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✧c.-066

N/A: ¿Qué mejor forma de terminar la semana con este capítulo? Pues con este capítulo y una novela nueva recién sacada de mis borradores. Una nueva novela que me tiene emocionadísima y podéis encontrar en mi perfil como «Dexian», espero que os guste tanto como a mí xD

Cap dedicado a sunshine_ah ♡♡

Hoy os recomiendo 'Breathe' de Olly Alexander, sacadita del baúl de los recuerdos también y me encanta.

[...]

A la mañana siguiente, cuando TaeHyung asimiló que Jungkook realmente estaba allí, despierto, vivito y coleando, ambos se encontraban en la cama del azabache, abrazados cuidadosamente al otro (sobre todo TaeHyung, quién temía dañarle con cualquier movimiento y se alejaba, sólo para que Jungkook lo enviara aún más cerca), los dedos del azabache acariciando su brazo, tras haber pasado juntos su primera noche en el hospital.

"¿Y tú cómo te sientes? Fourth me dijo que estuviste ingresado también..."

"No estuve ingresado como tal, sólo se me bajó la tensión y me pusieron en una habitación durante algunas horas. Lo suficiente para que mi padre no se volviera loco."

"¿Otra vez la tensión? ¿Y eso por qué?" TaeHyung se encogió de hombros. "Sí que lo sabes. ¿Fue por mi?"

"Claro que no..."

"Rubito, recuerda que mentir a tu pareja es pecado."

Una carcajada abandonó sus labios. "Jungkook, cariño, soy gay... Ya he pecado por todos los que me rodean."

"Da igual, dímelo. ¿Fue por mí o no?"

"Bueno, sí, un poco... Supongo que tener a mi novio ingresado y al borde de la muerte me pasó factura. No podía comer ni dormir." Explicó, viendo la preocupación en sus ojos crecer. "Pero estoy bien, ¿vale? Cuando me desperté tenía mi propio ángel de la guarda esperándome con una magdalena."

El ceño de Jungkook se frunció, confundido.

"¿Ángel de la...?"

"Lyon."

"Oh, claro."

Observó a TaeHyung de reojo, maravillado por sus facciones relajadas, tranquilas, llenas de alivio y sabiendo que era él el causante. Una pequeña sonrisa surgió en sus labios, acariciándole la mano. Este le observó de vuelta.

"Siento haberte preocupado tanto." Murmuró, sin parar las caricias. TaeHyung esbozó una sonrisa.

"Está bien, no pasa nada... Sólo no vuelvas a ponerte delante de una pistola la próxima vez, por favor."

Él rio. "Ya tuve esta conversación hace un rato con los chicos y mi respuesta seguirá siendo la misma una y otra vez, rubito. Te estaban disparando a ti, así que no tenía otra opción."

"Claro que había otra opción, ponerte a ti mismo a salvo."

"No, para nada." Meneó la cabeza a modo de negación. "Entre tú y yo, tú eres mi prioridad."

TaeHyung parecía verdaderamente angustiado justo después de que Jungkook dijera eso, su corazón empujándose dolorosamente.

"No debería ser así, Jungkook... Yo soy..."

"Eres la persona a quien más quiero." Interrumpió, encontrándose con sus ojos de nuevo. "Y si no tengo reparos en decirlo, aún cuando odio hablar de cómo me siento, mucho menos lo tendré en hacer cualquier cosa por ti. No me importa nada más."

"Jungkook, eso no es-"

"No me importa." Repitió, impidiéndole hablar. "Me dan igual las consecuencias siempre y cuando no seas tú quien reciba cinco balazos en el estómago."

TaeHyung dejó escapar un suspiro, ignorando el modo en que sus ojos se llenaron de lágrimas.

"Sé que puede sonar masoquista o estúpido, pero preferiría mil disparos a verte herido o sufriendo. No lo soportaría."

El rubio sollozó.

"Es muy masoquista..." Dijo, su voz rompiéndose.

Jungkook soltó una carcajada, besándole la sien. "Lo sé, rubito."

"Tú también eres mi prioridad y te quiero más que a nada, por eso no quiero que vuelvas a hacerlo. Podría soportar esas cinco balas, pero no volver a tener el miedo de perderte, Jungkook. Cualquier cosa menos eso."

