Estuve asustadísimo, ¿y cómo no? Sin embargo, el sueño me superaba. Como que me quedé medio dormido, mis ojos estaban cerrados, pero mi mente estuvo consciente de todo, ¿cómo era que se llamaba esa cosa...? Ah, ¡sí! ¡Parálisis del sueño! Eso... algo así me sentí. Sentía que cosas se movían en mi cuarto, como si alguien tratara de caminar por mi cuarto, al tener yo todo desordenado, se tropezaba y chocaba con todo. Varios objetos cambian de posición, estuve muy mal esa noche.

Fueron horas que parecieron eternas, mi cuerpo no podía moverse por nada del mundo, mientras que yo podía sentir que alguien merodeaba por mi habitación, mi corazón latía a mil kilómetros por hora. Aunque haya dormido, me desperté sintiéndome fatal, con sueño, como si no hubiera dormido nada de nada.

- ¡Kirk, a desayunar! -gritó mi madre, fruncí el ceño, con una cara de culo tremenda.

- ¡Voy! -grité de vuelta y rezongué, sin ganas de levantarme.

Algo chocó con el perchero y se cayó, junto a toda la ropa. Rodé los ojos en disgusto. No quise prestarle tanta atención al asunto hasta que recordé algo...

Golpeé mi cara contra la pared en vergüenza.

Me coloqué las pantuflas y fui hacia la cocina para ver a mi madre, un poco asustado...

- ¿Qué pasó con Gary que no te fuiste a quedar a su casa? -rasqué mi nuca en nerviosismo- Más encima ni dejaste dormir anoche con tanto ruido que metías, ¿qué te pasó? -cruzó los brazos e hice una mueca.

- Nos peleamos -intenté mentir-. Y me vine como a la una para dormir.

- ¿Y no me llamaste? -ahora parecía enfadada de verdad- ¡Pudo haberte pasado algo, cabro malcriado!

Forcé una sonrisa.

- Al menos estoy bien, ¿no?

- Ya -cambió de tema-. Anda a sentarte a la mesa para comer, no pienses que te dejaré salir de noche de nuevo en lo que queda de mes, eh.

- Sí, mami -cabizbajo me dirigí hacia el comedor.

Seguí oyendo sonidos raros provenientes de mi habitación, bostecé bien fuerte y oí que algo cayó por las escaleras, me sobresalté.

- ¡Kirk! ¡¿Estuviste bebiendo anoche?!

- Ehh... un poquito -mentí para que no se enterara de la cosa que hice anoche en realidad.

- ¡¿Y REGRESASTE EBRIO A CASA?!

Mierda.

- ¡Desayunarás y te quedarás todo el día sin salir!

Asentí, asustado.

La silla de al lado se movió como si alguien se fuera a sentar a mi lado.

- Kirk, ¿recién te fuiste a sentar?

- Uhhmmm... -titubeé de manera inteligente- ¡Es que se me quedó el celular arriba y al bajar las escaleras me caí y ahora me fui a sentar!

Ella vino con la comida y desayunamos juntos, la silla de al lado se movió y quedó en su lugar.

- ¿Y eso..?

- Estoy jugando con la silla... con los pies.

- Ah, ya... -se le veía confundida.

Tengo la leve sospecha de que algún espíritu me siguió anoche a casa, porque no han dejado de joder. Esta casa es nueva y nadie a muerto por aquí, si hay fantasmas, mi madre sabrá que yo lo traje, sabe que he jugado antes a la Ouija y me mete castigos tremendos cada vez que se entera.

Al terminar de desayunar lavé los trastos que ensucié y subí a mi habitación, puse a cargar mi celular, me eché sobre la cama, revisé las notificaciones y vi los whatsapp que recibí, los chicos estaban impresionados porque no planeaban que de verdad yo hiciera esa mierda. Me dijeron loco y esas cosas por ser tan... "espiritista".

Algo chocó con la pared y luego con el piso, me asusté y pegué un enorme grito cuando una figura  no muy nítida, flotando frente a mi cama, era un chico de cabello largo como de mi edad, apareció de la nada...

- ¡AHHHHHH! -volví a gritar, lancé el celular hacia la cosa esa y mi móvil lo atravesó.

- Ay, ¿qué ibas a hacer? -la cosa esa frunció el ceño- No te basta con que me pase tropezando con tanto desorden y me lanzas esa piedra.

- ¿Quién eres? -consulté, acojonado como nunca en mi vida.

- ¡Pero si ayer te lo dije! -bufó- Me llamo Lars, ¿recuerdas? Seguro andabas muy cansado ayer que ni te sacaste los zapatos ni te tapaste... ¡Lo tuve que hacer yo y ni un gracias me dices!

Parapadeé, impactado a más no poder.

- ¿E-eres el fantasma de anoche? -asintió- N-no.... ¡No es posible! ¡Yo quemé el tablero!

- ¿Quemaste el qué? -se le notaba intrigado- Tú te fuiste y yo te seguí porque no quería perder el contacto contigo, eres simpático -sonrió-. ¿Cuál era tu nombre? ¿Kirk? -asentí, casi temblando.

- Pero... no... ¿por qué vienes aquí? No tiene sentido, deberías estar en tu mundo...

- ¿Mi mundo? ¿A qué te refieres? Yo dormía y desperté porque alguien me llamaba, tú me llamaste, y no planeo dormir tanto rato de nuevo porque no recuerdo nada.

- ¿Por eso no me respondías nada? ¿Acaso no recuerdas nada de tu vida? ¿No sabes cuándo moriste?

Abrió los ojos, demasiado, cubrió su boca y retrocedió un par de pasos, se tropezó y cayó de espaldas al suelo, me miró fijo.

- ¿M-morir? -tartamudeó estupefacto.

Oh, oh...

- ¿No sabes que estás muerto? Lars... No por algo despertarías en un cementerio...

- ¿En serio morí? -miró a todas partes- ¿Qué año es? ¿Qué mierda ha pasado?

- Lars... ¿No sabes que moriste? -cubrí mi boca, me sentí algo mal por eso- Es que... Si estuvieras vivo, mi celular te hubiera golpeado cuando te lo arrojé.

- ¿Arrojarme, qué? ¿La piedra?

- No, no... -suspiré, con algo de pena- Es un objeto de esta época. Estamos a 2016. Sirve para hacer llamadas.

- ¿Como un teléfono..? -asentí- E-entonces... Eso explica porqué no puedo tragar saliva ni sentir nada, es como si... flotara.

- Estás... flotando -aclaré-. Eso me asusta...

- ¿Cr-crees que a mí no? Ll-llevo muerto por... ¡Casi doscientos años! Es que... No, no sé que pasa....

- Kirk -me madre entró a la habitación-. ¿Con quién hablas?

- Ehhmmm... -ella estaba frente al fantasma, sin poder verlo- Yo... mandaba audios por Whatsapp.

- Ah, ya... -se iba a ir, dejó la puerta a medio abrir- No sales hasta la próxima semana, eh...

- Um, claro -hice una mueca.

- ¿Por qué esa señora no me puede ver?

- Debe ser porque yo toqué el tablero y tenemos algún tipo de vínculo.

- ¿Dices que estamos destinados a estar juntos?

- ... -le miré raro- Sí, pero no de manera gay.

- ¿Qué es gay? -de verdad que parecía no saber nada.

- Es cuando un chico quiere a otro chico.

- ¿Y eso es malo? -alzó una ceja- Jamás he oído de eso antes...

- No es malo, sólo que... no estoy interesado en eso.

- ¿Y es malo estar interesado en eso? Jamás vi algo de ese tipo, ¿es normal eso?

- Sí, es normal, lo que ocurre... ¿eres de 1800?

- 1854 -corrigió.

- Bueno, en esa época condenaban a muerte a la gente que era gay, ahora es algo aceptado porque la gente ha aprendido a asumir... que no es algo malo.

- ¿Y si no es malo entonces porque siguen existiendo gente que ama sólo a gente de sexo contrario? ¿O todos aman a gente del mismo sexo y tú eres el rarito? ¿ O aman a gente de los dos sexos?

- Ehm... es cosa de cada uno. La persona sabe lo que le gusta, no es cosa de elección, es algo que te nace si te gustan los chicos o las chicas, ser hetero sigue siendo lo más común aunque ser gay se haya masificado bastante.

- Ohhh... -sonrió- ¿Y qué otras cosas han pasado desde mi muerte? ¿Las máquinas voladoras son efectivas o siguen probando?

- ¿Te refieres a los aviones? ¡Hay por montón!

Se emocionó y su sonrisa se profundizó.

- ¡Cuéntame, cuéntame! 

Se tiró encima de la cama, encima mío mejor dicho y no sentí dolor alguno, sólo mucho aire frío haciendo presión.

- Joder, salte de encima que te cuento todo, ¿vale?

Asintió y fui a encender la computadora, con tal de entretenerlo a él y a mi también, me caía muy bien el chico, era simpático.

Íbamos a pasarla muy bien, eso lo tengo claro.