En mi sueño, alguien pronuncia mi nombre, pero no es la voz que me hace voltear cada que despierto. Es una voz que me altera hasta el alma, un sonido que me quema y que me atrae...

Cuando despierto doy una gran bocarada de aire, el corazón me late tan fuerte que por un momento pienso que se me va a salir del pecho, pero como si fuera parte de mi mal presagio, la puerta se abre de golpe.

Es mi dama de compañía, tiene una expresión de angustia en la cara y podría jurar que también está igual de sudada que yo.

—Alguien, fue infectado.—me informó

Gustaf entró en mi habitación, con una capa puesta, sabíamos que seguía, pasé saliva y me levante de la cama.

—Iré en un segundo.—dije con la voz más firme que pude desarrollar en segundos

Gustaf asintió lentamente y miró a mi dama, Yereha. Esta pasó la vista entre nosotros y Gustaf le hizo una señal de silencio posando su dedo índice sobre sus labios.

—Te veré en el salón principal.—anunció, saliendo de mi habitación

Pero apenas se va mi hermano, ella corre hacia a mi tomándome de las manos.

—Mañana tendrá un viaje bastante largo, debería pensarlo dos veces, ¿y si usted también se infecta?

Yo la mire a los ojos y negué, sin decir nada; no quería hablar de mi matrimonio, de nada que tuviera que ver con Nakoah.

—La gente me necesita, Yereha—susurre

Yereha me soltó poco a poco, lo cual aproveche para salir de la cama y cambiarme rápidamente con la ayuda de Yereha, antes de salir me llevé el collar que me había dado Taehyung cuando éramos adolescentes. Era un pequeño cuarzo en forma cilíndrica con picos por ambos lados, había sido extraída de una de las minas más importantes de Yubek, sorpresa fue la mía que se supone que era blanco y justo ahora tenía unos matices lilas.

—Majestad.—llamaron a la puerta

Era uno de los guardias que custodiaban el área de "magia". Yo asentí, me puse el collar y salí de mi habitación.

Al dirigirme al salón, mi hermano estaba leyendo un par de notas que habían puesto en las pizarras del pueblo.

—Una familia.—explicó—El ataque fue por la mañana del día de ayer.

《Ayer》por unas horas de diferencia, Taehyung había llegado hoy; asentí mientras apretaba mis labios, Gustaf se dirigió a los guardias principales de la corte mientras yo leía las hojas que el anteriormente sostenía.

—Es cerca del bosque negro.—advirtió uno

Mi hermano y yo untercambiamos miradas.

—¿Que tan cerca?—pregunté

—. Cinco kilómetros de perímetro.

El estómago se me entumecio y un escalofrio horrible me recorrió toda la espina dorsal.

—No tenemos que hacerlo, mañana tu...—me habló Gustaf en un susurro

—Llevenme.—ordene

*    *    *

El bosque negro es el sitio perfecto si quieres silenciar a alguien, si buscas un matón, también lo es, si quieres volverte loco, también. Las casas aledañas al bosque son mínimas y la mayoría se pierde entre la niebla que este lo acompaña. Los caballos se vuelven locos y los aullidos de los lobos son apenas una advertencia, puesto que quien entra, nadie sale.

El camino de barro se perdía entre una densa nube que lo cubría, los guardias de la corte iluminaban con su antorcha la mayor parte y evitaban perder contacto con nosotros, los pasos de los animales eran nuestra única bendición hasta que...

—Alguien se nos adelantó.—anunció Gustaf—. Alguien del reino de Nakoah