41: Kim Taehyung
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—Debemos volver a palacio, tengo que darte los libros para TaeTae.
—Así que... tu hijo.
Seokjin suspiró y acarició el cabello de Namjoon. Estaba mucho más apuesto, más grande. Aún no asimilaba verlo tan cerca suyo, no podía creer que por fin estaba con su amado —Tae es maravilloso, lo amarás.
—Estoy seguro de eso, si es hijo tuyo, debe haber heredado muchas de tus cualidades.
—Así es —Seokjin rió y se levantó— Iremos primero a la biblioteca para buscar el material de estudio, luego te mostraré tu cuarto. Podrás descansar ahí las horas que quieras, incluso puedes ir al pueblo pero recuerda que solo de 16 a 19 —acarició con sus dos manos el cuello de Namjoon.
El camino a la biblioteca fue silencioso, aún era demasiado para asimilar. Miles de preguntas circulaban por la mente de Namjoon pero quería confiar en Seokjin y esperar hasta saber la verdad porque ahora estaba al tanto de que algo realmente malo estaba sucediendo. Una vez dentro, Namjoon notó como algunos guardias los seguían de lejos pero Seokjin no se inmutaba, como si estuviera acostumbrado a eso. En la biblioteca, Kim le dio una pila de libros históricos y políticos.
—No quiero entrometerme en tu trabajo pero el objetivo es que Tae aprenda sobre la historia de Abyss, Uhgood y de los reinos vecinos. Además, los libros políticos cuentan con las reglas básicas que deberá cumplir como príncipe, el resto se lo enseñaré yo a medida que vaya creciendo.
—¿No es mucho para un niño que recién va a cumplir cinco años?
—Lo sé, a mi también me molesta pero tiene un deber que cumplir.
—Jinnie, eres su padre y el rey, si quieres cambiar la enseñanza que siempre inculcaron a los príncipes para darle una infancia más divertida a tu hijo, puedes hacerlo.
Seokjin hizo una mueca y por un momento Namjoon notó como las manos de Seokjin temblaron. Alarmado, sujetó firmemente su mano y le dio un beso rápido en la mejilla —Lo siento, haré lo que me digas.
Seokjin lo miró y una enorme batalla se llevó en su cabeza entre querer pedirle ser besado o quedarse callado. Estaban más cerca del salón principal y sabía que todos lo observaban disimuladamente y cuando la noche cayera... iba a sufrir las consecuencias.
El rey decidió seguir caminando hasta que se toparon con el cuarto en donde le darían clases a su hijo. Le mostró el lugar a Namjoon y una vez cerrada la puerta, se acercó a besar los labios del profesor Kim.
Las fuertes manos de Namjoon sujetaron la cintura ajena para dejarlo sentado en el escritorio. Seokjin apreso con sus piernas a Namjoon para pegarlo a él, eliminando la insufrible distancia que sus cuerpos ya no estaban dispuestos a vivir separados, ahora solo deseaban darse todo el cariño posible.
Namjoon besaba aquellos esponjosos labios como nunca antes lo había hecho. Una de sus manos viajó hasta la entrepierna del rey, en donde dio un leve apretón mientras con su otra mano sujetaba del cuello al rey, para profundizar el beso. Seokjin soltó un gemido estridente, tan fuerte que por un momento creyó sentir sus cuerdas vocales tensarse. Jamás imagino volver a sentir ese tipo de sensaciones.
—Eres deslumbrante, me pones loco.
—Namjoonie... Deberíamos frenar por si alguien viene.
Los dedos torpes de Namjoon acariciaban con más insistencia el miembro del rey y sin romper el contacto entre ellos, fue bajando hasta quedar arrodillado entre las piernas de Seokjin.
—J-joonie... ¿Qué haces?
Namjoon hizo una señal de silencio con su dedo pero antes de tener la oportunidad para bajar los pantalones ajenos, la puerta se abrió. Alarmado, se levantó y miró a la persona que los interrumpió, la reina Adin.
—N-nosotros no est...
—No hay tiempo, Baek está viniendo para acá. Será mejor que te vayas Jin y luego podrás venir cuando sea más de noche.
—Entiendo —Seokjin le dió una sonrisa tímida a Namjoon y salió apresurado por la puerta. Los ojos de Kim no se alejaron de la mirada de Adin.
—Intuyo que el guardia Baek trae algunos problemas ¿No es así?
—Me gustaría pedirte que solo te enfoques en los estudios de mi hijo y... —se acercó a Namjoon para darle un leve golpecito en el hombro— Hacer feliz a Jin.
—¿Qué?
La reina se despidió sin soltar ni una palabra más. Atónito, se sentó en la enorme silla que disponía el cuarto para poder revisar más cómodamente los libros. Intentaba concentrarse pero el rostro de Baek aparecía en su cabeza, creando sentimientos confusos en su interior. Suponía que era algún guardia que los padres de Adin habían puesto en el palacio para controlar en poner un orden en la relación entre el rey y la reina. Sin embargo, el comportamiento del guardia era difuso, a veces actuaba educado y respetuoso hacia Seokjin pero en otras ocasiones lucía más hostil. Sea lo que sea, debía confiar en Seokjin, aun si la actitud amable de Adin no ayudará a la extraña situación.
Pasó unas horas cuando la puerta volvió a abrirse para dejar ver la silueta del guardia. Este sonrió con indiferencia y tomó uno de los libros, sin quitarle la mirada a Kim —Veo que ya dispones del material, por si el rey Kim no te explicó con detalles, yo lo haré. Deberás enseñarle de lunes a viernes por la mañana. En cuanto al horario, decide tú.
—Puede ser de 8 am a 11 am.
—Me parece bien. No tienes que ir a buscar al príncipe Kim a su cuarto, alguien lo traerá aquí todas las mañanas.
Namjoon sonrió, ocasionando molestia en Baek —Creí que la reina Adin no me dejaría trabajar aquí, al menos eso dijiste.
—Ella ya habló conmigo y me dejó en claro que tenías permitido tomar el trabajo.
—¿Y Seokjin?
Baek rió —¿Hace falta preguntarle? Sabes bien la respuesta.
Namjoon asintió. Baek hizo una mueca e hizo la intención de irse del cuarto pero pronunció unas últimas palabras antes de salir —Acompáñame, voy a mostrarte tu habitación.
Ambos hombres salieron del lugar y luego de unos minutos silenciosos, llegaron a una parte alejada del palacio, en donde había varias puertas que llevaban a pequeños cuartos. Namjoon entendió que en esa área dormían todos los empleados.
Baek le entregó la llave y se fue sin decir nada más. Namjoon entró al cuarto y este lucía tan apagado que deseo poder volver con Seokjin.
Los pasillos eran eternos o al menos así lo percibía Seokjin a medida que caminaba por ellos hacia una sala en el tercer piso del castillo en donde Jungkook pasaba la mayor parte de su tiempo. El joven lo recibió con una sonrisa repleta de superioridad. Le ofreció asiento y le alcanzó una taza de té caliente.
Seokjin sentía que cada día se volvía un poco más loco. Las actitudes tan contrarias de aquel grupo lo alteraban. Jeon a veces actuaba amable y en otras ocasiones se volvía agresivo. El rey no sabía cómo tomar aquellas actitudes, sobre todo cuando Adin también estaba de acuerdo. La mujer solía decir que Jungkook tenía dos personalidades distintas, las mismas que Seokjin conocía.
—Mande a llamarte porque necesito que firmes unos documentos para llevar a cabo un acuerdo con el reino de Ego. ¿Te gustaría saber de qué va el acuerdo?
Seokjin enarcó una ceja.
—¿Tengo derecho?
Jungkook inclinó su cabeza para simular que estaba pensando —No, pero supongo que no hay ningún problema en contarte —sonrió. Seokjin juraba que aquella acción le provocó náuseas, por un lado parecía tierno e inocente pero sabía que en su interior, Jeon Jungkook era cruel— Ego puso los ojos en Abyss cuando las distintas exportaciones de frutas y telas fueron lanzadas, al parecer, los pueblerinos están haciendo un gran trabajo y los productos son de una calidad excelente. Enviaron mensajeros para pedir un acuerdo comercial y tras pensarlo con mis subordinados, llegamos a la conclusión que es un trato favorable para Abyss. ¿No es increíble? Ego es uno de los reinos más poderosos.
—Mi padre siempre quiso entablar algún tipo de relación con ellos pero jamás nos prestaron atención.
—Pues claro, Abyss antes era conocido por la amabilidad de tus padres mas no por el poder del reino pero eso ha cambiado, mi grupo ha hecho grandes cambios aquí y ahora Abyss es reconocido como se debe.
Seokjin se quedó en silencio y Jungkook soltó una risa amarga.
—Un “gracias” no estaría de más. Incluso deberías agradecerle a Adin por convencerme de dejar a Namjoon trabajar aquí.
—Nunca entendí porque quisieron apartarlo de mi.
—De hecho, no es para nada personal. ¿Si ubicas que debíamos tenerte sometido de alguna manera? Cuando mi hermano se enteró que tenías un amante, prefirió atacarte por ese lado.
—Baek supo insinuar que había un motivo de suma importancia para mantener a Namjoon lejos.
Jungkook rió con más ganas y terminó por provocar enojo a Seokjin pero jamás se atrevería a mostrarlo.
—Bueno, soy curioso y me tomé la libertad de investigar un poco a mis subordinados y con eso puedo deducir que Baek solo tenía celos —Jungkook volvió a reír— Supongo, deberías preguntarle.
—¿Qué?
Jungkook se acercó a Seokjin y con una mirada de niño chismoso, le susurró —Al parecer cuando Baek era un adolescente, estuvo enamorado de su antiguo mejor amigo y creo que tuvieron algún tipo de romance pero el padre de Baek se enteró y asesinó a golpes a su pareja.
Los ojos de Seokjin se abrieron de sorpresa.
—Quizás tiene celos que tú y Kim si podían estar juntos incluso cuando tu eres un rey casado. Baek es alguien dominante pero también prepotente por naturaleza, supongo que no supo medir sus emociones al ver que un rey era feliz con otro hombre, por eso descargó su ira en ustedes — Jungkook bostezo— o eso es lo que creo.
Seokjin sentía sus ojos arder, quería llorar.
—¿Ahora ya no van a utilizar a Namjoon para someterme?
—No me malinterpretes, él va a trabajar aquí pero no puedes mantener una relación. Creí que eso había quedado claro
—Jungkook bebió un poco de vino mirando hacia la ventana, luciendo desinteresado— aunque si no me entero... no le veo el problema —sonrió y Seokjin sentía su corazón latir a mil por hora— Adin hizo un trato conmigo, agradécele a ella.
La puerta se abrió y la mencionada entró con una sonrisa mientras tomaba de la mano a Taehyung.
Seokjin hizo una señal de saludo con su mano al menor y este rió contento. Por otro lado, el rey pudo notar como los ojos ojos de Jungkook se iluminaban al ver a Adin.
—¿Puedo retirarme? Le prometí a Tae llevarlo al jardín a jugar.
—Claro.
Seokjin le sonrió a Adin y salió con su hijo del cuarto.
—Papi, ¿Podemos ir a ver al señor Kim?
—Ese era mi plan —ambos rieron con complicidad.
Namjoon estaba acomodando sus libros cuando escuchó dos leves golpes en la puerta. Dejó su equipaje así nomás y fue a abrir. Felicidad recorrió sus entrañas al ver a Seokjin, aunque no esperaba verlo junto a tierno hijo.
—Hola Namjoonie, ¿Estás disponible?
—Sí, para ti siempre lo estoy.
Seokjin sintió sus mejillas arder y su hijo reía al ver la expresión vergonzosa de su padre. Sin duda Taehyung disfrutaba tanto ver a su padre sonriendo.
—Con TaeTae queríamos ir a jugar al jardín, ¿Quisieras venir?
Namjoon cerró la puerta de su cuarto sin pensarlo, le guiño un ojo al mayor y con eso dio una respuesta afirmativa.
Llevo como una hora intentando subir esto 😞
Créditos al respectivo autor del dibujo, me gustó porque era similar a una escena de este capítulo.
Espero que les este gustando.
<❤>
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