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✧c.-070

N/A: Este capítulo me pone muy, muy sensible y lo amo mucho xD

Cap dedicado a kaiiweqq ♡♡

Hoy os recomiendo 'Watch Me Burn' de Michele Morrone, gracias al Descubrimiento Semanal que hoy decidió bendecirme después de mucho tiempo.

[...]

"¿Esta o esa?"

Jungkook apareció frente a TaeHyung semidesnudo, únicamente vestido con unos pantalones oscuros y su mueca inconfundible de nerviosismo. Al mismo tiempo, sostenía en alto dos camisas, una a rayas y otra completamente lisa.

TaeHyung señaló la segunda. "Esa."

"¿Y por qué esta no?"

"Bueno, pues póntela." Accedía, pues en realidad no suponía un problema.

Sin embargo, esa no era la respuesta que Jungkook quería oír, demasiado nervioso como para ser razonable en absoluto.

"Pero, ¿cuál de las dos me queda mejor?"

"Las dos, Jungkook."

"No, las dos no, porque acabas de señalar esa de ahí." Dijo, meneando la camisa sin ningún estampado.

TaeHyung respiró hondo.

"Porque me gusta más, pero las dos te quedan bien. Estás muy guapo con cualquier camisa."

"Con cualquiera no, yo quiero saber si esta o esa."

"Jungkook, por Dios..."

Estaba a punto de echarse a llorar allí mismo.

El azabache hizo un puchero, mirando ambas camisas con decepción.

"No te gusta ninguna, ¿verdad? Las dos son feas." Asumía, con los ojos brillantes. "Si es que, ¿quién me manda a mí a comprarme camisas? Si no uso la ropa de cuándo tenía once años porque no me cabe... Si voy desnudo porque no tengo pijama..."

"Estás siendo muy dramático, cariño, te he dicho que..." Se apresuró en decir, queriendo hacer más amena la situación, cuando recayó en lo que él había dicho. Su ceño se frunció. "Espera, ¿no tienes pijama?"

Jungkook negó. "Ni uno solo."

"¿Y por qué no?"

"No lo sé." Respondía, encogiéndose de hombros.

TaeHyung optó por ignorar aquello, meneando la cabeza de un lado a otro para enfocarse en el verdadero problema: los nervios de Jungkook que le hacían actuar como un Golden Retriever de camino a su primera vacuna. Adorable, pero no tan adorable si eso significaba que él realmente estaba sufriendo.

"Bueno, da igual, lo que quiero decir es que las dos camisas que has comprado son muy bonitas, te quedan muy bien y estás guapísimo con ambas. Personalmente, me gusta más la de la izquierda porque es mi color favorito, pero tú puedes elegir la que más te guste."

"Es que no me gusta ninguna..."

Aquella respuesta fue como recibir una bofetada.

"Entonces, ¿para qué las compras?"

"Porque quería estar presentable, rubito, no todos los días quedas con tu hermano pequeño para hacerle saber que estáis emparentados."

TaeHyung resopló, entendiendo y aceptando que Jungkook no podía ser coherente si el nerviosismo y la angustia no cooperaban en absoluto. Y, en su lugar, simplemente lo convertían en su propio enemigo.

Dejando escapar un pequeño suspiro, se acercó a él, acortando la distancia que los separaba y poniendo ambas manos sobre sus hombros, dándole un pequeño masaje.

"Pero eso no tiene sentido, Aram ya te ha visto mil veces." Dijo con voz calmada, acunándole el rostro con una mano. Jungkook también suspiró. "Además, que tiene cuatro años, cariño... Dudo mucho que le importe siquiera cómo vas vestido si todavía no sabe ni diferenciar una camiseta de una camisa."

"Bueno... Yo tampoco sabía diferenciarlas hasta que te conocí."

Esta vez, una pequeña risita abandonó sus labios, sintiéndole algo más relajado ahora.

"Entiendes lo que quiero decir. No es relevante si llevas camisa, camiseta, vaqueros o una falda escolar, lo importante es que estés tranquilo, calmado y sobre todo seguro de lo que quieres decirle."

Jungkook silbó. "Uf, mucho pides tú..." Dijo.

Sin embargo, toda su atención se vio desviada tras hacer un recuento de las prendas que TaeHyung había mencionado anteriormente y enfocarse en una especialmente llamativa.

"Espera, ¿por qué usaría una falda escolar?"

El rubio se encogió de hombros.

"No sé, ¿por qué no? Dicen que son cómodas."

"¿Tienes faldas escolares?"

"Sí, un par, son de Siyeon." Asentía, recibiendo una mirada extrañada por su parte. "¿Qué pasa? Se las dejó olvidadas en su bolsa del hospital y dijo que vendría a por ellas, pero todavía no ha aparecido."

"Oh, y..."

Tan pronto como Jungkook lo señaló, él supo cuál sería su siguiente propuesta, así que se adelantó.

"No pienso utilizarla, que quede claro."

"Pues vaya fastidio... Con lo divertido que sería..."

"Sí, mucho." Bufaba, poniendo los ojos en blanco. "Anda, termina de vestirte y vámonos, seguramente el señor y la señora Lee estarán de camino al restaurante. No quiero que lleguemos tarde."

"¿Y cuál me pongo, entonces?" Insistía, señalando las camisas otra vez. "A rayas, lisa... ¿Cuál?"

"La que tú quieras, Jungkook."

"No..."

TaeHyung suspiró, rindiéndose. "Muy bien, pues en ese caso, elige la que me vaya a costar menos quitarte una vez lleguemos a casa, ¿de acuerdo?" Le dijo, palmeando su rostro suavemente.

Sólo entonces, las comisuras del azabache se estiraron en una muy sutil sonrisa. Él, finalmente, eligió la misma camisa que TaeHyung había señalado desde un inicio.

Algunas semanas habían pasado desde que Jungkook se sentía como la mejor versión de sí mismo. Sin dolores, medicaciones fuertes o su querido rubito (por nada del mundo se quejaba) estuviese pendiente a cada pequeño pasito que daba, contagiando así a sus amigos, especialmente a Ian, quien tenía un ojo pegado a él cada vez que cruzaba la puerta del estudio.

Para su suerte, la exitosa recuperación no sólo le permitió volver a su vida cotidiana, sino que ahora también tenía fuerzas suficientes para enfrentar a su hermano pequeño y hacer lo que tanto necesitaba. Explicarle su parentesco.

Estaba ansioso. Tanto, que si fuese capaz de medirlo, tal vez debería guardárselo para sí mismo, así no preocuparía a TaeHyung.

"Ya estoy listo, ¿nos vamos?" Saliendo al pasillo de nuevo, donde el rubio se encontraba esperándole, dijo, acomodándose el cuello de la camisa lo mejor que podía. Era un novato en eso.

TaeHyung se le acercó casi de inmediato, acudiendo a su ayuda y doblando los extremos del cuello hacia fuera, sonriendo antes de palmearle los hombros.

"Así mucho mejor."

"Gracias, rubito." Acunándole el rostro por debajo de la barbilla, dijo. "¿Qué te parece? ¿Estoy guapo?"

"Guapo estás siempre." Confirmaba, acunándole el rostro con una mano.

Jungkook no tardó en besarle la frente, respirando hondo mientras se mentalizaba de lo que ocurriría ese día.

Estaba convencido de que podía hacerlo, pues era algo con lo que había soñado durante años y no veía la hora exacta de que Aram supiera lo mismo que él. Sin embargo, una parte de él, la más oculta y que únicamente salía en los peores momentos, se encontraba muerta de miedo.

"¿Estás nervioso?" Cuestionaba el rubio, viendo como movía su pierna de arriba abajo tan pronto como se detuvieron en el quinto semáforo.

Él, por su parte, dejó escapar un bufido. "¿Yo? No, qué va, para nada..." Masculló, el sarcasmo siendo más que evidente en su voz.

TaeHyung no dijo nada, manteniendo el silencio hasta que Jungkook sintió una mirada fija sobre él. Entonces, giró el rostro para encontrarse con los ojos fulminantes del susodicho, lo que le hizo arrepentirse inmediatamente.

"Lo siento... Sí, estoy nervioso. Muy nervioso. Nunca he hecho esto aunque he pensado en cómo sería el momento todos los días de mi vida desde que supe quién era Aram... Me siento fuera de lugar." Admitía junto a un pequeño suspiro.

"Oye, es normal que estés nervioso, ¿vale? Yo lo estoy y no me encuentro en tu posición, así que no temas." Le dijo, alcanzando su mano dándole un apretón. "Todo va a salir bien, ya lo verás."

"Sí..."

"Hablo en serio, cariño. Comprendo que tengas miedo y te sientas inseguro al respecto, pero debes entender que esto es algo que debes hacer tarde o temprano. Y menor temprano que tarde." Jungkook asintió, escuchándole atentamente mientras dejaba escapar pequeños suspiros. "Además, Aram te adora, eres su mejor amigo... ¿Sabes lo feliz que tenerte como su hermano le pondría?"

Ante aquel pensamiento, una sonrisa apareció en el rostro del azabache, quién rio entre dientes, asintiendo. Por supuesto que lo sabía, pues compartía el mismo sentimiento.

"Mucho..."

"Exacto, muchísimo. Le encantará porque ya te quiere desde un inicio, así que todo es más fácil partiendo de esa base." Decía, sin dejar de acariciarle la mano. "Tal vez al principio sea confuso para él y le tome por sorpresa, pero será una de las mejores noticias que vaya a recibir en su vida."

Jungkook suspiró. "Sí, eso espero..."

"No es una suposición, es un hecho. Sabes lo especial que eres para ese niño, Jungkook, lo que significas para él y sus padres. Te adora."

De nuevo, aquella pequeña sonrisa en sus labios resurgió, sintiendo el corazón caliente.

"Tienes razón." Murmuró, accediendo.

Conforme veía el restaurante a lo lejos y buscaba un sitio cercano en el que aparcar, suspiró otra vez, estacionando el coche y apretando la mano de TaeHyung, cuya dulce sonrisa recibió.

"Gracias por calmarme, rubito."

"No es nada, sabes que lo hago encantado, porque te quiero."

"Sí, lo sé." Devolviéndole la sonrisa, dijo, esta vez moviendo su mano hasta poder acariciar una de sus mejillas. "Yo también te quiero muchísimo."

Ambos salieron del coche a los pocos minutos, cruzando la calle hasta llegar frente al restaurante, siendo capaces de distinguir al señor y la señora Lee desde fuera. Jungkook se mordió el labio, sintiendo como TaeHyung apretaba su mano un poco más fuerte. Respirando hondo, se dijo a sí mismo que tal vez hoy las cosas darían un cambio drástico y debía estar preparado para ello.

Llenándose los pulmones de aire, sintió la mirada del rubio sobre él.

"¿Preparado?"

Y este asintió, vaciándolos. "Sí, vamos..."

Así mismo, se adentraron en aquel restaurante. Conforme avanzaban y avanzaban, el corazón de Jungkook hacía exactamente lo mismo: acelerarse como si del tambor de una lavadora se tratase. Sentían que le temblaban las manos, las piernas y que en cualquier momento TaeHyung debería convertirse en su principal apoyo. Sin embargo y para su suerte, llegó fre te a la mesa de los Lee (casi) sano y salvo.

"¡Jungkook, TaeHyung!" La emoción en la vocecilla de Aram curó sus problemas en cuestión de segundos, robándole una sonrisa de oreja a oreja.

El niño rápidamente saltó de donde estaba sentado hacia ellos, eufórico, antes de que Jungkook lo elevara.

"Hola, grandullón." Saludaba, conforme Aram lo abrazaba con fuerzas.

"Sabía que serías vosotros cuando papá y mamá me dijeron que tenían una sorpresa para mí, ¡lo sabía!"

Este rio. "¿En serio?"

"¡Sí!" Chilló otra vez, yendo directo hacia los brazos del rubio, a quien abrazó con la misma efusividad, haciéndole reír. "¡Qué guapo estás, TaeHyung!"

Como era de esperar, aún riendo, el mencionado se sonrojó. "Muchas gracias, Aram, tú también estás guapísimo, como siempre."

El señor y la señora Lee observaban la escena con una pequeña sonrisa dulce en sus rostros, compartiendo el mismo pensamiento solo que en silencio. Para ellos era un alivio que Aram tuviera personas tan implicadas con él en su vida, que lo quisieran tanto como ellos hacían y que tuvieran a su pequeño como una prioridad. Sentían que estaban haciéndolo realmente bien.

La pareja tomó asiento en las sillas libres frente a ellos tras montar a Aram en la suya propia. Habían sido citados por los padres del pequeño en aquel restaurante italiano que tanto les gustó cuando fueron con Lyon unos meses atrás.

"Muchas gracias por venir, chicos." Les decía el señor Lee.

Ambos asintieron antes de que Jungkook tomase la palabra. "En realidad, gracias a vosotros. No sabía cómo ni cuándo hacer esto y agradezco muchísimo que me permitáis estar presente."

"No hay nada que agradecer, Jungkook."

Por supuesto, aquella conversación llena de palabras que Aram no terminaba de procesar confundió al susodicho, su ceño frunciéndose.

"¿De qué habláis?"

Los cuatro adultos se miraron. Jungkook tosió, aclarándose la garganta.

"Verás, Aram, he venido aquí porque tengo que contarte algo muy importante. Bueno, tenemos."

"¿A mí?" El azabache asintió, dejándole intranquilo. "¿Es malo?"

"Bueno... Para mí no lo es, pero eres tú quien tiene la última palabra, así que ya me lo dirás cuando lo sepas."

Lentamente, Aram asintió, aún sin entender nada en absoluto. "Vale."

Con una pequeña sonrisa y la expresión de calma más notoria que Jungkook había visto en su vida, la señora Lee pasó una mano alrededor del cuerpo de su hijo, llamando así su atención.

"Cariño, ¿recuerdas que muchas veces papá y yo te hablamos de tu padre biológico? El hombre que te cuidó hasta que llegaste con nosotros." Comenzaba, viéndole asentir. "Te dijimos que ese hombre tenía un hijo mucho más mayor que tú, al que querías conocer."

"Sí, me acuerdo, ¿por qué?"

El señor Lee señaló al frente, más concretamente a Jungkook. "Ese chico es Jungkook."

Tan pronto como dijo aquello, TaeHyung alcanzó la mano del azabache para darle un pequeño apretón, notando su pulso acelerado y terminando por acariciarle los dedos suavemente, haciéndole saber que se encontraba allí.

Entonces, Aram abrió los ojos y la boca, buscándole con la mirada. Jungkook, quién tenía ganas de llorar y estaba aterrado, vio el brillo en estos.

"¿Jungkook? ¿E-Eso quiere decir que...?"

Él asintió, temeroso. "Soy tu hermano mayor."

Un pequeño chillido resonó por el restaurante. "¡¿De verdad?!"

"Sí, te lo prometo." Asentía otra vez, sintiendo como las lágrimas estaban a punto de ganar esta batalla.

Nuevamente saltando de su silla y correteando hacia el azabache, trepó hasta alcanzar su regazo, donde se subió y tomó el rostro de Jungkook, aún con los ojos como platos.

"¿Me lo dices en serio, Jungkook?"

"Sí."

"¿No me estás mintiendo?"

Riendo, negó, la primera lágrima delatándolo. "Claro que no..."

"¿De verdad eres mi hermano? ¿Y yo el tuyo?"

Una vez más, asintió, sorbiendo por la nariz. "Sí, Aram, soy tu hermano mayor." Dijo, limpiándose las lágrimas. "No- No sabía cómo decírtelo antes porque me daba miedo..."

"¿Miedo? ¿De qué tenías miedo?" Quiso saber, haciendo una mueca. "¿Te daba miedo que no quisiera ser tu hermano?"

"Algo... Algo así."

"¡Pero eres mi mejor amigo, Jungkook!" Chillaba, molesto, tomándole el rostro con ambas manos algo más fuerte. "¿Qué hay mejor que un mejor amigo si no es un hermano?"

Él reía, las lágrimas cayendo por su rostro sin cesar. "Lo sé, lo siento..."

"Jungkook también pensó en nosotros al no decirte nada antes, Aram. Quería saber si mamá y yo estábamos de acuerdo y si le dejaríamos formar parte de tu vida, es por eso que está diciéndote lo ahora." Explicaba el señor Lee. "Mamá y yo apreciamos mucho a Jungkook, estamos muy agradecidos con él y nos hace muy feliz que la vida os haya unido de esta forma."

Aeri movió la cabeza a modo de asentimiento. "Exacto, pero también entendemos que tuviese miedo de decírnoslo. La situación era muy complicada, por eso mismo acordamos esta pequeña reunión entre los cuatro."

"Lo entiendo, sí..."

"¿Estás enfadado conmigo, Aram?" Quiso saber Jungkook, mirándole atentamente.

"No, claro que no, Jungkook. Estoy..."

Viendo que no sabía cómo expresarse, TaeHyung sonrió. "¿Emocionado?"

"Sí, mucho."

"Pero también sientes algo que no puedes identificar, ¿verdad?" Aram asintió, su ceño fruncido.

"Me siento igual que cuando me dijeron que estaba curado de mi enfermedad y podía volver a casa, pero es más fuerte. Noto una cosa rara aquí." Señalándose el pecho, dijo. "Siento que se me va a salir el corazón... ¿Es malo?"

El corazón de Jungkook dio un vuelco.

TaeHyung negó, sin borrar la pequeña sonrisa adornándole el rostro. No cabían dudas de que Jungkook y él eran hermanos, pues tenían las mismas facciones cuando se sentían confundidos, experimentando algo que jamás habían sentido por primera vez, como si estuvieran descubriendo un mundo nuevo. Encontraba aquello tan enternecedor, adorable y que le derretía el alma tan rápido, que no podía hacer nada más que sonreír.

"No, cariño, sólo estás muy feliz. Has podido conocer a tu hermano después de tanto tiempo preguntándote quién era y ha resultado ser la persona a quien considerabas tu mejor amigo. Eso te hace feliz."

"Quiero... Quiero llorar, pero no estoy triste."

"Hazlo, entonces. Te sentirás mucho mejor."

Aram miró al azabache, quién sostenía sus hombros para evitar que cayera al suelo. Parecía producido, todavía un poco inseguro y casi temeroso, temiendo una mala reacción por su parte. El corazón se le aceleró, notando cómo las lágrimas comenzaban a formarse en las esquinas de sus ojos cuando Jungkook le sonrió.

Para él, Jungkook no era simplemente su mejor amigo. Era la única persona fuera del hospital y de su familia que lo acompañaba siempre, que estaba a su lado sin importar nada y no fallaba a la hora de hacerle reír. Era quien le había presentado a su segundo mejor amigo, TaeHyung, alguien que también significaba un antes y un después en su vida, quien le hacía inexplicablemente feliz. Jungkook no sólo era el chico divertido del hospital, era su persona favorita en el mundo, aquel al que acudía si algo iba mal, sabiendo que en cualquier momento aparecería.

Era su lugar seguro. Su mejor amigo. Y ahora también sabía que era su hermano mayor.

Finalmente sollozó, escondiéndose en el cuello de Jungkook, abrazándole con fuerzas. Este le abrazo de vuelta, respirando hondo.

Se encontró con los ojos del matrimonio, quien parecían compartir su misma angustia y ahora lucían tan aliviados como él, hasta el punto en que tenían los ojos llenos de lágrimas. Les agradeció con una pequeña sonrisa, asintiendo y tratando de contener su propio llanto, pues odiaba llorar en público.

Al cabo de unos minutos, una vez ambos hermanos se calmaron y ahora simplemente permanecían abrazados, la voz de Jungkook sonó.

"Siento no habértelo dicho antes..." Insistía, acariciándole la espalda. "Lo siento mucho, Aram..."

"Está bien, no pasa nada. No estoy enfadado contigo, Jungkook." Le dijo, para alivio del mencionado, separándose del abrazo para mirarle con una pequeña sonrisa, casi tímida.
"¿Sabes? En realidad no estoy tan sorprendido porque siempre quise que fuera así."

"¿Así cómo?"

"Siempre quise y te vi como mi hermano... Aunque no lo supiera. Para mí ya lo eras porque te quiero mucho."

Sólo así, de esa forma y con una confirmación que Jungkook nunca supo que necesitó hasta ahora, las lágrimas cedieron, deslizándose por su rostro antes de verse obligado a cerrar los ojos, riendo entre dientes.

"Yo también te quiero muchísimo, Aram." Aseguraba, acariciando sus mejillas. "No sabes lo feliz que me hace ser tu hermano."

El pequeño le dio su mejor sonrisa. "A mí también me hace muy feliz, Jungkook."

"A nosotros también, ¿eh?" Bromeaba la señora Lee, haciéndoles reír mientras su hijo tomaba asiento en el regazo del azabache y miraba a TaeHyung.

"Oye, ahora que somos hermanos, ¿qué es TaeHyung para mí?"

Jungkook y él se dedicaron una mirada cómplice al mismo tiempo, sonriéndose mutuamente.

"Pues sería tu cuñado, ya que somos pareja." Le explicó.

Aquella respuesta pareció conducir a Aram por un pequeño tramo de euforia, pues se removió inquieto en su regazo, luciendo verdaderamente emocionado.

"¡¿Eso quiere decir que también somos familia, TaeHyung?!" Chilló, sus ojos ensanchados mirando al susodicho, quien, riendo, no dudó en asentir. La felicidad no le cabía en el pecho y estaba raramente acostumbrado a ello.

"Se podría decir que sí, ¿por qué no?"

Y del mismo modo, esa respuesta fue suficiente para que Aram volase inmediatamente en su dirección, abrazándole con todas sus fuerzas.

"¡Hoy es el día más feliz de mi vida!" Chilló, girándose a mirar a sus padres. "Papá, mamá, ¿puedo pedir helado de postre?"

Ellos rieron, asintiendo. "Claro."

Por su parte, Jungkook estaba convencido de que los pequeños momentos felices de su vida, incluso siendo pocos, eran suficientes para verla con otros ojos. Sin embargo, hoy podía confirmarlo.

Mirando hacia el frente, a la sonrisa de Aram, su hermano y a la izquierda, donde los ojos de TaeHyung le observaban con adoración, él sabía que, tal vez, nunca sería tan feliz como en este momento. Y estaba bien, porque lo disfrutaría al máximo.

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