Los ojos del azabache se suavizaron al instante, notando como su corazón era arropado por una cálida manta aterciopelada. Agradecía más que nunca haber vuelto.

"Está bien... Tendré más cuidado la próxima vez que alguien quiera dispararnos a traición, ¿vale?"

TaeHyung asintió, semiconforme. "Vale..."

Al cabo de unos minutos, mientras que el rubio le ayudaba (más bien por elección propia, pues Jungkook podía hacerlo por sí mismo sin ningún problema) a terminarse su desayuno que constaba de una ensalada variada de frutas, zumo natural y galletitas integrales, un muy desanimado Jungkook abría y cerraba la boca.

"Tengo ganas de vomitar..." Lloriqueaba, masticando la manzana con desgana.

TaeHyung puso los ojos en blanco. "No te quejes tanto, anda, que pareces un niño pequeño."

"Es que esto es asqueroso."

"La comida no es asquerosa." Le regañaba.

"Pues esta sí que lo es."

Bufando, llevó otro trozo de manzana contra los labios semiabiertos del azabache, quién inmediatamente los cerró con fuerza. TaeHyung levantó ambas cejas.

"Abre la boca."

Jungkook negó, mirándole con ojos amplios. Definitivamente era un niño.

"Abre..." Pedía. Este volvió a negar. "Jeon Jungkook, abre la boca o te prometo que cojo mis cosas y me marcho a casa en este preciso instante."

Como era de esperar, hizo lo pedido, entreabriendo los labios y permitiendo a regañadientes que el rubio continuara alimentándolo incluso si quería vomitar su desayuno. Sonriente, TaeHyung depositó un casto beso en su frente.

"Así me gusta, cariño. Buen chico."

Jungkook bufó.

"Por cierto, ¿cómo es que mi padre ha venido a verme?"

TaeHyung le acercó el vaso con su respectiva pajita para que pudiera tomar el zumo.

"¿Cómo lo sabes? ¿Te lo han dicho los chicos?"

Y en respuesta, los ojos oscuros rápidamente se ensancharon, quedando boquiabierto a mitad del penúltimo bocado, sin saber qué decir. Claramente no podía decir que su fuente de información había sido alguien que ya no se encontraba vivo.

"Eh, sí... Ellos me lo dijeron." Murmuró, dándole un sorbo al zumo.

"A los pocos días de que ingresaras, recordé que habías acordado visitar a tu padre en la cárcel para celebrar juntos tu cumpleaños, así que pensé en llamar para avisarle de lo sucedido. Mi padre dijo que él se encargaría y en su lugar, fue directamente al centro penitenciario para decírselo cara a cara." Explicó, soltando de vuelta el vaso sobre la mesita. "Decís que como padre no podía dar una noticia como esa a través de un mísero teléfono."

"¿En serio?"

TaeHyung asintió. "Claro. Luego le consiguió un permiso de veinticuatro horas para que pudiera venir a verte."

"Pues se lo agradezco mucho... No pensé que el alcalde se tomaría tantas molestias por mí."

"No es el alcalde, es tu suegro, Jungkook."

"Cierto..." Riendo suavemente murmuró, mirando a su alrededor. "¿Y esta habitación? ¿También corre por su cuenta?"

De nuevo, el rubio asintió. "Se aseguró de que tuvieras la mejor habitación y atención inmediata todo el tiempo."

"Joder... Pues sí que me tiene aprecio..."

"Claro que sí, Jungkook, me salvaste la vida y sabe lo importante que eres para mí." Dijo, apartándole el cabello de los ojos.

"Oh, ¿lo soy?"

Kim le fulminó, bufando. "Me parece absurdo que lo preguntes... Claro que lo eres, gilipollas. E incluso si no he podido hacer lo mismo por ti, sí que me he encargado de pedir ayuda por mi cuenta."

Su ceño se frunció, confundido al encontrarse con la pequeña sonrisa en los labios ajenos.

"¿Qué quieres decir? ¿A quién le pediste ayuda?"

TaeHyung rio antes de responderle. "Sé que va a sonar un poco ridículo, pero le pedí ayuda a mi madre..."

"¿A tu madre?"

"Sí." Asintió, apenas sonrojándose. "Fui a visitarla después de que nos dijeran que estabas en coma. Le hablé de ti y le pedí que si se encontraba contigo ahí arriba, te enviara de vuelta."

Jungkook también rio, apoyándose contra el tacto ajeno. "¿Lo dices en serio?"

"Sí, de una patada en el culo."

E inmediatamente, su cuerpo sufrió un pequeño escalofrío, atragantándose y quedando de piedra por unos segundos hasta reaccionar.

"Porque no quiero que estés aquí, Jungkook. Mi misión es que te vayas." La voz del abuelo Jeon resonó en su cabeza.

"¿Misión?"

"Directa desde arriba, sí. La nueva jefa me ha enviado expresamente a que te de una patada en el culo y te envíe de vuelta a casa, pero lo estás complicando."

Miró a TaeHyung con el corazón el un puño, encontrándose con sus ojos brillantes y una pequeña sonrisa.

"Eso es increíble teniendo en cuenta que soñé con mi abuelo justo antes de despertar." Absteniéndose a dar mas detalles de los que quizás debería, murmuró. TaeHyung parecía sorprendido.

"¿En serio?"

"Te lo prometo. Él mencionaba que su única misión era darme una patada en el culo y enviarme de vuelta a... esto."

Su risa resonó en la habitación. "Dios, menuda casualidad..."

Jungkook asintió, tomando la rápida decisión de guardarse el que sería su mayor secreto, probablemente el único que se llevaría a la tumba.

"Oh, por cierto, casi lo olvido... Nunca me dijiste que le habías hablado sobre mí a tu padre, ¿por qué?"

En esta ocasión, él se encogió de hombros. "No sé. Al principio mi padre era la única persona con la que podía hablar de ello sin que se sintiera ridículo, ya que no podíamos vernos cara a cara."

"¿Te daba vergüenza?" Quiso saber, incapaz de ocultar la sonrisita naciente en su rostro.

Para su sorpresa, Jungkook no tuvo reparos en asentir. "Pues claro que me daba vergüenza, rubito. Eres el único chico del que he hablado, en general. Nunca nadie ha sido tan remotamente especial para hacerlo hasta que te conocí a ti, supongo que era algo nuevo."

Él tampoco pudo ocultar la risita que resurgió de sus labios, viéndose tan encantado, satisfecho y orgulloso, con el pecho hinchado, que Jungkook casi se sonrojó.

"¿Y qué le contabas sobre mí?"

"Hmm... Nada que debas saber."

Otra risita sonó. "De acuerdo, si tú lo dices... Tendré que preguntárselo a tu padre, seguro que él estará encantadísimo de responderme. Le he caído bastante bien."

"Sí, claro, lo que me faltaba, tener de enemigos a mi padre y a mi novio." Bufó. "De eso nada, no necesitas saber cada cosa que le he contado de ti."

TaeHyung rápidamente se pegó más a él. "Pero sí que lo necesito..."

"No."

Este parpadeó, sus ojos brillando a modo de súplica tan pronto como se encontraron con los del azabache, haciendo un mohín.

"¿Por favor...?"

"No, rubito." Negó. Y el rubito acentuó su puchero.

"Por favor, cariño..."

Jungkook suspiró, derrotado conforme se le aceleraba el corazón. No podía hacer nada contra él, mucho menos si el golpe final de TaeHyung fue tomarle por la barbilla y besarle los labios castamente.

"Eres un tramposo."

Y, satisfecho, sonrió de oreja a oreja. "Te quiero."

"Ya me jodería que no me quisieras..."

"Sabes que lo hago, y mucho." Insistía, aún mirándole con ojos brillantes. "Y ahora, por favor cuéntame qué es lo que le decías a tu padre sobre mí porque estoy deseando escucharlo."

"No voy a contártelo todo, que quede claro."

TaeHyung asintió. "Sólo lo que menos vergüenza te dé, tranquilo."

"Vale..." Suspiraba, relamiéndose los labios antes de hacer memoria. "La primera vez que le hablé de ti fue cuando te vi en el hospital. Antes de eso sólo mencionaba a tu madre porque era parte de mi voluntariado."

