Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✧c.-068

N/A: Sigo sin teléfono propio, así que espero poder subir esto a tiempo. Este capítulo es una montaña de emociones y entra dentro de mi top, realmente me enorgullezco de él y lo amo xD

Cap dedicado a fresitaaakoo ♡♡

Hoy os recomiendo 'The Last Bit Of Us' de Dean Lewis, ya que me parece bastante adecuada para este capítulo.

[...]

TaeHyung despertó por el fuerte ruido de algo cayendo contra el suelo y sobresaltándole de inmediato, tanto que podría jurar que el corazón se le había salido del pecho. Confundido y asustado miró a su alrededor, encontrando que se hallaba completamente solo en aquella cama donde había dormido con Jungkook. El corazón acelerado se le paró, buscando al azabache con la mirada.

"¿Jungkook?" Lo llamó mientras se destapaba, asustado sólo con pensar que aquel ruido estruendoso había tenido que ver con él. "¿Cariño? ¿Dónde estás?"

Salió de la cama a toda prisa, comenzando a sudar frío mientras torpemente abandonaba su habitación y se dirigía al baño, de donde provenían los pequeños ruiditos que escuchaba. Abrió la puerta sin pensárselo demasiado, encontrándose al azabache teniendo dificultades para quitarse la camiseta.

Tan pronto como descubrió que estaba de una pieza y no parecía haber sangre a su alrededor, suspiró aliviado.

"¿TaeHyung?" Murmuró Jungkook, su cabeza cubierta por la camiseta que había usado esa noche como pijama, dando tumbos por todo el baño. "¿Eres tú?"

Entonces, una risita abandonó sus labios, riéndose por la situación.

"Sí, sí eres tú. ¿Te... ¿Te importaría ayudarme? Me he quedado atascado aquí dentro y creo que en el proceso he tirado algo al suelo, pero no puedo ver lo que es. Lo siento."

Su risa incrementó conforme se acercaba para hacer lo pedido, ayudándole a despojarle de la camiseta.

"Listo." Sin dejar de reír, lo sostuvo con ambos brazos. "¿Qué pretendías hacer?"

"Ducharme, pero parece que me he convertido en un chicle gigante y casi me ahogo a mí mismo..."

TaeHyung rio aún más fuerte. "Qué tonto.. ¿Por qué no me has avisado para que te ayudase?"

"Porque estabas tan bonito durmiendo que no quería despertarte. Y, además, que podía hacerlo solo, lo que pasa es que la camiseta de mierda no ha querido colaborar..."

"Claro que puedes, pero nunca viene mal una pequeña ayudita si la necesitas y sabes que a mí no me importa dártela." Le dijo, dirigiéndose hacia el lavabo para lavarse los dientes.

"Gracias, pero no necesito ayuda."

"No debes hacer demasiados esfuerzos, acuérdate."

Un bufido abandonó sus labios. "Créeme, rubito, lo recuerdo todos los días, pero ya estoy harto."

TaeHyung puso los ojos en blanco. Comprendía su enfado, pero de esa forma no arreglaría nada y sabía que era totalmente consciente de ello.

"No llevas ni tres días así, debes ser más paciente... No te has caído de la bici, Jungkook, te han disparado." Decía, luciendo un poco preocupado. "Y fue lo suficientemente grave como para que entraras en coma."

"Ya lo sé..."

"Pues entonces hazme el favor de tener cuidado y tomártelo en serio." Escupiendo en el lavamanos, pidió. "Comprendo que sea desesperante para ti y ojalá pudiera hacer algo para cambiarlo, pero desgraciadamente no puedo y tú tampoco vas a conseguirlo siendo tan descuidado."

Suspirando conforme se secaba la boca y caminaba de vuelta hacia Jungkook, pasó los brazos alrededor de su cuello. Parecía algo molesto, con los labios fruncidos y la mirada apagada. TaeHyung odiaba verle así.

Acarició su nuca con la yema de los dedos, oyéndole suspirar también, antes de encontrarse con sus ojos.

"Sabes que sólo quiero lo mejor para ti y que te recuperes pronto..."

Él asintió. "Sí, claro que lo sé."

"Si lo sabes, por favor no hagas nada que pueda perjudicarte. No quiero tener que verte en una cama de hospital otra vez, no lo soportaría, Jungkook..."

Su corazón se empuñó repentinamente. "Está bien, rubito, está bien... Seré más cuidadoso."

Rodeándole la cintura con ambas manos, apretó su piel suavemente por encima de la tela, oyéndole suspirar.

"¿Lo prometes?"

"Claro que sí."

