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08 - Like A Fan


Me desperté esa mañana a la misma hora de siempre, con la misma melodía molesta que era la única que lograba hacer que abra los ojos de repente sólo con el deseo de hacerla callar. Me di una ducha rápida y me puse unos jeans azules, unas zapatillas blancas y una camiseta básica que luego cubrí con un suéter rojo muy abrigado.

Tomé mis cosas para ir al trabajo para no tener que volver luego y dejé la habitación. Bajé con el ascensor hasta la planta baja, donde se encontraba el gran comedor en el que preparaban el desayuno cada mañana. Visualicé unos cuantos rostros conocidos en una mesa al final y me acerqué para sentarme con ellos en un lugar vacío.

—Buenos días —saludé a Kim y Oli cuando llegué a su mesa.

—Hola —saludó en respuesta Kim antes de meter un gran bocado de pastel de chocolate en su boca. Oli sólo se limitó a levantar la vista del libro que estaba leyendo para dedicarme una sonrisa.

Dejé mis cosas allí y fui a servirme el desayuno. Elegí algunas cosas de la gran mesa que estaba en el centro del comedor, aunque no muchas ya que no tenía demasiado tiempo. Y por supuesto, no podía faltar una taza de café para comenzar el día.

Me senté en la mesa y tragué lo más rápido que pude lo que había escogido, y terminé justo a tiempo cuando alguien vino a avisar que en cinco minutos salía el autobús que nos llevaría hasta el lugar del concierto de hoy. Me apresuré y preparé otra taza de café, pero esta vez en un vaso descartable así podría llevarlo y beberlo en el camino. Le puse la tapa y corrí detrás de la multitud que estaba comenzando a salir del hotel.

Cuando llegamos al lugar ya había terminado mi café, y lo arrojé en un cesto de basura que había en la entrada. Seguí mi camino junto al staff y con Kimberly y Oliver a mi lado, con quienes hablamos de algunas cosas sin importancia hasta que nos ubicaron en nuestros puestos. Y cómo siempre, mi lugar asignado era el panel de control detrás del escenario.

Aunque realmente no podía ir a mi puesto ahora, ya que el escenario aún estaba en proceso de ser montado. Así que el siguiente par de horas me dediqué a ayudar con eso, junto al grupo del staff de sonido que estaba en el mismo puesto que yo, y así lograr acelerar el proceso para poder poner en orden las consolas de sonido, los instrumentos y los micrófonos, y hacer todas las conexiones.

Cuando terminamos de armar todo, yo me encontraba cansada y algo acalorada, lo que hizo que deba sacarme el gran abrigo y quedarme sólo con mi suéter rojo. No encontré un buen lugar donde dejar sin que fuera a olvidarme de agarrarlo antes de irme, así que me disculpe con el resto del staff para irme un segundo a dejarlo a la sala de descanso, donde estaban el resto de las pertenencias de todos.

Recorrí unos cuantos pasillos hasta llegar allí. Una vez dentro me llevo más de lo que esperaba encontrar mis cosas, ya que la gran cantidad de personas que fueron llegando más tarde habían dejado sus cosas aquí y era todo un desorden. Revolví entre abrigos y bolsos, y luego de un rato de escarbar finalmente hallé mis cosas.

Dejé mis cosas en un lugar más despejado, sobre una mesa de madera que se encontraba en un rincón en el fondo del lugar. Mi móvil hizo un sonido que indicaba que tenía la batería baja, así que aproveché para buscar el cargador en mi bolso para poder conectarlo en el panel de control cuando volviera. Mientras hacía esto, la puerta hizo ruido, abriéndose y dando paso a alguien al lugar. Me volteé y me encontré con una figura corpulenta, la cual reconocí como Christian cuando se acercó hasta mí y me observó a través de sus gafas.

—Evans, ¿Cómo estás?

—Bien —respondí de forma escueta, observándolo.

Había algo en Christian que me hacía sentir incómoda. Era como una vibra extraña que no sabía describir con exactitud, pero que me hacía querer estar lo más alejada de él que sea posible. Maldije en mi cabeza por tener un bolso tan grande y lleno de idioteces que me impedían hallar mi cargador con rapidez.

—Sólo quería comentarte que Harry ha hablado conmigo anoche —se acercó y posó su mano sobre la mesa para recargar su cuerpo sobre ella—. Me ha dicho que le gustaría que hoy vieras el concierto desde el público.

—Sí, me ha dicho que hablaría contigo.

—Pues no hay problema con eso, siempre y cuando termines con tus tareas antes de que comience o vayas a ayudar cuando te llaman. Eres libre de hacerlo por hoy, tienes mi permiso —sonrió.

—No hay problema con eso, siempre pongo mis tareas como prioridad —lo miré mientras asentía, y luego continúe con mi búsqueda por unos segundos hasta que finalmente tenía el cargador en mis manos.

—Genial, entonces disfruta del show —hizo una pausa—. Por cierto, ¿Cómo te estás adaptando?

—Lo mejor que podría hacerlo. Creo que lo peor son los cambios de horario.

Pronto me vi envuelta en un intento de su parte de continuar la charla, pero yo no tenía ganas de seguir hablando con él realmente. Así que me excuse con que debía volver a mi puesto para terminar mis tareas antes del concierto, a lo que el no se opuso y me dejo ir. Salí de la sala y di un suspiro antes de volver a mi puesto.





* * *




—¿Así que él lo ha sugerido? —Preguntó Kim, luego de que le contara que Harry quería que hoy observara el concierto como una fan más—. Oh, y no sólo eso, sino que también has hablado con él... y en más de una ocasión —ella arqueó una ceja como sugiriendo algo y yo reí.

Sep, eso pasó —metí una patata frita en mi boca del paquete que estábamos compartiendo mientras conectábamos cables en la consola—. No ha sido más que de casualidad y unas cuantas palabras.

—Créeme, conozco a Harry —posó su mano en mi hombro, dejando de lado su trabajo con los cables— Él es demasiado agradable, lo sé. Pero no suele dar iniciativa y mucho menos hacer esa clase de invitaciones.

—¿A qué te refieres con "iniciativa"? —le di una mirada confusa.

—Oh Drey, no bromeabas con lo de vivir pérdida —rió y negó con la cabeza divertida, como si mi pregunta fuera lo más obvio del mundo—. Eres bonita, inteligente y con alguna clase de superpoderes de audición en colores. Eres alguien interesante y Harry no lo ha pasado por alto, es obvio que le interesas. Y no me malinterpretes, no digo que quiera meterse en tu cama o algo así, tal vez sólo busca conocerte más o iniciar una amistad. Pero sea lo que sea, le atraes de cierta forma, y de eso no tengo dudas.

Esas palabras salieron de ella sin avisar, y sin querer me quedé en silencio con ellas dando vueltas en mi cabeza. No me había puesto a pensar en los encuentros que había tenido con Harry de esa forma, simplemente era algo que no me había planteado antes. Tal vez él sólo sentía pena por la chica nueva a la que le pagaban menos que el resto y eso era todo.

No respondí, al menos no de inmediato. Y no era porque no quisiera, sino porque no sabía que decir. Y sabía que cuanto más tiempo pasaba, ella sentiría que era porque estaba dándole la razón a sus palabras y no quería que pensara eso. Así que no encontré otra solución que responder con algo inútil.

—Pues si le intereso podría haberlo demostrado dándome uno de esas enormes suites del hotel como en la que él se aloja —bromeé. Sin sentido, pero sin cambiar de tema; esa era la forma de cambiar el rumbo de una conversación sin que el otro lo notara.

—O tal vez podría haber compartido contigo la suya —guiñó un ojo y ambas reímos por el poco sentido que tenía el rumbo que había tomado la conversación.

Luego de eso hablamos de otras cosas triviales, como las ganas que teníamos de llegar a la próxima parada del tour, ya que ambas estábamos encantadas con la idea de visitar Alemania. Y entre nuestra conversación, pronto terminamos de conectar todo.

—Gracias por ayudarme —agradecí a Kim.

Cuándo le conté lo que Harry me había propuesto y que Christian había aceptado con la condición de que terminara mis tareas a tiempo, ella no dudó en ayudarme para que logre terminar más rápido y estar preparada para el concierto.

—No hay de qué —hizo una pausa—. Me siento como la hermana mayor que ayuda a su pequeña hermana a terminar sus tareas para escabullirse con su chico —ambas reímos ante la idea absurda.

Sabía que Kim era hija única y que siempre había soñado con tener una hermana, pero a sus padres no les fascinaba tanto la idea. Ella siempre fue una chica algo rebelde que siempre se metía en líos, y ellos pensaban que con una Kimberly James en sus vidas era más que suficiente.

El sonido que unas voces se hizo presente de a poco, y este cada vez era más alto en advertencia de que había un grupo de personas acercándose. Fui hasta mi teléfono que estaba cargándose a un lado de la consola, y la hora me hizo darme cuenta de que a pesar de que no faltaba mucho para el concierto, aún era temprano. Hoy habían decidido no hacer prueba de sonido, ya que en el día libre de ayer habían hecho una pequeña prueba unos pocos miembros del staff.

Kim vino a mi lado y se despidió de mí, ya que al ayudarme había dejado sus tareas de lado y ya se le estaba haciendo algo tarde.

—Te veo en la noche —dijo por último antes de desaparecer por el pasillo.

No llegué siquiera a moverme o a pensar en hacerlo, cuando alguien apareció detrás de mí de imprevisto. Cuando finalmente me volteé por completo, me topé con una cabellera ondulada que reconocí enseguida como Harry.

—Ey, ¿Qué cuentas, Audrey? —saludó mientras pasaba una mano por su cabello para acomodarlo.

Di una mirada rápida, lo suficiente como para que no se diera cuenta. Llevaba puesta una camiseta color óxido y sus clásicos jeans negros ajustados. Y para cerrar con moño el atuendo, no podía faltar un par de botas negras en sus pies.

—La verdad es que nada interesante, sólo estaba conectado los últimos cables por aquí —me giré un segundo para señalar los cables en la consolas—. ¿Qué haces aquí tan temprano? El concierto no comienza hasta dentro de dos horas y pensé que vendrían más tarde.

—Bueno, de hecho soy el primero en llegar —se acercó más a mí con las manos en sus bolsillos—. Es sólo que la estilista me pidió si podía venir antes. Dijo algo sobre un champú y algunos productos nuevos que quería probar en mi cabello antes del show de hoy —No pude contener una pequeña risa que salió de mí, y él sonrió de lado—. ¿Qué es tan gracioso?

—Lo siento, es sólo que no pude evitar imaginarte como el conejillo de prueba de la estilista —mordí mis labios y puse una mano sobre mi boca, a la vez que tenía mi vista en el suelo porque realmente no sabía por qué había reaccionado así, y me sentía avergonzada. Retome el habla cuando por fin calmé mi risa—. No sé por qué me he reído, eso estuvo fuera de lugar —admití.

—No te preocupes. Si quieres puedes acompañarme para cerciorarte de que no me deje calvo —su sonrisa se amplió aún más.

Era increíble como con una simple broma, podía volver el ambiente agradable otra vez. Supongo que habrá notado la repentina incomodidad que sentí al hacer ese comentario, y él me había seguido la corriente para hacer que todo deje de ser incómodo.

—No sé si debería ya que estaré viendo el concierto más tarde, pero de todas formas he terminado con mi trabajo por aquí.

—Oh, cierto. Me había olvidado de mencionarlo, pero creo que Christian te ha pasado el mensaje —me señaló con el dorso de su mano mientras entrecerraba sus ojos un poco. Asentí—. Recién me lo he cruzado y me ha dicho que debes ir a que te de un comunicador, para llamarte luego por si te necesitan.

—Está bien, no hay problema con eso —rasqué una comezón imaginaria en mi antebrazo—. Debería ir ahora antes de olvidarlo.

—Él está en una oficina de camino a los camerinos, si quieres puedo acompañarte y luego vienes a ver como destruyen mi cabello —sugirió Harry.

—Sí, seguro. Vamos.

Comenzamos a caminar a su lado, o más bien a seguirlo ya que no tenía idea donde estaban la oficina o los camerinos. Tuve que apurar mi paso para equiparar la velocidad de sus piernas largas, así que se convirtió en algo como una carrera para mí.

Unos cuantos pasillos después Harry me indicó que ya estábamos frente a la oficina, a lo cual le dije que espere en la puerta mientras yo hacía lo que debía hacer. Entré en el lugar, y por suerte no tardé demasiado en que me diera el comunicador y que me explicara cómo funcionaba. Y en menos de lo que pensaba, ya me encontraba de nuevo al lado de Harry de camino a los camerinos.

Giramos a la derecha y finalmente llegamos a destino. La puerta estaba cerrada así que Harry golpeó contra la madera. Finalmente entramos cuando oímos una voz dentro que gritó "Adelante". Una sala llena de percheros con ropa, espejos y productos de belleza se presentó frente a nosotros en el momento en que entramos.

—Hola, Lou —saludó Harry. Se acercó hasta la mujer que estaba al otro lado de la sala y besó su mejilla.

—Que gusto que hayas podido venir temprano, Harry —dijo ella con sus manos agarrando sus brazos y dando un apretón en forma de saludo, pero luego lo soltó—. Primero necesito que vayas al baño y te laves el cabello dos veces con esto —dijo ella ofreciéndole una botella de champú.

Harry lo tomó y lo observó, leyendo con atención la descripción del producto mientras con la mano libre tocaba su labio inferior de forma pensativa.

—Está bien, iré a lavarme —dijo mientras caminaba a la puerta, y levantó la vista para cruzarse conmigo, lo que detuvo su paso por un momento—. Puedes quedarte con Lou, no tardaré más de cinco minutos.

—No te preocupes, esperaré aquí —sonreí en respuesta, y él continuó su paso hasta que abandonó la habitación.

Observé el lugar mientras tanto. Había cuatro percheros, cada uno con el nombre de alguno de los chicos, escrito en un papel que habían pegado con cinta adhesiva si cuidar mucho los detalles. Me detuve más mirando el de Harry, pero aún parada en donde estaba.

—Puedes husmear si quieres, yo no diré nada —dijo Lou con una sonrisa mientras ordenaba algunas cosas frente al espejo.

—Soy Audrey, por cierto —me presenté en cuanto me di cuenta que Harry no me había presentado.

—Lo sé, Harry me ha dicho que era probable que viniera contigo. Además lo he leído en tu identificación —como acto reflejo dirigí mi vista al letrero que colgaba en mi pecho, y no niego que haya tenido que sacar algo de papada y ponerme un poco bizca para lograrlo—. Como dije, no tengas miedo de husmear.

No iba a negarme si tanto insistía, así que obligué a mis pies a moverse unos cuantos pasos hasta el perchero de Harry. Comencé a pasar las prendas colgadas, sintiendo la tela y oliendo sin querer el aroma a perfume para ropa mezclado con el del dueño de estas prendas. No me sorprendió encontrar una colección de jeans negros ajustados ni de camisas con motivos extravagantes. Las telas al tacto se sentían muy bien, lo cual tenía relación con las etiquetas de marcas importantes que tenían cosidas en el interior.

— Tú, pequeña husmeadora —dijo una voz entrando en la habitación, y rápidamente solté la camisa que estaba observando y me volteé hacia él con cara de inocente. No había forma de negar que me estaba haciendo cargo de ser la pequeña husmeadora—. No puedo creer que Lou te haya dejado —dijo en un tono sarcástico mientras hacía una cara extraña.

Su cabello estaba mojado y aplastado sobre su cabeza, y no podía creer que aun así siguiera viéndose atractivo.

—Oh, cállate. Tú la abandonaste aquí ¿Qué esperabas que hiciera mientras? —Dijo Lou rodando sus ojos—. Ven, siéntate aquí —palmeó la silla giratoria que estaba frente a un gran espejo. Harry camino hasta allí y tomó asiento.

—Lo siento, no sabía que te molestaría que viera tu ropa —dije arrepentida.

De alguna forma me sentiría realmente mal si él se hubiera enojado por eso. No quería que se moleste conmigo, y me sentía erróneamente angustiada de que lo estuviera.

—Tranquila, sólo estaba bromeando —dijo sonriendo y agitando sus manos en signo de negación, mientras yo lo observaba a través del reflejo del espejo. Luego se dio vuelta para mirarme directamente—. Y deberías dejar de disculparte tanto conmigo.

—Lo intentaré —sonreí.

El siguiente rato estuve sentada en el sofá que estaba detrás de ellos, observando como metían productos en el cabello de Harry. En ese tiempo las bromas, anécdotas y comentarios graciosos llovieron, y me di cuenta que realmente Lou era una mujer muy agradable.

También descubrí una faceta nueva de Harry. A pesar de que no me metí demasiado en la conversación, más que unos cuantos comentarios cuando Harry me preguntaba algo para que no me sintiera fuera de lugar. Verlo hablar tan despreocupadamente con alguien que conocía hace tiempo fue algo genial. Amaba observar a las personas y descubrir cosas por la manera en que expresan, y la forma de Harry de hacerlo era tan cálida que incluso llegaba a ser reconfortante sólo con oír su voz.

Harry ya casi estaba por terminar con su cabello ya que faltaba media hora para que el show comenzara, pero yo tuve que irme antes porque mí me llamaron por el comunicador para realizar una tarea de último minuto. Me disculpé con ellos mientras me levantaba del sofá.

—Nos vemos en el show —dijo Harry con una sonrisa contenida y casi imperceptible.

—Si es que logras encontrarme entre la multitud —crucé mis brazos sobre mi pecho.

—Oh, créeme que lo haré —esta vez dejo su que su sonrisa se librara y se expandiera en su rostro.




* * *




Toqué unos pequeños acordes en la guitarra que tenía en mis manos por última vez, procurando que todo estuviera en orden. Resulta ser que el llamado de emergencia de hace un rato había sido porque nadie había notado que a una de las guitarras que usarían e el concierto se le había roto una cuerda, y me habían llamado para que la cambiara. Luego de eso tuve que afinarla, y ahora ya estaba en condiciones nuevamente.

El show comenzaría en unos pocos minutos, así que le entregué la guitarra a uno de los técnicos de sonido que se encontraban en mi puesto, quien se encargaría de acomodarla de vuelta en el escenario.

Yo comencé mi camino a través de unos pasillos hasta llegar a una gran puerta que daba al estadio, a través de la cual se podía ver que estaba repleto de fans bajo el cielo nocturno, gritando y esperando ansiosas porque sus ídolos salieran a escena. Hablé con un guardia que se encontraba allí en la puerta, y me dijo que había un lugar reservado para mí en primera fila. Agradecí y comencé a caminar hacia mi derecha para llegar hasta adelante, donde visualicé una silla que llevaba pegado un cartel con mi nombre y se encontraba justo a la mitad de la pasarela del escenario.

Con que a esto se refería Harry con que me encontraría entre la multitud, si prácticamente no había una ubicación mejor y más visible en todo el lugar. Por lo que sabía, era algo así como una zona exclusiva para invitados, y era más de lo que esperaba que Harry haría cuando me había invitado a ver el concierto. O mejor dicho, a verlo a él.

Llegué hasta mi lugar, pero no me dio tiempo siquiera a tomar asiento cuando el video de introducción comenzó a reproducirse en las pantallas al ritmo de los instrumentos de la banda. Tomé un papel que había en mi asiento antes de acomodarme, el cual era la lista de canciones del concierto, lo cual agradecí ya que realmente no conocía todas sus canciones y si no me sentiría algo perdida.

De repente una ola de gritos comenzó a hacerse cada vez más fuerte y me obligó a poner atención en el frente. El video ya había terminado, y la banda había comenzado a tocar la melodía de lo que era la primera canción, la cual suponía que era "Clouds". Una puerta se abrió en el centro del escenario, dando paso a los chicos mientras que un espectáculo de fuegos artificiales alumbraba el lugar. Debo admitir que tal vez enfoqué mi atención un poco más en Harry que en el resto de los chicos.

A Harry se lo veía algo desconcentrado mientras cantaba, observando entre la multitud con su rostro inexpresivo. En un momento cuando llegó con su vista hasta la zona donde estaba sus ojos se cruzaron con los míos y sus labios repentinamente se curvaron hacia arriba. Levantó la mano y me saludó, y un silencioso "Te lo dije" salió de su boca. No lo había dicho por el micrófono así que tuve que leer sus labios para entenderlo, lo que hizo el momento más íntimo. Yo saludé de vuelta mientras una risita tonta se escapaba de mí, lo cual el vio, pero luego despegó su atención de mi para continuar con el concierto.

Intenté prestar bastante atención a las siguientes canciones, ya que muchas de ellas no las conocía y realmente tenía ganas de aprender más sobre sus melodías y sus letras. Siendo sincera no era mi estilo de música, pero de cierta forma me gustaba. Además la energía que transmitían en el escenario hacía que el mensaje que transmitían llegué de una manera especial, haciendo que cada alma de este lugar se conecte con su música, y creando un ambiente que te ponía los pelos de punta. Y la manera que tenían de interactuar con la multitud o como se movían tan naturalmente en el escenario eran la cereza del postre que hacían que todo fuera incluso más mágico.

Cuando la canción que identifiqué como "Girl Almighty" terminó, hicieron una especie de pausa para hablar con él público. Liam fue el primero en tomar el lugar, y luego de una pequeña charla le cedió el lugar a Harry.

—Con ustedes, ¡el señor Harry Styles! —gritó Liam.

Las fans gritaron al oír su nombre, y a esta altura del show me encontraba tan metida en el asunto que casi que tuve que contenerme para no hacer lo mismo.

—Es bueno verlos de nuevo Ámsterdam ¿Cómo están esta noche? —el público respondió con una horda de gritos en respuesta, mientras el estaba al final de la pasarela y poniendo la mano detrás de su oído haciendo que el volumen de los gritos aumentara— Nada mal.

Tuvo una conversación con el público, la cual se basaba en él preguntando cosas y el público respondiendo con gritos. Pero más allá de eso, viéndolo desde el lugar que lo haría una fan y no desde detrás del escenario cono yo siempre hacía, había una conexión innegable entre ambas partes

El público amaba el pequeño espectáculo que estaba montando Harry, y Harry había nacido indudablemente para ser ese espectáculo.

—Y por último déjenme pedirles un pequeño favor —dijo mientras levantaba su dedo índice en el aire—. Hay alguien especial entre la multitud observando el concierto esta noche, así que por favor sigan siendo así de increíbles por el resto de la noche —señaló a su alrededor—. Muchas gracias, esto es Story Of My Life.

¿Acaso yo era esa persona especial que estaba viendo el show esta noche? Tuve que echar un vistazo a mi alrededor para darme cuenta que la única persona con su nombre en la silla era yo. Mierda, esa persona era yo. Y lo confirmé cuando Harry se volteó para caminar por la pasarela, y buscó mi mirada para darme una sonrisa de complicidad. Algo dentro de mí se alteró en ese momento, no sabía bien qué, pero hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

El resto del concierto estuvo demasiado bien, y la verdad la estaba pasando genial. Todo eso se sumó al espectáculo final de fuegos artificiales mientras el concierto terminaba, fue algo increíble de ver y bastante hermoso. Y pongamos algo en claro, también era una excelente distracción mientras los chicos huían antes de que el estadio comenzara a vaciarse y las calles se conviertan en un caos.

Pero yo no tenía esa suerte, ya que cuando ellos terminaban de dar el concierto mi trabajo seguía. Y como sabía eso, me obligué a mí misma a caminar a las consolas a un lado del escenario antes de que terminara el concierto. Sabía que debía hacer mis tareas, y el hecho de haberlas abandonado para ver el concierto —aunque haya sido con permiso— me hacía sentir culpable.

Un momento después de que llegué a mi puesto los chicos aparecieron, dejando el escenario. Dejaron sus auriculares y micrófonos en una caja ya que debían apurarse para llegar a la camioneta que estaba esperándolos afuera antes de que comenzara el descontrol. Y por eso me sorprendió que entre tantas corridas, Harry se movía en cámara lenta como si no le importaran los segundos contados que tenía para escapar. Más aún me impresionó cuando esquivó la caja, y cambió su dirección hasta llegar a mí y darme él mismo sus auriculares y micrófono en la mano.

—Gracias por vernos esta noche, Drey —sonrió mientras yo tomaba las cosas que tenía en sus manos.

—Ha sido un placer. Gracias a ti, Harry.

Alguien gritó su nombre y él se volteó, encontrándose con un hombre que le dijo que debían irse. El volvió su vista hacia mí y me plantó un beso suave en la mejilla.

—Nos vemos luego —se despidió mientras se alejaba y me saludaba con su mano, dejándome allí con mis pensamientos trabajando a mil por hora.





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Me ayudarían demasiado si votaran en la historia, además me encanta saber que piensan y que sentimientos surgen en ustedes al leer la historia.

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