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✧c.-047

N/A: Este es otro de mis capítulos favoritos, no tengo nada más que decir xD

Cap dedicado a KarenBaneL ♡♡

Hoy os recomiendo 'STUPID IN LOVE' de MAX ft. HUH YUNJIN, mi preciosa mujer. Amo lo increíblemente talentosa que es.

[...]

"Entonces, ¿Gemini no va a venir?" Cuestionaba Banky, justo después de pararse en el primer semáforo.

Iban nuevamente en dirección al distrito Jung, donde los amigos de Jungkook y el susodicho esperaban por ellos para ver aquel famoso concierto benéfico.

TaeHyung se encontraba un poco intranquilo, habiéndose visto obligado a dejar a un desolado Gemini, cuyo corazón se encontraba roto en mil pedazos. Destrozado por los estragos de un amor no correspondido.

"Ha preferido quedarse en casa con mi padre y Yeontan, dice que verán películas y jugarán videojuegos. Ya sabes, cosas que le gustan a ellos, para que se anime un poco..."

Bank asintió. "¿Está muy mal?"

"Intenta no estarlo, pero puedes imaginarte lo poco efectivo que es." Respondió, viéndole hacer una mueca.

"Pobrecito... El primer amor siempre afecta mucho."

"Bastante, sí." Asentía, estando de acuerdo con un suspiro. "Hasta donde sé, intenta hablar con Fourth lo menos posible porque sabe que es demasiado obvio y no quiere preocuparlo."

"¿Fourth no se da cuenta?"

"Ayer se quedó fuera de mi facultad haata que salí solo para preguntarme si sabía lo que le pasaba a Gemini, que se había marchado sin decir nada cuando lo más normal es que le espere siempre. Tuve que inventarme que se encontraba mal."

Un leve bufido escapó de los labios del castaño. "Joder, vaya dos... Cómo se complican la vida los adolescentes de hoy en día..."

TaeHyung rio.

"Lo dices como si tú nunca hubieras ido al bar del amante de tu actual exnovia para darle una lección." Le recordó muy cruelmente, siendo fulminado. "Y terminar con la nariz rota."

El susodicho bufó, poniendo los ojos en blanco cuando una oleada de vergüenza y ofensa calando sus sentidos.

"¡Y dale! Que no me rompieron la nariz, sólo fue una fractura leve. Aproveché la situación para hacerme la rinoplastia, pero no tuvo nada que ver." Resoplaba, mientras TaeHyung reía. "Estás peor que Mos, que todavía no lo supera."

"Ni siquiera tú mismo lo haces, Banky..."

Encogiéndose de hombros, se hizo rápidamente el desinteresado.

"Bueno, pero eso no tiene por qué saberlo."

Otra carcajada abandonó los labios de TaeHyung.

Llegaron al distrito Jung cuarenta y cinco minutos después, aparcando frente al descampado donde tantas veces habían ido para ver a Jungkook competir y salieron del coche con un suspiro de agotamiento. Tanto tiempo en la carretera se volvía angustioso.

"Espero que este sea el mejor concierto en el que vaya a estar en mi vida, porque odio con toda mi alma conducir tanto."

TaeHyung rio. "Si esto se tratase únicamente del concierto, ninguno de los dos estaríamos aquí, Bank..." Le recordaba.

Este hizo un mohín con los labios, ambos acercándose al par de guardias de seguridad que vigilaban quienes entraban y quienes no, dejando atrás la enorme fila. Tenían suerte de que Jungkook les hubiera conseguido un pase VIP.

"Pues también es verdad..."

TaeHyung rio más fuerte, saludando con una sonrisa al par de guardias. "Buenas noches."

"Buenas noches." Bank también saludó.

Ellos les devolvieron las sonrisas con amabilidad, asintiendo a modo de saludo.

"¿Sólo sois dos esta vez? Echo en falta al tercero." Señalaba Mark.

"Gemini hoy no puede venir, está enfermo y cuidando de nuestro cachorro con mi padre. Quizás la próxima."

"Qué mal, espero que se mejore."

El rubio volvió a dedicarle una sonrisa en agradecimiento. "Muchas gracias."

"Oh, TaeHyung, se me olvidaba." Mark impidió que siguieran andando con su voz, obligándoles a darse la vuelta. Sacó lo que parecía ser un pequeño oso de peluche envuelto en una bolsita trasparente, tendiéndoselo. "Toma, esto es para ti."

Confundido, el rubio tomó aquel objeto, antes de que Mark tomase la palabra de nuevo.

"Mi abuela lo hizo para ti, fue una de las afectadas por los desalojos y me pidió que te lo entregase ya que no te ve mucho por el hotel."

Inmediatamente su corazón se derritió. "¿En serio?" Susurraba, analizando aquel pequeño oso de peluche. "Es precioso, muchísimas gracias, Mark. ¿Cómo se llama tu abuela? Así puedo buscarla y darle las gracias personalmente."

"Narae, Lee Narae. Vive con mi tía abuela, su hermana Nari."

Ambos, TaeHyung y Banky, no tardaron en reconocer aquellos nombres, sus sonrisas ensanchándose.

"Las conocí a ambas el día de los desalojos, sí. Tu abuela es una mujer maravillosa, Mark, la buscaré para agradecerle."

El mencionado le devolvió la sonrisa con la misma intensidad. "De acuerdo. Disfrutad el concierto."

"Gracias."

"Muchas gracias."

Finalmente entraron en el recinto, la música fuerte y los gritos del público ensordeciendo momentáneamente a TaeHyung, quién hizo una mueca. Nadie había mencionado que fuera un concierto de rock, pero tal vez ese dato era bastante necesario para alguien con el oído sensible.

"¿Dónde se supone que están? No los veo por ninguna parte."

"No lo sé, voy a preguntarle a Jungkook." Murmuraba, sacando su teléfono móvil del bolsillo.

"¡TaeHyung, Banky, aquí!"

Una voz femenina que claramente le pertenecía a Siyeon les hizo voltear, justo cuando los dedos del rubio se encontraban tecleando un mensaje para Jungkook.

"Olvídalo, ahí están. Vamos." Jalando de su brazo, Bank le guio hacia donde el grupo al completo se encontraba.

Fourth, quién estaba atento a su teléfono, inmediatamente levantó la mirada cuando sus nombres fueron mencionados, viéndolos acercarse y extrañándose tan pronto como no divisó a Gemini con ellos. Entonces, la enorme sonrisa que destacaba en sus labios, se borró, convirtiéndose en una mueca confundida y decepcionada.

"Habéis llegado justo a tiempo, esto está a nada de empezar." Indicaba Mos, no dudando en pasar un brazo por los hombros de Bank.

"¿No ha empezado todavía? ¿Y entonces qué es eso que suena?"

"Música, se llama música, belleza."

Bank le fulminó nada más reconocer la burla en su tono de voz, mas no se alejó del agarre bajo ningún concepto.

"Qué gracioso eres, ¿no?"

"Nah, me vuelvo ingenioso sólo cuando estás cerca." Respondía este, encogiéndose de hombros y guiñándole un ojo. "Ya sabes, para impresionarte."

Bank rio, satisfecho con aquella respuesta.

"Eh, ¿por qué tardáis cada vez más en llegar?" Le reclamaba Jungkook a TaeHyung, en un evidente tono quejumbroso, su expresión aniñada haciendo al rubio reír.

"Es que Banky todavía no se sabe mover muy bien por la zona y como hoy conducía él..."

"Hm, ya veo..."

Las manos de TaeHyung inmediatamente acunaron su rostro, viéndole asentir. "Pero no te preocupes que al final hemos llegado a tiempo y no vas a tener que echarme en falta, ¿verdad?"

Jungkook se encogió de hombros, apoyándose de forma inconsciente en el tacto. TaeHyung se mostró pensativo.

"Oh, bueno... Olvidaba que tú nunca me echas en falta porque tampoco soy tan indispensable." Su gesto se torció.

Por supuesto, aquello espantó al azabache, sintiéndose ansioso de repente y negando, casi horrorizado al creer que todavía pensaba así cuando estaba muy lejos de la realidad.

"¿Qué? ¿Por qué dices eso?" Sus ojos ensanchados, oscuros y brillantes como los de un niño, hicieron a TaeHyung reír. No tardó en verse confundido. "¿De qué te ríes?"

Esta vez, para el azabache fue un poco más complicado entender que TaeHyung únicamente actuaba para burlarse de él por, tal vez, ser tan dramático. Su ceño se frunció, logrando que TaeHyung riera más fuerte, teniendo que apoyarse en su pecho para buscar un soporte.

"¿Te estás riendo de mí?"

"Un poco, sí..." Admitió.

Jungkook le fulminó. "Qué bonito, ¿no?

"Pero no es nada personal, cariño, sólo encuentro que eres adorable cuando te ves en esa situación tan repentina en la que no sabes qué decir. Siempre tienes salidas para todo y encuentras respuestas hasta debajo de las pie..."

"¿Cómo me has llamado?" Jeon le interrumpió en un tono de voz bajo, ronco.

Claramente, el cerebro de Jungkook había dejado de funcionar en cuanto el apodo cariñoso que TaeHyung había usado llegó a sus oídos, todo lo demás que el rubio decía sonando como un leve murmullo.

TaeHyung lució confundido. "¿Eh?"

"Que cómo me has llamado." Repitió, sabiendo que aquella confusión en sus ojos sólo era producto de la creciente vergüenza.

"No sé a lo que te refieres, Jungkook."

"Chicos, Sua y yo vamos a por bebidas a la barra, ¿quién viene?"

Tan pronto como escuchó a Siyeon decir aquello, TaeHyung vio una salida con luces neón su cabeza pelirroja.

"¡Yo! Yo quiero ir a ver qué tienen, que hoy no me toca conducir." Hablando atropelladamente, se separó de Jungkook, quién soltó una carcajada al notar su nerviosismo cada vez más evidente.

Llegó con la chicas, quienes parecían encantadas de que este fuera su acompañante, mientras él sudaba frío.

"Mira a ver si hay algo para mí." Pedía Bank, aún entre los brazos de Mos.

"Vale."

"TaeHyung, espera." La vocecilla algo cohibida de Fourth se dirigió a él, antes de que pudiera alejarse siquiera. "¿Gemini hoy no vendrá con vosotros?"

De inmediato, su corazón se apretó, viendo la decepción en aquellos ojos que le daban un aspecto de vulnerabilidad absoluta.

"No, está con mi padre. Ha decido quedarse con él para pasar el día juntos. Llevaban tiempo sin hacerlo."

El sutil brillo esperanzador que tenía en su mirada, poco a poco se esfumó.

"Oh... No me lo ha dicho, creí que vendría, pero como no me responde a los mensajes..."

"Bueno, también es que está un poco enfermo desde ayer y no coge el teléfono para nada. Le duele la cabeza, por eso ha preferido quedarse allí." Añadió, en un intento por animar la situación.

Fourth asintió. "Vale. Espero que no sea nada..."

"Sólo un resfriado, tranquilo."

Sonriéndole, TaeHyung se giró en dirección a las chicas otra vez, ahora sí avanzando con ellas en dirección a la barra libre de bebidas. Detestaba con todas sus fuerzas el amor adolescente.

Jungkook perdió de vista al rubio y no tardó en sentirse desganado, aburrido, moviéndose entre los presentes hasta llegar a Mos y Banky, quienes parecían muy ocupados hablando sobre algo que solo a ellos dos le concernía. Sin embargo, él necesitaba quitarse algunas dudas con las que llevaba tiempo batallando.

"¿Qué buscas tanto, Jungkook?" Le cuestionaba el castaño, mirándole con curiosidad.

"A ti, me gustaría hacerte una pregunta sobre TaeHyung."

Inmediatamente, todo lo que Bank estaba haciendo pasó a segundo plano. Mos inclusive. Su cuerpo girándose por completo hacia Jungkook, interesándose de más en lo que tuviera para decirle.

"Soy todo oídos, di."

Tras él, Mos soltó una carcajada, pasando el brazo alrededor de su cintura deliberadamente.

"¿Sabes si su ex volvió a ponerse en contacto con él después de la última vez?"

Bank asintió para desgracia del azabache.

"Sí, de hecho, le llamó al ver que lo había bloqueado cuando volvíamos a casa, pero TaeHyung no contestó, sino que bloqueó su número directamente."

Un bufido sonó, era Mos poniendo los ojos en blanco.

"Joder, qué tipo más pesado, ¿no? No se cansa."

"Es un desgraciado que tiene muy poca vergüenza. Después de lo que le hizo tiene las narices de volver como si nada."

El pelinegro asintió, conociendo aquella historia por Jungkook, quien parecía muy indignado cuando se la hizo saber. "Ya, sí, me contaron lo del dinero que intentó quitarle, menudo hijo de puta..."

"No es sólo el dinero, ese malnacido robó joyas que la madre de TaeHyung le dejó en herencia, como un recuerdo." Bank añadió más leña al fuego.

Y Jungkook, que no había oído esa parte de la historia, sintió como la sangre en sus venas comenzaba a quemarle poco a poco. Un pequeño monstruito movido por la rabia, la impotencia y el profundo odio que había generado contra aquel malnacido, creciendo en su interior.

"¿Qué?"

"Eso."

"¿Y nunca se lo devolvió?" Quiso saber Mos. Bank negó, con los labios apretados.

"No, las vendió aprovechando que TaeHyung estaba pasando por el luto. Cuando se enteró hizo el amago de devolverle el dinero para evitar una denuncia, pero lo que él quería era tener esas joyas de vuelta y nunca se pudo..." Sus ojos se veían tristes conforme explicaba, pues era del dolor de su mejor amigo del que estaba hablando. "Siempre que pienso en ese momento me hierve la sangre."

"Normal... Debió ser una puta mierda."

"Mi pobre niño sufrió muchísimo por culpa de ese hijo de puta."

Hubo un momento en que Jungkook había dejado de oír las palabras dichas por Bank, tan enfadado, lleno de rabia e impotencia que su mente había decidido simplemente desconectar.

"Oye, Banky y... ¿tú podrías conseguirme su número en algún momento?"

"¿El de Daeil?" Preguntó. Jungkook asintió. "¿Para qué quieres el número de ese inútil?"

"Para hablar con él de manera desinteresada simplemente. Ya que está tan preocupado por TaeHyung, me aseguro de que se tranquilice al dejarle las cosas claras."

Este ladeó la cabeza, pensativo. "Hm, ya... ¿Vas a romperle algo?"

"Claro que no, soy una persona pacífica."

"Entonces no."

Mos dejó escapar una risa, pasando el brazo por sus hombros. "¿Quieres que le partan los dientes?"

"Quiero que muera entre terribles sufrimientos; pero desearle eso a alguien es cruel y malo para el karma, así que con un poquito de sufrimiento me conformo." Él miró a Jungkook. "¿Qué me dices?"

"No voy a recurrir a la violencia, pero te aseguro que se va a arrepentir de cada cosa que le haya hecho a TaeHyung."

Banky asintió. "Trato hecho. Luego te paso su número, tengo que buscar la forma de conseguirlo de TaeHyung, yo no lo tengo guardado. No vaya a ser que me entre un virus en el móvil al agendar a semejante mierda..."

La risa de Mos se volvió más estruendosa, justo cuando TaeHyung, Sua y Siyeon llegaban, el sonido de Sua llorando exageradamente captando la atención de todos.

"Siempre me pasa todo a mí..." Lloriqueaba Sua, aferrada al brazo de su novia.

"¿Qué te ha pasado?"

"Un borracho ha vomitado a dos centímetros de donde estábamos y casi le cae todo encima a Sua." Explicaba Siyeon. "Pobrecita mía..."

El ceño de Jungkook se frunció en desagrado. "Joder, qué asco..."

"Dímelo a mí, que si llego a pasar un milisegundo antes me barnizan en cerveza y perritos calientes... La madre que lo parió, el puto borracho no tenía otro sitio en el que dejarse los intestinos que a mi lado."

"Ha sido horrible." Decía el rubio entre risas, rodeando a los presentes y llegando junto a Bank para entregarle un vaso de tubo igual al suyo. "Toma, para ti, es un mojito sin alcohol. Jaemin estaba en la barra y lo ha preparado como te gusta."

Bank inmediatamente acunó su rostro con una mano. "Ay, te amo. Gracias."

Sonriéndole, TaeHyung se giró esta vez hacia Jungkook, entregándole un botellín de cerveza que no había pedido, pero sabía que le gustaría porque era la misma que tenía en su nevera.

"Esto para ti, toma."

Jungkook lo aceptó con una sutil sonrisita jalándole de las comisuras. "Vaya... Te has acordado de cuál es la que me gusta."

"Lo dices como si no te prestara atención."

"¿Acaso sí lo haces?" Quiso saber, alzando las cejas incluso si la respuesta afirmativa era más que previsible. Él simplemente quería oírle decir lo que sabía de sobra.

Bufando, TaeHyung apartó la mirada. Jungkook rio, inclinándose para depositar un casto beso en la comisura de sus labios.

El concierto empezó tan sólo quince minutos después, logrando que la sordera parcial de TaeHyung volviera por menos de cinco segundos, hasta que sus oídos sensibles se acostumbraran a la fuerte música, llegando incluso a disfrutarla como los demás.

Las manos de Jungkook estaban alrededor de su cintura, mientras veía a Ian, Siyeon, Leedo, Sua y Jay dar pequeños saltitos frente a ellos al ritmo de la música, poniendo los brazos en alto.

"¿Alguna vez has estado en un concierto así?" El azabache se acercó a su oído para preguntar.

Él negó. "Nunca, no suelo escuchar rock."

"¿No te gusta?"

"No es mi estilo, pero tampoco me disgusta... Creo que está bien." Respondía, encogiéndose de hombros. "Lo disfruto."

"¿Sí?" Preguntaba de nuevo, viéndole asentir. "Porque tengo un plan que quizás te resulte más tentador que esto, pero no sé si lo prefieras a quedarte aquí con toda esta gente..."

TaeHyung dejó de mirar al escenario para enfocarse en él, su ceño fruncido, expectante.

"Te escucho."

"Mi casa está a menos de diez minutos. He pensado que podíamos escaparnos durante un rato, ya sabes..." Ambos pulgares le acariciaron los huesos de su cadera, logrando que se estremeciera. "Estoy empezado a aburrirme un poco de este sitio."

El rubio tragó saliva, relamiéndose los labios. De repente sólo eran ellos dos frente a un público ruidoso y música alta, pero sólo podían oírse el uno al otro. Como si nada más existiera.

"Pensé que te gustaba estar aquí..."

"Y me gusta, pero la idea de estar contigo a solas es aún mejor." Sin detener las caricias, le dijo, mirándole con ojos brillantes. "¿No quieres acompañarme?"

TaeHyung suspiró. "Sí que quiero, pero vas a necesitar algo más convincente."

Aceptando el pequeño trato, Jungkook apenas asintió, no tardando es enconderse entre el hueco de su cuello y hombro, depositando un pequeño beso allí. Un beso sutil, ínfimo, que TaeHyung no hubiera sentido si no se tratase de Jungkook. Y, por supuesto, activó esas famosas abejas asesinas que se hospedaban en su estómago.

Ahora estaba ansioso.

Se separó de inmediato, mareado por lo que un beso tan diminuto le había hecho sentir y buscando a Bank con la mirada, llegando hasta él y tocándole el brazo hasta que se dio la vuelta.

"Banky, iré con Jungkook a buscar algo, volvemos en un rato, ¿de acuerdo?"

Este asintió, sus ojos brillantes, pues no había forma alguna de que pudiera engañarle.

"Claro, pasadlo bien. Hasta luego."

TaeHyung ni siquiera se molestó en hacerle cambiar de opinión, girándose nuevamente en dirección al azabache, quien esperaba por él con una sonrisa pícara en los labios. Sabía muy bien lo que causaba y eso le encantaba.

"¿Vamos?"

"Vamos, sí..."

Jungkook tomó su mano un segundo después, guiándole fuera del barullo lo más pronto posible, esquivando brazos en alto, borrachos saltarines y amantes del rock empedernidos que se dejaban la garganta en cada canción. No tardaron en quedar a solas de nuevo, vaciando sus pulmones una vez dejaron todo atrás.

Salieron del recinto poco después, despidiéndose de Mark y el otro guardia de seguridad cuyo nombre TaeHyung no lograba recordar (y en caso de hacerlo, ahora no tenía la capacidad para asociarlo), con movimientos simples de cabeza.

"¿A cuánto dices que está tu casa?"

"A menos de diez minutos."

TaeHyung asintió.

Exactamente diez minutos después, su espalda chocó bruscamente contra la pared del salón de Jungkook, suspirando antes de sentir cómo este lo elevaba por los muslos, obligándole a rodearle la cintura con ambas piernas. Se aferró a su cuello, mientras el azabache caminaba hacia su habitación tras cerrar la puerta de una patada.

"Más te vale haber cerrado bien..." Susurraba contra sus labios.

Jungkook mordió el inferior. "Tranquilo, rubito."

No tardó demasiado en depositar el cuerpo ajeno sobre su cama, posicionándose sobre él sin dejar de besarlo, únicamente moviéndose para deshacerse de los botones de su camisa, despojándole de ella.

Acarició su cuerpo desnudo con lentitud, oyendo los pequeños suspiros que dejaba escapar contra sus labios y sonriendo en medio del beso, sintiéndole temblar bajo su tacto. TaeHyung tenía la piel suave, caliente y sensible al tacto ajeno. Eso le encantaba.

Le besó el cuello, depositando castos y pequeños besos que fueron bajando hasta llegar a sus hombros, pegando los labios contra las clavículas de TaeHyung.

"Jungkook..." Susurró, relamiéndose los labios.

Este continuó bajando sin inmutarse siquiera, apenas reconociendo la súplica en su voz mientras se enfocaba en besarle el pecho, seguidamente el abdomen y luego deteniéndose bajo su ombligo, donde chupó. TaeHyung jadeó, notando como el azabache comenzaba a despojarle de sus prendas inferiores también.

En cuestión de segundos, se encontró a sí mismo completamente desnudo frente a un Jungkook que le observaba con adoración. Ojos brillantes, ampliándose con aquella imagen, sus pupilas dilatándose.

Obligándole a doblar las piernas, Jungkook le besó el interior de los muslos, logrando que esos pequeños jadeos se convirtieran en un sonoro gemido, sintiéndole cada vez más cerca de su intimidad; respirando junto a su creciente erección mientras le acariciaba la cintura y apretaba sus caderas. TaeHyung sentía cómo le daba vueltas la cabeza.

"¿Sabes, rubito?" Susurraba, alargando el brazo para alcanzar la mesita de noche. "He comprado algo que quizás te guste..."

Abrió uno de los cajones sin mirar, tanteando en su interior hasta dar con lo que buscaba, sacando lo que parecía ser un botecito alargado que le mostró a TaeHyung.

"Sabor fresa... Tengo entendido que te gustan, ¿no?"

Él asintió lentamente. Jungkook le sonrió, esparciéndose un poco del líquido viscoso y frío en los dedos.

"A mí también me gustan, mucho. Quería comprar un sabor exótico de esos que tienes tú en tu habitación, pero al final opté por algo más tradicional porque sabría que sería un acierto."

Aquella sonrisa en sus labios se amplió, mientras tomaba el miembro de TaeHyung y comenzaba a masajearlo con movimientos lentos, suaves, sin ejercer presión apenas. Inclinó el botecito cuidadosamente, pintando una fina línea trasparente sobre todo su tronco. Él se quejó.

"¿Está muy frío?"

De nuevo, asintió, siendo incapaz de hacer sus cuerdas vocales funcionar, sólo para dejar escapar pequeños gemidos, mientras los dedos de Jungkook continuaban masturbándolo, apretando y formando círculos alrededor del agujero.

No necesitó pedir nada, mucho menos abrir la boca para hacer el intento, cuando Jungkook se encargó de acercar los labios a la hinchada cabeza de su miembro, rodeándolo para posteriormente succionarlo.

Gimió de nuevo, el simple contacto obligándole a cerrar los ojos con fuerza.

"Creo que he acertado." Susurró, separándose de su miembro sólo para hacérselo saber.

Luego, volvió a engullirlo, hasta que la hinchada cabeza golpeó su campanilla. Ni un mísero atisbo de arcada apareció, ajustando la garganta al grosor del miembro ajeno. TaeHyung apretó las sábanas que tenía debajo, gimoteando.

Se sentía débil, su cuerpo temblando sin poder controlarlo siquiera. La cabeza le daba vueltas y el sonido de su corazón latiendo era casi más fuerte que el de sus gemidos, especialmente cuando Jungkook introdujo el primer dedo dentro de él, sin previo aviso pero sí previamente lubricado, por lo que la intromisión no fue incómoda en absoluto.

Comenzó a dilatarlo, añadiendo un segundo dedo cuando lo creyó conveniente; sin dejar de usar los labios para complacerle. Chupando, lamiendo y formando círculos con su lengua alrededor del agujero, notando como el sabor salado del líquido preseminal se mezclaba con el acidez de las fresas del lubricante.

"Jungkook, Jungkook..." Oía a TaeHyung lloriquear, levantando la vista para verle con los ojos fuertemente cerrados, las mejillas rojas y los labios hinchados.

Su propia erección le reclamó, comenzando a tornarse dolorosa dentro de sus pantalones. Ignorando la presión tortuosa, añadió un tercer y último dedo, separándolos entre sí una vez dentro, asegurándose de dilatarlo como era debido.

Unos dedos temblorosos sostuvieron su muñeca.

"Por favor..." Susurró, estando lo suficientemente excitado como para suplicar.

El azabache levantó la cabeza de nuevo, viendo la desesperación en sus ojos con una sonrisita ladeada, inmediatamente chupando con avidez, haciendo caso omiso a cuál era la petición real. TaeHyung lo maldijo entre dientes, jadeando su nombre y finalmente corriéndose con un gemido prolongado.

Sólo así, Jungkook se sacó el miembro ajeno de la boca, orgulloso y satisfecho, negándose a cortar el contacto visual en el proceso.

Separándose, se despojó de su camiseta antes de colocarse en medio de las piernas abiertas del rubio, impidiéndole ver el blanco techo cuando lo cubrió con su propio cuerpo, inclinándose para besarle otra vez.

TaeHyung volvió a probarse a sí mismo en aquel beso (que más bien era como una guerra de babas sin ningún objetivo fijo), permitiendo que Jungkook introdujera su lengua al interior de su boca, aprovechando para ser él quien ahora se encargase de desvestir al otro.

Le arrancó el cinturón casi de cuajo, sus manos temblorosas por la desesperación fallando al querer despojarle del dichoso botón. Jungkook rio nada más notarlo, deshaciéndolo por él sin dejar de besarle en ningún momento. TaeHyung apretó el bulto prominente que se marcaba en la ropa interior a modo de protesta, provocándole un gemido gutural que no pudo ocultar por mucho que así lo quisiera. Poco después, privó al azabache de sus prendas restantes, lanzándolas en cualquier lado.

"¿Dónde tienes los condones?" Quiso saber.

"En la mesita."

"Ve a por ellos." Prácticamente ordenó.

Jungkook rio, pero hizo lo pedido sin rechistar, separándose a regañadientes de sus labios por un bien común. Apenas unos segundos después, volvió con una tira de condones que lanzó en dirección a TaeHyung.

"Pónmelo tú."

Este meneó la cabeza a modo de asentimiento, incorporándose sólo para acto seguido jalarle del brazo y tumbarlo junto a él, teniendo así control total de la situación. El azabache jadeó, apenas reaccionando cuando lo vio acomodándose en su regazo, sosteniéndole el miembro con los dedos y luego enfundándolo en el látex del condón. Un suspiro abandonó sus labios.

Jungkook tomó asiento tan pronto como TaeHyung levantó las caderas, rodeando con una mano su cintura y usando la otra para alinearse en su entrada, ayudándole a bajar con lentitud, pacientemente, deteniéndose a mirar cada pequeño cambio en sus expresiones y así poder actuar sobre ellas, alentándolo con la mirada.

Una vez estuvo dentro, ambos gimieron al unísono, TaeHyung aferrándose a su cuello mientras se movía en círculos para acostumbrarse a la intromisión.

"¿Estás bien?" Susurró Jungkook, acariciándole la cadera con los pulgares.

Él asintió, mordiéndose el labio inferior conforme las levantaba poco a poco, subiendo para luego volver a bajar lentamente, penetrándose a sí mismo en el miembro de Jungkook, cuyas manos afianzaron el agarre en su piel, ayudándole a establecer un ritmo lento pero profundo, donde únicamente el sonido de sus cuerpos chocando y los pequeños ruiditos que dejaban escapar tuvieran protagonismo.

Jungkook besó su pecho, empujándole un poco hacia atrás y acunándolo de tal modo que TaeHyung quedara semisuspendido en el aire, logrando rozarle la próstata con cada embestida.

"Mierda, Jungkook..." Siseaba, su pecho bajando y subiendo, sintiéndose asfixiado.

El ritmo de las embestidas aumentó a uno más rápido, frenético. Tanto que juraría haber visto su corazón saliéndosele del pecho y volar fuera de la habitación hacia cualquier lado, mientras sentía como Jungkook jalaba de él y luego lo empujaba hacia atrás, meciéndole con rapidez sobre su regazo antes de ayudarle a subir, prácticamente cargando con todo el peso de un TaeHyung que se deshacía en gemidos.

TaeHyung era expresivo a la hora del sexo. Lloriqueaba, gemía su nombre y lo maldecía entre dientes si le apetecía. No tenía vergüenza, ni siquiera un ápice, en ser ruidoso o parecer desesperado, en especial porque tampoco tenía la capacidad de ocultarlo cuando así era. Y a Jungkook le resultaba fascinante.

De repente se encontró a sí mismo sin fuerzas, sus piernas y brazos temblorosos siendo un obstáculo ante el frenesí que aquellos movimientos requerían.

Así que volvió a la postura inicial, aferrándose al azabache, quien estuvo predispuesto a hacerse cargo de todo lo demás, conformándose con el pequeño trato silencioso de oírle gemir su nombre en cada embestida. Luego, tendió a TaeHyung sobre la cama, saliendo de su interior para adentrarse en menos de un segundo otra vez.

Él gimió. "Jungkook..."

"Está bien, bebé, yo me encargo." Susurró contra sus labios, besándole lentamente, disfrutando del contacto mientras lo penetraba del mismo modo.

Lento, suave, profundo, alcanzando su próstata con cada embestida, rozándola hasta el punto en que TaeHyung no tenía otra función más que deshacerse en gemidos, sollozando, permitiéndole a Jungkook poseerle hasta que no tuviera nada más que ofrecerle.

Chupaba su lengua, lamiéndola, sintiendo los dedos del rubio débilmente apretándole sus brazos, haciéndole saber de esa forma que estaba cerca. Que el clímax llegaría a él en cualquier momento.

"Por favor, por favor..." Gimoteaba contra su oído, clavándole las uñas en la espalda.

Luego, tan sólo unos segundos después, TaeHyung gritó su nombre, echando la cabeza hacia atrás mientras se corría con un gemido prolongado en medio de ambos abdómenes, su propio semen salpicando a Jungkook, quien, satisfecho, sonrió.

Un par de embestidas más fueron suficientes para liberarse en el látex del condón, dejando escapar un ronco gemido y observando a TaeHyung, cuya expresión había sido la causante de su orgasmo, recobrar el sentido, sintiéndole estremecerse en cuanto le apretó las caderas con fuerza.

Tan pronto como recobró el aliento, salió de su interior con suma lentitud, quitándose el condón y lanzándolo al bote de basura, usando la camiseta que llevaba hasta hace menos de una hora para limpiarse a sí mismo y a TaeHyung, tirándola en cualquier parte. Después simplemente se tumbó junto a él, jalándole del brazo para que se recostara en su pecho.

"¿Te encuentras bien?" Susurró, pues probablemente estaría cansado de recibir siempre la misma pregunta, pero siempre quería asegurarse de tener una respuesta afirmativa por su parte.

Apenas teniendo fuerzas para girarse a mirarle, TaeHyung asintió, dedicándole una sonrisita. "Estoy bien, sí... ¿Y tú?"

"Mejor que nunca."

Se inclinó para depositar un casto beso en sus labios que el rubio no tardó en corresponderle débilmente, convirtiéndolo en un choque de labios lento, casual. Jungkook sostuvo su rostro antes de separarse, sonriéndole aún, para acto seguido incorporarse y tomar la fina sábana que tenían a los pies, jalándola hasta cubrirlos a ambos.

"Ow, gracias, qué detalle... Eres todo un caballero."

Notando el evidente tono burlesco en su voz, Jungkook bufó, recostándose de nuevo. "¿Verdad que sí? Sólo me falta el escudo y la armadura."

"Y la espada."

"No, la espada no."

TaeHyung inmediatamente supo a lo que se refería, emitiendo un sonido asqueado.

"¡Jungkook, por Dios! ¡Qué asco!"

Este rio. "Sí, sí, apuesto que eso era justo lo que decías hace un momento..."

"Eres un cerdo." Continuaba quejándose.

"¿Quieres volver con los demás?" Jungkook le preguntó al cabo de unos minutos en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro.

Dándose la vuelta para poder recostarse mejor en su pecho, Kim negó casi con timidez, escondiéndose allí. "No, aún no quiero... Estoy bien aquí, me gustaría quedarme un rato más."

Jungkook asintió. "Todo el tiempo que el señorito quiera."

TaeHyung soltó una risita.

"Es más... ¿Por qué no te quedas a dormir?"

"Porque debo volver a casa con Banky, no quiero dejarle solo."

"No tiene por qué quedarse solo, rubito, puedo hablar con Mos y que este le convenza de pasar la noche en su apartamento. Seguro que no va a rechazarlo."

Su ceño se frunció. Y, antes siquiera de que pudiera decir algo, el teléfono de TaeHyung sonó dentro de sus pantalones, reconociendo el tono predeterminado para Bank con los ojos como platos.

Gateó torpemente hasta alcanzar dichos pantalones, que se encontraban bajo la cama. Una vez se inclinó y la mitad de su cuerpo quedó fuera del colchón, sintió los dedos de Jungkook sujetándole con fuerza para evitar que se resbalara y cayera al suelo.

"Es Banky." Pronunció en un susurro, no tardando en responder aquella llamada y aclararse la garganta, queriendo sonar lo más decente posible. "Bank, dime."

"Hola mi amor, ¿qué tal? Te llamaba para contarte algo que me ha pasado." Riendo torpemente, dijo. TaeHyung averiguó que estaba avergonzado, lo cual era inusual en él.

"¿Va todo bien?"

"Verás, resulta que esto se estaba animando tanto que me dije, me voy a tomar un par de cócteles y si eso pillamos un taxi para volver a casa, no pasa nada. Mos incluso me dijo que podía dejar el coche en el garaje del bar y, bueno... Una cosa llevó a la otra..."

Él sonrió. "¿Te vas a quedar a dormir en su casa?"

"Si a ti no te importa, no me odias por eso y Jungkook está totalmente dispuesto a llevarte a casa... Sí."

Como era de esperar, su sonrisa se hizo aún más amplia, riendo entre dientes.

"De acuerdo, no hay ningún problema."

"¿En serio?"

"Sí, de verdad, yo me quedaré con Jungkook."

Bank emitió un chillido. "¡Ay, menos mal! En ese caso, dejaré el coche en el garaje del bar y mañana por la mañana nos vemos para volver juntos, ¿vale, amor?"

"Vale, vale. Nos vemos mañana. Adiós, guapo."

"Adiós, te quiero."

"Y yo."

Colgó sin borrar la sonrisa, volviendo a reír y dejando el teléfono sobre la mesita que tenía a su izquierda, girándose para ver a Jungkook, quien parecía tener constancia de que todo lo que acababa de ocurrir, lo haría tarde o temprano.

"¿Tengo que llamar a Mos o ya no hace falta?"

Él meneó la cabeza, mordiéndose el labio inferior. "No hace falta."

Y, satisfecho, Jungkook se inclinó para besarle castamente.

"Perfecto."

"Eso sí, si de verdad quieres que duerma aquí, vas a tener que prestarme algo de ropa, porque yo desnudo no puedo dormir."

"Por supuesto, luego te llevo a mi armario y eliges lo que más te guste."

TaeHyung asintió. "Vale."

Los dedos de Jungkook comenzaron a acariciarle el brazo, habiendo rodeado sus hombros inicialmente. La sensación de comodidad, plenitud y relajación que se apoderaba poco a poco de él, haciéndole suspirar, incluso llegando a cerrar los ojos por un momento.

Temía aceptar una realidad latente, demasiado obvia y que tenía justo delante. Pero su corazón hablaba por sí mismo.

Estaba enamorado.

Suspirando, negó para sí mismo. No podía creerlo, del mismo modo en que tampoco se arrepentía de haber llegado hasta ese punto.

"¿En qué piensas, rubito?"

"En nada, en nada..." Mirándole, observó su muñeca adornada por un tatuaje que nunca se había parado a admirar. "Oye, me gusta mucho ese tatuaje de ahí. El que tienes en la muñeca."

Jungkook le tendió el brazo para que pudiera verlo mejor. "¿Este?"

"Sí, ese. Es muy bonito."

Sus labios se estiraron en una pequeña sonrisa. Era un tarro de cristal hecho pedazos del que se escapaban varias mariposas, todas estas formando un espiral a lo largo de su antebrazo. A él también le encantaba.

"Este fue mi primer tatuaje, me lo hizo mi padre." Explicó.

Aquello pareció sorprender a TaeHyung. "¿En serio? No sabía que él también era tatuador..."

"Se sacó el título en la cárcel, antes de nacer yo era enfermero en un centro de salud en Itaewon y le fue mucho más fácil obtenerlo. Me lo hizo cuando cumplí los diecisiete... Su jefe le consiguió un permiso para que pudiera salir para celebrar mi cumpleaños."

El rubio sonrió sin saberlo, sólo con ver los ojos de Jungkook brillar tan intensamente.

"Pues es precioso, me encanta."

"A mí también. Es el más especial de todos, no sólo porque me lo hizo mi padre, sino porque mi madre tenía uno igual."

"¿De verdad?"

"Sí, mira." Él se alejó de TaeHyung hacia la mesita de noche que tenía a su derecha, abriendo el primer cajón donde guardaba objetos importantes, sacando de este una pequeña foto desgastada que inmediatamente le mostró. "Aquí, toma. Es la única foto que tengo de mi madre."

TaeHyung admiró aquella foto con el corazón en un puño. La mujer tenía el cabello oscuro, atado en un moño desaliñado, usando una mano (cuyo brazo tenía el mismo tatuaje que Jungkook) para taparse el rostro de modo que no podía verle la cara en absoluto, pues se encontraba riendo. Su otra mano estaba extendida, siendo tomada por un hombre.

"Ese de ahí es mi padre... Me contó que se hicieron esa foto cuando se enteraron de que estaba embarazada de mí." La sonrisa del azabache gradualmente se hizo más pequeña, llena de tristeza. "Según él, fue el día más feliz de su vida. Bueno, el segundo; el primero fue cuando nací."

TaeHyung besó su mejilla, acariciándole el rostro mientras reía a causa de la ternura que escucharle hablar de eso le producía. Sus besos causaron cosquillas en Jungkook, quien también rio suavemente.

"Parecían muy felices de tenerte."

Él asintió, notando como se le calentaba el corazón poco a poco, sólo con el tacto ajeno haciendo numerosos estragos en su piel. "Sí, yo también creo que lo eran..."

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