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✧c.-045

N/A: Sigo muy sensible, pero vuestros comentarios me hicieron muy feliz y este capítulo lo mejoró todo. Amo a Aram con mi alma xD

Cap dedicado a VCUTCORE ♡♡

Hoy os recomiendo 'Lonely Dancers' de mi bebé Conan Gray.

[...]

El lunes por la mañana, TaeHyung salía del taxi sintiéndose una persona totalmente nueva. Visualizando el hospital a menos de cinco metros, un nudo gigantesco se le formó en la garganta, obligándole a suspirar.

No sabía si estaba realmente preparado para afrontar su primer día de voluntariado sin el señor y la señora Bang, pues todavía tenía ese sentimiento de vacío que, suponía, jamás se llenaría con nada más. Lo que sí sabía, era que no podía encerrarse más en sí mismo, no cuando otras personas también le necesitaban.

Dejando el vehículo atrás y viéndole desaparecer en la carretera, se quedó de pie frente a las enormes puertas del hospital. Era tan duro aceptar una realidad que no quería vivir.

"¡Rubito!" La voz de Jungkook le hizo voltearse inmediatamente, viéndole bajar de su moto y caminar hacia él.

TaeHyung suspiró, aliviado.

"Hola..." Apenas susurró, dedicándole una pequeña sonrisa.

"¿Por qué no me dijiste que vendrías más temprano? Estaba dejando a Fourth en la universidad cuando vimos a tu hermano y nos dijo que habías venido antes."

Él se encogió de hombros, mirando de nuevo hacia aquellas puertas que ahora se abrían para dar paso a una familia.

"Siempre sueles venir tarde y pensé que estarías ocupado... No quería molestarte."

Jungkook frunció el ceño. "Desconozco lo que te hace pensar eso, pero es absurdo; tú no me molestas para nada, TaeHyung. No es un problema para mí escaparme del trabajo o lo que sea por venir a acompañarte. Y menos cuando sé que no quieres hacer esto solo."

El corazón de TaeHyung se derritió hasta convertirse en un líquido viscoso palpitante. Miró a Jungkook con los ojos brillantes, repletos de una adoración que desconocía.

"Te lo agradezco, Jungkook." Susurró, dándole un pequeño golpe en la barbilla, seguido de mostrarle su mejor sonrisa, pues realmente apreciaba su preocupación e interés. "Significa mucho para mí que estés aquí conmigo."

"Lo sé, por eso mismo he venido."

Mordiéndose el labio, TaeHyung se inclinó tras tomar su rostro con una mano, acunándolo mientras acortaba la distancia que los separaba y depositaba un casto beso en su mejilla. Aquello pareció tomar por sorpresa al azabache.

"¿Y eso?"

"Por nada, simplemente creo que eres adorable."

Él se encogió de hombros, intentando que esas simples palabras no causarán demasiado en él. Por supuesto, falló.

"Bueno..." Murmuró. TaeHyung dejó escapar una risita, acariciándole la mejilla. "¿Vamos?"

"Sí, vamos."

Suspirando, el rubio apretó los labios con fuerza, volviendo a sentirse nervioso e intranquilo otra vez, sólo que con menor intensidad, pues la presencia de Jungkook le tranquilizaba considerablemente.

Jungkook tomó su mano, entrelazando los dedos y dándole un suave apretón, recordándole que no estaba solo.

Ambos caminaron hacia el interior del hospital, adentrándose tan pronto como las puertas corredizas se deslizaron a los lados. Una vez dentro, TaeHyung sintió una profunda ola de tristeza golpearle, su corazón apretándose tan pronto como vio la sala de urgencias al final del pasillo. Ahí fue la última vez que vio al señor Bang. No podía creerlo.

"¿Te sientes bien?" El azabache susurró, acariciando su mano con el pulgar.

Lentamente, este asintió. "Sí... Sólo un poco desanimado, pero creo que es normal. Se me pasará."

"También puedes tomarte el tiempo que necesites para volver, lo sabes, ¿verdad? Nadie va a recriminarte nada. La gente entenderá la situación, rubito... Esto no es fácil."

"Lo sé, pero no quiero alargarlo más tiempo. Necesito volver y hacerme a la idea poco a poco, aunque cueste..." Murmuró, subiendo las escaleras que llevaban a la zona de oncología con el corazón en un puño.

