22: Show
Los hombres empujaron a Seokjin dentro de una habitación junto a Adin. No dijeron nada, solamente los dejaron ahí y esperaron a que se sentaran para así comenzar a discutir del futuro de Abyss.
El mismo hombre de antes comenzó a hablar —Como ya les dije anteriormente, ustedes acaban de perder el poder sobre su reino porque a partir de ahora, nosotros mandaremos. Probablemente se preguntaran... ¿Cómo es que esto ocurrió tan de pronto? Bueno, debemos admitir que es algo planeado desde hace varios meses. Aunque pensamos que sería difícil, fue todo lo contrario. Cuando llegamos, había pocos guardias en su puesto y notamos por su forma de luchar que eran algo débiles, entonces fue sencillo derrotarlos, además de que los superamos en número.
—¿Por qué el pueblo sigue como si nada malo estuviera ocurriendo?
—Es de noche y tratamos de ser lo más sigilosos posibles. Para tu información, tu palacio es uno de los pocos que están rodeados por enormes muros así que nada de lo que pasa aquí, es visible para tu gente.
—¿Cuál es el fin de esto? Nosotros no somos un reino fuerte ni bien económicamente... ¿Por qué quieren Abyss?
—Mientras más reinos tengamos bajo nuestro poder, más fácil será llegar hacia los grandes reyes.
Adin estaba a punto de llorar y a Seokjin le hizo sentirse pésimo esposo y un mal rey. El hombro sonrió satisfecho al ver los rostros asustados de los jóvenes.
—Ya hiciste tus preguntas así que ahora voy a poner las reglas —Seokjin seguía sin entender cómo era que todo esto estaba pasando, tan inesperadamente y tan... fácil. Eso era lo que más le molestaba, que su reino fuera tan sencillo de atacar y dominar.
El hombre desplegó unos papeles por el escritorio y miró fijamente a los otros dos —Bien, es cierto que tu reino no es el mejor económicamente ni muy fuerte pero tiene buenos trabajadores y grandes campos a tu nombre que si pusieras dinero en ellos, podrías sacar grandes ventajas. Además, Abyss es uno de los mejores ubicados ya que se encuentra casi en el centro y tiene varios caminos que llevan al resto de los reinos.
Seokjin escuchaba pero a la vez se sentía perdido mientras que Adin ya estaba llorando y su mente le decía que todo era una pesadilla que pronto terminaría.
—Como ya dije antes, nosotros somos aquel "grupo marginado" que está dominando reinos para su propio beneficio. Sin embargo, estamos trabajando tan bien que aún no tienen tanta información de nosotros y aunque se sabe que hemos derrotado a varios, no logran saber cuales ¿Saben por qué? Porque nosotros no lo hacemos público.
—¿A qué te refieres? —La voz de Adin sonaba débil y cansada. En ese momento Seokjin se preguntó cuándo habían tomado el reino, si minutos antes de que él llegara, horas antes o incluso el día anterior. Aquello hacía que se sintiera peor consigo mismo, porque mientras él disfrutaba su noche con Namjoon, aquí todos sufrían una invasión.
—Es como si estuvieran secuestrados. Ustedes seguirán siendo "rey y reina", que gobernaran y estarán presentes para su pueblo, pero la realidad es que solo van a estar fingiendo porque solo harán lo que nosotros digamos, estarán actuando 24/7 y mantendrán una imagen pública excelente, no obstante, no dejará de ser una farsa. Por supuesto, no tienen poder de voz así que no pueden negarse y opinar porque sino alguien morirá y así hasta que entiendan que ahora nosotros vamos a mandar desde las sombras.
Seokjin asintió, dejando a Adin confusa y con los ojos rojos de tanto llorar. Sin disimular, Adin le gritó a Seokjin —¿No piensas hacer nada? ¿Te vas a rendir tan rápido? ¡Que poco hombre eres! ¡Un rey tan inútil! —Adin estaba claramente molesta y por supuesto, asustada.
Seokjin la miró con súplica, dando a entender que no sabía qué hacer. Su padre lo intuyó en ese año para guerras o para una invasión, pero en este caso, su padre le explicó qué hacer si él estaba en palacio cuando la invasión ocurriera. Desgraciadamente, él no estaba cuando pasó y eso lo deja en desventaja ya que los atacantes están dentro del palacio y sus guardias desaparecidos o muertos, dejándolo indefenso y solo —Adin... hay que hacer lo que pidan o varias vidas pueden perderse. Debemos proteger al pueblo, esa es nuestra prioridad.
La reina intentó entender a su esposo y asintió temerosa. En su interior, la mujer sabía que Seokjin intentaría solucionar todo incluso si llevaba tiempo, por el momento, debían agachar la cabeza y obedecer.
—Ahora que entienden su posición, vamos a aclarar dos temas más. El primero, será que aquí vivirán nuestros hombres. Todo nos pertenece y ustedes solo usarán su habitación y los lugares como el salón, la cocina y muy de vez en cuando podrán salir al jardín pero siempre bajo nuestra supervisión. Además, los pocos guardias que sobrevivieron a nuestro ataque quedan totalmente despedidos ya que no quiero a nadie aquí que no sean parte de nuestro grupo.
Seokjin sintió la necesidad de hablar —Mi guardia personal, Yoongi... ¿Puede quedarse? La gente siempre me ha visto a su lado y sería raro que ya no.
El hombre lo pensó por unos minutos y luego sonrió —Está bien, puede quedarse para el show... es esencial para la actuación —rió— el segundo tema es sobre una personita especial en la vida del joven rey, por lo que me han dicho —el hombre miró a Adin y esta evitó su mirada.
Seokjin lo miró fijamente esperando que no sea en quien está pensando.
—Queda totalmente prohibido que Kim Namjoon ingrese a palacio, de hecho, te prohíbo a ti que vuelvas a verlo.
—¿¡Qué!? ¿En que les molesta eso a ustedes?
—Tenemos nuestras razones.
—¡Mentira! Son puras excusas, eso sí que no voy a permitirlo —la voz de Seokjin se elevó a tal punto que el hombre se puso un tanto nervioso ya que se encontraba ahí solo con el rey y pensó que iba a atacar.
Al instante, Adin se levantó del asiento mirando a Seokjin y le gritó con furia —¿¡Eso sí te importa!? Vas a dejar que nos secuestren en nuestra casa, nos ordenen que hacer, quitarnos el trono pero... ¿¡No piensas alejarte de aquel sastre!? ¿¡Qué tienes en la cabeza!?
—Namjoonie no tiene nada que ver y por tal motivo no hay razón para que lo alejen de mi. El tema de quitarnos el trono es nuestro problema porque los reyes somos tu y yo.
—Quedó muy en claro que ese sastre es lo único que te importa. Pero para tu información, haremos lo que él dice, así que ve olvidando a Namjoon.
Seokjin sentía tanta impotencia por verse débil e inútil, incapaz de tomar una decisión y sobre todo... por estar a punto de perder a la persona de la cual se enamoró.
—Bien, lo primero que harán será ir a dormir y prepararse porque mañana se van a levantar bien temprano para hacer una visita al pueblo. Mostrarán una radiante sonrisa y tú —señaló a Seokjin — aprovecharás unos minutos para advertirle a Namjoon de no venir nunca más a palacio, quieras o no.
El hombre salió de la habitación dando por terminada la conversación.
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