Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 25

Klaus

El plan de Alondra se llevo a cabo tal como pidió. Cuando fuimos a ver a Marcus, estaba en una especie de choza abandonada en medio de la nada, había sangre a su alrededor junto con algunos de sus dedos pudriéndose, prácticamente estaba con un pie en la tumba.

Toda la escena era sangrienta y espeluznante, pero Alondra camino en ella como reina en sus terrenos, Marcus al darse cuenta que no estaba sola empezó a moverse desesperado, su boca yacía tapada con cinta gris. La silla donde estaba tenia correas que ajustaban sus tobillos y muñecas. "Debería haber sentido algo de compasión, una pizca de piedad, pero no fue así", Alondra me cedió el gusto de clavar al hijo de puta en el las maderas que armamos, hubo que inyectarle una mierda para que no pudiera mover sus extremidades.

Cuando estuvimos de camino, ninguno dijo una palabra, nuestra única meta en mente fue tener de regreso al Ministro. Antes de llegar a la ciudad ella hizo una llamada que eso sí, me descolocó;

—Quien habla? —la voz de Alan Petrova sonó del otro lado.

—Alondra, necesito un favor tuyo.

—No hago favores.

—Te beneficiara, en especial con ese cargamento que estas enviando por el muelle cerca del faro —la línea se queda en silencio unos segundos.

—Qué quieres?

—Quiero que llames al señor de la Rosa en 10 minutos. Diciéndole que su mano derecha está crucificado en las puertas de la santa iglesia de la plaza roja.

—No va a creer semejante mentira.

—Quien dijo que era mentira? —responde sin titubear —una vez que lo llames, lo rastreas y me mandas la ubicación.

—Y cuál es mi beneficio?

—Los militares harán de vista gorda tu uso del muelle —mis ojos casi se salen de mi rostro. Si, era cierto que aún no estábamos seguros que la mafia enviaba drogas por ese muelle. "ahora que ya teníamos la prueba, habría que dar marcha atrás, mierda".

—Trato —cuelga y veo como baja yendo hacia la parte de atrás de la camioneta. Antes de llegar a la choza cambiamos de vehículo para que nadie vinculara sus acciones con la milicia.

—Desde cuanto tienes el numero de uno de los miembros de la Bratva? —pregunto al seguirla.

—Soy criminal, recuerdas —dice como si nada y jala de las piernas a Marcus que cae de bruces al suelo frio.

Que saque a relucir esa parte suya cuando los últimos meses a estado actuando como un soldado mas me deja un mal sabor de boca —te quedaras ahí? —su pregunta me saca de mi cabeza y la ayudo a colocar a Marcus en la puerta del Kremlin. Con fuerza Alondra le saca la cinta llevándose con ella varios vellos del bigote de este.

—du underskriver din dødsdom (firmas tu sentencia de muerte) —susurra, "en que idioma habla?"

—Jeg gør det hele tiden og alligevel er jeg her (Lo hago todo el tiempo y sin embargo aquí estoy) —responde Alondra con extrema fluidez.

Clavado, cortado y quemado, dejado en la puerta de una iglesia donde el policía que de seguro esta de turno vendrá y lo encontrará. Alondra saca algo de su bolsillo trasero, es una especie de jeringa que la clava en la yugular, este inclina la cabeza hacia arriba mientras sus venas comienzan a brotarse, haciendo que su cuerpo entero se tense.

—Que le inyectaste?

—Su descanso eterno —dice mientras ve como Marcus Urlus muere en un lugar santo —vámonos —al alejarnos, ambos nos sacamos los guantes que usamos poniéndolos en una bolsa de plástico —necesito que vayas a tu departamento y esperes al llamado de la policía —la miro con el ceño fruncido —esto será un escandalo y alguien tiene que dar la cara al público.

—Y justo me pides a mi ser la cara —reniego.

—Eres el Coronel, Klaus, yo iré por Tyler y lo llevare a la central.

—No iras sola. Tienes habilidades, pero no eres inmortal y ese hijo de puta estará con varios hombres que tu sola no podrás enfrentarlos.

—No soy suicida, se quién es y cómo tratar esta situación —me devuelve —solo hazme caso y cree en mi —estamos casi a oscuras, la ciudad esta solo iluminada por los faroles de las calles, todos los ciudadanos duermen sin saber que cuando despierten en sus televisores se anunciara el hallazgo de una muerte.

Con todas las ganas de refutar asiento porque le premio apremia, antes de salir de la camioneta la tomo del cabello atrayéndola hacia mí, "me estoy volviendo adicto a ella". Al alejarme me grabo esos ojos ambarinos que posee —cuídate —ella solo asiente y salgo de la camioneta, viendo cómo se aleja.

