El hombre estaba esperando afuera y aún faltaban palabras por escribir pero Hoseok no se detendría hasta dejar detallado todo. Min ho, su hijo, entró corriendo a palacio a avisarle que si quería entregar aquella carta debía hacerlo en ese instante, no le quedó otra alternativa que salir corriendo mientras escribía las últimas palabras de una manera desprolija pero la intención contaba; después de tantas arduas investigaciones, no podía esperar más por enviar la carta. Llegó a tiempo y se despidió con una sonrisa al haber logrado su cometido, ahora debía esperar por una respuesta. 

Pasaron tres meses desde ese día y la respuesta jamás llegó, una parte de él lo intuía y la otra aún mantenía la esperanza. 

—Solo me equivoqué en la dirección, estoy seguro —Hoseok miró al cielo mientras suspiraba— al menos lo intenté.

—¡El señor Kenji está aquí! —corrió a abrir la puerta para recibir la correspondencia. El hombre le sonrió y le entregó tres sobres— muchas gracias ¿Quiere que lo ayude a bajar las escaleras? Viene pocas veces y aún no debe acostumbrarse a subir tantas escaleras.

—Si le digo la verdad —el hombre estornudo— con solo leer su dirección me da cansancio pero mi trabajo está hecho, gracias pero estoy bien —rascó su nariz cuando sintió otro estornudo venir— lo siento, soy alérgico a las camelias. En fin, aún puedo bajar solo así que nos vemos pronto —el hombre se despidió y abandonó el terreno de la pareja. 

Dos de los sobres trataban de la confirmación de la compra de terneros y calabazas que hicieron hace unas semanas, probablemente llegarán pronto y tendrán trabajo que hacer. El tercer sobre le llamó la atención porque solo tenía un sol dibujado en el centro, no tenía nombre ni dirección.

—Tal vez se equivocaron —sirvió dos vasos con agua y salió de la casa, el pequeño huerto crecía rápidamente y el establo aumentaba el número de animales. Su vista se detuvo en la espalda de su pareja, estaba relajado, podía notarlo en la manera de respirar y en la concentración hacia la naturaleza —Llegó un sobre extraño ¿Lo abrimos juntos? —se sentó a su lado y le extendió el objeto. 

—Claro —abrió el sobre y sacó la carta de su interior— ¿No sabes quién la envió? 

—No tiene nombre, solo había un dibujo de un sol. Lee en voz alta, tal vez lo sepamos a través del texto, de lo contrario, sabremos el chisme de alguien más —rió.

—”Hola ¿Cómo están? Seré breve, no quisiera decir cosas de más y causar problemas a terceros en caso de haberme equivocado, por eso, no colocaré ningún nombre pero me aseguraré de que entiendan bien todo. Han pasado muchas cosas en casa y aunque aquí todos tienen opiniones distintas sobre ustedes, me hubiera gustado que hubiesen estado presentes en esos momentos; así que, les dejaré un resumen. Ellos se casaron y están muy enamorados, realmente son felices juntos, el hijo de él es todo un caballero y está loco por mi hija ¿pueden creerlo? quiero ser el padre celoso pero sé que es un buen chico y estoy seguro que ambos serán una linda pareja, por cierto, tuve otro hijo y aunque por ahora no quiera seguir con la tradición de ser pintor, estoy muy orgulloso de él. Nuestro hogar es muy conocido y muchas personas quieren ser nuestros compañeros, supongo que eso ya lo sabes, las noticias corren muy rápido. Volviendo a nuestros amigos, ejercen su puesto increíblemente, son tan comprensivos y siempre escuchan la opinión del otro antes de tomar una decisión. Por último, ayer él habló conmigo, sabes a quien me refiero; me contó de la carta que escribiste, admitió que no la había leído durante todos estos años pero finalmente decidió hacerlo, dijo que fue al río donde solían jugar a escondidas de sus padres, quemó la carta y se despidió de tí. ¿Lo entiendes? él pudo perdonarte, por eso, tú también deberías perdonate y… volver a casa. A pesar de todo, ellos y yo te extrañamos mucho, hasta creo que no les molestaría ver a tu esposo. De hecho, hay una cosa que no te he contado pero voy a mantenerlo en secreto hasta que regreses a escucharlo por tí mismo. En fin, anhelo no haberme equivocado y que esta carta haya llegado a las manos correctas, confío en mis investigaciones, me llevó tiempo encontrar tu paradero ¿Cuántos reinos tienen montañas con el nombre Butterfly? muchas, ¿hay extranjeros o ciudadanos natales? ambos, ¿hay casas en esas montañas? sí, demasiadas ¿en cuántas de esas viven dos hombres amargados que no simpatizan con los vecinos porque les gusta el silencio? encontré una respuesta. Eso es todo lo que tengo para decir; con cariño, un adorable amigo”.

—¿Estás llorando? —rió al ver las evidentes lágrimas en el rostro de su pareja.

—¿Podrías traerme la muleta? quisiera dar una vuelta —respondió evitando la pregunta.

—Claro, enseguida vuelvo anciano llorón —corrió a la casa y minutos después volvió con una muleta— déjame ayudarte —lo levantó del suelo y dejó que el otro pusiera su brazo en el hombro— estás pesado —rió.

—No es mi culpa no tener un brazo y una pierna que me ayuden a caminar correctamente, es tu culpa.

—Si no hubiese vuelto a buscarte no estarías aquí hoy, malhumorado. En cuanto a la carta… ¿Irás de visita? puedo esperarte aquí, aunque me hayan nombrado no creo que estén muy contentos de verme —rió nervioso— pero tu necesitas verlos, lo sé. 

—Estamos bien así, saber que tengo su perdón a pesar de todo me provoca una sensación de paz inigualable pero lo mejor es dejar todo como está ¿Vamos a dar un paseo Jimin? 

—Por supuesto, Yoongi hyung.