Adin tarareaba una canción al maquillarse mientras que Seokjin leía un libro. La reina terminó y se acercó a su esposo para mostrarle una nueva carta que había escrito para sus padres pero el chico no la recibió, en su lugar dejó el libro en la mesa de luz y se acostó apuntando hacía la ventana. 

—¿Por qué me ignoras? llevas haciéndolo desde hace unas semanas, te recuerdo que solo estamos nosotros dos en esta habitación todo el tiempo así que si no conversamos entre nosotros, el día se pone aburrido —Adin se acostó a su lado y acariciaba la espalda de Seokjin pero este se removió para evitar el contacto. 

—Lo siento Adin, aún estoy molesto contigo por el beso. Eso ocasionó que Namjoon se enojara aún más conmigo y todo tuvo que terminar más rápido de lo que esperaba.

—¿Y qué esperas? ¿Qué Namjoon espere por ti toda la vida?

—No tendrías que haberme besado y punto, dejé de recibir tus besos desde el momento que Namjoonie y yo empezamos a ser pareja y nunca me lo reprochaste.

—Yo no sabía que estabas engañando, bueno... no quería admitirlo.

—Con más razón, ahora que lo sabes, no me beses.

La puerta del cuarto se abrió dejando paso al príncipe Jimin, lo que llamó la atención del rey y la reina. Adin se levantó apresuradamente y corrió hasta su hermano para abrazarlo y llorar mientras que Seokjin también se acercaba para abrazar a su amigo. 

La reina tomó el rostro de Jimin para verlo a los ojos —Te extrañe tanto y es irónico porque estamos en el mismo palacio pero con Seokjin no sabíamos en qué cuarto estabas ni que hacías.

Jimin soltó un par de lágrimas, a pesar de que al instante se limpió el rostro para ocultar su miedo y tristeza —Estoy en el segundo piso, tampoco me dejan salir de ahí mucho, estoy preocupado hermana ¿Qué pasará? Estoy rogando porque nuestros padres se preocupen al no ver mi regreso.

—¿Por qué estás aquí? —Seokjin no quería sonar grosero pero tenía curiosidad. 

—Estaba volviéndome loco, llevo días pidiéndole a los guardias que me dejaran hablar con ustedes y creo que mi insistencia funcionó porque aquí estoy.

Adin sonrió y volvió a abrazar a su hermano. 

—Pero también vine porque escuché hablar a uno de estos hombres sobre Namjoon. Si mi oído no me falla, al parecer lo vieron dando vueltas cerca del palacio y veía tanto la infraestructura que piensan que es un nuevo intento para entrar —Jimin puso su pequeña mano en el ancho hombro de Seokjin —Puedes pedir dar una vuelta por el pueblo y así verlo, aunque sea de lejos.

Seokjin creía que era una idea descabellada pero a la vez grandiosa y no perdía nada en pedir un favor a sus secuestradores.  Adin lucía pensativa mas no dijo nada ante el entusiasmo de Seokjin. 

Jimin sonrió y murmuró al rey —Jin hyung, búscalo.

Aquello pareció darle una gran fuerza al rey para aceptar. 

Las puertas del palacio se abrieron para dar paso a Seokjin y Adin, quienes iban a dar un paseo por el pueblo tras varias horas de súplica por parte del joven. Al salir, lo primero que hizo Seokjin fue buscar con la mirada a su amado pero no lo encontraba mas su esperanza no se iba tan rápido, aún confiaba en que vería una vez más a Namjoon. Y vaya que no estaba equivocado, al verlo a lo lejos junto a Hoseok, una sonrisa pintó su rostro y ganas de llamar la atención del sastre no le faltaron pero Yoongi, quien iba con ellos junto a otros oficiales, le hizo una seña de que no era apropiado ahora. El rey asintió a regañadientes, sin embargo, no despegó la mirada del sastre. Por supuesto, eso haría que en algún momento Namjoon se sintiera incómodo y volteara constantemente en busca de aquel ser que lo hacía sentir observado. Su atención se vio robada por la cantidad de gente en ronda que había a unos pocos pasos de él. Al principio, no podía ver muy bien pero luego el rostro de Seokjin hizo acto de presencia entre la muchedumbre.

Namjoon sabía que Seokjin lo observaba sin quitar sus ojos de él, poniéndolo nervioso hasta el punto de sentir su corazón latir fuertemente. Por el contrario, Seokjin sentía sus mejillas arder al ver el rostro de Namjoon nuevamente, sin duda algo digno de ser admirado. Mientras que ellos intercambiaban miradas, el mundo parecía detenerse y todos a su alrededor desaparecen para dar lugar al amor que había entre ellos dos. Pero la ilusión se rompió cuando Adin se puso en frente de Seokjin y llamó su atención —¡Hey! La gente está hablando y tú no contestas.

Ante tal acto, Seokjin lucía avergonzado mientras que Namjoon sentía la molestia crecer en su interior al ver como Adin rompió esa pequeña burbuja que ambos construyeron en menos de dos segundos y que parecía ser un método para amarse sin ser descubiertos mas no fue así, porque la reina los interrumpió. Seokjin se dio vuelta para hablar con los ciudadanos y evitar perderse en los ojos de Namjoon. Ante esto, el sastre entró a su hogar y terminó por quitar sus bolsos repletos de las pertenencias de su familia ya que estaban a punto de irse. El papá de Hoseok se había encargado de pagar un carruaje super simple y barato para llevar todas las cosas, incluidos a los individuos que realizarán el viaje. Una vez que todo estaba en su lugar, Namjoon cerró la puerta de su hogar no sin antes detenerse a agarrar del suelo una carta. Miró por todos lados esperando ver a la persona que dejó eso ahí pero las calles estaban deshabitadas debido a que todos iban detrás del rey y la reina, quienes se encontraban dando vueltas por otro sector del pueblo, algo que Namjoon agradece ya que no quería toparse con Seokjin. Una vez que el sastre puso un pie en el carruaje, miró hacía atrás, en dirección al palacio para tratar de recordar cada detalle de él ya que no sabía si volvería. 

Hoseok le tendió una mano y le sonrió para darle apoyo —Eres muy fuerte Nam Hyung, estoy seguro que nos esperan grandes cosas.

Namjoon asintió y sonrió a todos los presentes para dar comienzo al viaje que dejaría todo atrás no sin antes leer la carta... bueno, más bien el pequeño pedazo de papel que se hallaba en el sobre. 

"Tomaste la decisión correcta, te deseo lo mejor" 

Una lágrima rodó por las mejillas de Namjoon.