Cap 11
Klaus
El lugar donde se va a desarrollar la última prueba es un club, “porque no me sorprende", este es uno de esos clubes que de por sólo ya llaman la atención, su arquitectura sostificada destila elegancia y misterio desde afuera.
No existe una fila para entrar ya que en este club sólo puedes ingresar con una invitación, una que solo se envia a quienes el dueño desea que entren, muchos intentaron falsificarla con éxito nulo.
Salgo de mi convertible luciendo un traje casi formal, el guardia me escanea con la mirada y yo solo le extiendo el trozo de papel que no me costó conseguir, “con dinero puedes hacer que los cerdos vuelen", revisa y escanea la invitación hasta que se hace a un lado dejándome entrar, puedo notar por el rabillo del ojo a unos cuantos transeúntes mirarme con interés, "persona que entra se convierte en interés público .
La música llena mis oídos apenas entro, en frente se puede ver un escenario rectangular en el cual tiene arriba en ambos lados otras plataformas flotantes donde se desarrolla una coreografía, muy preparada y sincronizada.
—Por aquí por favor —me guía una señorita vestida de un esmoquin bastante sensual, me posiciona en una mesa en el centro donde el espectáculo puede apreciarse con comodidad, veo a mi alrededor notando hombres con sus guardias atrás, mujeres en vestidos bastantes llamativos en regazos o solas.
—Por lo visto aún no hacen su aparición —dice Marakov quién está detrás de mí en el papel de guardaespaldas, la misma señorita deja una botella de whisky junto a un vaso con hielo, le da una mirada coqueta a mi compañero antes de retirarse. Poniéndome cómodo detallo a las personas y el número de baile que se desarrolla, aquí se corren apuestas de una manera muy particular, cada dueño de bar o espectáculo viene en busca de su nuevo número o estrella para pulir y llenar sus bolsillos, claro que entre ellos se camuflan los mafiosos o encargados de la trata de blancas que sólo desean cuerpos los cuales sacar provecho de la manera que deseen.
Varias bailarinas empiezan a deslizarse fuera del escenario caminando entre las mesas, quedando algunas en el suelo y otras encima de cada mesa del lugar, quien está encima de la mía es una castaña, con cuerpo delgado pero de buen ver, su mirada y movimientos dan a entender que esta seduciéndome, se mueve bien no lo niego. Se coloca en cuatro acercando su rostro al mío, estando solo a unos centímetros se aparta, al golpe de la música, sus caderas y brazos desatan pasos sensuales, extiende la mano hacia Marakov quién la ayuda a bajar de la mesa y vuelve hacia el escenario meneando las caderas —no me molestaría tener este papel por un tiempo
—Concéntrate Marakov y después podrás desahogar tu polla donde quieras —tomo un sorbo del whisky, habiendo captado a mi objetivo.
Esta prueba se trata de conseguir las huellas de un proxeneta que ya hace mucho tiene varios delitos en su contra pero con sólo especulaciones, le fue imposible para la policía común hacerse cargo, esto no es de algo que nos tengamos que involucrar, Moscú siempre tuvo proxenetas y muchas de esas mujeres eligen esa vida porque así lo desean ya que no todos gozan con una vida privilegiada.
Pero una cosa es ganar dinero del sexo y otra ya es matarla por no controlar las malditas drogas que rondan en tu negocio, sin contar que tiene negocios con mafiosos dejándoles mover su mierda con total libertad, “si estos se multiplican como cucarachas". Tenemos que conseguir algún tipo de ADN o huella para poder involucrarlo en las muertes, el maldito no está registrado en el sistema, así que por eso se libra, "seras quien me dará la victoria sobre esa hacker"
—Coronel, la cri…—se detiene —el auto de la Comandante Vélez acaba de pasar de largo del club —me comunican a través de la radio oculta en mi oreja, no evito fruncir el ceño ya que con esa hacker no se sabe que carajos esperarse.
—Sigue el auto e informarme cualquier novedad —ordeno, la música cambia al igual que el cuerpo de baile, Beyoncé anima el lugar, mujeres y hombres empiezan a llenar cada parte del escenario, las luces alumbran a juego con la música, mi objetivo muestra cierto interés por el cuerpo de baile y se que pujara por este cuando termine el tercer número.
Mi vista se va hacia la segunda planta donde nadie sin excepción de los dueños del club pueden subir, todo está cubierto de vidrios, son ventanales que de seguro quien esté arriba puede ver todo con detalle a excepción del escenario. Según informes, el club es parte de un conglomerado de negocios, donde el dueño aún mantiene el anonimato pero que a demostrado ser todo un erudito al momento de adquirir empresas.
Puedo ver cierta sombra que se mueve, al tener los vidrios medio oscuros no se puede ver bien si la persona es hombre o mujer, “el engreído no vigila el espectáculo ya que está seguro que es uno que entretiene”.
La canción cambia dando así paso al último número, detallo como Handel consiguió ser la camarera que atendiera al objetivo pero este se cuida bastante que usa guantes al momento de usar el vaso, “si puede conseguir el vaso, tendremos su ADN", pero con los tres guardias será difícil, necesito atraer su atención para que venga a mi mesa y aquí poder realizar el cambio.
Imbécil no es, ya que no permite ni que las bailarinas se acerquen, protege todo lo que toca sin perderlo de vista, “pero si le quito su ganancia, peleará por ganármela”.
Una bailarina se acerca sentándose en mi regazo, guía mis manos a su cuerpo que desliza por sus costados, tiene la piel suave y blanquecina, labios de un rojo intenso que no puedo negar que despierté cierto interés, cabello rubio y ojos negros, deja un escaso roce de sus labios en mi mejilla antes de levantarse y seguir con su baile, me acomodo un poco el pantalón ya que mi miembro muchas veces tiene mente propia que se despierta en momentos menos indicados.
Al iniciar la puja como predije el hombre empieza a querer conseguir el cuerpo de baile número 2, la sumas son altas que alguien con un sueldo normal jamás se podría permitir, el cuerpo de baile se sorprende por la cantidad que están oyendo, "sólo son inocentes que no saben que su suerte dependerá de quien de más dinero". Quien dirige la puja pide un momento y alguien se acerca a hablarle al oído.
—Me acaban de informar que el cuerpo de baile 2 y 3 acaban de ser comprados —mi mandíbula se tensa ya que sin eso mi estrategia se fue al maldito caño, mi objetivo se ve claramente molesto, pero un hombre de traje se acerca a su mesa dándole un saludo cordial, no puedo leer bien que dice pero el semblante del proxeneta se relaja, agarra su vaso y acompaña al hombre dirigiéndose hacia la parte de arriba
—Handel muévete y consigue saber que esta ocurriendo arriba —ordeno conteniendo mi rabia, “infiltrar a alguien arriba es algo que está complicado”, pero cuando veo al cuerpo de baile se me ocurre algo, "si mezclo a Handel en medio puedo obtener algo del maldito". Con eso en mente empiezo a planear bien que mandar y el como proceder.
Me quedo sentado un momento relajado, mi objetivo entra y por las sombras noto que ya se está saludando con el dueño del club, "bien hora de moverse".
Cuando intento levantarme es que dos disparos suenan alertando a todos, convirtiendo el lugar en un caos, levanto la vista hacia las ventanas y despacio se deslizan dando la imagen de la maldita pelinegra que no había visto en toda la noche. Esta me sonríe y hace una señal con su mano “3 a 0”, siento que la presión que estoy haciendo con mis muelas me las va a partir y sin importarme ya un carajo nada, subo hasta la segunda planta, cuando intento ir hasta la puerta dos guardias me detienen, pero los derribo, a uno le doblo el brazo mientras que al otro lo dejó inconsciente con tres golpes en la cabeza, derribo la puerta y veo a la desgraciada sentada, fumando mientras que el objetivo esta amordazado y sus guardias con una bala en la cabeza cada uno.
—Llegas tarde para la diversión muñequito —sus compañeras están a sus lados de igual forma conteniendo una expresión divertida
—Como?
—Un buen mago no revela sus secretos —dice, me hace una señal hacia el objetivo —tómale las huellas, obtén su saliva o desángralo, ya hice el trabajo duro aquí —se levanta para salir pero me pongo en su camino.
—Como? —vuelvo a repetir y me contengo que agarrarle el cuello con fuerza.
—Crees que no sabía que estabas vigilando mis movimientos para impedir que entrará —dice —mala estrategia el querer vigilar a quien aprendió a ocultarse desde niña —sus ojos ambarinos destilan frialdad, puedo saber bien a qué se refiere.
El escuadrón fantasma era un experimento que empezó la FEE, que consistía en entrenar a agentes desde pequeños con los métodos más brutales y extremos, creando soldados que ansiaran tanto la sangre que la palabra 《conciencia》se borrara de su sistema, “ellas no fueron entrenadas para proteger sino para asesinar", de ahí el sobrenombre de sicarios de la milicia, persona que se oponía a la FEE, persona que terminaba muerta o con una amenaza que jamás lo dejaría vivir tranquilo sin tener que ver sobre su hombro.
—Como entraste entonces? —ella sonríe y retrocede hasta apoyarse en el marcó de la ventana
—Sería muy ilógico que no pueda entrar en mi propio negocio o bueno hasta que se dé cuenta el verdadero dueño —desvío mi mirada hasta la castaña que solo me sonríe, la rubia ve a Marakov quién no le quita la vista enfurecida. Estas tres mujeres pusieron de malas a toda la central en solo unas horas pero también me dio un vistazo general de todo el alcance de sus habilidades, me acerco de nuevo hacia Alondra quien levanta el mentón airosa.
—Bien jugado, hacker de mierda, espero que no flaquees al estar a mi mando.
—Se te olvida que aquí la Comandante soy yo.
—De un escuadrón ya disuelto —le aclaro —tu título solo sirve con esas dos, todos los demás solo siguen mis órdenes a menos que llegues a ganártelos cosa que dudo ya que tu actitud y acciones no abren paso a eso —su semblante se pone serio ya ella misma sabe como funcionan las cosas en la milicia, "si desea que su título vuelva a tener peso tiene que hacer que mis soldados la sigan" —voy a sacarte tanto jugo y cuando esto acabe disfrutaré el encerrarte —ella se ríe echando la cabeza hacia atrás para que después agarrar mi corbata con fuerza.
—Veremos quién disfruta de quien, muñequito —Alondra Vélez se convirtió en mi nuevo interés, uno que destripare despacio y con gusto, porque a pesar de todas sus habilidades sigue siendo una mujer, y ninguna es inmune a la conquista de un hombre, “te tendré a mis pies revelándome de buena gana todo lo que deseo, Alondra".
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