"¿Qué le dijiste?"

"Oh, no, eso no voy a mencionarlo siquiera." Fue su respuesta.

Por supuesto, el rubio se quejó.

"¡Oye! ¿Por qué no?"

"Porque ya te dije que no iba a contarte todo y tú accediste, así que estoy siguiendo nuestro trato. No voy a entrar en detalles."

TaeHyung frunció el ceño. "¿Tan vergonzoso es?"

"Puede que sí, o puede que no... ¿Quién sabe, rubito?" Dijo, encogiéndose de hombros, claramente burlándose de él.

Poniendo los ojos en blanco, no tardó en separarse, siendo esta vez quien se comportara como un verdadero infante al momento de bajarse de la cama y dejar a Jungkook solo.

"Eh..."

"Olvídalo, ya no quiero saber nada." Resignado, bufó. El azabache rio.

"No seas rencoroso, anda... Vuelve aquí."

"No, no, de eso nada, ahora te fastidias."

"Ven aquí, rubito."

Mientras negaba rotundamente, su teléfono sonó, alejándose aún más de él cuando este quiso agarrarle el brazo en un descuido y oyendo sus reclamos al mismo tiempo en que leía los mensajes que su padre le había enviado.

"Nop, déjame."

Papá:

Hijo, ahora vas a recibir la llamada de un número privado, acéptala, es el padre de Jungkook desde el centro penitenciario para que pueda hablar con él.

Voy de camino al hospital, salúdale de mi parte.

Te quiero.

"Oh..." Murmuró, esbozando una pequeña sonrisita.

Un segundo después, su teléfono comenzó a sonar, efectivamente, con un número privado apareciéndole en pantalla. Aceptó la llamada de inmediato, llevándoselo a la oreja, conforme Jungkook seguía tratando de alcanzar su brazo sin mucho éxito.

"¿Hola?"

"Oye, pero hazme caso..." Los dedos del azabache rozaron su brazo, apartándose a tiempo y oyéndole quejarse.

"TaeHyung, hola, soy yo, Seojin." Y, como era de esperar, la emoción del hombre traspasaba el teléfono. "Tu padre me dijo que te llamara porque estarías con Jungkook, ¿crees que pueda hablar con él?"

"Por supuesto, claro que sí, en seguida te lo paso."

"Muchísimas gracias."

Acto seguido se giró de vuelta hacia Jungkook, cuyos ojos aniñados le fulminaban, ofendido y sumamente indignado tras haber sido ignorado. Acercándose, le tendió el teléfono con una sonrisa de oreja a oreja.

"Toma, es para ti."

"¿Para mí?" Tomando el teléfono y manteniendo su ceño fruncido, se lo llevó a la oreja. "¿Sí...?"

"¡Hola, mi chico!"

Tan pronto como reconoció aquella voz, la de su padre, los ojos de Jungkook se abrieron de par en par, llenándose de lágrimas al instante.

"Papá..."

"¿Qué tal, Jungkook? ¿Cómo te encuentras?" Quiso saber. "No puedo hablar mucho tiempo, apenas tengo unos minutos, pero necesitaba saber si estabas bien."

La primera lágrima se deslizó, riéndose de sí mismo por ello. "Estoy bien, estoy muy bien, papá, ¿tú qué tal?"

"Mucho mejor ahora que te escucho... ¿Qué te han dicho los médicos?"

"Que estoy fuera de peligro, todos mis análisis tienen buenos resultados y no hay riesgos aparentes... Sólo tengo que quedarme unos cuántos días más aquí y si todo va bien, podré volver pronto a casa."

"No sabes lo contento que me pone escuchar eso, hijo... Nos has asustado muchísimo a todos."

Sonriendo, asintió para sí mismo, ya que no podía ser visto. "Lo sé... Lo siento mucho, papá. Aunque ya me dijeron que viniste a verme." Él observó a TaeHyung, quien recogía las cosas del desayuno para darle más privacidad. "Me hubiese gustado estar despierto para poder verte también..."

"Y a mí, Jungkook, y a mí... Pero no te preocupes, ¿vale? Ya verás como tarde o temprano nos veremos."

Una voz se escuchó de fondo, antes de que él pudiera decir algo.

"Bueno, tengo que irme, ya se me ha acabado el tiempo. Trataré de llamarte en un par de semanas, dale las gracias a TaeHyung de mi parte y dile que se cuide mucho. Te quiero."

"Adiós, papá, yo también te quiero..."

La llamada terminó un segundo después, con Jungkook sintiéndose pleno y feliz, esbozando una sonrisa amplia para inmediatamente buscar al rubio, quien ya se encontraba mirándole.

"¿Qué tal?"

"Me ha pedido que te de las gracias y que te cuides mucho." Respondió, tendiéndole su teléfono.

Este rio, acercándose para tomarlo. Entonces, Jungkook llevó a cabo su jugada maestra, jalándole de la muñeca hasta lanzarlo de vuelta al colchón, de modo que cayera lo más cercano a su regazo posible. El rubio se quejó, sorprendido, apenas teniendo tiempo de decir algo cuando unos labios atraparon los suyos.

Jungkook le besó despacio, con calma, disfrutando del contacto mientras acunaba su rostro con la mano libre (que no se encontraba atravesada por una vía, más bien) y ladeaba la cabeza.

Kim se separó con el ceño fruncido, viéndose molesto incluso si le había devuelto el beso con la misma intensidad.

"¡Oye! ¿Qué crees que haces?"

"Dándote las gracias, soy un hombre de palabra."

Bufando, golpeó su pecho antes de incorporarse. "Tú lo que eres es tonto."

Y él simplemente se encogió de hombros. No iba a discutir un hecho.

"¡Hola!" La vocecilla de Aram sobresaltó al rubio, quien se levantaba del colchón a regañadientes. "¡Jungkook!"

El niño no tardó en correr al interior de la habitación, tan pronto como vio a su mejor amigo totalmente despierto y consciente, su pequeño corazón acelerándose con rapidez. Mientras tanto, sus padres permanecieron en la puerta, observando.

"¡Jungkook, Jungkook!"

"Aram, hola." Preparado para recibirle, Jungkook mantuvo los brazos abiertos hasta que un enérgico Aram se internó entre ellos, riendo por su notable euforia.

"¡Qué feliz estoy de verte despierto!"

"¿Estás feliz?"

Él asintió. "¡Sí, mucho! Me puse muy triste cuando vine a verte con TaeHyung hace unos días y supe que estabas enfermo... Te hablé, pero siento que no me escuchaste."

Jungkook besó su frente, abrazándolo tan fuerte como pudo. "¿Puedo saber qué fue lo que me dijiste?"

"Que no estaba enfadado contigo por haberte perdido mi fiesta de despedida... Y también que iba a esperarte hasta que estuvieras bien otra vez, así podríamos hacer cosas juntos. Ya sabes, como me prometiste..."

Sintiendo cómo se le apretaba el corazón por la forma en que Aram le observaba, este sonrió, quitándole las pocas lágrimas que mojaron sus mejillas.

"Pues ya estoy bien, así que nuestros planes se cumplirán muy pronto."

"¿Estás bien?"

"Como nuevo."

Aram se separó, sorbiendo por la nariz y analizando su rostro. Luego, miró a TaeHyung. "¿Me está mintiendo para que deje de estar triste?"

El rubio soltó una carcajada, mientras que Jungkook no tardó en mostrarse ofendido, bufando.

"No, no miente, cielo. Jungkook está muy, muy bien, te lo prometo. La doctora dice que se encuentra fuera de peligro y pronto le darán el alta. No tienes que preocuparte por nada."

"¿Y a mí por qué no me crees, mocoso?" Le recriminaba.

"Porque te conozco, Jungkook, sé que no quieres preocuparme." Fue su respuesta, la cual sonó tan coherente y acorde con las intenciones del susodicho, que ni siquiera pudo decir nada para defenderse, especialmente cuando se inclinó y besó su mejilla. "Pero ahora sé que estás bien y eso me pone muy contento."

Tan pronto como Aram le sonrió, todos sus problemas desaparecieron.

"Yo también estoy muy feliz de saber que te dieron el alta. Aunque lamento haberme perdido tu fiesta..."

"¡No pasa nada! Le prometí a TaeHyung que lo celebraríamos los tres juntos cuando estuvieras recuperado del accidente. Mis padres dicen que puedo ir con vosotros porque saben que vais a cuidarme bien." Dijo, e inmediatamente buscó a los mencionados con la mirada. "¿A que sí?"

Su madre asintió. "Sí, claro que sí. Nos alegramos mucho de que todo haya sido un susto y te encuentres bien ahora."

Él les dedicó su mejor sonrisa. "Muchas gracias, señor y señora Lee..."

"De hecho, Aeri y yo queríamos hablar contigo sobre algo." El señor Lee murmuró, buscando al rubio en busca de su aprobación, pues era el único a parte de ellos dos que conocía la situación. "¿Crees que ahora sea buena idea o deberíamos esperar?"

TaeHyung miró a Jungkook, quien claramente estaba confundido.

"Creo que cuanto antes mejor, en realidad."

"Yo pienso lo mismo." La mujer dijo, pareciendo aliviada.

Por su parte, Jungkook parecía cada vez más y más confuso, entendiendo entre cero y nada.

"Aram, ¿por qué no me acompañas fuera un momento? Tengo muchas ganas de comprarme un chocolate con leche." TaeHyung se dirigió al menor, quien no dudó en saltar a sus brazos.

"¡Yo también quiero! Mamá, papá, ¿puedo?"

Ambos asintieron. "Claro, cariño. ¿Cuánto cuesta una taza pequeña, TaeHyung?"

"Yo invito, no se preocupe." Alzando al más pequeño, se lo llevó en brazos. "Vamos, grandillón. Volvemos en seguida, Jungkook."

Todavía más confundido, este asintió sin mediar palabra alguna, viéndolos salir de la habitación y quedando a solas con el señor y la señora Lee, quienes parecían tan calmados, que le hacían creer que el único nervioso e intranquilo allí era él.

"¿De qué quieren hablar mis padres y Jungkook? ¿Es algo malo?" Aram quiso saber, caminando junto a TaeHyung por el hospital, rumbo a la cafetería.

"No, claro que no. No es algo malo, descuida."

"¿Entonces?"

"Pues..." Abultando los labios, encontró que no tenía excusa alguna. "En realidad, yo no puedo decírtelo, Aram, es cosa de papá, mamá y Jungkook, no mía. Ellos deben ser quienes te lo hagan saber, ¿comprendes?"

Pensativo, el pequeño asintió. "¿Tú sí sabes lo que es?"

"Yo sí lo sé, sí."

"Pero no me lo puedes decir."

"Exacto, no puedo. Sé lo que es, pero no debo ser quien te lo diga porque no me incumbe."

"¿Qué significa «incumbe»? Nunca he escuchado esa palabra..."

"Pues significa que algo nos corresponde, básicamente que es nuestra responsabilidad. Si alguien que te importa mucho se enfada contigo, tú quieres saber lo que pasa, ¿verdad?"

Aram asintió. "Claro."

"Te incumbe porque estás relacionado con la situación. Y en este caso, yo no lo estoy."

"Oh, entiendo..." Murmuró, aún asintiendo. "Me gusta cómo explicas las cosas, TaeHyung, eres muy inteligente."

"Muchas gracias, cielo. Tú las entiendes, así que también lo eres."

"¡Gracias!"

Llegaron a la cafetería unos minutos después, TaeHyung escuchando las primeras anécdotas de Aram fuera del hospital con sus padres, toda la comida deliciosa que habían comido y los parques que habían visitado.

"...probé un helado que Jungkook me recomendó hace tiempo, dijo que estaba súper rico. Era de chocolate."

Entendiendo de inmediato a cuál helado se refería, TaeHyung rio. "¿Gelato?"

"¡Sí, eso! ¿Tú también lo has probado?"

"Lo probé cuando era pequeño y me gusta mucho. Es diferente al helado tradicional al que estamos acostumbrados, pero algo más caro."

"Estaba muy rico, sí. Deberíamos ir a comer más los tres juntos, así probamos otros sabores."

Él asintió. "Me parece una idea estupenda."

"¡TaeHyung, TaeHyung!" Una tercera vocecilla aniñada sonó, reconociéndola al instante y buscando al susodicho con la mirada.

Interceptó a Lyon en una de las mesas, sentado junto a Jaemin mientras ambos tomaban una taza de chocolate caliente. El niño se bajó rápido de su silla, correteando alegremente hacia él, quien ya esperaba en cuclillas su llegada.

"¡Hola, Lyon!"

Una vez llegó a su altura, lo abrazó entre risas. "¡Hola! Hemos venido a ver a Jungkook, pero como todavía no podemos entrar, papá y yo estábamos tomando chocolate caliente."

"Nosotros veníamos a hacer lo mismo." Señalando a Aram, quien permanecía en silencio, con sus ojos grandes y brillantes mirándole de vuelta, dijo. "Aram, ¿recuerdas que Jungkook y yo mencionamos a un chico de tu edad llamado Lyon?" El pequeño asintió. "Pues es él. Lyon, te presento a Aram."

"Hola, Lyon."

De inmediato, este le dedicó su mejor sonrisa. "¡Hola, encantado! Jungkook me ha hablado mucho de ti."

"Y a mí de ti... ¿Eres su hijo?"

"No, pero es como mi segundo papá." Respondió, señalando a sus espaldas y saludando a su padre. "Mi padre está allí sentado, se llama Jaemin. ¡Saluda, papi!"

Jaemin movió su mano en el aire, indicándoles que se acercasen.

"Venid, vamos con él."

Tomando a los pequeños de las manos, los guio hacia la mesa donde Jaemin se encontraba sentado, quien veía cómo se encaminaban con una amplia sonrisa.

"Mi padre eligió a Jungkook como mi padrino cuando nací, así que él me ha cuidado desde entonces." Explicaba Lyon a Aram, siendo escuchado atentamente por él. "Habla mucho de ti, dice que eres su mejor amigo y el tío Mos se enfada de broma porque dice que le has quitado el puesto."

Tímidamente, Aram rio. "Yo no he hecho eso... Los dos podemos ser sus amigos."

"Muy bien dicho, Aram, es un pensamiento súper maduro por tu parte." Le felicitaba el rubio.

"Gracias..."

"¿Cuántos años tienes, Aram?"

"Cuatro." Él le mostró su mano con cuatro dedos levantados. "Dentro de poco cumpliré cinco años y será el primero que pase fuera del hospital."

"Yo he cumplido cuatro hace poco, eres mayor que yo. ¿Por qué estabas en el hospital? Jungkook y TaeHyung vienen mucho a verte, siempre he querido acompañarlos así podía conocerte también, pero estaba en el colegio."

"He estado enfermo desde que soy pequeño."

"¿De qué?" Incapaz de ocultar su curiosidad quiso saber.

"Cáncer infantil."

"Oh, ¿pero ahora estás bien?"

Aram asintió. "Sí, los médicos dicen que he mejorado bastante y ya puedo irme a casa. De vez en cuando tendré que hacerme análisis, pero estoy bien."

Y aquella pareció ser la respuesta más esperada para Lyon, pues sonrió de oreja a oreja.

"Eso quiere decir que podrás venir con nosotros al cine, ¿no? Jungkook dijo que un día iríamos nosotros cuatro juntos. A ti también te gusta Mario Bros, ¿verdad? Podríamos ver la película otra vez."

El mayor de ambos pequeños volvió a asentir, contagiado por la emoción que Lyon emanaba y sonriéndole también, riéndose por cómo se estaba sintiendo en ese preciso instante.

"Me encanta Mario Bros y quiero ver la película..."

"TaeHyung, tienes que avisar a Jungkook y decirle que iremos los cuatro."

"Por supuesto, yo se lo digo. En cuanto él salga del hospital y esté totalmente recuperado del accidente, veremos la película de Super Mario los cuatro juntos en el cine."

Ambos niños celebraron la noticia, cada uno a su manera.

"¡Papá, papá!" Correteando hacia Jaemin, Lyon sostuvo la mano de Aram para que este lo siguiera de cerca. "Mira, este es Aram, el mejor amigo de Jungkook. Aram, este es mi padre, Jaemin."

Jaemin le tendió su mano al pequeño, sonriéndole conforme TaeHyung llegaba.

"Encantado de conocerte, Aram, he oído hablar mucho de ti." Le dijo, viendo como este tímidamente se la estrechaba.

"Igualmente, señor..."

"No le llames señor que se enfada, dice que eso es para viejos." Susurró inmediatamente Lyon en su oreja.

"Oh, lo siento..." Aram miró a su nuevo amigo tras disculparse. "¿Y cómo lo llamo?"

"Jaemin."

"Igualmente, Jaemin."

Riendo, el susodicho compartió una mirada enternecida con TaeHyung, quien suspiraba conmocionado por la escena. Nunca terminó de imaginar cómo sería el encuentro entre Aram y Lyon, pues ambos parecían ser muy parecidos pero diferentes al mismo tiempo.

Lyon era enérgico y extrovertido de primeras, mientras que Aram sólo era así con gente que conocía, el resto del tiempo permanecía callado, tímido y relajado.

Sin embargo, no había escenario en su cabeza capaz de superar la realidad.

"¿Cómo está el enfermo? ¿Mejor?" Quiso saber Jaemin, una vez TaeHyung tomó asiento frente a él, junto a los pequeños. "Cuando anoche recibimos la noticia de que había despertado quise venir corriendo, pero Lyon estaba tan cansado que no pude molestarle."

"Está perfectamente... Quejándose y haciendo berrinches, como siempre, pero muy, muy bien. La doctora Ahn dice que se encuentra fuera de peligro."

"¿En serio? Eso es genial, TaeHyung..."

El rubio asintió, aliviado, mientras le daba una sonrisa de agradecimiento al hombre que colocaba dos tazas más de chocolate caliente sobre la mesa y acto seguido le veía marcharse.

"La verdad es que sí... Han sido los peores días posibles, pero me alegra que todo haya salido bien al final."

"Ya me imagino, lo has debido de pasar fatal." Dijo, recibiendo una pequeña sonrisa por tu parte. "Aunque me alegra mucho saber que Jungkook tiene a alguien que se preocupa tanto por él como tú. Como amigo suyo, estoy muy agradecido."

"No me tienes que agradecer nada, Jaemin, sabes que lo hago encantado. Él me cuidaría del mismo modo."

Sus cejas se alzaron. "¿Cuidarte? TaeHyung, le conozco lo suficiente para saber ese hombre se moriría si a ti te pasara algo." Le dijo, consiguiendo que su corazón se acelerara.

"¡Papá, está saliendo la casa del señor Seojin en la tele!"

Lyon chilló, su dedo índice señalando a la televisión que tenían en el lado izquierdo. Los más mayores observaron con el ceño fruncido, viendo la fachada del centro penitenciario Nambu en las noticias.

TaeHyung sintió como parte de su corazón quedaba petrificado tras leer el rótulo.

«Moon Dakho, excandidato a la presidencia de Seúl, fue hallado sin vida en su celda del centro penitenciario Nambu, donde había ingresado un mes atrás.»

"Acusado de trata de blancas, fraude inmobiliario y hasta intento de asesinato a su exmujer, la actriz Shin Yujeong, el excandidato a la alcaldía de Seúl, Moon Dakho, que hacía menos de un mes fue enviado al centro penitenciario Nambu para cumplir su condena de más de quince años, fue hallado sin vida durante la madrugada del jueves a las cuatro en punto, por uno de los celadores. El excandidato no presenta signos de violencia, defensa ni forcejeo." La presentadora del informativo matinal relataba, luciendo consternada. "En su lugar, se ha encontrado una nota de despedida a sus familiares y amigos más cercanos que, por respeto a la víctima, no revelaremos."

"Correcto." Su compañero corroboró. "Lo único que podemos decir es que varios presos han relatado lo raro que el excandidado Moon se comportaba desde hacía un par de semanas. Muchos incluso dicen que parecía angustiado, pero tampoco han querido entrar en muchos detalles."

Jaemin y él compartieron una mirada llena de horror, quedando en completo silencio. TaeHyung tragó saliva, su corazón acelerado.

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