Sorbiendo por la nariz, TaeHyung suspiró, algo más satisfecho y calmado, moviéndose para besar sus labios castamente. Jungkook apretó un poco más el agarre, acariciando poco después.

"Ya que pretendes cuidarme, ¿por qué no entras en la ducha conmigo?" Propuso, observándole con una muy sutil sonrisa. "Ya sabes, para evitar que me resbale o algo por el estilo..."

TaeHyung rio, mordiéndose el labio inferior. "¿Estás seguro?"

"Nunca estoy más seguro que cuando te pido este tipo de cosas, creo que a estas alturas deberías saberlo."

"Hm, bueno... Está bien." Aceptó, aquella respuesta siendo más que suficiente para convencerle, incluso si realmente no la necesitaba.

De inmediato, Jungkook se apresuró en quitarle la ropa, oyendo a TaeHyung reír, pues su desesperación era demasiado evidente, haciéndole parecer ansioso mientras le abría la camisa del pijama.

"Oye, oye, cálmate un poco. Vas muy rápido para simplemente tomar una ducha." Le dijo, riendo. "Eres consciente de que sólo haremos eso y nada más que eso, ¿verdad?"

"Claro..."

Incluso si Jungkook asintió, sus manos moviéndose con rapidez y despojándole del pijama y el tono de voz tan bajo con el que había hablado lo delataron, así que TaeHyung le sostuvo el rostro con ambas manos, obligándole a mirarle.

"Cariño, hablo en serio. Sigues recuperándote de la operación, no podemos hacer nada de lo que estás pensando, por tu bien."

En esta ocasión un bufido abandonó sus labios, como si aquello le pareciera ridículo.

"¿Por mi bien? Pero si estoy perfectamente."

"Jungkook..."

Las manos del azabache instaladas en el pantalón del pijama ajeno tuvieron un pequeño encontronazo con las de TaeHyung, que se posaron sobre ellas. Sólo así, Jungkook le devolvió la mirada.

"¿Qué pasa?"

"¿Puedes prestarme atención y pensar con la cabecita de arriba un momento? Deja a la de abajo descansar."

Otro bufido abandonó sus labios. "Te estoy haciendo caso, pero me encuentro perfectamente. No hay nada de lo que preocuparse."

"Oh, sí, hay mucho de lo que preocuparse..."

Sólo entonces, resignado, pues sabía que TaeHyung estaba en lo cierto y debía ser más cuidadoso por muy necesitado en relación a su intimidad que se encontrase. No cuando la otra opción era terminar de nuevo en una cama de hospital con todos sus seres queridos llorándole alrededor.

Para el momento en que levantó la mirada, convencido de que necesitaba pensar en su salud antes que nada, TaeHyung completamente desnudo frente a él hizo que se le detuviera el corazón por al menos unos segundos.

"¿Qué...?" Con el aire atascado en la garganta y su presión arterial aumentando, murmuró.

En respuesta, TaeHyung golpeó su barbilla, sonriente. "A la ducha, venga."

Y acto seguido, hizo exactamente eso: meterse en la ducha. Jungkook, tras él, buscando la manera más honorable de recoger su barbilla del suelo y devolver su corazón a donde permanecía, trago saliva, balbuceando algo inteligible mientras se despojaba de la ropa interior y seguía a TaeHyung.

Tan pronto como ambos se adentraron en la ducha y el agua caliente comenzó a caer sobre ellos, TaeHyung llevó las manos a su cabello, masajeándolo y formando espuma con los dedos y el champú, mirándole con suma adoración, sonriendo sólo por tenerlo cerca. Este, por su parte, observaba la inexistente cicatriz en su abdomen.

"¿Cómo es posible que no me haya quedado cicatriz después de la operación?" Murmuraba. "He visto mucha gente en mi barrio con cicatrices de impactos de bala y puñaladas marcadas por todo el cuerpo... ¿Dónde está la mía?"

Una mano del rubio se posó unos centímetros por encima de la pelvis ajena, rozándola con las yemas. Apenas se llegaba a apreciar una pequeña marca. "No tienes, los médicos dijeron que quedaría una cicatriz bastante fea y Mos estuvo convencido de que podría afectar tu autoestima."

"¿Cómo de fea? Porque tengo mucho amor propio, no cualquier cosa puede afectarme."

"Con mucho relieve, desde aquí hasta aquí..." Señaló el pequeño hueco entre sus pectorales y luego unos centímetros por encima del ombligo.

Jungkook hizo una mueca, conforme se estremecía. "Joder..."

"Piensa que tenías restos cerca de los pulmones y del corazón, así que no sería una pequeña intervención de nada." Le recordó, viéndole asentir. "Ian supuso que luego querrías taparla con un tatuaje, pero mi padre mandó a llamar a un médico especializado en la cirugía sin huella desde España y él te operó. Por eso no tienes cicatrices y la recuperación es más rápida."

"Un momento, un momento... ¿En serio vino desde España?"

TaeHyung asintió, acariciando los huesos de su cadera suavemente. "Claro. Es el mismo que operó a mi madre."

"Pues sí que es influyente tu padre..."

De sus labios brotó una risita. "No, no es influyente. Trabajó como abogado para un hospital durante muchos años y a día de hoy conserva varios contactos. Entre ellos, el de ese cirujano."

"Oh, ya veo... Así que tu padre no sólo pagó una habitación privada para mí, sino que trajo a un cirujano desde la otra parte del mundo exclusivamente para que no me quedaran cicatrices después de la operación."

De nuevo, este asintió. "Correcto."

"Eso quiere decir que me he ganado a mi suegro..."

Otra carcajada resonó en el baño. Mientras reía, TaeHyung aclaró su cabello con agua caliente, negando.

"Cierra los ojos." Pidió. Este hizo lo pedido. "Te lo ganaste antes incluso de ser tu suegro, Jungkook, sabes que mi padre te aprecia y está muy agradecido contigo por todo lo que hiciste por mí y también por mi madre." Dijo, viéndole asentir con una pequeña sonrisa. "No le gustó demasiado enterarse de que te habías convertido en su yerno y acto seguido te metiesen cinco balas entre pecho y espalda..."

Esta vez fue Jungkook quién rio.

"Entendible, a mí tampoco me pareció justo. Apenas tuvimos tiempo de organizar nuestra primera cita."

"No, pero siempre hay tiempo para eso."

"Cierto." Asintiendo, se inclinó hasta depositar un casto beso en sus labios tan pronto como abrió los ojos. "Y ahora que lo dices, Mos quiere que nos reunamos más tarde en el bar. Dice que tiene algo importante para decirnos... ¿Te apetece ir?"

"Por supuesto, sí. Aunque no puedes beber alcohol, tienes medicación."

El azabache comenzó a lloriquear, escondiéndose en el cuello de TaeHyung. "No me lo recuerdes..."

TaeHyung volvió a reír, acariciándole la espalda muy lentamente, suspirando. Jungkook no tenía ni idea de lo mucho que significaba para él tenerle así. Tan cerca. Sentir su cuerpo cálido junto al suyo de una manera tan íntima. Lo que le llenaba el corazón.

Después de casi perderlo para siempre, TaeHyung se sentía agradecido por las cosas más mínimas.

"No seas tonto, sabes que es algo momentáneo. Podrás volver a tu rutina pronto, ya lo verás. Sólo debes ser un poquito paciente y aún más constante con tu medicación."

Separándose casi a cámara lenta, Jungkook buscó sus ojos. "¿Cómo de pronto?"

"Muy pronto." Respondió, notando un brillo inusual en su mirada, lo que le extraño hasta el punto de fruncir el ceño. "¿Por qué? ¿Qué pasa?"

El gesto del azabache se torció. Ahí, TaeHyung sabía que había algo que se le escapaba.

Y como si fuera poco, una risita tonta en respuesta le hizo extrañarse aún más.

"Jungkook..."

"He hablado con Ian sobre el estudio." Comenzó, hablando con la boca pequeña, fruncida. "Le dije que me reincorporaría mañana por la mañana."

TaeHyung quiso ponerse a llorar allí mismo, más pudo controlarse, simplemente vaciando sus pulmones, cerrando los ojos y asintiendo, para sorpresa del propio Jungkook, quien no se creía lo que estaba viendo.

"Vale..."

"¿Vale?" Su ceño se frunció, extrañado. "No... ¿No te opones?"

Él volvió a suspirar. "Me opongo, claro que me opongo, cariño, pero también te conozco lo suficiente para saber que no vas a hacerme ni puñetero caso." Dijo. El gesto de Jungkook se torció otra vez.

"Eh, bueno..."

Ni siquiera podía negar lo evidente.

"Ni puñetero caso." Insistió. "E incluso si me encantaría guardarte en una cajita de la que no pudieras salir nunca para protegerte, sé que no puedo hacerlo. Primero porque morirías del aburrimiento, segundo porque es inhumano, tercero porque necesitas volver a tu rutina para sentirte mejor..."

Sus labios se estiraron en una sonrisita satisfecha.

"...y cuarto porque he amenazado a Ian con cortarle los huevos y pegarlos en la puerta del estudio con dos cascabeles colgando para que suenen cuando alguien entre, si te deja trabajar más de lo debido." Finalizó.

Sorprendido hasta que los ojos casi se le salían de las cuencas, Jungkook rio, incapaz de ver a TaeHyung como una persona intimidante en absoluto.

"¿Que has hecho qué?"

Sin embargo, la sonrisa que el rubio le dio puso sus vellos de punta.

"Lo que oyes." Respondió, inclinándose para depositar un casto beso en los labios ajenos. "Así que ya sabes, nada de sobreesforzarte. Irás poco a poco, ¿vale? Un par de horas el primer día y luego a casita."

"¿Tan poco?"

Sus cejas se alzaron. "¿Poco? Dos horas es mucho más de lo que deberías teniendo en cuenta tu condición, Jungkook."

"Bueno, vale..."

"Aunque todo depende de ti, si quieres recuperarte rápido o no. Bueno, de ti y del aguante que tengas, siendo consciente de que seguirás en abstinencia hasta que yo lo crea conveniente... Ya sabes."

De inmediato, el azabache se mostró horrorizado. "Dos horas son más que suficientes, descuida."

Finalmente, TaeHyung asintió, satisfecho. "Eso mismo pensaba yo."

Unos minutos después, cuando salieron de la ducha limpios y oliendo a una mezcla dulce de frutas, cítricos y vainilla, TaeHyung se encontraba cubierto por el mismo albornoz que Jungkook llevaba, sentado a los pies de la cama mientras secaba su cabello húmedo con una toalla. Jungkook juraría quedarse dormido en muy poco tiempo.

"Dios..." Murmuró, cerrando los ojos. El rubio se sintió enternecido por su expresión relajada. "Me voy a dormir si sigues así, rubito..."

"¿Te relaja?"

Jungkook asintió. "Sí, mucho. Cuando era pequeño y no podía dormir, iba a la habitación de mi padre y me hacía masajes en la cabeza. Tenía las manos llenas de durezas, súper secas, pero yo me quedaba dormido en seguida."

"Eso es adorable, Jungkook... Me imagino una versión pequeñita de ti y siento que se me derrite el corazón."

"Pues era un niño insoportable."

Este rio. "No, claro que no. Tu padre me habló mucho de cómo eras de pequeño y estoy convencido de que eras adorable. Sobre todo con esa anécdota tuya desapareciendo en el colegio por unos juguetes."

Inmediatamente recordando a lo que se refería, una risita avergonzada escapó de sus labios, meneando la cabeza de un lado a otro.

"Menudo capullo fui... Casi mato del susto a mi abuelo."

"Un poco capullo sí que fuiste, la verdad, pero me encantó saber que al final conseguiste los juguetes que querías. Tu padre se esforzó mucho por comprártelos y eso dice mucho de él. Se ve que te adora."

Con los labios estirados en una sonrisa llena de anhelo y felicidad, Jungkook asintió. "Es un gran hombre, igual que mi abuelo."

TaeHyung también sonrió, sintiendo la tan conocida presión de la culpabilidad en el pecho. Todavía le dolía en el alma no saber si su suegro, el padre que Jungkook tanto adoraba, estaba tras el repentino suicidio de Moon Dakho.

"Debe serlo si ambos te han criado a ti."

"A mi abuelo le hubiera encantado conocerte, estoy seguro de que te convertirías en una de sus personas favoritas del mundo."

"Me hubiese encantado conocerle, también." Jungkook sonrió, besando el dorso de su mano. "Te quiero mucho."

"Yo también te quiero mucho, rubito. Muchísimo. No te haces una idea de cuánto."

TaeHyung le devolvió la sonrisa, inclinándose hasta posar los labios sobre su frente, depositando un casto beso allí y rodeándole los hombros con ambos brazos. Lo quería tanto que no podía encontrar palabras para expresarlo. Simplemente no existían.

Vaciando sus pulmones, permaneció en esa postura por unos segundos más, hasta separarse cuando recordó algo.

"Por cierto... No llegaste a contarme lo que el señor y la señora Lee te dijeron cuando Aram vino a visitarte al hospital. Acabo de acordarme."

"¿No? Pensé que te lo había dicho." Murmuró. TaeHyung negó. "Pues me dijeron que desde el principio sabían que Aram y yo éramos hermanos, que no tenía razón alguna para ocultarlo y que jamás se opondrían a cumplir con mi papel de hermano mayor."

El rubio sonrió, sintiendo como aquellas palabras arropaban su corazón. "Qué bien... Cuánto me alegra saber eso."

