Capitulo Único.
— ¿De qué quieres hablar hoy?
— Agradecería el silencio —conteste reacio.
— Bueno, señor Min, si no hay iniciativa propia, tendré que seguir con las preguntas que no me ha contestado.
— Y seguiré sin contestarlas, señorita Han.
— ¿Sabe por qué lo enviaron aquí? —comenzó nuevamente, no entiendo porque me enviaron precisamente con ella, aunque, muchas veces me pierdo en sus ojos— ¿Lo sabe?
— Ni idea.
— Bang PDmin lo ha notado algo, ¿cómo dijo?, perdido.
— No he estado perdido, están acostumbrados a que haga trabajo en exceso, y últimamente solo quiero dormir.
— ¿Dormir? —anoto en su libreta— ¿Por eso abuso de los somníferos?
— ¡Yo no abuse ni mierdas!
— ¿Alguna vez ha pensado en suicidarse, señor Min?
Y la pregunta detonó una rabia y frustración en mí, sus ojos se posaron en mi persona esperando una respuesta, me sentí ofuscado y me levanté del sofá yendo hasta el ventanal, claro que lo he intentado. ¿Quién no?
Las ideas comenzaron a temprana edad, mis padres me llevaron a un psicólogo porque según ellos no me reconocían, yo no era el hijo que habían criado, y solo, por decidir querer hacer música.
Pero el asunto es, que ahora las ganas de suicidarme parecían más fuertes que antes.
El aroma de su perfume se acerca, y pronto puedo ver su reflejo en el cristal frente a mí.
— Hace seis años, llegó a mi vida una chica —apreté con fuerza mi hombro— llegó a mi vida de una forma agresiva y poniendo mi mundo de cabeza, junto a ella deje de tener miedo, deje de pensar en querer terminar con mi vida, nos enamoramos como unos idiotas —sonreí— prometimos siempre estar uno al lado del otro, y hacer nuestras vidas juntos.
— Esa historia ya la había oído —bajo su cabeza en decepción.
— Pero por cuestiones del destino, yo vine a Seúl, queriendo ser reconocido, famoso, y cumplir mis sueños, y ella se quedó en Daegu jurando esperarme, prometiendo que nadie más estaría en su vida y sería paciente para mí.
— Señor Min, creo que es tiempo de… —se alejó de mí
— Quería oírme, señorita Han —le interrumpí— esto es todo lo que tengo para decir —tomó su libreta y camino al escritorio.
— La sesión terminó —dijo en un hilo de voz, el reloj de arena me gritaba que aún quedaban al menos treinta minutos.
— Maldición, Han SunHee, por qué aceptaste que yo fuera tu paciente.
— ¿Por qué no?, este es mi trabajo —aclaró
Nos miramos como dos feroces contrincantes, dicen que del amor al odio hay un solo paso, confirmó esas palabras, nosotros somos la prueba viviente de ello.
Flashback
— No pierdas esta oportunidad, Oppa.
— No quiero dejarte aquí, sola.
— Pero yo no me moveré de aquí, vé, hazte famoso y yo esperaré por tí, no habrá otro hombre en mi vida más que tú.
— ¿Y si vas conmigo?
— Solo seré una carga para tí —tomo mi rostro con sus manitas, pegó nuestras frentes y cerró sus ojos— juro por el amor que te tengo que esperaré por tí.
— Te amo, SunHee.
— Yo te amo más Min YoonGi.
Fin Flashback
— ¿Por qué PDmin me envió contigo?
— Pregúntaselo a él.
— Te pregunto a ti, ahorrame el trabajo de ir hasta él y preguntarle.
— Es mi hora de salida, señor Min.
— Déjate de honoríficos, tú y yo sabemos perfectamente que cuando lo dices está lleno de sarcasmo.
— ¿Que clase de persona crees que soy? ¿Por qué de pronto tu odio creció hacia mi? Yo debería odiarte a morir y querer destruirte.
— ¿Destruirme?, ¿Acaso no lo has hecho? —su pecho se eleva agitado.
— Ya no te reconozco.
— Firma mi alta, ¡Fírmala ya, que no quiero volver a ver tu rostro! —entonces, las lágrimas bajaron por sus mejillas.
— Bien, es lo mejor, había sido un mes horrible contigo cada semana.
Giro hacia el archivador y busco los documentos, por un momento dudó en poner la firma, limpió sus lágrimas con rabia se acercó y dejó los papeles apoyados en mi pecho, por inercia, apoyé mi mano sobre la de ella, está tibia, tal y como la recordaba.
— No dudes en venir si necesitas algo.
¿Qué hice?
Su mano comienza a deslizarse por mi pecho, dudosa, lenta, no quiere apartarse, pero se detiene y se acerca para abrazarme.
— Cuídate Min, fue un gusto volver a verte —susurra en mi pecho, se aleja y camina directo al sofá dónde los cojines están desordenados.
Orgulloso camino hasta la puerta y terminó por salir, un quejido y el llanto se desata del otro lado, fui duro con mis palabras, pero es mejor así.
Llego hasta mi auto, y el chófer comienza a manejar.
Flashback
— ¿Irás a Daegu? —preguntó Tae.
— No, hay mucho trabajo, mis padres lo entenderán
— ¿Qué hay de la chica con la que salías? —Namjoon preguntó mientras tenía la mirada fija en un libro.
— ¿Hyung tiene novia? —cuestiono Jimin
La curiosidad despertó en todos, yo solo mire con molestia a Nam, era el único que lo sabía y ahora todos se enteran de ello, él se acomodo en el sofá y evitó mi mirada, sabía perfectamente que no me gustaba hablar de mi vida privada.
— Tengo un asunto que resolver —dije y me levanté para ir a mi estudio.
— Bueno, creo que no sabremos de ella —dijo Jin al ver que salía por la puerta.
Había prometido ir por ella cuando me volviera famoso, cuando estuviera estable, eso fue hace cuatro años, y nunca la he llamado siquiera.
Fin Flashback
Tengo un sentimiento extraño, algo no me cuadra, PDmin sabía de mi historia, la chica que me atropelló mientras trabajaba, de la que me enamore en ese accidente, sabía nombre y apellido, entonces, ¿Por qué me envió con ella al enterarse que era psiquiatra?
— Señor Hwan
— ¿Sí, señor Min?
— ¿Por qué con ella?
— ¿Perdón?, no comprendo su pregunta.
— Habiendo tantos en su profesión, ¿Por qué con Han SunHee?
— Ah!, eso, ella le ofreció el servicio a PDmin gratuito para cualquiera de sus miembros.
— ¿Qué?
— Lo que sé, es que ella llegó con su diploma en mano, las mejores calificaciones, asistencias, cursos y reconocimientos, dijo que atendería a cualquiera de la empresa gratis, con una condición, que le dé clínica en la que trabaja.
Entonces no fue PD quien me envió con ella, al contrario, Han SunHee lo busco para algo, SunHee esconde un secreto y no sé si quiero saberlo.
— Da la vuelta
— ¿Señor?
— Regresa a la clínica —el auto giró en “U” con brusquedad.
No quiero saber sus razones, no me interesan, pero tendrá que oírme, he guardado este sentimiento de rabia hacia ella muchos años, y me está destruyendo.
Flashback
— Hola Oppa —escuche su voz a mis espaldas, la sonrisa que tenía en mi rostro desvaneció por completo.
Gire en mi eje y me quedé viéndola, se veía tan hermosa como la primera vez que la ví, y quise correr a su encuentro, besarla y publicar en todos los medios que es el amor de mi vida.
— Creo que deberíamos subir, en el lobby hay muchas fans —dije, en ese momento fui testigo de cómo su brillo se apagó lentamente, la sonrisa en su rostro se volvió una mueca, y toda esa aura brillante que desprendía, se desvaneció en el aire como si nada.
— Yoongi —murmuro y me acerque un paso a ella.
— No quiero volver a verte, aléjate de mí.
Y antes de verla llorar decidí irme, y dejarla en su desdicha sin ninguna explicación, jure ir por ella, jure hacerla feliz, ella vino por mi cuando yo no fui capaz de enfrentarla, y en vez de rogar perdón, la destruí más.
Fin Flashback
— Si, señor, ya no debe pedirle que vuelva aquí, mucho menos mentir sobre el arriendo, decidí hacer un viaje.
La puerta de su oficina estaba semi abierta, su voz suena defectuosa, rara, congestionada. Decido empujar la entrada e ingresar para interrumpirle, pero está de espaldas a mí y no puede verme y como un espía decido escuchar la conversación.
— Gracias por la oportunidad, finalmente, no pude decirle nada, él no quiere verme y tampoco puedo obligar, pero, gracias por su ayuda… nuevamente, muchas gracias.
Colgó del teléfono y luego dió un suspiro, su silla giró y se quedó pasmado al verme conteniendo el aire, sus ojos están enrojecidos, el maquillaje corrido, y un fuerte dolor se apoderó de mi pecho al verle así.
— YoonGi —murmuró y luego se levantó lentamente.
— Vengo por treinta minutos que me faltaron.
— ¿Tus que? —pregunto sin entender, tomé el reloj de arena entre mis dedos y lo gire, haciendo que cada granito cayera por la gravedad.
Caminé hasta el sofá dónde siempre me recuesto, y ella tomó su libreta.
— Cuando era pequeño siempre me sentía minoría, me proponía algo y nunca lo cumplía debido a los recursos, quería muchas cosas, y nunca pude, mis padres son buenos, pero eso no evita que me regañen y digan cosas que me duelen, por lo que a mis trece, comencé a tener pensamientos suicidas.
— Sucedió algún evento importante para ello.
— Nada en especial, pero esos pensamientos se detuvieron cuando tuve mi accidente —escuche un clic entonces mire en su dirección.
— Lo siento, la punta del boli se rompió, prosiga.
— Cuando conocí a ella, en ese fatídico accidente, trabajaba para costear mis cosas, y un carro se pasó un pare y me chocó, ella bajo muy preocupada y llorando, tenía un golpe en su mejilla y decidí que no sería bueno reprocharle lo sucedido, estuvo conmigo en todo momento incluso después que me dieran el alta me perseguía pidiéndome perdón.
— Lo recuerdo —murmuró con una sonrisa, mi corazón explota.
— Luego me enteré que arrancó de su novio que…
— Eso no es relevante —cambió su tono a uno más severo— sigamos contigo.
— Fui muy feliz a su lado, creo que nunca había sido tan feliz en mi vida y haría todo por ella, así que decidí volverme famoso para poder hacerme cargo de ella y juntos ser felices.
— ¿Y qué sucedió? — no pude evitar verla, estaba atenta a mis palabras.
— La ví siendo más feliz que cuando era conmigo —esta vez, fui yo quien lloro ahora— a los dos años de estar en BigHit pedí permiso para ir por ella, ya tenía un departamento, y la quería conmigo, pero cuando llegue a la que era nuestra casa, ella jugaba con un bebé, y un chico en el parque, supe que ya era tarde para mí.
Bajó su mirada al cuadernillo y el silencio nos invadió, moví mi cuerpo para pasar de acostado a estar sentado.
— Entonces volví a Seúl, y los pensamientos volvieron a aparecer, no fui suficiente para ella, me falló y comencé a odiarla, aún así, me volví famoso, un gran Idol, cruzamos fronteras, otros Idols nos reverenciaban, y tenía una larga lista de personas que morían por una de mis canciones o incluso una colaboración, pero nada me llenaba ni me hacía tanto bien como ella.
— Deberías hacer una canción —dijo para levantar su mirada.
— Ya está escrita —respondí, siento un gran alivio en mi interior.
— ¿Algo más que aportar?
— Soy admirado por muchos, SunHee, los Haters callan cuando rapeo, tengo canciones que podría desechar sin razón, millones en el banco, busca mi nombre en internet y más de cien páginas hablarán de mí, pero nunca encontré la explicación de tu traición.
— Yo no te traicione, nunca lo haría.
— ¡Yo te ví! —grite haciéndola exaltar— ¿Por qué?
— Nada te costaba acercarte y pedir explicaciones.
— ¿Por qué lo haría?, estaba muy claro que fuiste tú quien falló, ¿Quieres saber por qué volví ahora? —me levanté y camine hasta ella
— Te escucho.
— Porque quiero estar con la conciencia tranquila, porque si algún día me vuelves a ver, será en mi funeral, por qué las ganas de suicidarme son tan fuertes como tu traición.
— Yoongi yo no…
— Los treinta minutos acabaron —se levantó rápido cruzando mi camino.
— Si no me dejas hablar ahora nunca más volverás a verme.
— Que te vaya bien en tu viaje señorita Han —desvió la mirada conteniendo las lágrimas.
Caminé decidido a la puerta, llenándome de miles de recuerdos del pasado que extraño junto a ella, su sonrisa, sus ojos, sus labios, la manera en la que me despertaba llenándome de besos, y ahora pareciera que el aire me falta.
— ¿Cómo se llama la canción?
— The Last.
— Buena suerte señor Min, estoy segura que encontrará la manera de superar todo —dijo y su tono de voz era de orgullo— estoy segura que encontrará la manera de saber, que yo nunca lo traicione, por qué te amo Yoongi, y eso nunca cambiará.
Sus palabras me rompieron en mil pedazos, seguía negándolo, mofe con ironía y salí en definitivo de ahí para nunca más volver.
Dos días después
— Hyung, te llegó un paquete —Tae interrumpió mi trabajo.
— Pásalo al staff.
— Te lo envío PDmin
— ¿BangPD? —gire en mi silla dudoso, generalmente él no nos envía paquetes.
— Creo que estaba yendo al aeropuerto en éste momento, dijeron que despediría a una amiga.
— ¿Qué será? —tome una navaja y abrí la cajita, en ella, había fotografías por montones.
¿Qué era todo esto?
Las imágenes eran de un bebé, con fechas cada mes y año.
— Oye, se parece a ti cuando eras pequeño.
— Mm —conteste concentrado viendo las fotografías.
En una de ellas estaba SunHee junto al bebé en una carreola, esa ropa en específico, se parecía mucho a la que traía cuando vino por primera vez a verme a la empresa.
En otra, estaba aquel chico con el que la ví hace años, no entendía nada, entonces lo llame.
— Hola
— BangPD —reclame.
— Él es su hermano mayor, quien le ayudó con el bebé cuando sus padres la echaron de casa al saber de su embarazo.
— ¿Dónde está? —me levanté del sofá para correr hasta dónde fuera.
— Ya es tarde Yoon, el avión acaba de despegar.
— ¿Por que no me lo dijiste antes? —le grité
— Porque ella quería ser quien te diera la noticia, vine a detenerla pero no pude.
Finalmente el mundo se me vino abajo, tuve la última oportunidad, y la desprecie solo por no quererla escuchar.
Ahora ya no tenía nada, más que un montón de imágenes de la familia que perdí, la familia que pudo salvarme de tantas cosas.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro