6: Invernadero
Los días pasan con rapidez o tal vez son solo los nervios de Namjoon, quien empezaba a sentir que no logrará terminar a tiempo.
El clima se encontraba lluvioso y algo fresco pero eso no impedía que el movimiento en el castillo frenara, todos iban de aquí para allá sin descansar ya que la boda se acercaba a pasos apresurados. Seokjin estaba en su habitación aburrido por no poder hacer nada ya que los organizadores del casamiento, junto a su madre, lo llamaban cada ciertos minutos para que tomara una decisión, ya sea con la decoración, la música o los invitados. La situación traía bastante estresado al príncipe debido a que él solo quería pasar el tiempo en el jardín o incluso con Adin, quien no se encontraba en el Palacio por razones personales. Otra razón por la cual Seokjin se sentía inquieto, el no saber qué ocurría con su prometida, lo único que le calmaba, era que ella prometió contarle todo cuando volviera a Abyss.
Cansado de pasar el día solo en su habitación, el príncipe decidió ir a entretenerse con lo que sea que se le ocurriese y por arte de magia, un nombre apareció en su cabeza,uno en el cual no había pensado estos últimos días..Namjoon. Con una sonrisa, fue directo a la cocina a buscar algo de comida y luego se dirigió hacia donde estaba el sastre. Apenas puso un pie dentro de la habitación, captó la atención de Namjoon. El joven príncipe pudo notar como los ojos del otro chico se posaron en él al instante de que entró al lugar y la sonrisa que apareció en su rostro, lo hizo sentir feliz y menos estresado.
—Buenas tardes, su majestad. ¿Qué le trae por aquí? Para su buena noticia, he avanzado bastante en el vestido aunque aún considero que el tiempo me está jugando en contra —El joven soltó una risa porque noto todas las cosas que había soltado en unos segundos debido a un repentino nerviosismo.
—Seokjin se rió— Buenas tardes Nam, me alegra que hayas avanzado y aunque estoy viendo tu inquietud por el tiempo, vengo a hacerte sentir peor —Seokjin sonrió y Namjoon no entendió las palabras del príncipe.
—¿Qué quiere decir?
—Vengo a proponerte un largo descanso. ¿Qué te parece si nos vamos por unas horas y salimos a hacer algo? Considero que has trabajado muy duro y yo no tengo mucho por hacer, podríamos divertirnos.
—No creo que sea adecuado ¿Qué tal si el rey nos descubre? o incluso... ¿Yoongi? Creerán que fui yo quien lo obligó a desobedecer las órdenes del rey sobre salir afuera.
—Espera... ¿Cómo sabes que hoy no se me permitió salir?
—Disculpe, pero cuando llegué esta mañana escuché al rey decir que no te dejaran salir porque el clima no era bueno y podrías llegar a enfermar y tu salud es importante, mucho más ahora que la ceremonia se acerca, así que los sirvientes aceptaron tenerte vigilado, porque al parecer eres algo travieso —Namjoon rió aunque al segundo se calló pensando que sus palabras eran una falta de respeto hacia el príncipe mas la risa de Seokjin fue lo único que escucho, algo que lo hizo sentir feliz y aliviado.
—Lamento que hayas tenido que escuchar eso pero para tu información, soy muy tranquilo y siempre obedezco lo que se me ordena.
—Entonces porque dijo que... —Namjoon fue interrumpido por Seokjin.
—Pero hoy no, porque tu y yo iremos a uno de mis sitios favoritos —Seokjin le hizo una seña al sastre para que este lo siguiera mientras se dirigía a la puerta— ¿Vienes?
—Sí...
A Namjoon le hubiera gustado saber porque la voz de Seokjin resultaba algo mágica para sus oídos. Cuando Namjoon se levantó de la mesa de trabajo, el príncipe pudo notar que su ropa se encontraba algo húmeda y de inmediato frunció el ceño algo molesto.
—¿Tus ropas están húmedas? ¿Acaso no se te entregó una vestimenta limpia y seca cuando llegaste a Palacio esta mañana?
—Mmm no, tampoco veo porque sería necesario —Namjoon se sentía algo incómodo.
—Pasaremos primero por mi habitación y luego iremos al lugar del que te hablo —Seokjin tomó la mano de Namjoon y lo arrastró por el pasillo hasta las escaleras. Luego de unos minutos, llegaron a la habitación del príncipe.
—Este castillo es enorme —comentó Namjoon mientras esperaban a que el guardia abriera la habitación de Seokjin, ya que al parecer estaba cerrado con llave.
—Lo es, aunque solo has podido apreciar una parte de el, pero no te preocupes porque algún día te daré un recorrido por el resto del Palacio —Seokjin abrió la puerta una vez que esta estaba sin llave. El sastre permaneció estático en la puerta, incapaz de poner un pie en la habitación del príncipe pero Seokjin lo supuso y volvió a tomar su mano para adentrarlo a su cuarto— Te prestaré alguna prenda mía —Namjoon abrió los ojos sorprendido ante tal comentario.
—Debe estar bromeando, no podría ponerme algo que le pertenezca —Namjoon miro detalladamente el lugar.
—¿Por qué no? ¿Acaso planeas rechazar una oferta de mi parte? —Seokjin se puso enfrente del sastre y lo miró directo a los ojos— Creo que tengo el traje perfecto, no voy a mentirte puesto que me gustaría verte vestido como si fueras...
—¿Otro príncipe? —lo interrumpió Namjoon. Su voz sonaba algo seria y luego una risa tensa salió de sus labios— No lo veo muy adecuado ¿Que pasaría si el rey me ve? ¿O la reina? yo sería el perjudicado.
—Mi madre está demasiado ocupada organizando las cosas para el casamiento y mi padre se fue en busca de ciertas cosas al reino vecino hace unas horas —Seokjin se alejó de Namjoon para irse al enorme armario— De todas maneras, si yo decido vestirte con mi ropa, es mi decisión y por supuesto, también la tuya —Seokjin sacó una vestimenta que Namjoon no alcanzó a ver muy bien— Lo encontré, ve al baño y póntelo —Seokjin se acercó nuevamente al chico y dejó la ropa doblada en sus manos— Por favor..
Namjoon asintió y se fue al baño. Luego de unos minutos, el joven salió listo. Seokjin le sonrió y se acercó a él.
—Déjame ayudarte con esto —las ágiles manos de Seokjin acomodaron unas diminutas cadenas que se cruzaban para cerrar un poco más la prenda— Así te queda perfecto, serías un elegante príncipe Namjoonie —el nombrado sintió sus mejillas ponerse coloradas al notar el reciente apodo— Saldremos corriendo para que nadie nos vea —hablo Seokjin nuevamente.
—Creo que así nos verán más fácil ¿Por qué mejor no vamos con cuidado?
—Le quitas la emoción Nam, tu solo sigueme —Seokjin tomó la mano de Namjoon y como lo hizo antes, lo llevó a rastras por el pasillo, ignorando los llamados de confusión del guardia que permanecía constantemente en la puerta de la habitación de Seokjin.
Luego de evitar a varios trabajadores que se encontraban en el palacio, Seokjin logró llegar a las puertas traseras del castillo y ambos fueron recibidos por una oleada de frío. Antes de que Namjoon pudiera acotar algo, Seokjin se metió a un pequeño cuarto y luego de unos segundos, salió con una sábana negra.
—Pondremos esto en nuestra cabeza para no mojarnos. Iremos hacia ese invernadero —Seokjin señaló al lugar.
—Se encuentra un poco lejos —Namjoon miraba a Seokjin esperando que este cambiara de opinión.
—¿Le temes al agua? —el príncipe se acercó demasiado para la perspectiva del sastre— A lo sumo nos mojaremos un poco, no pasa nada ¿Estás listo? —Namjoon asintió ante las palabras de Seokjin y esta vez, fue él quien tomó la mano del joven y lo guió hasta el invernadero.
Seokjin abrió la puerta de manera apresurada y ambos entraron. Por suerte, no se habían mojado mucho, tras una risa de parte de los dos por tal corrida bajo la lluvia y con una enorme sábana cubriendo sus cuerpos, fueron a caminar por el lugar. El invernadero era bastante grande y estaba cubierto de enredaderas, lo que hacía imposible observar para el exterior y viceversa.
—Este lugar se encuentra muy bien cuidado —Namjoon miraba para todos lados.
—Hay jardineros especiales que lo mantienen en perfecto estado pero cuando tengo tiempo, me gusta venir y cuidar de las plantas por mí mismo. Me costó bastante pero con el tiempo aprendí muchas cosas.
—Adoro las plantas pero por desgracia en el pueblo no hay grandes campos y los bosques están algo lejos, mi hogar tampoco cuenta con un jardín para plantarlos.
—Lamento mucho eso, pero si gustas, podrías venir aquí cuantas veces quieras —Seokjin sonrió y tomó asiento en una silla, ya que en el medio del lugar, había un elegante juego de sillas y una mesa en el medio. Acto seguido, Namjoon hizo lo mismo.
