T W E N T Y F I V E
—Con fuerza muchacho. —Dijo Hoseok enseñándole a su sobrino cómo lanzar las navajas.
—No me sale. —Dijo Jaebum. —¡Aish! ¡Estúpida navaja!
—Oye cálmate niño. —Dijo Hoseok. —Esa rabia que llevas dentro debes canalizarla a tu mano para que te de la fuerza al lanzar las navajas.
El niño bufó, tomó la última navaja en sus manos y la lanzó con toda la furia que cargaba adentro. Cayó rendido en el piso tras haber entrenado casi tres horas y fallar en cada intento.
—¡Si! —Dijo Hoseok soltando una risa. — ¡Eso es muchacho! Quiero que siempre seas así.
Hoseok fue a buscar la navaja que se había incrustado en el centro del blanco y regresó con su sobrino a darle un fuerte abrazo.
—Estoy muy orgulloso de ti Jaebum. —Dijo Hoseok y ayudó a su sobrino a levantarse. — vamos a contarle a tus padres.
[...]
—Papá. —dijo Jaebum. —Hoy aprendí algo nuevo.
Jimin que se encontraba regando las flores se volteó a ver a su hijo de doce años.
—Muéstrame. —dijo Jimin mirando al niño. Jaebum sonrió y le pidió a su padre que lo acompañara al campo de entrenamiento de su tío Hoseok.
Al llegar Jaebum repitió el acto lanzando la navaja incrustandola nuevamente en el blanco.
—¡Es genial! —Jimin sonrió. —Al fin lo lograste pequeño, te has esforzado mucho.
—Quiero mejorar aún más. —Dijo el muchacho —En tres años debo ser un gran guerrero como tío Hobi.
—Lo serás pequeño, ahora ve a darte un baño que debes ir a la escuela. —Jimin palmeo la espalda de su hijo y observó cómo se iba.
[...]
—Min Lisa te quiero aquí ahora mismo. —La pequeña de cinco años corría por todos lados alejándose de su padre que la buscaba para cenar, pero ella estaba con muchas ganas de molestar a su papá. Le gustaba ver los cachetes rojos de Seokjin al enojarse con ella, le parecía sumamente tierno. —Si no vienes a cenar no te haré más regalos...
La niña frenó y luego se volteó a ver a su papá.
—¿Papito quieres un abrazo? —dijo la niña mirando a su padre con brillo en los ojos mientas estiraba sus brazos.
Seokjin sonrió y se acercó a su hija, no podía decirle que no a un abrazo tan lindo como los que daba la pequeña.
—Con que abrazos sin mi eh... —dijo Namjoon entrando a la sala.
La niña se separó de Seokjin y fué a abrazar a su padre que recién había llegado.
—Amor, voy a buscar los platos que están en la cocina así podemos cenar tranquilos, tú encárgate de avisarle a los demás que la cena está lista... —Dijo Seokjin dirigiéndose a la cocina.
Namjoon llamó a toda la familia a cenar, incluyendo a sus padres que se habían quedado unas semanas para estar cerca de sus nietos.
Jimin y Taehyung ingresaron a la cocina donde Seokjin servía en cada plato un poco de comida mientras sus hermanos los llevaban a la mesa.
—Cuántos somos. —Preguntó Jimin a lo que Jin comenzó a pensar quiénes estaban presentes.
—Trece. —dijo Taehyung. —La familia está completa hoy.
Completa.
Esa palabra resonaba fuertemente en la cabeza de Seokjin, un plato estalló en el piso al zafarse de su mano y su mirada se tornó borrosa.
Jimin notó el estado de su hermano y rápidamente le trajo una silla, Namjoon y Yoongi llegaron rápido al oír el estruendoso ruido del plato romperse.
Seokjin al sentarse quedó totalmente petrificado con sus pupilas dilatadas y sus ojos abiertos, las imágenes comenzaron a aparecer por si solas.
Yoongi notó que Seokjin estaba teniendo una visión a lo que corriendo fue en busca de un lápiz y un papel. Al dárselo en la mano, Seokjin comenzó a anotar.
"La compresión es la clave"
"El príncipe deberá estar junto a los suyos"
"la separación no es la opción correcta"
"El amor florecerá en el corazón del principe desestabilizando sus pensamientos."
"Deben estar preparados, la guerra es inevitable."
"Defendiendo el reino codo a codo"
Seokjin salió de su trance y miró con atención a las personas que estaban allí.
—La profecía está completa. —susurró Jimin.
—Las palabras están mezcladas. —dijo Yoongi —Taehyung trae el fragmento de la profecía que tenemos guardado. —Taehyung fue al despacho de Yoongi y en unos minutos regreso con la profecía en sus manos.
—Déjenme ordenarla. — dijo Jin tomando los fragmentos y uniendolos entre sí.
«Doce años de paz reinará el clan Min, pero al cumplir los quince años el príncipe llegará a su madurez, donde ocupará su lugar en la jerarquía, el clan enemigo desatará un caos hacia la familia del principe. Solo él es la salvación, el destino está en sus manos, pero necesitará ayuda ya que la guerra está en camino, no puede estar solo ya que eso lo debilitará.
El príncipe deberá estar junto a los suyos, defendiendo el reino codo a codo. Deben estar preparados, la guerra es inevitable, la separación no es la opción correcta. El amor florecerá en el corazón del principe desestabilizando sus pensamientos.
La compresión es la clave»
—¿Qué? — dijo Yoongi sin poder creer lo que estaba leyendo.
—Esto sólo nos confunde más. —dijo Jimin.
—Creí que tendríamos respuestas. —Seokjin bufó. —Es más de lo mismo, yo... Creí que serviría de algo.
—No entiendo nada. — dijo Namjoon.
Taehyung leía y releía la profecía con atención.
—La comprensión es la clave... —susurró — la clave es comprender.
Seokjin miraba a su hermano intentando decifrar algo.
—No estamos en el momento de comprender ésto —dijo Taehyung sonriendo — La comprensión es la clave.
—Cuando Jaebum cumpla los quince tendremos respuestas. —dijo Namjoon. —Es algo lógico, no estamos cronológicamente preparados para entender esto.
—Tendremos que comenzar con el entrenamiento. —dijo Seokjin serio. —Jaebum ya está preparado, pero nosotros no. La profecía lo dijo, la guerra es inevitable...
—Mañana comenzamos. —dijo Namjoon. —Hablaré con Hoseok.
Yoongi suspiraba cada dos minutos de la frustración que cargaba dentro, hace algunos años tenía la esperanza de que cuando Seokjin termine la profecía le daría alguna pista para derrocar al enemigo, pero nada. Simples palabras sin sentido que al pasar los minutos se volvían más confusas.
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