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✧c.-025

N/A: Me sorprende el hecho de saber que voy catorce capítulos adelantada y no haberme dado cuenta hasta hace un día. No doy crédito xD

Cap dedicado a italiacdm ♡♡

Hoy os recomiendo 'Body 2 Body' de Babylon ft. PENOMECO. Es maravilloso.

[...]

TaeHyung pasó muchas noches en vela después de aquel suceso. Tal vez tres, cuatro, o quizás hasta cinco. Dando vueltas en la cama, sin poder pegar ojo, llorando desconsoladamente y sintiendo como una parte de él había quedado olvidada aquella la casa donde creció. Más concretamente en el despacho de su padre. Una parte que probablemente nunca volvería a él.

No respondió a las llamadas de su progenitor, Gemini tampoco, mucho menos a sus mensajes. Ambos se negaban a verlo, a hablar con él, incluso si este parecía desesperado por comunicarse con cualquiera de sus hijos. Ellos no querían saber nada, estaban demasiado molestos y decepcionados como para hacerlo y era algo que habían dejado muy claro.

Por eso mismo, cuando la quinta llamada entrante del día apareció en su pantalla, TaeHyung apenas tuvo que mirarla para saber de quién se trataba, rechazándola al momento y suspirando.

A su lado, Banky le observó con una mueca, no tardando en desviar la mirada hacia la carretera. "¿Otra vez tu padre?"

"Así es." Asintió, mordiéndose la esquina interna del labio inferior. "Quinta vez que me llama hoy... Creo que intenta batir su propio récord, porque a Gemini también le ha llamado varias veces."

"¿No piensas responderle?"

"No, la verdad es que no." Negó, esta vez apretando los labios. Decir aquello en voz alta le estaba matando. "La sensación de saber que hace todo eso conscientemente, teniendo en cuenta lo que conlleva y quiénes saldrán afectados y que no le importe en lo más mínimo, es superior a mí. No puedo reconocer a mi propio padre, Bank."

Este suspiró, aprovechando el primer semáforo con el que se topó para poder apretar su mano.

"Te entiendo muy bien, mi amor, sé que estás bastante decepcionado."

Lentamente, Kim negó. "No sólo es decepcionado, estoy dolido, enfadado... Se ha convertido en un egoísta, justo lo que prometió nunca ser."

"La política es lo que tiene... Te ciega por completo, TaeHyung."

Resoplando, asintió. "Lo sé, créeme que lo sé." Murmuraba, vaciando sus pulmones y apoyando la cabeza en el respaldar. Estaba tan agotado que podría quedarse dormido de pie.

"Bueno... ¿Te apetece que vayamos a comer por ahí? Yo invito."

"Sí, por favor. Me vendrá bien desconectar un poco." Accedió, mordiéndose el labio inferior. "Si me encierro en casa no voy a hacer nada más que pensar en mi padre, en la mierda que es todo esto y en..."

"¿Jungkook?" Su mejor amigo acabó la frase por él, conociéndole lo suficiente como para hacerlo. O incluso más.

TaeHyung ni siquiera fue capaz de negarlo cuando le observó, bufando. Tampoco podía evitar estar molesto consigo mismo por pensar de más en Jungkook. Era algo que, incluso si le llenaba de impotencia, no podía evitar.

"Sí, por desgracia sí, tampoco puedo dejar de pensar en ese gilipollas y en cómo- cómo me humilló delante de todo el mundo..." Escupió, apretando los dientes poco después.

El castaño dejó escapar una risita. "¿A quién no le molestaría? Desconfió de ti, de tu hermano y de mí. Personalmente me importa una mierda, porque no me conoce en absoluto, pero si fuese tú, estaría echando humo por las orejas... Sobre todo después de que te acostaras con él."

Inmediatamente tras oírle decir aquello, TaeHyung le observó con los ojos como platos.

"T-Tú... ¿Desde cuándo sabes eso...?"

"Pues desde que pasó e incluso antes de eso, es más que obvio, cariño... Vuestro lenguaje corporal se explica por sí solo, parece mentira que hayas estudiado psicología durante año y medio." Bufó, enfocándose en la carretera.

"Joder..." Resoplaba mientras meneaba la cabeza de un lado a otro.

"Pero bueno, obviando eso, el caso es que comprendo cómo te sientes. Que te señalara sin pensarlo es algo que a cualquiera le molestaría, especialmente por la forma en que te trató."

