4: Concurso
A la mañana siguiente, cinco hombres se acercaron a las puertas principales de la familia real. Kim Namjoon lucía realmente nervioso, según decía la carta, la competencia tendría una duración de 18 horas.
Mientras Namjoon recordaba las indicaciones de la invitación, el joven príncipe salió afuera a recibir a los cinco sastres. Todos le ofrecieron una reverencia y agradecimientos por la oportunidad brindada.
—Por favor, sigan a mi oficial y él les indicará el camino, si me disculpan... iré a buscar a mi pareja —el príncipe se retiró y a Namjoon le hubiera gustado que al menos le ofreciera una mirada antes de irse, aunque no supo el motivo.
—Bien, iremos a la parte antigua en donde el príncipe practicaba sus actividades físicas. Ahí, todo ha sido preparado para que puedan trabajar, una vez en el lugar, se les volverá a repetir las indicaciones a seguir —Yoongi caminaba mientras hablaba y los sastres, lo seguían tratando de no distraerse con semejante vista.
Namjoon no podía imaginar cómo alguien vivía en tal lugar, teniendo en cuenta que lo que sus ojos presenciaban, era una diminuta parte del castillo. Al final de un largo pasillo, Yoongi abrió la puerta para dejar pasar a los trabajadores a un amplio espacio repleto de telas, máquinas, mesas y demás instrumentos que ellos requerían. Namjoon pudo distinguir una mesa repleta de comida y al lado de cada mesa de trabajo, dos maniquíes con dos vestuarios a medio hacer. Los hombres recibieron indicaciones de elegir una mesa y esperar ahí hasta que la realeza hiciera acto de presencia. Unos minutos pasaron y tanto el príncipe como la princesa, aparecieron por el lugar mostrando clase y por supuesto, poder. Luego de otra reverencia, pero ahora dedicada a la princesa Adin, todos hicieron silencio.
—Cada uno tiene a su disposición dos maniquís con dos vestuarios a medio hacer, los cuales deberán terminar en un lapso de 18 horas. Durante ese tiempo, también contarán con descansos, horario para comer e incluso para ir al sanitario —Adin hablaba con una voz demasiado imponente.
—Será bastante fácil, la mitad del trabajo ya está hecho —murmuró uno de los sastres en voz baja.
Kim Adin sonrió mas no emitió ninguna palabra.
—Una última cosa, ustedes manejan su tiempo que corresponde a los descansos y al trabajo. -añadió Kim Seokjin.
Todos los sastres analizaron los materiales que poseían mientras esperaban la orden del príncipe.
—Ah... Me olvidaba, mi futuro marido y yo no somos como los demás aburridos y básicos miembros de la realeza, piensen bien sus elecciones —comentó Adin.
—¿Eso es una ventaja a tener en cuenta? —preguntó uno de los sastres.
—O una posible desventaja —Adin sonrió.
—Comiencen —ordena Kim Seokjin.
La competencia había comenzado hace cinco horas y algunos ya empezaron a sentir el hambre, puesto que se habían levantado muy temprano y cuatro de ellos no habían desayunado. Así que esos hombres ya se encontraban sentados comiendo los deliciosos alimentos de la mesa principal. Pero el príncipe Seokjin no quitaba los ojos del más joven sastre, Kim Namjoon. Él aún continuaba trabajando con determinación y los gestos que hacía al trabajar le causaron una leve risa a Jin. Sin embargo, otros ojos miraban a Namjoon, los de la princesa Adin. La joven se preguntaba el porqué el chico aún no se había sentado a comer como los demás. Mientras más lo miraba más notaba la concentración que el chico ponía en su trabajo.
—Parece ser muy bueno —comentó Seokjin, quien se encontraba sentado al lado de ella.
—Los resultados hablarán por sí solos.
—Seguro —respondió Seokjin.
Adin no pudo evitar girar un poco su rostro para ver a su pareja. Kim Seokjin seguía sin despegar la mirada del sastre.
—¿Lo conoces? —se atrevió a preguntar la joven.
—Nos conocimos cuando teníamos quince años, pero solo hablamos una vez.
Ninguno volvió a hablar. El tiempo pasaba lentamente para el príncipe y la princesa, sin embargo, los trabajadores se hallaban agotados y esperaban que el día terminara de una vez. Por primera vez, el más joven sastre dejó de trabajar para sentarse en la mesa principal mas no probó bocado alguno. Seokjin decidió dar una vuelta por los vestuarios que aún les faltaban horas de trabajo para quedar perfectos. En su recorrido, terminó al lado de la mesa de Namjoon pero este aún permanecía sentado en la mesa con la comida, así que, Seokjin decidió acercarse al joven.
—Empezaba a preocuparme que no te tomaras tu debido descanso.
—El tiempo es oro aquí, no puedo desperdiciarlo.
—Entiendo —Seokjin miro la comida y luego a Namjoon, quien miraba a sus maniquíes— ¿Por qué no has comido?
—Tomé el desayuno en mi casa, príncipe.
—Pero ya han pasado varias horas de eso.
—No tengo hambre aunque si así fuera, tampoco comería —hizo una pausa recordando algo— Mi padre me enseñó que al trabajar con telas no debo correr el riesgo de ensuciar mis manos. Es indispensable entregar un vestuario sucio, claramente esta situación es una excepción puesto que en general, los sastres tardan varios días en hacer un vestuario desde cero. Aquí no puedo distraerme en descansos o comida.
—Sin embargo, estás ahí sentado mientras que los demás sastres trabajan arduamente —la voz provino de alguien más.
Namjoon miro algo nervioso a la bella princesa que se encontraba caminando hacia ellos.
—Estoy descansando porque mi trabajo está casi listo, su majestad.
—¿Tan rápido? Aún quedan varias horas —respondió Adin tratando de ver los maniquíes del sastre ya que estos se encontraban un poco más lejos de ellos.
—Le quedan algunos detalles —Namjoon decidió ponerse en pie, hacer una reverencia a ambos jóvenes superiores a él y se fue a su lugar.
—Creo que lo pusiste incómodo.
—¿Te parece si nos vamos a sentar, amor? —preguntó Adin ignorando el comentario de su pareja para luego irse a su asiento.
Dos horas más pasaron. El príncipe estaba mirando a la ventana hasta que su vista volvió a enfocarse al frente tras escuchar a Namjoon hablarle.
—Mi trabajo está casi listo, solo necesito una última opinión.
—¿Casi? los demás ya casi terminan su trabajo —comentó Adin.
—De hecho, su majestad... mi trabajo ya está completamente listo —añadió un sastre que se acercó a ellos.
—¿Qué necesitas Namjoon para terminar tus vestuarios? —preguntó Seokjin mientras que Adin le hacía una seña al otro hombre para que se fuera a su lugar y los dejará a los tres.
—Necesito la opinión de ustedes, de hecho, necesito la aprobación del vestuario. De no ser así, aún me quedan cuatro horas para modificar todo lo que ustedes quieran.
—Genial, me gusta decidir sobre mi vestimenta —Seokjin se fue directo a la mesa de Namjoon con una sonrisa.
—Interesante detalle —Adin comentó en voz baja cerca de Namjoon y siguió a su pareja.
Al llegar a la mesa de trabajo y a los maniquíes, el joven sastre podía sentir los nervios a flor de piel. La sonrisa del príncipe le alegraba y le hacía sentir que su trabajo lucía digno para la realeza mas la intensa mirada de la princesa solo hacia confundirlo y querer destrozar todo su trabajo.
—Me encanta lo que has hecho, por mi está bien así.
—Muchas gracias príncipe.
—A mi también me gusta pero quiero que le cambies unas cosas —Adin seguía observando el vestido cuidadosamente, acción que Namjoon sufría.
El sastre notó que los cambios de la princesa eran bastantes complicados pero debía hacerlo si quería complacerla.
—¿No crees que son muchos cambios, amor? —preguntó Seokjin.
—Yo solo estoy dando la opinión que él me pidió, en cuyo caso de no ser capaz de hacerlo, me disculpo desde ya y queda en manos de él dejar el vestuario tal cual está.
—Esa no es mi intención princesa, haré todos los cambios que usted quiera. Yo preparo vestimentas acorde a lo que mi cliente quiere, es por eso, que deje un margen de tiempo para poder hacer todas las modificaciones necesarias.
—De acuerdo, buena suerte entonces —Adin se retiró para dar una vuelta por las otras mesas. Seokjin le sonrió a Namjoon y siguió viendo a los otros maniquíes.
Tu puedes Nam, pensaba el sastre. Faltaban los últimos minutos.
—Este traje es fantástico —Namjoon pudo oír los gritos de Seokjin al ver el maniquí de uno de los hombres más adultos.
—Muchas gracias joven príncipe.
Otro sastre se lamentaba porque no había llegado con el tiempo puesto que Kim Adin le había hecho cambiar algunas cosas a último momento. La diferencia entre ese hombre y Namjoon, era que este ya había previsto el tiempo para cualquier modificación mientras que el otro hombre.. no.
—Su tiempo se ha acabado —Gritó Min Yoongi, quien permanecía al lado de la puerta principal. Todos dejaron los materiales y prestaron atención a lo que el joven príncipe iba a decir.
—Antes de evaluar definitivamente sus trabajos, quiero agradecerles por haber participado e invertido su tiempo en nosotros. Como muestra de nuestra gratitud, les daremos un bono de dinero por haberse tomado el tiempo de venir, muchas gracias a todos. -Los sastres aplaudieron felices, aunque en el interior, todos querían ser la persona ganadora. Los jóvenes caminaron por el lugar admirando detalladamente cada prenda de vestir. Cuando Adin llegó al lado de Namjoon, este volvió a sentir los nervios.
—Me alegra que hayas llegado con el tiempo.
—Espero que los cambios sean de su agrado —Namjoon hizo una leve reverencia.
—Lo son —Adin se acercó a la mesa de espaldas a Namjoon y luego volteo de nuevo hacia él. Se acercó al vestido y con lentitud, rasgó un poco la tela en la parte de la cintura con unas tijeras que había tomado de la mesa del sastre— Lo siento tanto, no me di cuenta —Adin sonrió, luego, su rostro paso a uno más serio— Supongamos que estoy a punto de entrar al altar y esto sucede... ¿Tienes la capacidad para arreglarlo en cuestión de minutos?
Namjoon sentía rabia pero a la vez debía mantenerse tranquilo y seguir tratando a la princesa con respeto —Soy capaz, princesa.
—Tienes 10 minutos —Adin se fue en silencio a la siguiente mesa.
Kim trató de arreglarlo como pudo. Coser la rasgadura y luego, colocar unos adornos para tapar cualquier rastro de imperfección. Al terminar, observó a la joven y notó que esta había arruinado otra cosa del vestuario de otro sastre, aunque este, no se dio cuenta que fue intencional. El hombre se veía super nervioso y aunque intentó arreglarlo, terminó por empeorarlo.
—Vaya trabajo Namjoon, me gusta —Seokjin apareció de repente e hizo que su concentración se perdiera del hombre afligido— Eres muy bueno en esto, podrías ganar —Seokjin sonrió y luego disimuladamente, le guiño un ojo.
Kim Namjoon supo que eso era algún tipo de trampa, como si tuviera el voto de Seokjin desde un principio solo por conocerlo un poco más que al resto. Además, él sabía que la tonta idea de una competencia había sido de Yoongi, puesto que desde un principio Seokjin quería que él fuera quien hiciera la vestimenta para su casamiento.
—Le agradezco su amabilidad pero sería justo que la elección fuera parcial, al menos así sabré que mi esfuerzo es realmente apto —Namjoon sintió algo de timidez al decir aquello pero sonrió al ver que Seokjin tenía cierto brillo en sus ojos.
—Me parece lo más adecuado. Tu sinceridad te llevará muy lejos, Nam.
—Muchas gracias príncipe —Seokjin siguió caminando. Namjoon notó como Adin volvía hacia el hombre con el traje arruinado, mientras pasaba por su lado, negó suavemente y siguió caminando hacia la mesa del joven sastre.
—Veo que has podido arreglarlo perfectamente, te felicito —Añadió la princesa para luego volver hacia el frente de todos junto a Seokjin para dar la devolución final.
—Mi oficial leerá los nombres de quienes tienen un voto quedando así, solo dos participantes. Luego, nosotros volveremos a votar para así elegir definitivamente al ganador —todos asintieron nerviosos.
—El primer voto es para Bae Su-ji y el segundo voto es para Kim Namjoon —Yoongi leyó en voz alta los votos.
Los demás sastres aplaudieron. Seokjin le entregó unas cartas a otros guardias y ordenó que se las entregaran a los hombres que perdieron en el momento que vuelvan a su pueblo. Los sastres hicieron una reverencia y fueron acompañados de los guardias a la salida del Palacio Real mientras que en el lugar solo quedaban los dos elegidos. Seokjin decidió incluir a Yoongi a la votación. Los tres se pusieron a conversar y luego de un par de minutos, se voltearon para darle las noticias a los dos sastres. En todo este momento, Namjoon temblaba de los nervios, sobre todo, porque la princesa lo miraba atentamente.
—Tenemos al ganador, pero recuerden que ambos son muy buenos y por eso llegaron hasta aquí —Seokjin sonrió pero Namjoon notó como Adin hizo una expresión extraña— El ganador es Kim Namjoon, felicidades —soltó Seokjin mientras aplaudía.
—Estoy feliz de que seas quien diseñe mi vestuario y el de Adin —Seokjin caminaba hacia la salida con Namjoon, solo ellos dos.
—Muchas gracias, estaba muy nervioso por la decisión. Con todo respeto, creo que la princesa no quería que yo ganara —Namjoon murmuró.
—¿Bromas? Fue ella quien votó por ti en primer lugar ya que mi voto fue para Bae. Cuando quedaron los dos, ella y Yoongi me dijeron que estaba loco si pensaba dejar que Bae ganara, ya que sus trajes eran horribles —Seokjin rió— Al final, los tres votamos por tí.
Namjoon no podía creerse lo que el príncipe le comentaba. Él estaba seguro que Adin hacía lo imposible para arruinarle su trabajo ¿Pero por qué? Sea cual fuese la razón, había ganado.
—Vendrás en unos días para comenzar a diseñar nuestra vestimenta, tienes un lapso de un mes. Nuevamente, me alegra que seas tu —Seokjin estiró su mano y Namjoon aceptó el apretón de manos.
—Hasta luego, su majestad —Namjoon hizo una reverencia sin despegar la mirada del joven príncipe.
—Ha-hasta luego, Nam —por alguna razón, la voz de Seokjin tartamudeo unos segundos.
Bastante largo el capítulo xD pero quería hacer la competencia en un solo capítulo hacia no alargaba tanto la situación 😝
Espero que les guste 👑
<❤>
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