03
Corea... Seúl... 1459
Esa peli negra abrió sus ojos de golpe, sus ojos se encontraron con el Río Han.
Miró todo a su alrededor, era de noche. Los árboles danzaban al ritmo del viento. Sin poder evitarlo llevó sus manos a su estómago.
Entonces ese recuerdo la acecho.
- Agh... - salió de sus labios para jadear del dolor que sintió en ese momento, bajó la mirada para encontrar esa espada y la sangre abandonar su cuerpo, pero en su lugar vio su vestido verde intacto.
Que raro... ella no vestía de verde.
Su mente comenzó a colapsar de repente, sintió que todo le daba vueltas. Sin poder evitarlo llevó sus manos a su cabeza para negar con fuerza.
¿Qué pasaba? No sabía. Todo comenzó a darle vueltas, escenas pasaron por su mente como si toda su vida estuviera pasando frente a ella, corriendo.
Jimin sonriendole, ella hablando con él. Ambos planeando escapar. Taehyung tomando su mano, las miradas que se daban. Cómo tenían tantas cosas en común. La manera en que su amor rebelde ganaba. Neytiri y ella conversando, ambas abrazándose. Planeando escapar.
Neytiri llorando junto a Taehyung, Jungkook confesandole que le atraía. Sus padres, su partida al bosque.
Su muerte...
"Lo siento... Neykiri..."
Escuchó esa voz, esa voz que tanto amaba escuchar.
Sentía que se volvería loca, no tenía idea que era lo que sucedía.
"Pero antes de mis sentimientos... debo ser leal a quién le juré lealtad..."
De nuevo la espada volvía a herirla.
- NOOO- gritó con miedo para llevar sus manos al estómago nuevamente, sus ojos se cristalizaron. - Agh...
"Espero que puedas perdóname, por haber sido yo quien te arrebató el último aliento..."
- Agh... n-no por fa-vor... MG... - sus sollozos salieron con tanto dolor, tanta tristeza que no pudo evitar dejarse caer al suelo.
Su mundo daba vueltas, no podía creer nada.
¿Acaso era un sueño?
Tal vez estuvo soñando todo y acababa de despertar. Pero... se sintió tan real...
No podía creer nada, el era su amor rebelde. Su amor prohibido, el era el general y ella la futura princesa heredera de esa Dinastía. Tenía un futuro brillante, su futuro ya tenía todas las líneas y hechos. Pero su corazón no correspondía al destino planificado. Su rebelde corazón, se enamoró del que no era. Tomó el camino de un amor rebelde, prohibido. Quiso dejar atrás e ignorar su destino, pero terminó siendo todo una mentira... acabaron con su amor.
El la asesinó y la mano no le tembló. Ni siquiera su mirada mostraba arrepentimiento. La tiró en el abismo.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAGH!- gritó con fuerza asustando las aves, halo sus cabellos con furia. Las lágrimas salían de sus hermosos ojos con desdén.
Sus ojos cambiaron a un color verde, sin ella darse cuenta.
- ¡¿POR QUÉ TÚ?! aghs... - sus lágrimas provocaba que los animales del bosque, cerca de ese palacio, lloraran junto a ella.
No sabía que hacer. Sentía que su mundo estaba destrozado. Rechazó a aquel que le correspondía por destino, para irse con aquel que acabaría con su vida.
- ¡TE ODIO! - gritó con tanto dolor, porque ni siquiera podía odiar de verdad.
Las lágrimas caían al césped.
Sentía que no entendía nada.
- S-Solo es un sue-ño... - se decía a sí misma.
Llevó sus manos a su cabello, halaba de este sin compasión alguna mientras las lágrimas acariciaban sus mejillas.
Lo amó, ella realmente se había enamorado de él a pesar de no ser su destinado.
Pero entonces, ¿quién era realmente su destino?
- ¿Neykiri?... - escuchó esa voz gruesa, tan pacífica.
Dejó sus cabellos tranquilos, para bajar sus manos. Con miedo y pesar comenzó a voltearse de manera lenta, tortuosa.
El castaño la miró con el ceño fruncido, las lágrimas se habían apoderado de sus mejillas. De tan solo verlo, rompió en llanto.
Al fin alguien que conoce...
Pero... ¿Porqué siente que esto ha sucedido antes?
- ¿Estás bien?
"¿Estás bien?"
Con tan sólo eso supo todo, sin pensarlo se lanzó a sus brazos para llorar. Algo confundido, correspondía al abrazo.
No podía creer que haya regresado al pasado.
Era imposible.
Ella se le quedó mirando, miró el Río.
- Si majestad... - escuchó cerca de ambos.
Lentamente se separó del castaño, su piel se erizo de solo imaginarlo. Dio pasos atrás al ver a ese hombre.
Su traje de general siempre presente junto a su espada.
Su espada...
- Tú... - susurró recordando cada escena. No sabía si era un sueño, una revelación del futuro o parte de su vida pasada.
El rubio la miró sin entender, aparentemente. Sin pensarlo se acerca a él a pasos lentos bajo la atenta mirada de los dos. Una vez frente a él lo mira por última vez dejando que una lágrima cayera de sus bellos ojos. Esa escena se repetía en su cabeza una y otra vez, sus manos le temblaban
Pah!
Se escuchó en todo el lugar, el rubio volteó su rostro sintiendo su mejilla arder. No tenía idea de lo que sucedía.
El castaño abrió sus ojos totalmente sorprendido.
- ¡Eres despreciable!- le gritó ella entre lágrimas para abalanzarse a él pero el castaño la toma de su cintura para alejarla. - ¡Suelteme!
Su corazón dolía.
El rubio la miró, con su mejilla totalmente enrojecida. No entendía nada.
Taehyung ladeó la cabeza para que se marchara y así lo hizo. Comenzó a alejarse y la peli negra se dejó caer rendida en los brazos del castaño para llorar con todas sus fuerzas.
No entendía nada.
¿Que sucedía?
Debería de estar muerta.
- Shh, calma... - por alguna extraña razón las palabras del castaño acariciando su cabello lograba callar sus lamentos y tranquilizarlos.
Taehyung sentía que su dolor era demasiado real, muy sincero. El sufría al verla llorar con tanto sentimiento, esa mujer se estaba desgarrando el alma.
- Mgh... Agh... - jadeaba tratando de respirar, pero no dejaba de llorar.
- Si no te detienes... - habló con preocupación- ... no podremos ir a la ceremonia.
No quería decirle eso, pero ni siquiera eran cercanos para consolarla. Ella entre jadeos, se dispuso a mirarlo a sus ojos. Podía ver tanta pureza en ellos, mientras que Taehyung veía tanto dolor el sus bellos ojos, que su alma se oprimía.
- ¿Cere-Ceremonia?... - casi no podía ni hablar, pero estaba confundida. El llevó sus manos, al rostro de la mujer para quitar con delicadeza sus lágrimas de sus mejillas rellenitas.
Ella se le quedó mirando a sus ojitos, tal vez dándose cuenta del error que había cometido.
- Hoy se anuncia el compromiso, ¿recuerdas? - le preguntó a lo que ella frunció el ceño.
¿El compromiso?
- Pero si esa fiesta ya se hizo... - dijo ella con desconcierto.
El sonrió para negar.
- Tal vez lo soñaste, porque esa fiesta es hoy... - ella desvió la mirada perdiéndose en sus pensamientos.
Si la fiesta era hoy y hace tiempo, cómo ella lo tenía en su mente. Solo había dos opciones.
Lo soñó.
O
Volvió al pasado.
Volvió a mirarlo, para ver como el la miraba con una mirada inquisitiva.
Algo andaba mal...
●●●
Esa peli negra corría con fuerza por todo el bosque. Su mente no podía dejar de recordar toda su vida, desde su infancia, adolescencia y adultez.
Sus lágrimas caían en el césped, lastimando a las hermosas flores y la fertilidad de la tierra. Sostenía su vestido, sus pies desnudos pisaban las plantas con fuerza.
Su peinado se desvanecía por completo, pero a ella no le importaba.
<<Neytiri >>
Escuchaba constantemente, las voces de todas las personas involucradas en su vida. Sentía que se volvía loca.
<<Escapemos a dónde los ojos del Rey no pueda vernos>>
Había sido una ilusa, una ingenua.
Sus emociones la estaban afectando, no sólo a ella, sino también a todo lo que la rodeaba. Las aguas de los Ríos, océanos, comenzaron a alterarse. Estaban furiosos. Las olas chocaban con las rocas, cosa que no pasó desapercibido para el castaño y esa mujer tan parecida a Neytiri. Se vieron en la obligación de regresar al palacio.
- ¡DETENTE! - gritaba sin dejar de correr, sin embargo, fué obligada a hacerlo cuando delante de ella apareció esa escena.
<<ADÚLTERA >>
Esa espada en su cuello, esa mirada tan fría de él peli negro con quién debía casarse desde un principio.
Intentando escapar de ese recuerdo que aparecía frente a ella, como si de una escena de teatro se tratase, le dio la espalda para correr por el mismo camino del que venía.
Pero parecía que no podría escapar de su realidad.
<<Es la hija de una traidora >>
Ella negó con sus ojos enrojecidos de tanto llorar, sentía que nuevamente estaba ahí, viendo al peli negro con sus ojos cristalizados diciendo esas palabras.
Entonces volvió a tomar otra ruta, miró hacia su izquierda para caminar hacia esa dirección con miedo de que sus recuerdos vuelvan a perseguirla. Los árboles comenzaron a danzar con furia, las hojas caían de ellos y el aire envolvía el cabello y vestido de la peli negra destrozada.
<<Siempre le seré leal>>
<<Entreguele esta carta al príncipe Jungkook, por favor>>
<<Siempre serás mía >>
Su corazón latía muy rápido, sentía que se volvería loca. Entre lágrimas le dio la espalda a ese recuerdo para ir hacia el lado contrario, su derecha.
Y ahí estaba nuevamente, esos recuerdos tan dolorosos.
<<¿Cómo puedo creer en sus palabras, cuando ahí dice lo contrario?>>
Esa carta arrojada a su cuerpo desnudo, sin piedad alguna.
<<¡NO SOY HIJA DE NINGUNA REINA! >>
Ese grito lleno de desesperación de su parte.
<<Corten sus genitales...>>
El cruel castigo del Rey, que la dejó sin ganas de vivir. Sin poder evitarlo llevó sus manos a su intimidad.
<<Neytiri...>>
<<Jungkook>>
La manera en la que se miraron, esa tristeza en sus ojos. El arrepentimiento de lo que hicieron.
Sus manos temblaban con fuerza, los animales se escondieron al ver como sus emociones afectaban a la naturaleza. El océano estaba embravecido. Los árboles furiosos, el cielo entristeció, las estrellas desaparecieron.
- Agh... P-Por fa-vor... - salió de ella entre jadeos, su labio inferior temblaba y su voz estaba desequilibrada. Llevó sus manos a su cabello.
<<A la horca>>
Cómo su padre murió, cómo murió ella. La manera en la que Jungkook lloraba, cómo corría para detener todo. La manera en la que ella lo miró, como si supiera algo más. Sabía que había algo que no recordaba.
<<Neytiri >>
<<Neytiri >>
<<¡¡AAAAAAAAAAAAAAAGH!!>>
Sin poder evitarlo halo sus cabellos, cerró sus ojos y comenzó a mover su cabeza de un lado a otros para olvidar. Pero solo lograba que esos recuerdos la atormentaran.
- ¡¡DETENTEEEEEEEEE!! - gritó con fuerza, desgarrandose la garganta para dejarse caer al sueño destrozada.
Y como si de magia se tratase, los árboles se detuvieron inmediatamente, la marea se calmó, las espesas nubes negras se apartaron dando lugar a las estrellas... a la luna. Sus recuerdos cesaron. Fué como si hubieran recibido una orden de su Diosa.
Sin vida, sin fuerzas alguna para enfrentar todo, se dejó caer en el césped para acostarse de manera fetal. Se encogió para permitirse llorar como si no hubiera un mañana. Estaba destrozada.
Los animales salieron de su escondite acercándose a ella de manera sigilosa, la miraban con tristeza. Los seres que eran parte del otro mundo, almas puras en busca de la paz, se acostaron junto a ella para abrazarla.
Ella ni siquiera las veía, estaba tan sumergida en su llanto, en su dolor, que ni siquiera podía sentir el frío acompañado con una sensación acogedora.
El peli negro que había salido en su búsqueda, para poder concluir la ceremonia, dejó de caminar con esos tacones en sus manos, al ver a la peli negra de vestido rojo, en el suelo, siendo rodeada por animales.
Dejó salir el aire al verla tan vulnerable, llorando sin intención de detenerse. Ella era demasiado frágil y torpe ante sus ojos.
- Perdóname... - susurró con pesar.
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