Él asintió. "Lo sé."

Bank apretó los labios, haciendo una pequeña mueca, lo que le indicó a TaeHyung que tal vez diría algo que a él no le gustaría demasiado escuchar. No viniendo de su mejor amigo, al menos.

"Sin embargo, debo decir que también comprendo un poquito su desconfianza." Murmuró, sabiendo que saltaría al momento y anticipándose. "Me explico, no comparto lo que hizo, dijo ni mucho menos la forma, pero sí el pensamiento. Yo pensaría lo mismo estando en su lugar."

"Banky..."

"No de ti, sino de todo el mundo." Aclaró. "Piensa que mucha gente cercana a él se quedará sin hogar, gente a la que seguramente aprecie."

TaeHyung se mantuvo pensativo, sus ojos suavizándose al instante.

"Teniendo en cuenta eso y lo poco que puede hacer por ayudar, cualquiera se sentiría impotente, tan impotente que necesitaría buscar un culpable lo antes posible para descargar su ira sobre él." Continuó, viéndole asentir conforme él hablaba. "Tú no eres el culpable, yo tampoco, Gemini menos, pero entiendes lo que quiero decir."

"Somos las personas más cercanas al alcalde."

Aliviado de que hubiese comprendido su punto, asintió. "Exacto. Nosotros aparecimos por casualidad, nos acoplamos por ciertas razones, aunque no lo tuviésemos planeado, ¿de quién sospecharías tú en su lugar?"

"De mí no, desde luego."

"En su lugar, TaeHyung, no en el tuyo. Ya te estoy diciendo que no somos culpables."

De nuevo, apretó los labios, vaciando sus pulmones de aire. "Seguiría sin culparme a mí o a ninguno de nosotros... Pero sí que, tal vez, tendría mis pequeñas sospechas. Sospechas que ni de broma expresaría de un modo tan humillante."

"Lo sé, lo sé, eso es más que obvio, no necesitas aclararlo."

"De todas formas, me da igual, no quiero saber nada de él ahora mismo. Es un imbécil."

"Comprensible, supongo."

TaeHyung dejó escapar un bufido, estaba mentalmente agotado, sentía su cabeza a punto de explotar y no podía evitar la desesperación que lo acompañaba a todos lados. Suspirando, tomó la palabra de nuevo poco después, tras un corto silencio.

"Odio todo esto... Ni siquiera sé qué hacer para arreglarlo."

Banky le miró de soslayo, atento a la carretera.

"Es que tú no tienes que arreglar nada, TaeHyung, no eres tu padre ni mucho menos te corresponde a ti corregir sus errores. Hay responsabilidades que es mejor dejárselas a otra gente."

"Pero no puedo seguir con mi vida sabiendo que otras muchas están arruinadas por su culpa, Bank... ¿Cómo podría?"

Su amigo le dedicó una mirada triste, encontrando que había sonado más insensible de lo que él mismo imaginaba y arrepintiéndose inmediatamente, mientras negaba. Una vez más, conocía a TaeHyung no suficiente como para saber que aquello haría mella en su corazón.

"Tienes razón, yo tampoco sería capaz de continuar teniendo en cuenta todo eso." Suspiró. "Aunque no tengo ni idea de qué podrías hacer para ayudar."

Algo angustiado, TaeHyung colocó el puño bajo su barbilla, mirando a través de la ventana mientras le daba vueltas al asunto, siendo incapaz de encontrar una solución a problemas que él ni siquiera había buscado, no le incumbían, pero aún así decidía apropiarse de ellos sin importar nada. Tampoco su padre o cómo este reaccionaría.

Observó los edificios que iban dejando atrás. Cafeterías, restaurantes, tiendas de ropa, de conveniencia y algún que otro cine situado en el centro, hasta que uno de aquellos llamó su atención, logrando que los ojos se le ensancharan cuando la idea corrió por sí sola en su mente.

"Un hotel... Eso es..." Masculló para sí mismo, con el rostro brillante.

El castaño, que a duras penas escuchó lo que había dicho, le observó con el ceño fruncido. "¿Qué?"

TaeHyung rápidamente negó, pues necesitaba darle varias vueltas al asunto antes de mencionarlo en voz alta, ya que ahora mismo sonaba descabellado hasta para sí mismo.

"No, nada... Sólo estaba pensando en algo que hablé con Gemini esta mañana y acabo de recordar, tranquilo." Respondió, dedicándole una sonrisa. Bank asintió, encogiéndose de hombros.

"Bueno..."

Con un suspiro, sintió su móvil, que había guardado en los bolsillos de sus pantalones, volver a sonar, únicamente sacándolo para ver que se trataba de su padre y volviendo a colgar, poniendo los ojos en blanco. Sin embargo, en el proceso, algo salió disparado de allí, aterrizándole en el muslo. Era otra de las fotos antiguas que había rescatado de su madre.

La tomó entre sus dedos, sonriendo mientras acariciaba el rostro de su madre, quien en aquella foto no tendría más de veinte años. Era tan risueña, dulce y divertida, que podía sentir su presencia allá donde fuera, acompañándole.

"Oye, ¿ese de ahí no es el estudio de Jungkook? Escuché a Gemini decir que estaba en el centro." Apenas pudo oír la voz de Bank, hasta que la mención del azabache le sacó de su burbuja.

Miró a su mejor amigo con el ceño fruncido. "¿Qué has dicho?"

Este señaló de vuelta al lugar que había mencionado, obligándole a que mirase también. "Ese local pequeño de ahí, ¿no es el estudio de Jungkook? Al que fuiste con tu hermano para tatuarte."

TaeHyung entrecerró los ojos, encontrando que, efectivamente, estaban pasando junto al local donde Jungkook trabajaba.

"Sí, es ese." Respondió, asintiendo sin querer darle demasiada importancia. Hasta que la bombilla sobre su cabeza volvió a encenderse y se sobresaltó allí mismo. "Espera, espera, estaciona un momento aquí al lado."

"¿Por qué? ¿Qué pasa?" Bank no pudo evitar mostrarse confundido, al no entender su repentino cambio de humor.

"Estaciona un momento, necesito hacer algo rápido."

Y, aunque se encontraba confundido todavía, el castaño hizo lo pedido, moviendo el coche hacia un espacio vacío. TaeHyung se quitó el cinturón inmediatamente, abriendo la puerta para salir.

"En seguida vuelvo, espérame aquí."

"¿Dónde vas?" Quiso saber, sintiéndose fuera de lugar.

Del mismo modo en que la puerta del copiloto se abrió, se cerró, la figura de TaeHyung avanzando por la acera, dirigiéndose hacia aquel local que anteriormente Banky había señalado. Él resopló, meneando su cabeza de un lado a otro.

TaeHyung no dudó por un segundo (en realidad sí que lo hizo) en adentrarse al pequeño estudio tan pronto como llegó, respirando hondo mientras sentía su corazón acelerado golpeándole las costillas, rápido y brusco, como el tambor de una lavadora que iba directa al desguace.

Pocas veces se había sentido tan nervioso, pero prefería asociarlo a que estaba bastante enfadado con Jungkook, a pesar de que se encontraba dentro de su tienda.

Este se encontraba tras el mostrador, terminando de atender a un cliente que se marchaba, pasando junto a TaeHyung. Tan pronto como reconoció al rubio, su mueca, una pequeña sonrisa amable, se transformó en un ceño fruncido.

"¿Qué haces tú aquí?"

Kim caminó hacia el mostrador. "Sólo vengo a entregarte una cosa, nada más. Yo tampoco quiero estar cerca de ti ahora mismo."

"¿Y por qué has venido, entonces?"

"Para darte esto."

Apretando los dientes ante su condescendencia, colocó aquella foto que salió disparada de sus pantalones sobre el mostrador, empujándola hacia Jungkook, quien la observó aún con el ceño fruncido, sin entender de qué se trataba.

"Es una foto de mi madre cuando tenía menos de veinte años, en el distrito Jung. Ella nació y creció allí, justo en la misma zona que mi padre piensa reformar." Explicó, encontrándose con sus ojos. "Si estuviera viva, muy probablemente no permitiría que esto sucediera, así que yo tampoco lo haría de haberlo sabido con tiempo."

Jungkook se pasó la lengua por los labios, mirando la foto y luego al rubio, encontrando que este era igual a la mujer de la foto. No había duda que era su madre.

"No tengo nada que ver con lo que sea que planee mi padre, Gemini tampoco y mucho menos Banky."

"De acuerdo... Me alegro." Asentía, impasible.

Quizás su orgullo era más grande que el arrepentimiento que comenzaba a construirse dentro de él, pero no lo suficiente para dejar de sentir algo cuando TaeHyung volvió a hablar, decidido.

"Muy bien. Sólo quería que lo supieras para poder sentirme mejor conmigo mismo, incluso si no soy culpable, nada más. No estoy interesado en mantener el contacto contigo, ni cualquier otra cosa. Me dejaste bastante claro lo que piensas de mí." Sentenció, dando un paso hacia atrás. "Eso es todo, adiós. Suerte en tus próximas carreras."

Girándose, no sin antes despidiéndose de él con la mirada, como si no tuviera pensamiento de volver a verlo voluntariamente, TaeHyung se precipitó hacia la salida.

Jungkook le vio marcharse y cruzar la calle hasta meterse en un coche a través del cristal tintado del local, en completo silencio. Mantuvo los labios apretados en una fina línea, sin saber qué decir, mucho menos qué hacer, frotándose el rostro.

"Mierda..."

Definitivamente era imbécil.

El lunes por la mañana, con menos de tres horas de sueño acumuladas durante el último fin de semana y su cabeza machacándole constantemente, Jungkook se encontraba en la zona de oncología infantil en el hospital, junto a una de sus dos personas pequeñitas favoritas en el mundo. La única que ahora mismo era capaz de hacerle olvidar todo lo malo que tenía en mente.

"Mañana me tienen que sacar sangre para una prueba y estoy muy nervioso, no me gusta..." Expresaba Aram, sus cejas fruncidas y la nariz arrugada.

Sonriéndole, Jungkook le apretó con suavidad la mejilla. "A mí tampoco me gustan esas pruebas, pero son necesarias. Además, se tarda muy poco, seguro que en menos de lo que canta un gallo vuelves a estar aquí."

"Ya, pero los pinchazos duelen..."

Ante aquella nueva mueca desanimada y la consternación en su mirada, que hacía al menor verse tan vulnerable, Jungkook dejó escapar un suspiro, tomando asiento junto a él en aquella cama, palmeándole el muslo.

"Sé que esos pinchazos duelen mucho y no te gustan, Aram, pero también estoy convencidísimo de que podrás soportarlos como el niño tan fuerte y valiente que eres, ¿me equivoco?"

Él negó esta vez. "Soy muy valiente." Afirmaba, mostrándose seguro de sus palabras. Tanto, que Jungkook le sonrió de oreja a oreja.

"Exacto, muy valiente. Eres el chiquitín más valiente que conozco, por eso mismo estoy seguro de que, aunque te duela mucho, los soportarás como todo un campeón."

"Tienes razón." Ágilmente asintió, sonriéndole de oreja a oreja, del mismo modo en que Jungkook lo hacía. "Además, TaeHyung me trajo un cuento nuevo hace poco, dijo que lo leyera esta noche si me sentía nervioso y no podía dormir."

Tras la mención del rubio, Jungkook sintió una extraña presión en el pecho que le hizo apretar los labios. Todavía seguía debatiéndose consigo mismo sobre qué hacer con respecto a él, con quien ni siquiera había hablado desde el jueves anterior, cuando este se presentó en su estudio, dispuesto a hacerle entrar en razón.

Y, para ser honestos, lo había conseguido, como también había conseguido llenarle la cabeza de dudas.

"¿Él ha estado aquí?"

"Sí, hace un ratito. Quería saber si estaba bien, leímos mi cuento favorito y luego se fue con el señor y la señora Bang para jugar al ajedrez. Yo quise ir con ellos, pero hoy no tengo muchas fuerzas para caminar."

El corazón del azabache se apretó, volviendo a acariciarle la mejilla, sólo así logrando que aquella sonrisa recientemente borrada por su desánimo, en el rostro del menor, volviera. Le dolía el alma sólo de pensar todo lo que Aram estaba sufriendo.

"Otro día podrás acompañarlos, ya lo verás."

"¿Tú lo has visto?"

"Así es, sí. Varias veces."

"¡Yo quiero! La señora Bang dice que TaeHyung es muy bueno jugando y está enfadada porque siempre le gana. Necesito ver eso."

"¿Quieres ver como ganan a la señora Bang? Si ella se entera, no habrá más dulces para ti, Aram, recuérdalo..."

Inmediatamente, horrorizado y con los ojos ensanchados, el menor le observó. "¡No tiene por qué enterarse! ¿Acaso me delatarías...? Soy tu mejor amigo, Jungkook, no puedes hacerme eso."

Jungkook soltó una risita, asintiendo conforme volvía a apretar sus mejillas.

"No voy a delatarte, tranquilo. Tu secreto está a salvo conmigo."

"¡Más te vale!"

Ambos rieron, antes de que Aram se moviera para abrazarle.

Una hora más tarde, cuando el horario de visita casi llegaba a su fin, Jungkook salió de la zona de oncología infantil, abandonando aquella planta a paso rápido para así dirigirse a donde el señor y la señora Bang siempre se encontraban.

El saber que TaeHyung también estaba allí le ponía un poco tenso, pues sabía de sobra que él no quería verle tras lo sucedido, algo por lo que ni siquiera podía culparle, pues había juzgado al rubio tontamente.

Con un suspiro abandonando sus labios, bajó las escaleras, y, desde el pasillo, antes siquiera de entrar en dicha habitación, pudo escuchar las quejas de la mujer por haber perdido otra ronda.

"¡Es que no hay manera contigo!" Decía, viéndole sonreír apenas. "Aún con esa cara de cachorrito degollado y teniendo la cabeza en otra parte me ganas. ¿Cuál es tu problema, mocoso?"

TaeHyung rio entre dientes, mientras el señor Bang salía en su defensa.

"Que el chico es muy bueno, Elettra, no le quites mérito."

"¡Pues ya podría despistarse un poquito! Con tanta victoria ha estropeado mi racha." Bufó. "¿Sabes cuántas partidas seguidas he ganado?"

Negando, el rubio le observó, interesado, sin tener ni idea de aquel par de ojos que lo observaban a lo lejos.

"¿Cuánto?"

"Dieciséis, todas contra el mequetrefe de mi marido aquí presente."

Chungmo meneó la cabeza en señal de asentimiento, corroborando lo que su mujer decía. "Correcto."

"Wow... Enhorabuena, señora Bang." Sorprendido, le dijo.

"Ni enhorabuena ni mierdas, mocoso, has arruinado mi racha perfecta."

TaeHyung observó a la mujer con una mano en el pecho. "Me disculpo sinceramente, señora Bang." Expresó, viendo como ella asentía, aceptando sus disculpas. "Me comprometo a ser un peor jugador a partir de hoy, así usted consigue una oportunidad de ganarme finalmente."

Ante aquella burla descarada, Jungkook rio para sí mismo, meneando la cabeza de un lado a otro, mientras la señora Bang golpeaba la mesa, visiblemente ofendida, aunque encantada por oír a su esposo reír.

"¡Será posible! El mocoso este se está burlando de mí, Chungmo, ¿lo puedes creer?" Tras mirar al susodicho y descubrir que reía, le golpeó el brazo. "¡Tú no te rías, mequetrefe!"

Chungmo vació sus pulmones de aire, recuperándose lentamente del ataque de risa. "Ay... Hacía tiempo que no me reía tanto."

"Más tiempo va a hacer como te pille..."

TaeHyung sonrió al hombre. "Me alegra saber que mi estancia aquí sirva para algo, señor Bang."

"Por supuesto que sí, muchacho." Asentía este. "De hecho, hace poco hablaba con Elettra sobre ti y le comentaba que me resultas muy familiar, como si te conociera de algún sitio, pero no sabíamos de dónde..."

"Exacto. Luego vimos al señor Kim, el alcalde, en televisión y nos dimos cuenta que eras idéntico a él."

El rubio no pudo evitar sentirse un poco incómodo ante la mención de su padre. "Hm, sí... Soy el hijo del alcalde, por suerte o por desgracia." Afirmó, con una pequeña sonrisa.

"Pues tu padre ha hecho mucho por nosotros, los que residimos aquí." Dijo la señora Bang.

Aquello pareció sorprenderle.

"Ow, ¿en serio?"

"En serio, sí, gracias a él es que se llevó a cabo todo el tema de los voluntariados, además de que consiguió reducir el coste de muchos tratamientos, como podría ser el nuestro. Se reunió con el primer ministro y llevó a cabo dicha propuesta. Gracias a él pagamos menos de un treinta por ciento."

TaeHyung negó, confundido, siendo aquel el primer dato que conocía sobre eso. Jungkook, aún desde su posición, compartía el mismo sentimiento de no saber absolutamente nada.

"Vaya... No tenía ni idea..."

"Nosotros pensamos votarle en las próximas elecciones, aún más sabiendo quién es su hijo." Admitía ella, logrando sacarle una sonrisa.

"Se lo agradezco de todo corazón."

Su teléfono vibró, la alarma que indicaba el final del horario de visitas haciéndole resoplar, visiblemente triste. Las horas que pasaba allí eran su único momento de paz mental, sin importar el lugar donde se encontrase. Estar con ellos, el señor y la señora Bang, Aram y los demás niños, le hacía olvidar todo.

"El horario de visita ha terminado, así que debo marcharme para que puedan comer." Anunció, girándose para agarrar su chaqueta del respaldar.

"¿Ya? ¿Tan pronto?" Chungmo le observó, mirando su propio reloj para ver la hora. "Ow, son las dos de la tarde casi, no me había dado cuenta... Creí que era mucho más temprano."

"Sí, a mí también se me pasa muy rápido el tiempo estando con ustedes, pero vendré el próximo lunes sin falta."

"Más te vale, mocoso... Todavía tengo que ganarte al menos a una partida."

Con una sonrisa, asintió, poniéndose en pie. "Claro que sí, señora Bang, tengo fe de que así será."

"Por supuesto."

Riendo suavemente, TaeHyung se colocó su abrigo antes de agarrar sus demás pertenencias que había dejado sobre la mesa y rodearse el cuello con la bufanda, pues el frío comenzaba a ser insoportable allí fuera.

"Os veré la próxima semana y traeré esos dulces de los que me habló, señor Bang, ¿de acuerdo?"

"Oh, sí, me harías muy feliz si los encuentras, TaeHyung..."

Él asintió. "Cuente con ellos."

Y, acto seguido, se alejó de allí con una sonrisa de oreja a oreja, despidiéndose de su matrimonio favorito mientras abandonaba aquella sala, suspirando.

Estaba tan agradecido por poder formar parte de algo tan bonito, que le hiciera sentir tan realizado y tan bien consigo mismo tanto como con el resto. Incluso si pensar en alguno de ellos yéndose de manera trágica supusiera un dolor fuerte en el pecho, le hacía demasiado feliz como para simplemente pensar solo en eso.

Bajando las escaleras mientras sacaba el móvil, llegó a la planta baja escribiendo en su bloc de notas el nombre de los dulces que el señor Bang había mencionado esa misma mañana.

"Sándwiches de fruta y... Yakgwa para el té." Murmuraba para sí mismo, queriendo recordarlos con el fin de ir en su búsqueda.

Una diminuta sonrisa aparecía en sus labios, sólo de pensar en cómo el señor Bang reaccionaría si finalmente los consiguiera. Sonrisa que no tardó en desaparecer, siendo reemplazada por una mueca de desconcierto y miedo cuando unos dedos que salieron de quién-sabe-dónde, se enroscaron alrededor de su muñeca y jalaron de él hacia la izquierda, obligándole a entrar en un cuarto de baño para hombres.

TaeHyung chilló, sobresaltándose con dicha acción inesperada, sólo para encontrarse cara a cara con Jungkook, dueño de aquella mano y de los ojos que le observaban. Penetrantes, oscuros y brillantes.

"¿Qué...? ¿Qué demonios haces?" Cuestionó, el corazón latiéndole en la boca del estómago, procediendo a soltarse bruscamente, dicha acción siendo impedida. "Suéltame, Jungkook."

"Mañana por la noche quiero que vayas al estudio." Fue todo lo que dijo, sujetándole el rostro al ver su mueca de confusión acentuarse. "Quiero enseñarte algo."

Con el ceño fruncido, negó. "No pienso ir."

Sin embargo, el azabache ignoró aquello, inclinándose para besarle y poco después separándose como si nada. TaeHyung estaba petrificado frente a él, especialmente cuando dio un paso atrás.

"Te veo a las nueve, no tardes." Sentenció, limpiando su propia saliva de los labios ajenos, segundos antes de abandonar el baño sin mirar atrás.

"¿Qué? No... He- he dicho que no. No iré." Gritó, sólo para que pudiera escucharle.

Confundido, molesto y sin poder creer lo que acababa de pasar, le vio marcharse. Debía ser una broma de mal gusto.

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