40: Namjoonie
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—Seokjin...
—Te lo explicaré —Seokjin dejó de abrazar al niño y le susurró algo al oído. El menor rió y se acercó a Namjoon, con sus ojitos destellando brillos de alegría.
—¿Serás mi profesor? Estoy muy feliz, me llamo Tae —le acercó su pequeña mano para que Namjoon le diera un apretón de saludo, este aceptó sin dudar.
—Mi nombre es Namjoon pero mis antiguos alumnos me decían Nam, tú también puedes llamarme así.
—Le darás clases a TaeTae de lunes a viernes durante la mañana y luego tendrás el resto de la tarde y noche libre.
—¿Cuantos años tienes Tae?
—Tengo cuatro.
—Casi cinco —aclaró Seokjin.
—Aún no lo proceso —Namjoon lucía perdido pero no dejó de sonreír en ningún momento, ya sea porque el niño era realmente adorable o porque no deseaba sentirse mal por algo tan lindo como tener un hijo y aun más si se trata del... hijo de Seokjin.
—¿Qué me enseñarás Nam?
—Esa es una gran pregunta y supongo que tu papá tiene la respuesta a eso.
—Te daré todos los libros necesarios pero más tarde, tú y yo tenemos mucho de qué hablar —y Namjoon jamás esperó verse envuelto en los brazos del rey, en un fuerte abrazo— Te extrañe tanto Namjoonie, no quiero alejarme de tí en todo el día.
—Papi... ¿Él es Namjoonie?
—un Tae curioso se acercó a los dos adultos, metiéndose entre medio de los dos y separándolos sin darse cuenta.
—Emm... sí.
—¡Tú eres el chocolate de mi papi! Yo sabía que ibas a venir, ¡Te lo dije papi! —el niño se acercó hasta abrazar las piernas de Namjoon debido a su baja estatura.
—Ahora si no entiendo nada...
La mujer que en un principio estaba con el niño, lo llevó a la cocina por su merienda, Seokjin quiso ir con él pero este le dijo que debía estar con su “chocolate”. Namjoon por alguna razón reía mientras que Seokjin tapaba sus mejillas del evidente sonrojo.
Salieron del cuarto del niño. El rey llevó al profesor al invernadero, lugar muy especial para ambos y aunque antes solía ser hermoso, ahora se hallaba descuidado. Namjoon también notó aquello en el enorme jardín, extraño para alguien como Seokjin, quien siempre cuidaba con dedicación esa parte del palacio.
Una vez dentro, Seokjin cerró la puerta y sin dejar reaccionar a Namjoon, se abalanzó sobre sus labios. Esta vez, fueron lento. Saboreaban cada rincón de la boca del otro, parecían querer fundirse a través de un beso. La lengua de Seokjin entró sin permiso y buscaba con necesidad la de Namjoon, uniéndose al instante. Las fuertes manos de Namjoon sujetaron la cintura de Seokjin, lo pegó a su cuerpo y dejando por unos segundos los esponjosos labios del rey, se dirigió al cuello. Mordía y chupaba como hacía tantos años no hacía. Sus manos bajaron hasta los glúteos y con fuerza, lo alzó para que las piernas de Seokjin pudieran enredarse en su cintura.
Un suspiró escapó sin disimulo de los labios rojizos de Seokjin —Besarte me hace sentir vivo pero no es suficiente, yo quiero mucho más. No me basta con sentirme así, yo quiero vivir. Déjame amarte como se debe, permíteme vivir a tu lado.
—Estoy seguro que has vivido bien en estos años.
—No, no lo he hecho —los ojos de Seokjin se volvían vidriosos. —¿T-tú me has extrañado?
—No existen palabras para explicar cuánto te he extrañado.
—¿Y por qué te fuiste Namjoonie? ¿Por qué me dejaste solo en este infierno?
Namjoon resopló y bajó a Seokjin. Este se asustó pensando que lo alejaría, así que lo abrazó con desespero. Namjoon entendió y con la mirada buscó algún pequeño espacio libre para sentarse y poder charlar. Al principio le costó separar a Seokjin de su cuerpo pero terminó accediendo cuando entendió la razón. Una vez sentados, Namjoon empezó a hablar.
—Estaba tan molesto y lastimado. Tú me habías dejado de un día para el otro, sin ninguna explicación coherente, pulverizando mi mundo en segundos. Solo, roto y enojado. Así me sentía todos los días, pero no pensaba rendirme, no quería perderte. Fui todos los días a sentarme frente a palacio bajo el techo de una tienda, miraba el palacio esperando por tu encuentro pero nunca viniste. Intenté varias noches acercarme pero los muros siempre estaban vigilados hasta que descubrí el patrón de vigilancia y una noche, intenté trepar los muros pero me fue imposible. Cuando estaba a punto de volver a casa, ví la luz de tu antiguo cuarto encendida y cuando me subí al árbol para poder tener un mejor panorama, me encuentro con la imagen de tú y Adin besándose—Namjoon vió como la mano de Seokjin sujetó la suya con fuerza, mientras le dejaba leves caricias— Luego saliste y me dijiste lo de los padres de Adin. No sabía qué hacer, todos los días tenía una profunda presión en mi pecho, vivía triste y aunque rogaba por tu presencia, nunca viniste hasta el día que buscaste los libros. Ese día le conecté a mi abuela lo nuestro, ella me contó algunas cosas interesantes pero ese no es el caso ahora. Después de un tiempo, parecía un robot. Seguía siempre la misma rutina hasta que Hobi apareció ante mí.
—¿Hobi? ¿Dónde está? Nunca más vino a trabajar, me notificaron que habían renunciado pero lamentablemente no supe nada más de él ni de su padre.
—Pues al señor Jung le dijeron que tú los habías despedido.
Los ojos de Seokjin se abrieron de la sorpresa mas no dijo nada.
—En fin, habló conmigo y yo le conté que nosotros habíamos terminado. Él me dió la idea de irnos de Abyss, al principio tenía miles de dudas, sobre todo porque no quería alejarme definitivamente de ti porque aún tenía la esperanza de volverte a ver pero al final…
—Te fuiste con él.
—Nos fuimos a Serendipity. Vivíamos todos juntos hasta que luego Hobi se fue a vivir a otra casa. Él y el señor Jung trabajan con regularidad para el rey pero también lo hacen para otras personas de gran rango, de hecho, son pintores muy conocidos en Serendipity. Mi madre suele trabajar de niñera y mi abuela simplemente descansa.
—¿Y tú?
—Empecé buscando trabajo como sastre, sin embargo, solo hice algunos trajes porque rápidamente el señor Lee, dueño de la biblioteca Stay, me dio empleo ahí. Se dio cuenta de mi pasión por aprender y tras arduos métodos de enseñanza, me convirtió en el profesor que ves ahora. Todos los días daba clases en la biblioteca a niños, hay un grupo que es mi favorito, son niños y niñas muy inteligentes y dedicados. Estoy seguro que en este año los extrañaré mucho.
—Ser profesor te queda — Seokjin sonrió, imaginando a su amado dando clases con empeño y sabía que lo experimentaría ahora que su hijo tomaría clases con él.
—Gracias Jinnie, a pesar de que mi vida es muy buena, había algo en mi interior torturandome. Quizás no quería darme cuenta pero estaba ahí, tú estabas ahí todo el tiempo, recordándome que sin ti..no puedo estar totalmente en paz. Me di cuenta que una parte de mí vivía engañada.
—Si no hubieras recibido el trabajo... ¿Habrías vuelto por voluntad propia? —Seokjin esperaba un sí.
—No.
Seokjin bajo la cabeza para no mostrarle que tanto le había dolido aquella respuesta. Notaba en la voz y ojos del hombre que decía la verdad sobre su dolor pero al parecer aquello no era suficiente para hacerlo volver.
—Cuando me fui, creí que todo se había terminado para mí. Yo... logré reconstruir mi vida sin incluirte en ella porque así lo quisiste, me lo dejaste claro en el papel y porque no te esforzaste en pelear por nosotros y supongo que terminé entendiendo. Por eso, planeaba seguir mi vida y dejarte como parte de mi pasado, y aunque en el fondo quisiera volver, mi cerebro terminaba reprochando a mi corazón y obligándolo a reaccionar. Ya no tenemos 19 o 20 años.
—¿Y por qué tomaste el trabajo? Me dejaste en claro que no querías volver a verme —Seokjin no lo decía enojado, al contrario, lo decía derrotado y lastimado.
Namjoon se acercó a Seokjin, si es que se podía más, y lo abrazó —Porque mi alma ganó la batalla final. Te quiero tanto Jinnie y aunque juré venir y trabajar sin involucrarme mucho contigo para luego volver cuando el lapso termine, ahora solo pienso en la vida que podríamos tener si me quedo a tu lado.
—Namjoonie…
—¿Y tú? Por favor no me niegues la verdad, no soy estúpido y se que algo raro esta ocurriendo aquí.
Seokjin asintió y ahora el dilema apareció en su cabeza. ¿Sería capaz de decirle todo? ¿Qué ocurría después de eso?
—Jinnie, puedes confiar en mí.
Y el lindo momento que estaba pasando después de años, se arruinó. Nuevamente las voces aparecieron en su cabeza ¡Aléjate! ¡Lo matarás! ¡Asesino! ¡Déjalo! ¡Él no te quiere, te abandonó, te condenó!
Seokjin tapó sus oídos y negó. —Basta, basta —empezó a murmurar.
Namjoon se sobresaltó por el repentino comportamiento del rey. Intentó quitarle las manos de sus oídos para hacerse escuchar —Jinnie, ¡hey! ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
¡Lo lastimaran, tú lo lastimaras! Sufrirá igual que tus amigos, tu esposa y tu hijo. ¡Todo por tu culpa! Seokjin no podía frenar las voces que lo atormentaban desde que aquel infierno había empezado —Namjoonie... no me dejes por favor, toma mi mano.
Namjoon accedió de inmediato. Acarició su cabello para calmarlo y su corazón se sintió cálido cuando Seokjin apoyó la cabeza en su pecho. En pocos minutos, el cuerpo del rey se relajó en los brazos ajenos y su respiración se apaciguó. Los murmullos extraños cesaron por parte de Seokjin y cuando el silencio tortuoso los envolvió, Seokjin alzó su cabeza para mirar al profesor.
—Perdóname, no deseaba que me vieras así —susurró. Los ojos rojitos por las lágrimas y sus labios en forma de besito llenaron de ternura el corazón de Namjoon.
—Definitivamente algo malo ocurre aquí pero no te preocupes, he vuelto para dar mi vida por ti si es necesario.
—¿No te irás cuando el lapso termine?
—Jin... con solo una mirada tuya me convenciste de volver a luchar por ti.
—¿Serás paciente? No es tan fácil de decir.
Namjoon tomó el rostro de Seokjin y lo besó con devoción. Ambos corazones laten como antes y el amor volvió a encenderse porque tanto Namjoon como Seokjin se negaron a tirar las cenizas de aquel amor quemado por la separación, en contraposición, las juntaron y las conservaron para juntos, hacer rejuvenecer el amor de entre las cenizas.
Desde ya me disculpo por los errores de ortografía o redacción, de hecho, tengo pensando en algún momento editar toda la historia para arreglar los errores.
Espero que les guste ✨
<❤>
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