✧c.-048
N/A: Yo creo que una muy buena forma de terminar la semana es con un capítulo como este xD
Cap dedicado a jkke_13 ♡♡
Hoy os recomiendo 'Down' de Jason Derulo ft. David Guetta. Me teletransporta directamente a mi adolescencia.
[...]
Jungkook despertó forzosamente la mañana siguiente, sus oídos captando una melodía desconocida que le hizo quejarse en voz bajita, viéndose obligado a abrir los ojos.
Tan pronto como lo hizo, encontró que TaeHyung dormía plácidamente sobre él, rodeándole con brazos y piernas que lo abrazaban y su cabeza apoyada en el pecho. Soltó una risita ronca, notando como su corazón se aceleraba debido a aquella imagen, mientras levantaba la cabeza para mirar qué teléfono estaba sonando y descubría que se trataba del de TaeHyung.
"Rubito, tu teléfono... Te están llamando." Movió su brazo ligeramente, robándole un pequeño quejido. "Rubito..."
Este lloriqueó, apenas levantando un poco la cabeza. "Contesta por mí."
"¿Y si es tu padre?"
TaeHyung volvió a acomodarse en su pecho, ignorando aquella pregunta. Jungkook se encogió de hombros, alargando el brazo hasta alcanzar dicho teléfono y aceptar la llamada sin molestarse en revisar quien llamaba, simplemente llevándose el teléfono a la oreja.
"¿Hola?" Dijo con voz ronca, aclarándose la garganta.
"¿TaeHyung?" Alguien murmuró desde la otra línea, sonando extrañado. Era una voz masculina.
"TaeHyung no está disponible ahora mismo, ¿quién llama?"
"¿Dónde está y quién demonios eres tú?"
Este frunció el ceño. "Eso es lo que te estoy preguntando, eres el que ha llamado. Yo soy Jungkook. TaeHyung está dormido."
"Jungkook..." Repitió, casi con recelo.
"Exacto." Asentía el mencionado, dejando de necesitar que se presentara cuando asumió de quién se trataba. "Ahora te toca a ti, ¿quién eres?"
"Daeil. ¿Puedo hablar con TaeHyung? Es importante."
Su pequeña sonrisa hizo acto de aparición. Por supuesto tenía que ser él. "Ya te he dicho que está dormido... Aunque estando despierto tampoco querría hablar contigo, así que ya sabes la respuesta de sobra."
"¿Seguro que estás con él? ¿No le has robado el teléfono?"
De su garganta brotó una carcajada que sobresaltó a TaeHyung, cuyo lloriqueo fue inminente, removiéndose sobre él.
"Ay, ¿qué haces? Cuelga ya..." Se quejaba.
"Lo siento, rubito, tu ex es más tonto de lo que pensaba y acaba de demostrarlo. Está al teléfono."
TaeHyung resopló. "Mándalo a la mierda."
"Hecho." Asintió, satisfecho al salir victorioso una vez más. "Pues ya lo has oído tú mismo, Daeil. Vete a la mierda."
"Eh, no, ¡espera!"
Sin embargo, Jungkook ya había colgado, notando el cosquilleo de la satisfacción cuando en el tono de Daeil destacaron la sorpresa y desesperación. Sonriente, miró la expresión dormida de TaeHyung otra vez antes de revisar el número de aquel individuo aún en su teléfono y suspirar. Era la oportunidad perfecta.
Memorizó aquel número hasta el punto en que TaeHyung se sintió extrañado de que no estuviera moviéndose apenas, abriendo los ojos de nuevo y mirándole con estos entrecerrados.
"¿Qué pasa?" Murmuró. "¿Qué te ha dicho Daeil?"
"Nada, que quería hablar contigo, pero ya lo he mandado a la mierda como dijiste. Parece que te ha llamado desde un número de empresa o algo así." Explicaba, soltando el teléfono ajeno sobre la mesita.
"Menudo gilipollas..." Resopló, agotado mentalmente sólo con pensar en tener que bloquear otro número. Daeil no se cansaba. "¿Qué hora es?"
Jungkook agarró el teléfono otra vez, desbloqueando la pantalla. "Las once y media."
"¡¿Cómo?!"
Y, de inmediato, TaeHyung se incorporó como si de una bala se tratase, mareándose en el proceso y sobresaltando a Jungkook, quién le observó con los ojos entrecerrados.
"¿Qué haces?"
"Levantarme. He quedado para comer con Gemini y mi padre en menos de dos horas." Decía mientras se inclinaba para comenzar a agarrar sus cosas desparramadas por el suelo. "¿Y mi camisa?"
Arrancando la sábana del colchón y casi llevándose a Jungkook al mismo tiempo, el rubio se cubrió con ella, bajándose de allí.
"Para, para, que me tiras."
"¿Dónde está mi camisa? No la veo."
"Estará debajo de la cama." Indicó, agarrando unos pantalones de chándal cualquiera, sin siquiera molestarse en ponerse ropa interior. "Si quieres puedes ducharte aquí, así ahorras tiempo."
Él asintió, rindiéndose con una camisa que parecía haber desaparecido de la faz de la tierra y suspirando.
"Te lo agradezco mucho. ¿Hay una camiseta o algo que puedas dejarme?"
"Claro."
Jungkook se dirigió hacia su armario (el cual se encontraba bastante más ordenado de lo que TaeHyung pensaba), abriendo uno de los cajones y sacando de este una camiseta negra lisa que de inmediato le lanzó.
"Cógela que va."
Tan pronto como esta impactó contra su rostro, cayendo al suelo, TaeHyung le fulminó, viéndose obligado a agacharse, ya que estaba usando ambas manos para taparse como podía con la sábana. Jungkook rio.
"Gilipollas..." Masculló, incorporándose. "¿Dónde tienes las toallas? ¿Y los cepillos de dientes?"
"Detrás de la puerta hay una bata de baño azul, está sin estrenar porque me la regalaron con una compra en el supermercado hace poco, úsala si quieres. Los cepillos están en el segundo cajón. Agarra el morado."
El ceño de TaeHyung se frunció, extrañado.
"¿Regalan batas de baño en el supermercado?"
Jungkook se encogió de hombros. "Tenía muchos puntos acumulados y la cajera me aprecia bastante... ¿Qué puedo decirte?"
Una risa abandonó los labios de TaeHyung mientras pasaba por su lado, dirigiéndose hacia el baño.
"¿A ti todo el mundo te aprecia o es cosa mía?"
"Pues claro que me aprecian, ¿cómo no van a hacerlo? Hasta tú lo haces, rubito. Soy un encanto."
"Claro, claro..."
Viéndole comenzar a lavarse los dientes y asentir, Jungkook se quedó parado en el marco de la puerta, apoyado ahí sin poder quitarle la vista de encima. Una parte de él rezaba internamente porque las sabanas se deslizaran hacia debajo de manera totalmente accidental. Estaba deseándolo.
"¿No te parezco un encanto?" Cuestionó, sus cejas en alto.
El rubio se encogió de hombros tras escupir en el lavamanos. "Eres un encanto, pero sólo cuando te interesa."
"Cierto es." No pudo no darle la razón, asintiendo.
"Aunque conmigo lo eres todo el tiempo, así que no me quejo."
Una sonrisita jaló de sus labios tan pronto como dijo aquello, observando a TaeHyung secarse la boca torpemente con el albornoz que acababa de descolgar.
"Esto estará limpio, ¿no? No habrás restregado tus partes nobles por aquí..."
Viendo el horror en su mirada nada más preguntar aquello y sumándole cómo había formulado dicha pregunta, el azabache carcajeó, meneando la cabeza de un lado a otro.
"Claro que no, ya te he dicho que está sin estrenar. Además, ¿cuál sería el problema en caso de haberlo hecho? Tú mismo te has restregado mis partes nobles por la cara y no te he visto ser tan escrupuloso."
TaeHyung se sonrojó de inmediato.
"¡Jungkook, por el amor de Dios!" Chilló, sobresaltándose tanto con su falta de vergüenza que casi dejaba caer las sábanas al suelo.
El mencionado rio aún más fuerte. "¿Qué? Ni que hubiera dicho una mentira..."
"Cállate, cállate... Y vete fuera, que me voy a duchar." Bufaba, haciendo su mejor esfuerzo por recuperarse, mientras dejaba el albornoz sobre la taza del inodoro. "A este paso no llego..."
Pasándose la lengua por los labios, no se movió ni un centímetro, sus ojos fijos en el cuerpo desnudo de TaeHyung, quien ahora le daba la espalda. Era hipnótico verle moverse por cualquier parte. Con ropa, sin ropa. No importaba. Su simple presencia era hipnótica.
Él suspiró, llamando su atención.
"¿Por qué sigues aquí? Venga, fuera." Indicaba de nuevo, cerrando la puerta. Jungkook hizo un mohín.
"¿Puedo quedarme? No haré comentarios al respecto, sólo quiero mirar... Bueno, y lavarme los dientes." Pidió casi de manera suplicante, creyendo que obtendría una respuesta negativa. "Por fa."
Sin embargo, TaeHyung se mantuvo pensativo, observándole. Luego, lo señaló. "En silencio."
La sonrisa del azabache fue inmediata.
Bajo su atenta mirada, y mientras se lavaba los dientes, TaeHyung comenzó a despojarse de las sábanas que le cubrían la mitad del cuerpo, aquellas en las que prácticamente estaba envuelto como un regalo. Ya desnudo, el ruido de un silbido le hizo girarse con rapidez, sabiendo que sólo podía tratarse de él y confirmándolo en cuanto Jungkook apartó la mirada.
"¿Qué ha sido eso?"
Este le observó como si no entendiera nada, haciéndose el tonto tras escupir en el lavamanos. "¿Eh?"
"Ese sonidito, has silbado."
"No, yo no he hecho nada."
"Has silbado. Dijiste que te quedarías en silencio."
Jungkook asintió, secándose los labios con el dorso de la mano. "Estoy callado."
"Callado y en silencio no es lo mismo. Silencio significa que nada de ruiditos, Jungkook, o te vas afuera castigado." Volvió a señalar la puerta, viendo su sonrisa ladeada hacer acto de aparición y oyéndole reír suavemente.
"¿Me vas a castigar en mi propia casa?"
"Exacto."
Él rio más fuerte, acercándosele con una expresión desafiante. "Ah, ¿sí...? ¿Y qué me vas a hacer, rubito?"
TaeHyung ladeó la cabeza y levantó las cejas, ni siquiera inmutándose por la cercanía.
"Pues antes de que se te ocurriera silbarme como si un mosquito te habitara en la punta de la lengua, pretendía invitarte a la ducha conmigo, pero creo que ya no va a poder ser porque estás castigado."
La sonrisa se le borró en cuestión de segundos, su semblante palideciendo.
"¿Eh...?"
"Lo que has oído."
"P-Pero..." Trató de decir, oyendo al rubio chistar antes de sentir un dedo posándose contra sus labios, mandándolo a callar.
"En silencio, bebé."
TaeHyung depositó un casto beso en sus labios tras susurrar aquello, dando un paso hacia atrás y girándose para meterse en la ducha, dejando a Jungkook con la palabra (que no tenía) en la boca y una sensación inconfundible de derrota.
Eso le pasaba por tonto.
El rubio salió de la ducha diez minutos después, envuelto en el albornoz y encontrándose con un Jungkook mentalmente destruido sentado en la taza del inodoro, su expresión desilusionada y los ojos apagados, vacíos. Tanto, que por un momento el corazón se le encogió, apenas necesitando recordar que realmente estaba así porque le había arruinado la —nula— posibilidad de tener un segundo encuentro en la ducha. O más bien, él mismo se la había arruinado.
"¿Por qué tienes esa cara?" Le preguntó mientras se secaba los pies en la alfombrilla y le miraba con fingida preocupación.
Jungkook se encogió de hombros, suspirando dramáticamente.
"Por nada..."
"Ah, bueno." Dijo. Acto seguido, salió del baño con el azabache a sus espaldas, siguiéndole como si de un cachorro se tratase. "¿Puedes ir avisando a Mos para que llame a Banky? Tengo que pasar por mi apartamento para cambiarme todavía."
Él asintió, buscando su teléfono. "Voy."
Mientras TaeHyung se ponía la ropa interior por debajo del albornoz y alisaba la camiseta que Jungkook le había dado sobre el colchón, este se encargaba de buscar el contacto de Mos en su teléfono, viendo que su última conexión había sido a las seis de la mañana.
Jungkook:
¿Estáis despiertos? Rubito tiene que estar en su apartamento en menos de una hora y necesita que alguien lo lleve urgentemente. Avisa al señorito que tienes al lado para que esté al tanto.
Si no estáis disponibles, lo llevo yo, pero que sepa que él vuelve solo al centro.
Ah, dile que ya no necesito el número del gilipollas ese, lo he conseguido por mí mismo esta mañana.
"Ya le he avisado, aunque supongo que todavía estarán dormidos... De todos modos, si Bank todavía no está listo yo puedo llevarte. Necesito pasar por el centro para comprar más cerveza. Anoche nos acabamos toda."
TaeHyung soltó una risita, casi avergonzado. Aquella noche había bebido más cerveza de la que le gustaría admitir, considerando que no era un gran fanático (por no decir que la odiaba) de la cerveza y que voluntariamente jamás tomaría más de una, pero las charlas nocturnas con Jungkook, aquella famosa pizza coreana que pidió para ambos y la comodidad del ambiente, hicieron que simplemente se dejara llevar. Y no se arrepentía.
"Debería comprarla yo, en realidad, bebí demasiadas para no gustarme." Señaló, haciéndole reír mientras negaba. Él se terminó de colocar la camiseta, sintiendo plena comodidad en cuanto la alisó contra su cuerpo. "Oh, qué calentita y cómoda es... Me encanta."
"Puedes quedártela, si quieres."
Asintiendo, suspiró. "Menos mal que me lo dices tú, porque iba a hacerlo de todos modos. Será mi nuevo pijama."
Jungkook rio aún más fuerte, buscando una sudadera cualquiera que ponerse. Él se había duchado de madrugada tras la tercera ronda de sexo desenfrenado, aprovechando que TaeHyung había caído rendido contra el colchón, por lo que no debía preocuparse, únicamente alcanzando el desodorante y colocándoselo.
"Vaya... Es todo un honor que mis acompañantes elijan mi ropa para dormir." Dijo.
El corazón del rubio se detuvo por un instante, aquel simple comentario logrando que un nudo se le instalara en la garganta. Por suerte, no fue tan expresivo como debería, esbozando una sonrisa.
"¿Acompañantes? ¿Le dejas tu ropa a todos con los que te acuestas?" Cuestionó, ladeando la cabeza, mostrando una confianza con la que ahora mismo no contaba.
"Ni de broma, claro que no."
"Ya, ¿y entonces?"
Jungkook eligió la sudadera que usaría, no tardando en ponérsela sin ser consciente de la expresión en el rostro del rubio. Parecía impaciente.
Una vez sacó la cabeza por el agujero y miró a los ojos de TaeHyung, pudiendo ver lo verdaderamente inseguro que se veía, tratando de disfrazar aquella inseguridad con diversión (que, por supuesto, no sentía en lo más mínimo), sonrió. Tal vez había usado las palabras incorrectas.
"No me acuesto con nadie más desde que apareciste en el descampado buscando a tu hermano, rubito. Sólo contigo." Aclaró, dándole la respuesta que TaeHyung necesitaba para seguir respirando con tranquilidad. "Eres el único al que he traído a mi apartamento, metido en mi coche y ni se diga del estudio, así que lo veo poco probable... Sobre todo porque no pretendo tener a nadie más."
Un escalofrío recorrió su espina dorsal, colocándole todos los vellos de punta. TaeHyung se aclaró la garganta, asintiendo y actuando como si eso no le importara, cuando la realidad era que tenía el corazón más acelerado que nunca.
"Bien... Está bien saberlo."
"Hablaba en plural por si te daba por multiplicarte un día de estos, para incluirte en todas tus versiones. Imagínate que en lugar de un TaeHyung, de repente sois siete... No voy a dejar a uno fuera del pack, sería muy cruel por mi parte."
TaeHyung soltó una carcajada que no pudo ocultar siquiera, todo rastro de nerviosismo o inseguridad desapareciendo. Jungkook sintió satisfacción al notarlo, pues jamás se permitiría a sí mismo causarle inseguridades. No cuando él era en todo lo que pensaba a diario y la única persona que le interesaba lo suficiente como para ignorar todo lo que le rodeaba.
"Claro, claro... Te cuesta el ego lidiar con un solo TaeHyung, como para multiplicarme por siete."
Bueno, aquello sí que era un poco cierto...
"Pues también es verdad..." Murmuró, recayendo en aquel pequeño detalle. "Dejémoslo en que es un honor que elijas mi ropa para dormir y ya.
TaeHyung rio más fuerte, acercándose a él con la intención de acunarle el rostro y besarlo, sin pararse a pensar en que, tal vez, estaba siendo demasiado obvio con sus sentimientos. Unos sentimientos en los que tampoco se había parado a pensar todavía.
Quizás debería empezar a hacerlo. Pero no ahora.
Le besó lenta y profundamente, notando las manos ajenas adueñándose de su culo y apretarlo, antes de que Jungkook se inclinara y lo tomara por los muslos, elevándolo. Suspirando, TaeHyung le rodeó la cadera con ambas piernas, posando las manos alrededor de su cuello. Al poco tiempo, sintió como este lo depositaba sobre el colchón, colocándose sobre él.
"Jungkook..." Susurraba, mientras una de sus manos le apretaba el muslo. "No... No llego..."
"Claro que llegas, tú déjamelo a mí."
"Hablo de- de la comida con mi padre y Gemini. No llego." Logrando separarse sin quererlo realmente, le dijo.
El azabache acortó la distancia otra vez. "No te preocupes, yo te hago un justificante."
TaeHyung se volvió a separar, resoplando y mirándole con el ceño fruncido. No había manera de que hubiera dicho eso en serio.
"Jungkook, que es mi padre..."
"¿Y qué pasa? ¿No le sirven los justificantes?"
"Jungkook." Levantando ambas cejas, repitió su nombre con un tono de advertencia que hizo al susodicho bufar, finalmente separándose y poniéndose en pie.
"Bueno, bueno..."
Cinco minutos después, ambos se encontraban en la carretera, camino al apartamento de un TaeHyung que revisaba el reloj cada dos minutos. Pues, incluso si Jungkook no quería creérselo (por obvias razones, según él), odiaba hacer esperar a los demás. Era algo que le causaba muchísimo estrés. Demasiado.
"¿Has pensado ya qué juegos de mesa llevarás al hospital? Aram sigue viendo videotutoriales de cómo jugar al ajedrez y ya está empezando a dominar algunas partidas con sus padres..."
TaeHyung negó, mirando su propio reflejo en el espejo y pasándose un bálsamo labial —recién robado al dueño del coche—, por los labios; juntándolos y separándolos varias veces.
"Todavía no, ya te dije que necesitaba ayuda con eso."
"Hm, vale... ¿Quieres que recoja del colegio a Lyon mañana y él nos acompañe a mirar? Tiene la misma edad de Aram, sabrá elegir mejor que nosotros dos."
Ante la propuesta de Jungkook, el rubio se mostró pensativo. "Me parece una buena idea, pero, ¿Jaemin estará de acuerdo en que lo llevemos? Quiero decir, es su hijo."
"Y mi ahijado, rubito, es casi mío también."
Una carcajada resonó en el coche. "¿Eres su otro padre?"
"Prácticamente lo soy, claro. De eso se trata ser el padrino de alguien, o al menos esa es mi percepción del concepto como tal. Cuando acepté ser su padrino, lo hice comprometiéndome a estar ahí para él, ayudarle en lo que fuera necesario y hacerme cargo en el peor de los casos."
"Y cumples tu función."
"Intento hacerlo, sí." Asintió, bajo la mirada de un TaeHyung que parecía encantado de escucharle, que le observaba con adoración. "Quizás no soy el mejor, pero me esfuerzo."
"No era una suposición, Jungkook, era una afirmación. Cumples tu función y lo haces muy bien... Jaemin supo a quién elegir, porque eres un buen padrino." Señalaba, dándole una dulce sonrisa. "Se nota que adoras a ese crío y él te adora a ti."
El corazón del azabache se aceleró, sonriendo también. "Lo sé. Lyon fue otra razón para que dejara las carreras clandestinas."
"¿De verdad?"
"Claro, porque si Jaemin faltara en algún momento, Lyon pasaría a ser mi responsabilidad. Después del accidente sólo podía pensar en qué hubiera sido de él si ninguno de los dos estuviéramos, ¿quién lo cuidaría? Habría fallado como padrino, como amigo..."
TaeHyung alargó el brazo hasta alcanzar la mano de Jungkook y darle un apretón, volviendo a sonreírle cuando este se detuvo en un semáforo, observándolo poco después. Sus ojos se posaron en ambas manos entrelazadas, suspirando.
"Simplemente no puedo dejar que Lyon pierda a todos como yo lo hice."
"Él me habló de su madre el día que lo encontré vagando por las calles..." Murmuró. "Me dijo que se había escapado porque su vecino estaba burlándose de él, le decía que Jaemin también lo abandonaría... Como ella."
Jungkook apretó los dientes. "Eso es ridículo, Jaemin nunca haría lo mismo que su madre."
"Lo sé, pero, ¿ella se fue de verdad?" Quiso saber, sintiendo un peso extra en el pecho cuando vio a Jungkook asentir. "¿Lo abandonó?"
"Aprovechó que Jaemin volvía tarde del trabajo esa noche, hizo las maletas, escribió una nota despidiéndose y dejó a Lyon recién nacido en su cuna durante horas. Dijo que no estaba preparada para ser madre, que simplemente no podía." Masculló, manteniendo la compostura. "Esa hija de puta..."
El peso extra en su pecho se convirtió en un nudo gigantesco que llegó hasta su garganta, logrando que algunas lágrimas terminaran acumulándose en las esquinas de los ojos.
"Qué injusto..."
"Jaemin era muy inmaduro antes de que Lyon naciera. No se centraba, salía de fiesta todas las noches y llegaba borracho a casa; pero cambió drásticamente cuando él llegó... Se propuso ser un buen padre, alguien a quien Lyon admirara cuando creciera." Comentaba, relamiéndose los labios e incorporándose a la carretera. "Y va y me elije a mí como su padrino."
TaeHyung rio cuando le escuchó bufar. "Serás idiota... Haberte elegido es el mayor indicador de que es un buen padre, sino mira cómo te preocupas por él."
Riendo también, el azabache escondió su sonrojo lo mejor que pudo, asintiendo conforme aparcaba su coche frente al apartamento del rubio, quien ni siquiera notó que habían llegado, demasiado enfocado en Jungkook para hacerlo.
"Sí, bueno... Le tengo bastante aprecio, pero como persona a la que no le gustan los niños, que justamente dos de tres sean lo más importante de mi vida, me pone un poco nervioso." Arrugó el rostro, oyendo como la risa del rubio se intensificaba. "Agradezco que al menos el tercero tenga mi misma altura..."
Su ceño se frunció levemente, mostrándose interesado. "¿Quién es el tercero?"
Jungkook negó. "No lo conoces."
"Oh, bueno, ya me lo presentarás." Apretando los labios para ocultar una sonrisa, pues sabía la respuesta mejor que nadie, agarró su bolso. "En fin, nos vemos mañana en el hospital."
"Allí nos veremos. Hasta mañana, rubito."
TaeHyung se inclinó y depositó un pequeño beso en la comisura izquierda, separándose con una sonrisa antes de enroscar los dedos en el picaporte.
"Adiós, cariño."
Y, sin decir nada más ni esperar a que Jungkook lo hiciera (tampoco tenía mucho que decir, pues había vuelto a dejarle sin palabras, como siempre); salió del coche, cerró la puerta a sus espaldas y caminó hacia su apartamento con la barbilla en alto, las abejas asesinas machacándole el estómago y el corazón acelerado.
No cabía duda. Definitivamente estaba enamorado.
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