"Está bien, de acuerdo. Sólo no te fuerces, ¿vale?"

Él le dedicó su mejor sonrisa, asintiendo una vez más. "Descuida, no lo haré." Aseguraba. "Además, también echo en falta a Aram, ¿sabes? Quiero verle y saber cómo va todo con su tratamiento."

"Va todo perfectamente. Su cuerpo lo recibe sin dar problemas y mejora poco a poco, está muy contento. Es más, me pregunta mucho por ti."

Los ojos del rubio brillaron la siguiente vez que miró a Jungkook. "¿En serio?"

"En serio, claro. He tenido que venir prácticamente todos los días de estas dos últimas semanas porque la doctora Ahn me ha pedido que le haga un favor y siempre que tengo oportunidad me paso a verle. Lo primero que hace nada más verme entrar por la puerta, después de abrazarme, es preguntar dónde estás, si vendrás pronto a verle y si sé algo de esas pinturas que le prometiste."

Tan pronto como dijo aquello, una punzada de culpabilidad fue a parar a su pecho, apenas acordándose de la promesa que le había hecho a Aram un par de semanas atrás. Lo había olvidado por completo.

"Mierda, las pinturas..." Se lamentó, tapándose el rostro con una mano. "Se me ha pasado completamente por alto, no me lo puedo creer..."

Jungkook le apretó el hombro. "Oye, que no pasa nada, Aram sólo tiene curiosidad, no te reclama por nada."

"Pero le prometí que se las traería lo antes posible..."

"Ya lo sé, por eso mismo le expliqué que ya habías encargado esas pinturas por internet y estaban de camino. Dijo que estaba bien y esperaría. No te preocupes por eso, ¿vale?"

Con los labios apretados, volvió a suspirar. "Gracias..."

"No me las des." Negaba, haciéndose el desinteresado hasta que fue consciente de que la forma de agradecimiento que él realmente esperaba no tendría lugar. Entonces, su ceño se frunció, sumamente ofendido. "Eh... Este es el momento donde me besas y yo me retracto, ¿cómo te atreves a no seguir la tradición?"

TaeHyung dejó escapar una carcajada inmediata, sosteniéndose de su antebrazo. "Lo siento, lo siento."

"No te disculpes. Rebobinemos..." Dijo, para acto seguido señalarle. "Di tu frase."

"Oh, sí. Gracias por cubrirme las espaldas."

"No me des las gracias, está bi-" Ahora sí, tal y como lo deseaba desde un inicio, el rubio acortó la distancia que los separaba para depositar un casto beso en sus labios, silenciándole. Satisfecho, Jungkook sonrió. "En realidad, sí, agradécemelo. He mentido a mi propio hermano por cubrirte las espaldas... Eso no se hace."

Tan pronto como otra carcajada resurgió de su garganta, TaeHyung le golpeó el brazo. "¡Oye!"

Jungkook también rio. "Es broma, es broma... Pero ahí es dónde iría el segundo beso de agradecimiento. ¿Tenemos que rebobinar otra vez?"

"Hm, no... No habrá segundo beso, por gracioso."

"¿Cómo qué no?"

Antes de decir algo más, TaeHyung se detuvo e hizo que Jungkook también parara en seco frente a la sala de descanso, aquella donde siempre podían encontrar al matrimonio, miles de recuerdos fluyendo a su alrededor. Ese lugar tenía más significado que cualquier habitación en aquel hospital, habiéndose convertido en un lugar seguro para él durante casi tres meses.

Allí había reído, sufrido y ganado las mejores anécdotas que podían existir. E incluso si ya no quedaba nada, si la posibilidad de crear nuevas memorias estaba totalmente destrozada, esos recuerdos siempre permanecerían con él. Por el resto de su vida.

"Es una mierda saber que ya no están." Susurró.

"Lo sé." Jungkook asintió, estando de acuerdo. "Pero consuela saber que una vez estuvieron y tuvimos el privilegio de conocerlos."

El corazón de TaeHyung se apretó aún más, mirándole con lo ojos llorosos. Jeon le quitó la primera y única lágrima traicionera, acariciando su mejilla en el proceso, notando como se apoyaba en el tacto y sonriendo.

"Tienes razón..."

Jungkook depositó un pequeño beso en su frente.

"Ven, sígueme." Le oyó decir con un tono de voz suave, dulce, recibiendo también un leve apretón en la mano.

Asintió en completo silencio, siendo guiado hacia el otro lado del pasillo, al ala de oncología infantil, donde se respiraba un aire diferente. Más puro, triste, pero lleno de energía positiva que no tardó en envolverlos.

Jungkook abrió la puerta de la sala de juegos que tenían junto a la biblioteca, permitiéndole a TaeHyung reencontrarse con aquellos niños a los que había visitado anteriormente. Muchos jugaban con muñecas, otros permanecían sentados en las mesas coloreando libros o dibujando y los más mayores se entretenían jugando juegos de mesa.

"¡TaeHyung, Jungkook!"

Allí estaba. Esa vocecilla dulce, enérgica, inquieta. La misma que le dio las fuerzas que necesitaba para volver.

TaeHyung se giró para ver a Aram correteando hacia ellos con los brazos extendidos. Él rápidamente se puso de cuclillas, esperando su llegada para recibirlo. Una vez este llegó a su altura entre pequeños saltitos, lo atrapó, elevándolo.

"¡Por fin has vuelto!" Chilló, aferrándose a su cuello y abrazándole como si llevara años sin saber de él. "Te he echado mucho de menos."

El nudo en el pecho de TaeHyung se deshizo de inmediato, siendo reemplazado por una manta aterciopelada y calentita que casi le provocaba un estrepitoso llanto.

"Yo también a ti, Aram, muchísimo. Y me alegro un montón de estar aquí otra vez." Apretándole un poco más fuerte, se permitió el lujo de cerrar los ojos. "¿Cómo has estado? Jungkook me dijo que te sentías mejor."

"¡Muy bien! Ya no tengo tanto sueño como antes y casi no me duelen los pinchazos. El doctor dice que está muy feliz de que el tratamiento funcione."

La sonrisa del rubio se hizo más amplia, pues aquella noticia era la mejor que podía recibir justo ahora.

"No sabes cuánto me alegro, Aram."

Este le abrazó de nuevo. "Yo también... Ya tengo ganas de curarme para poder salir a la calle y volver al colegio. No me gusta mucho estar aquí... Aunque es divertido cuando venís."

"Le prometí que cuando le dieran el alta iríamos al cine con Lyon, quiere conocerlo." Jungkook explicó al rubio, quien asintió.

"Sí, a él también le gusta Mario, como a mí. Será mi primer amigo fuera del hospital."

TaeHyung esbozó una sonrisita al imaginarse a ambos pequeños conociéndose. "Seguro que os lleváis muy bien, Lyon es un chico super divertido al que le encanta jugar. Vais a ser grandes amigos."

Como era de esperar, la sonrisa de Aram se amplió del mismo modo en que le brillaron los ojos intensamente. Estaba tan emocionado sólo de pensarlo, que a TaeHyung volvía a apretársele el corazón. Jamás había deseado tanto algo como ver a Aram completamente curado y siendo un niño feliz fuera de aquel hospital.

"Por cierto, TaeHyung, tengo que decirte algo..."

Al cabo de un rato, cuando los tres se encontraban sentados alrededor de la mesa más grande, compitiendo entre ellos por ver quién coloreaba su respectivo dibujo en los diferentes libros para colorear que TaeHyung le había regalado al pequeño Aram, la vocecilla del susodicho sonó, rompiendo el silencio.

Kim el observó, levantando la mirada del cuaderno. "Dime, corazón."

"Le he pedido a mis padres que me compren un tablero de ajedrez para jugar contigo. Sé lo mucho que te gustaba jugar con la señora Bang y he pensado que tal vez querías seguir haciéndolo, pero conmigo..." Murmuraba, casi avergonzado de la simple propuesta.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Aram continuó hablando.

"Yo no juego muy bien, apenas sé mover las fichas esas grandes, pero Jungkook me ha estado ayudando estos días."

"Busqué vídeotutoriales de cómo jugar al ajedrez." Añadió el mencionado, acercándose a TaeHyung para decir algo que sólo él pudiera escuchar. "Aunque, siéndote honesto, no entiendo una mierda..."

Él rio, aún con las emociones a flor de piel. "Me encantará jugar contigo al ajedrez, Aram."

Sus palabras sorprendieron al más pequeño, quien casi no las esperaba. "¡¿En serio?!"

"Sí, de verdad. También podemos jugar a otros juegos de mesa que te gusten, conozco muchos. Parchís, damas, la oca... Puedo conseguirlos, así Jungkook puede unirse a nosotros."

