Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✧c.-072

N/A: Última publicación de la semana y quizás de mi vida en general xD

Cap dedicado a TAYGOOV ♡♡

Hoy os recomiendo 'DÓNDE' de mi persona favorita en el mundo, Paul Thin. Lo amo muchísimo.

[...]

Jungkook necesitó largos minutos para recuperarse, permaneciendo abrazado a su padre hasta que ya no era capaz de sentir los brazos y la espalda le dolía por mantenerse algo encorvado, pues era algo más alto que él.

Ya no le quedaban lágrimas ni suspiros que soltar, con el corazón acelerado, atiborrado de emociones florecientes. Sentía que estaba en un sueño, un sueño del que jamás querría despertarse y por el que desearía volver a estar dormido. Pero no lo era. Era real. Su padre, aquel hombre al que no veía hace más de diez años, estaba realmente allí. A su lado. Abrazándole tan fuerte que no podía creerlo.

"Qué grande y guapo estás, hijo... ¿A quién habrás salido?"

Riendo, el azabache sorbió por la nariz, separándose tan pronto como él lo hizo, tomándole del rostro para verle mejor.

"Yo también me lo pregunto mucho, aunque dicen que me parezco un poco a ti."

Ambos se observaron mutuamente. Jungkook hizo una mueca.

"Nah... Yo soy más guapo."

Y del mismo modo, rieron al unísono.

"¿Cómo es que estás aquí, papá? ¿Te han vuelto a dar unos días de permiso?"

Seojin negó. "Me han concedido la libertad condicional por buena conducta. El señor alcalde pidió que se tuviera en cuenta mi comportamiento dentro de la cárcel y el juez que lleva mi caso accedió." Dijo, mirando a TaeHyung con una sonrisa, quien tenía lágrimas en los ojos.

El corazón de Jungkook se aceleró, incapaz de creer lo que estaba oyendo.

"¿Lo dices en serio?"

"Y tan en serio, sí."

"Pero eso es increíble, papá... ¿Hace cuánto lo sabes?"

"Unos días antes de que despertaras me trasladaron a otro centro penitenciario junto con otros presos, estábamos más cerca de los juzgados y poco después me citaron."

Aquella breve explicación fue suficiente para que TaeHyung, disimuladamente, respirase hondo, sintiéndose aliviado de saber aquello, pues significaba que no había tenido nada que ver directamente con el caso de Moon Dakho y eso era algo que agradecía.

Sobre todo, agradecía el hecho de que su padre se hubiera involucrado tanto con Seojin como para no detenerse hasta sacarlo, hasta que pudiera ver a su hijo de nuevo. Cara a cara, como ambos merecían. Sin hospitales ni accidentes de por medio. Jeon Seojin y Jeon Jungkook, padre e hijo, juntos de nuevo. Lo agradecía porque sabía qué tan importante era para Jungkook y lo mucho que significaba, lo feliz que tener a su padre cerca le pondría. Y eso también le hacía feliz a él.

"No sabes lo mucho que me alegro, papá." Decía el azabache, sus ojos tan brillantes que en cualquier momento cambiarían de color. "Ven, vamos con los demás que seguro que están deseando verte."

El hombre rio, siguiéndole. "Eso espero, no pude reencontrarme con mis otros chicos cuando vine a verte, tenía el tiempo justo."

"¿Cuánto tiempo estuviste?"

"Poco más de un día." Dijo, palmeando el hombro de Mos, cuya sonrisa era reluciente.

Este se abrazó a él.

"Tío Seojin, cuánto tiempo. Se te ha echado mucho de menos por aquí."

"Yo también os he echado en falta." Reía antes de mirarle de arriba abajo, suspirando con asombro. "Qué alto estás, hijo de puta... Cómo se nota que de pequeño os alimentábamos bien."

"Y qué lo digas..."

"Por cierto, me han dicho que ahora eres empresario y llevas un negocio de éxito, ¿es eso cierto?"

Mos dejó escapar una carcajada, abriendo los brazos y señalando a su alrededor con orgullo. Luego, rodeó los hombros de Banky, quién continuaba junto a él, pegándolo más cerca de su cuerpo.

