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✧c.-058

N/A: Este es el capítulo probablemente más largo hasta la fecha y también mi favorito xD

Cap dedicado a cutepeonys ♡♡

Hoy os recomiendo 'THE LONELIEST' de Måneskin, uno de mis grupos y de mis canciones favoritas.

[...]

El cuerpo de TaeHyung cayó contra el colchón tan sólo un par de horas después. Semidesnudo, únicamente con su ropa interior cubriéndole la intimidad. Jungkook se posicionó sobre él, en igualdad de condiciones, internándose en medio de sus piernas desnudas, acariciándolas con dedos hábiles.

TaeHyung suspiró. "No creo que... que hacer esto cuando todos están abajo celebrando tu cumpleaños, sea lo más sensato..."

"Está bien, no importa." Le dijo en un tono de voz bajo, ronco. "Saben que estamos celebrándolo por nuestra cuenta."

Jungkook sostuvo las muñecas ajenas, pasándolas por encima de su cabeza, dejándole completamente inmóvil; a su merced. El rubio suspiró, dándole total libertad para que hiciera con él lo que quisiera, pues sabía que de cualquier modo ambos lo disfrutarían. Jungkook no obtendría placer si TaeHyung no lo hacía también.

Besó su cuello, su garganta y luego depósito los labios en su pecho desnudo, sintiéndole estremecerse.

"Pero organizamos esa fiesta para ti."

"Lo sé, y ya la he disfrutado todo lo que debía." Respondió, besándole el ombligo. "Ahora me toca disfrutarte a ti."

Inmediatamente, un escalofrío recorrió su cuerpo de pies a cabeza, haciéndole jadear y poco después suspirar, tragando el nudo que se le había instalado en la garganta.

Los labios de Jungkook continuaron bajando hasta llegar a su ropa interior, donde los posó sin ningún tipo de vergüenza, sintiendo la calidez que emanaba el miembro semidespierto de TaeHyung, cuyos ojos estaban fuertemente cerrados. Tomó y expulsó aire sobre él, notando el modo en que se estremecía, besándolo y trazándolo con sus labios.

"Jungkook..." Susurraba el rubio, alcanzando con una mano el cabello ajeno, sus dedos perdiéndose entre las hebras azabaches.

Y este, que sabía exactamente lo que debía hacer, sonrió, depositando más cortos besos que subieron en dirección al elastiquillo de aquellos bóxer, enterrando los dientes en él para acto seguido jalarlos hacia abajo, despojando a TaeHyung lentamente de ellos, dejándole desnudo por completo. Orgulloso, observó lo que sus pequeñas e inofensivas acciones habían causado en él.

TaeHyung le observaba desde su posición, con los ojos entrecerrados, las mejillas rojas y los labios húmedos. Parecía estar suplicando por algo. Él no pudo contenerse ante aquella imagen, volviendo a su posición inicial sólo para atacarlos, besándolos a su antojo. TaeHyung chupó el inferior, entreabriéndolos poco después y dándole acceso a su boca, participando activamente en aquel beso húmedo, caótico y casi sucio.

"Date la vuelta." Pidió en un susurro ronco, separándose apenas unos centímetros.

Hincando los dientes en su labio inferior y jalándolo, TaeHyung asintió, pero no se movió de inmediato. "Deberías saber que vas a encontrarte con una pequeña sorpresa..." Dijo, tomándole del rostro para volver a besarlo.

Poco después, se giró, dándole la espalda y quedando bocabajo en el colchón, notando a Jungkook moviéndose sobre él. Este atrapó sus nalgas, apretándolas, separándolas, encontrando la pequeña sorpresa que anteriormente él había mencionado. Un escalofrío recorrió su cuerpo, consiguiendo que su miembro se volviera duro como una piedra. Y rio.

"Vaya, vaya... Pero qué tenemos aquí..."

Pasando el dedo índice por el pequeño objeto cilíndrico de silicona que TaeHyung tenía enterrado en su agujero, le escuchó suspirar.

"¿Hiciste esto para mí?"

"Quería saltarme un poco la parte de los preliminares esta vez..." Le respondió, impaciente por que le despojara de él. "¿Te gusta?"

Jungkook se inclinó para besar su espalda baja. "Me encanta. Aunque no pensé que te gustaran estas cosas, pensé que eras más tradicional... Estoy gratamente sorprendido, rubito."

"E-Es mi primera vez usando uno de estos, en realidad."

TaeHyung tenía la voz entrecortada cuando jaló de la cuerdecita que sobresalía.

Sin dejar de besarle la espalda, subió hasta su nuca mientras se despojaba a sí mismo de la ropa interior, masajeando su miembro duro con una mano y usando la otra para buscar el lubricante.

"Pues te queda muy bien, rubito... Casi me da pena quitártelo."

Vertió el líquido viscoso y frío contra la punta, esparciéndolo hasta cubrirlo por completo, gimiendo en voz baja debido a la autoestimulación. Luego, cubrió el cuerpo de TaeHyung con el suyo propio, frotándose contra el agujero ya dilatado. TaeHyung jadeó.

"Quiero... Quiero intentarlo sin protección." Le escuchó decir, mientras jalaba definitivamente de la cuerda, sacándoselo por completo. Él se estremeció cuando le escuchó gemir, pero en su cabeza resonó lo que había dicho. "Joder... Q-Quiero intentarlo, ¿por favor...? No me he acostado con nadie más que tú este último año y mis análisis están limpios. Creo... Creo que tú tampoco has estado con nadie."

"Sólo contigo." Respondió. "¿Estás seguro de que quieres hacer esto?"

TaeHyung asintió casi con desesperación. "Muy seguro, sí. Llevaba tiempo queriéndolo, pero no sabía si te parecería una locura o..."

El azabache le interrumpió con un casto beso en su nuca, apretándole las caderas esta vez e inclinándose para susurrarle directo al oído.

"Nada que quieras hacer conmigo me va a parecer una locura, TaeHyung, mucho menos esto. Jamás rechazaría la oportunidad de tenerte así sólo para mí, sólo un imbécil lo haría." Luego, besó su lóbulo. "Y creo que he dejado muy claro que no soy ningún imbécil."

"Lo sé..."

Estremeciéndose de pies a cabeza, volvió a asentir, notando a Jungkook alineándose poco después en su entrada. Cerró los ojos con fuerza, preparándose para la intromisión que no tardó demasiado en llegar.

Jungkook se adentró poco a poco, con lentitud, disfrutando del modo en que se deslizaba fácilmente y las paredes de TaeHyung se aferraban a él, abrazándole, asfixiándole. Ambos gimieron al unísono, sus manos apretándole las nalgas y separándolas, sólo para verse a sí mismo dentro de él. Era una escena casi hipnótica, una sensación inexplicable. Piel contra piel, pudiendo sentir todo del otro sin obstáculos de por medio. Definitivamente le encantaba.

Movió las caderas hacia atrás, saliendo de su interior hasta que sólo quedó la punta, sosteniéndole los muslos antes de empujarse hacia dentro otra vez, penetrándolo profundamente. TaeHyung lloriqueó.

"Jungkook..."

El mencionado estableció un ritmo lento, tratando de alcanzar su próstata con cada embestida y siendo recompensando con sus constantes gemidos, aquellos que se volvieron su némesis a la hora de no convertirse en un eyaculador precoz, contra los que se vio obligado a competir, gruñendo.

"Por favor, por favor..." Siseaba el rubio, justo cuando una mano grande le rodeó la garganta, apretando lo suficiente para quedarse sin aire. "Jungkook, joder..."

Con una sonrisa, gimió descaradamente en su oído. "No sabes cómo me gusta escucharte suplicar sin tener que pedírtelo."

TaeHyung cerró los ojos, estremeciéndose de pies a cabeza una vez más. Era demasiado débil a Jungkook. A su cuerpo, sus besos, sus caricias y al modo en que le hacía sentir. No podía tener suficiente de él y a la misma vez, sabía que lo tenía todo.

"Por favor... N-Necesito... Por favor, por favor..."

"¿Qué necesitas, bebé? Dímelo, quiero escucharte."

"A ti." Susurró, tragando saliva, intentando que su voz sonara con fuerza. "Te necesito a ti. Quiero- quiero más..."

"¿Más?"

Kim asintió. "Sí, sé que puedes dármelo."

Él se inclinó, empujando su cabeza hacia arriba para atraparle los labios en un beso tosco, lleno de saliva. Sus lenguas chocando a la misma vez en que aumentaba el ritmo de las embestidas y sus gemidos se mezclaban entre sí.

Le acarició por todas partes, hundiendo los dedos en su estómago, caderas, muslos, cintura y en las nalgas, amasándolas a su antojo, separándolas para ver el modo tan desenfrenado con el que estaba penetrándole y descubriendo lo mucho que adoraba ver su miembro desaparecer en aquel agujero cálido, que lo abrazaba con tantas fuerzas.

Una vez más, TaeHyung no necesitó manos cerca de su miembro para explotar en un gemido ruidoso, que le hizo temblar antes de desvanecerse por completo, agradeciendo estar tendido en el colchón para que los espasmos no le hicieran derrumbarse. Jungkook le siguió casi de inmediato, necesitando sólo dos embestidas para correrse en su interior, un gemido ronco resonando.

"Dios... Dios mío..." Jadeaba TaeHyung, apenas echándose el cabello hacia atrás y haciendo una mueca cuando Jungkook salió lentamente de su interior. "Joder..."

El azabache le dio la vuelta con sumo cuidado, usando su camiseta para limpiar los restos de su propio semen en los muslos ajenos y en el abdomen, permitiéndole tumbarse boca arriba.

"¿Te encuentras bien?"

TaeHyung asintió, suspirando. "Mejor que nunca, sí... Aunque me tiemblan las piernas que dudo poder ponerme de pie en, al menos, una hora."

Jungkook inmediatamente se mostró decepcionado, casi como un cachorrillo triste.

"¿Eso quiere decir que no habrá segunda ronda...?"

En respuesta, TaeHyung sufrió un escalofrío, sonriéndole y riendo, antes de tomarle por la nuca e intercambiar posiciones con él, colocándosele encima. Depositó un casto beso en sus labios, mordiéndoselos.

"Yo no he dicho eso..." Respondió, para acto seguido volver a besarlo.

Jungkook rio en medio del beso, correspondiéndole al instante.

Dos horas después, cuando la energía en sus cuerpos no les permitió llegar a una cuarta ronda, ambos se encontraban acurrucados en la cama del rubio, tapados hasta la cintura y con las piernas entrelazadas, el brazo de Jungkook sobre los hombros ajenos, manteniendo a TaeHyung más cerca de sí mismo.

Habían pedido comida (o más bien, Jungkook había pedido comida) pues el azabache se encontraba hambriento después del ejercicio físico que había hecho, sintiéndose débil, atontado.

"¿Cómo es que te dio por organizarme una fiesta de cumpleaños? Pensé que estabas con Bank arreglando algo de un local, no planeando todo eso."

"Bueno... Llevaba tiempo queriendo hacerlo, en realidad, desde que me dijiste que nunca habías tenido una fiesta." Respondió, acomodándose aún más contra su pecho, sintiendo como los dedos ajenos le acariciaban la espalda. "Sé que no te gusta tu cumpleaños por obvias razones, por eso mismo organicé una fiesta privada, no tan escandalosa."

"¿Privada?"

Él asintió. "Sí, sólo con tus amigos más cercanos, Lyon, Gemini, Banky y claramente yo." Respondía, viendo su pequeña sonrisa hacer acto de aparición. "Sé que cualquier cosa al lado del regalo de Aram se quedaba corto, pero no podía no intentarlo."

Una pequeña risita abandonó los labios del azabache. "No digas eso, idiota, sabes que no es cierto. Además, tampoco tenías que molestarte en organizar nada, con que te pusieras un lazo alrededor del cuello para mí era más que suficiente."

Y, por supuesto, la respuesta inmediata de TaeHyung fue golpearle el brazo. Jungkook se quejó.

"Eh, oye... Sin agredir, por favor."

"Eres un imbécil, ¿lo sabes?" Bufó, viéndole encogerse de hombros. "Y sí, por supuesto que hacía falta organizar todo esto. Nunca pudiste disfrutar de tu propio cumpleaños y el último recuerdo que tienes, es el de los padres de tus mejores amigos abandonándoles el mismo día. Merecías algo mucho mejor."

El azabache pestañeó dulcemente, su corazón calentándose de inmediato con aquella respuesta. "¿Tú crees?"

"Claro que sí."

"¿Por qué merezco algo mejor?"

TaeHyung negó. "No hay una respuesta concreta para eso, simplemente lo haces. Mereces despertarte el día de tu cumpleaños ilusionado, feliz..."

"Suenas como Leedo justo después de fumarse un porro." Le interrumpió.

Por supuesto, aquellas palabras le hicieron sentirse completamente indignado, mirándole como si no pudiera creer lo que había dicho.

"Oh, pero bueno, esto es increíble..." Bufó, moviendo la cabeza de un lado a otro, descubriendo la diversión en los ojos ajenos. Eso le hizo sentir aún más ofendido. "Que te jodan, de verdad, no pienso organizarte ninguna fiesta más, eres un desagradecido. Un gilipollas, un estúpido y un... un..."

Jungkook soltó una risita, inclinándose para besarle, interrumpiéndole otra vez.

"Una persona que no sabe cómo agradecerte, por eso no digo nada más que gilipolleces, rubito." Admitió. "Pero la realidad es que has convertido un día horrible en uno de los mejores del año. Y te lo agradezco mucho."

Finalmente, el corazón de TaeHyung se calentó, derritiéndose en aquel preciso instante, mientras sus ojos, brillantes como dos estrellas, le observaban.

"Entonces, ¿te ha gustado tu fiesta sorpresa?"

"Me ha encantado." Asintió, acariciando su mejilla. "¿Y sabes qué?"

"¿Qué?"

"Que la semana que viene podré celebrarlo con mi padre." Anunció, su pequeña sonrisa haciendo acto de aparición.

TaeHyung le miró. "¿En serio?"

"Sí... Iré a verlo a la cárcel después de mucho tiempo. No le gusta demasiado tenerme por allí, pero insistí en que quería pasar mi cumpleaños con él y no tuvo otra opción más que aceptar. En el fondo sé que está deseando verme."

"Claro que sí, debe estar súper emocionado, Jungkook." Acariciándole la mejilla, dijo. El azabache le sonrió.

"Ojalá..."

"Me alegra mucho que vayas a poder tener un tiempo a solas con él, sé lo mucho que debes echar de menos a tu padre."

Confirmando lo que TaeHyung decía con leve asentimiento, suspiró. "La verdad es que sí, bastante... Llevaba años sin recibir tantas buenas noticias seguidas, creo que estoy en racha." Bromeó, haciéndole reír.

"La buena suerte te persigue."

"Eso parece." Dijo. Luego, le observó durante unos segundos. "Aunque, ¿sabes, rubito? Estaría mucho mejor si el día de hoy dejásemos de tener un amago de relación y lo convirtiésemos en algo oficial."

Y el corazón de TaeHyung, todavía caliente, terminó acelerado.

Tragó saliva con dificultad, mirando a Jungkook como si no pudiera creer lo que había dicho y viéndole sonreír.

"¿Estás pidiéndome que...?"

"No estoy pidiendo nada, te estoy invitando cortésmente a oficializar algo que ambos queremos tener, porque sé que quieres." Señaló, como si fuera obvio. El rubio le fulminó.

"¿Cómo puedes tener tanta seguridad con algo así...?"

"Porque te quiero y eso es lo único que he tenido claro en mucho tiempo. No puedo simplemente ocultarlo cuando la realidad es esa."

De sus labios brotó una risita que no fue capaz de ocultar, estremeciéndose. "Bueno, si lo dices así..."

La sonrisa de Jungkook aumentó. "Dilo."

TaeHyung se mordió el labio inferior, sus emociones a flor de piel.

"Acepto tu invitación cortés de oficializar algo que ambos queremos tener."

E inmediatamente, este se lanzó sobre él, atacando sus labios en pequeños y cortos besos, choques de labios simples, que sólo eran un indicio de la emoción que en esos momentos sentía. TaeHyung rio, pasando los brazos por su cuello, antes de separarse.

"Yo también te quiero, Jungkook. Mucho." Le dijo, sonando lo más honesto posible tras mirarle a los ojos. "De verdad que sí."

"Lo sé, rubito."

TaeHyung le observó con los labios abultados, pidiendo un beso silencioso que Jungkook estuvo dispuesto a darle, de no ser porque su teléfono sonó.

"¡La comida!" Exclamó, separándose de inmediato. "Ese debe ser el repartidor."

"¡Eh, pero bueno!"

Viéndole salir de la cama lo suficientemente rápido como para colocarse de nuevo sus pantalones y la camiseta (omitiendo por supuesto la ropa interior), además de unas zapatillas del hotel que TaeHyung tenía por allí.

"Lo siento, rubito, pero si hay algo que quiero tanto como a ti, es la comida, y me estoy muriendo de hambre." Fue su respuesta, recibiendo una mirada fulminante. "No me mires así, necesito reponer fuerzas para una cuarta ronda."

Y de inmediato, el rubio se sonrojó.

"En seguida vuelvo, el repartidor está abajo esperando." Revisando la notificación recién llegada a su teléfono, anunció, yendo directo a la puerta, mientras TaeHyung se ponía la ropa interior y una bata de baño, pues realmente no quería volver a ponerse la ropa.

"Hm, no tardes..."

"Claro que no."

Jungkook salió de la habitación a toda prisa, ni siquiera viendo al chico que cruzaba por el pasillo, el cual esquivó a tiempo para no lanzársele encima, quien se sobresaltó.

"Disculpa, no miraba por dónde i..." El individuo se quedó callado, reconociendo aquel rostro de inmediato. "Jungkook..."

"Seokhwa." Movió la cabeza a modo de saludo.

Los ojos del mencionado brillaron nada más verlo. "¿Qué haces aquí? Hace mucho que no nos vemos... ¿Estás viviendo en este hotel?"

"Jungkook, Jungkook, espera." La vocecilla de TaeHyung sonó en el interior de la habitación, antes de que este saliera. "Toma, te olvidabas la carte...ra... Huh." Claramente, su expresión también cambió, encontrándose de pleno con Seokhwa.

Ambos parecían tener la misma mueca.

"Oh..."

El azabache tomó la cartera que TaeHyung le tendía. "Gracias, rubito. En seguida vuelvo." Inclinándose para besar su mejilla, dijo. "Adiós, Seokhwa."

Y, poco después, desapareció en el pasillo. TaeHyung y Seokhwa se miraban casi desafiantes, pues era demasiado obvio que este último estaba deseando decirle algo.

"¿Qué haces tú aquí?" Escupió finalmente, con un deje de desprecio en el ambiente. "¿Cómo tienes la poca vergüenza de pisar este sitio, sabiendo lo que tu padre le ha hecho a las personas que viven aquí?"

Las cejas del rubio se alzaron. "¿Disculpa?"

"Me has escuchado perfectamente, no te hagas el tonto."

"No me hago el tonto, ese parece ser tu papel, en realidad." Contraatacó. "¿Es que acaso vives debajo de una piedra, Seokhwa? ¿No te enteras de nada?"

Este también frunció el ceño. "¿Qué dices?"

"Que, si tan puesto en el tema estás, deberías saber que, uno, mi padre se ha encargado de solucionarlo todo y, dos, este hotel me pertenece. Es mío." La confusión en sus ojos se transformó en incredulidad. "Así que no vengas a darme lecciones de moral cuando claramente no sabes ni dónde estás."

Antes de poder siquiera abrir la boca para decir algo, defenderse a duras penas, TaeHyung dio un paso más cerca de él, golpeando con su dedo índice, amenazante, en el pecho.

"Y por tu bien espero que no seas de esas personas que ha perdido su casa, Seokhwa y ahora están viviendo aquí, porque eres el único al que no me va a temblar el pulso a la hora de echarlo a patadas."

"No, yo no vivo aquí."

"Más te vale, porque si me llego a enterar de que vuelves a propasarte con Jungkook, mi novio, te prometo que vas a lamentarlo hasta el último de tus días." Lo señaló, logrando que retrocediera. "Y créeme, Seokhwa, no quieres saber hasta dónde soy capaz de llegar por proteger a lo que más quiero. No tienes ni idea. Ni siquiera yo la tengo."

Este se aclaró la garganta, luciendo tan intimidado como debía estarlo.

Jungkook apareció por el pasillo felizmente, con dos cajas de pizza y una tarrina gigantesca de helado. TaeHyung se puso recto, volviendo a su posición inicial nada más verlo.

"Ya estoy aquí y traigo una sorpresa para ti, rubito." Canturreó, mostrando la tarrina de helado, ignorando la presencia de Seokhwa. "Helado de stracciatella, como a ti te gusta."

"Pero qué detalle, cariño... Muchas gracias." Apretando sus mejillas, le sonrió. "Déjalo en la mini neverita que hay en la cocina, ¿vale?"

"Hecho."

Volviendo a entrar en la habitación, ni siquiera se molestó en despedirse del tercero en discordia. Sin embargo, TaeHyung compartió una mirada con él, quien parecía estar anclado al suelo.

"Que tengas una buena noche, Seokhwa. Adiós." Y acto seguido, cerró la puerta en sus narices.

Tan pronto como entró en su habitación, esbozó la sonrisa más grande que tenía para ofrecer, viendo a Jungkook salir de la cocina con una bandeja, dos vasos y dos cucharas grandes.

"He pedido la mitad de la pizza con verduras por si tienes hambre."

"Ow, qué detalle, cariño..."

"¿Has visto? Soy todo corazón." Con el pecho hinchado en orgullo, dijo. "Sólo espero que no haya verduras rozando mi parte, porque me ahorco con las sábanas."

Dejando escapar una carcajada, el rubio fue tras él, tomando asiento en la cama e inmediatamente sosteniéndole el rostro con ambas manos, depositando pequeños besos en su mejilla. Era demasiado adorable y encantador como para poder resistirse siquiera.

"No te quejes tanto, anda, que pareces un viejo."

"Sí, sí, lo que tú digas."

TaeHyung rio más fuerte, viendo su expresión de alivio cuando abrió la caja y descubrió que no se habían mezclado ambas mitades.

El domingo por la noche, cuando decidieron que era buena idea volver a la vida de ser humano normal y salieron debajo de las sábanas, ambos se encontraban camino a casa del rubio, quien al día siguiente debía ir a clases y no podía pasar la noche fuera (por mucho que lo deseara), ya que ambos tenían responsabilidades adultas.

"Gemini y Fourth han ido a ver Super Mario Bros al cine, se ve que Lyon los ha convencido." Explicaba el rubio, viendo las fotos que su hermano había subido en internet, acompañado del pelinegro.

"Será un buen publicista de mayor."

"Y que lo digas..."

"¿Siguen tu hermano y Fourth en el cine?" Cuestionó Jungkook, viéndole asentir.

"Sí, han ido a la sesión de noche, dicen que es más barato. Gemini se está volviendo súper tacaño desde que cumplió los dieciocho..."

El azabache dejó escapar una carcajada. "Parece que nunca has sido adolescente, rubito... Claramente no van a la sesión de noche porque sea más barato."

Aquello confundió a TaeHyung, quién, sin entender lo que tanta gracia le causaba, le observó con el ceño fruncido.

"¿Entonces?"

"A esa hora no hay tanta gente, las salas están casi vacías, lo cual significa privacidad. Y privacidad, más luces apagadas, más adolescentes hormonados, da lugar a..."

Y, de inmediato, su rostro se volvió una mueca de horror.

"Para, para, por Dios... No quiero detalles..." Se quejó, oyéndole reír.

"Me sorprende que no lo hubieras visto venir, siendo tu hermano. Aunque bueno, teniendo en cuenta que tú no harías algo así, porque probablemente sufrirías en el intento..."

TaeHyung le observó con el ceño fruncido. "¿Qué quieres decir? ¿Otra vez estás dejando caer que no soy divertido?"

"Claro que no, rubito, eres la persona más interesante, divertida y bonita que conozco."

Al instante y con esas palabras tan aduladoras, su molestia momentánea se desvaneció, convirtiéndose en una pequeña sonrisa dulce, casi tímida.

"Oh..."

"Pero sé que jamás te animarías a hacer algo como eso porque te daría vergüenza. Te cohibirías pensando que estás en un lugar público."

Este se encogió de hombros. "No soy una persona vergonzosa, pero ni de broma haría algo así en un sitio como la sala del cine. Es una falta de respeto, Jungkook, imagínate que de la nada entra un niño... Lo traumas de por vida."

"Ya, bueno... Supongo que en eso tienes razón."

"Pero en los baños sí que lo haría." Añadió, para sorpresa de Jungkook, quién se atragantó con su propia saliva. TaeHyung sonrió, satisfecho.

"Eh... Dices que Gemini y Fourth siguen en el cine, ¿verdad?" El rubio movió la cabeza a modo de asentimiento. "Lo que significa que tienes la casa sola, ¿me equivoco?" Preguntó nuevamente, por lo que TaeHyung volvió a asentir, comprendiendo por dónde iba la conversación y cuáles eran sus intenciones.

Riendo para sí mismo, se mordió el labio inferior, una vez el coche se detuvo frente a su apartamento.

"Tengo la casa sola, efectivamente, pero son casi las diez de la noche y mañana ambos tenemos obligaciones de adulto."

"¿Y?"

"Que no puedo aceptar tu invitación."

"Pero si no he dicho nada todavía..."

TaeHyung le observó. "Soy tu novio, corazón, sé exactamente lo que ibas a proponerme. Te conozco."

Y, en respuesta, Jungkook bufó, manteniendo la barbilla en alto. Aquel rechazo inminente había herido un poco su orgullo varonil. "Pues para que lo sepas, listillo, iba a preguntarte si me dejabas pasar para ver a Yeontan, que hace mucho tiempo no lo veo."

La risa del rubio se volvió más estruendosa, notando lo ofendido que se sentía al respecto.

"Oh, ¿en serio?"

"Claro que sí."

"En ese caso, por supuesto que puedes acompañarme." Le dijo, acariciando su mejilla y hablándole con excesiva dulzura. "Yeontan estará encantado de verte otra vez."

Jungkook asintió, todavía indignado. Sin embargo, su indignación no se debía simplemente al rechazo, sino a la nula oportunidad que tuvo de presentar su propuesta ante TaeHyung. Y es que era cierto, él lo conocía a la perfección. No por nada estaban saliendo.

"Por supuesto que lo estará..."

"Pues sí. De hecho, desde que dormiste en casa, se niega a usar otro lugar que no sea el sofá para dormir. Llora, me muerde los pies y me gruñe si no vuelvo a ponerle la manta que utilizaste."

Aquello le hizo reír, imaginándoselo mientras se quitaba el cinturón. "Así me gusta, que mi defensor número uno me haga justicia."

TaeHyung también rio.

Siendo Jungkook el primero en salir del coche, lo rodeó hasta llegar a la puerta del copiloto, abriéndola para que TaeHyung pudiera salir y viendo como este, falsamente conmocionado, se llevaba una mano al pecho, aceptando la que él le tendía.

"Oh, pero qué hombre tan caballeroso me ha tocado..." Acompañándole fuera, rodeó su cuello con ambos brazos tan pronto como Jungkook cerró la puerta.

Este, con las cejas alzadas y los ojos fijos en sus labios húmedos, junto a una pequeña sonrisa, asintió. "¿Verdad que sí?"

"Soy todo un afortunado..."

"Claro que lo eres." Estuvo de acuerdo, asintiendo, mientras se relamía los labios.

TaeHyung acarició su comisura labial con delicadeza, invitándole silenciosamente a besarlo, cosa que él no tardó en hacer, atacando sus labios de inmediato. Le besó con lentitud, tan sólo disfrutando del contacto mientras sostenía su cintura y ladeaba la cabeza para un mejor contacto.

Chupó el inferior, barriéndolo con la lengua y formando una fina línea sobre él. Sus labios chocando, el sonido del viento y la noche siendo lo único que se escuchaba allí a fuera.

Luego, TaeHyung se separó, rozando con ambos pulgares sus mejillas.

"¿Vamos dentro?"

Él asintió, aceptando un casto beso por su parte. "Detrás de ti, rubito."

Así mismo, se dio la vuelta, separándose de él y saliendo del agarre casi a regañadientes pero entre pequeñas risas, pues saber lo mucho que causaba en Jungkook era sumamente gratificante. Le encantaba. Adoraba saber que era una de sus debilidades, del mismo modo en que Jungkook lo era para él. Amaba saber que había encontrado a alguien que le hacía sentir de esa forma.

"¡TaeHyung, cuidado!" Escuchó su voz decir tras él, antes de sentir un par de manos sosteniéndole y dándole la vuelta con rapidez.

Luego, el sonido de disparos llegó a sus oídos, ensordeciéndole. De un momento a otro, se encontró a sí mismo abrazado a Jungkook, quién cubría su cuerpo con el propio y le empujaba hasta quedar ambos agachados en el suelo, junto a su camioneta. Mientras tanto, un coche a toda velocidad pasaba cerca, las balas impactando contra las ventanas y el acero.

TaeHyung miró a Jungkook en estado de shock, temblando, un pitido ensordecedor chillándole en los oídos. Jungkook rápidamente sostuvo su rostro, analizándolo.

"¿Qué...?" Intentó decir, pero no tenía palabras.

"¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Te han rozado?"

Con el corazón latiéndole en la garganta, negó, pues tampoco sentía nada. "No, no... N-No me duele nada. Estoy bien... ¿Q-Qué ha sido eso?"

"No lo sé, no tengo ni idea, rubito." Negó, respirando hondo. "Una camioneta apareció de la nada y empezó a disparar hacia nosotros, sólo- sólo me ha dado tiempo a quitarte del medio."

Aquella respuesta le hizo estremecerse. Nunca había escuchado disparos de cerca, tampoco había sido víctima de uno. No comprendía qué estaba pasando, pero sabía que ahí fuera probablemente corrían peligro.

"Mi apartamento... Vamos a mi apartamento, aquí fuera no es seguro." Indicó, notando cómo todas las extremidades le temblaban.

Jungkook asintió, pero no se movió, sino que su rostro estaba contraído en una mueca.

"Vamos, corre, levanta."

Una mueca que TaeHyung no alcanzó a ver hasta que se puso en pie y vio que el azabache no hacía lo mismo, mirándole con confusión, preocupación y muchísimo miedo.

"Jungkook, vamos, tenemos que irnos antes de que vuelvan esos tipos. Debemos llamar a la policía y..."

Entonces, los dedos de Jungkook, en su estómago, comenzaron a llenarse de sangre. De su propia sangre. TaeHyung palideció, cayendo junto a él de nuevo por puro instinto.

"¿Qué...?" Temió preguntar, finalmente notando su mueca de dolor.

Llevó las manos hacia su camiseta oscura, empapada de un líquido rojo y viscoso, que también manchó sus dedos cuando quiso levantarla. Jungkook tenía tres heridas de bala en el abdomen, sangre brotando sin parar, cubriéndole la piel en cuestión de segundos, en una fina capa.

"No puedo moverme, rubito." Le dijo, entre dientes, su voz áspera. Estaba aguantando el dolor, un dolor que lo consumió tan pronto como fue consciente de sus heridas, dejándole helado y sin fuerzas.

"Jungkook..." Apenas susurró el rubio, sintiendo cómo se le detenía el corazón.

La vista del mencionado se nubló momentáneamente, sintiéndose mareado. TaeHyung de inmediato reaccionó, rodeándole para sostenerle la cabeza y permitir que pudiera apoyarla en su regazo cuando se desvaneció.

"Ambulancia, u-una ambulancia... Tengo que llamar a una ambulancia." Dijo, introduciendo sus manos temblorosas y resbaladizas en uno de los bolsillos de su abrigo, atrapando el teléfono que se le cayó. Maldijo en voz baja. "Jungkook, cariño, no te duermas, ¿vale?"

Este emitió un sonidito afirmativo.

"No, háblame, quiero oír tu voz." Pidió, mientras tecleaba el número de emergencias con torpeza y luego se llevaba el teléfono a la oreja.

Quería llorar, gritar, asimilar lo que estaba pasando para poder actuar de forma coherente y apresurada, pero no podía. Su mente estaba en blanco y tenía el corazón en un puño, latiéndole contra la garganta, mientras sus lágrimas se encontraban agolpadas en las esquinas de los ojos.

"No voy a dormirme..." Le escuchó decir, forzando la voz. "Todavía es muy temprano, no tengo sueño." Bromeó, dejando escapar una risa que le hizo toser.

TaeHyung sollozó.

"Ha llamado usted al número de emergencia, mi nombre es Chaeri, ¿en qué puedo ayudar-"

"Traigan una ambulancia a la calle Insadong, número siete, unos hombres han- han disparado a mi novio y está muy grave, por favor, rápido. Soy Kim TaeHyung, el hijo del alcalde."

"Señor-"

"¡Rápido, se está desangrando, por favor!" Insistió en un grito ensordecedor, antes de colgar y tomar entre sus manos el rostro del azabache. "Jungkook..."

Este volvió a soltar una risita que le hizo toser al final. "¿Estás usando tu influencia ahora mismo? Pensé que... que no hacías eso, rubito." Volvió a toser. "E-Estoy muy sorprendido. No sabía que te gustase tanto."

"No digas tonterías, Jungkook..." Más lágrimas brotaron de sus ojos, aquellos que se encontraron con los ajenos. "Sabes que te quiero mucho. Eres mi novio, ¿recuerdas?"

"Claro que me acuerdo, llevo meses soñando con escucharte decir eso."

Él sollozó otra vez. "Ahora lo hago."

"Me gusta escucharlo, ¿sabes? Suena mejor de lo que esperaba..."

"Lo sé, a mí también me encanta decirlo." Su garganta se cerró tras la llegada de un nuevo sollozo que le impidió continuar. "Así que voy a repetirlo hasta que la ambulancia llegue, ¿vale? Tendrás que- que quedarte despierto para escucharme. Tienes que hacerlo por mí."

Entonces, Jungkook le miró con una sonrisa y los ojos llenos de lágrimas. Estaba pálido y tenía las mejillas frías.

"Sabes que haría cualquier cosa que me pidieras, rubito, pero no creo... No creo poder hacer esto. Lo siento." Susurró, tosiendo una tercera vez. Un hilo de sangre brotó de sus comisuras, llegándole hasta la barbilla.

TaeHyung se quedó de piedra, sintiendo cómo se le detenía el corazón.

"Claro que puedes, Jungkook, ¿cómo no vas a poder? No seas tonto..." Sostuvo su rostro con ambas manos, temblando, sudando, negándose a aceptarlo. "Sólo necesitas aguantar un poco, la ambulancia va a llegar pronto, te llevarán al hospital y- y allí podrán curarte. Son sólo tres heridas, estarás bien en dos días." Una risita nerviosa sonó en el ambiente, proviniendo de él, quien no podía ver debido a las lágrimas. "Luego te darán el alta e iremos al cine con Lyon y Aram, como prometimos. Veremos esa película de Mario Bros por segunda vez y compraremos pizza para los cuatro y-"

Una mano fría se posó en su mejilla. "Rubito, rubito, detente, por favor..." Jungkook suplicaba con la garganta seca.

"No..."

"Escúchame un momento, ¿vale? Necesito que me escuches." Insistió. "Sé que esto no es agradable, para mí tampoco lo es. Planeaba... Planeaba cualquier cosa menos esto, hasta- hasta había traído ese lubricante de frutas exóticas que tenías en tu cuarto."

TaeHyung sollozó, soltando una risita. "¿Cómo puedes decir eso ahora...?"

"Hace- hace tiempo te dije que en caso de estar moribundo, haría una broma sexual dirigida hacia ti, ¿recuerdas? Soy un hombre de palabra."

El azabache tosió, la sangre pintando de nuevo sus comisuras y una lágrima traicionera deslizándose por su mejilla, sin borrar aquella sonrisa. Los ojos de TaeHyung, hinchados, dejaron escapar todas las que él no podía.

"Jungkook, por favor..."

"Está bien, rubito, está bien. No pasa nada, ¿vale?" Acarició su rostro, eliminándole las lágrimas con dificultad, pues no tenía fuerzas. "Estoy bien, no me duele. Estoy bien."

"No..."

"Te lo prometo, estoy bien. Así que deja de llorar y sonríeme, ¿de acuerdo? Por favor. Quiero... Necesito que esa sea mi última imagen antes de cerrar los ojos."

Su voz rasposa, ronca y llena de dolor suplicó, trasladando los dedos a las comisuras ajenas, estirándolas débilmente mientras luchaba consigo mismo por mantener los ojos abiertos. TaeHyung forzó una pequeña sonrisa, aquella que tanto pedía, sin dejar de llorar.

"Así, justo así. Mucho mejor. Gracias, rubito, muchas gracias."

"Jungkook..."

"Te quiero, TaeHyung."

Él negó, desesperado, al ver como se le cerraban los ojos. "No, no Jungkook, mírame, no te duermas. Mírame. Mírame, Jungkook, por favor."

"Lo siento..." Susurró. "Lo siento, TaeHyung."

Las manos junto a sus comisuras cayeron con un golpe seco. Los ojos oscuros se cerraron y Jungkook dejó escapar su último suspiro.

"No, no, no, Jungkook, no." Suplicaba el rubio, tomando su rostro de nuevo al ver que no reaccionaba. "¡Jungkook! ¡Jungkook, por favor, respóndeme! ¡Jungkook!"

Sin embargo, él no lo hizo, adueñándose del silencio tras despedirse y arrancarle el alma a TaeHyung cruelmente, quién sollozó con todas sus fuerzas, dejándose la garganta en un grito ensordecedor.

Quizás, sus cuerdas vocales se rompieron, se despegaron y se desgarraron en el intento, pero su voz resonó por toda la zona. Permitió que sus vecinos le escucharan llorar, suplicar y desbaratarse en un llanto profundo, lleno de dolor. Un dolor que llevaba tiempo sin sentir.

Agachándose hasta pegar su frente con la ajena, negó.

"No, Jungkook, no, por favor." Suplicaba entre lamentos, besándole las mejillas, sabiendo que no respondería. "Cariño, por favor... Por favor..."

Lloró. Lloró hasta que cada lágrima derramada fuera equivalente a cada pedazo de su corazón roto, hasta que se quedó sin voz, hasta que el dolor no le permitió sentir nada más que rabia.

Hasta que los restos de su alma se consumieron. Sin esperanza.

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