✧c.-037
N/A: Creo que la (mi) espera por este capítulo (me) ha merecido la pena, je je je xD
Cap dedicado a hornotruste_ ♡♡
Hoy os recomiendo 'hurt my feelings' de mi nueva obsesión, Tate McRae, es simplemente maravillosa y su álbum una obra de arte. La amo.
[...]
TaeHyung salió de la zona de urgencias casi una hora más tarde, cuando la doctora Ahn se aseguro de que todo estaba en perfecto estado con su salud; aún un poco intranquilo y confundido, lleno de preguntas. Únicamente quería dejar el hospital y hablar con Jungkook sobre lo que había sucedido allí dentro.
Sin embargo, este no se encontraba en la sala de espera cuándo él llegó, dejándole un poco decepcionado.
Gemini, quién estaba junto a su padre y Bank, se le acercaron inmediatamente.
"¿Qué te han dicho? ¿Está todo bien? ¿Puedes irte ya a casa?" Su hermano quiso saber, tomándole por los hombros.
Él asintió, mostrándose un poco agobiado. "Todo está bien, tranquilo, ya me han dado el alta... Sólo necesito descansar un poco y no saltarme tantas comidas, por lo demás no hay ningún problema." Murmuró en respuesta, buscando con la mirada un cuarto rostro. "¿Dónde... dónde está Jungkook?"
"Se fue hace un rato, Bank y yo nos cruzamos con él en la salida y dijo que tenía prisa." Explicó su hermano.
TaeHyung no pudo evitar sentirse mucho más decepcionado, como si supiera que Jungkook le escondía algo y claramente trataba de evitarlo. Aquello dolía un poco. Tal vez más de lo que estaba preparado.
"¿Seguro que te encuentras bien? ¿No te duele nada?" Quiso asegurarse su padre, todavía inspeccionándole la marca del rostro con una mirada triste, llena de culpabilidad. "¿Le has pedido que te revisen el golpe?"
"Sí, papá, tranquilo."
El hombre suspiró, frotando los hombros de su hijo mayor. Se veía miserable. "Lo siento mucho, TaeHyung." Murmuró, para luego mirar a Gemini, cuyo semblante era impasible. "Gemini, lo siento de verdad... No sabía lo que había pasado con Meen hasta que os fuisteis y revisé en las cámaras."
Gemini soltó un bufido, poniendo los ojos en blanco. "¿Tuviste que buscarlo en las cámaras para asegurarte de que decíamos la verdad? ¿No fue suficiente que nosotros te lo dijésemos?"
"Gemini, déjalo..." Pedía el rubio, abrazándose a sí mismo.
"Sí, será lo mejor. Vámonos a casa, anda... Necesitas descansar."
"Dejad que os lleve yo, he traído mi coche y puedo pedirle a Kyungsoo que envíe a alguien para recoger el vuestro."
Ante la petición del señor Kim, Gemini se mantuvo reacio. "Preferiría que no, gracias."
TaeHyung volvió a suspirar. Escuchar a gente discutir era lo último que necesitaba en ese momento. Estaba cansado y con la cabeza adolorida. No sólo por el golpe, la pérdida de conocimiento o el estrés, sino por toda la información que había recibido de repente.
"Gemini, por favor..." Sobándose las sienes, murmuró. "No pasa nada, que simplemente nos acerque a casa y ya. No quiero discutir ni más peleas."
El hermano menor, que inicialmente estaba molesto simplemente asintió, no queriendo causarle más inconvenientes a TaeHyung que pudieran perjudicarle por una absurdez.
"De acuerdo..."
Su padre sonrió, aliviado. "Muy bien, vamos. Vente tú también, Bank, te acercamos a casa."
"Gracias, señor Kim."
Frotando los hombros de TaeHyung, lo arropó contra su propio cuerpo, yendo tras el adulto mencionado. Gemini los siguió un poco a regañadientes, sin decir nada.
Llegaron al apartamento del rubio al cabo de unos minutos, tras haber dejado a Banky en el suyo propio y que un silencio extremadamente incómodo reinase en el interior de aquel coche, sumado a la tensión más que evidente entre su padre y Gemini, que hacía muecas cada vez que el señor Kim mencionaba algo, por muy insignificante que fuera.
"Ya hemos llegado..." Anunciaba el hombre, viendo la rapidez con la que sus hijos se quitaron el cinturón. "Aunque, ¿no creéis que sería mejor que os quedarais en casa estos días? Así TaeHyung puede descansar sin necesidad de preocuparse por nada."
"No, ni de broma." Por supuesto, Gemini fue el primero en responder.
"Tu hermano necesita descansar y cuidarse bien, Gemini, lo sabes. Que estés enfadado conmigo no te da derecho a actuar como una persona egoísta."
El menor bufó, claramente indignado. "No estoy enfadado, sólo no quiero tener nada que ver contigo ahora mismo. Son cosas muy diferentes." Señaló, volviendo a hablar antes de que pudiera decir algo más. "Además, puedo cuidar de mi hermano sin ningún problema, igual que de mí mismo. Soy adulto."
"Ya... ¿Estás seguro de que puedes hacer eso?"
"Defendí a TaeHyung del inútil de tu secretario mientras estabas ausente, así que creo que puedo hacerlo incluso mejor que tú, papá."
Aquello pareció ser un golpe bajo, pues el hombre se quedó callado.
La parte más complicada de todo era que no podía decir nada para defenderse, pues hasta él mismo sabía que era cierto. Había perdido toda credibilidad como padre frente a sus hijos.
TaeHyung salió del coche sin emitir palabra alguna, apresurándose hacia la puerta de su apartamento, pues se negaba a estar más tiempo bajo aquel ambiente tenso. Gemini le siguió de inmediato, siquiera molestándose en mirar a su padre una última vez, quien apretó los labios al sentirse impotente.
Siempre se vio a sí mismo como una persona con iniciativa, que fácilmente podía salir de cualquier situación sin despeinarse, inteligente tanto mental como emocionalmente. Sin embargo, ahora parecía estar entre la espada y la pared, sin saber de qué manera actuar para arreglar los trozos rotos de una familia que se desmoronaba a sus pies. Su propia familia.
No podía respaldar a sus hijos ni protegerlos de sí mismo estando bajo su propio techo, ¿cómo iba a ocuparse de un pueblo entero?
"TaeHyung. TaeHyung, espera." Gemini llamó al mayor, yendo tras él rápidamente mientras este se adentraba en el apartamento, creyendo que estaría molesto. "Lo siento, no quise ponerme así... Es sólo que no puedo evitarlo."
TaeHyung negó, tratando de darle su mejor sonrisa.
"No, tranquilo, no estoy enfadado, simplemente quería llegar ya a casa y descansar."
"Bien..."
Mordiendo su labio inferior, asintió conforme cerraba la puerta y se quitaba el abrigo, ayudando a TaeHyung a hacer lo mismo. Colgó ambos en el perchero, antes de seguirle hacia la sala de estar, viéndose un poco preocupado por él, quién parecía tener la cabeza en otra parte.
"¿Tienes hambre?" Preguntó, llegando a su lado. "¿Te preparo algo de comer? Fideos, arroz... He visto que tienes pollo en la nevera, ¿te apetece una sopa de pollo calentita?"
Y él, que apenas tenía fuerzas para salir de sus pensamientos, negó. "No tengo hambre ahora mismo, Gem, pero gracias..."
Gemini se sentó a su lado, preocupado. "¿Estás bien?" Repitió, queriendo asegurarse incluso cuando TaeHyung ya lo había dicho muchas veces. "Creo que deberías descansar, ¿por qué no vas a tu habitación y duermes un rato? Prepararé algo de comer mientras tanto."
"No... No puedo dormir ahora mismo... Tengo la cabeza llena de cosas que no puedo procesar."
"¿Tiene que ver con papá?" Quiso saber.
TaeHyung volvió a negar. "Con mamá."
El ceño del menor se frunció, extrañado. "¿Qué ocurre?"
Antes de responder siquiera, necesitó tomar una profunda respiración y encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pues se sentían y sonaban raras en su cabeza.
"Es... Se trata de Jungkook, en realidad. Algo de lo que me enteré hace un rato, cuando papá vino a verme al hospital y él estaba allí también." Comenzó junto a un suspiro, encontrándose con la confusión en los ojos de su hermano. "Papá ya conocía a Jungkook de antes, se habían encontrado en el hospital mientras mamá estuvo ingresada. La acompañó varias veces."
Gemini frunció el ceño, apenas entendiendo. "¿La acompañó? ¿Cómo haces tú también con esos pacientes?"
"Así es, sí, de la misma forma. El caso es que Jungkook conocía a mamá y nunca nos dijo nada."
"Bueno... Tal vez no sabía que era nuestra madre." Supuso.
TaeHyung meneó la cabeza en negación. "Sí que lo sabía, yo mismo le enseñé una foto de ella, e incluso hoy, en el hospital cuando papá lo reconoció no parecía sorprendido." Su mirada se perdió en alguna parte del apartamento, con los ojos entrecerrados. "Es como si hubiera intentado ocultarlo..."
"¿Y por qué?"
"No tengo ni idea, Gem, eso es lo que me confunde tanto."
Este se encogió de hombros, aquella información resultándole extraña pero no lo suficiente como para darle demasiadas vueltas al asunto, a diferencia de su hermano.
"A ver, mamá ya mencionaba a una persona del hospital que estuvo con ella durante ese tiempo en su carta de despedida... Pero no tenía ni idea de que fuese Jungkook."
TaeHyung inmediatamente le observó. "¿En su carta?"
"Sí... Estaba en el sobre. La leí hace mucho tiempo y nunca te dije nada porque sabía que te era imposible leerla, pero recuerdo que hacía alusión a alguien que conoció en el hospital. Un muchacho joven." Explicaba, aún manteniendo el ceño fruncido. "Pensé que era uno de los enfermeros, pero esto tiene más sentido..."
Una semana después del fallecimiento de la señora Kim, el señor Kim abrió un sobre y le entregó una carta a cada uno de sus hijos, desconociendo la existencia de una cuarta para alguien más. Gemini se quedó con la suya y TaeHyung guardó la que le pertenecía en dicho sobre, sabiendo que, tal y como había dicho Gemini, desafortunadamente él jamás fue capaz siquiera de tomar esa carta, el simple pensamiento de leer a su madre despidiéndose, sabiendo que en poco tiempo ella se iría sin poder evitarlo, le rompía el corazón.
Siempre, desde que se fue, hizo mil intentos por desdoblar aquel papel a cuadros y leerlo, únicamente para poder estar en paz consigo mismo y con ella, pero no podía. Se le empuñaba el corazón, su alma se rompía hasta decir basta y terminaba llorando como un bebé recién nacido. Uno que ya no podía refugiarse bajo el manto de su madre.
Sin embargo, esto volvía todo muy diferente.
Se puso en pie casi sin pensarlo, sorbiendo por la nariz y casi corriendo en dirección a su habitación. Confundido, Gemini, a quién había dejado atrás, fue tras él.
"¿Dónde vas?"
"Necesito encontrar esa carta." Respondió, con un nudo en la garganta, arrodillándose junto a los cajones de la estantería, donde guardaba toda clase de documentos y cosas importantes.
Sacó varias carpetas relacionadas con su carrera, dejándolas tiradas en cualquier parte, del mismo modo que hizo con libros viejos de materias que ya no cursaba y libretas sin ningún espacio en blanco. Folios, hojas cuadriculadas, pero no lo que buscaba.
"No la encuentro, no la encuentro." Decía entre dientes. "¿Dónde narices la he metido?"
Gemini, que también se había unido a la búsqueda, le entregó un sobre con algo escrito en el dorso.
"Aquí, aquí, esta es la letra de mamá, toma."
Él tragó saliva, tomándolo antes de compartir una mirada con su hermano, quien le acarició los hombros, a sabiendas de que estaba nervioso y angustiado. Gemini era mucho más fuerte que él en ese sentido.
Abrió el sobre con las manos temblorosas, sabiendo que allí dentro estaba su carta, aquella misma que su madre había escrito para él hacía casi un año. TaeHyung suspiró.
"¿Están las dos aquí?"
Gemini asintió.
"Sí, guardé la de Jungkook pensando que papá la enviaría directo al hospital, pero creo que él tampoco tenía ni idea..."
Lentamente, sacó la que llevaba su nombre, viendo que, efectivamente, había otra más junto a la suya. El corazón se le detuvo por unos segundos, mirando al techo mientras tomaba una respiración profunda. Luego, volvió a observarla.
Tal vez aún no estaba preparado para leerla, pero necesitaba hacerlo.
«Para TaeHyung, mi primer tesoro.
Cariño mío, no sé de qué forma empezar a escribirte esto sin sentir que se me rompe el corazón en mil pedazos. Sólo quiero que sepas que estoy bien, que no tengo miedo y que tú tampoco debes tenerlo.
No me voy triste, sola, ni mucho menos sin amor; porque papá, tu hermano y tú os habéis encargado de que me sienta la mujer más querida, amada y afortunada en el mundo. Me voy con una sonrisa grande, de esas que tanto te gusta verme.
Me voy feliz. Feliz porque sé que dejo atrás al hombre más encantador del mundo, más dulce, más detallista y maravilloso posible. Mi bebé, mi primer amor. Tú, mi TaeHyung.»
Con los ojos llenos de lágrimas, necesitó parar un segundo para poder quitárselas y seguir leyendo. Un segundo simplemente para respirar y asimilar aquello que estaba leyendo, sollozando en voz baja. Gemini ya no estaba en la habitación con él, se había marchado y había cerrado la puerta para darle privacidad, cosa que silenciosamente agradecía.
«Me voy con un sentimiento de alivio grande, muy grande en el pecho, porque estoy orgullosa del hombre, de la persona en la que te has convertido. Tan inteligente, sensible, divertido, amable, lleno de humildad y empatía... Justo como tu padre. Estoy orgullosa de ti, cariño.
Y, sobre todo, me voy tranquila porque, incluso si quiero quedarme con vosotros, sé que una parte de mí siempre permanecerá a vuestro lado, cuidándoos.
Te quiere mucho,
Mamá.»
Él sollozó, cubriéndose el rostro con una mano y el pecho con la otra, que sostenía a su vez aquella carta.
Tenía el alma rota y el corazón destrozado, herido, lleno de un profundo dolor que no se comparaba con nada, mucho menos podía afrontarse. Sin embargo, también sentía alivio. Alivio por saber que había cumplido las expectativas de su madre y estaba haciendo todo lo que ella quiso que hiciera. Tal y como se lo había prometido.
Hipando y reuniendo los pedazos de su corazón que había dejado en el olvido, se puso en pie con las piernas temblorosas, aferrándose a aquella carta como si su vida dependiera de ello.
"Gracias, mamá." Susurró para sí mismo.
El miércoles por la tarde, mientras anochecía y se despedía de un cliente al que acababa de tatuar, a menos de dos horas de cerrar el estudio, Jungkook encontró que se sentía francamente agotado. Había pasado gran parte del día pensativo, dándole vueltas al modo en que debía comportarse estando cerca de TaeHyung a partir de ahora y asumiendo muchas cosas sólo porque tenía miedo y no estaba acostumbrado a tenerlo.
No podía quitarse a TaeHyung de la cabeza ni siquiera haciendo lo que más le relajaba, lo único que calmaba su mente en los peores momentos y eso era muy preocupante.
"Ian, voy a la parte de atrás a fumarme un cigarro, ¿vale? Avísame si viene algún cliente."
"¿Vas a fumar? Pensé que estabas dejándolo."
Su compañero, quien estaba arreglando algo detrás del mostrador, le observó con el ceño fruncido, completamente extrañado. Jungkook no dijo nada, dejándole confundido cuando simplemente se marchó.
"Será gilipollas..." Masculló para sí mismo, meneando la cabeza.
La campana sobre la puerta sonó tres minutos después, un chico alto, rubio y al que Ian ya conocía haciendo acto de presencia.
"Hola... Ian, ¿verdad?" Se dirigió a él, dedicándole una dulce sonrisa.
"¿Qué tal, TaeHyung?"
"Vengo porque estoy buscando a Jungkook, necesito darle una cosa y no me contesta al teléfono. Supongo que ha estado trabajando todo el día."
El pelinegro asintió. "Justo acaba de terminar con un cliente con el que llevaba gran parte de la tarde... Creo que puedes encontrarlo en el callejón de aquí al lado si es que no se ha fugado o algo por el estilo." Bromeó antes de soltar un bufido. "Lleva todo el día comportándose muy extraño."
TaeHyung suspiró, ni siquiera tomándose aquel dato por sorpresa, pues él mismo estaba siendo testigo de ello al no recibir respuestas a sus mensajes ni llamadas. Era como si Jungkook estuviera haciéndole vacío.
"Voy a ver si lo encuentro... Gracias, Ian."
"Un placer."
No tardó en salir del estudio, rodeándolo hasta llegar al callejón sin salida que estaba entre dicho local y un establecimiento de comida rápida. Encontró al azabache allí, con la espalda pegada a la pared y un cigarro entre los dedos índice y pulgar. Parecía estar en su propio mundo, pensativo.
Su ceño se frunció inmediatamente, cruzándose de brazos conforme se le acercaba.
"Veo que alguien ha estado muy ocupado ignorándome estos días." Murmuró, llegando a su lado para hacerse notar.
Jungkook estuvo a punto de sobresaltarse, mirando a su izquierda donde TaeHyung se encontraba. El corazón comenzó a latirle rápido, desbocado contra las costillas. Tuvo que tragar saliva para poder hablar.
"Rubito..."
Por supuesto, TaeHyung lucía muy molesto.
"¿Qué haces aquí?" Quiso saber, topándose con sus cejas alzadas.
"Nada... Sólo he venido a buscar al imbécil que desapareció del hospital y desde entonces no me contesta a las llamadas. Quería comprobar que no se hubiera muerto."
"He estado ocupado."
"Ya, seguro que sí..." Él asintió, ni siquiera molestándose en creerle cuando le entregó el sobre que llevaba consigo. "De todos modos, sólo venía a entregarte esto, supuse que querrías leerlo."
Jungkook frunció el ceño, tomando dicho sobre. "¿Qué es?"
"Léelo, mi madre lo escribió para ti."
Algo se instaló en su pecho, suspirando mientras hacía lo pedido, desdoblando la carta que acababa de sacar. Miró a TaeHyung por última vez, antes de leer su contenido.
«A mi querido acompañante, Kook.
Quiero hacerte saber lo especial que ha sido tenerte a mi lado durante estos meses, lo agradecida que estoy contigo por haber conseguido que mi estancia en ese hospital no fuera tan oscura.
Nunca me sentí sola porque tenía a mi familia, pero tú me diste un tipo de compañía que nadie más pudo. Me hiciste reír cuando no quería que nadie me viera llorando, cuando mis días eran peores que otros y no tenía ganas de nada. Eras como esa lucecita al otro lado del túnel.
Me pone muy triste no poder despedirme de ti como quisiera, poder simplemente ir al hospital para decirte adiós, pero sé que esta carta llegará a ti de alguna forma, tarde o temprano, estoy convencida.
Gracias, Kook... Gracias por ser esa luz al otro lado del túnel para muchos.
Te llevaré siempre conmigo,
Nakyung.»
Un suspiro tembloroso abandonó sus labios poco después, aguantándose las ganas de derramar aquellas lágrimas que se le habían acumulado en los ojos. Nunca esperó ser lo suficientemente importante para que le escribieran una carta de despedida.
Buscó a TaeHyung con la mirada, creyendo que encontraría su rostro furioso, lleno de rabia e indignación, pero no fue así.
"Lo siento..." Murmuró, mirando al suelo.
"¿Por qué?"
Él se encogió de hombros. "Por habértelo ocultado durante todo este tiempo, sé que debes estar muy enfadado, pero, no sé... No estaba preparado para reaccionar en el momento en que te enterases."
Finalmente, el ceño de TaeHyung se frunció. "No estoy enfadado contigo, Jungkook, te lo aseguro, ni siquiera un poco. Me confunde que no mencionaras nada sobre mi madre antes, pero sigue sin molestarme."
Aquello tomó por sorpresa al azabache, quien parpadeó confundido.
"¿No?"
"Claro que no."
"¿No te molesta que me escribiera una carta?"
El ceño de TaeHyung se frunció. "¿Por qué me molestaría eso?"
"Porque no soy un miembro de vuestra familia, sólo fui el tipo que estuvo con ella unas cuantas veces en el hospital... No soy tan importante para esto." Explicó, abrazándose a aquel trozo de papel sin ser consciente.
Con una sonrisita, el rubio negó. "¿De qué hablas, Jungkook? ¿Cómo va a molestarme eso?"
"No lo sé, rubito..."
"Si mi madre te escribió esa carta fue porque significaste algo para ella, sin importar el tiempo o la intensidad." Señaló, con voz suave. "Y, honestamente, viendo de cerca cómo tratas a todos esos pacientes y lo felices que se ven a tu lado, si ella no te hubiera escrito una carta, lo hubiera hecho yo de haberlo sabido."
Sus palabras tan honestas como inesperadas causaron una risita en Jungkook, quien ahora luchaba por no sonrojarse como un adolescente.
"¿Tú por qué?"
"Porque si cuidaste a mi madre la mitad de bien de lo que cuidas al señor, a la señora Bang o a cualquiera de esa gente, te debo mucho."
Una pequeña sonrisa tímida se le escapó de los labios. "No me debes nada, rubito, sabes que lo hago porque me gusta, porque a mí también me hace feliz..." Él se encogió de hombros. "Además... Tu madre fue diferente a todos los demás."
"¿Por qué lo dices?" Quiso saber, viéndose interesado.
"Porque no era ella quien estaba sola, sino yo."
El ceño del rubio se frunció. "¿Tú?"
Asintiendo, dejó escapar un suspiro con la barbilla en alto, el humo del cigarro que inhalaba perdiéndose en la noche creciente. Apoyó la espalda en la pared, relamiéndose los labios. Nunca había profundizado en aquella historia con nadie porque era demasiado personal, pero sentía que TaeHyung era el único que debía conocerla, de algún modo.
"Mi abuelo murió una semana antes de conocer a tu madre en el hospital. Vine a recoger sus cosas y me encontré con ella en el ascensor." Inició, mirando al cielo. "Había estado toda esa semana aguantando como un campeón para no derrumbarme, pero fue entrar en esa máquina del demonio, que ella me viera y preguntara "¿Va todo bien, muchacho?" y llorar como si acabara de nacer allí mismo."
TaeHyung mantuvo una sonrisa dulce en el rostro, escuchándole con atención, asintiendo conforme Jungkook contaba aquella anécdota. Era bonito escuchar a alguien hablar de su madre desde otra perspectiva.
"Le conté lo que había pasado y me hizo hablarle sobre él toda la tarde; de las cosas que nos gustaba hacer juntos, pequeños detalles que nunca compartí con nadie porque me daban vergüenza..." Rio suavemente, negando. "Tu madre me consoló aun cuando ella venía de recibir la noticia de que su cáncer ya no tenía cura... Y yo no lo sabía, no tenía ni idea. Me enteré después."
La sonrisa del rubio se volvió algo más pequeña, pero conservando la misma dulzura en su mirada.
"Ella era así, siempre."
"Lo sé... Después de ese día, cada semana que iba al hospital para cumplir con el voluntariado nos encontrábamos y hablábamos de todo lo que habíamos hecho la semana anterior. Ella siempre os mencionaba y me mostraba fotos de vosotros."
Inmediatamente el rostro de TaeHyung adoptó un brillo casi cegador, sus ojos ensanchados, llenos de emoción.
"¿Te habló de mí?"
Jungkook asintió, sintiendo como el corazón se le aceleraba con aquella sonrisa. "Muchísimo... De ti, de tu hermano y de tu padre... Pero de alguna forma yo me las arreglaba para escucharla sólo cuando te mencionaba."
Las mejillas de TaeHyung enrojecieron sin previo aviso, tragando saliva cuando se encontró con sus ojos oscuros.
"Así que ya me conocías cuando nos vimos por primera vez fuera del bar de Mos, esa noche en la que fui con Banky a espiar y me diste tu pañuelo, ¿no? Sabías quién era yo incluso si nunca nos cruzamos en el hospital."
"Sí que nos cruzamos." Respondió, para sorpresa del rubio.
"¿En serio?"
"Sí, fue hace mucho y sólo una vez, en la salida. Yo salía y tú apenas entrabas en el hospital, pero te reconocí al instante, ibas hablando por teléfono con alguien."
Con los ojos ensanchados, emitió un suspiro prolongado. "Wow... ¿Y por qué nunca me dijiste nada?"
"No quería que te enterases."
"¿No querías que supiera que me conocías de antes? ¿En serio?" Bufó, poniendo los ojos en blanco al no obtener una respuesta por su parte. "Pues menuda estupidez, Jungkook, ni que fuera algo malo..."
Jungkook negó. "No, lo que no quería era que supieras que yo ya estaba interesado en ti cuando nos conocimos."
El rubio se atragantó con su saliva. "¿C-Cómo?"
"Lo que oyes." Señaló. "No te besé con la única intención de evitar a la policía aquella vez en el descampado. Me he criado en ese sitio, sé mil formas de evitarles, pero aproveché esa oportunidad."
"Serás..."
"Y cuando le pedí a Mos que recuperase tu abrigo, tampoco fue por caridad, sino porque era otra oportunidad más."
Conforme Jungkook admitía poco a poco sus crímenes fríamente planeados, TaeHyung quedaba más y más de piedra, con la boca temblando sin poder hablar, únicamente observándole con los ojos ensanchados, brillantes por la sorpresa. No podía asimilar todo lo que decía, mucho menos la facilidad a la hora de contarlo, como si no le importara en lo más mínimo.
"...como en esas fiestas donde nos encontramos un par de veces. Si bien no fui sabiendo que tú estarías allí, sí que me quedé nada más verte. Y por supuesto, también aproveché esas oportunidades al máximo." Finalizó, quedándose satisfecho.
"¿Q-Qué? ¿Todas esas veces..." Lo señaló. "...tú?"
Él negó, mientras apagaba el cigarro contra la pared, tirándolo una vez apagado en la papelera, pudiendo así darle toda su atención al rubio.
"Yo nada, rubito. Tú aparecías por arte de magia y yo usaba todo lo que podía a mi favor." Se encogió de hombros. "Tampoco me he molestado en ser discreto ni ocultar que me gustas, así que no debería ser una sorpresa para ti."
Él se aclaró la garganta, pues eso era muy cierto. "B-Bueno, no, pero no pensé que fueras tan consciente de todo..."
Jungkook soltó una risa ronca.
"Si no fuera consciente ni aprovechara la oportunidad, tendría que esforzarme el doble para que me hicieras un mínimo de caso, TaeHyung." Apartándole el cabello del rostro, le dijo. "Y me gustas mucho como para quedarme quieto."
Siendo inmediatamente sacudido por un escalofrío que le hizo suspirar, recorriendo su cuerpo de pies a cabeza, TaeHyung se apoyó en el tacto ajeno, disfrutando de él tanto como podía, pues también era del tipo de persona que aprovechaba las oportunidades al máximo.
Jungkook acarició sus mejillas y su labio inferior con el pulgar. "¿Te molesta que lo haya hecho?" Cuestionó en voz baja, ronca, causándole otro escalofrío que no pudo disimular.
TaeHyung negó casi desesperadamente, acortando la distancia que los separaba para atrapar sus labios en un beso húmedo, descarado y hambriento, introduciendo su lengua al interior de la boca ajena, enviándose a sí mismo directo a una guerra de lenguas en la que no pensaba perder. No le importaba que sus labios tuvieran el sabor del cigarrillo, ni siquiera cuando el aroma le asqueaba; pues también sabía a caramelos mentolados y estos eran su mayor perdición. Jungkook lo era, en realidad.
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