"¡Por favor, sí!" Chilló, visiblemente emocionado. "Pero no quiero que te gastes más dinero, Jungkook dice que ya has comprado esos rotuladores para mí y mis padres creen que es demasiado. No quiero que te quedes pobre por mi culpa..."

TaeHyung y Jungkook se miraron, el azabache viéndose obligado a aguantar la risa.

"No te preocupes, Aram, dile a tus padres que no es demasiado, que lo hago encantado. Y tú tranquilo, no me quedaré pobre por tu culpa, ¿vale?"

"¿Seguro...?"

"Segurísimo."

Aram se bajó de la sillita sólo para abrazarle con todas sus fuerzas. "Eres mi segundo mejor amigo. Te quiero, TaeHyung."

Devolviéndole el abrazo, ni siquiera fue consciente del momento en que sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez, sólo sintió que se le derretía el corazón en cuestión de segundos.

"Yo también te quiero, Aram." Susurró, frotando su pequeña espalda.

Definitivamente no se arrepentiría nunca de volver.

Unas cuantas horas más tarde, después de que Jungkook se convirtiera el claro ganador tres veces consecutivas, pues sus dibujos tenían mucho más nivel que cualquiera (no por nada se dedicaba al mundo del arte como tatuador), ambos salieron del hospital con el corazón contento, lleno y arropado, pues esa sensación era la que causaba Aram todo el tiempo.

TaeHyung estaba triste, pero agradecido. Agradecido con Aram por simplemente existir, con Jungkook por no haberle dejado solo ni por un segundo y con el señor y la señora Bang por permitirle quedarse con aquellos recuerdos que atesoraría eternamente.

"¿Tienes algo que hacer?" Jungkook quiso saber, caminando a su lado.

"Debo pasar por el hotel para mirar cómo va todo. El padre de Yibo se incorporó hace un par de días y me gustaría presentarme ante él correctamente... Los huéspedes están encantados con su comida."

"Es muy, muy bueno... El mejor chef que conozco, la verdad. Me alegra que hayas decidido darle ese puesto."

"Yo sí que me alegro." Rio. "¿Tú tienes que hacer algo?"

Jungkook negó. "No, en realidad no, ¿por qué?"

"Por si querías acompañarme al hotel." Propuso, sintiéndose inexplicablemente nervioso por primera vez desde que conoció al azabache. Se aclaró la garganta. "Ya sabes, tengo una habitación allí y he pensado que podríamos pedir algo para comer, mientras me ayudas a elegir qué juegos comprar para el hospital. ¿Por fa...?" Le sonrió a modo de súplica, deseando que su respuesta fuera afirmativa.

Notando aquel nerviosismo a kilómetros de distancia, el azabache sonrió, inclinándose para acortar la distancia que los separaba y besando sus labios castamente.

"Cuando dije que quería escucharte suplicar, no me refería en este contexto, rubito." Se burló de manera descarada. "Tú pagas la comida, vamos."

Tan pronto como se alejó, dejándole sonrojado y con la palabra en la boca, TaeHyung bufó, yendo tras él en dirección a su moto aparcada a tan sólo unos metros.

"Serás gilipollas..."

Jungkook debía agradecer ser su tipo ideal de hombre, que TaeHyung le encontrara físicamente atractivo y encantador al mismo tiempo, y además hubiera desarrollado una inexplicable adoración por él que, de momento, no admitiría. Porque de lo contrario, las cosas serían muy distintas entre ellos dos. Muchísimo.

El padre de Yibo era un hombre excepcional. Tanto, que prohibió a ambos pedir comida a domicilio mientras fuera él quien se encargara de alimentar a los huéspedes e incluso les obsequió dos recipientes a rebosar de ramen recién hecho para que se llevaran a la habitación del rubio.

"Huele tan bien que podría alimentarme sólo por la nariz." Murmuraba TaeHyung, mientras abría la puerta de su habitación, casi babeando.

Tras él, Jungkook soltó una risita. "No te lo recomiendo mucho, eh... Las secuelas son permanentes, sino mira a Raehwan."

Entendiendo rápidamente a lo que se refería, Kim se mostró horrorizado. "¡Jungkook, por Dios!" Chilló, logrando que este riera aún más fuerte, adentrándose en dicha habitación.

"Yo sólo informo."

"Se supone que Raehwan es tu amigo." Bufó.

"Y lo es, sé que esas bromas no le afectan en absoluto, por eso las hago. De lo contrario, ni abriría la boca. Es él quien se burla de su pasado constantemente para dar lecciones a otros."

Tomando asiento en su cama king size, TaeHyung resopló, acomodándose de forma que quedara frente a frente con el azabache. De inmediato, el reflejo de un recuerdo que vivió junto al susodicho pasó por su mente, teniendo la necesidad imperiosa de mencionarlo.

"Huh, ahora que me acuerdo... El día de tu última carrera, cuando fui a buscarte y te encontré con Seokhwa." Jungkook le miró, expectante. "Antes de eso me crucé con un tipo que quiso venderme algo... No sé qué tipo de droga era, tampoco pregunté, la verdad. El caso es que Raehwan estaba cerca y lo ahuyentó."

Jungkook frunció el ceño, luciendo preocupado. "¿Intentó venderte droga?"

"Técnicamente me suplicó que le comprara, sí." Asintió. "Admito que me dio un poco de miedo, parecía tan desesperado que me puse en lo peor si no accedía, pero por suerte Raehwan acudió a mi rescate desde lejos."

"Joder... ¿Ves cómo no puedes separarte de mí? Luego pasan esas cosas."

Un bufido abandonó sus labios, mientras masticaba el trozo de carne y ponía los ojos en blanco.

"¿A quién te crees que estaba buscando, si no? Pero estabas muy ocupado con tu ex novio como para poder enterarte siquiera." Le recriminó, siendo Jungkook que bufaba esta vez.

"Y dale... Que no era mi novio. Y ni siquiera estaba con él por decisión propia, en primer lugar; se me acercó mientras daba vueltas por el recinto buscándote."

"Claro, claro, buscándome..."

Jeon le fulminó. "Pues sí, listillo, te estaba buscando. En ese momento, después de que el imbécil me besara a traición y cuando terminó la carrera... Pero adivina quién se marchó sin decir ni un mísero adiós, sólo porque decidió asumir cosas sin sentido."

Sintiéndose un poco-bastante regañado por el azabache, TaeHyung se concentró en su comida, sorbiendo los fideos como si se le fuera la vida en ello y evitando descaradamente su mirada acusatoria, que no parecía querer apartarse.

"Hm... Qué rico está esto..." De manera exagerada murmuró, oyendo su bufido.

"Sí, riquísimo... Tanto que voy a dejarte disfrutarlo solo para que te sepa mejor."

Acto seguido, se puso en pie, el tono de voz serio y decidido que usó para decir aquello, mientras dejaba su recipiente con comida en una de las mesitas y se ponía en pie, siendo suficiente para que TaeHyung se sintiera alarmado.

"No, no, no."

"Adiós, rubito."

Dejando su cuenco junto al de Jungkook, se puso de rodillas en la cama para atraparle la mano una vez pasó por delante de él, jalándolo hacia atrás.

"No te vayas, no te vayas." Pidió en apenas un susurro, rodeándole el cuello con ambas manos y acortando la distancia para besarle lentamente. Luego, se separó tan sólo unos centímetros, pegando su frente a la ajena. "Siento haberme marchado ese día sin avisar, ¿de acuerdo? Admito que me puse un poco celoso, pero pensándolo en frío sé que es una absurdez haberlo planteado así."

El azabache asintió, estando de acuerdo. "Exacto. Te honra admitirlo porqu-"

"...porque a ti te gusto yo." Finalizó, sus ojos fijos en los ajenos.

Otro bufido abandonó sus labios. "Si tú lo dices..."

TaeHyung se inclinó para volver a besarle lentamente, acariciando su nuca con la yema de los dedos y poniéndole los vellos de punta.

"¿Vas a negármelo?"

Jungkook mordió su labio inferior, observando los impropios. No tardó en menear la cabeza a modo de negación, pues de ninguna forma podía decirle que no y mentirle tan descaradamente a la cara. Era una persona orgullosa que rara vez hablaba de sus sentimientos o incluso los admitía, pero también honesto.

"No, claro que no." Susurró.

El rubio esbozó una pequeña sonrisa satisfecha. "Eso pensaba yo..."

Su teléfono sonó antes de que tuviera el pensamiento de besar a Jungkook otra vez, haciéndolo en el momento exacto en que sus labios se rozaron, provocando que Jungkook soltara un bufido y se separara a regañadientes.

"¿Por qué últimamente nos interrumpen tanto? ¿Será una señal del destino?"

Kim se encogió de hombros, sacando su teléfono mientras volvía a sentarse en el colchón. "No sé, yo también me lo pregunto..."

"Yo lo pregunto más que nada para hacerme el tonto."

"Es mi hermano." Anunció, tras soltar una pequeña risita y aceptar la llamada, llevándose dicho teléfono a la oreja. "Gemini, dime, ¿qué pasa?"

"TaeHyung, ¿estás viendo la televisión?"

La voz de Gemini parecía ajetreada, como si hubiera estado corriendo durante mucho tiempo o simplemente estuviera alterado hasta el punto de no poder controlar su respiración. Aquello preocupó un poco al hermano mayor.

"No, ¿por qué?"

"Pon las noticias locales." Indicó, sonando apresurado. "Date prisa, está papá dando la conferencia."

"Voy, voy."

Le hizo señales a Jungkook para que tomara el mando, encendiera la televisión y se lo pasara de inmediato, no tardando en pulsar los botones que le llevaran al canal de noticias. Su ceño continuaba fruncido, mientras veía a su padre aparecer en la gran pantalla.

Estaba detrás de un altar y con diferentes micrófonos apuntando hacia él. Parecía seguro de lo que decía, por lo que subió el volumen, queriendo enterarse.

"...por eso mismo me gustaría aclarar que mi intención nunca fue perjudicar a nadie ni mucho menos dejar familias en la calle, pero también admito que mis verdaderas intenciones quedaron totalmente nubladas por la ambición de los proyectos que he estado llevando a cabo. Hasta hoy."

TaeHyung se acercó a la orilla de la cama.

"Quiero disculparme con todos los afectados. Por esos abuelos que han perdido todo lo que tenían, su hogar y sus recuerdos. Por esos padres y madres de familia que se han visto obligados a dejarlo todo atrás porque no tenían más remedio. A esos niños que no podrán seguir creciendo en el único sitio que han conocido como hogar hasta ahora. Me disculpo honestamente con todos vosotros." Siguió diciendo, sus ojos brillantes.

Jungkook, que parecía confundido, se posicionó a su lado. "¿Qué es esto?"

"No... No lo sé." Susurró en respuesta.

"Si bien es cierto, las condiciones de esos edificios no eran las más adecuadas para vivir, mi planteamiento fue erróneo y mis decisiones sólo favorecían a aquellos que menos necesitan." Señalaba el señor Kim. "Aquellos por los que realmente inicié mi campaña."

El nudo en la garganta del rubio se hizo más grande, mostrándose confundido, pues no entendía nada de lo que estaba sucediendo. Ni siquiera cuando su padre esbozó una sonrisa triste.

"Tuve que ver a mis hijos haciendo todo lo contrario a mí para darme cuenta de que estaba en el lado incorrecto. Y lo siento." Susurró aquello último. "Siento haberos dado la espalda, lo siento muchísimo."

Los ojos de TaeHyung no tardaron en humedecerse. "Papá..."

Jungkook frotó sus hombros tan pronto como le sintió temblar.

"Pero os prometo que las injusticias acaban aquí." Aseguraba, manteniendo la compostura. "El proyecto que teníamos en mente para el próximo año se ha cancelado por completo."

"¿Qué?"

"Si bien no muchos de mis socios están de acuerdo con este plan de último momento, considero que es lo que debo hacer. Esas oficinas que tiempo atrás mencioné no tendrán lugar. O no en esa zona, al menos, sino que reconstruiremos todos los edificios hasta hacerlos habitables de nuevo y que puedan ser devueltos a sus respectivos dueños como es debido. Sin hipotecas ni alquileres desmesurados de por medio." Explicaba, llenándose los pulmones de aire. "Sólo un hogar digno, uno que todos merecemos."

TaeHyung y Jungkook se miraron. "¿Tú tenías idea de esto...?" Susurró el azabache.

"Nada de nada." Él negó. "La única información que tengo es de hace unos días, cuando vino a verme después de lo sucedido con el señor y la señora Bang y a la mañana siguiente canceló su reunión por desayunar con Gemini y conmigo... Sólo eso."

El azabache señaló a la televisión de nuevo. "Mira."

Frente a ellos, en la pantalla, unos planos de edificios se presentaban con el nombre «Nuevo Distrito Jung 2024», mostrando viviendas, nuevas bibliotecas e incluso la maqueta de una escuela secundaria.

"¿Eso es un instituto?"

"Y una universidad también."

"¿Va a construir universidades e institutos?" Con el ceño fruncido, Jungkook cuestionó.

TaeHyung apenas logró encogerse de hombros. "Gemini le contó que Fourth había aceptado una beca tan lejos de su zona por las malas condiciones que tenían vuestras universidades... Pero no pensé que lo tomaría en cuenta siquiera."

"No sólo eso, sino que todos los afectados serán remunerados con trescientos cincuenta millones." El señor Kim continuó diciendo, aquella noticia tomando a ambos jóvenes desprevenidos."

"¡¿Cuánto?!" Jungkook volvió a mirar al rubio, que parecía igual de sorprendido. "¡¿Millones?!"

TaeHyung ni siquiera pudo abrir la boca para responder, apenas meneando la cabeza a modo de asentimiento. El móvil se le resbaló de las manos, cayendo al suelo.

"...sé y soy consciente de que un puñado de wons no devolverán recuerdos ni tampoco lo pretendo, pero no sólo quiero daros el hogar que merecéis ni servicios mínimamente decentes, sino que quiero recompensar las pérdidas que yo mismo he causado."

Las primeras lágrimas desbordaron sus ojos, provocándole un llanto silencioso que, por más que intentó aguantar, no pudo, tapándose la boca para quitarle intensidad a sus sollozos.

De nuevo, las manos de Jungkook se posaron sobre los hombros ajenos, frotando. "Tranquilo, tranquilo..."

"Quizás no es mucho considerando lo que habéis perdido, pero es todo lo que puedo daros por el momento, ya que mi hijo mayor, TaeHyung, está haciendo el trabajo duro alojando a los afectados en su hotel." Dijo aquello último con una sonrisita gratificante, cargada de orgullo. Un orgullo que traspasó al mencionado, pues sollozó sin poder evitarlo. "A veces creo que él debería ser alcalde, y no yo, pero ni de broma dejo que entre en este mundo."

Su pequeña broma hizo a los presentes reír, las cámaras enfocando al público, quienes mayormente eran habitantes de la zona. TaeHyung sollozó más fuerte aún.

"Eh, no pasa nada, cálmate." La suave voz de Jungkook llegó a sus oídos. "Respira hondo."

Sin embargo, él no pudo hacerle caso, incapaz siquiera de escucharle, demasiado enfocado en la televisión donde su padre se encontraba, hablando sin parar.

"Por supuesto, no pretendo lavar mi imagen por un puñado de votos, sólo quiero ser el alcalde que mi pueblo merece. El que prometí. Y si después de esto, creéis que lo soy, estaré eternamente agradecido. Si no, lo entenderé también." Sonriendo, se llevó una mano al pecho, preparando su despedida.

TaeHyung necesitó sentarse a la orilla de la cama, siendo seguido por un Jungkook que no lo soltó en ningún momento.

"Pensé... Pensé que jamás cambiaría de opinión." Susurró, su voz temblorosa.

"Pues ya ves que no es así, ha rectificado para bien. Y parece que quiere hacer las cosas correctamente ahora, o eso está demostrando con lo que dice."

Tapándose el rostro con ambas manos, sollozó. "Te juro que creí que iba a perder a mi padre tal y como lo conocía, Jungkook, que esto- esto sólo iría a peor... Cuesta abajo, pero no."

Jungkook apartó aquellas manos que le impedían verle, reemplazándolas por las suyas propias, acunándolo. "Tú mismo has escuchado cómo decía que veros a vosotros dos actuar le ha hecho darse cuenta de lo mal que estaba actuando, ¿verdad?"

"Sí..."

"Pues entonces, rubito. Tu padre ha decidido cambiar y hacer las cosas bien gracias a vosotros, a ti."

Él sollozó más fuerte, escondiéndose en el cuello de Jungkook, el único lugar donde ahora mismo se sentía protegido, seguro. Como en casa. Sintiendo sus manos acariciándole la espalda y su respiración calmada. Cerró los ojos, repitiéndose aquellas palabras que el azabache había mencionado con tantísima seguridad.

Gracias a vosotros. Gracias a ti. Gracias a él.

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