Cap 17
Klaus
Nadia Kingston no ha despertado en todo el camino. El guardia de mi edificio me ve con sorpresa debido a que jamás traje a una mujer de esta forma a mi apartamento, "normalmente ellas vienen solas y salen así". El cuerpo de la mujer es menudo que cabe justo en mis brazos, al llegar al ultimo piso entro directamente a mi espacio, no hay nadie que me reciba, no me gusta la compañía, al menos no la permanente, solo una pasajera y disfrutable.
Nadia empieza a removerse cuando abre los ojos, el gris de ellos luce confundido, de forma lenta reacciona y actúa nerviosamente saliendo de mis brazos —no te hare nada —ella se aleja, ve a su alrededor, de forma protectora agarra un jarrón que hay cerca usándolo como arma —no intento hacerte nada.
—Que quieren de mí? —su postura esta a la defensiva —no se quiénes son.
—Solo intentamos protegerte —ella frunce su ceño.
—Protegerme? Nadie quiere hacerme daño, son ustedes que están mal. Secuestrándome y confundiéndome con otra persona —"parece ser que no tiene recuerdos", según los informes, el ataque contra la sociedad de la Rosa en ese entonces, ella aun era una niña, es de esperarse que no tenga recuerdos claros sobre su infancia.
—Créeme cuando te digo que hay personas que atentan contra tu vida.
—Que podrían querer de una simple bailarina? —lanza el jarrón en mi dirección saliendo disparada hacia mi cocina, trata de mantener distancia interponiendo el mesón que hay entre nosotros, "si quisiera ya la habría agarrado" pero no quiero asustarla, quiero que este tranquila.
—Se que puede ser confuso —hablo —pero lo que te digo es en serio, tu vida no es como crees —ella toma un cuchillo apuntándome, levanto mis manos en muestra de que no quiero lastimarla —tu nombre es Nadia Kingston, prueba de eso son tus ojos.
—Ustedes están confundiéndome —con su mano libre, toca su nuca sacando algo, al hacerlo su apariencia cambia, dejando ver a una muchacha de cabello oscuro y piel morena, bajo mis manos quedando estático —ahora si me crees? Yo no soy quien ustedes dicen —moviéndome rápido me acerco, agarro su muñeca inmovilizando el cuchillo, suelta un gemido de susto, tomo sus mejillas evocando su miedo.
—Que mierda es eso? —mi voz suena baja, ella se queja, quiere zafarse mas mi cuerpo la aprisiona contra el otro mesón —responde.
—Es un dispositivo de disfraz —dice temblorosa —lo usamos para los espectáculos —le quito el dispositivo y el cuchillo, observo el aparato, es algo pequeño, un circulo que tiene un botón en el centro —se programa desde un computador, mandando la imagen de la apariencia que desea —me explica aun con miedo —tiene unos pequeños dientes que se incrustan en la piel, al estar ya colocado solo tiene que presionar el botón del centro.
—Donde conseguiste esto? —duda en responderme.
—Mercado negro —"herramientas criminales", saco mi teléfono llamando a quien tiene mas experiencia en toda esta mierda.
—No puedes esperar a mañana para verme muñequito —la voz de Alondra suena divertida.
—Necesito que vengas —miro hacia quien creímos era Nadia —hay un problema.
—Que hiciste? Perdiste tu carta del triunfo?
—Solo muévete a la dirección que te enviaré —demando y le cuelgo. La chica me mira con rabia mientras se frota la muñeca con dolor, si por ella fuera me clavaria el cuchillo.
—Vendrá alguien —le digo —puedes usar ese cuarto —le indico la puerta que está a lo diagonal, ella no me responde, su vista va hacia donde están los demás cuchillos —no te servirán, si hubiera querido te habría matado hace mucho, Nedja —me encamino hacia el primer piso, "esto debe ser una puta broma", aunque debí sospechar, era imposible que el premio tan buscado apareciera así de fácil.
Al abrir mi computador busco la imagen que Alondra mostró de cómo debería verse Nadia Kingston actualmente. A pesar de ser una imagen de computadora es lo mas parecido a la realidad que tenemos, "donde mierda se oculta la ultima portadora de la sangre Kingston?"
Leo la información que llegaron a tener de ella, no es mucha ya que cuando lo hicieron ella era una niña de 6 años, apenas y consciente del entorno en el que había crecido.
Nadia Aurora Kingston Olsen – 6 años
Fecha de nacimiento: 6 de diciembre, 2050
Sangre: O+
Padre: Beltran Kingston
Madre: Laisa Olsen
Nacida del matrimonio central de la familia Kingston, lo que la posicionaba como heredera de la sociedad de la Rosa. Conocida internamente como «la Rosa» de la sociedad. Su nacimiento movió de la línea de sucesión a su hermanastro Landel Kingston, quien el antiguo líder había tomado bajo su cuidado.
Se logró saber que ambos hijos estaban destinados a casarse mas los planes cambiaron, guardándola para que los herederos de la Bratva la tomaran como próxima Zarina, uniendo así nuevamente ambas organizaciones como en tiempos antiguos.
La niña creció en un ambiente alejado del edificio principal, donde se le brindaba todos los cuidados necesarios, teniendo guardias y sirvientas 24/7 a su alrededor.
El día del ataque se avisó que toda sangre de la rama principal había sido asesinada bajo la mano de los soldados, el coronel Vélez dio fe de ello.
Se describía a Nadia como una niña risueña, alegre, siempre jugaba en los jardines de la propiedad en la que fue confinada hasta que tuviera la edad necesaria para introducirse a la sociedad. No se informó de alguna anomalía ni de nadie que dentro tuviera algo contra ella.
Al parecer era el ser mas cuidado por todos en ese grupo de asesinos, "aunque nosotros no éramos tan distintos", pienso, matar a una niña la cual no tenía culpa de nada...
Escucho el ascensor así que bajo cerrando el portátil antes, al pie de las escaleras veo la figura de Alondra con otra ropa, cabello suelto llegando hasta su cintura, cubierta toda de cuero haciendo resaltar la tonificación de su cuerpo, al verme sus ojos son el centro de toda ella.
—Te quedo grande el cuidar a una mujer muñequito? —"siempre buscando provocarme", saco de mi bolsillo el dispositivo tirándoselo cosa que ella lo agarra mirándolo.
—Al parecer nos hicieron la de cenicienta —ella me mira confusa y es cuando la puerta del cuarto de servicio se abre dejando ver a Nedja —acabada la magia, vuelve todo a la realidad.
—Mierda —escucho que susurra al estar bajando los escalones, veo a Nedja algo asustada observándonos con cautela.
—Reconoces el dispositivo?
—Si —responde —es fabricado por la Bratva —hace girar el dispositivo en sus dedos —aunque es una versión antigua, ya descontinuada por su bajo rendimiento de copia.
—Que quieres decir? —pregunto.
—Con esto muñequito, la gente de la Bratva puede infiltrarse donde deseen, ya que esto —me muestra el aparato — logra copiar hasta las retinas y huellas dactilares de cualquier persona que desees, no solo la apariencia física —tomo el aparato sin creer que esta tecnología esta circulando y nosotros seamos desconocidos ante ella.
—La has usado? —ella suelta una pequeña risa antes de caminar hacia Nedja.
—De donde sacaste la imagen que usas? —ella no responde cosa que hace que Alondra saque su arma y suelte un disparo hacia la pared cercana logrando que Nedja caiga de bruces al suelo —no lo volveré a repetir.
—Detente! —me pongo en su delante —no puedes ser mas delicada acaso? Ella es inocente —Alondra solo blanquea los ojos y guarda su arma. Me giro hacia Nedja quien está más asustada que antes —lo siento por eso —le tiendo mi mano para que la tome, la cual acepta dudosa —por que configuraste con esa imagen el dispositivo? Conoces a alguien con esa apariencia? —ella mira a Alondra —ella no te hará nada —aun con dudas responde.
—Hubo un tiempo que una chica vivió con nosotros, estaba junto a otra mujer, al ser viajeros nos topamos con muchas personas —cuenta —recuerdo su apariencia; cabellos castaños, piel blanca y ojos muy grises, me pareció bonita y por eso lo configuré así.
—Y eso nos deja con nada —dice Alondra con frustración. Va hacia la cocina en busca de algo mas no le presto atención.
—Por cuanto tiempo estuvo esa chica con ustedes?
—Solo por unos 3 años, después la señora se la llevó mas no nos dijeron a donde —bien puede tratarse de Nadia y alguna sirvienta.
—Vuelve al cuarto, mañana te llevaré devuelta con tu gente —ella se emociona mas no hace algún gesto demostrativo, mas bien, ya que no soy bueno reaccionando ante ellos. Ella entra y cierro la puerta.
Veo a Alondra tomando una botella de cerveza que debió encontrar en mi nevera.
—Con razón te afectó su muerte —suelta.
—De que hablas?
—De la chica a la que rescataste mas no salvaste —que lo mencione me enoja —te encariñas con tus objetivos.
—Que los trate como deben ser tratados no quiere decir que me encariñe —ella niega dando un largo trago a la cerveza.
—Y que harás? Al final no tienes al pez gordo.
—Pero tengo un miembro de la mafia. Eso ya es ganancia.
—Y como piensas sacarle provecho a eso muñequito? Como piensas hacer tu chantaje?
—Quien dice que voy a negociar con ellos? —tomo asiento frente a ella arrebatándole la botella de las manos —ese mafioso no sale vivo de esa celda.
—Lo matarás?
—Es mi trabajo —de la nada ella empieza a reírse —cual es el chiste?
—Que eres tan hipócrita como los del consejo —dice —aunque ahora con un poco más de habilidades.
—Tú también lo fuiste.
—Error —camina hacia mi hasta estar en mi costado —yo jamás me creí un héroe, solo fui una ejecutora de los militares —giro para verla de frente —una que sabía quién era y no me escudaba bajo el traje de la honradez —su burla solo aumenta mi enojo.
—Si tanto lo criticas, porque jamás te saliste? —sus manos van a mi camisa ya seca, las pasea por mi pecho hasta llegar al cuello, de forma sutil acerca su rostro hasta que su respiración la siento en mi cara.
—Porque disfruté del poder que tenía —susurra —el miedo que infringía y todo lo que podía conseguir con ello —su olor me envuelve que no dudo y atraigo su boca a la mía, comiéndola completa.
Ella me sigue, buscando mi lengua, en el proceso me levanto sin soltarla subiéndola al mesón, ella se saca la chaqueta mientras que mis manos bajan buscando sus tetas, "caben completas en mis manos", siento sus uñas rascarme la nuca despacio cosa que me estimula, tiene los labios algo rellenos y son suaves al tacto.
—Ya veo porque esa Capitana te persigue tanto —jadea en medio del beso.
—No haz visto nada —con ambas manos rasgo su blusa para prenderme de uno de sus pezones.
—Mierda —la siento arquearse, "es sensible aquí", mi lengua juega con su pezón, para después pasar al otro dándole el mismo trato —Klaus... —levanto la mirada y ahora es ella quien me atrae a sus labios, ninguno de los dos suelta la rienda, ambos buscamos dominar al otro.
Me aparto un poco donde ella aprovecha a romperme la camisa —tu rompiste mi blusa —sonrío y muerdo su labio jalándolo mientras que pellizco uno de sus pezones. Sus manos tocan mi entrepierna tanteando mi dureza —está muy despierto Coronel.
—Y tu te harás cargo —ella sonríe en medio del beso y baja la mirada —con miedo de lo que puedas ver?
—Mas a la decepción la verdad —suelta con burla cosa que la castigo amasando con fuerza sus tetas —auch —se queja burlona.
La inclino para ir hacia su pantalón el cual bajo con todo y bragas con fuerza, dejándolo a la altura de sus tobillos, estamos a la oscuridad, solo con la luz de la ciudad entrando por mis ventanales y ventanas, Alondra sube las piernas abriéndose para mostrarme la humedad que hay en sus labios bajos —que acción tomará Coronel? —sin demora voy a su sexo y paso la lengua de sur a norte, deteniéndome en ese pequeño nudo que hace que gima y se deleite. Dos de mis dedos buscan su entrada y empujan.
No soy delicado y no pienso serlo con ella tampoco, los meto en su totalidad y doblo encontrando un punto que la hace mojarse aún más, lamo y succiono todo su desnudo sexo el cual me sabe a gloria y mi pene desea meterse.
—Desea mi verga Comandante? —sigo penetrándola con mis dedos mientras que mi pulgar juega con su pequeño botón —responda —Alondra esta con la boca abierta, jadeando y el pecho subiendo y bajando, sus tetas llaman a que las lama, pero solo paso la punta de mi lengua por ellas burlándome —necesito una respuesta...
—Carajo, Coleman fóllame ya —dice desesperada cosa que me hace sonreír, la vista es gloriosa, si ya antes sus ojos eran llamativos ahora más por su excitación. Detengo toda estimulación, Alondra me mira con el ceño fruncido, doy unos pasos atrás y despacio voy desprendiéndome el pantalón, ella al ver mi acción se muerde el labio y con uno de sus dedos los dirige hacia su sexo, untándolos de sus jugos para después chuparlos de una forma erótica la cual provoca que mas sangre baje y engorde mi pene.
Lo saco provocando cierto alivio pero no espero mucho para irme de nuevo hacia ella y metérsela hasta que nuestras pelvis estén unidas, su jadeo es fuerte pero la callo y empiezo a bombearla profundo y duro —querías que te follara, pues así lo hare hacker de mierda —ella sigue gimiendo sin importarle que nos puedan oír y a mí tampoco —aprietas bastante —digo al sentirme dentro de ella, sus uñas se clavan en mis brazos, bajo la cabeza y esta vez succiono toda su aureola, sus gemidos suben al igual que la presión en su vagina así que aumento mis movimientos mas no disminuyo la profundidad —carajo, estas ahogándome Alondra.
Alejo mi mano de su boca para tener mayor apoyo para moverme —no te detengas...más.
—No pensaba hacerlo —sello nuestros labios en un beso que podría considerarse mas sucio que romántico, nuestras lenguas juegan y bailan entre ellas, hago un esfuerzo enorme por salirme y la bajo dejándola de pecho al mesón, junto sus piernas y vuelvo a invadirla —ahora estas más apretada.
—Mierda Coleman —ella empieza a moverse, su piel blanca me llama a marcarla cosa que hago al darle una nalgada sonora, ella suelta un pequeño grito y me ve sobre su hombro —acabas de...—no la dejo terminar que le doy otro, pero en la otra nalga, ambas poniéndose rojas que me encienden y la inmovilizo en la superficie.
—Conmigo domino yo Alondra —enrollo su cabello en mi mano y la jalo hacia mi —yo te provoco, marco y saco jadeos como lo desee —mi mano baja a su clítoris moviéndolo en círculos precisos provocando mas su placer y que su vagina aprete más, mis estocadas aumentan al igual que nuestros jadeos, Alondra empina mucho mas el culo y yo la agarro de las caderas dándole lo que me pide.
—Acaba afuera —jadea.
—No —tomo su mandíbula haciendo que me vea, "quiero esos ojos ambarinos puestos en mi" —te llenaré y tú lo tomaras completo —quiere responder mas su placer es mas que no puede cerrar la boca, siento como esta a punto de venirse y yo igual, ambos nos movemos en sincronía hasta que llegamos al máximo placer, siendo mis bolas vaciadas por completo en su interior, lamo su labio mientras me vacío y ella toma mi nuca buscando mis labios. He follado mucho, por placer, por diversión o porque simplemente podía, con cada mujer lo disfruté, pero con Alondra...con ella fue todo mas elevado, el placer, las caricias hasta los besos.
Aun con el orgasmo fluyendo nos miramos, sus pupilas están dilatadas y mejillas sonrojadas, así de cerca aprecio aun mas su belleza, mi mente quiere jugarme una, pero la detengo —no fuiste una decepción, esta la ganas tu muñequito —"como siempre buscando molestarme" dándole un ultimo y apenas beso me salgo de ella.
Mi polla esta empapada por sus fluidos, ella la ve y se arrodilla, yo no me muevo viendo con atención su próxima acción —es hora de devolver el golpe —la tomo del cabello a lo que ella saca la lengua tocando mi glande.
—Muéstrame como me lo devolverás, hacker de mierda.
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