El silencio reino en el invernadero, algo realmente incómodo para los dos. Kim Namjoon pensaba ¿Y ahora qué? pero su mente dejó de formular preguntas cuando notó como los ojos de Seokjin se posaban en él, acción que lo puso nervioso.
—¿Sucede algo, su majestad?
—Te ves increíblemente bien en esas prendas —Namjoon sonrió en respuesta— Me gustaría que me llamaras Jin a partir de ahora —Namjoon asintió.
—Dentro de poco será tu casamiento —Namjoon sintió que su comentario estuvo de más en el momento que vio la ceja de Seokjin arquearse suavemente.
—Así es, Adin y yo estamos muy emocionados y ansiosos por tal día.
—Entiendo.
—¿Tienes pareja Namjoonie? —la pregunta dejó desconcertado al sastre.
—No, es algo que nunca le di importancia.
—¿Seguro? ¿Jamás tuviste sentimientos por alguien?
—No, jamás.
—Vaya, me sorprende.
—¿Puedo preguntar por qué?
—Eres alguien muy atractivo y amable. Las mujeres del pueblo deben estar locas si no se fijan en ti —Seokjin rió.
—¿Qué hay de usted? ¿Siempre estuvo enamorado de la princesa o hubo alguien más antes? —Namjoon pensó por un momento su siguiente pregunta— ¿Acaso... es un matrimonio arreglado? —el sastre sintió que su comentario pudo haber afectado al príncipe porque esté bajo su cabeza por unos minutos, pero luego volvió a mirarlo.
—Adin y yo estamos realmente enamorados, desde que somos niños. Debo decir que estas en lo correcto sobre un matrimonio arreglado pero es algo que nunca nos importó, puesto que ambos compartimos sentimientos.
—Tal vez eso ocurre porque nunca has conocido a otra persona que no fuera la princesa.
—No creo que eso sea cierto. He estado en muchas fiestas con otros reinos y tuve la oportunidad de hablar con otras princesas pero ninguna llamó mi atención como Adin.
—Entiendo —Namjoon sintió que debía dejar el tema ahí.
Ambos se asustaron en el momento que sintieron la puerta abrirse y ver el cuerpo de una persona entrar al lugar. Pero Seokjin pudo calmarse al instante al identificar a la persona entrometida.
—Hobi, ¿Qué te trae por estos lados?
—Lo siento Jin hyung, yo solo venía a pintar. El invernadero es un lugar precioso.
—Namjoonie, él es hijo del pintor personal del reino, Su nombre es Hoseok —sus ojos ahora miraron al recién llegado— él es nuestro nuevo sastre, Namjoon, quien hará los vestuarios para nuestra boda.
Hoseok se acercó a Namjoon le tendió su mano, acción que aceptó el sastre de inmediato.
—Un gusto conocerte, te deseo suerte para que guardes mucha paciencia para nuestro joven príncipe, suele ser algo... ¡Auch!
—Eso es por hablar de más Hobi —Jin le había dado un golpe en el hombro.
—Como sea, yo venía a pintar pero veo que el lugar se encuentra ocupado, ¿Debería retirarme?
Jin pensó por unos segundos —No, quiero que pintes algo.
—De acuerdo ¿De qué se trata?
—Quiero que retrates a Namjoonie. ¿Puedes hacerlo?
—Por supuesto que puedo Jin hyung, pero tomará unas horas. Aunque eso no me preocupa, es decir, tengo todo el tiempo.
Los ojos de Seokjin se concentraron en Namjoon.
—¿El tiempo te controla Nam? ¿Podrías quedarte unas horas más?
—Yo... Supongo que no hay problema. Pero... ¿Una pintura de mi? ¿No crees que...?
—Perfecto, quédate justo donde estás.
—¿Quieres que lo haga en uno de mis cuadernos? Es grande pero tampoco como si fuera una pintura del tamaño normal, ya sabes, aquellas pinturas grandes que conllevan mucho tiempo. De esta forma, terminaremos más rápido —Seokjin asintió a lo comentado por Hoseok-
El joven pintor le dijo a Namjoon que hiciera algún tipo de pose y luego de unos minutos, comenzó a pintar en su cuaderno. Seokjin se encontraba sentado detrás de Hoseok y su miraba se paseaba por Namjoon y por la pintura recién empezada.
—Te ves como todo un príncipe Kim Namjoon —comentó Seokjin, a lo que el sastre no pudo evitar sonreír de la vergüenza.
—Esta pintura quedará estupenda —comentó Hoseok muy concentrado.
—Confió en tí —añadió Seokjin.
Hoolis !
Espero que les guste 👑
<❤>
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