"Tú ya lo sabías, ¿verdad? No pareces sorprendido."

"Sí." Asintió, dejando escapar un suspiro. Jungkook tampoco estaba sorprendido tras notar que él no lo estaba. "Lo cierto es que mientras Seojin estuvo en el hospital, Aram se nos acercó y tuvieron su primer acercamiento. El señor y la señora Lee luego saludaron a tu padre como si se conocieran de toda la vida. Me impactó mucho, pero ellos me explicaron que siempre fueron conscientes de todo."

"También me lo explicaron, aunque yo ya sabía algunas cosas."

"Siento no habértelo dicho antes..."

Jungkook movió la cabeza de un lado a otro. "No tienes que disculparte por eso, rubito, soy consciente de que no te correspondía a ti decírmelo."

TaeHyung volvió a inclinarse, esta vez besando su mejilla.

"¿Y qué harás con respecto a eso? ¿Se lo dirás a Aram?"

"Sí, lo haré... No veo la hora de contárselo y poder quitarme este puñetero peso de encima con el que llevo cargando años. Pero necesitaré que el señor y la señora Lee estén allí, conmigo. Y tú también, por favor."

"Ni siquiera tienes que pedírmelo, sabes que iré a dónde me pidas sin pensarlo."

La sonrisa del azabache se volvió más amplia, dulce. "Gracias, bebé."

Algunas horas más tarde, cuando estaba anocheciendo y se encontraban en el bar de Mos, rodeados por los amigos del azabache, Banky y Gemini, TaeHyung se sentía completamente liberado, aliviado y feliz de verse a sí mismo otra vez en aquella situación y aún más de hacerlo con Jungkook a su lado, quien todavía lloriqueaba por una cerveza sin alcohol.

Mos había cerrado el bar para ellos esa noche, aprovechando que era domingo y no solía abrir normalmente, por lo que no eran más que diez personas sentadas alrededor de una mesa, charlando y bebiendo.

"...y pues Yibo no ha podido venir porque está en una cita romántica con su compañero de piso, amigo y hermano, como lo llaman hoy en día, pero dice que si se animan vienen dentro de un rato."

"¿Todavía no quieren hacer nada oficial?" Cuestionaba Leedo, dándole un sorbo a su cerveza.

Siyeon negó. "Aunque es obvio y ni siquiera se molestan en ocultarlo, no, todavía no quieren. Supongo que es más por la familia de Xiaozhan, que es bastante más tradicional, pero bueno..."

"Mientras ellos lo tengan claro, el resto da igual."

"A todo esto, ¿qué era eso tan importante que teníais para contar, parejita?" Sua se dirigió a Mos y Bank, quienes se mantenían en silencio, simplemente atentos a la conversación.

TaeHyung movió la cabeza a modo de asentimiento. "Es verdad, habíais dicho que se trataba de algo muy importante."

"¿Os vais a casar?"

Tras la pregunta de Jaemin, Mos y Banky lucieron horrorizados, haciendo al resto reír. Jaemin lució confundido.

"¿Qué he dicho?"

"Mi hermano odia las bodas, para él es como estar dentro de una pesadilla." Dijo Fourth, todavía riendo. "Creo que les tiene fobia o algo así..."

"Banky igual."

Mos también asintió, tomando la mano del castaño en busca de soporte. Este entrelazó sus dedos. "Efectivamente, nada de bodas; con tener una relación seria y monógama es más que suficiente para nosotros dos, no necesitamos demasiado, ¿cierto?" Banky volvió a asentir. "La noticia que tenemos para daros es una muy distinta."

"Súper distinta."

Ambos se miraron, dejando escapar una risita.

"Pues dadla ya porque me estoy poniendo tan tenso que se me van a salir los puntos." Pedía Jungkook, resoplando.

"Si no tienes puntos..." Le recordaba el rubio, quien recibía una mala mirada por su parte.

"Rubito..."

Este se encogió de hombros. "Bueno, bueno..."

Mos volvía a aclararse la garganta, volviéndose el centro de atención nuevamente. "Lo que queríamos decir es que esta belleza andante y yo, hemos tomado la decisión conjunta de comprar el local."

"¿Comprarlo?"

"Eso he dicho, sí." Asentía. "Seremos socios y tendremos nuestro propio negocio, que seguirá siendo el mismo bar de siempre, eso por supuesto." Se apresuró a aclarar, viendo así sus miradas llenas de alivio. "Llevo años con este local alquilado y necesitaba sentirlo como mío de verdad. Mi propiedad."