"Se podría decir que sí, tío. Este muchacho tan guapo y yo hoy estamos inaugurando nuestro bar." Presentaba, todavía más orgulloso si es que cabía. "Antes lo tenía alquilado y no era tan bonito, pero ahora es oficialmente nuestro, ¿verdad, belleza?"

Igualmente orgulloso, Banky asintió.

El señor Jeon miró a su alrededor, asombrado por la decoración que hacía ver al lugar amplio, pulcro y muy iluminado.

"Vaya por Dios..."

"¿Te gusta?"

"Es precioso, hijo."

"La decoración corre por cuenta de Banky, todo ha sido obra suya." Dijo, señalando al susodicho, quién esbozó una sonrisa casi tímida. "Banky es mi pareja, por cierto, tío."

Seojin le observó, pues recordaba a aquel chico a la perfección tal y como él había dicho.

"Lo sé, nos conocimos en el hospital."

"Cierto. Cuando fui a ver a Jungkook me perdí en ese hospital tan grande y él me guio hasta su planta... De no ser por tu novio, seguramente todavía seguiría dando vueltas." Bromeó, sin dejar de observar aquel lugar. "Y tienes un talento innato para esto, enhorabuena."

Sus honestas palabras hicieron al castaño sonrojar. "Muchas gracias, señor Jeon."

Poco después, los ojos del hombre se encontraron con TaeHyung de nuevo, iluminándose antes de acercarse a él con los brazos abiertos, queriendo darle un abrazo que el rubio correspondió con la misma efusividad, indicando que ambos se encontraban igual de emocionados por volverse a ver.

Y es que casi parecía una completa ironía que TaeHyung hubiese sido la primera y última persona en ver a Seojin cuando este salió de la cárcel.

"¿Cómo está mi yerno favorito?" Susurraba, cerrando los ojos en medio del abrazo.

¿Quién le diría que una cara casi desconocida sería de las que más ganas tenía de ver? Para alguien como Seojin era impensable.

El corazón de TaeHyung bombeaba con fuerza, sabiendo que los ojos de Jungkook estaban sobre ellos en todo momento, observando aquella escena como si no pudiera creerlo todavía. En realidad, nadie podía hacerlo.

"Muy feliz de volver a verte, Seojin. No sabes lo que me alegra tenerte aquí de nuevo y que esta vez sea permanente."

Separándose, le tomó por los hombros. "Todo es gracias a tu padre, TaeHyung, le debo muchísimo."

Y en respuesta, él negó rápidamente.

"No, no le debes nada más a nadie, Seojin. Esto es porque te lo mereces."

La sonrisa del hombre se hizo más amplia. "Gracias..."

Seojin le apreciaba demasiado, más de lo que siquiera podía mencionar en voz alta. No sólo por lo mucho que había cuidado a su hijo y lo feliz que le hacía (algo que podía ver ahora), sino porque a pesar de su dolor, nunca se separó de él ni permitió que estuviera solo, únicamente cuando estaba visitando a Jungkook.

Tan pronto como ambos se separaron, TaeHyung sintió los dedos de Jungkook aferrándose a su cintura, envolviéndole en un pequeño abrazo que le hizo sonreír aun más, bajo la atenta mirada de su padre.

"¿Quién me iba a decir a mí que vería a mi hijo así de enamorado después de tantos años escuchándote renegar...?"

Sonrojándose, Jungkook rio. "Yo estoy igual de sorprendido que tú, papá."

"¡Tío Seojin, tío!"

Un segundo después, la vocecilla de Fourth resonó por el local, quien avanzaba entre los clientes con rapidez, junto a Jaemin (que probablemente había ido a hacerle saber que el señor Jeon se encontraba allí), Gemini y Lyon en brazos de su propio padre.

Tan pronto como este llegó, abrazó al hombre con fuerza. No era un secreto para nadie que Jeon Seojin había sido una figura muy importante en la vida de los amigos de Jungkook, a quienes este consideraba familia. Todos habían crecido juntos en el mismo barrio, por lo que aquel hombre era especial para ellos y su marcha les afectó, incluso a Fourth, que era apenas un bebé cuando esto ocurrió.

Seojin dejó escapar una risita, frotándole la espalda. "Qué grande estás, hijo mío... Y qué guapo."

"Te he echado muchísimo de menos, tío Jin." Sorbiendo por la nariz y separándose para mirarle, dijo. "Me hubiera encantado verte en el hospital cuando viniste."

"Bueno, ahora tendrás tiempo de verme hasta el cansancio, no te preocupes."

Sus ojos brillaron con más lágrimas. "¿Qué quieres decir con eso? ¿Te quedarás?"

"Me han concedido la libertad condicional."

"¡¿En serio?!" Tan pronto como Seojin asintió, volvió a abrazarle. Luego, se separó algo confundido. "Espera... ¿Cómo funciona eso?"

Como era de esperar, todos miraron a un TaeHyung que parecía demasiado entretenido jugueteando con los dedos de Jungkook por encima de su estómago, aclarándose la garganta cuando vio atención excesiva sobre él.

"Eh... Básicamente lo usan como medio de prueba de que la persona demuestra avances en su proceso de reinserción." Explicó. "Es una manera de cumplir condena y acceder a la suspensión total de esta."

Los presentes asintieron con la boca semiabierta, comprendiendo lo que decía. Seojin tosió, visiblemente sorprendido.

"Justo eso, sí... Es un alivio saber que tenemos un listo en la familia."

"TaeHyung es abogado, papá."

"Anda... Qué bien..."

El mencionado soltó una risita, sonrojándose. "Aún no termino el máster, pero me falta poco. Pronto podré decir que lo soy oficialmente."

"La madre que me parió... Mi yerno abogado y yo exconvicto. Esto parece un chiste."

"Y tu consuegro es el alcalde, tío Jin."

Seojin vació sus pulmones dramáticamente, haciéndoles reír.

Esa misma noche la pasaron en el apartamento de Jungkook, acompañados por el señor Jeon a quien habían insistido durante horas, pues este planeaba pasarla en un hotel cualquiera. Por supuesto, Jungkook no iba a permitir que la primera noche de su padre fuera de la cárcel fuese en un hotel, teniendo una habitación libre en su apartamento. Por su parte, TaeHyung tampoco estaba dispuesto.

A la mañana siguiente, los tres fueron directos al supermercado más cercano, pues tras el accidente, Jungkook había tenido su hogar considerablemente descuidado, en especial la nevera que se encontraba prácticamente vacía (y aún peor, sin cerveza). Jungkook estaba desolado.

"Cómo ha cambiado este sitio... Parece otro." Decía Seojin, observando las instalaciones y los pasillos con asombro.

Su hijo rio. "Es que es otro, papá. El antiguo supermercado quebró, lo cerraron y hace apenas tres años abrieron este. Han traído productos de otros países e incluso cervezas alemanas de distintos tamaños."

"¿En serio?"

"Y tan en serio. Llevo tiempo queriendo comprar algunas, pero entre que a mi rubito no le gusta la cerveza, apenas hago la compra y los medicamentos después del accidente me prohibían beber alcohol, todavía no me he animado."

"¿Tu rubito? ¿Qué es eso?" Quiso saber, frunciendo el ceño. "Me pierdo con tantas moderneces..."

Jungkook señaló al rubio con la cabeza, quien caminaba junto a ellos. "No es ninguna modernez, papá, es TaeHyung que tiene el pelo rubio. Siempre le llamo así."

"Ah, bueno... ¿Tú poniéndole motes cariñosos a alguien? Eso es toda una novedad..."

TaeHyung dejó escapar una risita, codeando a un azabache que luchaba por no sonrojarse. Apenas empezaba a sentir como su padre y su propio novio se aliaban en su contra, queriendo avergonzarle a cada rato.

"Me gustaría cocinaros algo que me enseñó uno de los cocineros de los que me hice amigo en la cárcel y perfeccioné con el tiempo. Hecho de menos entrar en la cocina y preparar uno de mis famosos platos." Comentaba Seojin, paseándose por los pasillos sin quitarle la vista a todos los productos que se encontraba.

"¿Tiene verduras? TaeHyung es un obsesionado de las verduras."

Seojin asintió, para fastidio de su hijo. "Tiene muchas verduras frescas, por eso me gusta tanto. Me aficioné a comer verduras y frutas en la cárcel porque yo mismo las cosechaba en un pequeño huerto. "A tu abuelo le hubiera encantado escucharme decir eso. De pequeño odiaba comer verduras y frutas..."

"Jungkook es igual."

Este rio entre dientes, sintiendo una pequeña punzada de dolor. "Cierto... ¿Y cómo es que os dejaban trabajar en el huerto? ¿Podíais usar herramientas y todo eso?"

"Apenas. Teníamos mucho tiempo libre y bastantes actividades por hacer. Al principio no hay nada que te anime, pero con el paso de los días te das cuenta de que en realidad tampoco tienes otras opciones... Yo me aficioné a la huerta, me hice tatuador y estudié un poco de historia del arte."

"Joder, papá, has hecho tú más dentro de la cárcel que yo fuera."

"Ya te he dicho que teníamos mucho tiempo libre... Mi compañero de celda empezó a estudiar psicología y se sacó la carrera porque quería ser consejero matrimonial cuando saliera."

"¿Un preso estudiando psicología?"

TaeHyung resopló. "Te sorprendería no sólo lo que estudian, sino hasta donde llegan las carreras de muchos. Robert Downey Jr, Iron Man para los amigos, fue detenido varias veces por posesión de drogas y mira dónde está a día de hoy."

Por supuesto, aquella noticia hizo que Jungkook sintiera un cubo de agua fría caer sobre su cabeza.

"¡¿Me estás diciendo que mi superhéroe favorito estuvo en la cárcel?!"

"El actor sí, el superhéroe en cuestión no sé, porque yo de cómics no entiendo..." Respondía, encogiéndose de hombros. "A lo que voy es, que quien quiere reinsertarse puede llegar a conseguirlo si al fin y al cabo cumple condena y no reincide."

"Pues qué fácil, ¿no...? Matas intencionalmente a alguien y diez años después eres el panadero de confianza de LeBron James."

Una risita abandonó los labios del rubio, que encontró aquel ejemplo como uno bastante ingenioso. "Sé que no suena bien, cariño, pero las leyes no están escritas para que sean moralmente justas, sino todo lo contrario. Hay muchos factores de por medio que impiden eso y quien la imparte debe ser neutral."

"Supongo que tiene sentido... Aunque menos mal que el representante de la justicia eres tú y no yo, porque defendería a mis clientes dándome de puñetazos con todo el mundo."

El señor Jeon bufó. "Hijo mío, es que tú eres más bruto que una empanadilla de cemento..."

Incluso si ambos rieron (TaeHyung más fuerte que Jungkook, por supuesto, pues este había aprovechado para hacerse la víctima), TaeHyung besó la mejilla del azabache, consolándole tras aquella falta de respeto totalmente acertada.

"No le digas eso, Seojin, pobrecito... Jungkook es un peluche tamaño grande cuando se lo propone, sólo se comporta como un viejo cascarrabias a veces."

Este no tardó en fulminarle. "¿Estás defendiéndome o tirándome más mierda encima, rubito?"

"Se pueden hacer las dos cosas a la vez."

"Claro... Cómo se nota que eres abogado..." Dejando escapar un bufido, murmuró.

"¡Oye!" TaeHyung volvía a reír, ni siquiera defendiéndose del ofensivo ataque, únicamente golpeando su brazo a modo de protesta y quejándose en voz alta. "Eso ha sido un golpe bajo."

Seojin y Jungkook secundaron su carcajada.

"Lo siento, rubito, no era mi intención."

"Ya, ya..." Asentía, falsamente convencido de su inocencia. "Por cierto, ya que estoy aquí voy a mirar algunas cosas que me hacen falta en mi apartamento, que ahora que Fourth y Gemini están allí van a vaciarme la nevera en cero coma. Me adelanto, ¿vale?"

El señor Jeon asintió, deteniéndose junto al puestecito de carnicería. "No te preocupes, nosotros nos quedaremos aquí mirando. Tengo que comprar carne para la receta."

"Perfecto. Vuelvo en seguida."

Así mismo, TaeHyung avanzó a otro pasillo diferente, dejando a Jungkook a solas con su padre, quien observaba los precios con el ceño fruncido.

"Me gusta ese chico para ti." Jungkook le escuchó murmurar.

"¿Quién? ¿TaeHyung?"

"No, el medio cochinillo que tengo ahí delante." Bufó, poniendo los ojos en blanco. "Claro que TaeHyung, hijo, ¿qué otro chico va a ser? Es divertido, inteligente y parece quererte mucho. Creo que es justo lo que necesitabas."

Un poco orgulloso por aquella observación, este asintió, esbozando una diminuta sonrisa. "Lo es, sí. Me hace muy feliz."

"¿Mucho?"

"Demasiado, papá... No creo que vaya a encontrar ninguna persona como él en mi vida." Vaciando sus pulmones dijo, bajo la atenta mirada del hombre. "Es la primera vez que no me siento ridículo por querer tanto a alguien fuera de mi círculo cercano. Aunque tampoco he querido a nadie como lo quiero a él..."

Seojin golpeó su hombro suavemente. "Me alegra poder conocer esta faceta sobre ti, hijo. Es todo un privilegio." Señalaba. "Además, me alivia saber que hay alguien en la familia que entienda de leyes... Lo necesitamos."

"Calla, calla... Que mi suegro me sacó del calabozo antes de empezar mi relación con TaeHyung y todavía estoy traumatizado."

La sonrisa de su padre se borró de manera gradual.

"¿Calabozo? ¿Qué coño hacías tú en un calabozo, alma de cántaro?"

Jungkook terminó atragantándose con su propia saliva, habiéndose sentido demasiado cómodo con su presencia como para hablar sin filtros, sólo entonces siendo consciente y titubeando a la hora de darle una respuesta.

"Eh... No, nada... Fue por un malentendido, sin más."

"¿Malentendido...?"

Los ojos de Seojin eran amenazantes. Jungkook se sintió aterrorizado por primera vez en muchos años.

"Sólo fue una noche, papá... Me metieron porque defendí a TaeHyung de un depravado, no puedo darte muchos detalles porque no me corresponde, además, sólo le rompí la nariz... No estoy orgulloso, pero tampoco me arrepiento."

Con aquella breve explicación, Seojin, que continuaba dándole una mirada amenazante, se limitó a respirar profundamente por la nariz.

"No te arrepientes... Mira, hijo mío, agradece que entiendo el contexto, aprecio a TaeHyung y sobre todo ya eres mayorcito, porque si no te quedabas castigado hasta la comunión del hijo de Jaemin y luego otros dos añitos más." Dijo, golpeándole la nuca. "Que no vuelva a ocurrir."

Un suspiro abandonó sus labios. "No ocurrirá si los imbéciles se extinguen."

"Jungkook..."

"¿Qué? Es mi rubito, papá." Murmuró, señalando al susodicho que aparecía de nuevo por el pasillo, buscando algo en las estanterías. Seojin miró en su dirección, viéndole distraído. "Tú tampoco permitirías que alguien le hiciera daño a mamá si estuviera viva, ¿verdad?"

En respuesta, Seojin se mantuvo en silencio, manteniendo los labios apretados. Ni siquiera tenía fuerzas para darle una respuesta.

La culpa era tan grande que evitaba olvidarse de ella.

TaeHyung se acercó a ellos tan sólo unos segundos después, esbozando una sonrisa amplia mientras levantaba un paquete de cervezas alemanas sólo para que Jungkook pudiera verlas, ya que eran las que tanto ansiaba probar.

"Mira lo que traigo... Para que luego digas que por mi culpa no puedes probar nuevas cervezas." Decía, guiñándole un ojo.

Riendo, el azabache se inclinó para besarle la frente. "Todo un detalle, rubito."

"He comprado exactamente las mismas sin alcohol para ti, Seojin, el chico que estaba reponiendo dice que no se nota la ausencia del alcohol en el sabor y que son incluso mejores. Desconozco si te gustan, pero por si acaso..."

"Me encantan las cervezas alemanas, TaeHyung, muchas gracias. Y con esto de la condicional no puedo tomar alcohol, así que es todo un acierto. Te lo agradezco mucho." Le dijo, sonriente. Él le devolvió la sonrisa del mismo modo.

Seojin entendía a su hijo mejor y más que nunca, pues él había dado todo por la persona que amaba. Sólo esperaba y deseaba con todas sus fuerzas que a Jungkook no le rompieran el corazón de esa forma.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro