✧c.-036
N/A: Tuve que editar el capítulo anterior a este porque accidentalmente había subido el borrador y no la versión completa donde hay algunos cambios (mínimos, pero ahí están) sobre la situación del padre de Jungkook. Maldita falta de sueño... Estoy hasta el mismísimo moño xD
Cap dedicado a floflowwer ♡♡
Hoy os recomiendo 'Beautiful Things' de Benson Boone, canción maravillosa.
[...]
"Gemini, ¿estás listo ya?" TaeHyung miró fijamente la puerta del baño donde su hermano se encontraba, luego de haber mirado la hora en su reloj por décima vez en lo que llevaban de mañana.
Dicha puerta se abrió, Gemini apareciendo tras ella vestido, peinado y oliendo a su perfume diario.
"Ya estoy, venga, vamos."
"Por fin." Suspiró el mayor, yendo tras él para agarrar sus llaves de la encimera. "A este paso vas a llegar tarde todos los días de universidad."
"Todavía falta hora y media para que empiece mi primera clase, no sé por qué exageras tanto, la verdad... Además, necesito pasarme por casa de papá para coger mi cargador portátil antes."
TaeHyung le observó con cansancio. "¿Qué? ¿En serio?"
"Sí, lo necesito, se me acaba la batería muy pronto. ¿Me puedes llevar o no?"
Otro suspiro prolongado abandonó sus labios mientras salían del apartamento. "Tienes que conseguirte un coche lo más pronto posible, Gemini, o empezaré a cobrarte un sueldo extra por utilizarme de chófer."
Una vez desbloqueó su coche, Gemini fue el primero en adentrarse en él.
"Es que no hay ninguno que me guste..."
"Seguro que alguno debe de haber pero tú eres muy exigente." Lo señaló, poniéndose el cinturón. "Cinturón."
Gemini copió su acción, bufando. "Hombre... Si voy a gastarme bastante dinero en uno, lo mínimo es que cumpla mis expectativas, ¿no? No tengo por qué conformarme con cualquiera sólo porque lo necesite."
"Tú no lo necesitas, yo lo necesito."
"Oh, ¿te estás quejando?" Cuestionó, frunciendo el ceño para verse aún más ofendido de lo que ya estaba. "Porque fácilmente puedo ir en taxi y ya. No tienes por qué sacrificarte por tu hermano pequeño ni nada parecido."
El rubio dejó escapar una carcajada, deteniéndose en el primer semáforo en rojo y agradeciendo que se encontrara ahí para poder reír a gusto, disfrutando del papel de víctima que su hermano cumplía a la perfección, todavía escuchando sus quejas.
Llegaron a la finca de los Kim media hora más tarde, cuando a Gemini se le pasó la molestia y prometió ir a mirar coches para que TaeHyung pudiera dejar su empleo como chófer a tiempo parcial.
"Te espero aquí, no tardes." Señaló.
Gemini se bajó del coche con rapidez, dejándole a solas en su interior.
TaeHyung suspiró, sus labios apretados mientras negaba, claramente habiendo escuchado al menor llamarle 'pesado' creyendo que no se enteraría y fallando en el intento.
Echó hacia abajo el espejo que tenía justo en frente, viendo su reflejo en él. Tenía un par de bolsas negras bajo los ojos y los labios bastante secos por el frío, por el estrés que le había hecho mordérselos a cada segundo y obviamente por la poca hidratación que les daba. Inmediatamente se inclinó hacia la guantera, sacando de uno de los compartimentos una pequeña esfera con bálsamo labial de esta, llevándose por delante sin ser consciente lo que parecía ser una cadena.
"Oh." Musitó, apenas notando su existencia y desconociendo totalmente de dónde procedía. La acercó a su rostro para inspeccionarla, cuando lo recordó.
Su padre se la había dejado prestada para el funeral de su madre un año atrás porque sabía que tenerla con él le ayudaría. Nunca pidió tenerla de vuelta, pero ahora quizás era, de los tres, quién más la necesitaba.
Con un suspiro, se aferró a dicha cadena, quitándose el cinturón y poco después saliendo del coche.
Llegó a la puerta principal, adentrándose antes de que Kyungsoo, el amo de llaves principal, pudiera cerrarla detrás de Gemini, siendo recibido con una sonrisa cuando lo vio llegar y un asentimiento cortés.
"Buenos días, señor, me alegro de ver que vienen juntos esta vez."
Él le devolvió la sonrisa. "Gracias, Kyungsoo, yo también me alegro mucho de verte. ¿Está mi padre por aquí?"
"Está en el comedor, ¿quiere que le avise de que han venido? El señorito Gemini ya me ha dicho que no..."
"No, no, descuide, no le moleste. Yo sólo vengo a dejarle algo en su despacho."
Kyungsoo asintió. "De acuerdo, pues ya conoce el camino."
"Gracias."
Recibiendo una última reverencia por su parte antes de ver a Kyungsoo desaparecer por el pasillo, TaeHyung vació sus pulmones, yendo directamente hacia el despacho de su padre que se encontraba al lado opuesto. No estaba preparado del todo para volver a ver a su padre, por lo que agradecía saber que no se encontraba cerca.
Llegó al despacho en cuestión de pocos segundos, encontrándose frente a la puerta y abriéndola casi de inmediato, sólo para encontrarse a Meen, el secretario de su padre, agachado frente a una de las estanterías, moviéndose entre los papeles como si buscara algo urgentemente.
"¿Meen? ¿Qué se supone que haces?"
Tan pronto como su voz sonó en aquel espacio amplio, sin siquiera haberse inmutado por el sonido de la puerta, Meen se puso en pie inmediatamente. Tenía un semblante pálido, colocándose nervioso y apurado mientras miraba a TaeHyung como si de un fantasma se tratase.
"Señor TaeHyung, ¿qué hace usted aquí?"
"Eso es justo lo que te pregunto yo a ti, Meen. ¿Qué es lo que rebuscas tanto?"
"Nada, no es nada." Dijo, antes de precipitarse hacia la salida. "No puede entrar en el despacho de su padre sin permiso. Espere fuera, por favor."
TaeHyung levantó sus cejas. "¿Perdona? ¿Estás intentando echarme?"
"Son órdenes del señor Kim."
Por supuesto, aquella respuesta que parecía totalmente preparada, ni siquiera fue suficiente para convencer a TaeHyung, sólo le hizo sospechar aún más que algo no iba bien.
"Mi padre nunca ha dado órdenes de ese tipo, ya debería saberlo." Le recordó. "Además, debo entregarle algo y ya que siempre está ocupado, prefiero dejárselo en el escritorio para saber que no se perderá, así que si me permites..." Hizo el amago de pasar por su lado e internarse en el despacho.
Los dedos de Meen se enroscaron alrededor de su muñeca. TaeHyung no sólo se sintió confundido, también un poco molesto.
"¿Qué crees que haces, Meen? Déjame entrar."
"No puedo dejar que nadie entre en el despacho del señor sin supervisión, son las órdenes."
Su ceño se frunció aún más, soltándose del agarre bruscamente mientras le mantuvo la mirada.
"Yo no necesito supervisión, soy su hijo, así que apártate de mi camino y déjame entrar. No pienso volver a repetírtelo." Ordenó, con la mandíbula apretada.
Intentó adentrarse una segunda vez, en esta ocasión Meen le empujó hacia atrás, intentando contener la fuerza de sus movimientos, cosa que TaeHyung notó por su lenguaje corporal y la tensión que emanaba.
Él le observó con los ojos entrecerrados. Meen siempre le había parecido un hombre dulce, atento y muy risueño, pero ahora era incapaz de reconocerle.
"¿Cuál es tu problema?" Escupió, dejándole ver su evidente molestia. "Quítate."
"Lo siento mucho, pero no puedo hacer eso. Debe marcharse."
Meen parecía impasible, con la mandíbula apretada y los ojos oscuros, guardándose un sentimiento que TaeHyung desconocía.
El rubio dejó escapar una risa que carecía de diversión. Esto no podía estar pasando en serio, era surrealista a más no poder. No podía concebir el hecho de que alguien contratado para servir a su familia le tratara de esa forma tan despectiva y claramente violenta. Ni siquiera tenía pensado permitirlo.
"Tú debes marcharte, esta es mi casa, por si lo has olvidado." Lo señaló. "No tienes ninguna autoridad sobre mí, así que por última vez te lo pido, Meen, quítate o ahora mismo le digo a mi padre que estabas muy ocupado rebuscando entre sus cosas a escondidas."
"Señor..."
Sus cejas se alzaron, advirtiéndole cuando Meen no pareció tener intención de moverse. "¿En serio así lo quieres?"
La mandíbula de Meen se apretó, del mismo modo que sus puños. Parecía furioso, como si alguien acabase de pillarle con las manos en la masa, in fraganti. Como si estuviera haciendo algo que claramente no debería.
TaeHyung asintió. "Muy bien."
Acto seguido, tuvo la intención marcharse por dónde había venido, sin embargo, una mano grande, rasposa y fuerte impactó en su rostro hasta girárselo. La cadena que llevaba entre los dedos cayó al suelo. Él jadeó, en completo estado de shock, antes de sentir esa misma mano y otra más adueñándose del cuello de su camisa. Para cuando quiso darse cuenta, Meen le asfixiaba.
"Maldito mocoso de mierda, te he dicho que te largues de aquí, ¿por qué tienes que hacerlo todo tan difícil?" Escupió, zarandeándolo. "Tienes que meter las narices dónde no te llaman siempre, ¿verdad?"
"¡Eh!" La voz de Gemini sonó a lo lejos, corriendo hacia ellos. "¡¿Qué mierda crees que haces?!"
De repente, Meen le soltó como si acabara de ser consciente de lo que estaba haciendo. Gemini llegó, empujándole con todas sus fuerzas hasta tirarlo al suelo. TaeHyung estaba demasiado asombrado para hablar siquiera.
"¿Quién te crees que eres para ponerle una mano encima a mi hermano?" Continuó diciendo, empujándole incluso cuando Meen estaba en el suelo. "¿Cuál es tu problema, hijo de puta?"
El secretario se mantuvo en silencio.
"¡Responde!"
"¿Qué es todo este alboroto?" La gruesa voz del señor Kim reinó en el ambiente, apareciendo por el pasillo. Miró a sus hijos. "Gemini, TaeHyung, ¿qué está pasando aquí?"
"Eso me gustaría saber a mí, papá."
Meen se levantó inmediatamente. "Ha sido un malentendido, señor, no se preocupe."
El ceño del menor se frunció, volviendo a empujarle. "¿Un malentendido? No hay ningún malentendido aquí, hijo de la gran puta, lo único que pasa es que eres escoria." Escupió, tomándole por el cuello de la camisa como él había hecho con TaeHyung.
"Gemini, basta." Su padre ordenó, con voz demandante y gruesa. "¿Puedes explicarme qué te pasa? ¿Por qué llego y lo primero que veo es a ti empujando a mi secretario?"
"No es nada, de verdad, señor Kim." Insistía Meen.
Por supuesto, su tono de voz era bajo, casi afligido. Aquello superaba los límites de Gemini, quien no tardó en volver a empujarle con todas sus fuerzas hasta hacerle caer de nuevo. No iba a permitirlo.
"Tú cállate, imbécil."
"¡Gemini!" Le gritó finalmente, viéndose decepcionado cuando este le observó. "¿Cuál es tu problema?"
Meen tuvo el descaro de sorber por la nariz, levantándose a duras penas con dificultad, como si estuviera realmente herido. "Señor, por favor, esto no es necesario... Ha sido un malentendido y no quiero crearle problemas con sus hijos."
"No te preocupes, Meen, puedes retirarte. Hablaré con Gemini en privado."
Este asintió. "Sí, señor."
Y acto seguido, se alejó por el pasillo sin mirar hacia atrás, caminando a paso rápido. TaeHyung le observó desde su posición, con los ojos llenos de lágrimas, sintiéndose cada vez más seguro de que estaba tramando algo que él mismo había interrumpido.
La voz de Gemini le sacó de su burbuja.
"Que no se preocupe, papá, ¿es en serio?" El susodicho miró a su padre como si no pudiera creer lo que acababa de decir, recibiendo una mirada de advertencia por su parte.
"Gemini, hazme el favor de calmarte."
Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas y su corazón de impotencia. No tenía fuerzas para hablar, ni mucho menos para encontrar su voz.
"¿Calmarme? Ni siquiera te has molestado en escucharme incluso si me has preguntado. No has esperado a que te cuente que el desgraciado de tu secretario estaba intentando ahorcar a TaeHyung cuando llegué, ni que le ha dado un puñetazo en la cara." Escupió, su mandíbula tensa. "Y que yo por defender a mi hermano, le he empujado."
Su padre quedó de piedra.
"Pero supongo que escuchar a quienes de verdad tienen algo importante que decir ya no es lo tuyo, ¿verdad?"
"Gemini..." Casi suplicó el mayor, tragando el nudo en su garganta.
"No pasa nada, está bien." Asintió, dando un paso hacia atrás. "Sigue tranquilizando al gilipollas que le ha pegado a tu hijo en lugar de a tu propio hijo, se ve que cagarla se te da bastante bien."
El señor Kim miró a TaeHyung, habiendo estado demasiado ocupado intentando calmar la situación como para pararse a pensar en él, sólo así notando la pequeña marca que se comenzaba a formar debajo de su ojo. Algo dentro de él se encendió, sin saber muy bien cómo reaccionar.
"Vámonos, Gemini." Susurró, dando un paso hacia atrás.
Su hermano estuvo de acuerdo, asintiendo.
"Sí, será lo mejor..."
Ambos se dieron la vuelta, finalmente TaeHyung dejando escapar aquellas lágrimas que había estado aguantando durante todo ese tiempo; el dolor en su pecho incrementándose tras escuchar la voz de su padre llamándolos desde dónde lo habían dejado.
"¿Estás bien? ¿Te duele?" Quiso saber, una vez se encontraban a solas en el coche.
"Estoy bien, tranquilo." Susurró, llenándose los pulmones de aire antes de arrancar e incorporarse en la carretera. No estaba bien, nada bien, pero el dolor era casi psicológico a estas alturas. Podía soportarlo.
Cuarenta y cinco minutos más tarde, salía del taxi que había tomado tras haberle dejado prestado su coche a Gemini para que volviera a casa sin problemas luego de la universidad, dejando escapar un suspiro conforme avanzaba en dirección al hospital como cada lunes por la mañana. Para su suerte, había logrado taparse aquella pequeña marca que comenzaba a formarse con algo de maquillaje.
Todavía temblaba y parecía tener el corazón roto en mil pedazos, lleno de nervios y mucho dolor por todo lo que sucedía. Cosas que se le escapaban de las manos, que no podía arreglar por mucho que lo intentara.
Tenía la esperanza mínima de desconectar, pues eso era todo lo que necesitaba.
La bocina de una motocicleta le hizo sobresaltar, girándose para ver a Jungkook bajándose de la suya propia y quitándose el casco con una sonrisa.
"¡Hola, rubito!" Le saludaba, ondeando su mano en el aire.
TaeHyung le devolvió la sonrisa, esperando a que llegase a su altura. Una vez Jungkook estuvo frente a él, suspiró. "He llegado antes que tú, eso significa que tú has llegado tarde y, por lo tanto, me debes una comida."
El azabache bufó. "Eres un aprovechado para tener tantos millones en el banco, ¿eh, rubito?" Dijo, sosteniendo su cintura con ambas manos y levantando las cejas. "O bueno... Tal vez lo que quieres es tener una cita conmigo, ¿no?"
"Me sorprende que con lo rápido que eres para enviar indirectas, no hayas captado la mía antes, Jungkook..." Dijo, abultando los labios. "Ahora estoy un poco decepcionado."
Sólo entonces, Jungkook se mordió el labio, observando los impropios conforme jugueteaba con su piercing y sentía que estos lo llamaban a gritos. Era incapaz de resistirse a TaeHyung, especialmente cuando le miraba con esa cara, esos ojos brillantes que tantas cosas le hacían sentir.
Inclinándose, capturó su boca sin previo aviso, besándole suave y lentamente, antes de separarse con un chasquido húmedo. TaeHyung le sonrió.
"Eso significa que tú pagas, ¿verdad?"
Y de nuevo, él bufó, separándose. "Te tengo muy mal acostumbrado, eh, rubito..."
TaeHyung se encogió de hombros. "Si tú lo dices."
"Anda, vamos para adentro que hoy te toca darle clases de ajedrez a un enano hiperactivo y ganarle otras quince rondas a la señora Bang, no podemos perder más tiempo." Le recordó.
"Cierto, cierto." Asentía el rubio, yendo tras él.
De pronto, mientras caminaba detrás de Jungkook, siguiéndole, un leve mareo le hizo detenerse en seco y quejarse. "¡Ay!" Siseó en voz muy bajita, pero lo suficientemente audible para que el azabache se enterara.
"¿Qué pasa?" Quiso saber, dándose la vuelta con el ceño fruncido, confundido al ver que TaeHyung estaba algo más lejos de lo que esperaba.
Sin embargo, su confusión pasó a segundo plano cuando vio que este se desplomaba frente a él.
"¡Eh, TaeHyung!" Exclamó, atrapándolo a escasos segundos de que impactara contra el suelo y tomándolo cuidadosamente entre sus brazos. "¡TaeHyung!"
Eso fue lo último que TaeHyung escuchó antes de que todo se volviera completamente negro a su alrededor.
Para el momento en que abrió los ojos, quien sabe cuánto tiempo después, totalmente confundido, con dolor de cabeza y aún algo mareado, el rubio se sentía fuera de lugar, apenas reconociendo a Aram sentado con las piernas cruzadas en el borde de la cama, mientras leía un cuento.
"¿Aram?" Susurró su nombre, logrando que este le observara con una sonrisa inmediata.
"¡Has despertado!" Chilló, gateando hasta llegar a su lado, dejando en el olvido aquel libro. "¿Cómo estás? ¿Te duele algo?"
Aún confundido, asintió. "Me duele un poco la cabeza, pero estoy..." Él miró a su alrededor. "¿Dónde estoy?"
"En el hospital. Jungkook dice que te caíste y vino corriendo, al parecer estás enfermo, pero la doctora Ahn está segura de que no es nada grave. ¿Quieres que la llame?"
Esta vez, movió la cabeza a modo de negación. "Estoy bien de momento, tranquilo... ¿Y Jungkook?"
Aram señaló la puerta. "Acaba de ir a dejar al señor y la señora Bang en su habitación, ellos también estuvieron aquí hasta hace poquito para verte. Estaban preocupados, pero no tanto como Jungkook, por eso me he quedado a cuidarte mientras él se iba."
Los labios de TaeHyung se ampliaron automáticamente en una sonrisa dulce, sintiendo como se le derretía el corazón conforme llevaba una mano hacía las mejillas regordetas de Aram, pellizcándolas hasta hacerle sonreír. Tenía la misma sonrisa de Jungkook, con sutiles hoyuelos marcándose a los lados. Era adorable.
"Es todo un alivio saber que el mini doctor Aram se ha quedado velando por mi seguridad. Eso explica lo bien que me siento ahora."
La sonrisa del menor se hizo más amplia. "¿Crees que soy buen doctor?"
"El mejor de todos."
"¡Muchas gracias! Mi sueño es ser tan bueno como la doctora Ahn, es la más lista y amable que conozco. Siempre se porta muy bien conmigo y con todos los demás... Yo quiero ser así también."
TaeHyung quiso llorar de ternura. "Estoy convencido de que vas a lograrlo, Aram, ya lo verás."
Al poco tiempo, la puerta se abrió, Jungkook apareciendo tras ella con una mueca de cansancio, no esperando encontrarse con un TaeHyung sumamente despierto, por lo que aquella mueca de convirtió en una diferente: brillante, aliviada, sonriendo de inmediato.
"Pero mira quién está despierto..." Murmuró, caminando hacia él sin pensarlo.
Aram se dio la vuelta. "¡Jungkook!"
"¿Qué tal? ¿Cómo te ha cuidado este pequeño enfermero?"
TaeHyung rio suavemente, poniendo una mano en el hombro de Aram. "Muy, muy bien."
Jungkook miró sorprendido al niño que parecía a rebosar de orgullo, con el pecho hinchado y una sonrisa de oreja a oreja.
"¿En serio, Aram?"
"Claro que sí, voy a ser un gran doctor cuando sea grande."
"Ya eres grande."
"Más aún."
El azabache soltó una risa cuando este lo fulminó. "Me alegra de haber dejado a TaeHyung en buenas manos, entonces. ¿Por qué no vas a avisar a la doctora Ahn de que ya se ha despertado? Seguro que estará contentísima de escuchar cómo has cuidado de TaeHyung en mi ausencia."
"¡Sí, voy, voy!"
Asintiendo efusivamente, Aram abandonó la habitación sin mirar atrás, sólo gritando el nombre de la doctora a gritos.
Una vez a solas, TaeHyung miró a Jungkook, encontrándose con sus ojos llenos de preocupación y alivio, logrando sentirse culpable incluso si sabía que no era su culpa.
"Lo siento." Susurró, relamiéndose los labios. "Aram me dijo que estabas muy preocupado..."
Y este asintió, ni siquiera molestándose en ocultarlo. "Bastante, sí, pero me alegro de que no fuese nada grave." Apartándole el cabello que apenas le tapaba los ojos, acarició suavemente su pómulo magullado. "Aunque no puedo decir lo mismo de esto."
Sólo entonces, TaeHyung recordó el golpe que Meen le había dado y la posible marca que aquello dejaría.
Jungkook parecía molesto, confundido.
"¿Quién te lo ha hecho?" Quiso saber, refiriéndose a la marca.
TaeHyung negó. "No es nada importante, en realidad, solo fue un accidente."
"No lo parece..."
"Lo fue, de verdad." Insistió, incluso si él mismo sabía que aquello era mentira.
El azabache ladeó la cabeza. "No me mientas, rubito, sabes que puedes decírmelo sin ningún problema. ¿Alguien te golpeó? Sólo quiero saberlo."
Viéndose en la obligación de mirar hacia otro lado para evitar los ojos de Jungkook, TaeHyung mordió su labio inferior, antes de sentir el agarre que este ejercía sobre su barbilla, con suavidad obligándole a mirarle. Ahí supo que no podía ni siquiera intentar ocultárselo.
"Fue... Fue el secretario de mi padre. Discutí con él porque no quería dejarme entrar en su despacho y simplemente me pegó. Pero no pasa nada, estoy bien, lo superaré. No pasa nada."
Su ceño se frunció. "Sí que pasa, TaeHyung."
"No, de verdad que no. Prefiero olvidarlo y ya."
Jungkook asintió, dejando escapar un suspiro. Lo aceptaría porque sabía que era más fácil para TaeHyung, incluso si lo estaba conforme.
"De acuerdo..." Accedió.
"Siento haberte asustado, aún así. No pretendía desmayarme delante de ti... Ha sido sin querer."
La tensión entre ellos se disipó cuando el azabache soltó una risita, negando conforme sus dedos acariciaban la cara de TaeHyung.
"No te preocupes por eso, rubito, no te guardaré rencor, tranquilo." Dijo. Este rio también, disfrutando las caricias.
"Oh, menos mal, qué alivio..."
"TaeHyung, aquí estás."
El señor Kim apareció en la habitación sin previo aviso, luciendo preocupado, confundido y sorprendiendo a su hijo en el proceso, quien no esperaba verle allí, mucho menos Jungkook.
"¿Papá?"
"¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?" Quiso saber, e inmediatamente llegó a su lado para inspeccionarle.
"Estoy bien, papá."
"¿Seguro? Tu hermano me dijo que te habías desmayado por una bajada de tensión. Al parecer no has estado comiendo ni descansando bien estos días."
Un bufido casi involuntario abandonó sus labios. "Vaya... No sabría decirte por qué." Escupió con sorna, arrepintiéndose al instante en que vio como el rostro de su padre cambiaba a uno de dolor. Él se aclaró la garganta. "Estoy bien, papá, tranquilo. Jungkook me trajo hasta aquí."
Entonces, mientras asentía, el señor Kim miró a su izquierda donde el susodicho se encontraba. No parecía haber notado su presencia antes.
"Te agradezco que lo hicieras, Jungkook." Se dirigió a él, sólo así pudiendo verle a la cara finalmente. Su ceño se frunció de inmediato. "Espera un momento, yo a ti te conozco..."
"Es Jungkook, ya te lo he dicho." Repetía TaeHyung. "Lo sacaste del calabozo hace unos meses, seguro que te acuerdas."
Él movió la cabeza de un lado a otro a modo de negación, acercándose aún más al azabache, quién parecía confundido, como si no esperase aquella interacción. TaeHyung se sentía exactamente igual que él.
"No, no hablo de eso. Te conozco de antes, mucho antes... Reconocería esa cara en cualquier lado, además." Lo señaló, con los ojos brillantes. "Te vi varias veces en el hospital cuando iba a visitar a mi mujer."
"Claro, probablemente coincidiérais, Jungkook estuvo varios meses ingresado también." Señaló el rubio, viendo al susodicho asentir.
"Cierto."
Para confusión de su propio hijo, el señor Kim volvió a negar. "Hablo del programa para voluntarios, hijo, ese en el que estás ahora." Le dijo. "Él solía acompañar a tu madre por las tardes cuando Gemini y tú estabais en la universidad."
Entonces, TaeHyung se mostró bastante más confundido con esos datos que desconocía. Jungkook esta vez no emitió palabra alguna, quedando sumido en un profundo silencio que la voz de TaeHyung rompió.
"¿A mamá?"
"Sí, me acuerdo perfectamente. Nos cruzábamos casi a diario en la biblioteca, ¿verdad?" Se dirigió al joven que estaba de pie junto a él, quién asintió con la cabeza gacha.
TaeHyung no podía creerlo.
Aquello le dejó totalmente descolocado, buscando la mirada del azabache para saber si eso era cierto o su padre estaba empezando a tener alucinaciones. En cualquier caso, todo lo que obtuvo fueron muchísimas más dudas, puesto que Jungkook no le devolvía la mirada.
"¿En serio?"
"Sí, claro que sí. Hasta le traía materiales de costura cuando tu madre se empeñó en haceros esos abrigos a juego a Gemini y a ti." Recordaba con una sonrisa.
TaeHyung sintió una presión en el pecho desconocida, volviendo a buscar los ojos del azabache sin demasiado éxito.
Jungkook no le dirigía la mirada. Y no sólo no parecía tener la intención de hacerlo, sino que la evitaba a toda costa, por lo que no pudo evitar sentirse confundido, un poco extrañado, fuera de lugar. No entendía nada.
Antes de que pudiera tomar la palabra, la doctora Ahn apareció con Aram a su lado.
"¡Aquí traigo a la doctora!"
"Hola." Saludó a los presentes, yendo hacia la cama del paciente. "TaeHyung, ¿cómo te sientes?"
El mencionado necesitó buscar su voz antes de poder hablar, aclarándose la garganta. "Eh... Bien, estoy bien, doctora Ahn, sólo me duele un poco la cabeza, nada más."
"De acuerdo, eso es normal, no te preocupes. Ahora tengo que tomarte la tensión, así que voy a necesitar que los visitantes esperen fuera, si me hacen el favor." Sonriéndoles, pidió amablemente.
Su padre fue el primero en asentir. "Por supuesto, ¿sabe si le darán el alta?"
"Es lo más probable, sí."
"Bien... En ese caso, esperaré fuera." Aliviado suspiró, mirando a su hijo mayor. "Estaré ahí fuera mientras tanto, ¿vale? Tu hermano debe estar al llegar."
"Claro, sí..." Musitó, todavía buscando los ojos del azabache.
Jungkook no le miró en ningún momento, simplemente tomó a Aram en brazos, evitando las dudas que TaeHyung debía tener y por supuesto, su mirada llena de confusión.
"¡Adiós, TaeHyung! Que te mejores pronto."
Él le dedicó su mejor sonrisa al pequeño. "Gracias, pequeño enfermero."
Poco después, Jungkook abandonó la sala tras el señor Kim, apenas despidiéndose en voz baja, muy baja, tanto que TaeHyung no pudo escucharle.
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