✧c.-074
N/A: Este capítulo me ha dejado completamente rota, lo juro xD
Cap dedicado a ttokkii_com ♡♡
Hoy os recomiendo 'Eyes Wide' de Alfie Jukes, una vez más gracias al Descubrimiento Semanal.
[...]
Esa noche, como era de esperar, TaeHyung no pudo pegar ojo ni un segundo. Mientras Jungkook dormía profundamente, como un bebé, abrazado a él y abultando los labios en sueños, TaeHyung permanecía entre sus brazos, con los ojos abiertos de par en par y el corazón en la garganta.
Tener más información de la necesaria era algo que odiaba con todo su ser, pues ya no sólo se trataba de guardar un secreto inocente, mínimo; sino privarle a la persona que amaba de algo tan necesario como la verdad. Y temía que, una vez Jungkook la conociera, todo cambiara drásticamente. Temía que callar algo cuya responsabilidad no recaía en él pusiera en peligro su relación con Jungkook. Nunca se lo perdonaría.
A la mañana siguiente, agotado y con ojeras que le hacían parecer un mapache con maquillaje exótico, TaeHyung se preparaba para salir de casa con Jungkook, quien llevaba vestido más de diez minutos y simplemente se dedicaba a esperarle.
"He pensado que podríamos ir a ese sitio de ensaladas para comer, llevamos tiempo sin ir y debes tener ganas." Propuso Jungkook, mirándole con los ojos brillantes.
Él le dedicó una sonrisa, asintiendo. Era incapaz de negarse, incluso si sabía que lo último que querría este nada más salir del hospital, sería salir a ninguna parte. Probablemente ni siquiera tendría ganas de ver a nadie.
"Me parece bien, sí."
Por supuesto, Jungkook notó la falta de ánimos en su respuesta, incluso si se esforzaba por ocultarlo.
"¿Seguro que te lo parece? Porque ni siquiera estás emocionado..."
"Estoy muy emocionado, cariño, pero esta noche apenas he dormido y todavía tengo el cerebro acostumbrándose al día..." Aseguraba, negándose a hacerle pensar que pasar tiempo con él no le resultaba emocionante en absoluto. "Pero sabes de sobra que ir contigo a mi lugar favorito de ensaladas es lo que más me gusta en el mundo."
Esta vez, más satisfecho y encantado con aquella respuesta, el azabache alzó las cejas.
"¿Justamente eso es lo que más te gusta hacer en el mundo? ¿Conmigo?"
TaeHyung soltó una carcajada. "Una de las cosas que más me gustan, sí."
"Ah, eso ya está mejor..."
"Eres un cerdo, Jungkook, siempre pensando con la cabeza de abajo..." Le dijo sin dejar de reír, meneando la cabeza de un lado a otro. Luego, conforme su risa se apagaba, suspiró, viéndose decaído otra vez sin siquiera poder evitarlo.
Jungkook no tardó en notar el modo en que su rostro se volvió triste otra vez, con la cabeza gacha mientras se ponía los pantalones. Aquel cambio tan repentino le preocupó, pues TaeHyung se veía realmente consternado, angustiado y lleno de miedo, como si algo le atemorizara.
"Rubito." Lo llamó. Este levantó la cabeza para mirarle. "¿Qué te pasa?"
Y, en respuesta, lució extrañado, como si no supiera lo que significaba aquella pregunta ni por qué se la hacía.
"Nada, ¿por qué?"
"Porque no te ves bien y no hablo de tu aspecto. Pareces triste, decaído... ¿Te preocupa algo? ¿Alguien?"
TaeHyung volvió a negar, apartando la mirada. Era incapaz de mirarle a los ojos sabiendo que estaba mintiéndole descaradamente. Simplemente no podía. "No, claro que no, estoy bien."
"¿Seguro? No quiero que me mientas ni me ocultes cuando no estás bien, a mí puedes contarme cualquier cosa, lo sabes."
Algo dentro de él se rompió, causándole un dolor indescriptible y repentino que le hizo detenerse en seco, sólo aquellas palabras siendo suficientes para convertir sus ojos en un mar de lágrimas que no dudaron en traicionarle. Se tapó la cara al instante, viéndose inmerso en un llanto silencioso.
Un sollozo alertó a Jungkook.
"Eh, no..." Susurraba, preocupado tras aquella reacción. "TaeHyung..."
No dudó en incorporarse, levantándose de la cama y prácticamente corriendo hacia él. Lo abrazó tan pronto como llegó a su altura, envolviéndole entre sus brazos sin pensárselo siquiera, besando su frente y acariciándole la espalda. Ver a TaeHyung llorar rompía su corazón en mil pedazos.
"Lo siento, lo siento mucho..."
"Rubito, ¿qué ocurre?"
Este continuó negando, limpiándose las lágrimas con manos temblorosas.
"Nada, nada, no pasa nada. E-Estoy bien, tranquilo... Sólo es estrés, mucho estrés." Hipaba, separándose y sorbiendo por la nariz. Trató de recobrar la compostura, consiguiéndolo a medias. "Lo siento, no dormir me afecta muchísimo."
Jungkook acunó su rostro. "¿En serio es eso, TaeHyung? ¿No te pasa nada?"
"No... Ya te lo dije ayer, e-entre mi graduación, el hotel y mi proyecto con el bufete de abogados no doy abasto. Pero estoy bien, de verdad."
"¿Sí? ¿Lo prometes?"
Tan pronto como le miró a los ojos y notó la preocupación en ellos, supo que no tenía fuerzas suficientes para darle una respuesta afirmativa, porque sabía que estaría mintiéndole. No podía hacerlo.
Se inclinó hasta depositar un pequeño beso en sus labios, dedicándole su mejor sonrisa.
"Será mejor que nos vayamos ya si no quieres llegar tarde, cariño. La doctora Ahn te está esperando y yo tengo muchas ganas de ir a ese lugar de ensaladas."
Jungkook suspiró, algo insatisfecho con aquella respuesta, pero decidió que lo dejaría pasar.
"Claro, vamos."
TaeHyung se alejó de él sin borrar su sonrisa, mientras que Jungkook le observó con una mueca amarga, conociéndole lo suficiente para saber que algo iba realmente mal con él. Odiaba el sentimiento de impotencia que lo consumía cuando desconocía lo que estaba pasando a su alrededor, aún más y especialmente si se trataba de su pareja. Se sentía inútil al no poder ayudarle cuando TaeHyung lo significaba todo para él.
La llegada al hospital fue incluso más tortuosa para un TaeHyung que sufría las consecuencias de tener que ocultar cómo se sentía realmente. Se mordió las uñas hasta que apenas pudo sentir los dedos, manteniendo la vista fija en la carretera, siendo cuidadoso a la hora de no mover demasiado el pie y que su evidente nerviosismo lo delatara, mientras escuchaba a Jungkook hablar alegremente sobre cómo había sido su primera salida a solas con Aram y lo emocionado que el pequeño estaba por ir a la escuela.
"Dice que el día de las presentaciones hizo un par de amigos y casualmente en su clase había una niña que estuvo con él en el hospital. Tendrías que haberlo visto, rubito, estaba tan contento..."
Este asintió, esbozando una sonrisa. "Me lo imagino, después de todo por lo que ha pasado, por fin puede hacer vida normal."
"Sí... La verdad es que es un alivio. ¿Sabes? Me ha suplicado que vayamos a recogerle en su primer día en la escuela, hablé con sus padres y están de acuerdo, así que he pensado que podríamos recogerle aprovechando que sale antes e ir directamente a por Lyon, ya que sus clases terminan más tarde y su colegio está más lejos, y los llevamos a comer. Jaemin dice que le parece bien. ¿Tú qué dices? Incluso podríamos ir al cine, sería el viernes."
"Me encantaría."
Los ojos del azabache brillaron intensamente cuando le observaron. "¿Sí? ¿Te gusta la idea?"
"¿Bromeas? No quiero hijos, pero verte con tu ahijado y tu hermano pequeño por separado es lo más bonito que he presenciado... Ahora imagínate con ambos a la vez. Mi sueño."
Sonrojándose, este dejó escapar una risita. "Muy bien, en ese caso no hagas planes para el viernes porque vas a ser mío durante todo el día."
TaeHyung también rio, viéndose mucho más tranquilo ahora y sintiéndose aún mejor.
"Ya soy tuyo todos los días de la semana, Jungkook."
"Pues ese día especialmente."
Sin embargo, su tranquilidad no duró demasiado, apenas un par de minutos, pues tan pronto como el coche de Jungkook se detuvo frente al hospital, los nervios se adueñaron de su estómago otra vez. Él tragó saliva, quitándose el cinturón y respirando hondo.
Sabía lo que pasaría, mas no cómo resultarían las cosas. Temía que Jungkook sufriera demasiado, que pudiera llegar a sentirse herido y traicionado. No quería verle pasar por eso.
Ambos se bajaron del coche, Jungkook inmediatamente buscando su mano para entrelazarla y avanzar hacia el interior de aquel hospital. Por supuesto, él no tenía ni idea de lo mucho que cambiaría su vida ese día ni el giro tan grande que todo daría, pero TaeHyung sí.
"La doctora Ahn no me ha dicho dónde estaría... ¿Debería preguntarle a Hyeju?"
Él asintió. "Será lo mejor, sí, quizás esté en consulta con algún paciente y..."
"¡Jungkook, TaeHyung!" Para sorpresa del rubio, quien nada más reconocer la voz de la doctora Ahn quedó momentáneamente petrificado, ella apareció a lo lejos. "Aquí, venid."
TaeHyung la observó mientras se acercaban, pudiendo ver su nerviosismo incluso si, al igual que él mismo, se esforzaba por ocultarlo. El de ella era incluso más fuerte, evidente, tanto que le temblaban las manos por dentro de los bolsillos de su bata. Él respiró hondo.
"Hola, doctora. No sabíamos si estarías en consulta o tendríamos que buscarte en otro lado." Saludaba Jungkook, recibiendo una tensa sonrisa por su parte.
"Tranquilo, mi horario no empieza hasta por la tarde, te he citado aquí porque sería más fácil para todos reunirnos en el hospital." Explicaba, mirando al rubio, quien era el único en comprender cómo se sentía. Luego, abrió la puerta de lo que parecía ser su despacho. "Pasad, por aquí."
Jungkook asintió, algo confundido mientras se adentraba. "¿Va todo bien? Parecías preocupada cuando me llamaste ayer."
"Sí, todo genial..."
"¿Y de qué querías hablar... me...?" Repentinamente el azabache se quedó callado, su ceño frunciéndose nada más poner un pie dentro de aquel despacho y encontrarse a su padre sentado en uno de los sillones. "¿Papá? ¿Qué haces tú aquí?"
Aquello comenzaba a darle un muy mal presentimiento.
El señor Jeon se puso en pie en cuanto su hijo se le acercó, mostrándose preocupado.
"Jungkook..."
"¿Te encuentras mal? ¿Qué tienes? ¿Te duele algo?" Quiso saber, tomándole por los hombros para analizarle mejor.
"No, no, descuida, yo estoy perfectamente, hijo." Se apresuró en contestar. Luego, dejó escapar un suspiro, relamiéndose los labios. "La doctora y yo os hemos citado aquí porque queríamos decirte algo importante."
Jungkook miró a ambos. TaeHyung sintió que se iba a desmayar en cualquier momento.
"¿El qué? ¿Qué ocurre?"
La doctora Ahn señaló un par de sillas que tenía delante. "Sentaos, por favor." Pidió, sus labios apretados.
Haciendo lo pedido, Jungkook cada vez se sentía más y más confundido, mirando a su alrededor, a TaeHyung y a su padre sin entender completamente nada. Sentía que algo no iba bien, que todos en aquella habitación sabían algo que él no. En especial, cuando su padre, quien parecía angustiado, compartió una mirada con la doctora Ahn.
"¿Me podéis decir de qué va todo esto?"
Ella se aclaró la garganta. "Esto es un poco complicado de decir, Jungkook..."
"¿Qué quieres decir con 'esto', doctora?" Cuestionó, impaciente, mirándolos a ambos por tercera vez. "Ayer cuando nos encontramos después de que te hicieran los análisis sentí que había algo raro entre vosotros, ya hora ambos estáis aquí metidos. ¿De qué va todo esto?"
Seojin agachó la cabeza, suspirando. Debía soltarlo antes de que todo se volviera demasiado difícil para poder hablar siquiera. Llenándose de valor finalmente, levantó la mirada hasta encontrar la de su hijo.
"Esto que te voy a decir va a ser difícil, Jungkook..." Comenzó, relamiéndose los labios. "Tu madre no está muerta."
El azabache sintió como una jarra de agua fría cayó repentinamente sobre él.
"¿Qué?"
"Tu madre... Ella no murió durante el parto, no murió. Te dije que fue así porque era el camino más fácil cuando se marchó y no volvió." Sus propias lágrimas amenazaron con salir. "Y también porque yo mismo lo creí durante un tiempo, pero no... Está aquí, en este hospital, ahora mismo. Con nosotros." Acto seguido, señaló a la doctora Ahn. "Ahí sentada."
"¿Qué?" Repitió, cada palabra que escuchaba entrando y saliendo de sus oídos como si nada. "¿De qué estáis hablando?"
Con las manos temblorosas, la doctora Ahn se desabrochó los puños de la camisa que estaba usando, remangándosela y pudiendo mostrarle el tatuaje que abarcaba desde su muñeca hasta el antebrazo. Exactamente el mismo que él tenía.
TaeHyung tomó su muñeca, dándole la vuelta para que por sí mismo pudiera comprobar que, efectivamente, era el mismo.
Jungkook observó al rubio con incredulidad, encontrando que él ni siquiera estaba sorprendido. Entonces, una carcajada proveniente de sí mismo resonó en aquel despacho.
Lo que estaba escuchando ni siquiera tenía sentido. Era ridículo.
"¿Es esto algún tipo de broma o algo así?" Riendo, cuestionó, mirando a los demás presentes. "¿Os habéis puesto de acuerdo los tres para gastármela? No tenía ni idea de que era el día de los inocentes, pero aun así no tiene ninguna gracia."
Su padre negó. "No, hijo, no es ninguna broma. Ojalá lo fuera, pero desgraciadamente es la realidad. Nami, o mejor dicho, la doctora Ahn, es tu madre."
Jungkook siguió riendo. Estaba en tal estado de shock, que apenas podía procesar la información que recibía, hasta el punto de tomárselo como una broma absurda de la que sólo él se reía.
"¿Qué estás diciendo? Claro que no, papá, mi madre está muerta. Murió cuando yo nací." Insistió, convencido de lo que decía y extrañado de ser el único que reía allí, tragó saliva, notando la seriedad en los rostros ajenos. "¿Cómo...? ¿Cómo va a estar viva?"
El corazón se le empuñó de inmediato, buscando en ellos algún indicio de diversión para seguir autoconvenciéndose. Sin embargo, eso no ocurrió. Y, poco a poco, una sensación de frío y aturdimiento se apoderó de él, notando el arrepentimiento en sus rostros, lo que le hizo ser consciente de la realidad.
"No..." Murmuraba, negando. "Tú no... No eres... ¿Cómo? Mi madre está muerta. Ella- ella murió durante mi parto."
La doctora Ahn tragó saliva.
"Lo siento muchísimo, Jungkook..."
"¿Lo sientes?" Jadeando, formuló su siguiente pregunta, incapaz de creérselo. Esto debía tratarse de una muy mala broma. "¿Q-Qué es lo que sientes exactamente, doctora Ahn?"
El azabache sintió que sus piernas temblorosas no iban a sostenerle por más tiempo, especialmente al momento en que un mareo le hizo desestabilizarse, viéndose obligado a tomar asiento en uno de los sillones mientras se frotaba el rostro.
Esto no podía estar pasando. No ahora.
"Hubo un derrumbe en un poblado de Filipinas al poco tiempo de nacer tú. Yo he sido enfermera toda mi vida, así que cuando me lo comunicaron y pidieron mi asistencia, no pude negarme." Ella le explicó, acercándose y tomando asiento frente a él. "Tu padre no quiso."
"Jungkook apenas tenía dos meses... ¿Cómo iba a querer que te marcharas?"
Nami agachó la cabeza, arrepentida y avergonzada.
"Y te fuiste..." Jungkook susurró, su voz distorsionada por el llanto silencioso. Simplemente no podía creerlo. "¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me hicisteis creer que estaba muerta?"
"Eso fue cosa mía." Murmuró Seojin. "Nami se marchó y no pasó mucho tiempo hasta que dejé de tener noticias sobre ella. No llamaba, no respondía a mis mensajes y todo empezaba a volverse cada vez más y más confuso... Hasta que un día supe por las noticias que hubo otro derrumbe en la zona donde ella se quedaba."
"Sí... Mi campamento quedó destrozado y muchos de mis compañeros perdieron la vida, junto a otros civiles. No tuve forma de llamar a casa."
La primera lágrima delató a Jungkook. "¿Ni tampoco de volver?"
Nami tembló, incapaz de sostenerle la mirada por más tiempo cuando la culpa fue más fuerte.
"Era complicado, Jungkook..."
"¿Tanto como para hacerle creer a tus familiares que habías muerto, doctora Ahn? ¿Hasta ese extremo?" Quiso saber, encontrándose con sus ojos cuando ella levantó la mirada. Evitándola, miró a Seojin. "¿Tú sabías...?"
Y para sorpresa del azabache, su padre asintió, una mueca amarga reluciendo en su rostro. Jungkook no sabía que podía sentirse tan decepcionado y herido al mismo tiempo por la persona que más quería.
"¿Lo sabías...?"
"Hace unos cuantos años hubo una confrontación entre varios reos de mi módulo y sus heridas eran tan profundas que pidieron ayuda al hospital más cercano, donde ella trabajaba." Explicó, señalando a la mujer con una sonrisa triste. "Cuando la vi llegar no estaba seguro y tampoco quería creer que fuera realmente ella, pero sí que lo era..."
Nami sollozó en silencio, lágrimas mojando sus mejillas tan pronto como recordó aquel día. Nunca olvidaría lo vacía que se sintió tras ver a su marido después de tantos años entre rejas, mirándola con tanto dolor, confusión y molestia que le hizo temblar.
"¿Por qué nunca me lo dijiste?"
"Ni siquiera sabía cómo, Jungkook... Yo mismo no podía creerlo."
El azabache negó. "Eso no es una excusa, papá."
"Lo sé, créeme que lo sé. Supongo... Supongo que fui egoísta."
Por supuesto, él, con todo el dolor de su corazón, le dio la razón. "Fuiste muy, muy egoísta, papá. Muchísimo."
"Jungkook..."
Tan pronto como la voz de la doctora Ahn susurró su nombre, este la señaló.
"Pero tú no sólo fuiste egoísta, doctora, también fuiste una cobarde que no tuvo el mísero valor de hacerle saber a su hijo, a mí, que estabas viva." Le dijo, limpiándose las lágrimas furiosamente. "Crecí totalmente convencido de que habías muerto por mi culpa e incluso deseé no haber nacido."
"Jungkook, cielo, déjame..."
Ella intentó acercarse, pero Jungkook dio varios pasos hacia atrás.
"No, no te acerques, ni te atrevas a hacerlo." Pidió, apretando los labios. Ni siquiera encontraba sus propias lágrimas en medio de tanta confusión y dolor. "No sé qué pretendíais con todo esto, qué..." Él negó, sintiéndose impotente al no poder hablar. "No puedo ni miraros a la cara, Dios..."
Su padre también lo intentó, tratando de tomarle por los hombros. "Hijo..."
Como era de esperar, este se apartó bruscamente, mirándole con los ojos llenos de lágrimas, permitiendo así mostrarle su dolor.
"¿Cómo pudiste...?"
El corazón se le rompió en mil pedazos, perdiendo todo rastro de fuerza que le caracterizaba.
Acto seguido, Jungkook salió de allí sin mirar atrás. Sin querer ver a nadie, mucho menos escuchar. Ni siquiera a su propio padre o incluso a TaeHyung, cuyas manos y piernas temblaban hasta el punto de necesitar apoyo para levantarse.
"¡Jungkook, espera!" Pedía el rubio, yendo tras él.
Sin embargo, él no se giró cuando le escuchó gritar su nombre desde atrás, avanzando a toda prisa por el pasillo hacia perderse en la salida. TaeHyung quedó de pie, con el corazón en un puño. Luego, se giró.
"¡Jungkook!"
Miró a la señora Ahn y a Seojin, ambos estaban a cada lado de aquella habitación, compartiendo una mueca cargada de angustia. Arrepentimiento, miedo. Tan pronto como TaeHyung se encontró con los ojos de su suegro, este se derrumbó.
"Ve con él, TaeHyung, no le dejes solo, por favor."
Él no necesitó que nadie más se lo dijera para hacerlo, agarrando sus cosas sin pensarlo y corriendo hacia la salida, temiendo no encontrar a Jungkook cerca.
"Jungkook, Jungkook, por favor..." Suplicaba para sí mismo, apretando los labios.
Para su sorpresa, se topó con el azabache sentado en la acera frente al aparcamiento, cubriéndose el rostro con ambas manos. El corazón le bombeó deprisa, antes de acercarse lo más rápido que sus piernas le permitían.
Se limpió las lágrimas torpemente, jadeando hasta llegar a su lado.
"Cariño..." Susurró, poniendo una mano en su nuca. Jungkook le observó, con los ojos llorosos y una mueca cargada de dolor.
"Tú... ¿Tú lo sabías?"
Lentamente, TaeHyung asintió. "Sí, sí lo sabía. Me enteré cuando tu padre vino a verte al hospital, p-pero sentía que no era yo quien debía decirte nada, que era cosa de ellos..." Admitía, hipando. "Lo siento mucho."
Jungkook meneó la cabeza de un lado a otro, ni siquiera encontrando la forma de expresarse, tan sólo se movió para quitarle las lágrimas del rostro.
"Quiero irme de aquí. Lejos. No quiero volver a este sitio."
"¿Quieres que te lleve a otro lugar?"
Y esa pregunta fue más que suficiente para que el llanto que estaba aguantando lo traicionara, dejando escapar un sinfín de lágrimas. Miró a TaeHyung con los labios apretados y una mueca de dolor que le destrozó por completo, antes de asentir.
"Por favor..." Prácticamente suplicó.
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