—No es la posición correcta, tus manos van a lastimarse si sigues golpeando así —Hoseok entrenaba a su sobrina frente a las nuevas guerreras que estaban dispuestas a combatir en nombre del reino —Intenta golpear con las palmas, si concentras tu fuerza lograrás un golpe más preciso —al terminar de ayudarla a vendar sus manos volvió a colocarse en posición de combate frente a esta misma dispuesto a proseguir con el entrenamiento.

Por otra parte se encontraban Namjoon y Seokjin en la biblioteca del palacio completamente sumidos en su investigación intentando asegurarse de que su plan alterno resulte exitoso.
El mayor de ambos se sentó en el sofá masajeandose las sienes y quitándose los lentes ya más que exhausto por no descansar bien.

—Cariño deberías tomar una siesta, yo seguiré con nuestra investigación —Namjoon se acerca a Seokjin poniéndose en cuclillas y tomando la mano de este mismo dándole un beso en el dorso.

—Estoy agotado, pero estamos a punto de resolverlo, no puedo dormir sin estar seguro de que hemos terminado con la investigación —Se queda observando unos segundos a su pareja —Cuando tengamos la fórmula sólo ahí podré descansar y además... No puedo dormir solo en la cama, te necesito a mi lado.

—Muy bien, vamos a terminar con esto y luego descansamos —ayuda al mayor a levantarse del sofá y poco después le da un corto beso en los labios para proseguir.

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—Quiero que aumenten la seguridad del castillo, las puertas se mantendrán cerradas y todas las reuniones que tengamos de ahora en adelante con personas externas no se llevaran a cabo aquí mismo —Jungkook hablaba con el general y los soldados, los encargados de la seguridad del palacio —Necesito ojos y oídos atentos de ahora en adelante, estamos frente a un inminente ataque enemigo.

—Mi señor, me encargaré personalmente de que los guardias cumplan con cada turno debidamente —El general al mando hablaba en representación de todos.

—Estoy seguro de ello, reiterando, necesito que presten atención y que ante la más mínima sospecha o en todo caso si descubren que hay un traidor en el castillo debo ser el primero en saberlo ¿quedó claro? —Tras oír el "si su alteza" Jungkook se despidió de los oficiales regresando al palacio en busca de su amado omega ya que tendría el día libre y ansiaba con poder pasarlo junto a él.

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—Esta situación me tiene divagando en mis pensamientos todo el día —Jimin entrelaza sus dedos con los del mayor mirándolo algo tímido.

—Vamos a superar esto en familia, cariño —Caminando junto a su esposo de manera lenta por el jardín intenta darle calma con sus palabras de aliento, si bien nada aseguraba el éxito, ni siquiera las visiones de Seokjin, aún era su deber intentar calmar a la familia.

—Necesito saber que mis niños estarán bien, Jihoon es solo un pequeño... Jungkook y Yugyeom esperan a su primer bebé... Necesito que finalmente estemos en paz—Se detiene a mirar a su esposo con el ceño fruncido en una expresión de preocupación absoluta.

—Cariño, si hay algo de lo que estoy seguro es que este clan es el más fuerte que ha pisado esta tierra. Por los siglos de los siglos, no hay otro clan que nos pueda igualar. No quiero sonar egocéntrico pero, ningún otro enemigo tiene oportunidad de ganar contra nosotros; ni siquiera conociendo nuestras debilidades —Yoongi pasa sus brazos por la cintura del menor apegandolo a su cuerpo en un cálido abrazo intentando así transmitirle calma y confianza.

Jimin por su parte esconde su rostro en el cuello del alfa sintiendo su aroma que le transmitía la calma que necesitaba en ese momento, miles de pensamientos atormentaban su mente, por lo cual, era necesario calmarse y pensar con claridad.

—No debemos subestimar a nuestro oponente, recuerda que ellos nos conocen muy bien mientras que nosotros no sabemos nada de ellos —Jimin regresa a observar a Yoongi fijamente sin despegar la mirada de sus ojos —Quizá si seamos el clan más fuerte, pero eso no nos asegura el éxito.

—Te has vuelto tan sabio cariño mío —Yoongi junta sus frentes cerrando sus ojos y dejando escapar un suspiro —Se que tendremos éxito porque voy a pelear hasta mi último aliento por esta familia, por defender a mi clan. Porque después de haber esperado trescientos años para formar esta hermosa familia junto al hombre que amo, ya nada puede detenerme y mientras yo tenga vida me enfrentare a quien sea con tal de que estén a salvo.

Jimin pasa sus brazos por la espalda del mayor aferrándose a él, la situación lo había superado por lo cual no pudo evitar soltar algunas lágrimas. Estaba aterrado, el miedo había podido con él, quizá antes no tenía mucho que perder pero ahora lo tenía todo.
Sus hijos, su esposo, sus hermanos y sobrinos.
No podía permitir que les hicieran daño nuevamente y la idea de una guerra lo tenía tiritando del miedo, se negaba a perder todo lo que le había costado construir.

—Cariño llora, desahógate que yo estoy aquí para secar tus lágrimas y para sostenerte. Pero recuerda que eres Park Jimin, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis, el más temible de todos y aunque ya hayan pasado años desde que no usas tu don, recuerda que está ahí a la espera de salir cuando sea el momento justo —El mayor acaricia la espalda del omega reconfortandolo —Mientras tanto, vamos a entrenar y a esforzarnos para ponernos más fuertes que tarde o temprano debemos ponerle el pecho a la situación y tú mi amado omega, no eres de esos que se escapan de los problemas.

Jimin seca sus lágrimas dejando escapar una risa por lo bajo, las palabras de su alfa le habían dado el aliento de continuar, es que tenía toda la razón.
Tarde o temprano llegaría el momento de atacar y él no sería una carga, él iba a dar lo mejor de sí mismo para defender y proteger a su familia de quien sea que deseaba hacerles daño.

Tras terminar aquella charla ambos se dispusieron a ingresar nuevamente al castillo, como reyes de Daegu estaban más que atareados con los papeleos, acuerdos y juntas a las que tenían que asistir. 
Todo eso sumándole el hecho de que en todas partes se corría el rumor de que el reino corría peligro debido a un inminente enemigo que amenazaba con atacar directamente a los líderes.
Ambos reyes sabían que todo recién acababa de comenzar y que los sucesos que les deparaba el destino no iban a ser fáciles de afrontar, tanto ellos como el reino entero corría peligro.
Lo único que les quedaba era saber exactamente a lo que se enfrentaban, a quién y cuáles eran sus intenciones.
Mientras tanto la única opción era prepararse sin saber que el enfrentamiento con su mayor enemigo hasta la fecha estaba a la vuelta de la esquina.

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Espero que les haya gustado.