15
-Al llegar al Reino de los cielos fue interceptada por Azrael.
-Sé a qué has venido Muriel y te advierto que perderás tu tiempo. La era terrenal del mortal está por terminar, las campanas de la muerte ya repican por él.
- ¡Me niego a aceptarlo! Se que Padre me escuchara, soy una hija dócil, amorosa y servicial.
-Lo eres hermana, Padre siente un enorme afecto por ti, pero sabes que sus designios son irrevocables y tienen una razón de ser. Lo siento mucho Muriel, pero debo cumplir con la voluntad del Creador voy a acompañar a Kim SeokJin a su morada final.
- ¡No, no lo permitiré!
-En ese momento hice algo imperdonable de lo que estaré arrepentida toda la vida. Yo...yo ¡Ataque a Azrael, la golpeé con una energía que no sabía que poseía! Lejos de auxiliarla me porte de la forma más ruin encerrándola en una de las mazmorras donde alguna vez estuvieron presos Los Caídos.
Lo peor vino después. Me presenté ante el Creador cómo si no hubiera pasado nada.
- ¡Waooo noona! No te imagino como una psicópata.
-Esa es la mejor descripción de mi conducta, estaba totalmente enloquecida ¿Presentarme ante el Omnipresente pretendiendo que Él desconocía mis acciones? Sólo alguien totalmente desconectado de la realidad podía tener esa desfachatez.
-Pienso que fue la actitud de una mujer o ser (no sé cómo llamarte) que estaba desesperada al pensar que perdería al amor de su vida.
-Amado Padre.
-Muriel hija mía.
-Padre sé que no soy digna de presentarme ante tí y mucho menos suplicar por tu misericordia.
-Siempre has sido leal a mi voluntad, un ejemplo de bondad y obediencia ¿Por qué crees que eres indigna de estar aquí?
-No soy ese dechado de virtudes que ensalzas con tanto aprecio, pero me esfuerzo por ser merecedora de tu amor.
-Lo eres querida Muriel. Dime hija mía ¿Por qué sigo percibiendo pesar en tú espíritu? Sé que te dolió mucho separarte de SeokJin, pero eso es parte de tu labor como guía: orientar y dejar en libertad para decidir.
- Padre he venido a rogarte que liberes a SeokJin del destino que está próximo a cumplir ¡Por favor no dejes que muera! Es un buen mortal que ha sabido usar con sabiduría el libre albedrío y usa sus dones con espíritu altruista para ayudar a todo el que lo necesite.
-Muriel, tus palabras y el dolor en tus ojos son clara evidencia de que tu amor por el mortal va más allá del cariño de un guía espiritual hacia su pupilo.
-Es inútil que intente ocultar mis sentimientos ante ti Creador. Es cierto, amo a SeokJin y estoy dispuesta a hacer lo necesario para salvarlo.
El rostro del Padre Creador se llenó de desilusión, pesar, pero también molestia.
- Sabes que el amor entre los Seres Celestiales y los mortales está prohibido, es una lección que pensé que había quedado clara cuando Los Caídos se rebelaron.
-Nunca entendí porque algunos de mis hermanos fueron condenados por el simple hecho de amar.
-Su anhelo por ser parte de la vida terrenal de los mortales los condenó. La lujuria los obnubiló y creyeron en las promesas de Lucifer por eso cedieron ante sus ansias de poder.
Su traición fue uno de los hechos más dolorosos que tuve que vivir en mi larga existencia, no quiero sumar a esa pena el tener que castigarte por desobedecer mis designios.
-Yo jamás te traicionaría Padre, mi lealtad siempre será para ti nunca cedería a las pretensiones de Lucifer.
- ¿Estás segura? El Príncipe de las Tinieblas obra de manera silenciosa y disimulada; tal vez la pasión que sientes por SeokJin se ha convertido en el vehículo para infectarte con su maldad y no te has percatado de ello.
- ¡Eso no es cierto! El amor que nos profesamos Jin y yo es puro, sincero, Lucifer no tiene nada que ver en él.
La actitud paciente del Creador se transformó en una llena de ira y decepción.
- ¿Entonces cómo explicas que en nombre de ese supuesto amor puro hayas agredido a la que, entre todos mis ángeles, siempre fue tu hermana más querida? ¡Y no solo eso, sino que has evitado que Azrael cumpla con mi voluntad!
- ¡Estaba desesperada!
- ¿Al extremo de traicionar a los tuyos y contradecir mis designios?
- ¡Es que son injustos! ¿Por qué un buen hombre como SeokJin debe morir? ¿Por qué me niegas la posibilidad de amarlo? ¡Es tan cruel Padre, me castigas por los pecados de mis hermanos!
- ¡He escuchado suficiente Muriel! ¡Guardias llévenla a los calabozos y liberen a Azrael! El encierro servirá para que ordenes tus ideas y reflexiones.
- ¡No Padre por favor, no! SeokJin morirá.
-Llévensela.
- ¡Noona! Pe...pero ... Si te encerraron ¿Como fue que hyung no murió?
-Porque desobedecí a Padre por segunda vez. Cuando me estaban trasladando a los calabozos escapé, regresé a la Tierra y antes de que Raguel, el ángel de la justicia me alcanzara, salve a Jin dándole parte de mi don de vida.
- ¡Eso debe haber cabreado mucho al Creador!
-Como no tienes idea.
Mientras Raguel me llevaba de regreso al Reino de los Cielos mi espíritu se encontraba rebosante de sentimientos: paz por saber que había podido salvar a Jin, un inmenso dolor porque era probable que nunca más lo volvería a ver y mucha tristeza por haber decepcionado al Creador.
- ¿El mortal vale la pena hermana?
-Sí Raguel, vale cada uno de los castigos que me imponga Padre.
-Sabes que es seguro que te condene al destierro, serás un ser triste que no encaje en ninguna parte; sin dones ni siquiera los Caídos te querrán con ellos.
-Lo sé hermano.
-Muriel siempre has sido luz a los ojos del Padre Creador, tal vez su corazón tenga misericordia contigo.
-Lo dudo Raguel mis faltas han sido muy graves y de seguro motivos más que suficientes para sufrir el mayor de los castigos.
-Así sea Muriel ¡Me dueles en el alma hermana! Jamás imaginé que llegaría el día en que tendría que ejecutar el castigo del Creador en un ser tan lleno de pureza como tú.
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