Pasan solo unas horas antes de que reciba la llamada de la estación de policía. No es que sea nuestro asunto encargarnos de cada cuerpo encontrado, pero ellos nos dan una información de ciertos incidentes donde las señales de la mafia son claras y este era una de ellas, aunque no haya sido la mafia quien dejo el cuerpo.

Después de todas las declaraciones que se hizo, la prensa en la mañana empezara las malditas cuestionantes, pero es preferible que estén con la atención en el cuerpo a que se hayan enterado de la captura del Ministro. Casi amaneciendo Alondra llega con el Ministro quien es recibido y ayudado por varios soldados así este vaya rechazando su ayuda en el camino.

Veo bajar a Alondra quien solo asiente dándome la clara señal de que todo salió como esperaba, pero algo que dijo cuando salimos me sigue incomodando y ya dejé un buen tiempo de ignorarlo, así que camino hacia donde están los dormitorios de mujeres aquí, toco la puerta y no espero mucho para que una Julia con ojos llenos de sorpresa me reciban.

—Que paso? Encontraron al Ministro? —paso sin responder a sus preguntas, observando para ver si hay algo fuera de lugar —Klaus?

—Le disparaste a Alondra? —pregunto al darme la vuelta y encararla.

—Que?

—Lo que escuchaste —digo —le disparaste a Alondra?

—De donde sacas semejante estupidez, por que le dispararía? —sin responderle y con una patada fuerte muevo su cama dejando ver el hueco que siempre hubo debajo de ella. Saco el pedazo de madera que lo tapa, pero ella me empuja colocándose en medio.

—Quítate.

—Que se supone que quieres probar Klaus?

—No ló volvere a repetir Julia, quítate.

—Bien si —responde rápido —le dispare a la maldita criminal! —su voz suena frenética —estas contento? Ahora vete de mi habitación.

Sin hacerle caso la aparto a las malas y saco la madera viendo una caja la cual tomo, Julia intenta quitármela, pero soy mas alto que ella —dame eso Klaus, no tienes derecho a meterte con mis cosas —sosteniendo con mi mano libre sus mejillas que sus labios terminan apretados, su mirada es de nerviosismo puro.

—Soy tu Coronel y si a mí se me pega la gana reviso tus cosas, entendiste? —la empujo que termina en el suelo, al abrir la caja me encuentro 4 balas muy distintas a las que usamos aquí y no son unas que podrías conseguir en una tienda —por qué?

Esta se levanta mas no me responde, veo como intenta salir de esta situación —ella es la culpable, todos se están dejando engañar.

—Tomas tus cosas, te vas de aquí.

—Klaus —esta intenta tocarme, pero me alejo.

—Agradece que estoy siendo razonable Julia —digo —de no serlo, te habría mandado a matar como a todos los otros traidores —su piel pierde color y su expresión es solo de miedo ya que ella fue testigo de como fue el destino de quienes se llamaban «soldados».

Dejándola sola, salgo dando un portazo con la rabia latente en mis venas, "odio la traición y peor si viene de gente de mi entorno".

Sin dar atención a nadie entro en mi oficina encontrándome con Alondra en mi asiento viendo a mi computador, al levantar l vista veo lo que tengo en mis manos —así que estaba en lo cierto, no es así? —cierro la puerta y dejo la caja en mi escritorio en medio de los dos.

—Quien se la pudo vender?

—Hay muchos lugares —dice. Abre la caja y ve las balas sobrantes —debió costarle un buen dineral, no son nada baratas.

—Nombre Alondra.

—Para qué? No cambia el hecho de que tu Capitana te traiciono —que lo repita solo aumenta mi enojo —y pensar que te la follabas —vuelve a sentarse subiendo los pies.

—También te follo y no eres la mejor persona que digamos —su expresión se endurece y se endereza, toma una de las balas entre sus dedos antes de volver su mirada hacia mí.

—No compares Coleman —se levanta e inclina su rostro hacia mí, apoyando ambas manos en mi escritorio —jamás me puse la mascara de buena, como tu Capitana y menos haría todo un drama por una polla —suelta la bala en la caja antes de rodear el escritorio y dirigirse a la puerta —hombres es lo que menos me falta, como te habrás dado cuenta —es lo ultimo que dice antes de dejarme solo en mi oficina.

"No pensaba decirle eso", se que lo peor que puede hacer alguien es compararte, no importa si es por una acción o algo físico, la comparación jode y es insultante cuando se hace entre dos personas. Pero de cierta forma, Julia ha sido alguien cercano en mis años aquí, su traición duele y mas el saber que fue por celos.

Tal vez mi error fue seguir follando con ella y no haberme dado cuenta que ya estaba experimentando apego hacia mí. Creí que lo tenia claro, pero los sentimientos no es algo que puedas controlar, y yo soy un claro ejemplo. Salgo de mi oficina en busca de la pelinegra pero un soldado se me atraviesa pidiendo que vaya a la sala de juntas, ya que varios Generales me están esperando para darles un informe sobre lo sucedido.

Tragándome las ganas de buscarla, cumplo mis obligaciones como Coronel, poniendo en claro todo en mi interior, recordándome cual es el verdadero panorama de todo, "Alondra es una criminal que trabaja con nosotros, una vez caiga la sociedad, tengo que encerrarla", me repito eso para que se me grabe y deje de desear la piel y el tacto de mi siguiente objetivo a capturar.

La siguiente semana no veo a Alondra en la central, sus amigas vienen solo dos días para revisar algunas cosas o ayudar con el entrenamiento. Julia al día siguiente presento su baja la cual aprobé, dándole una indemnización por sus años trabajados como soldado, no la despedí en la puerta, me quede en mi oficina preparando el siguiente golpe, como el Ministro esta siendo tratado aquí, voy con el poniéndolo al día con los pasos que voy ejecutando.

El fin de semana me voy a mi apartamento con la intención de al menos poder descansar, pero mi maldita cabeza empieza a jugarme trayéndome recuerdos de como probe por primera vez a Alondra, sus gemidos, sus corridas, el como la llene y ella me acepto.

Voy hacia mi cocina y saco la primera botella de vodka que encuentro, agarro un vaso y voy sirviéndome, vaso tras vaso para olvidarla, para centrarme en mi posición y recordar que ella es solo una pieza más, un peor utilizable.

Pero una cosa es lo que quiero creer y otra lo que realmente creo, mi cuerpo solo reacciona a lo segundo y marco su número, una, dos al tercer timbrazo ella contesta, pero no es su voz la que escucho.

—Quien habla? —la voz gruesa de un hombre es la que responde, mis manos aprietan mi teléfono mientras que mi respiración empieza a acelerarse —hola? —cuelgo y no pienso, solo actúo cuando tomo las llaves de mi auto y salgo para el departamento de la hacker de mierda.

Alondra

—Quien era? —pregunto guardando el ultimo plato en la alacena.

—No sé, no respondieron del otro lado —me dice Nikolái, no le tomo atención cuando me entrega mi teléfono y lo guardo en mi bolsillo.

—Alguna novedad sobre Landel? —pregunto, pero este niega.

—Solo aviso que viajaría mas no dijo a donde. Creímos que iría a Turquía, pero ni Deniz ni Omer lo han visto y sus hombres tampoco informaron sobre su entrada al país.

—Donde más podría viajar?

—No lo sé, como viaja en jet privado es mas complicado sacar esa información sin levantar sospechas.

—Lo se —voy hacia la sala donde tengo varios papeles distribuidos por toda mi mesa de café. Tomo la computadora para ver si hay algún resultado en la búsqueda de rostro, pero no ha salido nada —me parece raro que no haya dado señales después de la muerte de Marcus, sabiendo lo unido que eran.

—Que no haya hecho movimientos grandes no quieres decir que no este haciendo algo —dice Nikolái sentándose a mi lado.

—No tienes que ayudarme, ve con los otros dos —le digo —trabajo mejor sola que en compañía —este sonríe asintiendo, cuando se levanta me revuelve el cabello —no hagas eso.

—Trata de descansar también.

—Si si, vete —lo despacho a la habitación de Sasha. Esos tres se ven tan seguido como pueden y con la mayor posible, después de lo ocurrido con Tyler y lo de esa Capitana les advertí que anduvieran con cuidado, en especial con el muñequito a quien le afecto bastante la traición de esa, "hasta se atrevió a comprarme con esa, ridículo", olvidando las cosas sin sentido me enfoco en mi búsqueda.

Lo que tome del departamento de Marcus ha servido bastante, Landel supo esconder bien las armas de su sociedad, hay lugares que son sumamente concurridos, si los militares lo supieran se tendrían que poner el cartel de «TARADOS», por no haberse dado cuenta antes, "aunque para utilizarlas se necesita una llave" pienso.

La puerta es tocada ferozmente que de seguro hasta mis vecinos lo escuchan, levantándome veo a través de la mirilla y mi cara de asombro es genuina, veo hacia la mesa de café y agarro todos los papeles ocultándolos debajo de los almohadones del sofá, la puerta sigue sonando que Lexy y Sasha salen con los ceños fruncidos.

—Quien puta es? —Lexy se queja frotándose los ojos.

—Es Klaus —digo cerrando la computadora y dándosela a Sasha —mete esto en tu cuarto y diles a esos dos que no salgan hasta que este se vaya, entendiste? —esta asiente y vuelve a su cuarto, la puerta vuelve a ser tocada fuertemente.

Con prisa y sin importarme que estoy de un top deportivo y unos pantalones largos de chándal abro la puerta encontrándome con un Klaus con los ojos llenos de furia, viéndome como si fuera la única culpable.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro