✧c.-030
N/A: Amo a este Jungkook por encima de mis posibilidades, lo amo tanto que pondría una escultura de él bañada en oro como portada, lo amoooooo xD
Cap dedicado a Tesshyung ♡♡
Hoy os recomiendo 'Strangers' de Lewis Capaldi, cuya voz amo casi al mismo nivel que a este Jungkook.
[...]
Una vez TaeHyung y los demás se marcharon, dejando a Jungkook con el sabor de una victoria agridulce en los labios y un sentimiento de impotencia que nació en cuanto vio al rubio a punto de llorar, este no perdió el tiempo antes de dirigirse hacia Fourth, quién continuaba mostrándose consternado por la situación anteriormente presenciada y ahora parecía un cachorro herido a manos de Siyeon, su hermano mayor y Sua.
"Fourth, dime quién ha sido el imbécil ese."
"¿Para qué?"
"Tú dímelo, sólo quiero hablar con él."
Fourth negó. "No lo conozco, Jungkook... Sé que es un chico al que he visto algunas veces por el barrio, incluso por el bar de mi hermano, pero no tengo ni idea de cómo se llama."
Mordiéndose el labio inferior, Jungkook dejó escapar un suspiro. "¿Puedes llevarme hasta dónde os topasteis con él?"
En esta ocasión, el menor asintió.
"Sí, claro."
"Pues vamos, te sigo."
Fourth vació sus pulmones, relamiéndose los labios antes de comenzar a andar por delante de Jungkook y su hermano, quien silenciosamente se les unió, siendo movido por su instinto protector, aquel que siempre salía a la luz cuando se trataba de él.
Guio a ambos hasta la zona donde exponían diversos coches todos los fines de semana, muchos de ellos siendo los que Jungkook y otros participantes solían usar durante las carreras.
"Por aquí estábamos Gemini y yo cuando se nos acercó." Murmuró, deteniéndose cerca de los puestos de comida, buscando por todas partes hasta dar con una cara conocida. Entonces, halló al susodicho junto a un grupo de chicas. Él lo señaló. "Es ese de ahí, el del pelo blanco."
Mos se aclaró la garganta. "Lo conozco, le he visto varias veces por el bar... Se llama Bonggil."
El azabache asintió, visualizando al chico que le daba la espalda. Era mucho más bajo que él, tenía el cabello blanco, tal y como Fourth había mencionado y llevaba ropa holgada.
"De acuerdo, iré a hablar con él." Avisó, dispuesto a hacer aquello mismo que había dicho. Sin embargo, antes siquiera de poder dar un paso hacia él, Fourth puso una mano en su brazo, impidiéndoselo.
"Hazme el favor de no pelearte con él, ¿vale? Ya tengo suficiente con haber visto cómo pegaban a Gemini, no quiero que también te lleves tú golpes."
Jungkook le observó, viéndole los ojos cansados.
"Tranquilo, sólo voy a hablar, nada más." Aseguraba, dándole una última mirada. "A ti no te ha hecho nada, ¿verdad?"
"No, a mí no."
Sólo entonces, asintió. "Bien... Pues ahora vuelvo."
No esperó a que ninguno de los dos dijera nada, simplemente avanzó entre la multitud, dejándolos atrás mientras se decía a sí mismo que no necesitaba ser demasiado brusco a la hora de expresarse y que, como él y otros muchos de sus allegados, aquel individuo sólo era una víctima más del alcalde. Al igual que sus propios hijos.
"Oye, tú... Bonggil." Lo llamó, pasándose la lengua por los labios.
El chico, que le daba la espalda, se giró con el ceño fruncido. "¿Pasa algo?"
"Sí... Me gustaría hablar contigo sobre una cosa que ha sucedido recientemente." Observando a las chicas que parecían acompañarlo, añadió: "A solas, si es posible."
"De acuerdo, está bien." Asintió, mostrando confusión antes de dirigirse a ellas. "Os veo ahora en un rato, ¿de acuerdo? No tardo."
Una vez se marcharon y quedó a solas con el azabache, se aclaró la garganta, todavía sin saber cuál era el propósito de Jungkook, ni mucho menos por qué este le observaba como si estuviera intentando no saltarle encima. Lo único que tenía claro, es que había visto su cara en otro lado.
"Yo a ti te conozco..." Lo señaló. "Tú eres el chico que acaba de ganar la carrera, ¿verdad? Jeon Jungkook, o al menos eso decía la chica. Vienes mucho por aquí."
"Ya no tanto, pero sí."
"Bien... ¿Y qué puedo hacer por ti?"
Jungkook dio un paso en su dirección, quedando más cerca. "Verás, hace un rato te cruzaste a dos chicos, uno de ellos era el hijo del alcalde. Te acercaste a él y le diste un puñetazo en la nariz, si no me equivoco." Tomándose el atrevimiento de incluso tocarlo, su dedo índice golpeó la nariz ajena, casi echándole el cuello hacia atrás. "Justo aquí, ¿verdad?"
Aquella acción inesperada causó incomodidad en aquel individuo, cuyo ceño se frunció, antes de alejarse.
"¿Qué haces?"
"¿Me equivoco o no? Porque su nariz estaba sangrando cuando me encontré con él."
De nuevo, dio otro paso hacia atrás. "¿A ti qué te importa si le golpeé o no?"
Su tono de voz seco, a la defensiva y el ceño fruncido que mantenía, sin llegar a darle una respuesta positiva aún, hicieron que Jungkook sintiera como la sangre le hervía en las venas.
"Bueno... Estoy intentando ser considerado contigo ahora mismo, pero no cooperas." Le dijo, acortando la distancia tras dar un paso en su dirección.
El chico retrocedió, mirando hacia los lados como si creyese que estaba en una emboscada. "¿De qué va todo esto?" Quiso saber. "Sí, me enfrenté a él y le di un puñetazo, ¿te molesta eso? ¿Te afecta?"
Jungkook negó, ladeando la cabeza. "Es cercano a alguien que me importa, así que sí, indirectamente me afecta."
"Pues lo siento por ti, pero a mí también me afecta que su puñetero padre vaya a dejar a los míos sin casa. Tengo una hermana embarazada que probablemente termine durmiendo debajo de un puente por su culpa." Escupió, siendo él quién se le acercara, manteniendo su estado defensivo. "¿Tú sabes lo que es eso? ¿Eh, lo sabes?"
Empujándole por los hombros, el azabache volvió a obligarse a mantener la calma. No podía señalarle por actuar así, ya que él mismo había hecho algo parecido cuando acusó a TaeHyung de ser un infiltrado de su padre, pagando toda su frustración con él, incluso si no lo merecía.
"Cálmate." Pidió, mordiéndose la lengua. "Comprendo tu situación y que te sientas así, porque, al igual que tú, tengo a gente cercana que también perderá su casa por culpa de todo esto. Eso es una mierda, pero partirle la nariz al hijo del alcalde no va a solucionar nada."
Un bufido abandonó los labios de Bonggil, conforme se le expandían las fosas nasales. "¿No? ¿De verdad?"
"Sí, de verdad."
"¿Y tú cómo estás tan seguro?"
"Porque del mismo modo que tu familia y los otros civiles, ese chico no es más que un daño colateral." Le dijo, volviendo a golpearle con su dedo en el pecho. "Créeme, él está tan disgustado como tú."
Otro bufido sonó. "Ya, seguro... Se vive muy disgustado en una mansión con jardín y piscina privada, ¿verdad? Apuesto a que debe estar súper molesto durmiendo en su camita de príncipe, mientras mis padres tienen que buscarse la vida."
Jungkook ladeó la cabeza, suspirando.
"Entiendes lo que quiero decir, Bonggil. Que sea su hijo no quiere decir que esté de acuerdo con lo que hace."
El susodicho asintió, ahuecando su mejilla con la lengua. "Ya..."
Claramente no parecía tener intenciones de dialogar con él, mucho menos de considerar sus palabras siquiera, por lo que Jungkook asintió, comprendiendo cómo funcionaban las cosas antes de dar un paso hacia atrás.
"Mira... Créeme o no, eso no me importa; esto sólo era un aviso para que no vuelvas a acercarte a él ni mucho menos golpearle." Le dijo, encogiéndose de hombros. "Si llego a ver que le haces algo, y reza porque no sea así, tu nariz será la que acabe rota. Ni me molestaré en ser considerado contigo."
Volviendo a asentir, lo fulminó con la mirada, pues sabía de antemano que no tenía oportunidades en una pelea cuerpo a cuerpo.
"Perfecto, eso es muy valiente por tu parte. Te felicito."
"Tú actuaste a traición frente a una persona que no podía defenderse, yo al menos te estoy advirtiendo de lo que pasará. No seas un llorón."
Sin decir nada más, tampoco escuchar una respuesta por su parte, Jungkook se dio la vuelta, marchándose de allí. Incluso si comprendía su situación, la entendía y apoyaba su enfado, jamás podía permitir que tocasen a alguno de los suyos. Nunca.
El domingo por la mañana TaeHyung se despertó temprano, habiéndose pasado toda la noche en vela, como casi todas las anteriores, sin poder pegar ojo.
Gemini y él se habían ido a la cama en completo silencio, no hablándose en ningún momento, así que TaeHyung se sentía miserable; con un dolor tan fuerte que le traspasaba el corazón. No podía evitarlo, pues pensar que su hermano, la persona a quién más quería y querría alguna vez, pensaba en él de aquella forma. Le rompía el alma.
Salió del baño y seguidamente de su habitación, una vez se lavó los dientes, la cara y se vistió cómodamente para el día, yendo directo a la cocina a por un café. Él odiaba el café, pero no hallaba manera de sobrevivir tantas horas despierto sin nada que le ayudase.
"¿Dónde he puesto la maldita leche...?" Murmuraba para sí mismo, buscando entre los armarios un bote de leche que no estuviera vacío. Finalmente, vio una al fondo del último armario, sacándola. "Aquí estás."
Suspirando, apenas tuvo oportunidad de siquiera moverse una vez se puso recto de nuevo, sintiendo un par de brazos rodeándole desde atrás y una cabeza posándose en su hombro, ocultándose allí, dejándole inmóvil hasta que escuchó la suave voz de Gemini, lo que le hizo sentir más tranquilo.
"Lo siento..." Susurró, lloriqueando. "Lo siento mucho, no debí haberte dicho eso..."
Él se giró con algo de dificultad, viendo su rostro repleto de lágrimas. El corazón se le rompió en mil pedazos. "Gemini..."
"Bank tenía razón, sólo estaba pagando mis frustraciones contigo porque me sentía humillado después de que ese hombre me golpease, pero no es tu culpa nada de lo que pasó. Lo siento mucho, TaeHyung."
Asintiendo, se esforzó por darle su mejor sonrisa. "Está bien, lo entiendo, ¿vale? No te preocupes, no estoy enfadado contigo."
Gemini sorbió por la nariz, apretando los labios. "No quise decirte todo eso..."
"Lo sé, estabas enfadado, lo entiendo."
"Es que odio la idea de que papá sea el culpable de todo lo que está pasando, ¿sabes?" Le dijo, aún con la barbilla temblando. "Sé que no es nuestra culpa y que probablemente no podamos hacer nada para evitarlo, pero lo odio."
TaeHyung le limpió aquellas lágrimas como pudo, comprendiendo su dolor.
"Me duele pensar en toda esa gente que quedará en la calle. En todos esos abuelos, en los niños, en las familias afectadas, sus mascotas... Todos. Es injusto."
"Claro que lo es, Gem, es muy injusto." Concordaba, apretando los labios para evitar llorar él también.
Sollozando, el menor de ambos hermanos volvió a ocultar su rostro en el hueco entre su hombro y cuello, escondiéndose ahí como si supiera que de ese modo nadie más podría hacerle daño. Una vez más, TaeHyung seguía siendo su lugar seguro.
"No puedo... No puedo evitar pensar en la suerte que yo tuve, el privilegio." Pronunció, con voz temblorosa. "Incluso si no es algo que pedí, ni tampoco busqué, llegó a mí el día que me adoptasteis."
TaeHyung le sonrió. "También fue nuestra suerte."
Gemini le devolvió la sonrisa con tristeza.
"Nuestros padres y tú no sólo me disteis una familia, sino también una nueva vida... Una vida solucionada, en la que no tenía que preocuparme por nada nunca más." Añadió. "Y de no ser por vosotros a día de hoy podría estar en cualquier lugar."
"No, claro que no..." Quiso decir, pero él siguió hablando.
"...quizás hasta yo sería una de esas personas que terminará viviendo en la calle."
El corazón de TaeHyung se detuvo por un momento, viéndose horrorizado ante el simple pensamiento de su hermano viviendo en aquellas condiciones.
"Gemini, no digas eso ni en broma."
"Pero es la realidad, TaeHyung, lo sabes perfectamente." Señaló, quitándose las lágrimas. "Si no me hubierais adoptado vosotros o cualquier familia, ahora estaría en un lugar muy diferente a este. Tal vez solo, sobreviviendo por mi cuenta quién sabe dónde."
Sus ojos se llenaron de lágrimas, porque incluso si quería negarlo, la realidad era la que era. Dolorosa y desafortunada para muchos.
"Lo que quiero decir con esto es que yo he tenido suerte y la tendré siempre, porque te tengo a ti, tengo la vida solucionada, estudio y hago lo que me gusta; ellos no. A ellos le han dado la espalda cuando más ayuda necesitaban." Dejando escapar un suspiro, explicó. "Por es que me enfada tanto esta dichosa situación."
"Te entiendo perfectamente, Gem, a mí también me enfada y desearía poder hacer algo al respecto."
TaeHyung suspiró, volviendo a quitarle una lágrima solitaria del rostro antes de asentir una vez más, observando los ojos de su hermano, quién le sonrió con tristeza. Aquella pequeña sonrisa cargada de angustia y desesperación fue más que suficiente para que tomara una decisión irrevocable.
"¿Y sabes qué? Lo voy a hacer." Sentenció.
Gemini le observó, confundido.
"¿El qué vas a hacer? No te sigo."
"Intentar arreglar todo el destrozo de papá y su nuevo proyecto..." Respondía, vaciando sus pulmones, temiendo que esa fuera la última vez que pudiera hacerlo.
TaeHyung sólo esperaba que las cosas salieran lo mejor posible, y, sobre todo, no morir en el intento a pesar de que las posibilidades de hacerlo eran muy altas. Altísimas. Ese era su mayor deseo.
Necesitó un par de horas más para prepararse, mental y físicamente, antes de salir de su casa, dejando atrás a un muy confundido Gemini, quién quería respuestas. Respuestas que TaeHyung no tenía pensado darle de momento, hasta que él mismo pudiera asimilar lo que su mente estaba planeando. Aún no podía. Era demasiado para él. Probablemente sería incapaz de conseguirlo hasta tenerlo todo el sus manos.
Se alejó por la carretera poco después, luchando contra sus propios pensamientos y su miedo interno, queriendo acallarlo incluso si este era más ruidoso que la música que sonaba en la radio.
Una vez llegó a la finca donde vivía su padre, rezando internamente por no encontrárselo (aunque una parte de él ansiaba volver a verlo, la parte que seguía siendo un niño adorando a su padre), mientras bajaba del coche y se llenaba los pulmones de aire. El corazón le latía a toda velocidad y los nervios se anudaban en la boca de su estómago. Estaba ansioso, tenso, nervioso y atemorizado, sin saber lo que iba a encontrarse ahí dentro, lo que sucedería.
Caminó hasta la entrada, pasando por el extenso camino de piedras pequeñas hasta finalmente estar frente a esta. Era ahora o nunca, pensó para sí mismo, justo antes de que se abriera en sus narices. Kyungsoo, el amo de llaves, apareciendo detrás.
"Buenos días, señor TaeHyung." Saludó, como si supiera de antemano que él iría, y viendo su mueca confundida, le sonrió. "He reconocido su coche mientras aparcaba. ¿Ha venido para ver a su padre?"
Él negó, adentrándose. "No, en realidad no... ¿Sabe si está en su despacho?"
"Sí, justo acaba de tener una reunión." Asintió, echándose a un lado para dejarle pasar y cerrando la puerta tan pronto como lo hizo. TaeHyung dejó escapar un suspiro. "¿Quiere que le avise de que ha llegado?"
"No te preocupes, Kyungsoo, yo mismo iré. Gracias."
Este hizo una reverencia. "Es un placer, señor."
Mordiéndose el labio inferior, TaeHyung avanzó hacia la sala de estar, cruzándola hasta meterse en el amplio pasillo, que daba a diversas habitaciones, siendo una de ellas el despacho privado de su padre y la biblioteca familiar, donde solía esconderse con Gemini y su madre cuando ambos eran pequeños.
Se llenó los pulmones de aire sólo para vaciarlos de inmediato, dejando atrás dicha biblioteca con un leve movimiento de cabeza, negando. Llevaba meses sin pisarla, temiendo los recuerdos que llegarían a él una vez lo hiciera. No estaba preparado para rememorarlos sabiendo que ella ya no estaba allí.
Tal vez, tampoco estaba preparado para todo esto, para hacerse cargo de tantas responsabilidades. Responsabilidades que ni siquiera le correspondían. Sin embargo, una vez se encontró a sí mismo frente a la puerta del despacho de su padre, supo que no había vuelta atrás.
Tocó la puerta con los nudillos, cerrando fuertemente sus ojos antes de escuchar la voz del alcalde tras esta.
"Adelante."
Seguido de eso, TaeHyung enroscó sus dedos alrededor del picaporte y la abrió lentamente, dejándose ver frente a su padre, quien no esperaba aquella visita bajo ningún concepto. Llevaba días ignorando no sólo sus llamadas, sino también sus mensajes.
"Hola, papá."
El susodicho inmediatamente se puso en pie, con los ojos brillantes.
"Vaya... Por fin te dignas a dar señales de vida." Murmuró, la angustia siendo más que evidente en sus ojos. El corazón de TaeHyung se apretó con fuerza. "Ya estaba empezando a pensar que no volvería a tener noticias de mis propios hijos."
TaeHyung miró hacia otro lado. "En realidad no vengo para hablar contigo, sólo quería llevarme los documentos del hotel."
El señor Kim no pudo evitar verse decepcionado ante las palabras de su hijo mayor, apenas asintiendo. Lucía cansado, como si apenas hubiese dormido correctamente, tal vez incluso comido. Parecía preocupado, triste, tanto que el rubio se preocupó, llegando incluso a sentirse culpable.
"Ya veo... ¿Has decidido ya lo que harás?"
"Me voy a hacer cargo de él, sí." Asintió, relamiéndose los labios. "Pero ya que está a mi nombre y dentro de poco bajo mi responsabilidad, lo llevaré como lo crea conveniente. A mi manera."
"Muy bien, hijo." Le dijo, mientras abría uno de los cajones que más a mano tenía y sacaba toda una carpeta llena de documentos, bajo el nombre de dicho hotel. Se los entregó a TaeHyung. "Toma, aquí tienes."
Él los tomó. "Gracias. Oh... y tampoco quiero que te involucres, ni mucho menos opines sobre las cosas que tengo planeadas."
Su ceño se frunció, ladeando la cabeza como si fuera consciente de que algo se le escapaba. Conocía demasiado bien a su primogénito como para no hacerlo. "¿Por qué dices eso? ¿Qué pretendes hacer, TaeHyung?"
"Eso es asunto mío, papá."
Con ambas manos apoyadas en el escritorio, le observó.
"El hotel de tu abuelo es un negocio familiar, TaeHyung, lo sabes de sobra. La única condición que él te puso fue que mantuvieras eso en cuenta, así que deberías respetarlo. No puedes actuar como se te venga en gana."
TaeHyung abrazó la carpeta de documentos contra su pecho, alzando las cejas, claramente retando a su padre.
"¿Por qué no puedo? ¿Acaso va a resucitar para impedírmelo?"
Su padre frunció el ceño, viéndose muy decepcionado ante aquel tono tan evidente de burla, frío e impasible, ni siquiera manteniendo la seriedad que merecía. Estaba convencido de que no le habían educado así.
"No hables así de tu abuelo, le debes un respeto."
Asintiendo, dio un paso hacia atrás. "Claro... El mismo respeto que él tenía por Gemini, ¿verdad? Que ni siquiera lo reconocía como su nieto por ser adoptado."
"TaeHyung..."
"No eres el más indicado para hablarme de condiciones ni promesas, papá." Siquiera dudó en recriminarle, señalándolo con un dedo acusatorio. "No cuando prometiste muchas cosas que probablemente nunca vayas a cumplir."
El señor Kim suspiró, moviendo la cabeza continuamente, negando antes de volver a mirarle. "¿Vas a seguir echándome en cara lo de esos edificios?"
"Por supuesto."
"Ya hemos hablado de eso, TaeHyung, sabes lo que opino y que sólo intento hacer lo mejor para todos." Repetía, luciendo y sonando cansado. "Pero tú no quieres escucharme."
Él, con los ojos llenos de lágrimas que no pudo evitar y la barbilla temblando, respondió: "No quiero escucharte porque sé que lo que vas a decir, terminará por confirmarme la clase de persona que eres." La mirada de su padre se suavizó tan pronto como se encontró con la suya. "...y no quiero. No quiero abrir los ojos y darme cuenta que esa persona es también mi padre." Lo señaló, quitándose las lágrimas furiosamente. "Alguien a quien siempre he admirado pero ahora desprecio. No quiero."
"TaeHyung, no digas eso." Le pidió, casi de manera suplicante. "¿De verdad crees que a mí me gusta todo esto? Porque no es así, no me gusta para nada, pero son cosas que deben hacerse y desgraciadamente muchos saldrán perjudicados en el proceso. Son daños colaterales."
Una risa sarcástica abandonó los labios del rubio, quién ya ni siquiera tenía fuerzas para controlar su llanto, mucho menos su dolor.
"Qué curioso que digas eso, papá." Le dijo, respirando hondo. "Porque, ¿sabes lo que también son daños colaterales? Tus hijos, Gemini y yo. Más concretamente Gemini, a quién ayer alguien tuvo la brillante idea de darle un puñetazo sólo por ser tu hijo."
La expresión del señor Kim se descompuso.
"¿Qué?"
"Sí... Resulta que la familia de esa persona, gracias a tu grandioso proyecto, va a quedarse en la calle, con un bebé en camino, además." El tono de voz excesivamente enérgico que empleaba para hablar, ni siquiera hacía justicia a cómo se sentía realmente, mucho menos aquella sonrisa de oreja a oreja, falsa. "Así que pagó su evidente frustración con Gemini, ya que es hijo del alcalde."
Su padre dio un paso más cerca de él, luciendo confundido e inevitablemente preocupado. "Quién... ¿Quién ha sido el del golpe? ¿Lo conoces? Dame sus datos."
TaeHyung asintió, tragándose el nudo en la garganta.
"Claro que lo conozco, papá, has sido tú." Volviendo a señalarle, escupió. "Tú has hecho que le rompieran la nariz a Gemini, que nos culpen de todo lo que haces, que nos señalen. Porque nosotros somos otro daño colateral, pero ni siquiera te has parado a pensar en ello."
"No, yo no quería que nada de esto sucediera, lo sabes, TaeHyung." Respondió, sonando entre angustiado, confundido y herido, pero también molesto, mientras se acercaba a su hijo.
"Pues es lo que has conseguido, papá." Encogiéndose de hombros, dio otro paso hacia atrás cuando estuvo frente a él.
Echaba de menos ser ese niño que corría a los brazos de su padre.
No. Echaba de menos a su padre, simplemente.
"¿Cómo voy a hacer algo para que salgáis perjudicados? Si eso es lo último que pretendo, sois mi prioridad." Le tomó del rostro, acariciándole las mejillas y quitándole las lágrimas conforme negaba, un peso extra apretándole el corazón. "Todo lo que hago es por vosotros."
TaeHyung también negó, cediendo una vez más a sus lágrimas. "De haber pensado en nosotros realmente sabrías que esto es lo último que querríamos que hicieras."
"Hijo..."
"A mamá no le hubiera gustado, lo sabes... Pero tampoco pensabas en ella cuando tomaste la decisión."
Una lágrima delató al señor Kim. "No digas eso, TaeHyung..."
"No estabas pensando en nadie, sólo en ti y en esas malditas elecciones que quieres ganar." Sollozó, permitiéndole ver qué tan grande era su dolor. "Te has olvidado de todo, de la gente que realmente importa y la que te necesitaba sólo por un puñado de votos."
"Las cosas no son así, cariño."
"Claro que lo son." Escupió, harto de que le mintiera a la cara, soltándose del agarre. Incluso si encontraba protección en los brazos de su padre, no podía soportar la decepción. "Y lo peor es que tenías razón cuando dijiste que si no podías proteger a tu familia, mucho menos serías capaz de proteger a todo un pueblo."
No podía decir nada a su favor, tal vez porque sabía que aquello era cierto y reconocerlo dolía aún más, o simplemente porque había perdido la capacidad de defenderse.
Y es que no era tan fácil como ponerse delante de su oponente a debatir, era mucho más complicado que eso. Esta vez, era su hijo a quién tenía en frente.
Entonces, sólo así pareció ser consciente de cómo estaba funcionando su cabeza, viendo a su propio hijo como un oponente más, como si TaeHyung fuera parte de todo esto cuando no era más que su familia. Aquella familia a la que prometió proteger. Una promesa que había dejado olvidada.
Inmediatamente, el dolor en los ojos del hombre fue más que evidente, dejándole helado mientras continuaba viendo a su hijo mayor.
"...sigue adelante con ese proyecto, papá, sigue haciendo todo lo que esté en tu mano para ganar, sin que nada más importe. Sin pensar en nada, ni en nadie, como ahora." Alejándose hacia la puerta, murmuró. "Pero no esperes girarte y que estemos ahí, porque eso no va a ocurrir."
Otra lágrima lo delató, mientras el rubio abría la puerta. No dijo nada, sólo vio como TaeHyung ponía un pie fuera de su despacho.
"Ojalá no ganes esas putas elecciones, honestamente."
Respirando hondo, finalmente se dio la vuelta, abandonando aquel despacho con un hueco gigantesco donde debería ir su corazón, apenas sollozando mientras se alejaba por el pasillo. Sólo tuvo reflejos suficientes para esquivar al secretario de su padre cuando dobló en la esquina.
"Señor, ¿qué hace aquí? Su padre está ocupado con una reunión, no puede atender-" Murmuró, probablemente dispuesto a recriminarle que, una vez más, estaba molestando al alcalde. Porque eso era todo lo que importaba.
"Ten un buen día, Meen, adiós."
Eso fue todo lo que le dijo, ignorando su presencia y pasando por su lado sin molestarse en ser descortés al haberle dejado hablando solo, siquiera. Un minuto más tarde, salió de aquella finca justo después de despedirse de Kyungsoo.
Vació sus pulmones tan pronto como entró en su coche, apretando los labios mientras se ponía el cinturón y arrancaba, perdiéndose nuevamente en la carretera entre sollozos desolados, encontrando que había perdido todas sus lágrimas en el camino. Ni siquiera tenía fuerzas para llorar, estaba roto.
Unos minutos más tarde, aparcando en el primer sitio libre que vio, buscó su teléfono casi desesperadamente, entrando en el chat de la última persona a la que pensaba acudir.
TaeHyung:
¿Estás libre ahora? Necesito que me acompañes a un lugar, por favor.
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