"Pero es una increíble noticia, Mos, ¿por qué no me has dicho nada?" Fourth no pudo no quejarse, abrazando a Banky quien era el más cercano a él.

Su hermano soltó una risita. "Era una sorpresa para todos..."

"Yo debo decir que la idea de tener un bar no es lo más glamuroso que se me viene a la cabeza, pero creo que puede ser bastante emocionante."

"Sí... A ninguno de los dos nos resultaba atractivo mezclar negocios y pareja en una misma frase, así que es un gran desafío para ambos." Mos miró a Banky, quien asentía otra vez. "Hemos acordado que ningún problema del trabajo influirá en nuestra relación."

TaeHyung alcanzó la mano de su mejor amigo, quien temblaba como una gelatina junto a él, dándole un apretón.

"Banky es la persona idónea para abrir un negocio. Es inteligente, muy creativo y poco ambicioso, dudo que tengáis problemas más allá de elegir una buena decoración." Dijo, buscando la mirada de Mos. "Porque, te advierto, eso no será fácil."

Este dejó escapar una carcajada, pues parecía saber a lo que se enfrentaba. "Descuida, lo sé. Tenemos un pequeño acuerdo entre nosotros, él se encarga de la decoración y yo de las bebidas, así todos estamos contentos."

"Muy cierto."

"Pues me alegro muchísimo por vuestro nuevo proyecto, chicos." Jaemin palmeó los hombros de ambos nada más levantarse. "Sólo espero que sigáis contando conmigo para el puesto de camarero..."

"Tú no entras dentro de los cambios, Jaemin." Le dijo Banky, para alivio del susodicho.

"Exacto, el puesto sigue siendo tuyo. Aunque ahora tendrás dos jefes en lugar de uno, eso es lo único que cambia para ti."

Jaemin besó sus mejillas. "Os amo."

"Muy bonito todo, todos nos alegramos mucho y estamos super felices, pero, ¿cuándo brindamos para celebrarlo? Porque hemos venido a eso, ¿verdad? Y yo no veo a nadie levantando botellines de cerveza ni invitando a cocteles." Jungkook dijo, luciendo falsamente molesto. TaeHyung no tardó en darle una mirada llena de advertencia, por lo que sufriendo un escalofrío, tosió. "El mío sin alcohol, por supuesto..."

Satisfecho, el rubio asintió.

"Yo me encargo de esos cócteles. Os voy a preparar los mejores mojitos que vais a probar en vuestra vida." Un muy animado Jaemin dijo, escuchando a Mos y Banky aclarándose la garganta. "Si mis jefes me lo permiten, claro..."

"El mío con mucho hielo, por favor."

Y, recuperando su felicidad, dio un brinquito. "¡Marchando!"

"¡Te ayudo! Quiero aprender cómo hacerlos yo mismo." Fourth se puso en pie rápidamente.

Jaemin corrió hacia la barra, cargado de emoción y euforia, pues aparte de alegrarse por un amigo que consideraba parte de su familia, también agradecía mantener su puesto de trabajo.

TaeHyung no dudó en abrazar a Banky, sintiéndole mucho más aliviado tras dar la noticia.

"Qué calladito te lo tenías, ¿eh?"

"No sabes lo que me ha costado quedarme callado... He sufrido más que en el examen práctico de conducir." Lloriqueaba, oyéndole reír. "Casi no lo cuento."

"¿Y hace cuánto teníais esto planeado?"

"Hm... No mucho, la verdad. Oficializamos nuestra relación poco antes de que Jungkook ingresara y antes de eso tuvimos una pequeña charla sobre cómo era tener mi propio negocio. Por el centro de estética, ya sabes." Kim asintió. "Se lo propuse a modo de broma, pero nos gustó la idea y hace muy poquito la retom..."

El ruido de un vaso chocando contra el suelo y estallando sobresaltó a alguno de los presentes, especialmente a Banky, a quien también interrumpió.

"¿Tan pronto y ya estáis rompiendo va...?" Mos se dio la vuelta, dispuesto a regañar al causante de aquel destrozo, cuando su voz dejó de sonar. "¿Mamá?"

E inmediatamente, los demás se giraron, viendo a la mujer junto a la barra, luciendo angustiada. Fourth, a tan sólo unos metros había sido el culpable de una copa de vidrio rota a sus pies.

"Hola..." Ella sonrió. "Por fin os encuentro, chicos. No sabes el trabajo que me ha costado llegar hasta aquí."

Mos negó. "¿Por qué has venido en primer lugar?"

"Necesitaba volver a veros."

Un bufido abandonó sus labios, poniéndose en pie. Banky tomó su mano. "No me joda, señora... ¿Es en serio? ¿Después de todos estos años justo ahora necesitabas vernos?"

Dando algunos pasos en dirección al mayor de sus hijos, suspiró.

"Escucha, cielo... Sé que estás muy enfadado y no te culpo, pero-"

"No, no estoy enfadado; estoy asqueado de tenerte aquí." Escupió. "Eres la última persona a la que me gustaría ver en un momento como este, así que hazme el favor de largarte por donde has venido. Aquí no pintas nada."

Sus ojos se llenaron de lágrimas. "Mos..."

"Me voy yo."

Sin siquiera pararse a escucharla, mucho menos mirarle a la cara, el pelinegro se alejó por el pasillo en dirección al almacén. Banky no tardó en ponerse en pie, siguiéndole inmediatamente.

Mientras tanto Fourth, quien a duras penas salía de su shock, caminó hacia la mujer sin poder creer que estuviera frente a ella una vez más.

"¿Qué haces?" Susurró.

"Yo sólo quiero hablar con vosotros un momento, sólo un par de minutos, Fou..."

"Fourth." No tardó en corregirle.

Y ella asintió, avergonzada. "Claro, disculpa."

"Por qué... ¿por qué ahora? No lo entiendo. Después de tantos años sin saber nada de ti ni de papá, sin saber siquiera si estabais vivos... ¿Qué te hace pensar que aparecer ahora tendría algún tipo de sentido?"

"No lo sé, Fourth, yo sólo tengo claro que necesitaba volver a veros después de la última vez. No puedo volver a marcharme sin saber de vosotros."

Sólo entonces, la barbilla del menor tembló. "Pero ya lo hiciste una vez..."

"Lo sé, lo sé y lo siento como no tienes idea." Le dijo, tomándole por los hombros. "Me harías el favor de concederme unos minutos, ¿por favor? Solos tú y yo. Lo necesito, Fourth."

Limpiándose las lágrimas traicioneras y tragándose el nudo en la garganta, negó.

"No, solos no. Lo que sea que quieras decirme puede ser delante de ellos."

"Bien..."

Jaemin, que se encontraba limpiando el destrozo en la barra, se apresuró a ofrecerle una silla a la mujer, recibiendo una pequeña sonrisa a modo de agradecimiento por su parte, antes de tomar asiento frente a su hijo menor.

"Quiere... ¿Quiere tomar algo?"

"No, muchas gracias." Le dijo. "Estás tan guapo como te recordaba, Jaemin."

Él sonrió sin saber muy bien cómo responder a ese cumplido. "Gracias..."

"He oído que tienes un hijo."

"Lyon, sí... Tiene cuatro años. Es un niño maravilloso."

"Como su padre."

Fourth se aclaró la garganta. "Y que lo digas... Muchos deberían aprender de él, por nada del mundo ha abandonado a su hijo."

La mujer rápidamente pareció arrepentida. "Entiendo que estés enfadado, cielo... Sé que tu hermano y tú todavía me guardáis rencor por lo que pasó y no puedo culparos. Aunque agradezco que tú sí hayas optado a darme una oportunidad."

"Yo no te estoy dando ninguna oportunidad. Y no hables como si tuvieras el derecho de reclamarle nada a Mos, porque sabes muy bien que no lo tienes." Escupía, oyéndola suspirar.

"Lo siento, lo siento... Lo que quiero decir es que lamento mucho lo que pasó. Tu padre y yo nos vimos en una situación desesperante para ambos. No supimos cómo actuar... Teníamos tantas deudas, tantos problemas que se amontonaban que simplemente..."

"Huisteis."

La señora Sopradit asintió, avergonzada. "Exacto, sí..."

Fourth se limpió las demás lágrimas, relamiéndose los labios. Buscó a Gemini con la mirada, encontrando que este ya le observaba. Preocupado, angustiado, lleno de impotencia.

"Así que os visteis con el agua al cuello y la decisión más inteligente que tomasteis fue actuar como dos cobardes, abandonar a vuestros hijos y marcharos sin mirar hacia atrás, ¿no es así?"

"Cariño..."

"Eres profesora de Derecho Fiscal, mamá, ¿y no te has parado a pensar en que lo que hicisteis fue un puto delito?" Le recriminaba. "Dejar a dos menores de dieciséis y ocho años completamente solos, sin nadie para cuidarlos... Tantos años aprendiéndote la ley para luego ignorarla. Me daría vergüenza ser tú."

Las lágrimas también la traicionaron.

"Fourth, por favor..."

"¿Y papá?"

"No lo sé, nos divorciamos hace muchos años. Cada uno tomó su propio camino cuando todo empeoró." Explicó. "Yo volví a trabajar en un supermercado al norte de Tailandia y a él le perdí la pista... Llegué a Corea de nuevo hace menos de un año, cuando me ofrecieron el puesto que cubro ahora. Por eso estoy aquí. Estoy intentando hacer las cosas bien ahora, por ti, por tu hermano y por mí."

Lentamente, él meneó la cabeza a modo de negación, cediendo a sus lágrimas. "Es que no... Ya no, mamá, ya no hace falta."

Ella sorbió por la nariz. "Pero sois mis hijos, Fourth..."

"Dejamos de ser tus hijos en el momento en que cruzasteis esa puerta." Dijo, haciendo referencia a su antiguo hogar. "¿Sabes cuántos años estuve soñando con el momento en que volvierais a casa? Con cenar todos juntos, con pasar mi cumpleaños, Navidad... Pero no. Nunca volvisteis y yo perdí la esperanza con el paso de los años."

"Fourth..."

Sin embargo, este continuó hablando. "Pasé tanto tiempo soñando con tener a mi familia de vuelta, que ya no me importaba nada, mamá. Escuchaba a mi hermano llorar todas las noches, asustado, preocupado... Preguntándose cómo narices me cuidaría si no teníamos nada."

Un sollozo resonó.

"Lo siento tanto..."

"Mos era un niño aterrado cuidando de otro niño, pero él nunca me dejó. Jamás me abandonó incluso si en muchas ocasiones debía quedarse sin comer por alimentarme a mí." Susurraba, limpiándose las lágrimas con manos temblorosas. "A pesar de que no os tenía a vosotros, siempre lo tuve a él."

La mujer sollozó, tapándose el rostro con ambas manos, mientras él trataba de mantenerse sereno, impasible, incluso si también lloraba.

"Lo siento..."

"No tienes nada que sentir, mamá. Ya no." Le dijo. "Porque gracias a que has vuelto sé que no te necesito y en realidad nunca lo hice."

"Fourth..."

El susodicho se puso en pie, respirando hondo.

"Me alegro de que tu vida haya mejorado y vuelvas a ser esa mujer exitosa que siempre soñaste ser, señora Sopradit. Me alegro en serio." Dijo, sonriendo con el dolor de su corazón. "Espero que continúe cumpliendo los sueños que siendo mi madre no pudo y deseo que todo le vaya genial."

"No, no digas eso, cielo, no es así."

Su sonrisa se ensanchó. "Realmente ya no me importa. No quiero guardarle rencor porque sé que no merezco vivir así, porque mi hermano me ha dado la mejor educación posible para saber diferenciar lo que es bueno para mí y lo que no."

Buscó sus ojos a través de las lágrimas, relamiéndose los labios.

"Él es la familia que siempre soñé tener y la única que necesito para ser feliz." Insistió. "Así que por favor, márchese para que pueda volver... Antes de que llegara estábamos celebrando algo muy importante que no le permitiré arruinar por nada del mundo. Hoy es el día de Mos."

Eso sí pareció entenderlo, del mismo modo en que comprendió que Fourth no cedería y allí simplemente estaba perdiendo el tiempo. E incluso si dolía y el arrepentimiento ni siquiera hacía justicia a cómo se sentía, era consciente de que no tenía derecho alguno sobre ellos. Que no podía reclamarles nada.

Se marchó con la cabeza gacha y los ojos de lágrimas, asintiendo hasta desaparecer por donde había venido.

E inmediatamente, alguien sollozó. Todos dejaron de mirar la puerta para enfocarse en Jaemin, quien se limpiaba las lágrimas con manos temblorosas.

"Perdonad, es que eso que has dicho es tan bonito, Fourth..." Decía, balbuceando.

Este rio en medio de su propio llanto.

"Sí... La verdad es que ha sido super bonito." La voz de Mos sonó, apareciendo por el pasillo con una muy sutil sonrisa, acercándose a su hermano menor con Banky tras él. Tan pronto como llegó frente a Fourth, le abrazó. "Estoy muy orgulloso de ti, bicho. Siempre lo estaré."

"Más te vale, porque soy el único hermano inteligente de los dos..."

Los presentes rieron también.

Gemini se acercó a TaeHyung disimuladamente.

"Oye... Y, ¿quién es el inteligente de nosotros dos? Así, por curiosidad..."

"Yo."

Y él asintió, porque tampoco podía discutirlo cuando se lanzaba de cabeza al peligro constantemente. "Ah, vale..."

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro