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✧c.-057

N/A: Otro capítulo algo más corto de lo normal, pero casi perfecto para terminar con la semana porque la siguiente inicia fuerte je je je xD

Cap dedicado a La_Orange_Del_Yoongi ♡♡

Hoy os recomiendo 'Alley Rose' de Conan Gray, porque no sé lo que es superar su nuevo álbum y lo amo con toda mi alma.

[...]

El sábado a las siete en punto de la tarde, Jungkook, quién estaba bastante decepcionado de que TaeHyung no hubiera accedido a tener una de sus citas exclusivas con él, y por el contrario, llevase más de cuatro horas sin darle una mísera respuesta, se encontraba de camino al hotel con Jaemin, aquel que le había pedido ayuda para montar un castillo de juguete como regalo para Lyon.

"¿Sigue sin responderte?" Jaemin quiso saber, apartando momentáneamente los ojos de la carretera para enfocarse en él.

Este, todavía pendiente al teléfono y sin recibir contestación por su parte, hizo una mueca.

Jungkook:

Puedes avisarme cuando terminéis lo que sea que estéis haciendo y paso a recogerte para ir a mi casa. Deberías quedarte esta noche. [Enviado a las 18:30]

¿Qué te parece? [Enviado a las 18:30]

He visto que ese sitio de ensaladas que tanto te gusta ya tienen envío a domicilio. [Enviado a las 18:45]

O también puedes ignorarme, es otra opción... [Enviado a las 19:00]

"Me dijo que estaría ocupado toda la tarde y gran parte de la noche... Al parecer tiene que ayudar a Banky con no sé qué de un local." Bufaba.

Jaemin dejó escapar una carcajada, notando su evidente molestia y fastidio, pues Jungkook era un libro abierto cuando se trataba de TaeHyung sin siquiera saberlo. Ese nuevo aspecto del azabache resultaba sumamente divertido a ojos de aquellos que lo conocían tan bien como la palma de su mano.

"Oh, así que ya ha encontrado uno en el que instalarse, cuánto me alegro."

"¿De qué hablas?" Su ceño se frunció, observándole con confusión al mismo tiempo en que se guardaba el móvil, rindiéndose.

"Pues del local, Banky llevaba tiempo buscando uno vacío en el que montar su centro de estética."

"¿En serio?"

"Claro que sí, Jungkook, lo ha dicho como cincuenta veces."

Él simplemente asintió, encogiéndose de hombros. Quizás no había estado presente ninguna de las cincuenta veces que lo había mencionado.

O tal vez, sí, pero con su atención fija en otra cosa. O en otra persona.

"Pues ni puta idea, nunca me entero de nada."

Dejando escapar un bufido, Jaemin meneó la cabeza.

"A saber qué tienes en la cabeza..." Murmuró, riéndose de su propia pregunta. "Olvídalo, sí que lo sé. Sólo un tonto sería incapaz de darse cuenta."

El ceño del azabache volvió a fruncirse. "¿Darse cuenta de qué? No te sigo."

"De que lo único que tienes en mente es a TaeHyung últimamente. Lo buscas todo el tiempo, aprovechas cualquier oportunidad para estar cerca de él..." Señaló lo obvio. "Como amigo tuyo que soy, y te conoce desde que íbamos prácticamente en pañales, déjame decirte que es una actitud algo sospechosa viniendo de alguien que asegura no querer estar involucrado en una relación «en su puta vida». Yo que tú, empezaría a preocuparme."

Con las cejas elevadas y los ojos en blanco, Jungkook quiso reír, pues aquello sonaba exagerado hasta para él.

"No digas tonterías, ni que fuera para tanto..."

"Oh, lo es, créeme que lo es. Cuando inconscientemente acabas haciendo algo que durante mucho tiempo juraste no hacer, ya no hay vuelta atrás."

Mientras Jaemin hablaba, dándole un sermón que fácilmente saldría de la boca de su sabio abuelo si estuviera presente, el azabache se apoyó contra la puerta cerrada, rascándose la cabeza. Era algo incómodo.

"La vida da más vueltas de las que crees, Jungkook, si no mírame a mí." Se señaló, incorporándose en la carretera después de detenerse en el semáforo. "Hace cuatro años, mis días se basaban en levantarme al mediodía, arreglar coches, servir chupitos y gastar todo mi dinero en fiestas para volver a mí casa de madrugada."

"Y ahora haces lo mismo."

"Cierto, aunque con la diferencia de que ya no vuelvo tarde a casa y gasto todo mi dinero en Lyon, porque soy padre. Eso es un gran cambio."

El azabache resopló, corroborándolo. Lyon había sido un cambio para todos, en general. "Y tan grande..."

"Por eso mismo lo digo, también cambia para ti. Todas las relaciones que has tenido hasta ahora son pasajeras, nunca te ha gustado nadie en serio y mucho menos admitirías estar enamorado, pero ahora lo haces."

"Porque ahora estoy enamorado, Jaemin, antes no lo admitía porque no lo estaba. Es simple."

"Entonces, sí que lo estás..."

Jungkook se quedó en silencio repentinamente, pues sus palabras anteriores habían salido por sí solas, sin que él fuera consciente siquiera. Con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados, permaneció pensativo hasta poder responderse a sí mismo.

No pretendía admitir lo que sentía delante de otras personas que no fueran TaeHyung, pero al fin y al cabo tampoco podía ignorar lo obvio, o siquiera ocultarlo. No tenía por qué.

Entonces, simplemente asintió. "Pues sí, creo que es bastante evidente, en realidad. No iría a un sitio de ensaladitas por cualquiera..."

Jaemin soltó una carcajada.

"Me parece perfecto que lo admitas con tanta facilidad." Le dijo, asintiendo con orgullo. "Significa que estás madurando poco a poco."

Una vez más, Jungkook puso los ojos en blanco y bufó. ¿Desde cuándo su abuelo había poseído a uno de sus mejores amigos? Nada de lo que decía era propio de él y ser padre tampoco había influido en nada. Jaemin seguía siendo la persona menos seria del grupo.

"Mis huevos sí que han madurado..."

De nuevo, Jaemin rio. "Ya, ya, a mí tampoco me gusta hablar de estas cosas, son demasiado cursis, pero quería saber en qué punto te encuentras con TaeHyung. No eres el único amigo que tengo entre vosotros, lo sabes, ¿verdad?"

"Claro que lo sé, TaeHyung ya me dijo que te ofreciste para darme una paliza si hacía algo mal." Bufó. "Muy bonito de tu parte, por cierto."

"No, no, yo nunca he dicho nada de dar una paliza. Jamás le pondría una mano encima al padrino de mi hijo; me refería a que saldría en su defensa si le haces daño."

Sus cejas se alzaron. "¿Qué daño le haría yo a TaeHyung?"

"Daño emocional, por ejemplo. Podrías decir o hacer algo perjudicial para él, yo que sé... Cosas de parejas."

Jungkook, quien jamás contempló algo como eso sucediendo entre él y TaeHyung, frunció aún más el ceño. Sonaba ridículo incluso para alguien que rechazaba cualquier tipo de ataduras.

"Amenacé a su exnovio para que le devolviera dinero y joyas que eran de su madre, Jaemin. Me colé en un edificio en ruinas para recuperar una libreta de su abuelo y discutí con gente de mi propio barrio por defenderle." Señaló. "¿Cómo podría perjudicarle intencionalmente? Es la persona que más me importa."

Repetir todas y cada una de las cosas que había hecho por TaeHyung de manera completamente altruista, no sólo fue suficiente para sorprender a uno de sus mejores amigos, sino también para conseguir que este le mirase con otros ojos.

"¿Tanto?"

"¿Tanto qué?"

"Todo lo que has hecho... ¿Desde cuándo?"

Él se encogió de hombros. "Técnicamente desde que lo conozco, ya te dije que acompañé a su madre durante meses en el hospital y ella me habló mucho de él. Así fue que me empezó a interesar."

"Sí, lo sé, pero no tenía ni idea de que estuvieras tan implicado. Me sorprende."

Riendo suavemente, meneó la cabeza de un lado a otro. "Deberías haberlo sospechado en el momento exacto en que llevé a Lyon a una de nuestras citas."

"También es cierto." Jaemin soltó una carcajada, asintiendo. "De todos modos, me alegra que hayas elegido a TaeHyung como la persona con la que quieres asentar la cabeza. Es un buen chico, inteligente, divertido y tiene un gran corazón. Eso demuestra que al menos uno de nosotros sabe elegir..."

Jungkook no pudo evitar el lamento en su tono de voz, la decepción y tristeza, pues él no había tenido tanta suerte en las relaciones y eso era algo que le perseguiría de por vida.

"Oye, no digas eso, ni que fuera tu culpa lo que pasó. Ella tomó su decisión, al fin y al cabo, es la única responsable."

"Lo sé, lo sé... Tampoco me arrepiento de nada. Por muy mal que lo haya pasado desde entonces, me consuela saber que al menos yo sí supe cambiar para bien por mi hijo y darle la vida que merece."

Esbozando una pequeña sonrisa, golpeó su brazo. "Y lo haces muy bien."

Jaemin le devolvió la sonrisa, agradecido. "Gracias."

"Pero soy el padrino de tu hijo, de deberías ponerte de mi lado si TaeHyung y yo discutimos." Sentenció, sonando tan indignado como se sentía. El pelinegro rio otra vez.

Quince minutos más tarde y cero mensajes por parte de TaeHyung, ambos llegaron al hotel del susodicho, aparcando en la plaza asignada a Jaemin y bajándose del coche inmediatamente. Jungkook, decepcionado y molesto, hizo una mueca, pues no podía ocultar lo desganado que se sentía.

Tal vez debería hacerle caso a Jaemin y empezar a preocuparse un poco por cómo el hecho de estar enamorado de TaeHyung le estaba afectando...

"¿Ascensor o escaleras?" Dijo, dirigiéndose a Jaemin.

"Ninguna, vamos al sótano."

Su ceño se frunció, siguiéndole. "¿Al sótano para qué?"

"Pues porque ahí tengo guardado el regalo, si lo dejaba en la habitación iba a encontrarlo en dos días. Ya sabes cómo es..."

"Hm, ya veo. Tiene sentido, sí."

Ambos avanzaron, cruzando todo el pasillo hasta llegar a una puerta situada justo al final. Jaemin la empujó con algo de fuerza, abriéndola y dejando que Jungkook se adentrara antes que él, yendo detrás.

"¿Y dónde está Lyon?"

"Arriba, con mis padres. Luego puedes subir a verle, si quieres, seguro que tendrá ganas de jugar contigo... Gemini le ha regalado un juego de carreras hace poco, ese de Mario Bros." Explicó, tanteando sus pantalones en busca de las llaves. "Al parecer lo tenía por casa sin estrenar y pensó que le gustaría."

Jungkook asintió, mirando a su alrededor. El sótano era amplio, tenía buena ventilación y una iluminación envidiable. TaeHyung realmente se había esforzado en mejorar aquel hotel.

"Es todo un detalle."

"Yo se lo agradezco mucho."

"Imagino... Aunque no tenía ni idea de que le habías comprado una consola a Lyon, pensé que vendiste la antigua."

"Y lo hice, sí, pero el cliente que hace unos meses atendí de urgencias resultó ser un magnate de los importantes y me dio muy buena propina. Vio la foto de Lyon en mi cartera, le expliqué quién era y entonces me dio el doble."

Las cejas de Jungkook se alzaron. "Qué amable por su parte..."

"Me resultó raro hasta que dijo que iba de camino al hospital porque estaba naciendo su primer hijo. Ahí lo entendí."

"Oh, eso también tiene sentido... Con razón era urgente."

Jaemin asintió, introduciendo la llave en una de las puertas y empujándola hasta abrirla.

"¿Este sótano es para todo el mundo? Nunca he estado aquí..."

"No es para nadie, de hecho sólo TaeHyung y los empleados tiene acceso a él, pero me hizo el favor ya que no tenía otro sitio donde guardar el regalo." Explicó, mientras se guardaba la llave. "Entra antes y enciende la luz, por fa, no vaya a ser que me encuentre una araña en la pared y esta noche termine durmiendo en casa de mis padres."

Jungkook soltó una carcajada, tanteando el interruptor con su mano derecha. "¿Desde cuándo te dan miedo las arañas?"

"Desde siempre, soy muy miedica. ¿Por qué te crees que casi nunca entro al almacén de Mos?"

"Porque eres un flojo."

"Bueno, eso también..."

Volviendo a reír, Jungkook finalmente encontró el interruptor, presionándolo. La luz se hizo, y con ello, todos los rostros de sus amigos aparecieron frente a él.

"¡Sorpresa!" Chillaron al unísono.

El azabache quedó perplejo, su ceño fruncido mientras observaba a los presentes, para seguidamente mirar a Jaemin y encontrar que tenía una mirada cómplice, sonriente.

"¿Qué...?"

"¡Feliz cumpleaños, peluche!" Leedo se acercó a él, acunándole el rostro después de abrazarle con fuerza.

Siyeon y Sua también se acercaron, empujando a Leedo para tener un mejor acceso y abrazándole al mismo tiempo.

"Feliz cumpleaños, mi amor."

"Felicidades."

Ambas besaron sus mejillas. Jungkook, quien apenas asimilaba la situación, parpadeó, recibiendo una palmadita en la espalda por parte de Yibo, otra de Jay y una palmada en el culo a manos de Ian, su socio. Mos se rio en su cara, Fourth más de lo mismo y Gemini simplemente le felicitó.

"¿Qué es todo esto...? ¿Por qué estáis todos metidos aquí...? No entiendo nada."

Jaemin, a sus espaldas, soltó una risita. "Estamos celebrando tu cumpleaños, por supuesto."

"Sí, la última vez no nos salió muy bien, así que decidimos volver a intentarlo ahora, cuando nadie pudiera estropearlo." Pasando un brazo por los hombros de Banky, a quien Jungkook parecía no haber notado aún, Mos explicó.

"Es más, estábamos indecisos sobre si cantarte el cumpleaños feliz o no, pero TaeHyung mencionó la posibilidad de que te ahorcaras delante de nosotros y decidimos que mejor no."

Las chicas rieron. "Cierto."

"Pero..." Incapaz de encontrar las palabras que buscaba, su cabeza desconectó totalmente nada más escuchar la mención del rubio. "Espera, ¿has dicho-"

"¡Jungkook, Jungkook, felicidades!"

Tras él, la vocecilla aguda de Lyon sonó, sólo así girándose y viendo al niño adentrándose en aquella habitación. A su lado, TaeHyung caminaba, sonriente y con una tarta llena de velas en sus manos. El corazón de Jungkook se aceleró inmediatamente, apenas teniendo reflejos para atrapar a Lyon entre sus brazos.

Una vez TaeHyung llegó frente a él, con su rostro iluminado por la luz de las velas, su sonrisa se volvió más amplia.

"Feliz cumpleaños, cariño." Susurró. "Siento no haber respondido a tus mensajes, estaba... Algo ocupado."

El corazón de Jungkook se aceleró aún más. "Imagino..."

"¡Tienes que soplar las velas!" Indicaba Lyon, sacando al azabache de su burbuja. "Y no te olvides de pedir un deseo, es lo más importante."

Asintiendo, se relamió los labios conforme TaeHyung ponía la tarta un poco más cerca de él y, encontrándose con sus ojos brillantes, sin siquiera tener la intención de apartar la mirada al momento de soplar las velas, él lo hizo, apagándolas de inmediato. TaeHyung sonrió, estremeciéndose.

"Ya." Susurró, acortando la distancia que les separaba y depositando un casto beso en sus labios, ignorando las quejas de Lyon.

La fiesta transcurrió exactamente como TaeHyung lo planeó, a gusto del azabache. Con sus pizzas favoritas, sus snacks más habituales y la cerveza que tanto le gustaba, logrando que este olvidara por completo lo mucho que odiaba su cumpleaños y que, por el contrario, disfrutara como un niño. Como ese niño que jamás consiguió ser el protagonista en su día tan especial.

Y, por supuesto, él era la persona más feliz, observando a Jungkook reír con sus amigos, compartiendo miradas cómplices y pequeñas sonrisas.

"¿En qué piensas tanto, mi amor?" Banky se sentó a su lado, tendiéndole una cerveza que a regañadientes aceptó. Sólo le gustaba si su acompañante era Jungkook.

Encogiéndose de hombros, le dio un sorbo. "No pienso en nada, realmente, sólo observo la fiesta... Creo que hemos hecho un buen trabajo."

"Has." Le corrigió. "Esto ha sido obra tuya y sólo tuya, y lo has hecho genial."

"Gracias..."

"¿Sabes algo?" Murmuró el castaño, tras un corto silencio. TaeHyung le observó, expectante. "Cuando tu relación con Daeil terminó, me prometí a mí mismo que no dejaría que ningún hombre se acercara a ti. No quería que nadie tuviera siquiera la oportunidad de hacerte daño."

Él rio suavemente.

"Sin embargo, no creo haberme dado cuenta del momento exacto en que Jungkook lo hizo, simplemente pasó sin que yo lo notara. Y eso es una muy buena señal, porque significa que ninguna de sus acciones fueron suficientes para que se activaran mis alarmas." Añadía, dándole un sorbo a su cerveza. "Lo cual me alegra, ya que has encontrado a alguien que sí vale la pena."

Con lentitud, el rubio asintió. "Lo sé... Jungkook es increíble. Demasiado." Dijo, mirando hacia el frente, donde este se encontraba. "No hay ningún día que pase y sienta que algo me falta cuando estoy con él."

"Eso es maravilloso. La gente increíble como tú merecéis personas increíbles también."

Una pequeña sonrisa jaló de sus labios, apoyándose en el hombro ajeno. "Siempre tuve a alguien así a mi lado. De hecho, lo tengo desde que te conocí, así que para mí no es nada nuevo."

Bank se echó cómicamente el cabello hacia atrás.

"Sé que soy increíble, pero dudo poder hacer muchas de las cosas que ese hombre ha hecho por ti. Te quiero, eres mi mejor amigo y la persona a quien le confiaría mi vida si fuera necesario."

"Eso es adorable, Bank..."

"Bueno, es que también soy adorable cuando me lo propongo." Señaló, ambos riendo al instante, antes de que él se pusiera serio otra vez. "Debo admitir que tenía mucho miedo de que llegase el momento en que volvieras a enamorarte, por lo mismo que he dicho hace un rato. No quería que alguien indeseable llegara a tu vida para causarte problemas, verte sufrir otra vez..."

TaeHyung puso una mano sobre la suya propia, con los ojos llenos de lágrimas.

Banky no era una persona sensible en absoluto. Odiaba ponerse emocional, odiaba llorar hasta el punto en que TaeHyung, siendo su mejor amigo y conociéndole desde que iban en pañales, sólo le vio llorar cuando vio lo mal que estaba pasándolo tras la muerte de su madre y la traición de Daeil. Nunca antes de eso, mucho menos después.

Este le sonrió. "Pero estoy tranquilo ahora, ¿sabes? Estoy tranquilo porque la persona que tienes al lado es justo lo que mereces y no tengo dudas al respecto."

"¿Le das tu visto bueno, entonces?"

"Le di mi visto bueno en cuanto te trajo sano y salvo al bar, el día en que tu hermano y yo creímos que estabas muerto, corazón... Ese chico ni siquiera lo necesita."

TaeHyung rio más fuerte, abrazándole. "Te quiero mucho, Banky."

El susodicho besó su frente. "Y yo, mi amor."

"¿Interrumpo, parejita?" La voz de Jungkook sonó, quien apareció frente a ellos con las cejas en alto. "Me gustaría hablar con mi rubito."

Banky se puso en pie de inmediato.

"Faltaría más, cumpleañero. Todo tuyo."

"Gracias."

Una vez el castaño se fue, Jungkook, entre risas, tomó asiento junto a TaeHyung, pasando un brazo deliberadamente por su cintura y empujándolo más cerca de sí mismo, apenas dándole tiempo a reaccionar cuando besó sus labios.

"Hola a ti también." Murmuró TaeHyung, nada más separarse, aunque tenía una sonrisa adornando su boca húmeda. El azabache se la devolvió al instante, acariciando su mejilla con el pulgar.

Ni siquiera era consciente del modo en que estaba observándolo. Ninguno de los dos lo era, en realidad, pero eso no importaba.

"Ya le he dado las gracias a todos por venir, me faltaba agradecer a la persona más importante."

Kim se señaló. "¿Yo?"

Él asintió.

"Claro. Tú siempre has sido lo más importante desde que te conozco."

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