabras para el público? —pregunta al Ministro.

—No me subestimes — da la vuelta a su computador mostrando una especie de discurso. Sasha empieza a leerlo —solo faltaría sus partes, pero en eso ya no me meto.

—Mejor —dice Sasha colocando de nuevo el computador en el escritorio —cambia esto —le indica —por esto —comienza a escribir mostrándole al Ministro —tendrá mejor impacto y nos dará mayor rango de respuesta.

—Segura que quieren hablar? No es algo sencillo de explicar.

—Cálmate muñequito —dice Lexy dándome un codazo amistoso —ninguna de nosotras se avergüenza de lo que paso, es mas, cada una lo lleva con orgullo —Alondra se acerca hacia el escritorio tomando su carpeta.

Noto como se queda viendo fijamente su foto, "hay cosas que jamás olvidas". Lexy ve lo de ella —mierda, ni de niña transmitías dulzura —Alondra la empuja sonriendo.

—Pues tu tampoco transmitías tanta dulzura, "little hacker".

—Cállate! Sabes que odio ese apodo —las tres se ríen y algo de la amargura que llevaba dentro se suaviza, pero no del todo. Aún están en mi cabeza grabadas las sesiones de entrenamiento. Todos fueron brutalmente puestos a pruebas, descalzos, sin piedad y sin compasión. Creí que cuando vi a Sasha sacarse los zapatos esa vez que compitió con Marakov, era solo por presumir, pero no, así ella había sido entrenada, así fue acostumbrada y lo mismo va para Lexy y Alondra.

—Crees que tu padre este presente? —la pregunta de Lexy hace detener a Sasha, cuando levanta la mirada, es una fría y paralizante.

—Desde los 10 yo no tengo padre Lexy, si aun conservo el apellido es solo para fastidiar —Alondra niega cerrando su carpeta.

—Movámonos, que esa rueda de prensa será nuestro contraataque para el señor de la Rosa.

—Espera, él está detrás de todo esto? —pregunto a lo que ella asiente, "hijo de puta".

—Al parecer le cuesta perder ante una mujer —dice Alondra —pero mejor para mí.

—Por qué? —pregunta el Ministro.

—Porque solo acelero su caída —apoyando ambas manos en el escritorio se acerca hacia el Ministro —ponte contento, porque esta vez, estoy por completo de tu lado —un sentimiento cálido llena mi pecho. Siempre hubo algo incomodo cuando Alondra ayudaba, ya que sabía que ella no haría nada en beneficio de la central o de los civiles, pero ahora sí, y me hace sentir que puedo tenerla por completo y no solo una parte.

Narrador X

La prensa ya estaba reunida a las puertas del Kremlin, todos preparados y expectantes para cuando llegara la máxima autoridad del país junto al Ministro de la entidad militar. Cada uno ansioso, nerviosos o simplemente listos para incomodar a las autoridades así sacar el máximo jugo a la noticia.

El presidente del país llega y los flashes no se hacen esperar, al estar en el podio todos guardan silencio —gracias a todos por acudir a esta improvisada rueda de prensa, de la cual me imagino todos están ansiosos por iniciar —la mirada de cada periodista confirmó sus palabras —en nombre de mi gestión y de todas las personas que trabajan para mí, quiero decirles que ese expediente que fue filtrado esta modificado, no es el original —cada periodista se empieza a mover ansioso, viéndose algunos entre ellos —jamás haríamos ese tipo de movimientos contra niños, sabiendo que una de nuestras prioridades es la protección de los más indefensos.

—Pero los videos que se filtraron mostraron a personas con el uniforme de los militares.

—Error, mostraron a personas con camuflados, no con el uniforme de ninguna institución de seguridad —explica el presidente —ya que como sabrán, en ninguna de nuestras instituciones el camuflado es de color azul, siempre es verde.

—En el informe decía que los uniformados formaban parte de una rama de la milicia, una rama llamada FEE, una que es oculta para los civiles ya que sus actos no son totalmente de justicia.

—Esas son solo acusaciones sin pruebas, cada institución de seguridad es de conocimiento público. El gobierno no mantiene grupos en secretos a ustedes —las curiosidades no cesan y eso puede ser visto en todos —para que puedan estar mas informados, dejare que pase al frente el jefe del cuerpo militar, el podrá esclarecer mejor sus dudas —dando acceso al podio, Tyler se coloca en frente junto a su uniforme de gala verde, adornado por sus múltiples medallas y estrellas.

—Buenas tardes a todos, soy el Ministro Tyler Grey, máximo jerarca del cuerpo militar de Rusia —se presenta —antes de cualquier pregunta que deseen hacer, hay tres personas importantes aquí, quienes han sido afectadas en todo esto —ve hacia un lado donde tres mujeres, están vestidas igual de gala, con la mirada en frente y la espalda recta —ellas formaban parte de los que ahora todos saben era el «ESCUADRON FANTASMA» —la mirada de todos los periodistas se enfocan en las mujeres y los fotógrafos comienzan a hacerles fotografías.

—Juro que me están entrando ganas de romperles las malditas cámaras —dice Lexy manteniendo el semblante serio, las otras dos intentan no reírse.

—Tranquila, que aun falta la cereza del postre —dice Alondra manteniendo su atención dividida entre Tyler y su entorno.

—Crees que este viendo? —pregunta Sasha.

—Dudo mucho que ese imbécil no este viendo mi supuesta caída y descontrol —Tyler la llama al centro y Alondra pasa, colocándose en el podio lista para la lluvia de preguntas.

—Desde que edad fue recluida? —pregunta una mujer.

—Recluida? —devuelve Alondra —disculpen, no se confundan, pero ni a mi ni a ningún miembro de mi escuadrón fue obligado menos recluido como lo hicieron ver en ese informe y videos —explica Alondra —si vine aquí, es para esclarecer todo este asunto y evitar que se manche mas de lo que ya hicieron la reputación de los que fueron hombres dedicados y decididos a colocar su pecho a una bala en guerras, conflictos y peleas contra criminales para que ustedes sigan viviendo una vida armoniosa y tranquila, con problemas comunes y simples —las mejillas de la mujer se enrojecen de vergüenza, mientras que los demás empiezan a ver que tienen que tener cuidado en cómo hacer sus preguntas.

—Nos puede confirmar desde que edad usted fue entrenada, señorita Vélez?

—Fui instruida en una escuela militar desde los 7, donde el aprendizaje es más avanzado y rápido.

—Como usted fue reclutada?

—Quien me adopto fue también la persona que me salvo de ser una cifra mas de trafico de blancas —los ojos de varios se abren —el difunto General Vélez, fue quien me dio un apellido, un propósito y una nueva oportunidad para erradicar a quien fuera querer repetir el delito que cometieron conmigo y con otros 100 niños más.

—También así fueron reclutados sus demás compañeros?

—No, cada caso fue diferente. Muchos de ellos fueron adoptados desde casas hogares, como la ley dicta. Donde cada niño era consciente donde iba a ser llevado y para qué.

—Como unos niños podían entender la magnitud de lo que le esperaba? —hace la pregunta un hombre en un tono casi de indignación.

—Los niños no son estúpidos, señor —responde Alondra —cada ser tiene la capacidad de razonar, analizar y entender si lo hace con las palabras adecuadas. A los 6 entendí en que tipo de mundo vivía, que peligros me rodeaban, y que clases de monstruos viven en las sombras esperando el momento adecuado para arrastrar a indefensos a su oscuridad —cada periodista la escucha con atención y asombro —quítenle la venda de la inocencia a los niños y sabrán que son capaces de tomar mejores decisiones que un adulto. Eso fue lo que nos paso a cada uno de nosotros. Nos quitaron la venda de la inocencia a temprana edad, ya sea porque fuimos arrastrados a la oscuridad o porque nacimos en ella.

No les negare que el entrenamiento físico fue fácil ni dócil, porque no lo fue, mas no fuimos llevados a el hasta la edad de los 16, aun así, teníamos un techo sobre nuestras cabezas, comida caliente y una cama propia donde acostarnos. Recibimos tratamiento cuando enfermamos, nos dieron armas para defendernos a la vida, donde antes solo recibimos golpes, decepciones y angustia. Los militares nos salvaron de cierta forma, nos dieron una nueva oportunidad de vida.

—Por que se disolvió? —levanta la mano una joven, quien con la mirada Alondra se da cuenta que buscara la manera de acorralarla —ustedes acaban de aclarar que el entrenamiento no fue dócil, ósea que parte de lo que leímos y vimos es verdad —habla —si fue tan bien, como lo plantea, por que se disolvió? O eso también es mentira?

—Se disolvió debido al error del alto mando —explica Alondra —todos sabrán lo que paso hace 10 años, no es así? El error más grande para la milicia. Bueno, a causa de eso, mi escuadrón fue disuelto ya que no podía existir nada que haya concebido el antiguo jerarca. Y en cuestión de los entrenamientos, señorita —mira a quien hizo la pregunta —si su pregunta oculta es saber si enseñaron a menores a llevar armas y como quitar una vida, pues la respuesta es sí. Cuando todos ustedes disfrutaban de fiestas, comidas o simplemente mirar la televisión. Cada militar es entrenado para llevar un arma de cualquier tipo y matar para defensa propia o erradicar el peligro para el país entero. Nuestro trabajo no es fácil, ni para débiles de estómago, ya que los escenarios en los que nos desenvolvemos, es algo que supera por mucho a las películas que se hacen —la confianza de la joven se debilita al ver como Alondra le responde con seguridad y sin titubeos —como veo que todos confían en todo lo que se filtró, quisiera mostrarles que hace el responsable que hizo todo esto para sacar ventaja y quien es el verdadero peligro aquí —Alondra mira a Sasha y con un asentimiento de cabeza Sasha proyecta imágenes que deja sin color el rostro de muchos de los periodistas, otros están conteniendo las ganas de vomitar —esta persona, la cual su único objetivo es el mal para ustedes, fue quien armo esos videos falsos y filtro ese documento, el cual ustedes lo tienen como fuente confiable —Alondra se da la vuelta viendo las imágenes de niños y mujeres al ser traficados como animales.

Las imágenes pasan, cada una muestra una mujer, adolescente o niño, como si de una subasta se tratara. Al parecer Marcus tenia un registro documentado de cada venta humana que hacía. Tomándoles fotos y videos; desnudos, golpeados o violados. Junto a ello una ficha descriptiva de la persona; tipo de sangre, alguna afección y edad correspondiente. Dependiendo de la exigencia del cliente de seguro se lo presentaba y elegían a la carta —el responsable de estas atrocidades es la organización llamada, «Sociedad de la Rosa», y su jefe —las dos pantallas muestran la cara de Landel —conocido como «Señor de la Rosa» es quien divulgó lo que vieron. Con su única meta de que nos vean como los malos para así ellos aprovecharse y seguir con su venta de personas —Alondra ve a cada periodista, los cuales se han quedado sin palabras y petrificados —estos son los monstruos que erradicamos, con los que nos enfrentamos y combatimos día con día. Con esto doy por terminada esta rueda de prensa, con su permiso —Alondra se baja del podio con la vista en alto seguida de Lexy y Sasha, las tres sabiendo que acaban de destrozar cualquier apoyo en Europa que Landel pudiera tener, porque si algo saben bien ellas, es que hay una regla de oro en el crimen organizado europeo;

"No se trafica con humanos"

Y Landel había roto esa regla al regresar. Con esto a la luz, todo su apoyo acaba de irse y con esto la resurrección de su sociedad o al menos en manos de él, porque aún había una pieza que no había vuelto a hacer un movimiento y con esto sabía que no faltaría tiempo para que se mostrara.

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