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✧c.-033

N/A: Este capítulo está en mi top cinco de los que más sensaciones me han producido escribiéndolos, lo amo xD

Cap dedicado a  Taecomoentero ♡♡

Hoy os recomiendo 'FREAKSHOW' de PLVTINUM. Creo que a este paso he recomendado toda su discografía y no me arrepiento.

[...]

TaeHyung salió de su última clase del día justo cuando el reloj marcaba las tres en punto de la tarde, completamente agotado y muerto de hambre. Odiaba el horario de mañana por esa misma razón, siempre llegaba a su casa cansado, tarde y con el estómago rugiéndole.

Era miércoles, uno de esos días en los que sólo te apetecía llegar a casa, tumbarte en el sofá y pedir cualquier comida basura a domicilio. Y, sorprendentemente, ese era su caso, pero sólo la parte de pedir comida basura podía cumplirse, pues todavía le quedaban obligaciones por hacer. Jungkook y él habían acordado verse en el hotel para tomar las medidas de cortinas, sábanas y otras cosas de las que debía hacerse cargo.

"Espero, como mínimo, estar nominado al Nobel de la Paz este año..." Bufaba para sí mismo, desbloqueando su coche y dejando el bolso en el asiento del copiloto.

Se puso el cinturón con notable pereza, lloriqueando para sí mismo. Gemini se quedaría hasta tarde en la biblioteca, acompañado de Fourth y algunos compañeros a los que no quiso llevar a casa, por lo que no debía preocuparse por su hermano, pues Bank salía justo a tiempo para recogerlo y llevarlo a casa.

Mientras conducía en busca del restaurante más cercano, sintió su teléfono vibrar dentro del bolso, suponiendo que sería Jungkook enviándole mensajes para avisarle de que él también iba de camino al hotel.

"Hamburguesas no... Perritos calientes tampoco..." Murmuró, viendo y descartando los diferentes sitios a los que podía acudir para comprar el almuerzo, pues quería compensar a Jungkook por ayudarle sin pedir (sorpresivamente) nada a cambio.

Su teléfono volvió a sonar, justo cuando la quinta pizzería que apareció frente a sus narices le llamó la atención, tras quince minutos de trayecto. Él aparcó en el primer lugar vacío que vio, moviéndose para agarrar el teléfono y poder atender los mensajes que recibía. Que, por supuesto, le pertenecían a Jungkook.

Jungkook:

Voy de camino al hotel, rubito. Llevo protección por si acaso. [03:06 p.m]

Él dejó escapar una risita, negando, antes de leer el siguiente mensaje.

Jungkook:

Llego en quince minutos, rezo porque no me hagas esperar mucho... O tendrás que recompensarme. [03:30 p.m]

Respondiendo al primer mensaje, TaeHyung escribió:

TaeHyung:

Está muy bien que uses el casco para protegerte, ese cerebro tuyo podría deteriorarse si tienes un mal accidente de tráfico.

Luego, seleccionó el segundo.

TaeHyung:

Por supuesto que te recompensaré, tú no te preocupes por eso.

Nos vemos en un rato, voy a comprar unas cosas antes que te gustarán mucho.

Y no, no son disfraces, que te conozco, cerdo.

Tras enviar el último mensaje, lo único que pudo hacer, mientras se quitaba el cinturón, fue imaginar qué cara tendría al leerlo, riéndose para sí mismo.

Salió del coche poco después, agarrando su cartera y las llaves, bloqueándolo tan pronto como cerró a sus espaldas. El local frente a él parecía tener pocos clientes, por lo que se sintió afortunado de no tener que esperar tanto.

Tan pronto como se adentró en aquella pizzería el olor de la comida recién hecha llegó a él, casi haciendo su estómago rugir allí mismo.

"Buenas tardes, ¿sabe lo que va a pedir?"

Asintiendo, se acercó a la chica tras el mostrador, quién le observaba con una sonrisa amable, antes de mirar alrededor, a los carteles de promoción y menús que tenían. Ese día parecía estar de suerte, pues en la carta aparecía la famosa pizza al estilo coreano que tanto le gustaba a Jungkook. Él sonrió.

"Sí, quería una pizza mediana vegetal con extra de queso y otra familiar al estilo coreano, una botella de agua pequeña y otra de gaseosa. Para llevar, por favor.

"Por supuesto, en seguida."

Diez minutos después, TaeHyung salía de aquel local con dos cajas de pizza en su mano derecha y la bolsita con las bebidas en la izquierda, junto a su sonrisa resplandeciente. Sabía que Jungkook apreciaría mucho su gesto e inevitablemente eso le hacía sentir ansioso.

El sonido de un grito desgarrador a lo lejos le sacó de su burbuja, justo cuando abría la puerta del coche y dejaba en los asientos traseros la comida. Él se giró de inmediato, del mismo modo en que lo hicieron varias personas, encontrado a una mujer de pie a tan sólo unos metros, con el cabello corto y castaño.

"¡Dios mío!" Chillaba, totalmente aterrorizada. "No, no, no... ¡Ahora no, ahora no!"

Y, confundido, TaeHyung se le acercó poco a poco, olvidándose por completo de su coche y la comida.

"No me jodas, no, no."

"Disculpa, ¿puedo ayudarte en al...?"

Una vez llegó junto a la mujer quedó en completo silencio, viendo cómo esta se encontraba rodeada por un charco de agua. Sus ojos se ensancharon inmediatamente, sabiendo lo que eso significaba. Ella le observó del mismo modo.

"He- he roto aguas..."

TaeHyung tragó saliva, su mente en blanco. "Oh."

La mujer comenzó a hiperventilar repentinamente, como si acabara de ser consciente de ello.

"¡Dios, he roto aguas!" Chilló, temblando. "¡He roto aguas!"

Un segundo después, de sus labios brotó un alarido que sobresaltó a TaeHyung, apenas reaccionando a tiempo para sostenerla cuando estuvo a punto de caer al suelo.

"¡Joder!"

"Cuidado, cuidado, tranquila." Le susurraba, tratando de que se incorporase.

Ella volvió a gritar, dejándole momentáneamente sordo en el proceso y encorvándose por el dolor. "¡Su puta madre, cómo duele!"

"Necesitas ir al hospital ya mismo."

"No me digas, genio..." Soltó con evidente sarcasmo, tras un bufido que se convirtió en otro grito ensordecedor. "¡Me cago en todo! ¡Joder! ¡Mierda!"

TaeHyung agarró su mano con fuerza, guiándola hacia su coche sin preguntar siquiera. "Ven conmigo, tengo mi coche justo aquí al lado. Yo te llevo, ¿vale? El hospital más cercano está a quince minutos, llegaremos pronto."

"¡Dios!"

Ignorando sus quejidos, aunque le molestasen los oídos más que nunca, abrió la puerta del copiloto torpemente, ayudándole a entrar con sumo cuidado. Una vez estuvo sentada, le puso el cinturón del mismo modo. Luego, dio la vuelta al coche con rapidez, entrando en el lado del conductor y poniéndose el cinturón antes de arrancar.

"Ya vamos, respira hondo y no pienses en el dolor." Le dijo, sus dedos temblorosos tecleando el número de emergencias junto al botón del GPS.

Ella gruñó. "Claro... Qué fácil es decirlo cuando no eres tú al que le va a salir un niño del tamaño de un bulldog francés por la vagina."

"Lo sé, lo sé, pero esta es mi primera vez atendiendo un parto, tenme un poco de paciencia."

"¡Anda! Qué casualidad, esta también es mi primera vez estando de parto... Y la última, ya te lo digo." Otra contracción le dejó sin aire, jadeando. "Joder..."

La voz de una mujer reemplazó el sonidito de los pitidos y un grito de su acompañante la opacó hasta el punto en que TaeHyung sentía que podría volverse loco dentro de aquel coche, respirando hondo.

"Buenas tardes, voy de camino al hospital con una mujer que ha roto aguas hace menos de cinco minutos. Tardaremos otros quince o veinte en llegar. Por favor, avisen a un doctor. Gracias, adiós."

Y del mismo modo en que inició aquella llamada, la terminó, tragando saliva duramente, bajo la atenta mirada de su acompañante, quien no tuvo tiempo de decir nada en admiración a su rapidez cuando lloriqueó.

"¡Maldita sean las putas contracciones de mierda!"

El gesto de TaeHyung se torció, viéndose obligado a frenar cuando el semáforo se puso en rojo.

"¿Duele mucho?"

"Me quiero morir. Siento como si algo intentara aplastarme el vientre hasta querer convertirme en una hoja de papel."

"Suena doloroso, sí..." Murmuró, apretando los labios.

"¡Mierda!"

Volviendo a ponerse en marcha, respiró hondo, sintiéndose algo impotente al no saber qué hacer para ayudar. Una parte de él seguía completamente en blanco.

"Y cómo... ¿cómo te llamas?"

"Bomi, me llamo Bomi." Tragó saliva con dificultad. "¿Cómo te llamas tú?"

"TaeHyung."

"TaeHyung... Bonito nombre."

Él le sonrió. "Gracias, el tuyo también es muy bonito."

Poco después, reinó el silencio al TaeHyung no saber qué más decir, únicamente el ruido de los jadeos que Bomi dejaba escapar y sus lloriqueos por el dolor.

Tenía curiosidad por saber más de ella y de su embarazo, siendo algo que no podía evitar, más no quería ser un entrometido y hacerle sentir que estaba en medio de un interrogatorio mientras sufría.

Sin embargo, Bomi pareció notar su incomodidad incluso a través de su estado.

"Es un niño."

TaeHyung le miró, confundido. "¿Huh, disculpa?"

Bomi se señaló la barriga abultada.

"Que tendré un niño."

"Oh..." Su sonrisita apareció. "Debes estar muy emocionada y ansiosa por conocerle, ¿no?"

Ella asintió apenas, sonriendo también, aunque aquella sonrisa no llegaba a sus ojos. "Más que nunca... Aunque también estoy muy asustada, TaeHyung." Admitió.

"Es normal estarlo cuando tu vida va a cambiar por completo."

"Lo sé... Es sólo que no pensaba criar a mi hijo sola, ¿sabes?" Murmuró, inmediatamente topándose con sus ojos tristes. "El padre nos abandonó hace menos de dos semanas. Se fue sin decir nada y no he vuelto a saber de él. Supongo que su decisión es muy obvia."

Algo se encogió dentro de él.

"Lo siento mucho, Bomi..." Dijo, viendo como la mujer negaba.

"No te preocupes, está bien. Él se lo pierde, después de todo."

Entonces, TaeHyung asintió, encontrando que aquello era cierto. "Tienes razón... Él se lo pierde."

Bomi dejó escapar el décimo grito de la tarde, aferrándose al sujetamanos en la zona superior izquierda y estrujándolo con fuerza. Una nueva contracción quiso doblar su cuerpo a la mitad debido al profundo dolor y a la sensación sofocante de presión. Sus dientes casi rechinaron cuando apretó la mandíbula, sollozando silenciosamente. Era demasiado.

"Aunque, ¿s-sabes?" Titubeó, tragándose el dolor. "La verdad es que me cago un poco en su árbol genealógico pasando por alto a nuestro hijo, porque el... Ese hijo de la gran puta me prometió que formaríamos una familia juntos. Juntos. Los... Los dos. Y ahora me ha dejado." Apretó los ojos con fuerza. "Me ha dejado, TaeHyung, ¿te lo puedes creer? Me ha dejado a dos semanas de tener a su hijo."

El mencionado giró en la manzana, llenándose los pulmones de aire y asintiendo, pues sabía que nada de lo que diría calmaría todo lo que ella estaba sintiendo.

"¡Me ha abandonado el muy inútil! Le odio, le odio con toda mi alma." Escupió, apretando el puño libre. "Espero que cuando muera, los cuervos le saquen los ojos y las gaviotas aniden en sus huevos."

TaeHyung continuó en silencio, tratando de no verse horrorizado incluso si lo estaba, sus ojos ensanchados atentos únicamente a la carretera.

"Móvil..." Oyó que decía de repente.

Él se giró para mirar a Bomi, que parecía algo más calmada por haberse desahogado. "¿Eh?"

"Escucho un móvil..." Ella le observó también. "Está sonando en la parte de atrás. ¿Es tuyo?"

Sólo entonces, fue capaz de escuchar la melodía de su teléfono sonando en los asientos traseros (junto con su abrigo, la pizza y las botellas de refresco), aquella que había escogido especialmente para Jungkook.

Mierda. Jungkook. Por un momento se había olvidado de que este se encontraba esperándolo en ese dichoso hotel.

"Sí, es mío, debe ser un amigo con el que había quedado y me está esperando, pero no te preocupes que le llamaré en cuanto lleguemos al hospital."

Bomi suspiró, echando la cabeza hacia atrás. "Vale..."

"¿Sigue doliendo mucho?"

"Tanto que estoy planteándome golpearme la cabeza varias veces contra la ventana para perder el conocimiento." Asentía, pasándose la lengua por los labios, visiblemente agotada. "Y créeme que lo haría, de no ser porque tendrías que cargar conmigo y ya me has ayudado suficiente."

Una pequeña risita escapó de sus labios. "Claro que no, no digas eso, Bomi, no eres ninguna carga. Aunque apreciaría mucho que evitases darte de golpes contra la ventana, sobre todo porque hace poco me pincharon las ruedas y todavía sufro."

Bomi también rio, siendo esa la primera risa verdadera que alguien había logrado sacarle en las últimas dos semanas, acompañada de dos pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos.

"Vale, vale, tranquilo, evitaré romperte el cristal a cabezazos."

"Te lo agradezco en el alma, de verdad." Sonriéndole, devolvió la vista al frente.

La voz de Bomi que fue a decir algo al respecto, se vio atascada en su garganta por un alarido de dolor, volviendo a sollozar inevitablemente y apretar el sujetamanos. TaeHyung le apretó la mano libre como pudo, acariciándola.

"Respira hondo, ¿vale? Ya casi estamos llegando, Bomi, no falta nada."

Ella asintió, sus ojos llenos de lágrimas. "Sí... Lo intento, pero no puedo..."

"Claro que puedes, tú respira conmigo." TaeHyung tomó una profunda bocanada de aire. "Respira..." Pidió, esperando a que lo hiciese y cuando lo hizo, dejó escapar todo el aire en sus pulmones. "...e inspira lentamente." Bomi copió su misma acción otra vez. "Muy bien, ahora de nuevo."

La castaña sollozó una vez más, tratando de respirar profundo, aunque temblorosamente, que el aire llegase a sus pulmones sin interrupciones. Estaba asustada, cargada de miedo, dolor e inseguridad.

El teléfono de TaeHyung volvió a sonar.

"Tu teléfono..." Susurró entre hipidos. El rubio negó.

"Ignóralo, tú continua con lo que estamos haciendo. Respira e inspira poco a poco y cierra los ojos. No pienses en el dolor, ¿vale? Sólo concéntrate en tu respiración."

Asintiendo, hizo lo pedido. "¿E-Eres médico o algo así?"

"Soy abogado, o bueno, estoy terminando la carrera para convertirme oficialmente en uno."

"Oh, entiendo... ¿Y cómo es que..." Sus ojos se entrecerraron, otra contracción más robándole el aliento antes de poder tomar la palabra de nuevo. "...sabes tanto de esto? ¿Has hecho algún curso o algo así?"

El rubio volvió a asentir, por segunda vez viéndose obligado a detenerse en otro semáforo. Bomi chasqueó la lengua.

"Hice un curso de primeros auxilios para ayudar a mi madre cuando saliera del hospital."

"¿Está ingresada?"

En esta ocasión, TaeHyung negó. "Estaba. Murió hace casi un año, tenía cáncer."

Bomi se arrepintió de hacer aquella pregunta en ese mismo instante, tan pronto como TaeHyung contestó, viéndose consternada.

"Vaya... Lo siento mucho, TaeHyung..."

"No, no te preocupes, estoy bien." Con una sonrisa, dijo, girando el rostro para mirarle antes de reincorporarse a la carretera. "Además, al menos ese curso me ha servido para ocasiones como esta."

Ella le devolvió la sonrisa. "Claro que sí."

Un minuto después, TaeHyung aparcó de cualquier forma en el parking, agarrando rápidamente sus pertenencias (móvil, cartera y llaves) para salir del coche y abrirle la puerta a Bomi, quién con su ayuda bajó torpemente. Al instante, un paramédico estaba frente a ellos con una silla de ruedas.

"¡Putas contracciones!" Gritó, mientras volvía a tomar asiento.

"¿Hace cuánto han empezado las contracciones?"

"Menos de veinte minutos, diría yo."

El paramédico asintió, corriendo hacia el interior del hospital después de ponerle el tensiómetro. "¿Sabría decirme con qué frecuencia?"

TaeHyung negó, siguiéndole de cerca. "Se quejaba a cada rato, así que probablemente menos de un minuto entre contracción y contracción. Estaba muy asustada."

"De acuerdo, gracias." Le dijo, visualizando a una de las doctoras. "Doctora Ahn, rápido, la necesito aquí. Ha llegado una mujer embarazada con contracciones frecuentes y tensión alta desde hace casi veinte minutos."

La misma doctora que atendió a TaeHyung durante su urgencia y se encargaba de los voluntariados, se acercó inmediatamente, reconociendo al rubio y dándole una sonrisa algo tensa. Ella se dirigió a Bomi.

"Hola, cielo, ¿cómo te llamas?"

"Yoon Bomi."

"Encantada, Bomi, yo soy la doctora Ahn. Dime, ¿te sientes muy mareada?"

Bomi negó de inmediato, respirando hondo tal y como TaeHyung le había enseñado. "No, me siento bien, pero las contracciones me están matando, doctora Ahn. No las aguanto. Estoy... Estoy muy nerviosa, mi amigo TaeHyung ha tenido que enseñarme ejercicios de respiración por el camino porque no podía más."

La sonrisa de la doctora se ensanchó cuando hizo contacto visual con el rubio, quien se la devolvió.

"Eso es normal, no te preocupes, ¿vale? Ahora vamos a llevarte a una habitación para poder examinarte bien, ver si has dilatado y todo eso que seguramente ya habrás oído miles de veces."

"¿Me pueden sacar al bebé ya?"

Ella rio. "Todo eso depende de la dilatación, Bomi, no te apresures."

"Está bien..."

"Nos vamos, ¿de acuerdo?"

"Sí, por favor, dese deprisa." Desesperadamente movió la cabeza, antes de buscar al rubio y tomar su mano con fuerza. "Ay, TaeHyung... Que voy a tener a mi hijo ya... Qué nervios."

El susodicho sonrió de oreja a oreja, poniéndose en cuclillas para tomar su mano. "Todo va a salir bien, ya lo verás, estate tranquila." Bomi asintió, el horror siendo más que evidente en sus ojos. "Yo estaré aquí fuera esperándote hasta que todo haya acabado, te lo prometo. No me moveré de aquí."

"Vale... Gracias."

"No es nada, Bomi. Nos vemos dentro de un rato, mucha suerte y respira como hemos aprendido, ¿de acuerdo?"

Por última vez, Bomi asintió, antes de que la doctora Ahn se alejase por el pasillo arrastrando su silla de ruedas. TaeHyung permaneció allí de pie hasta que no hubo rastro de ella, luego tomó asiento en una de las sillas en la sala de espera, frotándose el rostro.

Probablemente le costaría meses, sino años superar lo que había vivido esa tarde. El caos, la impresión, la experiencia inigualable y toda esa cantidad de sentimientos mezclados.

Su teléfono vibró por tercera (o tal vez cuarta, quinta... ¿quién sabía?), esta vez teniendo total capacidad para atender la llamada que le pertenecía a un pobre y olvidado Jungkook, quien seguramente estaría muy molesto con él. TaeHyung aceptó.

"Jungko-"

"Llevo una hora esperando aquí como un gilipollas, TaeHyung. Una hora sin que contestes mis mensajes, mis llamadas ni mucho menos des señales de vida... ¿Me puedes explicar de qué va todo esto?"

En efecto, sonaba tan molesto como TaeHyung creía que debía de estar. O al menos, lo suficiente como para sustituir el agradable mote de «Rubito» por su nombre de pila.

"Lo siento mucho, Jungkook, es que ha pasado algo cuando iba de camino y ahora estoy en el hospital, por eso no he podido responderte antes."

Aquello también fue suficiente para que Jungkook dejase a un lado su molestia y la transformara completamente por preocupación, su ceño incluso frunciéndose e incorporándose del asiento de la camioneta.

"¿Qué? ¿En el hospital?"

Suspirando, él asintió. "Una mujer embarazada rompió aguas a menos de dos metros de donde yo estaba, así que tuve que traerla."

"Pero, ¿tú estás bien?"

"Físicamente sí... Pero tengo la cabeza hecha un lío ahora mismo, Jungkook." Admitió, procediendo a disculparse por tercera vez, pues realmente no sentía. "De verdad siento mucho no haberte avisado a tiempo y que hayas tenido que esperarme, te prometo que no tenía nada de esto planeado."

El susodicho negó. "No te preocupes por eso ahora, ¿en qué hospital estás?"

"En el mismo de siempre, acaba de atendernos la señora Ahn."

"Perfecto, voy para allá."

TaeHyung fue a decir algo más, justo cuando Jungkook colgó, dejándole con una sensación extraña en el pecho. Caliente por la conmoción de saber que acudiría a él y fría por la culpa de haberle hecho esperar tanto tiempo incluso cuando tenía planes totalmente diferentes para ellos.

Incluso había comprado pizza para los dos...

Jungkook llegó al hospital media hora después, adentrándose e inmediatamente buscando al rubio con la mirada, topándose con sus ojos, pues este se encontraba mirando hacia la puerta con la intención de verle también. TaeHyung levantó el brazo para indicarle que se acercara, cosa que hizo de inmediato.

"Gracias por venir, siento-"

"¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?" Con rapidez, justo después de sentarse a su lado, le tomó el rostro, analizándolo. "No pareces tener heridas."

Una risita abandonó sus labios. "Jungkook, he traído una embarazada, no un jaguar. Estoy bien, sólo un poco..." Se encogió de hombros al no saber cómo expresarse. "Raro, supongo. Es la primera vez que tengo que calmar a una mujer con contracciones."

"¿Estás bien?"

A pesar de su explicación, el azabache parecía no haberlo entendido.

Riendo todavía, TaeHyung volvió a asentir. "Sí, tranquilo... Aunque le dije a Bomi que me quedaría aquí hasta que todo terminase y ella se encontrara bien. No quiero dejarla sola."

"Ya me lo imaginaba, rubito."

"Siento no haberte podido avisar antes, de verdad, te prometo que no lo hice intencionalmente."

Jungkook movió la cabeza a modo de negación. "Lo sé, no te preocupes."

"Hasta compré pizza para sorprenderte como agradecimiento por tu ayuda." Añadió, haciendo un puchero. "Encontré un local donde hacían esa al estilo coreano que tanto te gustaba y quise llevártela, pero no he podido. Lo siento."

Con el corazón acelerado, el azabache se inclinó para acallar sus quejas con un casto beso, sosteniéndole la barbilla, silenciándole antes de separarse.

"...seguro que está fría ya..." Acabó sus lamentos con un lloriqueó. Jungkook volvió a besarle.

"Esto es más importante que cualquier pizza, rubito, así que no tienes por qué disculparte. Ya nos comeremos esa pizza aunque esté fría y me invitarás a muchas más, no te preocupes."

TaeHyung mordió su labio inferior, hipnotizado por los ojos ajenos, por el modo en que estos lo miraban. Tan brillantes, puros, llenos de una adoración que no llegó a apreciar y una dulzura inigualable. Jungkook le sonrió.

"¿Seguro?"

"Segurísimo, claro que sí. Hay tiempo para todo, así que no me voy a quejar por esperar a que tu nueva amiga tenga a su hijo. O a sus hijos, yo que sé... Lo que lleve ahí dentro."

De nuevo, el corazón del rubio se aceleró hasta sentirlo en su garganta, riendo.

"Es un niño... Pero, ¿en serio te vas a quedar esperando?"

Jungkook apenas se encogió de hombros. "Mi plan de miércoles por la tarde era medir cortinas y sábanas en un hotel, todo eso sin poder usar las camas, claro... Así que imagínate lo que me afecta esperar en un hospital."

"Aquí tampoco podemos usar las camas, Jungkook."

"Bueno, esa es tu opinión."

Otra risa abandonó sus labios. "Eres un cerdo..." Suspiraba, apoyando la cabeza en el hombro ajeno poco después de aferrarse a su brazo.

Necesitaba tener a alguien cerca que le proporcionara paz, y de algún modo esa persona era Jungkook. Sin ningún tipo de advertencia, señales (que claramente él pudiera ver) o pistas, pero lo era. Y no había forma de que pudiera quejarse, no cuando su corazón se sentía en una nube.

Al cabo de unas cinco horas, cuando TaeHyung dio por hecho que su estómago se había devorado a sí mismo incluso después de haber comido tres snacks de bolsa que Jungkook trajo para ellos y dos gaseosas (esas que tanto odiaba), ambos se encontraban charlando.

"...la madre de Siyeon me dijo que mañana pueden dedicarse enteramente al hotel sin problemas, así que le he pedido el favor de que midan una de las cortinas, sábanas y algunos cojines para tener las medidas exactas." Explicaba el rubio. "Iré con Bank a comprarlo todo y el viernes nos encargaremos de preparar el hotel."

Jungkook asintió, escuchándole con atención.

"El jueves de la próxima semana es cuando empiezan los desalojos, ¿no? Sé que algunas personas ya han dejado sus viviendas antes de tiempo."

"Sí, tenemos muy poco tiempo para prepararlo todo, pero bueno... Nos buscaremos la vida como sea."

Al instante de decir aquello, notó una mano de Jungkook en su hombro, apretando suavemente y masajeándolo poco después, enviándole ánimos de manera silenciosa, pues sabía que TaeHyung los necesitaba.

Tan sólo unos minutos después, la señora Ahn apareció por el pasillo con una sonrisa de oreja a oreja, un gorro quirúrgico y los ojos cansados.

"TaeHyung, hola, cielo." Ella lo saludó, acercándose a ellos y ensanchando su sonrisa cuando vio a Jungkook también allí, este sonriéndole de vuelta.

"Doctora Ahn, ¿cómo va todo? He preguntado a otros doctores y nadie me dice nada."

"Todo ha salido genial, tu amiga Bomi ha dado a luz un niño sanísimo, con los pulmones más sanos que he escuchado en mi vida." Explicó, viéndole suspirar, aliviado. "Ella me ha preguntado por ti, quería saber si seguías aquí."

TaeHyung se incorporó. "¿Ella está bien? ¿Puedo ir a verla?"

"Por supuesto que sí, seguro que está deseando verte. Habitación ciento siete, en esta misma planta."

De inmediato el rubio se puso en pie, dándole una mirada rápida a Jungkook, quién no tardó en sonreírle.

"En seguida vuelvo, ¿vale?"

"Claro, rubito, aquí te espero."

"Gracias."

Un segundo después, desapareció a toda velocidad por el pasillo, ansioso, nervioso y muy emocionado, buscando con la mirada la habitación donde Bomi se encontraba descansando. La encontró al cabo de unos minutos, golpeando para pedir permiso.

"Adelante." Una voz cansada dijo desde el interior.

TaeHyung abrió, asomando la cabeza sólo para que Bomi pudiera ver que se trataba de él. Tan pronto como sus ojos se encontraron, ella sonrió de oreja a oreja, incluso si se sentía demasiado cansada hasta para mover los músculos de su rostro.

"No te has ido..."

"Claro que no, ¿cómo iba marcharme sin saber nada de mi nueva mejor amiga? No podría." La sonrisa ajena se ensanchó aún más, conforme el rubio se acercaba a ella. "¿Qué tal? ¿Cómo te sientes?"

"Cansada y adolorida, pero muy bien... Ha sido parto natural, así que estoy contenta porque me habían metido mucho miedo con todo el tema de la epidural." Explicó, antes de mover los brazos para mostrarle aquello que sostenía. "Mira qué pequeñito es... Todavía no me lo creo."

TaeHyung observó al bebé con el corazón derretido en su pecho.

"Es adorable, Bomi..."

"Y sorprendentemente guapo para ser un recién nacido, también, porque todos los que he visto parecían castañas crudas."

Una carcajada abandonó sus labios. "Tienes razón, sí." Asentía, suspirando. "¿Y ya tiene nombre, o aún no?"

Bomi se acomodó, luciendo pensativa antes de tomar la palabra otra vez.

"Pues, ¿sabes...? Tenía pensado llamarle igual que su padre y que fuera una sorpresa para él... Estaba segura de que le haría ilusión, pero se ve que él no opinaba lo mismo." Dijo. El gesto de TaeHyung se torció. "Por lo que he decidido nombrarle en base a la única persona que me ha ayudado en el momento más importante de mi vida."

"Eso es adorable, Bomi."

"Lo sé." Ella le sonrió, moviendo los brazos para mostrarle de nuevo al bebé que dormía plácidamente. "Te presento a TaeHyung, TaeHyung."

De inmediato, el corazón del (último) mencionado se detuvo por unos instantes, antes de latir desbocado conforme sentía las lágrimas agolpándose en sus ojos y se acercaba aún más a la cama. Estaba a punto de llorar si ella no le decía ya mismo que era una broma.

"Bomi..." Susurró.

"Sé que quizás sea algo precipitado, ya que no nos conocemos de prácticamente nada, ¿sabes? Pero ya sin conocerme me has ayudado más que cualquiera de mi círculo. Has dejado todo lo que estabas haciendo por mí, me has traído y calmado durante todo el camino e incluso te has quedado para saber cómo estaba..." El rubio cedió, llorando silenciosamente a su lado. Ella le sonrió. "Quiero que mi hijo tenga tu nombre, si te parece bien, claro."

TaeHyung adulto sollozó. "Claro que me parece bien, Bomi, m-me parece maravilloso y me hace muy feliz, te lo aseguro. Estoy encantado... Gracias, mil gracias."

Ella suspiró, aliviada, antes de quitarle las lágrimas con una mano temblorosa.

"Gracias a ti, TaeHyung... Por todo."

Este le sonrió con dulzura, acunando su mano. "No hay nada que agradecer."

Un tiempo más tarde, TaeHyung y Jungkook salían del hospital, yendo en dirección al coche del rubio.

"¿Le ha puesto tu nombre al bebé?"

"Sí, para mí también ha sido un shock..." Admitió, incapaz de creerlo todavía. "Ven, por aquí. La comida está en mi coche."

"¿Y cómo te sientes al respecto?" Quiso saber, viéndole encogerse de hombros.

"En realidad muy conmovido. También se ha convertido en un momento que probablemente jamás sea capaz de olvidar y que termine así de... bonito, me pone muy contento."

"Me alegra que así sea, entonces."

"Y a mí." Asentía, mientras dejaba escapar un suspiro y abría una de las puertas traseras, mostrándole ambas cajas de pizza apiladas de mala manera en los asientos. "¿Ves? Estas son las pizzas, seguro que deben estar frías y duras como piedras a estas alturas..."

Jungkook se inclinó a su lado para poder ver de lo que hablaba. "Claro que no, no seas tonto, tampoco ha pasado tanto tiempo desde que las compraste."

TaeHyung miró la hora en su reloj de muñeca. "Casi siete horas, Jungkook... Yo creo que eso es bastante."

"No es tanto, se pueden comer perfectamente."

"¿Seguro?"

"Segurísimo." Asintió, abriendo la caja más grande y sacando un trozo de pizza. Efectivamente, estaba frío y duro como una piedra; mas no iba a retractarse.

Se metió el trozo en la boca, mordiéndolo y masticándolo sin que pareciera que estaba masticando un trozo de cartón, algo que se le dificultaba bastante, pues su mandíbula parecía estar sufriendo.

Él tragó con dificultad, bajo la atenta mirada del rubio, quién había notado su arduo trabajo.

"Hm... Bueñíchima..." Aseguraba, a pesar de que podía notársele la voz rasposa debido al daño que aquel trozo había causado en su pobre garganta.

El rubio soltó una carcajada, meneando la cabeza de un lado a otro. No sabía si Jungkook era orgulloso por naturaleza o simplemente no quería hacerle sentir culpable por haber tardado tanto con la comida, pero fuese cual fuese la razón detrás de su insistencia, estaba agradecido con él, por lo que se inclinó para besar su comisura labial.

Jungkook le miró algo confundido, masticando un segundo trozo con las mejillas abultadas.

"¿Qué pacha?"

"Nada." TaeHyung se encogió de hombros, negando. "Sólo pienso que eres encantador."

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