Landel

No solo es la sangre que me hierve, todo mi cuerpo esta tenso y con las ganas de asesinar brotando por mis poros, la imagen de una pelinegra cubierta de sangre es lo que llena mi mente mientras que la camioneta nos lleva hacia la mansión rusa. Los portones negros se abren apenas nos acercamos, Deniz no me habla y los gemelos están con la vista al frente conduciendo lo más rápido posible para que Murad que está en la otra camioneta junto con Alexandra reciba rápido la atención medica que necesita.

Al llegar Deniz es el primero en bajar seguido de los gemelos, yo me tardo, porque no es solo con la pelinegra por la que mi molestia está presente, "ni siquiera hicieron el intento de rescatarla" pienso. Bien podrían haber derribado el avión, la caída no era muy alta, aunque Nadia habría sufrido heridas, podríamos haberla rescatado, pero nadie se movió, Deniz a la primera amenaza la dejaron a su suerte.

Salgo de la camioneta sacando mi teléfono para llamar a Marcus, este suena mas no me contesta, vuelvo a intentarlo consiguiendo el mismo resultado, eso me pone en alerta ya que Marcus jamás no contesto mis llamadas, por más que estuviera asesinando o follando.

—Señor —uno de mis hombres me entrega una nota junto a una...le arranco el papel y lo tomo del cuello estampándolo en la camioneta.

—Quien te dio esto? —siseo.

—Lo encontramos en la habitación del señor Marcus antes de...—hace una pausa.

—Antes de que? —visiblemente traga y ve hacia la nota. Al soltarlo abro el papel y de él caen fotos sobre Marcus golpeado y con el brazo en una dirección anti natural. La garganta se me cierra y leo lo que hay escrito.

"Et eksempel på, hvad der sker, når du truer mig." (Un ejemplo de lo que ocurre cuando me amenazan)

A.V

El mensaje viene con una rosa marchita —donde esta? —pregunto con la mente nublada por completo. Mi teléfono suena, cuando lo saco el número es desconocido mas ya se quién es. Al contestarlo solo se oye la respiración fuerte de una persona, tragando y sin perder el mínimo control que aún tengo sobre mi hablo —Marcus.

—Dime que la tienes y haz que valga la pena —no respondo dándole la respuesta que no desea —mierda.

—Ahora que razón me darás para esta acción, Alondra —digo sabiendo que me está escuchando.

—Tu empezaste queriendo dar lecciones sobre traición. Era justo que devolviera el mensaje.

—Yo tenía motivos.

—No —contesta —no los tenías. Solo querías intimidarme, mostrar al monstruo que todos temen y doblegarme a tus pies —mis muelas duelen de la presión que ejerzo sobre ellas —sino me postre a los pies de las cabezas militares que te hizo pensar que lo haría contigo.

—Golpeas a mi mano derecha, amenazas a mi hermana y me desobedeces. Dime si eso no es para considerar una traición y merecía el claro mensaje que envié —digo ya con el enojo sin control —UNO DE LOS MIOS ESTA HERIDO POR TI!

—No fui yo quien disparo, así que esa acción no me la eches —responde tranquila seguido de un siseo como si algo le doliera —no te preocupes, que te devolveré a tu mano derecha dentro de dos días.

—Lo harás ahora —ordeno.

—Dije en dos días Landel y no tientes a tu puta suerte porque si sigues presionando, realmente me hare tu enemiga y ahí sabrás que de enemiga puedo ser peor que tu —cuelga dejándome peor de lo que estaba, la pantalla se me ilumina con un mensaje y es una foto de mi hermana, cubierta por una manta sentada cerca de una ventana en una habitación de paredes blancas, debajo de la imagen un simple mensaje.

"La pequeña rosa está a salvo y en su camita"

No puedo con mas que estrello el teléfono en el suelo, agarro del cuello al mismo guardia —rastrearas a Marcus y me dirás su ubicación en la mañana, sino la tengo será tu cabeza la que rodará, entendiste? —este asiente y lo suelto para que se vaya corriendo a cumplir mi orden.

Primero veo a mi hermana con un arma en su cabeza llorando a mares, después Murad recibe un disparo poniendo su vida en un hilo y ahora esto. Debo admitir que subestime las capacidades de Alondra y el alcance que puede llegar a tener cuando se enoja o presionas de manera que ella no acepta. Al bajar veo como cierta parte de mi cuerpo reacciona de diferente forma a como mi cabeza lo está haciendo. "la primera que me devuelve el golpe, que no me teme y golpea más fuerte", mis labios se extienden de cierta forma en una sonrisa tanto de ironía como de satisfacción, "quiero matarla, pero también deseo follarmela, así la doblego bajo mi mano".

—Landel —me llaman, al virar veo a Nikolái, tiene el cabello desordenado y parte de su rostro tiene manchas de sangre —Murad acaba de salir bien de la operación.

—Estará bien? —este asiente y camina hacia mí. Es media cabeza más alto que yo, con el cabello castaño, ojos azules como el zafiro, cuerpo musculoso y lleno de tatuajes en brazos y pecho, es alguien que puede intimidar a cualquiera muy fácilmente. Alan, su gemelo, es igual, lo único que podría diferenciarlos es cuando Alan se coloca sus lentes para trabajar en sus armas. Este me extiende un USB que tomo sin saber el contenido.

—La soldado esa que piloteaba el helicóptero nos lo entrego —mi ceño se frunce —según ella es una información que nos beneficiara para tener a Nadia devuelta.

—Podríamos haberla recuperado hoy —aclaro, pero este niega.

—Con Deniz sabíamos que había la gran posibilidad de solo salir con uno —mis puños se cierran —no abandonamos a Nadia, pero no podíamos sacarla de esa institución sin matarla.

—Que quieres decir? —cuestiono.

—Tenía un chip explosivo en el cuello —mi cuerpo se paraliza —si intenta poner, aunque sea un pie fuera de esa maldita institución, se dará inicio al conteo para que explote antes de siquiera poder salvarla.

—Hijos de puta —siseo con rabia.

—Esa soldado la uso para que no terminara muerta. Ya que esa era el señuelo contra ti —froto mi rostro exasperado. Los malditos militares saben cómo querer joderme. Cuando saque a Marcus este tenía un collar más solo servía para dar su posición y neutralizarlo en caso de que haya algún incidente.

Pero esto ya es mucho, ella no tiene idea de lo que su existencia representa para el mundo criminal, pero no descarto de que ya le hayan dado un pantallazo —quien le puso esa mierda?

—Órdenes del Coronel —"claro, que tenía que ser el hijo de puta de Coleman".

—Así que ustedes sabían que ella iba a usar a Nadia como amenaza —este asiente.

—Fue el plan sin embargo el disparo fue algo que no esperábamos —niego dejando escapar un bufido.

—Alondra sí que sabe ponerme de los putos nervios para después dejarme como un imbécil.

—Es buena aliada, pero te recomiendo no pulsar sus botones Landel —dice —esa mujer tiene la mirada clara y dura. Es alguien a quien no le tiembla el pulso y por lo que vi no le teme a nadie.

—Lo sé —respondo —me lo dejo bien claro hoy, "cuando secuestro a mi mano derecha dándole una paliza del demonio". Nikolái se adentra de nuevo dejándome solo y con el aullar de sus lobos.

"Aun con ese plan, sigo teniendo el mal sabor de boca". Los Petrova han sido nuestros aliados desde hace varias generaciones, pero hoy he visto algo que ya había olvidado y que es fundamental en este mundo, "ellos elegirán siempre a su sangre por encima de cualquiera, inclusive la mía".

Si bien puedo contar con su ayuda, dependerá únicamente de mi el salvar a mi hermana. Pero para eso necesito alejarme y ver el panorama desde lejos, así poder planear mejor mi siguiente ataque, uno que traiga devuelta a mi rosa y sacarme el gusto con cierta pelinegra que ya ha golpeado bastante y necesita saber que conmigo, nadie juega.

Alondra

En mi delante el perro faldero de Landel me mira, sudado, golpeado y con el brazo un poco fuera de su lugar.

—Estas jugando con fuego mujer —advierte —no te confíes solo porque tienes a Nadia contigo —mueve un poco su cuerpo tratando de tener una posición algo mas cómoda de ser posible —Landel es alguien que siempre ganará. Nosotros siempre obtenemos lo que queremos, somos las sombras de todos y a la vez de nadie —me lamo los labios antes de hablar.

Acorto el espacio entre los dos cuando con un simple movimiento de mi mano hago que su expresión pase de estar inexpresiva a perder totalmente el color —Landel podrá ser toda la sombra que desee, pero yo soy un fantasma, Marcus —tomo el cabello de su nuca jalando su cabeza hacia atrás —uno que pondrá a todos a sus pies y sacara el mayor beneficio de esta guerra.

—Por qué? —susurra. Bajo hasta que mis labios están en su oído.

—Porque es mi turno de jugar y ser el titiritero —sus ojos vagan por mi rostro, incrédulo y nervioso. La puerta se abre dejando ver a alguien que al verme frunce el ceño.

—Deberías estar descansando —me recrimina a lo que yo solo bufo soltando a Marcus.

—Eres sin chiste Omer —digo caminando algo renga hacia él.

—Ustedes lo sabían? —Marcus pregunta hacia el pelinegro que acaba de entrar, este no responde y solo lo mira sin ninguna emoción presente —eso es traición, hijo de puta —le recrimina retorciéndose en la silla por liberarse.

—No sé de qué estás hablando —responde Omer —que yo sepa no estoy traicionando a nadie —bajo el rostro tragándome la sonrisa —en todo caso, tu líder cometió traición primero, no es así? —Marcus lo mira confundido —el incidente de hace casi 24 años en su sociedad fue por culpa del ahora líder, no es así? —los ojos de Marcus se abren bastante ante lo mencionado —todo este lio es en sí solo y únicamente por su culpa —Omer se acerca quedando solo a tres pasos de distancia, coloca sus manos en los bolsillos mirándolo desde arriba —debería aplicar el castigo de su sociedad sobre quien ahora se proclama el «Señor de la Rosa»?

—Eso fue un accidente, jamás quiso que pasara eso.

—Accidente o no, pasó —este me mira y en sus ojos puedo ver algo de arrepentimiento. Omer de forma rápida le da una patada en el rostro que lo hace caer sobre su brazo lastimado mientras que escupe sangre —agradece que aun no sea tu hora y que tu muerte será rápida —Marcus lo mira y después a mí, como sino creyera lo que acaba de decir Omer.

—Me mataras? —me pregunta como si el simple hecho fuera algo inaudito que hiciera. Me encojo de hombros frunciendo los labios.

—Servirás para que Landel actúe sin pensar y yo pueda seguir consiguiendo más diversión —su mirada de horror debería molestarme o causarme algún malestar mas solo me trae satisfacción —disfruta tu noche Marcus, porque en unos días empezara tu pequeño infierno —cojeo hacia la puerta escuchando sus maldiciones mas cada palabra que dice son insignificantes para mí, "ellos empezaron esto y seré yo quien lo termine".

Ya dentro del departamento de dejo caer en el sofá. La pierna me palpita como una desgraciada, Omer se para al lado mío con los brazos cruzados —seguirás mirándome con esa cara de reproche? —miro hacia arriba chocándome con esos ojos raros pero atrayentes, "el verde y morado se combinan en ambos ojos que te hechizan apenas los ves".

—Si no hubiera sido porque Naomi me hablo, ninguno de nosotros sabría que estas herida.

—Tienen las manos llenas ya con Murad —digo —Sasha y Lexy están conmigo.

—No es el hecho que estuvieras sola, sino que no nos habríamos enterado que saliste lastimada por una de esas balas —cierro los ojos y miro hacia otro lado —nos pides ayuda para un ataque, pero cuando se trata de decirnos tu estado no lo haces —toma mi barbilla haciendo que lo mire —es difícil entender que eres importante? —me zafo odiando como me hace sentir. Escucho un suspiro antes de sentir como revisa mi pierna —Naomi quito toda la piel que ya había muero, tendrás que esperar que la piel vuelva a rellenar esta parte antes de volver a hacer un ataque como el de ahora —asiento sin mirarlo.

El ambiente esta con tensión y me importa bien poco. Sino hablo sobre mi es porque no lo vi importante, fue una herida que me tomo desprevenida mas para mi suerte no fue mortal, Omer me rodea los hombros apegándome a el —me gustas mas con este aspecto —blanqueo los ojos y lo codeo en su costado recibiendo una risa de su parte.

—No te acostumbres a ella, no acostumbro a estar lastimada y quieta —este niega sentándose en frente mío sobre la mesa que hay.

—Conseguiste lo que buscaste? —asiento.

Mientras que el ataque ocurría, mande a algunos hombres de los Petrova hacia el departamento de Marcus. Sabia que Landel le confió la ubicación del armamento que manejan, mientras que lo sometieron ya que eran 10 contra 1, Lexy pudo acceder a su computador y obtener esas ubicaciones entre otras cosas.

—Que le diste a Landel en ese USB? —respiro hondo antes de contestar.

—La localización de la tumba de sus padres que muestran a su hermana visitándolos.

—Creí que todos los cuerpos fueron quemados ese mismo día —dice algo confundido.

—Son tumbas simbólicas —aclaro —no hay ningún cuerpo dentro —Omer asiente tomando mis manos.

—Aun no sabe que tu eres Skyline? —niego.

—La ubicación, junto con el expediente que maneja la FEE sobre su hermana, tiene la firma de Skyline, yo solo fui la mensajera y salvadora de Nadia —digo viendo nuestras manos unidas, "hay nuevas heridas en ellas" —sigues peleando? —pregunto y este quita sus manos de mi vista.

—Solo cuando los recuerdos me invaden.

—Entiendo —acaricio su mejilla sonriendo un poco —imagino que sigues causando furor con las chicas —este se sonríe negando.

—No tanto como tú en esa central —frunzo mi ceño sin entender —crees que no se sobre tu follada con ese Coronel —lo golpeo en el hombro.

—Omer Baruk, estuviste espiándome —lo acuso de forma juguetona.

—Eres mi familia, imposible que no lo haga.

—Intruso.

—Mentirosa.

—Fenómeno.

—Enana —"a eso si que no" agarro un cojín y le doy en toda la cara, la puerta se abre y entra Sasha junto a Lexy con bolsas de comida.

—Actuando como niños? —dice Sasha caminando hacia la encimera de la cocina mientras Lexy hace algo con su teléfono.

—Y Naomi? —pregunto.

—Emergencia familiar —dice —uno de sus hijos tenia algo de fiebre y fue a cuidarlo. Te quedas a cenar Omer?

—Es lo mínimo que espero ya que fui el doctor aquí —vuelvo a golpearlo antes de que se levante y ayude a las dos a poner la mesa. Me teléfono suena y es un mensaje.

Muñequito: Mañana, temprano en la central. Sino vienes voy y te busco.

Al parecer ya está lucido.

Alondra: No es el único herido Coronel. Iré entrada la tarde.

No pasa demasiado cuando me entra una llamada, viendo hacia atrás, me escabullo aprovechando su distracción y entro en mi cuarto.

—Que tienes y donde estas? —demanda y solo puedo soltar una pequeña risa.

—Hola, buenas noches también para ti, muñequito o debería decir buenos días ya que no falta mucho para el amanecer.

—No me jodas Alondra y responde.

—Tranquilo neandertal, estoy bien, solo una herida de bala, nada del otro mundo —escucho un suspiro de alivio de su parte cosa que me parece tierno —preocupado de una criminal Coronel?

—Claro, no quiero que nadie aparte de mi te haga daño.

—Gracias por lo que me toca —me burlo.

—Tu elegiste ese camino —me acerco hacia la ventana viendo el cielo empezando a aclararse —en serio estas bien? —pregunta más serio.

—Si, la herida no fue mortal, pero hay que tener cuidado.

—Que quieres decir?

—Que a partir de aquí todos tenemos una diana en nuestra espalda —prefiero ser cruda a hablarle con tapaderas —los de la Rosa se moverán y nada raro que intenten comprar a alguien de adentro.

—Esta vez no dejare que eso pase. Ya tuve suficiente con traidores —dice de forma acida.

—Bueno pues revisa bien las cámaras y los informes. Hay que ver como lograron entrar y derribar la puerta y el muro.

—Ya estoy recibiendo los informes —"maniaco del trabajo".

—Alondra ven de una vez! —grita Omer.

—Quien es ese? —gruñe Klaus cosa que me causa gracia.

—Mi enfermero personal —le digo —descanse Coronel.

—Alondra quien...—no dejo que termine que le cuelgo y apago mi teléfono. No puedo negar que haber follado con el fue rico y excitante, pero molestarlo y presionar todos sus botones siempre será mi actividad favorita.

Los primeros rayos de sol aparecen dando comienzo a un nuevo día, una nueva acción y una nueva manipulación para esta guerra.

Nikolái y Alan Petrova arriba ⬆️